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Cualquiera que sea tu respuesta, me gustaría saber el porqué.

Abténganse de dar reglas morales, la intención de mi pregunta no es para ello. Gracias.

2006-11-30 16:18:22 · 11 respuestas · pregunta de Anonymous en Sociedad y cultura Otros - Sociedad y cultura

11 respuestas

es un afan irremediable de propagar la especie, esta escrito en nuestro ADN. el ser infiel siempre sera algo que estara amenazandonos a la vuelta de la esquina, y de ahi la lucha que existira siempre por intentar ser fiel. tambien seria algo asi como un afan de PODER.
en teoria nosotros los hombres podemos repoblar el planeta mas rapido que inmediatamente, y eso da ansias de poder.

2006-11-30 16:28:04 · answer #1 · answered by Anonymous · 0 0

Si, los hombres y mujeres son polígamos por naturaleza, solo que se nota menos en la mujer por la represión moral que le aplican, pero somos igualitos.

2006-11-30 16:55:03 · answer #2 · answered by Cukis 5 · 1 0

No sabría contestarte, y aún absteniéndome de connotaciones morales no me parece que las conductas humanas hayan de asimilarse a la de los animales. La razón y el lenguaje hacen la diferencia.
No obstante, siempre me ha llamado la atención de que aún los más inconstantes o infieles (hombre y mujeres), cuando maduran -independientemente de la edad que tengan- se cansan de tanto variar y buscan una estabilidad de pareja hasta lograrlo, lo cual no implica que anteriormente lo hayan intentado sin éxito. También vi que en ocasiones sucede a la inversa, pero es en aquellas personas que no han experimentado inconsistencias juveniles, y se han sometido a rutinas insoportables desde la edad de los juegos. No creo apropiado generalizar y me parece que es cuestión de una búsqueda interior así como de una búsqueda constante de la persona apropiada hasta que se da con ella, pero el mayor logro es no idealizarla.

2006-11-30 16:53:49 · answer #3 · answered by alondra 2 · 1 0

kien diga ke no es infiel esta *******, basta con ir en la calle y no falta kien te llame la atencion y le voltees a ver, asi es se puede ser infiel de muchas formas como por el pensamiento

2006-11-30 16:37:05 · answer #4 · answered by Armando Hoyos 1 · 1 0

´Creo que hay dos tipos de personas. Los que no saben lo que quieren, por lo tanto cuando creen que tienen lo que deseaban, se dan cuenta que hay otra cosa mejor, lo que los orilla a la búsqueda de otro amor.

Y están las que creen saber lo que quieren pero no es así, por lo tanto andarán igualmente buscando su media naranja.
Por lo tanto, puede parecer que la naturaleza del ser humano es la infidelidad.

2006-11-30 16:36:31 · answer #5 · answered by Zeuz 2 · 1 0

no, eso de la infidelidad es por pedos existenciales

2006-11-30 16:27:37 · answer #6 · answered by angel 7730 2 · 1 0

Sin duda, como cualquier otro animal, ya q lo q se busca con el instinto es la sobrevivencia de la especie!!! y por ello donde se pueda el instinto esta ahi pendiente de dejar huella!!!

2006-11-30 16:25:45 · answer #7 · answered by -Designer- 5 · 1 0

Olvidando las reglas morales, creo que si, porque el ser humano tiene la necesidad de buscar y probar el amor, sentir cosquillitas en el estomago, pero creo que cuando realmente lo encuentra (el verdadero amor) deja de ser infiel.

2006-11-30 16:24:20 · answer #8 · answered by soniayas 3 · 1 0

nel

porque si te da la gana puedes ser fiel de webos

2006-11-30 16:24:01 · answer #9 · answered by genaro 1 · 1 0

Corazon , si habras visto "El infiel", con Arnaldo andres,las de mujeres que agarraban calor con el chavon en su mejor época, les pegaba las mujeres, y se sentia uy ,ay uy ,ay pobres cachas, jaja...Hoy en día , le pone una mano a cualquiera y l. a. mina lo denuncia, antes ni en pe,do.Este momento unfashionable, fue auspiciado por pinturerias ALBA, ALBA...Con una sola mano alcanza(Scioli).Te mando una camionada de besasos

2016-12-17 19:15:47 · answer #10 · answered by ? 4 · 0 0

Mmm, podemos decir que el ser humano es por naturaleza trasgresor.

