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2006-11-21 12:23:46 · 2 respuestas · pregunta de connita_bonita 2 en Ciencias y matemáticas Química

2 respuestas

La radiactividad o radioactividad es un fenómeno físico natural, por el cual algunas sustancias o elementos químicos llamados radiactivos, emiten radiaciones que tienen la propiedad de impresionar placas fotográficas, ionizar gases, producir fluorescencia, atravesar cuerpos opacos a la luz ordinaria, etc. Debido a esa capacidad se las suele denominar radiaciones ionizantes (en contraste con las no ionizantes). Las radiaciones emitidas pueden ser electromagnéticas en forma de rayos X o rayos gamma, o bien partículas, como pueden ser núcleos de Helio, electrones o positrones, protones u otras.
La radiactividad es una propiedad de los isótopos que son "inestables". Es decir que se mantienen en un estado excitado en sus capas electrónicas o nucleares, con lo que para alcanzar su estado fundamental deben perder energía. Lo hacen en emisiones electromagnéticas o en emisiones de partículas con una determinada energía cinética. Esto se produce variando la energía de sus electrones (emitiendo Rayos X), sus nucleones (rayo gamma) o variando el isótopo (al emitir neutrones, protones o partículas más pesadas), y en varios pasos sucesivos, con lo que un isótopo pesado puede terminar convirtiéndose en uno mucho más ligero, como el Uranio que con el transcurrir de los siglos acaba convirtiéndose en plomo.
Es aprovechada para la obtención de energía, usada en medicina (radioterapia y radiodiagnóstico) y en aplicaciones industriales (medidas de espesores y densidades entre otras).
Símbolo usado para indicar material radiactivo. Su código Unicode es U+2622 (☢).La radiactividad puede ser:
Natural: Manifestada por los isótopos que se encuentran en la naturaleza.
Artificial o inducida: Manifestada por radioisótopos producidos en transformaciones artificiales.
Radiactividad natural
En 1896 Becquerel descubrió que ciertas sales de uranio emitían radiaciones espontáneamente, al observar que velaban las placas fotográficas envueltas en papel negro. Hizo ensayos con el mineral en caliente, en frío, pulverizado, disuelto en ácidos y la intensidad de la misteriosa radiación era siempre la misma. Por tanto, esta nueva propiedad de la materia, que recibió el nombre de radiactividad, no dependía de la forma física o química en la que se encontraban los átomos del cuerpo radiactivo, sino que era una propiedad que radicaba en el interior mismo del átomo. El estudio del nuevo fenómeno y su desarrollo posterior se debe casi exclusivamente a los esposos Curie, quienes encontraron otras sustancias radiactivas como el torio, polonio y radio. La intensidad de la radiación emitida era proporcional a la cantidad de uranio presente, por lo que dedujo Marie Curie que la radiactividad era una propiedad atómica. El fenómeno de la radiactividad se origina exclusivamente en el núcleo de los átomos radiactivos. Se cree que la causa que lo origina es debida a la interacción neutrón-protón del mismo. Al estudiar la radiación emitida por el radio se comprobó que era compleja, pues al aplicarle un campo magnético parte de ella se desviaba de su trayectoria y otra parte no.
Radiactividad artificial
Se produce la radiactividad inducida cuando se bombardean ciertos núcleos estables con partículas apropiadas. Si la energía de estas partículas tiene un valor adecuado penetran dentro del núcleo bombardeado y forman un nuevo núcleo que, en caso de ser inestable, se desintegra después radiactivamente. Fue descubierta por los esposos Jean Frédéric Joliot-Curie e Irène Joliot-Curie, bombardeando núcleos de boro y aluminio con partículas alfa . Observaron que las sustancias bombardeadas emitían radiaciones después de retirar el cuerpo radiactivo emisor de las partículas a de bombardeo. El estudio de la radiactividad permitió un mayor conocimiento de la estructura del núcleo atómico y de las partículas subatómicas. Se abre la posibilidad de convertir unos elementos en otros. Incluso el sueño de los alquimistas de transformar otros elementos en oro se hace realidad, aunque no resulte rentable.
