¿Qué dice la Biblia sobre la vida después de la muerte?
“Polvo eres y a polvo volverás.” (GÃNESIS 3:19.)
“LA TEORÃA del sufrimiento eterno no es compatible con la creencia de que Dios ama las cosas creadas. [...] Creer que se castiga eternamente al alma por los errores de unos cuantos años, sin darle la oportunidad de enmendarse, va contra los dictados de la razón”, observó el filósofo hindú Nikhilananda.
2 Al igual que Nikhilananda, hoy en dÃa muchas personas se sienten incómodas con la enseñanza del tormento eterno. Del mismo modo, a otros les cuesta entender conceptos tales como el acceso al nirvana y la unidad con la naturaleza. Aun entre los que afirman basar sus creencias en la Biblia, existen ideas distintas sobre qué es el alma y qué le sucede cuando morimos. Pero ¿qué enseña la Biblia realmente sobre el alma? Para averiguarlo, tenemos que examinar los significados de las palabras hebrea y griega que se traducen por “alma” en la Biblia.
El alma según la Biblia
3 La palabra hebrea traducida por “alma” es né·fesch, y aparece 754 veces en las Escrituras Hebreas. ¿Qué significa né·fesch? Según The Dictionary of Bible and Religion, “normalmente se refiere al ser vivo entero, al individuo completo”. Eso es lo que se deduce de la descripción del alma que hace la Biblia en Génesis 2:7: “Jehová Dios procedió a formar al hombre del polvo del suelo y a soplar en sus narices el aliento de vida, y el hombre vino a ser alma viviente”. Observemos que el primer hombre “vino a ser” un alma. Es decir, Adán no tenÃa un alma, sino que era un alma, tal como el hombre que llega a ser médico es médico. Por lo tanto, el vocablo alma designa aquà a la persona completa.
4 La palabra traducida por “alma” (psy·kjé) aparece más de cien veces en las Escrituras Griegas Cristianas. Al igual que né·fesch, este término a menudo se refiere a la persona completa. Por ejemplo, fijémonos en las siguientes expresiones: “Mi alma está perturbada” (Juan 12:27), “empezó a sobrevenirle temor a toda alma” (Hechos 2:43), “toda alma esté en sujeción a las autoridades superiores” (Romanos 13:1), “hablen confortadoramente a las almas abatidas” (1 Tesalonicenses 5:14) y “unas pocas personas, es decir, ocho almas, fueron llevadas a salvo a través del agua” (1 Pedro 3:20). Está claro que psy·kjé, del mismo modo que né·fesch, designa a la persona completa. Según el escriturario Nigel Turner, esta palabra “denota lo que es caracterÃsticamente humano, el yo personal, el cuerpo material en el que se ha infundido el rûaḥ [espÃritu] de Dios. [...] El énfasis se pone en todo el ser”.
5 Es de interés que en la Biblia el término alma no solo se aplica a los seres humanos, sino también a los animales. Por ejemplo, al describir la creación de las criaturas marinas, Génesis 1:20 dice que Dios mandó: “Enjambren las aguas un enjambre de almas vivientes”. Y en el siguiente dÃa de la creación, Dios dijo: “Produzca la tierra almas vivientes según sus géneros, animal doméstico y animal moviente y bestia salvaje de la tierra según su género” (Génesis 1:24; compárese con Números 31:28).
6 Por consiguiente, en la Biblia la palabra alma hace referencia a una persona o un animal, o a la vida que estos poseen (véase el recuadro). La definición bÃblica de alma es sencilla y coherente, y está libre de las complicadas filosofÃas y supersticiones humanas. Siendo ese el caso, la pregunta apremiante que debe plantearse es: Según la Biblia, ¿qué le sucede al alma en el momento de la muerte?
Los muertos están inconscientes
7 La condición de los muertos se expone claramente en Eclesiastés 9:5, 10, donde leemos: “Los muertos nada saben [...;] no hay obra, ni actividad mental, ni ciencia, ni sabidurÃa en el sepulcro” (La Biblia, Ediciones Sigal). Por consiguiente, la muerte es un estado de inexistencia. El salmista escribió que cuando la persona muere “vuelve a su suelo; en ese dÃa de veras perecen sus pensamientos” (Salmo 146:4). Los muertos están inconscientes, inactivos.
