English Deutsch Français Italiano Español Português 繁體中文 Bahasa Indonesia Tiếng Việt ภาษาไทย
Todas las categorías

2006-11-24 10:48:12 · 11 respuestas · pregunta de hecane1 1 en Arte y humanidades Filosofía

11 respuestas

La razón humana es el criterio para una conducta recta en el modelo elaborado por el filósofo holandés Baruch Spinoza. En su obra más importante, Ética (1677), Spinoza afirmaba que la ética se deduce de la psicología y la psicología de la metafísica. Sostenía que todas las cosas son neutras en el orden moral desde el punto de vista de la eternidad; sólo las necesidades e intereses humanos determinan lo que se considera bueno o malo, el bien y el mal. Todo lo que contribuye al conocimiento de la naturaleza del ser humano o se halla en consonancia con la razón humana está prefigurado como bueno. Por ello, cabe suponer que todo lo que la gente tiene en común es lo mejor para cada uno, lo bueno que la gente busca para los demás es lo bueno que desea para sí misma. Además, la razón es necesaria para refrenar las pasiones y alcanzar el placer y la felicidad evitando el sufrimiento. El estado humano más elevado, según Spinoza, es el "amor intelectual de Dios" que viene dado por el conocimiento intuitivo, una facultad mayor que la razón ordinaria. Con el uso adecuado de esta propiedad, una persona puede contemplar la totalidad del universo mental y físico y considerar que éste engloba una sustancia infinita que Spinoza denomina Dios sin disociarlo del mundo.

2006-11-24 10:55:27 · answer #1 · answered by krlitos 6 · 4 0

Para una adecuada comprensión del contenido de los tres apartados principales

de este trabajo, como son los referidos al alma, a la voluntad y a la libertad, es pertinente,

al menos, una breve exposición de aquello sobre lo que se fundamentan los tres conceptos

anteriores en la "Etica" de Spinoza: se trata de la metafísica, pues sorprende como, desde la

metafísica, Spinoza aboca a planteamientos éticos.

El concepto de sustancia es el núcleo de toda la metafísica spinozista. La

sustancia es increada, pues es causa de sí misma. Esto es, su esencia implica su existencia

("la existencia de Dios y su esencia son uno y lo mismo", prop.**-I), contrariamente a cómo

sucede con respecto a las cosas (en éstas, su esencia no conlleva su existencia), cuya causa

es la sustancia, pues su ser, su existencia, depende de la sustancia. La sustancia es

autosuficiente, no depende de nada más que de sí misma, y por ello es Dios, que existe "en

virtud de la sola necesidad de su naturaleza" (def.VII, I). De esto se desprende que la

sustancia es una, única, infinita y eterna. Vemos cómo la concepción divina de Spinoza

difiere de la tradición religiosa judeo-cristiana, pues se opone a la idea de creación. Esto

supondría la existencia de una sustancia anterior creadora del cosmos, con lo cual la sustancia

ya no sería única ni infinita y eterna, lo que, según Spinoza, sería absurdo.

La esencia de la sustancia se compone de infinitos atributos, que son diferentes

expresiones de aquella, a través de cuyo conocimiento se da el conocimiento de la sustancia.

Dos de estos atributos son la cosa extensa y la cosa pensante, que son atributos y no

sustancias como sostiene Descartes. Esto, desde la perspectiva de Spinoza es imposible, pues

dos sustancias no pueden coexistir. La cosa extensa corresponde al cuerpo y la cosa pensante

al alma.

Por último se encuentran los modos, que son la expresión última de la sustancia y que

componen en número infinito a cada atributo de los infinitos que componen a su vez la

sustancia. Los modos son las cosas singulares, los afectos, y su causa inmanente es la

sustancia, existen en y por causa de ésta. Son estados de la sustancia o del universo en puntos

concretos en la espacialidad y en la temporalidad. Se definen asimismo como todo aquello

que es el efecto de una causa, y dado que son la expresión última de la sustancia, de la

necesidad de la naturaleza divina, las causas-efectos se darán con necesariedad, con

determinación: "En la naturaleza no hay nada contingente...todo está determinado a existir

y obrar de cierta manera" (prop.XXIX, I). El cosmos es un engranaje que fluye con una

absoluta necesariedad que surge de la naturaleza divina, de la esencia misma de la sustancia.

Queda por ver cómo entiende Spinoza el alma, la voluntad y la libertad, como los

define y en qué puedan consistir dentro de este marco metafísico.

