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Hola,
Hoy me han propuesto que redacte un tema histórico medieval, y he pensado en los caballeros de la orden del temple, ya he buscado en internet, pero me gustaría más información.

2006-11-23 19:44:28 · 17 respuestas · pregunta de Anonymous en Arte y humanidades Historia

Os pido tan solo lo que tengais en enciclopedias, porque tengo impresas todas las páginas de internet.

Gracias

2006-11-23 19:58:12 · update #1

Esto va para tukanin, es un trabajo para clase cuando lo termine te enviaré una copia.

2006-11-23 19:59:51 · update #2

17 respuestas

Hola Panxo,

A cerca de los Caballeros templarios he encontrado en la enciclopedia Encarta todos estos datos, y en la página http://www.ordendeltemple.org/ el segundo texto, aunque supongo que esa información ya la tendrás. Espero que te sirva para tu trabajo de periodismo.

Un beso,

Celia

Caballeros Templarios

Caballeros Templarios, miembros de una orden medieval de carácter religioso y militar, cuya denominación oficial era Orden de los Pobres Caballeros de Cristo (también Orden del Temple). Fueron conocidos popularmente como los Caballeros del Templo de Salomón, o Caballeros Templarios, porque su primer palacio en Jerusalén era adyacente a un edificio conocido en esa época como el Templo de Salomón. La Orden se constituyó a partir de un pequeño grupo militar formado en Jerusalén en el año 1119 por dos caballeros franceses, Hughes de Payns y Godofredo de Saint Omer. Su objetivo era proteger a los peregrinos que visitaban Palestina tras la primera Cruzada.

Desde su nacimiento tuvo un fin militar, por lo que la Orden se diferenciaba a este respecto de las otras dos grandes órdenes religiosas del siglo XII: los Caballeros de San Juan de Jerusalén y los Caballeros Teutónicos, fundadas como instituciones de caridad.

La Orden obtuvo la aprobación papal y en 1128, en el Concilio eclesiástico de Troyes, recibió unos preceptos austeros que seguían estrechamente las pautas de la orden monástica de los cistercienses. La Orden Templaria estaba encabezada por un gran maestre (con rango de príncipe), por debajo del cual existían tres rangos: caballeros, capellanes y sargentos. Los primeros eran los miembros preponderantes y los únicos a los que se les permitía llevar la característica vestimenta de la Orden, formada por un manto blanco con una gran cruz latina de color rojo en su espalda. El cuartel general de los Caballeros Templarios permaneció en Jerusalén hasta la caída de la ciudad en manos de los musulmanes en el año 1187; más tarde se localizó, sucesivamente, en Antioquía, Acre, Cesarea y por último en Chipre.

Como los Caballeros Templarios enviaban regularmente dinero y suministros desde Europa a Palestina, desarrollaron un eficiente sistema bancario en el que los gobernantes y la nobleza de Europa acabaron por confiar. Se convirtieron gradualmente en los banqueros de gran parte de Europa y lograron amasar una considerable fortuna. Después de que las últimas Cruzadas fracasaran y menguara el interés en una política agresiva contra los musulmanes, no fue preciso que los Caballeros Templarios defendieran Palestina. Su inmensa riqueza y su inmenso poder habían levantado la envidia tanto del poder secular como del eclesiástico y en el año 1307 el arruinado Felipe IV el Hermoso de Francia, con la colaboración del papa Clemente V, ordenó el arresto del gran maestre francés, Jacques de Molay, acusado de sacrilegio y de prácticas satánicas. Molay y los principales responsables de la Orden confesaron bajo tortura y todos ellos fueron posteriormente quemados en la hoguera. La Orden fue suprimida en 1312 por el papa, y sus propiedades asignadas a sus rivales, los Caballeros Hospitalarios, aunque la mayor parte de aquéllas se las apropiaron Felipe IV y el rey Eduardo II de Inglaterra, el cual desmanteló la Orden en este país.

La Orden se estableció en el primer tercio del siglo XII en Aragón, Cataluña y Navarra, y posteriormente se extendió a Castilla y León. Su actividad en la península Ibérica se centró en la defensa fronteriza frente a los musulmanes, participando en destacadas acciones bélicas, como las empresas de Valencia y Mallorca junto a Jaime I de Aragón, la conquista de Cuenca, la batalla de las Navas de Tolosa (1212) o la toma de Sevilla. Al igual que en Francia, acabaron por caer en desgracia y ser perseguidos. En el reino de Valencia, sus bienes sirvieron para fundar la Orden de Montesa (1317); en Aragón y Cataluña pasaron a los Hospitalarios, y en Castilla a la corona.

EL ÚLTIMO GRAN MAESTRE DE LA ORDEN DEL TEMPLE

Jacques de Molay

El francés Jacques de Molay fue el último gran maestre de la Orden de los Pobres Caballeros de Cristo, más conocida como Orden del Temple, de carácter militar y surgida en Jerusalén en 1119 con el objeto de proteger a los peregrinos que visitaban Palestina tras la primera Cruzada. La riqueza y el poder que llegaron a acumular los Caballeros Templarios llevó a que en 1307 el rey francés Felipe IV, con la colaboración del papa Clemente V, ordenara el arresto de Molay, a quien se acusó de sacrilegio y de prácticas satánicas. Éste confesó bajo tortura y acabó quemado en la hoguera después de que su organización fuera suprimida en 1312.