Según estudios recientes, sobre todo de la psicología evolucionista que estudia las conductas humanas heredadas a través de millones de años de evolución en este mundo, los seres humanos tendemos a lo que se llama “monogamia en serie”, pero no a la exclusividad sexual. Esto quiere decir que eso de la pareja para toda la vida es, según esta teoría, una utopía.

Según la teoría evolucionista, los sociobiólogos, piensan que de acuerdo con las ventajas genéticas que presenta la poliginia (un varón con varias mujeres) y además porque tantas sociedades la permiten, el varón sería básicamente un constructor de harenes. Sin embargo, en la vasta mayoría de las sociedades donde la poliginia es permitida (84% de todas las sociedades humanas conocidas), sólo cerca de un 5 a 10% de los varones tienen actualmente varias mujeres simultáneamente. Así, aunque la poliginia es muy aceptada en términos de discurso, no lo es en la práctica como conducta real.

Helen Fischer nos dice que la unión en pareja es la marca registrada del animal humano; sin embargo, no parece que esta unión esté consustancialmente ligada a la estabilidad sexual, como si ésta no fuese la conducta “naturalmente evolutiva” de la especie humana, y que la fidelidad de la pareja sólo se afirma en la decisión mutua y consciente de mantenerla.

Se supone entonces que la aparente naturalidad con que varones y mujeres entran en relaciones extramaritales, se apoyaría en su biología, que de acuerdo con la psicología de la evolución, no los han capacitado para mantener la constancia amorosa.

Si bien en Occidente no existe la poligamia como un hecho cultural y socialmente reconocido, la infidelidad se nos aparece como la máscara social de la multiplicidad sexual. Pero esta naturalidad, según plantea el investigador Robert Wright, no es necesariamente inmodificable, él cree que la psicología de la evolución, a diferencia de las anteriores visiones de la naturaleza humana -centradas en los genes-, ilumina la tremenda flexibilidad de la mente humana y el poderoso rol del ambiente al modelar el comportamiento. En particular la psicología de la evolución muestra cuán negativo para el sostenimiento de la monogamia es el actual ambiente social, que estimula a través de los medios de comunicación masiva la exaltación del deseo de posesión y la multiplicidad sexual.

Es por esto que monogamia y fidelidad no son sinónimos, ni la primera implica la segunda. Por el contrario, un vasto examen antropológico arroja el resultado de que la infidelidad y el adulterio pueden ser considerados un hecho universal de la cultura, independientemente de su nivel de desarrollo y de su frecuencia estadística.
Las ideas de los psicólogos evolucionistas parecerían demostrar que la fidelidad estricta es contrabiológica y contracultural. Sin embargo, también es cierto que como parte de nuestro desarrollo moral y ético (Darwin creía que el varón era el único animal moral), somos potencialmente capaces de revertir conscientemente estas determinaciones biológicas a partir del desarrollo de valores y elecciones específicamente humanas.

Los seres humanos optamos por la monogamia en nuestra evolución como especie, pero también por las monogamias secuenciales, a través de las separaciones, los divorcios y los nuevos matrimonios. “En un 72 por ciento de las 56 sociedades estudiadas –dice Helen Fischer- el adulterio masculino es de moderado a común. De 139 sociedades investigadas en 1940, 39 por ciento permitían a varones y mujeres tener relaciones extramaritales mientras duraran ciertas fiestas o festivales, frecuentemente con familiares como los cuñados o cuñadas. Las relaciones extramaritales eran extremadamente comunes en 17 de las restantes 85 culturas, y los ofensores eran raramente castigados. En otra investigación se comprobó que las sanciones contra el adulterio varían, como lo demostró Suzane Frayer (1985). Ella informó que un 74 por ciento de las 58 culturas investigadas prohibían el adulterio tanto para la mujer como para el varón; sin embargo, las sanciones eran diferentes. En un 83 por ciento de 48 sociedades, los dos participantes recibían castigo por la falta, en un 40 por ciento el castigo era similar para varones como para las mujeres, en un 31 por ciento el castigo era más severo para el varón involucrado.”