Espero que te sirva..Suerte

2006-11-24 22:02:43 · answer #2 · answered by INCA 7 · 2 0

Decir que Spinoza llevó a su máximas consecuencias el racionalismo, no por sabido es menos sabio, sin embargo, por lo general y pretencioso del enunciado, no necesariamente alude de manera correcta al estructurado y profundo pensamiento de este filósofo de origen judio-hispánico avecindado en Holanda. La vida y obra de Spinoza reflejan no sólo un verdadero compromiso, sino también un congruente cuestionamiento a dogmas y privilegios de su tiempo, tal vez por eso Toni Negri lo describe como subversivo. Considerado por algunos como menor en aras de su racionalismo exacerbado, el pensamiento de Spinoza es por demás conciliador y muestra una faceta del hombre que nadie se había atrevido a indagar, quizá porque sólo él imagino al racional ser y desechó al infinitamente elucubrado ser racional.

Para entender a Spinoza es necesario volver a Parménides de Elea. Existe un hilo conductor y una estrecha conexión de pensamientos entre el presocrático y este filósofo del siglo XVII, inclusive más que con el mismo Descartes. No es casualidad que muchos consideren a Parménides el primer racionalista que, a diferencia de sus contemporáneos, no le interesó indagar de qué están hechas todas las cosas, sino comprender el todo como un gran ente dador de vida, como un sistema del que no podría escapar nadie.

Parménides y Spinoza comparten, en primera instancia, el carácter deductivo de su pensamiento, característica por demás distintiva del racionalismo. Ambos inician con planteamientos generales cual bases sobre las que se fundamentarán y, a su vez, permitirá a sus ideas una ingeniosa e infranqueable libertad de acción. En segunda instancia, y como consecuencia de lo anterior, no hay nada fuera de lo racional, ni de lo planteado por la razón, sólo es real aquello que es y como lo que no es real, no es, simplemente no existe.

El postulado parmenídeo parte de una inocentemente perversa frase, inobjetable en un principio, pero con consecuencias terribles: "Es necesario decir y pensar que el ser es, porque es posible que el ser sea y es imposible que el no-ser sea" (Parménides en Buss Mitchell, 1999, p. 19). A partir de ello es posible afirmar que el ser es inmutable, eterno, único y por ende, omnipresente. No hay nada que escape al ser, no hay nada fuera del ser, pues eso sólo significaría que es el no ser. El ser es y el no-ser, no es.

Es a partir de aquí donde Spinoza comienza, sin obviarlo por supuesto, a desarrollar su visión del mundo y su concepto de ética, ambas unidas e inconcebibles por separado. Spinoza no propone un conjunto de deberes, sino las consecuencias de un actuar racional; Spinoza no se pronuncia por un deber ser, sino por un ser; no impone, sólo señala. Al igual que con Parménides, al aceptar sus definiciones y postulados, será poco que menos que imposible no poder aceptar sus particularidades. El nombre del juego es deductivo, ordenado y desestima todo aquello no entendible por la razón, simplemente porque no existe nada fuera de ella. Aristóteles entendió perfectamente el sentido de la filosofía parmenídea cuando en el primer libro de la Metafísica señala: "La unidad de Parménides parece ser la unidad racional" (Aristóteles, 2002, p. 19). A la postre, lo mismo sucedería con Spinoza.

La Ética Demostrada Según el Orden Geométrico, al más puro estilo de un moderno y común libro de física, se concreta a predecir lo que sucedería previos acuerdos metodológicos y mínimos necesarios para que el experimento se desarrolle y compruebe lo anteriormente expresado en teoría. Si para Descartes y aún para Euclides, la geometría resultó ser el campo perfecto de las ideas claras y distintas ¿Por qué no explicar y más aún, demostrar, el carácter del hombre a través de esas maravillosas estructuras y formas de pensamiento? Nótese las palabras carácter y demostración, Spinoza entendió muy bien que la ética no era un conjunto de normas impuestas y sujetas a castigo o reprimenda en caso de no acatarlas, sino toda una serie de características que distinguen a una persona de entre las demás, es decir, carácter y demostrada, porque esa forma de ser existe, es verificable en la realidad y además constituye un comportamiento lógico de una persona.