El Castillo de Ponferrada

Los orígenes de esta fortaleza se remontan a la época romana. Miembros de la orden de los Caballeros Templarios iniciaron en 1178 la reconstrucción del edificio destruido por los godos. Su destino era servir de protección a los peregrinos en su camino hacia Santiago de Compostela y de cenobio a los monjes guerreros. Tras la supresión de la orden, el castillo fue abandonado.

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LA ORDEN DEL TEMPLE, PASADO, PRESENTE Y FUTURO.-

Fundada el 12 de Junio de 1.118 en el Castillo de Arginy por Hugo de Payns y ocho compañeros, a iniciativa de Bernardo de Fontaine, llamado de Clairvaux (San Bernardo), se esclarece en Tierra Santa y en Europa la Milicia de los Pobres Caballeros del Christo y del Templo de Salomón, en los combates y en la paz civil de las encomiendas, para gloria de Dios.

Su divisa era y sigue siendo "Non nobis Domine, non nobis sed nomini tuo da gloriam" (No para nosotros Señor, no para nosotros, sino para gloria de tu nombre (1), resumido en "Nada para nosotros")

LA INIQUIDAD.-

El 13 de Octubre de 1307 a las 5 de la mañana, el brazo secular de Rey de Francia, Felipe llamado "el hermoso", se abate sobre las Encomiendas de la Orden del Temple en Francia. La historia ha recogido siete años de un proceso monstruoso de confesiones sin fundamento, retractaciones, privaciones de sacramentos, suplicios, escándalos, falsificaciones, rapiñas y carnicerías, y por ultimo la dispersión.

El 3 de Abril de 1312, en el Concilio de Vienne, Bertrand de Got, Papa fabricado por Felipe El Hermoso bajo el nombre de Clemente V, producía en una Bula la disolución de la Orden "por provisión", pero no su condena (a falta de pruebas suficientes que hasta hoy día siguen sin aportarse) ni su excomunión; Sus bienes fueron entregados a los caballeros de la Orden de San Juan del Hospital, llamados mas tarde "de Malta". De todas formas, los preciosos "depósitos" de la Orden del Temple, habían sido ya colocados en lugar seguro para los tiempos que habían de venir del Resurgimiento.

De esta forma, la trágica iniquidad que sellaba la inversión de la Autoridad y del Poder, iba a tener, hasta nuestros días y más que nunca, incalculables consecuencias en la historia de los pueblos y de las naciones.

Por sorprendente que parezca, algunos dignatarios de la Orden sabían que iban a tener que sufrir su Pasión como el Divino Maestro. También por designio, antes de expirar en las llamas de su hoguera sobre la Isla de los Judíos, el 18 de Marzo de 1314 a las 17 horas, Jacques de Molay, vigésimo segundo Gran Maestre, emplazaba ante el Tribunal de Dios a sus verdugos: El Papa, el Rey y Nogaret, el Guardián de los Sellos. Los tres perecieron trágicamente antes de cumplirse un año. Marigny les seguiría poco después.

LA TRANSMISIÓN.-

Buscar en lo absoluto los "eslabones" que faltan en su transmisión histórica desde 1.314 hasta nuestros días, sería extraviarse. La Orden medieval dispersada no tuvo en lo sucesivo ninguna manifestación orgánica como tal.

Quienes pretenden lo contrario mienten o se equivocan, si bien es cierto que su memoria y sus enseñanzas fecundaron, durante mucho tiempo y hasta nuestros días, bastantes corrientes de pensamiento y de acción.

Si la estructura aparente y física de la Orden fue destruida, jamás se rompió el hilo de su misión, a pesar de su ocultamiento.

Pertenece a la Orden - y solo a ella - levantar el velo del misterio que la rodeó y la rodea. La iniciativa de su aparición o de su desaparición, en cualquier época y bajo la forma que sea - a despecho de las apariencias históricas - no corresponde de ninguna de las maneras a los hombres, por ilustres que sean.

Esta iniciativa constituye el patrimonio de la Providencia manifestándose explícitamente, al igual que la bajada del Espíritu Santo sobre los Apóstoles en el día de Pentecostés, el 12 de Junio del año 35 de nuestra era.

He aquí su famoso "secreto". La respuesta a los "misterios", aparte de toda alegoría, se encuentra verdaderamente en la Fuente, es decir, en el Cielo. Y el Cielo es, para los templarios, una realidad substancial, no una superstición, ni un fantasma de la imaginación, ni una especulación racional.

La "Palabra" no ha sido nunca realmente perdida por la Orden.
En la oscuridad como en la luz, jamás a cesado de nutrirla a su modo.

Es decir, que a imagen de su maestro el Cristo, del cual es la Milicia, la Orden no tiene que "heredar" lo que es suyo por esencia, ya que lo posee en propiedad, completamente y por toda la eternidad.