No obstante los diferentes cambios culturales observados en los últimos tiempos, social y a veces legalmente, la mujer es la más condenada.
Aproximadamente 1.000 de las 1.154 sociedades humanas pasadas o presentes que han sido estudiadas, le permiten al varón tener más de una esposa, y aunque no se lleve a cabo esta poliginia en sentido estricto, los varones podrían cumplimentar estas tendencias indirectamente a través del sexo casual, o de la frecuentación de prostitutas, que como es conocido son solicitadas principalmente por varones con pareja, casados o no. En este caso la infidelidad esconde el deseo inconsciente de la multiplicidad. E inclusive se ha señalado la similitud de los divorcios reiterados (monogamia en serie) con la poliginia.

Existe una clara relación entre la práctica abierta y legal de la poligamia con respecto a la posición jerárquica de las mujeres y varones. En los países islámicos, donde la situación de la mujer es subordinada e inferiorizada -tanto que se la limita en el desempeño de ciertas funciones y se les prohiben taxativamente otras-, los varones podrían tener hasta siete esposas, como el Corán lo permite, y si no las tienen es por razones básicamente económicas, ya que son ellos los que deben sustentar la economía familiar, y no depender del trabajo femenino.

¿Quién es más infiel, el varón o la mujer? ¿Por qué?
Existe el mito de que el varón tiende más a ser infiel que la mujer, porque tiene una mayor necesidad sexual. Pero un problema social como el adulterio no se puede resolver con un argumento biológico, por el contrario lo agrava, tolerando más esta conducta y el machismo.

Los motivos por los cuales varones y mujeres son infieles son diferentes: en los varones la necesidad de reafirmar su autoestima y machismo, la búsqueda de variedad sexual, la “cortesía masculina” que impide dejar pasar una oportunidad que está servida, la insatisfacción sexual en la pareja y en el caso de padecer un problema sexual testearse para comprobar si afuera también les pasa, son las causas más comunes. En las mujeres, la insatisfacción afectiva y los problemas de comunicación en la pareja, la sensación de no sentirse importantes y especiales para su compañero y una sexualidad muy mecánica y poco creativa son factores desencadenantes de la infidelidad.
Algunos estudios como el realizado por el Instituto Kinsey de EEUU revelan que el 37% de los varones casados y el 29% de las mujeres de Estados Unidos habían tenido relaciones sexuales fuera del matrimonio, aventuras que se daban incluso en parejas que se describían a sí mismas como felices. Por otro lado, a pesar de que las relaciones extramatrimoniales se condenan y la fidelidad es un valor básico y fundamental en el matrimonio, en el 72% de las 56 sociedades más importantes la transgresión del pacto de fidelidad sexual es frecuente.

¿Es cierto que el varón es naturalmente polígamo y la monogamia es una imposición cultural?

Según David Buss, de la Universidad de Michigan y Robert Wright, autor del libro The Moral Animal la infidelidad está inscrita genéticamente en nuestro código instintivo, o sea, la naturaleza nos dotó de un gen de la infidelidad, como una garantía de supervivencia para los humanos. Así el varón busca tener el mayor número posible de relaciones con el mayor número posible de mujeres, como una forma de garantizar que tendrá el mayor número de hijos. Las mujeres tendrían, además del instinto (Nota del editor: hoy se cuestiona seriamente el “instinto materno”) de tener hijos, el de buscar los códigos genéticos del varón más fuerte, inteligente y valeroso posible, en otras palabras, el mejor varón que pueda conseguir. De acuerdo a estos teóricos la pareja para toda la vida es una utopía. Estamos preparados para relaciones estables, monógamas, pero de una duración limitada, para luego cerrar ese vínculo y más adelante iniciar otro.

Según otra teoría las mujeres son infieles por naturaleza. Un estudio realizado por los profesores Steven Gangestad, Randy Thornhill y Christine Garver, de los departamentos de Psicología y Biología de la Universidad de Nuevo México, en Albuquerque, las mujeres son sexualmente más activas pocos días antes, durante y después de su período de ovulación, mostrando diferentes tipos de conductas provocativas. Sin embargo, el problema no radica en que las mujeres se muestren más sexuales durante "esos días", sino que el deseo, el apetito y el mayor interés sexual que experimentan de pronto, se da hacia quienes no son sus parejas.

Saludos!!

2006-11-30 16:52:48 · answer #11 · answered by Anonymous · 0 0

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