El panteísmo de Spinoza
La Ética Demostrada Según el Orden Geométrico parte de conceptos tan generales como Dios y el origen del alma, para terminar en la libertad del hombre y la fuerza de sus afecciones. En cinco partes, Spinoza delimita y traza la conducta de hombre de acuerdo a la razón, razón que sería no sólo el común denominador de todos, sino el gran ente integrador del hombre, incluso Dios está circunscrito por su razón.

Su racionalismo y su origen judío, con el que tuvo muchos problemas por su espíritu crítico, no le impidieron concebir la existencia de Dios, así de simple y de complejo. Spinoza formula una tesis panteísta a través de una posición racionalista que termina en ubicar que todo es Dios, como el único que posee todos los atributos, o como él mismo indica en sus primeras definiciones: "Entiendo por Dios un ser absolutamente infinito, es decir, una sustancia constituida por una infinidad de atributos, cada uno de los cuales expresa una esencia eterna e infinita" (Spinoza, 1984, p. 25).

Dios pues, existe necesariamente al ser la única "sustancia constituida por la infinidad de atributos de los que cada uno expresa una esencia eterna e infinita" (Spinoza, 1984, p. 33). Nada escapa a Dios, es la única sustancia, es decir, Dios es lo que se concibe por sí y no depende de nadie ni nada para formarse, se basta a sí mismo, por ello es que tiene un número infinito de atributos y se le necesita para explicar a todo lo que existe.

Y es justamente aquí en donde el panteísmo de Spinoza tiene una variación, pues no lo concibe bajo la forma común: Dios es todo, sino todo en Dios: "Todo lo que es, es en Dios y nada puede existir ni concebirse sin Dios" (Spinoza, 1984, p. 37) En pocas palabras, fuera de Dios no puede existir ni concebirse sustancia alguna, por ello Dios tiene todos los atributos, algunos los comparte de forma completa, algunos de forma completa. Dios es el gran ente integrador y poseedor de todo, el origen y la sustancia de todo cuanto existe.

Dios posee naturaleza eterna e inmutable, por ende es trascendente, justo como el ser de Parménides. Dios es el ente dinamizador de la creación, el principio y fin de todo cuanto existe.

En cuanto al actuar de Dios, su conducta está determinada por su propia naturaleza. El carácter racional, o mejor dicho, la racionalidad es una frontera que el mismo Dios no puede rebasar, simplemente porque su actuar se vería mermado al perder la infinitud de sus atributos, pues como lo menciona el segundo corolario de la proposición XXXII de la primera parte:

Se sigue : 2°, que la voluntad y el entendimiento sostienen con la naturaleza de Dios la misma relación que el movimiento y el reposo, y, absolutamente, que todas las cosas de la Naturaleza que (Prop. 29) deben ser determinadas a existir y a obrar de cierta manera. Porque la voluntad, como todas las demás cosas necesita de una causa que la determine a existir y a producir algún efecto de cierta manera. Y aunque de una voluntad dada, o de un entendimiento dado, se siga una infinidad de cosas, no se puede decir por esto que Dios obra por la libertad de su voluntad; así como no se puede decir, porque del movimiento y del reposo se sigan ciertas cosas (y porque estos efectos sean también innumerables), que Dios obra por la libertad del movimiento y del reposo. Por consiguiente, la voluntad no pertenece a la naturaleza de Dios más que las otras cosas de la Naturaleza y el reposo y todas las demás cosas, que hemos demostrado que siguen en la necesidad de la naturaleza divina y son determinadas por ellas a existir y a producir algún efecto de cierta manera (Spinoza, 1984, p. 55).

La naturaleza divina y la voluntad son causa necesaria aún en Dios mismo, es una forma de, al mismo tiempo, justificar su existencia y manifestar sus actos. Por otra parte si la voluntad y el entendimiento son un cierto modo de pensar: es justamente la razón la gran causa necesaria, la que une y engloba todo. Dios es sólo cosa pensante.