Es preciso ser ciego, voluntariamente o no, para imaginar que el Espíritu, con su poder, se transmite como un recuerdo de familia. Quienes no fían mas que en un criterio material de lo que llaman "pruebas", lo hacen a falta de otra referencia. En verdad, hay otras señales.

EL TEMPLO ETERNO.-

La Aventura templaria en el medievo y el retorno de la Orden en nuestra época, no pueden ser comprendidos mas que volviéndoles a situar en su marco fundamental: la acción del Templo Eterno a través del tiempo y del espacio, para la asunción de la condición humana y la preparación del retorno del Cristo en Gloria según los designios de la Providencia.

Es decir, que la Orden ha existido en tiempos muy lejanos y antes incluso de que sus oficiantes celebrasen el culto de "aquel que debía venir".

En este sentido, Adam, después Noé, Abraham, Moisés y sus compañeros, fueron las primeras expresiones históricas sucesivas.

Un siglo antes del nacimiento de Jesús, la Orden de los Hijos de la Luz, los esenios, fue otra manifestación, preparatoria con Juán el Bautista (el Precursor) de la venida del Cristo. Después el Cenáculo de los Apóstoles. A comienzos del siglo VIII, la caballería de la Mesa Redonda, encarnando la Búsqueda del Grial, en la Bretaña celta, sería un resurgimiento, etc.

SOCIEDAD TRADICIONAL DE TRANSITO.-

La originalidad profunda de la Orden del Temple, en sus diversas manifestaciones, es que, servidora de Dios y del Hombre Universal, no aparece en el mundo mas que por un tiempo determinado, en fechas claves y para una misión precisa, como a través de las "saeteras"por las cuales el Cielo actúa sobre la tierra, tal como el alquimista sobre el "compuesto".

Así, la Orden es una Sociedad Tradicional de Tránsito con fines limitados en el tiempo y en el espacio, según el espíritu de su divisa. A continuación la Orden desaparece, dejando a los hombres sus responsabilidades (el hombre no es más que una obra maestra en peligro), y los medios de defenderse, así como el recuerdo de una Aventura en apariencia incompleta e inexplicable. Después, cuando debe hacerlo, retorna para proseguir su Designio.

La Orden del Temple en siglo **.-

En el mundo de hoy día proliferan numerosas organizaciones que se reclaman del Temple. Otras surgirán como setas venenosas después de la tormenta.

Pero es por los frutos por los que se conoce al árbol. Y las armónicas, con mayor razón las disonancias, no son la nota exacta.

La Orden es por "filiación" espiritual (y no verbal o intelectual) la Orden de la Caballería templaria en su alma y figura perdurables y en su forma histórica adaptada a las condiciones de los tiempos modernos.

Para ella no se trata de hacer revivir el pasado, sino afrontar la Búsqueda del futuro, comenzando aquí y ahora.
Desde el exterior no se puede aprender de ella mas que su corteza, no su médula.

Ella es ORDEN, ya que está estructurada y jerarquizada según las mismas Leyes del Cosmos, que son, número, peso, medida, colores y armonía.

Ella es SOBERANA, porque estando al servicio del TODO, no puede ni sabe someterse a las partes. No está infeudada a ningún organismo existente en el mundo. Su misión solo depende de la Providencia.

Ella es del TEMPLO, porque es fundamentalmente RELIGIOSA, ya que no sería ella misma y renegaría de su propia esencia si no reconociese incondicionalmente los lazos místicos que sostienen, religan y unifican a todo ser y a toda cosa sobre los planos del cuerpo, del alma y del espíritu, visibles e invisibles, sin los que ni el propio mundo existiría.

Ella es del CRISTO, PARA DIFERENCIARSE y desmarcarse de cualquier otra cosa, que pueda serle atribuida, que no sea la

ORDEN DEL TEMPLE, la ORDEN DEL CRISTO.

¿Cómo es el Templario en el siglo **?.-

Es templario por naturaleza, todo hombre de buena voluntad que manifiesta concretamente su fe crística, consciente o no, sobre los planos del cuerpo, del alma y del espíritu, sea en comunidad, sea solo pues el Temple es en principio un "estado de espíritu".

Templarios, revelados o no, se encuentran en todas las religiones, en todos los movimientos, los gobiernos, los medios, en todo el planeta. Ya que todos los Templarios "pasados, presentes y futuros" son "UNO con la Orden, en el tiempo y en el espacio", en este mundo y en los otros.

Se encuentran particularmente en ciertas órdenes religiosas o caballerescas, esperando el momento de revelarse si es preciso.

Hay algunos que se han adherido a la Orden, otros que vendrán a ella y otros aún que jamás lo harán pero que sirven útilmente a su designio, discreta o públicamente.

Condiciones de candidatura.-

Todo hombre, cualquiera que sea su origen nacional, profesional o social, su confesión o su creencia (comprendidos judíos y musulmanes), puede presentare como candidato, desde el momento en que reconozca la realidad crística y esté bautizado o acepte serlo. No se le pide, sin embargo, que apostate de su fe sino que al contrario, que profundice en ella.