8 Al pronunciar sentencia contra Adán, Dios dijo: “Polvo eres y a polvo volverás” (Génesis 3:19). Antes de que Dios lo formara del polvo del suelo y le diera vida, Adán no existÃa. Cuando murió, retornó a ese estado. Su castigo fue la muerte, no la transferencia a otro mundo. ¿Qué le ocurrió, entonces, a su alma? Como en la Biblia la palabra alma con frecuencia se refiere sencillamente a la persona, cuando decimos que Adán murió, estamos diciendo que el alma llamada Adán murió. Esto podrÃa parecer extraño al que cree en la inmortalidad del alma. No obstante, la Biblia afirma: “El alma que peca... ella misma morirá” (Ezequiel 18:4). LevÃtico 21:1 habla de “un alma difunta” (“el cadáver”, Biblia de Jerusalén). Y a los nazareos se les dijo que no se acercaran a “ninguna alma muerta” (“cuerpo muerto”, Versión Moderna) (Números 6:6).
9 Pero ¿qué puede decirse del relato de Génesis 35:18 sobre el trágico fallecimiento de Raquel mientras daba a luz a su segundo hijo? El texto dice: “Al ir saliendo el alma de ella (porque murió), lo llamó por nombre Ben-onÃ; pero su padre lo llamó BenjamÃn”. ¿Implica este pasaje que Raquel tenÃa un ser interior que a su muerte la abandonó? Ni mucho menos. Recordemos que el término alma también puede referirse a la vida que posee la persona. AsÃ, en este caso, el “alma” de Raquel sencillamente denota su vida. Por eso, otras versiones de la Biblia, en vez de utilizar la expresión “ir saliendo el alma de ella”, optan por soluciones como “la abandonaba la vida” (Mariano Galván Rivera), “exhaló su último suspiro” (Nueva Reina-Valera) y “con su último aliento” (Levoratti-Trusso). No hay ningún indicio de que una parte misteriosa de Raquel sobreviviera después de su muerte.
10 Un caso parecido es el de la resurrección del hijo de una viuda, que recoge el capÃtulo 17 de 1 Reyes. En el versÃculo 22 leemos que cuando ElÃas oró por el pequeño “Jehová escuchó la voz de ElÃas, de modo que el alma del niño volvió dentro de él, y llegó a vivir”. También en este pasaje la palabra alma significa “vida”. Por esa razón, la versión Nueva Reina-Valera dice: “La vida del niño volvió a él, y revivió”. En efecto, fue la vida, no una entidad inmaterial, lo que regresó al muchacho. Esto concuerda con lo que ElÃas le dijo a la madre: “Mira, tu hijo [la persona completa] está vivo” (1 Reyes 17:23).
¿Qué es el espÃritu?
11 La Biblia dice que cuando alguien muere, “sale su espÃritu, él vuelve a su suelo” (Salmo 146:4). ¿Significa esto que un espÃritu incorpóreo literalmente parte y sigue viviendo después de la muerte? Lo que dice el salmista a continuación elimina tal posibilidad: “En ese dÃa de veras perecen sus pensamientos” (“se desvanecen todas sus ideas”, Salmo 145:4, Salterio español [146:4, NM]). Por consiguiente, ¿qué es el espÃritu, y en qué sentido “sale” de la persona en el momento de la muerte?
12 El significado primario de las palabras traducidas en la Biblia por “espÃritu” (hebreo, rú·aj; griego, pnéu·ma) es “aliento”. De ahà que, en vez de “sale su espÃritu”, la versión Reina-Valera (revisión de 1960) utilice la expresión “sale su aliento” (Salmo 146:4). Pero el vocablo espÃritu implica mucho más que el aliento o la respiración. Por ejemplo, Génesis 7:22 dice respecto a la destrucción de la vida humana y animal en el diluvio universal: “Todo lo que tenÃa activo en sus narices el aliento de la fuerza [o espÃritu; hebreo rú·aj] de vida, a saber, cuanto habÃa en el suelo seco, murió”. De manera que espÃritu puede referirse a la fuerza de vida que está activa en todas las criaturas vivas, tanto humanas como animales, y que se sostiene mediante la respiración.
