Dado que tenemos distintos puntos de vista, pero pocos tenemos un conocimiento exacto de lo que dice la biblia, he pensado bueno poner un tema que con textos pruebe lo que dice la biblia, naturalmente luego que cada cual piense lo que quiera.
“Dios es el nombre que suele darse a la suprema fuente y fuerza del universo, objeto de devoción religiosa”, señala The Encyclopedia Americana. Cierto diccionario define el término Dios como “la realidad suprema o fundamental”. ¿Cuál es la naturaleza de una realidad tan impresionante?
¿Una fuerza impersonal, o una persona real?
Muchos de los que creen en Dios lo conciben como una fuerza, no como una persona. En algunas culturas, por ejemplo, a los dioses se les vincula con las fuerzas de la naturaleza. Tras examinar las pruebas cientÃficas sobre la estructura del universo y los fundamentos de la vida en la Tierra, hay quienes han llegado a la conclusión de que debe haber una Primera Causa, pero vacilan en atribuirle una personalidad.
Con todo, ¿no indica la complejidad de la creación que esa Primera Causa debió de poseer mucha inteligencia? Para que haya inteligencia, tiene que existir una mente, y la gran mente responsable de toda la creación pertenece a la persona de Dios. En efecto, Dios tiene un cuerpo: no uno fÃsico como el nuestro, sino espiritual. “Si hay cuerpo fÃsico —dice la Biblia—, también lo hay espiritual.” (1 Corintios 15:44.) Al explicar la naturaleza de Dios, la Biblia señala claramente: “Dios es un EspÃritu” (Juan 4:24). Un espÃritu es una forma de vida invisible, muy distinta a nosotros (Juan 1:18). También existen otras criaturas invisibles de naturaleza espiritual. Se trata de los ángeles, “los hijos del Dios verdadero” (Job 1:6; 2:1).
Dado que Dios es una persona no creada que posee un cuerpo espiritual, es lógico que tenga un lugar de residencia. Con referencia al ámbito espiritual, la Biblia enseña que los cielos son ‘el lugar establecido de la morada’ de Dios (1 Reyes 8:43). Y el escritor bÃblico Pablo afirma que “Cristo entró en el cielo mismo, para comparecer delante de la persona de Dios a favor de nosotros” (Hebreos 9:24).
En la Biblia, la palabra espÃritu también se usa con otro significado. El salmista oró a Dios: “Si envÃas tu espÃritu, son creados” (Salmo 104:30). Este espÃritu no es Dios mismo, sino una fuerza que él envÃa, o utiliza, para realizar cuanto desee. Mediante ella creó los cielos fÃsicos, la Tierra y todos los seres vivos (Génesis 1:2; Salmo 33:6). Su espÃritu se llama espÃritu santo, y Dios se valió de él para inspirar a los hombres que escribieron la Biblia (2 Pedro 1:20, 21). Por consiguiente, el espÃritu santo es la fuerza activa invisible que Dios emplea para cumplir sus propósitos.
Dios posee un nombre singular
El escritor bÃblico Agur preguntó: “¿Quién ha recogido el viento en el hueco de ambas manos? ¿Quién ha envuelto las aguas en un manto? ¿Quién ha hecho que todos los cabos de la tierra se levanten? ¿Cuál es su nombre y cuál el nombre de su hijo?” (Proverbios 30:4). En otras palabras: “¿Saben el nombre o linaje de algún hombre que haya hecho estas cosas?”. Lo cierto es que Dios es el único con el poder de controlar las fuerzas naturales. La creación aporta pruebas contundentes de la existencia de Dios, pero guarda silencio respecto a Su nombre. En realidad, nunca podrÃamos conocerlo a menos que Dios mismo nos lo revelara. Y lo ha hecho. “Yo soy Jehová —dice el Creador—. Ese es mi nombre.” (IsaÃas 42:8.)
El singular nombre divino, Jehová, aparece casi siete mil veces tan solo en las Escrituras Hebreas; Jesucristo lo dio a conocer y lo alabó en público (Juan 17:6, 26). Este nombre se encuentra en el último libro de la Biblia como parte de la expresión “Aleluya”, que significa “alaben a Jah”, siendo “Jah” una abreviación de “Jehová” (Apocalipsis 19:1-6, nota). Sin embargo, muchas Biblias modernas rara vez lo emplean. Con frecuencia utilizan las palabras “SEÃOR” o “DIOS” en letras mayúsculas para distinguirlas de los tÃtulos comunes “Señor” y “Dios”. Algunos eruditos opinan que es posible que el nombre divino se pronunciara Yavé.
¿Por qué existen opiniones tan dispares en cuanto al nombre de la Persona más importante del universo? El problema comenzó hace siglos, cuando los judÃos, debido a una superstición, dejaron de pronunciar el nombre divino y empezaron a sustituir la palabra hebrea para dicho nombre por la expresión “Señor Soberano” al leer las Escrituras. Puesto que el hebreo bÃblico se escribÃa sin vocales, no hay manera de saber con exactitud cómo pronunciaban Moisés, David u otros personajes antiguos las letras que componen el nombre de Dios. Sin embargo, la pronunciación española Jehová lleva siglos empleándose, y sus equivalentes en otros idiomas gozan de amplia aceptación (Ãxodo 6:3; IsaÃas 26:4, Reina-Valera).