La Orden no busca el número. No entrega, a cambio de dinero, ni títulos retumbantes, ni pergaminos iluminados, ni condecoraciones de pacotilla. El poder, el renombre, la fortuna personal, nunca son tomados en consideración cuando se trata de entrar en sus filas.

El reclutamiento es por co-optación.

Espera de sus miembros que den testimonio con su comportamiento. Les pide el don de sí mismos y sacrificios, particularmente el de contribuir -como lo hace toda célula para el cuerpo viviente al que pertenece- a su existencia material, santificando así los recursos extraídos de la existencia, al servicio de Dios.

Los hombres no pueden entrar en la Orden mas que a partir de los 30 años.

La Orden acepta a las mujeres a partir de los 20 años.
Los menores de dichas edades, los futuros Templarios, pertenecen a un seminario laico en el que los hombres entran a partir de los 20 años, así como algunas mujeres que pese a tener dicha edad se considera conveniente que por algún tiempo estén en el seminario.

Los niños y adolescentes, muchachos y muchachas, se agrupan en unidades de "exploradores", a partir de los 7 años.

Organización de la Orden.-

La Orden está constituida por Tierras, colocadas bajo la responsabilidad de Preceptores.

A la Orden propiamente dicha se asocian diversos organismos satélites.

Todo candidato debe ser apadrinado por un miembro de la Orden. La aceptación por un templario de esta verdadera responsabilidad, le hace tomar CONCIENCIA de su apadrinado y le compromete ante los hermanos y ante Dios, sobre los tres planos.

La Orden del Temple es iniciática. No promete "poderes supranormales" ni ofrece ocultismos de guardarropía. Propone la Senda de la Búsqueda, ardua, sembrada de trampas y de posibles caídas, pero, al precio del esfuerzo, llena de revelaciones y de descubrimientos luminosos. Abre la Aventura noble y extraordinaria del Divino Reencuentro.

La Orden está dirigida por el Gran Maestre asistido por varios cenáculos colegiales.

El Gran Maestre, representante de la Autoridad de la Orden, hace aplicar por las instancias de Poder, las políticas y orientaciones generales de la vida y actividad de la Orden.

Todo miembro de la Orden, cualquiera que sea su grado, su función, e incluso su dignidad, le debe respeto y obediencia.
En caso de desfallecimiento del Gran Maestre por la razón que sea, la Regla prevé su suplencia y su remplazamiento inmediatos.

Del encaminamiento de la Orden.-

Todo candidato aceptado es recibido como SIRVIENTE. Poco importa lo que haya sido o hecho, ahora o en otros tiempos. Para él, solo debe contar SERVIR. Por estos frutos el árbol es reconocido.

La Orden le pide que se conforme a sus reglas y criterios. Aunque no lo sepa, se le darán ocasiones para mostrar quien es.
Si el SIRVIENTE supera sus pruebas, es admitido al grado de ESCUDERO, lo que implica también un grado mas en el comportamiento. Entonces podrá, eventualmente, postular la investidura de CABALLERO que es un sacramento definitivo e irreversible.

Hasta entonces, estaba en la Orden. Desde entonces, será de la Orden, en la cual podrá ser llamado a diversas funciones y misiones y, ayudándole la gracia, a dignidades, y aún al sacerdocio templario si Dios lo quiere.

Las actividades en la Orden.-

Se pertenece a la Orden en calidad personal, no en otra, cualquiera que sea. Dentro de ella, dejan de tenerse en cuenta las etiquetas del mundo una vez franqueado el umbral.
La vida de la Orden está particularmente hecha por las aportaciones de sus miembros. Se entra para dar y no para recibir. Todo ello arroja un total de valor superior a la simple adición. Este total es igual a la Unidad.

En consecuencia, el Templario no espera nada para sí.

Su Contribución es doble sobre los tres planos del cuerpo, del alma y del espíritu:

·Individual:
·Por su esfuerzo sobre sí mismo en todos los lugares, momentos y circunstancias de su vida personal, familiar, social y profesional,
·Para conocerse mejor, dominarse, superarse constantemente.
·Prohibiéndose todo juicio definitivo sobre quien o sobre lo que sea.
·Aceptando poner en duda la concepción que de sí mismo tiene.
·Tomando en consideración el concepto que los demás tienen de él.
·Colectiva:

Asumiendo la parte que le corresponde en los trabajos, ceremonias y cargas de la Orden bajo todas sus formas, en todos los lugares y momentos en que se le ordene.

Cualesquiera que hayan sido hasta entonces su experiencia de vida, sus opiniones, convicciones o práctica de una creencia o de una confesión filosófica o religiosa - incluso cuando no haya tenido ninguna -, solo cuentan:

·Su FE en Cristo y en un orden trascendente de todo cuanto existe.
·Su RESPETO a las leyes de la Creación y su deseo de profundizar en el conocimiento, a fin de ajustarse siempre mejor, a ellas.
·Su SINCERIDAD en la búsqueda de las Vías de la Unidad, tanto en el plano personal como en el plano mundial.
Todo ello le conduce, por medio de la INVESTIDURA, a pronunciar los tres VOTOS de:
·POBREZA en espíritu.
·PUREZA que no significa necesariamente castidad.
·OBEDIENCIA que es una disciplina libremente aceptada, acto voluntario basado en la CONFIANZA que es una de las manifestaciones de la FE.
La Orden obliga, por lo tanto, a cada uno a:
·Orar.
·Escuchar.
·Disciplinar su pensamiento, su lengua, sus gestos.
·Vencer sus imperfecciones, sus deseos.
·Llenar sus lagunas personales.
·Estar presente en la Orden.
·Participar asidua y activamente en sus tareas.
·Vivir templariamente cada instante de su existencia.
·Amar y servir a su prójimo cualesquiera que sea.