Cuerpo, alma y pensamiento
Esta estructura y visión puramente racional, no podría funcionar sin encontrar una razón trascendente y que funcione a manera de modelo rector, esta razón, es la relación causa-efecto. Presente en todo y abierta manifestación de la necesidad de explicar el porqué de las cosas, Dios incluido y sometido, la relación causa-efecto desciende desde la Naturaleza divina. El axioma III de la primera parte señala: "De una causa determinada que se supone dada, se sigue necesariamente un efecto y, por el contrario, si no es dada ninguna causa determinada, es imposible que se siga un efecto "(Spinoza, 1984, p. 26). Esta réplica de la tercera ley de Newton presenta dos cuestiones: la atracción del estudio del carácter por parte de los racionalistas y, que no hay nada que escape a lo racional. La proposición XXVI señala: "Una cosa determinada a producir algún efecto ha sido determinada necesariamente por Dios; y la que no ha sido determinada por Dios no puede determinarse por sí misma a producir un efecto" (Spinoza, 1984, p. 50)

Como buen cartesiano, Spinoza comienza por separar el alma y el cuerpo: "Entiendo por cuerpo, un modo que expresa la esencia de Dios, en cuanto se le considera como cosa extensa de una manera cierta y determinada" (Spinoza, 1984, p. 67) y más adelante "El Alma humana no envuelve el conocimiento adecuado de las partes que componen el Cuerpo humano" (Spinoza, 1984, p. 94). El hombre pues se compone de una Res Extensa y una Res Cogintans que, sin embargo no son mutuamente excluyentes o hasta denigrante la primera para la segunda como en el racionalismo cartesiano. El cuerpo es parte importante del hombre en tanto es una creación divina, que sigue a una causa y terminará en un efecto. En resumen, el cuerpo es también una creación de la necesaria voluntad de Dios, de ese envolvente espíritu racional. Pero Spinoza las entiende unidas para que el hombre desempeñe sus funciones propias, inclusive se deshace de dictados que él considera caducos en cuanto al hombre como el corruptor de la naturaleza y como ente separado de ésta por sus sentimientos y pasiones:

Creen, efectivamente, que el hombre perturba el orden de la Naturaleza en vez de seguirle, que tiene sobre sus propias acciones un poder absoluto y sólo toma de sí mismo su determinación. Buscan la causa de la impotencia y la inconsistencia del hombre, no en la potencia común de la Naturaleza, sino en no sé qué vicio de la naturaleza y, por este motivo, se lamentan o se burlan de ella, la desprecian o, lo que es más frecuente, la aborrecen; el que censura con más elocuencia o mayor sutilidad la impotencia del Alma humana es considerado como un ser divino (Spinoza, 1984, p. 121).

Los sentimientos, pues, son parte de la Naturaleza humana, el quitarlos sería tanto como que el hombre perdiera su característica de hombre. Spinoza no propone una dominación de las pasiones y sentimientos al estilo mesurado de Sócrates o equilibrado de Aristóteles, sino un pleno conocimiento de ellos, pues parte de la premisa de que nada es suficientemente dañino si se conocen sus consecuencias.

Los sentimientos, o las afecciones como él las llama, se dibujan en las ideas de falso, verdadero e inadecuado. Para empezar "Toda idea que es absoluta en nosotros, es decir, adecuada y perfecta, es verdadera" (Spinoza, 1984, p. 100) y si las ideas adecuadas y perfectas son aquellas que constituyen la esencia del Alma, en relación directa con Dios, las ideas verdaderas no serán otras que las formuladas con y gracias a la razón.

Las ideas falsas no serán otras que las confusas e incompletas, es decir, las que se encuentran privadas del conocimiento de las cosas. Enseguida surgen las ideas inadecuadas y confusas, pero todas estás ideas, por su falta de conocimiento y su inexactitud no pueden estar en sintonía con Dios, con la esencia del Alma y con la razón, sino sólo en relación con el Alma en particular de alguien. Esas ideas inadecuadas, bien podrían ser llamadas afecciones. Su imperfección e inexactitud radica en ser discordantes con la esencia del Alma, con Dios y con la razón. La proposición III de la tercera parte lo señala de esta manera: "Las acciones del Alma nacen únicamente de las ideas adecuadas; las pasiones dependen sólo de las ideas inadecuadas" (Spinoza, 1984, p. 123).

Ello lleva a otro punto, no menos importante en la obra de Spinoza y tema central en el racionalismo y visiones opuestas: el conocimiento.

La posición en relación a la posibilidad de conocer en Spinoza es, de la misma forma que en sujeto cartesiano, igual ante el conocimiento. Todos los hombres son iguales cuando conocen, pero Spinoza introduce una variante al mencionar la figura de Dios, porque al ser Dios una cosa que piensa "Por consiguiente, lo que da el conocimiento de la esencia eterna e infinita de Dios es común a todos y se halla igualmente en la parte y en el todo, y, por consiguiente este conocimiento será adecuado" (Spinoza, 1984, p. 112). Sólo porque todos tienen esa esencia, todos pueden conocer, por decirlo de algún modo, la acción de conocer se ejecuta porque se conoce una parte de Dios.