Clases de radiación
Se comprobó que la radiación puede ser de tres clases diferentes:
Radiación alfa: Son flujos de partículas cargadas positivamente compuestas por dos neutrones y dos protones (núcleos de Helio). Son desviadas por campos eléctricos y magnéticos. Son poco penetrantes aunque muy ionizantes.
Radiación beta: Son flujos de electrones (beta negativas) o positrones (beta positivas) resultantes de la desintegración de los neutrones o protones del núcleo cuando este se encuentra en un estado excitado. Es desviada por campos magnéticos. Es más penetrante aunque su poder de ionización no es tan elevado como el de las partículas alfa. Por lo tanto cuando un átomo expulsa una partícula beta aumenta o disminuye su número atómico una unidad (debido al protón ganado o perdido).
Radiación gamma: Son ondas electromagnéticas. Es el tipo más penetrante de radiación. Al no tener carga, los campos eléctricos y magnéticos no la afectan.
Las leyes de desintegración radiactiva, descritas por Soddy y Fajans, son:
Cuando un átomo radiactivo emite una partícula alfa, la masa del átomo resultante disminuye en 4 unidades y el número atómico en 2.
Cuando un átomo radiactivo emite una partícula beta, el número atómico aumenta o disminuye en una unidad.
Cuando un núcleo excitado emite radiación gamma no varía ni su masa ni su número atómico, solo pierde una cantidad de energía hv (donde "h" es la constante de Planck y "nu" es la frecuencia de la radiación emitida).
Las dos primeras leyes nos indican que cuando un átomo emite una radiación alfa o beta se transforma en otro átomo de un elemento diferente. Este nuevo elemento puede ser radiactivo, transformándose en otro, y así sucesivamente, dando lugar a las llamadas series radiactivas.
Contador Geiger
Contador GeigerCuando una partícula radiactiva se introduce en un contador Geiger, produce un breve impulso de corriente eléctrica. La radiactividad de una muestra se calcula por el número de estos impulsos.
Periodo de semidesintegración radiactiva
Se llama constante de desintegración radiactiva (λ) a la constante de proporcionalidad entre el número de desintegraciones por segundo y el número de átomos radiactivos (λ = A / N).
Se llama vida media de un radioisótopo al tiempo promedio de vida de un átomo radiactivo antes de desintegrarse. Es igual a la inversa de la constante de desintegración radiactiva (τ = 1 / λ).
Al tiempo que transcurre hasta que la cantidad de núcleos radiactivos de un isótopo radiactivo se reduzca a la mitad de la cantidad inicial, se lo llama periodo de semidesintegración, período, semiperiodo, semivida o vida mitad (T1 / 2 = ln(2) / λ). Al fin de cada período la radiactividad se reduce a la mitad de la radiactividad inicial. Cada radioisótopo tiene un semiperiodo característico, en general diferente del de otros isótopos.
Ejemplos:
Isótopo Periodo Emisión
Uranio-238 4510 millones de años Alfa
Carbono-14 5730 años Beta
Cobalto-60 5,271 años Gamma
Radón-222 3,82 días Alfa
Velocidad de desintegración
La velocidad de desintegración o actividad radiactiva se mide en Bq, en el SI. Un becquerel vale 1 desintegración por segundo. También existen otras unidades como el rutherford, que equivale a 106 desintegraciones por segundo, o el curio, que equivale idénticamente a 3,7 · 1010 desintegraciones por segundo (unidad basada en la actividad de 1g de Radio que es cercana a esa cantidad).
La actividad radiactiva decrece exponencialmente de acuerdo con la siguiente ecuación:
Notación:
At es la actividad radiactiva en el instante t
A0 es la actividad radiactiva inicial (cuando t = 0)
e es la base de los logaritmos neperianos
t es el tiempo transcurrido