Tal es en resumen la Regla básica para cada uno.

Todo Templario debe participar en el Oficio de su Encomienda o de su Provincia (en su defecto, al servicio religioso de su confesión) y acudir a cuantas convocatorias le sean hechas.

Las cuatro grandes festividades de la Orden son:

·La Epifanía (6 de Enero)
·Pascuas (del Viernes Santo al Domingo de Resurrección)
·San Juán Bautista (24 de Junio)
·San Miguel (29 de Septiembre)
·A las que se pueden añadir otras celebraciones (18 de Marzo, 12 de Junio, Asunción, San Bernardo, 13 de Octubre, etc.)

Contribución a la vida material de Orden.-

El Templario vive y actúa sabiendo que cada uno, aquí abajo, no es mas que el depositario de los bienes materiales y espirituales que le son confiados, es decir, heredados de las precedentes generaciones o que la Providencia nos da para que los conquistemos con el sudor de nuestra frente, no para nosotros mismos (NON NOBIS), sino para lo mejor del hombre, para la gloria de Dios.

Teniendo el cuerpo de la Orden sus cargas y necesidades, el Templario es llamado a contribuir en función de sus ingresos, de una manera creciente con su progresión en la Orden.
De todas formas, siempre es loable que un Templario, si puede y quiere, haga un esfuerzo suplementario.

Si para los hombres de nuestro tiempo - y por lo tanto para el Templario - esta contribución constituye - ¡y cuanto! - un sacrificio, el Templario realiza un acto de amor a medida de su toma de conciencia y del don de si mismo.

Los bienes de la Orden, como aquellos que pueden serle entregados por sus miembros, o incluso por cualquier persona física o jurídica externa, son completamente inalienables de la Comunidad, y a este título son administrados conforme a las estrictas Reglas de la tradición templaria.

El Oficio Religioso de la Orden del Temple.-

Viene el tiempo en el que la Orden va a abrir mas ampliamente las puertas de su oficio a todos los creyentes, a todos los (buscadores) sinceros, a todos los practicantes y no practicantes, perturbados por las convulsiones de un mundo que ha perdido su sentido y por Iglesias en las que se extingue la verdadera Luz.

El oficio debe estar abierto a todos cuantos lo pidan, con las condiciones que les serán indicadas.

La Orden del Temple y la Iglesia Romana.-

La Orden no es una religión. Es la Religión. Mas todavía que cristiana, es Crística.

Es decir , que si viene para "convertir" (en el sentido etimológico), se propone a si misma como un punto de convergencia, para reunir por encima de las barreras formales y teológicas. La Orden no olvida sin embargo que el Papa es el Vicario de Cristo, jefe de la Iglesia de Pedro a la cual reconoce la Orden. Recuerda que en el medievo no dependía mas que del Santo Padre con exclusión de toda otra dependencia.

Por ello, la Orden del temple consagra a Su Santidad filial piedad, fraternal deferencia y "obediencia en la medida que no contradiga la inmensa esperanza de un reconocimiento que borraría la inicua disolución pronunciada en 1.312" y que desde entonces enloda la cara de la Iglesia.

La presencia y el papel de las mujeres en la Orden.-

Como Milicia del Cristo, la Orden respeta las Leyes de la Creación tal y como Dios las ha restablecido, y en particular el principio de dualidad según el cual toda obra, para estar verdaderamente completa, necesita de la intervención conjunta del principio masculino y de la facultad femenina, es decir de las polaridades complementarias sin las cuales no existe algún equilibrio.

Como casi todas las órdenes religiosas, que siempre han contado con una orden paralela femenina, y aunque los historiadores pretendan lo contrario (o hayan leído mal los registros del Temple), había mujeres en la Orden medieval. Se las llamaba las "discretas" o las "donadas". Hoy se las denomina "amazonas blancas", aunque permanezcan discretas.

A imagen de María, tienen como tarea mas importante ayudar al pleno cumplimiento de la misión de su marido (cuando están casadas), o de la Orden (cuando no lo están). Esto exige de ellas mucha entrega, discreción, renuncia a todo comportamiento espectacular, y no las exime de eficacia y de responsabilidades. Pero a cambio, también poseen el jubilo. Tal es el fruto mismo del respeto que el hombre, entre nosotros, debe a su mujer, ya que la pareja es una obra alquímica.