En consonancia con lo ya expuesto, la idea adecuada será aquella "en cuanto se la considera en sí misma, sin relación al objeto" (Spinoza, 1984, p. 68). La idea adecuada no necesita de auxiliar alguno para serlo, se trata de una idea intrínseca, de una idea verdadera, su carácter no está en función de una demostración externa, sino de un conocimiento interno.

Conclusiones
Spinoza demuestra no sólo la compatibilidad entre lo humano y la razón, sino la unión de ambas, lo que no pueda entrar o acoplarse es simplemente porque no es parte de la Naturaleza divina: la razón.

Dios es la única sustancia, el gran poseedor de todos los atributos, pero su existencia está supeditada a la razón como la gran ordenadora y dictadora, la razón flota en el ambiente que respira Dios. Su existencia es necesaria en la medida de ser el creador, inspirador y causa de todo lo que hay. Todo en Dios.

La conducta humana está sujeta a una serie de afecciones, sentimientos, pasiones y equivocaciones, que son producto de su propia Alma y del desconocimiento, su trabajo consiste en conocerlas y saber la forma en cómo actuarán en él. La ética es el estudio de esas afecciones, prediciendo lo que ocurrirá si... y describiendo la forma de actuar de una persona que conciba de igual manera el mundo.

La mejor manera de evitar los errores es actuar con conocimiento de causa, pues nada se escapa de la relación causa-efecto y al conocer la causa por ende se conocerá también el efecto lo que implica predecir y entender el porqué. ¿Algún parecido con la ciencia?. Es posible afirmar que Spinoza no intenta otra cosa que desvelar la verdadera naturaleza del error.

Spinoza no concibe a un hombre aislado o separado de la naturaleza o del orden, sino a un integrante más de ese conjunto, lo cual significa que está en constante posibilidad de conocer a Dios y, más aún, en Dios. Si Platón decía que conocemos cuando recordamos, Spinoza señala que esto es posible sólo cuando conocemos a Dios.

2006-11-24 10:52:36 · answer #3 · answered by KARLOS!!! 2 · 2 0

En la vida de cualquier hombre existe la posibilidad de llegar la impotencia por esto, hace falta comprender que hay una salida, en este lugar https://tr.im/v8kmb . Nunca podría razonar que mi noviopodría a a tener impotencia sin embargo el especialista ha sido preciso, esto sucedió hace un año después de este día gasto mucho dinero en pastillas, sin embargo no le ayudo mucho hasta que descubrí, por suerte, esta fórmula, en poco tiempo las cosas en la cama han empezado a cambiar y ahora estamos muy felices juntos que ya ideamos la boda. Estos libros mejoran la vida.

2016-04-17 03:28:26 · answer #4 · answered by ? 3 · 0 0

Tener problemas con la disfunción eréctil no es una degradación, conoce la manera tratarla aquí https://tr.im/FAKhM . Mi marido tenia este este inconveniente y no solo que la vida de matrimonio comenzaba suprimirse sino que, también cada vez se encontraba más histérico porque se notaba impotente, he investigado una salida en internet y encontré este libro que a poco tiempo después de ejercer sus procedimientos han originado consecuencias. Estos libros han sido la mejor compra.

2016-02-20 18:47:08 · answer #5 · answered by Anonymous · 0 0

pensamiento psicoanalítico y posmoderno. ... que distingue al demente y al razonable según Espinoza, e inversamente y al mismo tiempo, qué es ... le impedía a Espinoza hacer una ética.

2006-11-24 11:38:52 · answer #6 · answered by alejandra s 2 · 0 0

::

2006-11-24 11:04:03 · answer #7 · answered by En efecto... 3 · 0 0

Spinoza y la democracia de la alegría de lo necesario


"Pensar es fácil. Actuar es difícil.
Actuar siguiendo el pensamiento
propio es lo más difícil del mundo. "
Goethe





La Modernidad se organizó de espaldas al pasado y con vistas al futuro. El presente era el proyecto del futuro. Esta primera etapa de la Modernidad se basaba en una racionalidad, heredera del Iluminismo, que creía en un progreso lineal y homogéneo cuyo resultado inevitable iba a ser la felicidad para todos. En la actualidad, por el contrario, con el triunfo del pragmatismo neoliberal se han cambiado los tiempos: el futuro ha caído sobre el presente. Pero ya no como el lugar de la utopía prometida sino como un horizonte de peligros y amenazas.