λ es la constante de desintegración radiactiva, que es propia de cada radioisótopo
Ley de la radiosensibilidad
La ley de la radiosensibilidad dice que los tejidos y órganos más sensibles a las radiaciones son los menos diferenciados y los que exhiben alta actividad reproductiva. Como ejemplo, tenemos:
Tejidos altamente radiosensibles: epitelio intestinal, órganos reproductivos (ovarios, testículos), médula ósea
Tejidos medianamente radiosensibles: tejido conectivo
Tejidos altamente radioresistentes: neuronas, hueso
Consecuencias para la salud de la exposición a las radiaciones ionizantes
Los efectos de la radiactividad sobre la salud son complejos. Dependen de la dosis absorbida por el organismo. Como no todas las radiaciones tienen la misma nocividad, se multiplica cada radiación absorbida por un coeficiente de ponderación, para tener en cuenta las diferencias. Esto se llama dosis equivalente, que se mide en sieverts, ya que el becquerel mide mal la peligrosidad de un elemento puesto que considera como idénticas los tres tipos de radiaciones (alfa, beta y gamma). Una radiación alfa o beta es relativamente poco peligrosa fuera del cuerpo. En cambio, es extremadamente peligrosa cuando se inhala. Por otro lado, las radiaciones gamma son siempre dañinas puesto que se las neutraliza con dificultad.
Riesgos para la salud
El riesgo para la salud no sólo depende de la intensidad de la radiación y la duración de la exposición, sino también del tipo de tejido afectado y de su capacidad de absorción, por ejemplo, los órganos reproductores son 20 veces más sensibles que la piel.
Dosis aceptable de irradiación
En general se considera que el medio ambiente natural (alejado de cualquier fuente radiactiva) es inofensivo: emite una radiación inferior a 0,00012 mSv/h o 0,012 mrem/h.
Si se tiene que poner un umbral mínimo de inocuidad, la dosis se vuelve peligrosa a corto plazo a partir de los 0,002 mSv/h o 0,2 mrem/h aunque, como en el caso de las radiografías, todo depende del tiempo durante el cual se expone a la persona a las radiaciones. Las palabras clave son: “Tiempo, Blindaje, Distancia”. Puede estar bajo una radiación con una dosis de 50 mSv/h sin arriesgar su vida si no está más de 5 s expuesto a la fuente, puesto que la dosis recibida es muy débil.
Por ejemplo, aquí se muestran las dosis actualmente toleradas en los diferentes sectores de una central nuclear:
Zona Dosis
Zona azul de 0,0025 a 0,0075 mSv/h
Zona verde de 0,0075 a 0,02 mSv/h
Zona amarilla de 0,02 a 2 mSv/h
Zona naranja de 2 a 100 mSv/h
Zona roja > 100 mSv/h
Dosis máxima permitida
Se trata de una dosis acumulada, una exposición continua a las radiaciones ionizantes durante un año que tiene en cuenta ciertos factores de ponderación. Hasta 1992 los valores variaban de un factor 4 entre Europa y Estados Unidos. Hoy estas dosis están estandarizadas y son periódicamente revisadas, a la baja.
La dosis acumulada de una fuente radiactiva artificial es peligrosa a partir de 500 mSv o 50 rem, donde se empiezan a notar los primeros síntomas de alteración sanguínea. ¡En 1992 la dosis máxima permitida para una persona que trabajara bajo radiaciones ionizantes se fijaba en 15 mSv sobre los 12 últimos meses en Europa (CERN e Inglaterra) y en 50 mSv sobre los 12 últimos meses en Estados Unidos! Desde agosto de 2003 la dosis máxima permitida ha pasado a 20 mSv sobre los 12 últimos meses.
Recordemos de paso que en un escáner médico recibimos aproximadamente 150 mSv en media jornada. ¡Estaríamos en una zona roja en una central nuclear! Para evitar todo síntoma de alteración sanguínea, es mejor limitarse a un máximo de tres exámenes de este tipo por año.
Principales isótopos radiactivos
Plutonio 239Pu y 241Pu
Uranio 235U y 238U
Curio 242Cm y 244Cm
Americio 241Am
Torio 234Th
Radio 226Ra y 228Ra
Cesio 134Cs, 135Cs y 137Cs
Yodo 129I, 131I y 133I
Antimonio 125Sb
Rutenio 106Ru
Estroncio 90Sr
Criptón 85Kr y 89Kr
Selenio 75Se
Cobalto 60Co
Cloro 36Cl
Carbono 14C
Tritio 3H