En toda mujer revive María, que es la Tierra, la carne, la substancia universal, la Madre por quien todo se manifiesta, sin la cual nada es manifestado, quien nos enseña sus dogmas maternales. Así se comprende porque, cada mañana, los Templarios la invocan en estos términos:

"Demos gracias a la Virgen María, Nuestra Señora, ya que ella es el jefe de nuestra Orden, pues Nuestra Señora fue el comienzo de nuestra Orden, y en ella y en su honor ha sido el retorno de nuestra Orden, y será el fin de nuestras vidas y el fin de nuestra Orden, cuando quiera Dios que así sea". AMEN.

http://www.ordendeltemple.org/ (esta página es la única recomendada por la enciclopedia)

2006-11-23 19:50:20 · answer #1 · answered by Celia B 5 · 0 0

Estoy haciendo un trabajo de búsqueda sobre la Orden del Temple, si necesitas información agrega me (no tengo solo de internet) a ayla_bcn89@hot..

2006-11-26 04:30:48 · answer #2 · answered by Ayla 1 · 0 0

Bueno, pues me parece un tema bastante bueno, aunque puede ser muy extenseo y tienes que cuidarte de no terminar escribiendo sobre los templarios con ese tinte de misterio que ha aparecido a partir de temas como el codigo davinci

lo que me parece interesante entre muchas cosas sobre los templarios es cómo terminaron convirtiendose en una espoecie de banqueros de los reyes y como en esto radico una gran aprte de su poder, pero tambien fue lo que llevó a que el rey de Francia y el Papa terminaran destruyendolos.

hay muchos libros que hablan sobre los templarios, pero a mi personalmente me gusta toda la colección de los reyes malditos de Maurice Druon, en el primer tomo aparece como Felipe IV tuvo que ver con que acabaran a la Orden del Temple

2006-11-24 09:00:03 · answer #3 · answered by cnienna 3 · 0 0

Tengo dos documentos en pdf sobre ellos
Escribame y con gusto se los envio
ajcarom@yahoo.com.ar

Saludos desde Colombia.

2006-11-24 06:17:38 · answer #4 · answered by ajcarom 4 · 0 0

BUESCA TEMPLARIOS Y MASONES, NO TE PUEDO AYUDAR MAS

2006-11-24 00:33:10 · answer #5 · answered by trucks 3 · 0 0

hay un libro llamado breve historia de las cruzadas aunque solo tiene 206 paginas de lectura por eso es breve dedica 33 paginas a los pobre caballeros del cristo mas conocidos como Templarios u Orden del Temple. el libro es de Juan ignacio cuesta. te lo escribiria aqui pero me es demasiado esfuerzo escribir 33 paginas.

a demas el libro es muy entetenido y podras aprender de forma rapida lo que paso en las cruzadas

P.D: mi intencion no es publicitaria solo intento ayudar

2006-11-23 21:41:24 · answer #6 · answered by sertorioo 2 · 0 0

Abordar el tema de la Orden del Temple resulta, para hacerlo a conciencia, asunto complicado y delicado. En primer lugar por lo amplio e intrincado de la historia de la Orden. En segundo lugar por lo vasto de las conexiones que ésta tenía con otras organizaciones iniciáticas , caballerescas, políticas y religiosas. Y, en tercer lugar, dado que mencionar ciertos temas, supone desgraciadamente rozar las ideas preconcebidas y a menudo falsas de muchos. De esto a que se despierte la vorágine del fanatismo hay solo un paso corto y ese paso se da fácilmente. No sin razón afirmaba Friedrich Dürrenmatt que decir la verdad es una aventura. Cabe agregar que esa aventura es tanto más peligrosa cuanto mayores sean la ignorancia, el fanatismo y la superstición alentados por organizaciones de tipo religioso. Nada más fácil que perder los estribos cuando se sostiene simplemente y solamente lo que se cree, pero de lo que no se sabe en realidad nada...




Por cierto que no voy a hacer aquí la defensa de la Orden del Temple. Esa defensa no es necesaria. Toda persona informada y de buena fe sabe ya que los cargos fueron fraguados y que las confesiones de los Caballeros Templarios fueron obtenidas mediante las torturas. Los motivos reales fueron otras. En primer lugar la codicia deshonesta de Philippe IV (a) Le Bel, rey de Francia. La misma codicia que ya anteriormente lo había llevado a la alteración del título de las monedas de oro del reino, lo que lo convirtió en el primer rey que falsificó moneda en Europa. El segundo gran motivo fue la felonía de su pariente Bertrand de Gott (a) Clemente V, o sea el Papa. Clemente V debía precisamente el papado a la gran presión e influencia que había desplegado su pariente Philippe IV le Bel. Pero, finalmente, el Papa resultó ser más hábil. Sus sutiles maniobras obligaron finalmente al rey a solicitar y a aprobar, sin reservas, que la Iglesia se apropiara de los cuantiosos bienes de la Orden del Temple y los cediera a los Caballeros Hospitalarios (documento firmado por Philippe IV el 24 de agosto de 1312). Este pedido y aprobación no fue impedimento para que gran cantidad de tales bienes fuera de Francia fueran distribuidos... entre los parientes del Papa. Nihil novum sub sole...