Aunque hay dudas sobre la pronunciación del nombre de Dios en hebreo antiguo, de ningún modo es un misterio su significado: “Ãl Hace que Llegue a Ser”. AsÃ, Jehová se da a conocer como el Gran Dios de Propósito, Aquel que siempre hace realidad cuanto se propone y promete. Ãnicamente el Dios verdadero, que posee el poder para lograr esto, puede llevar ese nombre con todo derecho (IsaÃas 55:11).
Sin lugar a dudas, el nombre Jehová distingue al Dios todopoderoso de todos los demás dioses, y esa es la razón de que aparezca tantas veces en la Biblia. Aunque muchas traducciones no emplean el nombre divino, Salmo 83:18 afirma claramente: “Tú, cuyo nombre es Jehová, tú solo eres el AltÃsimo sobre toda la tierra”. Durante su ministerio, Jesucristo impartió la siguiente enseñanza a sus discÃpulos: “Ustedes, pues, tienen que orar de esta manera: ‘Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre’” (Mateo 6. Por consiguiente, debemos utilizar el nombre de Dios cuando le oramos, hablamos de él o lo alabamos en público.
¿Es Jesús Dios?
El propio Jehová Dios no deja ninguna duda en cuanto a la identidad de su Hijo. El Evangelio de Mateo relata que tras el bautismo de Jesús “hubo una voz desde los cielos que decÃa: ‘Este es mi Hijo, el amado, a quien he aprobado’” (Mateo 3:16, 17). Jesucristo es el Hijo de Dios.
Aun asÃ, algunas personas religiosas sostienen que Jesús es Dios, mientras que otras dicen que Dios es una Trinidad. Según esta doctrina, “Dios es el Padre, Dios es el Hijo, Dios es (también) el EspÃritu Santo; y, sin embargo, no son tres dioses, sino un solo Dios”. Se afirma que “las tres personas son entre sà coeternas y coiguales” (El Magisterio de la Iglesia). ¿Están en lo correcto tales opiniones?
Las Escrituras divinamente inspiradas declaran con respecto a Jehová: “Aun de tiempo indefinido a tiempo indefinido tú eres Dios” (Salmo 90:2). Ãl es el “Rey de la eternidad”, sin principio ni fin (1 Timoteo 1:17). Jesús, en cambio, es “el primogénito de toda la creación” y “el principio de la creación por Dios” (Colosenses 1:13-15; Revelación 3:14). Refiriéndose a Dios como su Padre, Jesús dijo: “El Padre es mayor que yo” (Juan 14:28). También explicó que habÃa cosas que ni él ni los ángeles sabÃan, sino solo Dios (Marcos 13:32). Además, Jesús oró a su Padre de esta manera: “Que no se efectúe mi voluntad, sino la tuya” (Lucas 22:42). ¿A quién dirigió estas palabras si no fue a una Persona superior a él? Por otra parte, Jesús no se resucitó a sà mismo, sino que fue Dios quien lo levantó de entre los muertos (Hechos 2:32).
Asà pues, según la Biblia, Jehová es el Dios todopoderoso y Jesús es su Hijo. No eran iguales antes de que el Hijo viniera a la Tierra, ni durante su ministerio terrestre; y Jesús tampoco llegó a ser igual a su Padre cuando fue resucitado a la vida celestial (1 Corintios 11:3; 15:28). Como hemos visto, la supuesta tercera persona de la Trinidad, el espÃritu santo, no es en realidad una persona, sino una fuerza con la que Dios efectúa todo lo que se propone. La Trinidad, por tanto, no es una enseñanza bÃblica. Las Escrituras dicen que “Jehová nuestro Dios es un solo Jehová” (Deuteronomio 6:4).Durante los primeros siglos, la Iglesia formula más explÃcitamente su fe trinitaria tanto para profundizar su propia inteligencia de la fe como para defenderla contra los errores que la deformaban. Esta fue la obra de los concilios antiguos, ayudados por el trabajo teológico de los Padres de la Iglesia y sostenidos por el sentido de la fe del pueblo cristiano. (Catecismo de la Iglesia Católica 250)
Todas las cuestiones trinitarias con base escriturÃstica ya fueron respondidas por los primeros cristianos, culminando en San AgustÃn. Negar la existencia de la Trinidad con la Biblia en la mano es algo muy atrevido despúes de esos cinco siglos llenos de páginas dedicadas a demostrar lo contrario también con la bilia en la mano y la tradición apostólica en la otra y la cabeza en su sitio.
La elaboración de la teologÃa trinitaria fue un proceso no exento de fuertes luchas intelectuales y de la intromisión del poder polÃtico, pero que es muy ilustrativo de una actitud cristiana: la fe que busca entender aquello en que cree. Y a la base de lo que cree está lo que encuentra en la Revelación divina, que de forma admirable está contenido en el sentido de la fe del conjunto de los creyentes.
2006-11-23 15:23:14
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answer #7
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answered by krlitos 6
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Dios es espíritu y no lo podemos conceptualizar... pero nuestra ascenso a Él debe ser buscándolo principalmente en nosotros mismos. Es como si al convertirnos en materia, lo hubiéramos perdido o nos hubiéramos aislado de Él.
Con una conciencia de paz, sabiduría, humildad, tolerancia hacia los demás, auto-conocimiento, poca pero profunda y conciente oración, búsqueda de luz... iremos convirtiéndonos a Él. No importan las religiones (y menos los fanatismos). Se necesita, eso sí, dejar el materialismo y las "malas inclinaciones" (lamados a veces pecados). Sencillez, como los niños, que confían en su padre. Y, como el girasol, seguirlo en su luz oculta a la vista material.
2006-11-22 17:13:36
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answer #10
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answered by Ramiro de Costa Rica 7
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