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El vudú o vodun es una religión originada en el área cultural de África Occidental en tiempos prehistóricos. Se trata de una variante teísta de un sistema animista de creencias, provisto de un fuerte componente mágico. Por su vinculación directa con la cosmología y los sistemas de creencias neolíticos, su estudio resulta de gran interés en el campo de la Paleoantropología. El vudú se cuenta entre las religiones más antiguas del mundo, a caballo entre el politeísmo y el monoteísmo.
El tráfico de esclavos hacia América produjo un fuerte fenómeno de sincretismo entre esta religión arcaica y las creencias cristianas de los esclavistas, así como con las religiones nativas de los lugares adonde se transportó a los esclavos. De aquí surgiría el vudú haitiano y un gran número de derivativos: la Regla de Ocha o Santería en Cuba, el Candomblé, la Umbanda y Kimbanda en Brasil, etcétera. Algunos de estos derivativos han llegado a Europa en décadas recientes, sobre todo de la mano de emigrantes retornados.
Los orígenes africanos: sustrato teológico del vudú
Como se ha indicado, el Vodun o Vudú es una forma teísta y mágica del animismo que se desarrolló entre las tribus de África occidental antes de la época histórica, en los territorios de lo que fuera el Reino de Dahomey (actual Benin). El área cultural de los pueblos Fon, Gun, Mina y Ewe comparten concepciones metafísicas comunes, centradas en torno a la idea de un principio cosmológico dual de orden divino. Por un lado encontramos al Dios Creador (cuyo nombre puede variar, pero que definiremos como Mawu) y por otro lado a una serie de Dioses o espíritus Actores, hijos del Creador. El Dios Creador constituiría así el principio cosmogónico, aislado de los asuntos mundanos, y los Voduns (loa o lwa) son los dioses o espíritus actores que rigen sobre las cuestiones terrenales. Es interesante observar el parecido entre esta vieja dualidad y otra, mucho más tardía, entre el Dios-Pantócrator y el Dios-Politeuma que hallamos en muchas religiones monoteístas modernas.
El panteón de Voduns es grande y complejo. Hay siete hijos directos de Mawu, el principio cosmogónico, que son interétnicos y están relacionados con fenómenos naturales o personajes históricos y míticos, junto a docenas de Voduns étnicos, defensores de un determinado clan o tribu. Además están los Voduns modernos, procedentes fundamentalmente de Ghana.
Diversos regímenes totalitarios en África occidental intentaron suprimir el Vodun junto a otras formas de religiosidad, pero hoy por hoy florecen de nuevo. Más de 30 millones de personas practican actualmente el vudú africano en numerosos países del Golfo de Guinea. Para cualquier persona interesada en el vudú originario, la historia comparada de las religiones o la antropología, visitar los museos y mercados vodun de Ouidah y Cotonou, en Benin —donde es actualmente la religión oficial—, o de Lomé, en Togo, resulta una experiencia fascinante.
La religión vudú supone el creer en la vida después de la muerte, así como en la existencia de diversas jerarquías espirituales de ánimo maligno, benigno o amoral, llamadas loas. Éstas supuestamente influyen en el mundo terrenal gracias a la acción de un hierofante. Éste es conocido como houngan, y su función es, mediante la ayuda de los entes que convoca, conseguir curaciones, información determinada, (no confundir con las visiones chamánicas) e influir sobre la naturaleza. Todo ello con fines benignos. La mujer puede ser también houngan si tiene aptitudes y es elegida para ello, denominándosela manbo.
Es posible que el houngan tenga nefastas intenciones o que utilice su poder de convocatoria para el mal, entonces es denominado bokor.
El vudú en América
El vudú americano es un nítido ejemplo de evolución sincrética entre esta religiosidad teísta-animista, las creencias cristianas de los esclavistas y religiones locales de pueblos como los Taínos, que se inició cuando muchos africanos del Golfo de Guinea fueron utilizados como esclavos en Haití y otros lugares del Caribe. El vudú también se encuentra muy extendido en regiones tradicionalmente esclavistas de Estados Unidos hasta la abolición, especialmente en Nueva Orléans.
En sus principios careció de un clero y de ritos regulares establecidos (liturgia), debido a que fue una religión perseguida por sus propietarios esclavistas, que los obligaban a convertirse al cristianismo.
Del vudú americano se derivan otras religiones como la santería, muy extendida en Cuba de naturaleza aún más mistificada por las corrientes cristianas. La santería —una de las máximas expresiones sincréticas del mundo— usa símbolos y santos cristianos, que dan imagen y representan loas y ritos anteriores, similares a los del vudú.
El vudú ha sido un fuerte referente para la cultura popular, debido a la atribuida capacidad de los bokor para resucitar a los muertos y hacerlos trabajar en su provecho (zombies), así como la de provocar la muerte a voluntad. De igual interés popular han resultado otros elementos folclóricos como las muñecas vudú. Existe una amplia literatura y filmografía al respecto, que tiende a deformar y demonizar lo que hoy por hoy es la religión de más de 40 millones de personas en todo el mundo.