La radiación ionizante son partículas o fotones procedentes de los átomos, ya sea desde su núcleo ya desde su corteza electrónica, con energía suficiente para ionizar la materia, desplazando los electrones de sus órbitas. De forma coloquial, a las radiaciones ionizantes se les llama simplemente radiaciones.
Las radiaciones ionizantes ya sean electromagnéticas o corpusculares poseen una energía, longitud de onda y frecuencia tales que al interaccionar con un medio le transfieren energía suficiente para separar a un electrón de su átomo. La ionización es, por lo tanto, la formación de un par de iones, el negativo (el electrón libre) y el positivo (el átomo sin uno de sus electrones).
La radiación ionizante suele ser un fenómeno de la radiactividad, que procede de los átomos y está compuesta principalmente por partículas alfa, beta y rayos gamma. También es posible su aparición debido a la excitación de los electrones en las cortezas atómicas mediante el calor o la aplicación de campos electromagnéticos intensos rayos X.
Las radiaciones ionizantes interaccionan con la materia viva, produciendo diversos efectos, siendo una inmensa mayoría perjudiciales para la vida. Del estudio de esta interacción y de sus efectos se encarga la radiobiología.
También son utilizados desde su descubrimiento por Becquerel en 1896 en aplicaciones médicas e industriales, siendo las más conocidas los aparatos de rayos X o las fuentes médicas oncológicas de Cobaltoterapia o con el uso de aceleradores de partículas.
Clasificación de las radiaciones ionizantes
Según sean fotones o partículas
Radiación electromagnética: Está formada por fotones con energía suficiente como para ionizar la materia (es decir, superior a unas decenas de electronvoltios). Según su origen y su energía se le clasifica en rayos ultravioleta, rayos X y rayos gamma.
Radiación corpuscular: Incluye a las partículas alfa (núcleos de Helio), beta (electrones y positrones de alta energía), protones, neutrones y otras partículas que sólo se producen en los rayos cósmicos o en aceleradores de muy alta energía, como los piones o los muones.
Según la ionización producida
Radiación directamente ionizante: Suele comprender a las radiaciones corpusculares formadas por partículas cargadas que interaccionan de forma directa con los electrones y el núcleo de los átomos de moléculas blanco o diana como el oxígeno y el agua. Suelen poseer una alta transferencia lineal de energía.
Radiación indirectamente ionizante: Está formada por las partículas no cargadas como los fotones o los neutrones, que al atravesar la materia interaccionan con ella produciendo partículas cargadas siendo éstas las que ionizan a otros átomos. Suelen poseer una baja transferencia lineal de energía.
Según la fuente de la radiación ionizante
Radiación natural: Las fuentes naturales de radiación proceden del aire, los alimentos, la corteza terrestre y el espacio. Son radiaciones no inventadas ni fabricadas por el hombre. Se estima que más del 70% de la exposición a radiaciones ionizantes a la que está expuesta la población en general proviene de fuentes naturales, que no pueden ser evitadas.
Las radiaciones artificiales: Están producidas mediante ciertos aparatos inventados por el hombre como los aparatos utilizados en radiología o algunos empleados en radioterapia o por materiales radiactivos que no existen en la naturaleza pero el ser humano es capaz de sintetizar en reactores nucleares o aceleradores. La naturaleza física de las radiaciones artificiales son idénticas a las naturales, por ejemplo, los rayos X naturales y los rayos X artificiales son ambos rayos X (fotones u ondas electromagnéticas que proceden de la desexcitación de electrones atómicos y con unas frecuencias específicas). Ejemplos de fuentes artificiales de radiación son los aparatos de rayos X, de aplicación médica o industrial, los aceleradores de partículas de aplicaciones médicas, de investigación o industrial, o materiales obtenidos mediante técnicas nucleares, como ciclotrones, centrales nucleares y otras como el flúor-18, el cobalto-60 y otros.
Radiaciones ionizantes y salud
Exposición a las radiaciones ionizantes en humanos.Los seres vivos están expuestos a niveles bajos de radiación ionizante procedente del sol, las rocas, el suelo, fuentes naturales del propio organismo, residuos radiactivos de pruebas de armas nucleares en el pasado, de ciertos productos de consumo y de materiales radiactivos liberados desde hospitales y desde plantas asociadas a la energía nuclear y a las de carbón.