Si la concepción del tiempo en la actualidad nos ofrece un presente conquistado por el futuro no quiere decir que el pasado no tenga lugar. El ser humano está sujeto a su historia. Depende de ella para transformar su presente e imaginar su porvenir. Por muy selectiva que sea su memoria hay límites al olvido aunque estos se manifiesten como síntomas de lo que no se quiere recordar. Esta estrechez del futuro que ha llevado a la desesperanza hace necesario una reconciliación con los tiempos pretéritos. Es decir construir una memoria para el futuro. Pero estos tiempos pasados no están ahí a la espera de ser devueltos a la vida para recibir un juicio certero e implacable. La mirada desde el presente se hace necesaria para poder entender las múltiples complejidades que se presentan en la crisis de valores de la Modernidad. Para ello es necesario construir una racionalidad basada en un pensamiento complejo que pueda dar cuenta de las transformaciones que se han dado en la subjetividad y en el tejido social y ecológico. Esto plantea la necesidad de re-encontrar los valores propios de la Modernidad: libertad, igualdad y solidaridad.



Nuevos espacios de libertad



Las experiencias social-autoritarias 1 de este siglo han finalizado –debemos decir ¡por suerte!- en estrepitosos fracasos. Pero también se debe reconocer que las democracias de este capitalismo globalizado son absolutamente limitadas por los grandes poderes económicos. Es decir, se ha reemplazado el partido único de los estados social-autoritarios por la economía única. Esta situación ha llevado a que la sociedad viva en permanente contradicción: orden y desorden, organización y crisis. La sensación es que no podemos prevenir el porvenir de nuestra vida y de la sociedad. Es que, como dice Prigogine, "nunca podemos predecir el futuro de un sistema complejo, el futuro esta abierto". Esto no quiere decir que es imposible razonar o reemplazar el progreso ascendente y lineal por una total arbitrariedad donde todo es posible. Lo que se quiere indicar es que en toda situación hay algo de imprevisible de la actividad humana: nuestro deseo. Es decir lo importante es comprender que la subjetividad puesta en acción y otros factores producen una indeterminación en el devenir de la historia.

En tanto somos mortales cada ser humano y cada sociedad construye un fulgor momentáneo 2. Como ocurre en toda crisis es dentro de ella donde podemos encontrar los fulgores del malestar actual. Toda crisis es riesgo y oportunidad. Riesgo de regresión y oportunidad de progresión. La perspectiva freudiana piensa a la crisis como un revelador y un operador. La crisis revela lo que estaba oculto en el seno de la sociedad. En este sentido, en la actualidad los fulgores del malestar se encuentran en la necesidad de generar nuevos espacios de libertad individual y colectivos. Aunque, muchas veces, esta búsqueda de la libertad es confundida con el "individualismo negativo" de tener más, ha llevado a que importantes sectores de la población encuentren nuevas formas de identidad y autonomía individual; así como a crear organizaciones autónomas del orden social y político. Hoy el sujeto se siente capaz de romper con sujeciones que estuvo sometido durante años tanto en las relaciones de pareja, familiares, grupales, sociales y políticas. Nos encontramos con la defensa de la individualidad de un sujeto contra una sociedad que quiere masificarlo en una economía de mercado. Hay una búsqueda de libertad que se transforma en "micropolíticas" que ponen en cuestionamiento los valores fundamentales de la convivencia existentes hasta ahora. Muchas de ellas realizadas en la lucha por la supervivencia, producto de la desestructuración que impone el actual desarrollo capitalista.

Hoy debemos tener en cuenta distintos tipos de libertad y de morales. Las mismas llevan a que las organizaciones políticas, sindicales y sociales no pueden dar respuesta a formas de participación directas y autoorganizadas. De esta manera si bien existe una ruptura de los lazos sociales, las formas de re-encontrar una relación con el otro rompe los fundamentos sociales existentes y requieren una perspectiva social y política que no se vislumbra aunque se realiza, en los hechos, a través de organizaciones que luchan por el reconocimiento y reivindicaciones económicas, salariales, sociales, sexuales, de género, ecológicas, etc.