La santería es un conjunto de sistemas religiosos que funden creencias católicas con la religión tradicional yoruba, practicada por los esclavos negros y sus descendientes en Cuba, Puerto Rico, República Dominicana, Panamá, Venezuela y lugares con gran población hispana en Estados Unidos (como Florida, Nueva York, San Francisco, Los Angeles y San Diego). Debido a la presencia de esclavos yorubas en Brasil, hay mucha similitud entre la santería de los países de habla hispánica y el candomblé de Brasil. Las diferencias se cingen a los sincretismos entre los dioses africanos y los santos católicos. Así pues que Santa Bárbara es Shangó en la santería de Puerto Rico y Cuba, pero es Iansan en el candomblé brasileño.
El término "santería" fue utilizado por los españoles de forma despectiva para burlarse de la aparente devoción excesiva que mostraban los seguidores a los santos en detrimento del Dios Yahvéh. Los amos cristianos no permitían que sus esclavos practicasen sus diversas creencias animistas de África occidental. Los esclavos encontraron una forma de burlar esta prohibición, y concluyeron que los santos cristianos no eran más que manifestaciones de sus propios dioses. Los amos pensaron que sus esclavos se habían convertido en buenos cristianos y estaban rezando a los santos, cuando en realidad estaban siguiendo sus creencias tradicionales.
En algunos países, el término santería sigue siendo despectivo. Los practicantes prefieren utilizar otros nombres, como lukumi (debido a su saludo oluku mi: ‘amigo mío’) o Regla de Ocha. En algunas ocasiones los practicantes de la santería prefieren ser conocidos por las sociedades secretas a las que pertenencen, por ejemplo: Abarkwá en Cuba, Amigos de San Lázaro en Puerto Rico.
Historia
La tribu yoruba habita en el país de Nigeria, a las orillas del río Níger. Tuvo dominio sobre diversos reinos, el más importante fue Benín (Dahomey). Desde el siglo IX, los yorubas se organizan en ciudades estado, pero su poder se debilitó en el siglo XVIII por guerras con las tribus vecinas y por la colonización europea.
De este pueblo vienen los esclavos que fueron llevados a Cuba. Con ellos llevaron su religión, cuyos dioses identificaron con los santos cristianos. La santería aparece ya definida en la región occidental de Cuba en el siglo XIX.
La religión
La santería cree en una fuerza o dios universal del que proviene todo lo creado, llamado Olodumare. La energía de Olodumare es Ashé. Luego están los orishás, que son deidades que gobiernan diversos aspectos del mundo. Los orishás, además, velan para que cada mortal cumpla el destino que tiene marcado desde su nacimiento. Los que no lo cumplen, siguen en la rueda de las sucesivas reencarnaciones. Esta creencia es similar a la del hinduismo y el budismo.
La identificación de los orishás con los santos más conocidos tiene razones muy simples, que se relacionan con el aspecto o las acciones de los santos:
Elegüá, el santo niño; se hace referencia al Santo Niño de Atocha.
Santa Bárbara, que en la mitología cristiana es representada con vestimentas rojas y espada, es Shangó (o Xangó), deidad de la fuerza.
Ogún, que maneja el hierro, dios de la guerra y las armas, es el mítico San Jorge, vencedor del dragón en la iconografía cristiana.
Agayú encuentra su correlato en San Cristóbal, que para los creyentes cristianos es el patrón de los viajeros y para los yoruba es el vigilante de los caminos.
Inle, el médico, es San Rafael, el arcángel que cura y sana.
la Virgen de la Regla es Iemãyá, diosa de la maternidad.
El orishá es a la vez el santo de cada miembro de la santería. Por eso, cada uno está obligado a rendir culto al santo que corresponde al día de su nacimiento. Ese día el creyente asiste a misa y también a las ceremonias consagradas por la santería al orishá.
La santería tiene una jerarquía sacerdotal. Los máximos sacerdotes son los babalaos, a los que acuden los de menor jerarquía. Todos ellos son santeros o santos, iniciados mediante ritos específicos, el primero de los cuales es un ritual de purificación y la entrega de cinco collares que representan a otros tantos orishás.
Los sacerdotes están autorizados a realizar sacrificios de animales en homenaje a los santos orishás. Estos no son inmortales y viven del ashé (energía) de los sacrificios. Se sacrifican palomas, cabras, gallinas y cerdos. La gente acude normalmente a los santeros para pedirles sacrificios que resuelvan problemas domésticos, curen enfermedades o restituyan algún bien perdido. Antes de realizar el sacrificio, el santero invoca al espíritu de los ancestros (eggun) del solicitante. El eggun será el que lleve la ofrenda al orishá.
Mediante los sacrificios, los creyentes permanecen en contacto con el mundo espiritual. Los santeros realizan las ceremonias en sus propias casas, porque la santería carece de templos. El santero forma parte de la vida cotidiana del creyente, se convierte en su intermediario con lo sobrenatural, su consejero y su adivino. La adivinación se hace mediante caracolas. Se utilizan 16 conchas a las que se suma un caracol distinto, una piedra y otros enseres. Los caracoles son arrojados por el sacerdote sobre una estera y cada tirada encierra a la vez un mensaje adivinatorio y un consejo sobre cómo actuar.

2006-11-20 14:47:56 · answer #1 · answered by nitzahom 5 · 1 0

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2014-05-19 18:30:15 · answer #2 · answered by reina_fatua 3 · 0 0

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