13 Entonces, ¿por qué dice Eclesiastés 12:7 que cuando la persona muere “el espÃritu mismo vuelve al Dios verdadero que lo dio”? ¿Significa esto que el espÃritu literalmente viaja por el espacio hasta la presencia de Dios? No, tal idea no está implÃcita. Puesto que el espÃritu es la fuerza de vida, “vuelve al Dios verdadero” en el sentido de que toda esperanza de vida futura de la persona depende por completo de Dios. Solo él puede devolver el espÃritu, o fuerza de vida, a una persona, y asà hacer que viva de nuevo (Salmo 104:30). Pero ¿se propone Dios hacer tal cosa?
“Se levantará”
14 En el pueblo de Betania, situado a unos tres kilómetros al este de Jerusalén, MarÃa y Marta lloraban la muerte prematura de su hermano Lázaro. Jesús compartÃa su sentimiento, pues tenÃa afecto a Lázaro y a sus hermanas. ¿Cómo podÃa Jesús consolar a estas mujeres? No contándoles ninguna historia enrevesada, sino diciéndoles la verdad. Dijo sencillamente: “Tu hermano se levantará”. Luego fue a la tumba y resucitó a Lázaro, devolviendo la vida a un hombre que habÃa estado muerto cuatro dÃas (Juan 11:18-23, 38-44).
15 ¿Se sorprendió Marta porque Jesús le dijera que Lázaro se ‘levantarÃa’? Parece que no, pues respondió: “Yo sé que se levantará en la resurrección en el último dÃa”. Ya tenÃa fe en la promesa de la resurrección. Jesús entonces le dijo: “Yo soy la resurrección y la vida. El que ejerce fe en mÃ, aunque muera, llegará a vivir” (Juan 11:23-25). El milagro de la resurrección de Lázaro sirvió para fortalecer su fe y dio fe a otras personas (Juan 11:45). Pero ¿qué significa exactamente el término resurrección?
16 La palabra resurrección traduce el vocablo griego a·ná·sta·sis, que significa literalmente “acción de ponerse de pie (levantarse) de nuevo”. Los traductores hebreos del griego han traducido a·ná·sta·sis por una expresión que significa “reanimación de los muertos” (hebreo, teji·yáth ham·me·thÃm). Asà pues, la resurrección implica levantar de su estado inanimado a la persona que ha muerto, devolviéndole y reactivando su personalidad.
17 Puesto que su sabidurÃa es infinita y su memoria perfecta, Jehová Dios puede resucitar fácilmente al individuo. Para él no es difÃcil recordar la personalidad que tenÃa antes de morir: su modo de ser, sus vivencias y todos los demás detalles de su identidad (Job 12:13; compárese con IsaÃas 40:26). Además, como muestra la experiencia de Lázaro, Jesucristo tiene tanto el deseo de resucitar a los muertos como el poder para hacerlo (compárese con Lucas 7:11-17; 8:40-56). De hecho, Jesucristo dijo: “Viene la hora en que todos los que están en las tumbas conmemorativas oirán su voz [la de Jesús] y saldrán” (Juan 5:28, 29). En efecto, Jesucristo prometió que todos los que están en la memoria de Jehová resucitarán. La Biblia indica claramente que el alma muere y que el remedio para la muerte es la resurrección. Pero miles de millones de personas han vivido y han muerto. ¿Quiénes, de todas ellas, están en la memoria divina, aguardando la resurrección?
18 Los que han llevado una vida recta por ser siervos de Jehová resucitarán. Pero ha habido millones de seres humanos que han muerto sin haber demostrado si obedecerÃan o no las normas justas de Dios, ya que no conocÃan sus requisitos o no tuvieron suficiente tiempo para efectuar los cambios necesarios. Estos también están en la memoria de Dios y serán resucitados, pues la Biblia promete: “Va a haber resurrección asà de justos como de injustos” (Hechos 24:15).