En este sentido es necesario plantear algunas preguntas ¿Cómo se concilian las estructuras familiares de autoridad con las nuevas reivindicaciones de libertad de mujeres y hombres? ¿Es posible compatibilizar la necesidad de una participación directa y de autoorganización con una democracia limitada por decisiones políticas tomadas desde un poder social y económico? ¿Cómo armonizar la libertad individual con el hecho de vivir en comunidad? ¿Cómo pensar una política de la autoorganización? ¿Cómo volvemos a inventar lo que nos mantenía unidos?

La alegría de lo necesario

La libertad no es el conocimiento de la necesidad sino el esfuerzo consciente de construir una Topía, un lugar donde nuestros deseos y sean posibles. En este sentido, para empezar a contestar las preguntas planteadas anteriormente creo que es necesario establecer algunas cuestiones acerca de la ética. Para ello nada mejor que recurrir a Spinoza, el padre de todos los ateos. La complejidad de su pensamiento hace que me vea obligado a resumir solo algunos aspectos del mismo.

El único mandamiento que se puede encontrar en su obra se puede resumir en una frase: la alegría de lo necesario. Para Spinoza la modalidad de todo lo que existe es la necesidad y la libertad en el ser humano no está ligada a su voluntad sino a la capacidad racional de formarse ideas adecuadas sobre lo necesario y organizar su "conatus' - es decir su deseo - según ellas. De esta manera, no puede haber otra reflexión ética que no sea a partir de la acción humana. La ética implica que el sujeto se haga responsable de sus actos. Este el pensamiento de Spinoza. No hay otra ética más que frente a los otros. La ética es social, es frente a los otros y en los otros. Por ello para mantener una relación ética con los otros es necesario que hablen, y poner en palabras lo que le pedimos. Pero esta palabra debe ser una palabra pulsional , una palabra puesta en acto. No una palabra vacía, hueca y sin consistencia 3. Esta debe ser una palabra encarnada en un cuerpo que la lleva a la acción. Una acción donde la ética determina nuestra responsabilidad.

La filosofía de Spinoza plantea un proceso de liberación individual y colectivo que permite entender como pasar de la servidumbre a la libertad y de la impotencia al poder. La liberación individual y, por lo tanto, ética debe ser colectiva y política: "nada es más útil al hombre que el hombre mismo". Por ello no formula una ética del deber ser sino una ética materialista del poder ser. Obrar éticamente consiste en desarrollar el poder del sujeto y no en seguir un deber dictado desde el exterior. El ser de Spinoza es poder y potencia, no deber. Es así como la única libertad posible es el reconocimiento de la necesidad causal y dicha libertad no es un dato a priori, sino el resultado de un proceso de liberación que lo constituye como ético. Este se realiza a través del conocimiento de las propias pasiones para realizar una utilización de estas que la conviertan de pasiones tristes (el odio, el egoísmo, la violencia, etc.) en pasiones alegres (el amor, la solidaridad, etc.). De esta manera el objetivo de la liberación ética es pasar de las pasiones tristes a las pasiones alegres.4

El materialismo de Spinoza, al contrario de Descartes, es que el sujeto nunca es dueño de sus pasiones y su razón siempre está en la necesidad de utilizar unas pasiones contra otras con el objeto de pasar de las pasiones tristes a las alegres para desarrollar el poder del sujeto sobre sí mismo y sobre las cosas. Es decir, su razón es una razón apasionada. En este sentido el juego de afinidades y tensiones entre Freud y Spinoza tienen una preocupación central que incluye el pathos de la emancipación humana por medio del autoconocimiento . En Spinoza es el conocimiento racional de nuestras propias pasiones, en Freud, "hacer consciente lo inconsciente". Ambos observan las pasiones más complejas con la fría mirada de la necesidad; se abstienen de moralizar, suspenden sus propios miedos y angustias y la tentación de adjudicar culpas para penetrar en sus objetos de investigación mediante una askesis intelectual. Freud con un objetivo terapéutico contra complejos y neurosis; Spinoza con un interés filosófico.5