Los seres humanos expuestos a mayor cantidad de radiaciones son los pilotos, asistentes de vuelo, astronautas, personal médico o de rayos X, o los que trabajan en una instalación radiactiva o nuclear. Además se recibe una exposición adicional con cada examen de rayos X y de medicina nuclear, y la cantidad depende del tipo y del número de exploraciones.
No se ha demostrado que la exposición a bajos niveles de radiación ionizante del medio ambiente afecte la salud de seres humanos. Incluso existen estudios (hormesis) que afirman que son beneficiosas. Sin embargo, los organismos dedicados a la protección radiológica utilizan la hipótesis conservadora de que incluso en dosis muy bajas o moderadas, las radiaciones ionizantes aumentan la probabilidad de contraer cáncer, y que esta probabilidad aumenta con la dosis recibida (hipótesis Lineal Sin Umbral). A los efectos producidos a estas dosis bajas se les suele llamar efectos probabilistas, estadísticos o estocásticos.
La exposición a altas dosis de radiación ionizante puede causar quemaduras de la piel, caída del cabello, náuseas, enfermedades y la muerte. Los efectos dependerán de la cantidad de radiación ionizante recibida y de la duración de la irradiación, y de factores personales tales como el sexo, edad a la que se expuso, y del estado de salud y nutrición. Aumentar la dosis produce efectos más graves.
Está demostrado que una dosis de 3 a 4 Sv produce la muerte en el 50 % de los casos. A los efectos producidos a altas dosis se les denomina deterministas o no estocásticos en contraposición a los estocásticos.
Utilidad de las radiaciones ionizantes
Las radiaciones ionizantes tienen aplicaciones muy importantes en la industria y en la medicina. En la industria, las radiaciones ionizantes pueden ser útiles para la producción de energía, para la esterilización de alimentos, para conocer la composición interna de diversos materiales y para detectar errores de fabricación y ensamblaje. En el campo de la medicina, las radiaciones ionizantes también cuentan con numerosas aplicaciones beneficiosas para el ser humano. Con ellas se pueden realizar una gran variedad de estudios diagnósticos (Medicina Nuclear y Radiología) y tratamientos (Medicina Nuclear y Radioterapia).
Interacción de la radiación con la materia
Las partículas cargadas como los electrones, los positrones, muones, protones, iones u otras, interaccionan directamente con la corteza electrónica de los átomos debido a la fuerza electromagnética.
Los rayos gamma interaccionan con los núcleos de la materia con tres mecanismos distintos.
Absorción fotoeléctrica: Es una interacción en la que el fotón gamma incidente desaparece. En su lugar, se produce un fotoelectrón de una de las capas electrónicas del material absorbente con una energía cinética procedente de la energía del fotón incidente, menos la energía de ligadura del electrón en su capa original.
Efecto Compton: Es una colisión elástica entre un electrón ligado y un fotón incidente, siendo la división de energía entre ambos dependiente del ángulo de dispersión.
Producción de pares: El proceso ocurre en el campo de un núcleo del material absorbente y corresponde a la creación de un par electrón - positrón en el punto en que desaparece el fotón gamma incidente. Debido a que el positrón no es una partícula estable, una vez que su energía cinética se haga despreciable se aniquilará o se combinará con un electrón del material absorbente.
Los neutrones interaccionan con los núcleos de la materia mediante los siguientes efectos:
Activación: Es una interacción inelástica de los neutrones con los núcleos, mediante la cual el neutrón es absorbido produciendo un isótopo diferente. Es la base de la transmutación producida en los ADS's.
Fisión: Mediante esta interacción los neutrones se unen a un núcleo pesado (como el uranio-235) excitándole de forma tal que provoca su inestabilidad y desintegración posterior en dos núcleos más ligeros y otras partículas. Es la base de los reactores nucleares.
Colisión elástica: En esta interacción el neutrón colisiona con el núcleo cediendo una parte de su energía, con lo que el resultado es un neutrón y un núcleo excitado que normalmente emite radiaciones ionizantes más tarde.
Unidades de medida de la radiación ionizante
Los seres humanos no poseen ningún sentido que perciba las radiaciones ionizantes. Existen diversos tipos de instrumentos que pueden captar y medir la cantidad de radiación ionizante que absorbe la materia.
Existen varias unidades de medida de la radiación ionizante, unas tradicionales y otras del sistema internacional de unidades (SI).
Unidades tradicionales: Son el Roentgen, el Rad, el rem.
Unidades del sistema internacional: Son las más utilizadas el Culombio/kg, el Gray (Gy) y el Sievert (Sv).

