Tonatiuh
En la mitología azteca, Tonatiuh era el dios del sol. El pueblo azteca lo consideró como el líder de Tollan, o el cielo. También fue conocido como el quinto sol, debido a que los aztecas creían que asumió el control cuando el cuarto sol fue expulsado del cielo. De acuerdo a su cosmología, cada sol era un dios con su propia era cósmica y según los aztecas ellos aún se encontraban en la era de Tonatiuh.
De acuerdo al mito azteca de la creación, el dios demandaba sacrificios humanos como tributo y si estos se le rehusaban, él se movería a través del cielo para ocultarse. Se dice que alrededor de 20,000 personas eran sacrificadas cada año a Tonatiuh y otros dioses, aunque se piensa que este número era exagerado por los aztecas que querían inspirar el miedo en sus enemigos o en los españoles que pretendían envilecer el culto azteca. Los aztecas estaban fascinados con el sol y lo observaban cuidadosamente, y tenían un calendario solar que estaba en segundo lugar en cuanto a precisión, solamente superado por el calendario de los mayas. Muchos de los monumentos aztecas que se mantienen en pie en la actualidad, están alineados con el sol, en el calendario azteca se represento con un cuchillo de sacrificio como lengua; era dibujado con el disco solar en la espalda y con el cuerpo y la cara rojos.
Huitzilopochtli es uno de los dioses originales de los aztecas de cuando eran una tribu seminomada. En náhuatl su nombre significa "el colibrí izquierdo"; sin embargo, según Laurette Sejourne, en el lenguaje esotérico náhuatl, el nombre también se puede traducir como "el que viene del sur".
Según la tradición, Huitzilopochtli nació de Coatlicue, la madre tierra, que se embarazó con una bola de plumas que cayó del cielo mientras barría los cerros de la sierra de Tollan. Sus 400 hermanos al notar el embarazo de su madre y a instancias de su hermana Coyolxauhqui, decidieron ejecutar al hijo al nacer para ocultar su deshonra, pero Huitzilopochtli nació y mató a la mayoría. Venció y mató a Coyolxauhqui quien quedó desmembrada al caer por las laderas de los cerros, pero su madre lo reprendió de tal violencia, así que Huitzilopochtli tomó la cabeza de su hermana y la arrojó al cielo, con lo que se convirtió en la luna, siendo Huitzilopochtli el sol.
Deidad tribal de una tribu guerrera, era un dios eminentemente guerrero; cuando los aztecas tomaron los dioses de las otras culturas nahuas, como la Tolteca, elevaron su dios al nivel de los grandes dioses de Mesoamérica, como Tláloc, Quetzalcóatl y Tezcatlipoca.
Así, en el centro de su ciudad, Tenochtitlan, construyeron un templo con dos altares, uno dedicado a Tláloc y el otro a Huitzilopochtli. Sobre el pequeño templo primitivo, cada 52 años se la añadía otra construcción, cada vez más grande. En las ruinas actuales se pueden ver las distintas etapas, como capas de cebolla.
A estos dioses se les ofrecían sacrificios humanos: a Tláloc, niños varones enfermos, y a Huitzilopochtli cautivos de habla náhuatl, tomados en combate. Cuatro sacerdotes sostenían al cautivo de cada extremidad y un quinto hacia una incisión con un afilado cuchillo de obsidiana y extraía el corazón. El prisionero estaba completamente cubierto de gris, que era el color del sacrificio, y tal vez estaba drogado, pues los gritos se consideraban de mal gusto en el caso del sacrificio a Huitzilopochtli.
El propósito de los sacrificios a Huitzilopochtli era darle vigor para que pudiera subsistir en su batalla diaria, y lograr así que el sol volviera a salir en el siguiente ciclo de 52 años. Según la tradición nahua, han transcurrido 4 eras que terminaron en desastre, y vivimos en la quinta creación que terminara en un año "uno movimiento", esta fecha se repite cada 52 años en el calendario. Los aztecas pensaban que alimentando al sol, Huitzilopochtli, se podría posponer el fin al menos por otro ciclo. Ellos no pensaban que fuera necesario un sacrificio diario. La Fiesta en honor a Huitzilopochtli se celebraba una vez al año. Esta concepción no es común a los demás pueblos nahuas, y al parecer fue debida a Tlacaelel, quien además instituyó la costumbre de las "guerra florida" a fin de que su dios pudiera disponer de cautivos de habla náhuatl.
En la religión azteca, los guerreros que morían en batalla, los que morían sacrificados y las mujeres que morían en el parto estaban destinados al paraíso y quizás para (los relatos no son muy claros en esto) renacer en esta tierra como mariposas. Por ello se consideraba un honor ser sacrificado a Huitzilopochtli.
COMO VERÁS SON DOS DIOSES DIFERENTES.
2006-11-26 19:18:01
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answer #1
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answered by nitzahom 5
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