El futuro imperfecto

A mediados del siglo XIX un joven de veintitrés años comenzó a estudiar el "Tratado teológico-político" y la "Correspondencia" del filósofo de Amsterdam. Luego copio extensos párrafos de los originales escritos por Spinoza, dispuso los fragmentos en forma particular y los título "Tratado teológico-político de Spinoza por Karl Heinrich Marx, Berlín, 1841". Podría pensarse en un plagio, aunque en realidad fue un acto de apropiación filosófica. Es que el pensamiento de Spinoza fue la base del de Marx, tal como lo admitió en muchas ocasiones 6. Que los enemigos de Marx sigan más presentes que sus partidarios es un mérito que hay que atribuirle al propio Marx. Es que a pesar de lo que suele creerse y de las experiencias social-autoritarias realizadas en su nombre, Marx no se opone a la democracia, por el contrario trata de entender las dificultades de su desarrollo: la explotación del hombre por el hombre, la consideración mercantil y no social de la mercancía, el pretender que las leyes del mercado son naturales, etc.7 En la misma época, desde otra perspectiva, aparecen críticas libertarias que señalaban los peligros de una planificación burocrática, de la centralización del poder político y la supresión de formas autoorganizativas. Ambos pensamientos plantean una democracia donde la libertad no queda de lado al servicio de una utopía que tendrá la forma de los medios que se han puesto para conseguirla. Esta es la experiencia de los estados social-autoritarios, así como de las democracias capitalistas que responden a los intereses de diferentes sectores económicos.

En este sentido es importante recobrar algunos aspectos de la ética de Spinoza y su relación con el gobierno democrático. Su ética es individualizada,no es individualista ni, por lo tanto, liberal sino la de la comunidad ontológica racional existente y la Naturaleza. En este sentido su propuesta es una democracia en la cual el derecho de los individuos tiene un límite en los derechos de la comunidad, entendida esta ontológicamente, como una realidad más "real" que aquellos que la componen.

Para Spinoza la política es una empresa colectiva, la moral es individual, algo que se juega en la subjetividad de cada uno, aunque se despliega en la intersubjetividad. Todos los seres humanos son iguales en el plano político, distintos en el orden moral. A la igualdad de derechos políticos le corresponde la desigualdad de criterios morales. Lo que se debe tener en claro es que cuando se plantea la necesidad de un pluralismo moral no hay que confundirlo con un relativismo o escepticismo en cuestiones morales. Este pluralismo moral no descarta la universalidad sino que la exige, excluyendo a los exterminadores y a los iluminados.8

De esta manera Spinoza sostiene que la sociedad política no es un cuerpo moral, por lo tanto nunca quedará conculada la diferencia entre la voluntad individual y la colectiva. Pero si la democracia se caracteriza por una concertación permanente, no quita que la sociedad en su conjunto no se den los más altos objetivos de justicia, igualdad y cooperación colectiva. Estos no se sustentan en la incierta actitud moral de los ciudadanos sino en la adecuación y eficacia de los instrumentos políticos para que genere una cultura al servicio de la vida, es decir de las pasiones alegres. Pero esto no es fácil ya que no se puede concebir una política simple de las pasiones humanas. Es necesario pensar una política compleja que no enfrente a las pasiones desde una verdad racional sino con una razón apasionada más fuerte que las pasiones que quiere contener.

En el "Tratado político" establece que la democracia es el régimen en el que la potencia colectiva no está paralizada en un individuo o grupo particular, sino que permanece en manos de la comunidad, la cual sería sujeto y objeto del poder político. Este es el único estado absoluto: sólo en él se suprime la escisión entre gobierno y pueblo, entre poderosos e impotentes. Pero esta democracia debe estar basada en los principios de libertad, igualdad y solidaridad. En este sentido la elección no reside en una alternativa entre el bien y el mal, entre el olvido de uno en beneficio del otro, sino en la búsqueda de un bien que no desconozca el mal, el sufrimiento y la injusticia cuyo testimonio dan las pasiones a su pesar .

Para finalizar debemos pensar que en el actual malestar de la cultura la libertad es una tarea por cumplir y un problema a resolver. Es importante señalar el hecho de que se generen nuevos espacios de libertad individual y colectivo ya que de esta manera comienza a aparecer la posibilidad de sustraerse a lo negativo para construir nuevos mundos siempre posibles. En estos tiempos de desesperanza, no es poco. ¿Cuál será el resultado? No lo sabemos ya que, como plantea el filosofo Toni Negri, "Todo encantamiento ha terminado: con ello el reino de la posibilidad reside por entero en nuestras comunes y potentes manos

2006-11-24 10:59:18 · answer #8 · answered by Anonymous · 0 0

Parece que ya te contestaron.

2006-11-24 10:57:33 · answer #9 · answered by sinnick 6 · 0 0

Ups!!! Llegué tarde :o(

.

2006-11-24 11:39:09 · answer #10 · answered by Némesis 4 · 0 1

fedest.com, questions and answers