La contaminación radiactiva es la distribución incontrolada de material radiactivo en un entorno determinado.
Fuentes de contaminación
La contaminación radioactiva normalmente es el resultado de una pérdida del control sobre los materiales radiactivos durante la producción o el uso de isótopos. Por ejemplo, si un radioisótopo utilizado en imágenes médicas se derrama accidentalmente, el material puede difundirse por las personas que lo pisen o se expongan a él demasiado tiempo. La contaminación radiactiva puede también ser el resultado inevitable de determinados procesos, tales como la liberación de xenón radiactivo en el reprocesado de combustible nuclear. En los casos en los que el material radiactivo no puede ser confinado, puede ser diluido hasta concentraciones inocuas. La lluvia radiactiva es la distribución de contaminación radioactiva generada por una explosión nuclear.
La confinación es el medio para que el material radiactivo no actúe como contaminación radiactiva. Por lo tanto el material radiactivo que se encuentra en envases especiales y sellados no constituye propiamente contaminación, aunque las unidades para su medición puedan ser las mismas.
Medición
La contaminación radiactiva puede afectar a superficies o a volúmenes de material o de aire. En una planta de energía nuclear, la detección y medición de la radiactividad y contaminación es normalmente el trabajo de un Físico Licenciado en Salud.
Contaminación de la superficie
La contaminación superficial normalmente se expresa en unidades de radiactividad por unidad de área. Para el SI, ésta es becquerels por metro cuadrado(o Bq/m2). También se utilizan otras unidades tales como dpm/cm2, picoCuries por 100 cm2, o desintegraciones per minuto por centímetro cuadrado (1 dpm/cm2 = 166 2/3 Bq/m2). La contaminación superficial puede ser fija o eliminable. (En el caso de contaminación fija, por definición el material radiactivo no puede dispersarse, pero todavía es medible.)
Contaminación en Volumen
Volúmenes de aire, agua, residuos o tierra, pueden contener contaminantes radiactivos. La contaminación volumétrica se expresa en unidades de contaminación por unidad de volumen (Bq/m3, o becquerels por metro cúbico).
El nivel de contaminación puede determinarse midiendo la radiación emitida por el contaminante. En el caso de un conocido radioisótopo, es posible determinar con precisión la actividad simplemente de una dosis de muestra de medición con un medidor de radiación. Los análisis del espectro de la radiación ayudan también a afinar las estimaciones. En los casos en que el contaminante emite baja energía de radiación, no obstante, puede ser difícil determinar esta actividad.
Riesgos
En la práctica no hay nada que tenga radiactividad cero. No tan sólo el mundo entero esta constantemente bombardeado por rayos cósmicos, si no que toda criatura viviente en la Tierra contiene cantidades significativas de Carbono-14 y la mayoría (incluidos los humanos) también de Potasio -40. Estos pequeños niveles de radiación no son más dañinos que la luz del Sol. Pero al igual que una excesiva insolación puede ser peligrosa, también lo pueden ser los niveles excesivos de radiación.
Bajos niveles de contaminación
Los riesgos de contaminación radioactiva para las personas y el ambiente dependen de la naturaleza del contaminante radiactivo, el nivel de contaminación, y la extensión de la dispersión de la contaminación. Con bajos niveles de contaminación hay pocos riesgos.
Altos niveles de contaminación
Los niveles de contaminación altos pueden plantear los mayores riesgos a las personas y al entorno. Las personas pueden estar expuestas a niveles de radiación potencialmente mortales tanto externa como internamente, a partir de la difusión de contaminación consecuentes a un accidente nuclear o a la deliberada detonación de armas nucleares, en los que se involucran grandes cantidades de material radiactivo. Los efectos biológicos de la exposición externa a la contaminación radioactiva son generalmente los mismos que aquellos procedentes de fuentes externas de radiación que no se considera involucren materiales radiactivos, tales como los derivados de los aparatos de rayos X, y son dependientes de la dosis absorbida.
Efectos biológicos
Los efectos biológicos de los núcleos de radiación absorbidos internamente dependen en gran medida de la actividad de los mismos, su biodistribución y las tasas de eliminación del radioisótopo, que a su vez depende de su forma química. Los efectos biológicos también pueden depender de la toxicidad química del material depositado, con independencia de su radioactividad. Algunos radioisótopos pueden estar distribuidos uniformemente por todo el cuerpo y eliminados rápidamente, como es el caso del agua con tritio. Algunos radioisótopos pueden atacar órganos específicos y tener tasas de eliminación mucho más bajas. Por ejemplo, la glándula tiroides absorbe un gran porcentaje de cualquier compuesto yodado que entre en el cuerpo. Si se inhalan o ingieren grandes cantidades de compuestos yodados radioactivos, el tiroides puede ser inutilizado o destruido, mientras que otros tejidos estarían afectados en menor grado. Los yoduros radioactivos son un producto de fisión nuclear muy común; fue el mayor componente del Accidente de Chernóbil que produjo muchos casos de cáncer de tiroides infantil e hipertiroidismo. Por otra parte el yoduro radioactivo se utiliza en el diagnóstico y tratamiento de muchas enfermedades de la tiroides, precisamente por su absorción selectiva por esta glándula.
Métodos de contaminación
La contaminación radiactiva puede entrar en el cuerpo a través de su ingestión, inhalación, absorción, o inyección. Por este motivo, es importante utilizar equipos de protección personal cuando se trabaja con materiales radiactivos. La contaminación radiactiva también puede ingerirse como consecuencia de comer animales o plantas contaminadas o beber agua contaminada o leche de animales afectados. Cuando se trata de un incidente de contaminación importante, todas las vías de entrada potenciales deben ser tomadas en consideración.
La descontaminación de la contaminación externa es frecuentemente tan sencilla como eliminar las ropas contaminadas y limpiar la piel contaminada. La descontaminación interna puede ser mucho más difícil, dependiendo de los núcleos de radiación de que se trate.