Naturalmente ésta sólo es la "historia pequeña" de los finales del Temple como Orden canónica de la Iglesia y que conduce a la gran tragedia que todos conocemos. Tras una parodia de juicio, tras aberrantes torturas, con las que se logró obtener confesiones prefabricadas, centenares de Caballeros Templarios perecen en la hoguera. Entre ellos el Gran Maestre de la Orden, Jacques de Molay. El 19 de marzo de 1314, el infortunado de Molay junto con el Maestre de Normandía Geoffroy de Charney fueron quemados vivos a fuego lento en un islote del Sena situado entre los jardines del rey y la Iglesia de los hermanos ermitaños de San Agustín. Ambos recibieron la muerte con el mayor valor y entereza que es dable imaginar "despertando admiración y sorpresa entre todos los que asistieron". No sólo ambos se retractaron antes de sus forzadas confesiones en el tormento, sino que el Gran Maestre Jacques de Molay antes de morir, maldijo a los infames Papa y rey con estas palabras: "Clemente,, juez inicuo y cruel verdugo, te cito a comparecer ante el tribunal de Dios en cuarenta días y a ti, Philippe, antes de un año" *. Palabras terribles que después veremos en que grado y medida se cumplieron. La justicia de Dios no se hizo esperar. Es tradición que el pueblo de París ante este infame espectáculo, maldijo también al rey y rompiendo los cordones de la guardia se precipitó sobre la hoguera para rescatar algunos huesos calcinados, los que fueron guardados como reliquias. Ya entonces nadie dudaba de la pureza y honra de los Templarios. .Suerte

2006-11-23 20:29:35 · answer #7 · answered by INCA 7 · 0 0

Me encanta. Tengo un montón de libros sobre templarios, pero ahora estoy en el trabajo, siento no poder ayudarte desde aquí. Me gusta tu pregunta porque me encanta la historia medieval.
Un saludo.

2006-11-23 20:21:05 · answer #8 · answered by Anonymous · 0 0

La Orden del Temple fue una orden medieval de carácter religioso y militar cargada de tintes legendarios, nacida luego de la primera cruzada. Fue fundada en Jerusalén en 1118 por nueve caballeros franceses, con Hugo de Payens a la cabeza.

En sus inicios su denominación oficial fue Orden de los Pobres Caballeros de Cristo (Pauperes Conmilitones Christi); más tarde fueron conocidos comúnmente como Caballeros templarios o Caballeros del Templo de Salomón (Milites Templi Salomonis), denominación surgida tras instalarse en el antiguo templo de Salomón. La designación de Orden del Temple es la traducción al francés de la denominación en latín, siendo muy extendida dados los amplios lazos Templarios con Francia.

2006-11-23 19:51:47 · answer #9 · answered by Chapala S 6 · 0 0

ORIGEN DE LA ORDEN DEL TEMPLE

DE LOS POBRES CABALLEROS DE CRISTO

"Un Caballero de Cristo es un cruzado en todo momento, al hallarse entregado a una doble pelea: frente a las tentaciones de la carne y la sangre, a la vez que frente a las fuerzas espirituales del cielo. Avanza sin temor, no descuidando lo que pueda suceder a su derecha o a su izquierda, con el pecho cubierto por la cota de malla y el alma bien equipada con la fe. Al contar con estas dos protecciones, no teme a hombres ni a demonio alguno."


Año del señor de 1118. Los cruzados occidentales gobiernan Jerusalén bajo el mandato del Rey Balduino II. Es primavera y nueve caballeros, con Hugo de Payns a la cabeza, y a similitud de los ya existentes "Caballeros del Santo Sepulcro", fundan una nueva orden de caballería, con el beneplácito del rey de la ciudad. Han nacido los Templarios.

El primer Maestre (que no Gran Maestre, como se repite a menudo erroneamente) Hugo de Payns, nació en un noble caserío cercano a Troyes hacia el año 1080. Con una sólida educación cristiana y un habil manejo de las armas, sintió desde muy joven la misma vocación de monje que de soldado.


Probablemente se alistó en la Primera Cruzada antes de haber cumplido los veinte años, enrolado quizá entre las tropas del conde Hugo de Vermandois, hermano de Felipe I, Rey de Francia.Es durante dicha cruzada de desbordante fe, cuanto el joven Hugo se da cuenta de que es posible aunar sus dos vocaciones con la creación de una nueva orden religioso-militar, la primera de estas características, destinada al servicio en Tierra Santa. En medio de aquel ejército cristiano, no tardó en encontrar otros ocho compañeros que participaran de su ideal y concepción de la vida.
LOS NUEVE

FUNDADORES
DE LA ORDEN

DEL TEMPLE

Es significativo señalar la donación por el Rey Balduino II de Jerusalén como sede para la nueva orden, y de ahí su denominación, de la mezquita blanca de al-Aqsa, del Monte del Templo. Creo necesario indicar que en la época, se identificaba dicha mezquita como el emplazamiento exacto del Templo de Salomón (hoy se sabe que era mucho mayor, y que la mezquita ocupa solamente el atrio de dicho templo), y por ello no es facilmente explicable como a una recién fundada "policía de caminos" tal era la función principal de los Templarios en sus comienzos, se le fuera donado semejante emplazamiento, donde cabían sobradamente varios millares de caballeros, teniendo en cuenta que solo eran nueve hombres.