19 El apóstol Juan tuvo una visión emocionante de personas resucitadas que estaban de pie delante del trono de Dios. Parte de su descripción escrita dice: “El mar entregó los muertos que habÃa en él, y la muerte y el Hades entregaron los muertos que habÃa en ellos, y fueron juzgados individualmente según sus hechos. Y la muerte y el Hades fueron arrojados al lago de fuego. Esto significa la muerte segunda: el lago de fuego” (Revelación 20:12-14). ¿Nos damos cuenta de lo que esto significa? Todos los muertos que están en la memoria de Dios serán liberados del Hades, o Seol, la sepultura común de la humanidad (Salmo 16:10; Hechos 2:31). A continuación, “la muerte y el Hades” serán arrojados al llamado “lago de fuego”, un sÃmbolo de destrucción total. La sepultura común de la humanidad dejará de existir.
Una esperanza extraordinaria
20 Cuando vuelvan a la vida millones de personas en la resurrección, no lo harán para vivir en una Tierra vacÃa (IsaÃas 45:18). Despertarán en un entorno embellecido, y descubrirán que se les ha preparado vivienda, ropa y alimento en abundancia (Salmo 67:6; 72:16; IsaÃas 65:21, 22). ¿Quiénes realizarán todos estos preparativos? Obviamente, tendrá que haber gente en el nuevo mundo antes de que comience la resurrección terrestre. Pero ¿quiénes?
21 El cumplimiento de la profecÃa bÃblica muestra que vivimos en “los últimos dÃas” de este sistema de cosas (2 Timoteo 3:1). Dentro de poco, Jehová Dios va a intervenir en los asuntos humanos para eliminar la maldad de la Tierra (Salmo 37:10, 11; Proverbios 2:21, 22). ¿Qué les ocurrirá entonces a los que estén sirviendo fielmente a Dios?
22 Al aniquilar a los malvados, Jehová no destruirá también a los justos (Salmo 145:20). Nunca lo ha hecho en el pasado, ni lo hará cuando limpie la Tierra de toda maldad (compárese con Génesis 18:22, 23, 26). En realidad, el último libro de la Biblia habla de “una gran muchedumbre, que ningún hombre podÃa contar, de todas las naciones y tribus y pueblos y lenguas”, que sale de “la gran tribulación” (Revelación 7:9-14). En efecto, una gran multitud sobrevivirá a la gran tribulación que pondrá fin al actual mundo perverso, y entrará en el nuevo mundo de Dios. Allà la humanidad obediente se beneficiará a plenitud de la maravillosa provisión divina para liberarla del pecado y la muerte (Revelación 22:1, 2). Por lo tanto, la “gran muchedumbre” nunca tendrá que experimentar la muerte. ¡Qué esperanza tan extraordinaria!
Vida sin muerte
23 ¿Podemos confiar en esta asombrosa expectativa? ¡Claro que sÃ! El propio Jesucristo indicó que llegará el dÃa en que la gente vivirá sin tener que morir. Justo antes de resucitar a su amigo Lázaro, Jesús dijo a Marta: “Todo el que vive y ejerce fe en mà no morirá jamás” (Juan 11:26).
24 ¿Desea usted vivir para siempre en el ParaÃso terrestre? ¿Anhela volver a ver a sus seres queridos? “El mundo va pasando, y también su deseo, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre”, dice el apóstol Juan (1 Juan 2:17). Ahora es el momento de informarse sobre cuál es la voluntad de Dios, y resolverse a vivir en armonÃa con ella. Entonces usted, junto con los demás millones de personas que ya están haciendo la voluntad de Dios, podrá vivir para siempre en el ParaÃso en la Tierra.
[Notas]
Aunque la palabra resurrección no aparece en las Escrituras Hebreas, la esperanza de la resurrección se expresa con claridad en Job 14:13, Daniel 12:13 y Oseas 13:14.
Véase El conocimiento que lleva a vida eterna, págs. 98-107, editado por Watchtower Bible and Tract Society of New York, Inc.
Hay otras muchas pruebas de esto que te he expuesto, pero esto es solo en sÃntesis o resumen, pero como te digo, si gustas más información al respecto pregúntales a los Testigos de Jehová de tu localidad, ellos con gusto responderán toda duda al respecto, por cierto, pÃdeles el folleto (revista) que habla todo al respecto.
Recibe un saludo amistoso de mi parte y felicidades, pues pocas personas hoy en dia se interezan en saber "la verdad" (Juan 17:17; 17:3) acerca de Dios y sus propósitos, sigue asÃ.
www.watchtower.org
2006-11-22 04:32:21
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answer #3
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answered by Anonymous
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