2006-11-21 19:41:20 · answer #1 · answered by nitzahom 5 · 0 1

compuestos por tres partículas elementales: electrones, protones, y neutrones. Los electrones (e-) tienen carga negativa, y muy poca masa. Los protones (H+) son la contrapartida en carga de los electrones, porque la tienen positiva, pero a diferencia de los electrones tienen mucha más masa. Los neutrones (n) no poseen carga, pero en cambio son ligeramente más masivos que los protones. Los protones y los neutrones constituyen el núcleo de los átomos. Los electrones 'giran' alrededor de ese núcleo, en una especie de 'órbitas'.

Un núcleo se caracteriza por dos cosas: su número atómico y su número másico. El número atómico es el número de protones del núcleo. El número másico es el número de protones y neutrones del núcleo. Como los neutrones no poseen carga, el número atómico (o sea, el número de protones) es el que determina la carga del núcleo, que es por lo tanto positiva. Si la materia es, en principio, eléctricamente neutra, debe haber tantos electrones girando alrededor del núcleo como protones hay en él. Lo que determina que un átomo sea de hidrógeno, de carbono, o de hierro, es el número de protones del núcleo, el número atómico.

Se dice que dos átomos son isótopos o presentan una relación de isotopía cuando teniendo el mismo número atómico, es decir, el mismo número de protones en su núcleo, poseen distinto número másico, es decir, distinto número de neutrones en su núcleo.


Por ejemplo, el hidrógeno normal tiene un protón en el núcleo con un electrón girando alrededor. Se le conoce por ese motivo como protio. Existe un isótopo del hidrógeno, el deuterio, que tiene además un neutrón. Por lo tanto, si tiene un protón y un neutrón su número másico es 2, pero su número atómico sigue siendo 1. Hay otro isótopo del hidrógeno, el tritio, que tiene de número másico 3: posee dos neutrones y un protón.

Para nombrar estos isótopos podemos recurrir a esta nomenclatura: 1H, 2H, 3H. Todos son átomos de hidrógeno, (lo que significa que sólo tienen un protón en el núcleo), pero su número másico es 1, 2 ó 3 (tienen 0, 1 ó 2 neutrones). En muchos casos, también se formula el hidrógeno normal como H, el deuterio como D, y el tritio como T.

Nombre Número atómico
(protones) Número másico
(protones + neutrones) Símbolo Símbolo
alternativo

------------------------------...

protio 1 1 1H H
deuterio 1 2 2H D
tritio 1 3 3H T

2006-11-21 21:42:01 · answer #2 · answered by Anonymous · 0 0

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