El Templo de Salomón
Un hecho que también contiene una cierta dosis de misterio, es que estos primeros caballeros no admitieron a nadie más en la recién creada orden, durante los nueve primeros años de existencia. Algunas especulaciones relacionan esta decisión con una excavación secreta que llevaban a cabo en los sótanos del Templo, donde pudieron haber buscado el Arca de la Alianza, tarea de la cual solo unos pocos elegidos habrían tenido conocimiento.
Así pues, parece ser que durante los primeros nueve años, los Caballeros del Temple no hacen otra cosa que proteger a los peregrinos, sobre todo en el peligroso camino del puerto de Jaffa a las murallas de Jerusalén. Sin embargo, a pesar de su valor y abnegado servicio, no consta que participaran en las campañas de los reyes del nuevo reino cristiano desde el fin de la Primera Cruzada, lo que refuerza la hipótesis anteriormente citada y defendida por algunos historiadores, que les tendría ocupados durante largo tiempo. De todas formas, esto sería entrar en el terreno de la mera suposición.

Un siglo más tarde, el historiador Jacques de Vitry, describe de esta extraordinaria manera lo que fue el origen del Temple:


Peregrinos escoltados por Templarios
"Ciertos caballeros, amados por Dios y consagrados a su servicio, renunciaron al mundo y se consagraron a Cristo. Mediante votos solemnes pronunciados ante el Patriarca de Jerusalén, se comprometieron a defender a los peregrinos contra los grupos de bandoleros, a proteger los caminos y servir como caballería al soberano rey. Observaron la pobreza, la castidad y la obediencia según la regla de los canónigos regulares. Sus jefes eran dos hombres venerables, Hugo de Payns y Godofredo de Saint-Omer. Al principio no había más que nueve que tomasen tan santa decisión, y durante nueve años sirvieron en hábitos seculares y se vistieron con las limosnas que les daban los fieles."
En 1127, el Maestre Hugo de Payns, una vez obtenida la aprobación de los Templarios por el Patriarca de Jerusalén, preparó un viaje a Roma con el fin de obtener una definitiva aprobación pontificia, y que de ese modo el Temple se convirtiera en Orden militar de pleno derecho. Balduino II, regente de Jerusalén, escribió al entonces Abad de Claraval, Bernardo, para que favoreciese al primer Maestre de la Orden ante la Iglesia.
San Bernardo de Claraval, uno de los iniciadores de la Orden monacal del Císter en Francia, era a sus veinticinco años una personalidad espiritualmente arrolladora, activísimo trabajador, que funda numerosos monasterios, escribe a reyes, papas, obispos y monjes, redacta tratados de teología, está siempre en oración y batallando a los enemigos de la fe romana. Tenía además, dos pariente próximos entre los nueve fundadores del Temple (Hugo de Payns y Andrés de Montbard, que era su tío), por lo que parece probable que tuviese ya noticias de la fundación de la nueva agrupación de monjes-soldados. Así pues, como esta nueva Orden colmaba su propia idea de sacralización de la milicia, recibió con todo entusiasmo la carta del rey Balduino y se convirtió en el principal valedor del Temple.
San Bernardo de Claraval
Por el momento, los Templarios habían recibido de los canónigos del Santo Sepulcro la misma Regla de San Agustín que ellos profesaban, pero el abad de Claraval deseaba algo más próximo y original para sus nuevos protegidos. Lo primero que hizo fue gestionar a favor de su pariente Hugo de Payns y los cuatro templarios que le acompañaban, una acogida positiva y cordial por parte del Papa Honorio II, a quien los fundadores del Temple estaban a punto de visitar en Roma. De acuerdo con la propuesta de Bernardo, en la primavera de 1228, se celebró un concilio extraordinario en Troyes, con nutrida asistencia de prelados franceses y de territorios próximos: dos arzobispos, diez obispos, siete abades, dos escolásticos e infinidad de otros personajes eclesiásticos, todo ello bajo la presidencia de un legado papal, el cardenal Mateo de Albano.
El hábil abad Bernardo, que de una manera u otra estaba vinculado a la mayoría de los asistentes, expuso los principios y primeros servicios de la Orden, y luego supo responder con prontitud a todas las preguntas que le fueron formuladas. El Concilio de Troyes, tras varias semanas de interrogatorios y deliberaciones, aprobó a la Orden del Temple con entusiasmo, como una especie de institucionalización de la Cruzada. De esta manera quedó establecida "oficialmente" la Orden del Temple. El concilio pidió a los nobles y a los príncipes que ayudasen a la nueva fundación y encargó a Bernardo de Claraval que redactase para una Regla original para los Templarios.

Concilio de Troyes
La decisión de San Bernardo fue la de adaptar al Temple la dura Regla del Cister, con arreglo a la cual la Orden militar organizó su vida monacal. Los Templarios, en cuanto monjes en sentido pleno, debían pronunciar los votos de pobreza, castidad y obediencia, más un cuarto voto de contribuir a la conquista y conservación de Tierra Santa, para lo cual, si fuera necesario, darían gustosos la vida.

2006-11-23 19:47:14 · answer #10 · answered by Anonymous · 0 0

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