English Deutsch Français Italiano Español Português 繁體中文 Bahasa Indonesia Tiếng Việt ภาษาไทย
Todas las categorías

Estoy realizando un trabajo sobre el grado de conocimiento de este pintor surrealista cubano en la red

2006-11-18 05:52:07 · 4 respuestas · pregunta de Anonymous en Arte y humanidades Artes visuales Pintura

4 respuestas

El pintor cubano Jorge Camacho dice que "todo el mundo habla de surrealismo, pero son muy pocos los que lo comprenden"
SANTA CRUZ DE TENERIFE, 23 (EP/IP)

La cuarta jornada del congreso Surrealismo Siglo 21, que organizan la Viceconsejería de Cultura y la Universidad de La Laguna, tuvo como ponentes al pintor Jorge Camacho, que relató cómo llegó al surrealismo y la manera en que se relacionó con sus mayores cultivadores en París; Fernando Castro, que desgranó la influencia del humor y la metamorfosis en la obra de Óscar Domínguez, y José Pardo, que adscribió al surrealismo "a la tradición más poderosa de
nuestra cultura, aquella que ha hecho de las relaciones entre poesía e historia uno de sus fundamentos de reflexión más relevantes y continuos".

El cubano Jorge Camacho recordó el modo en que, en La Habana de los años cincuenta, comenzó a interesarse por el movimiento surrealista, a través de la lectura de revistas y de los libros de Breton, Éluard o Péret, pero que lo determinante para decidirse por su vocación de pintor fue "la obra y la vida de Paul Gauguin", del que siempre ha pensado que fue "un surrealista en el color".

Sentó, además, su posición acerca de la enseñanza de las Bellas Artes, cuando hizo referencia a su decisión "de no ingresar en la Escuela de Bellas Artes de La Habana" y afrontar su aprendizaje de forma independiente: "Pensaba entonces y pienso aún que la mejor manera de progresar en el conocimiento del arte es observando y estudiando la obra de los grandes maestros. Esta convicción me llevó a emprender varios viajes al extranjero".

Ya fuera de Cuba, su primera escala fue el México de los muralistas, que por entonces gozaban de un gran prestigio en el mundo y una formidable influencia en el país, pero que a él sólo le produjeron desencanto: "Mi decepción al ver este arte extremadamente politizado fue grande. Pero sería aún mayor al saber, más tarde, que Siqueiros, un estalinista convencido, desarrollaba actividades policíacas y que incluso llegó a intervenir en uno de los atentados contra la vida de Trotsky. Por fortuna, encontré a otros pintores, como Rufino Tamayo y Carlos Mérida, que sufrían cierta marginación por su enfrentamiento con los muralistas y que me impresionaron vivamente".

La figura de Diego Rivera no evoca, en consecuencia, los mejores momentos de su crecimiento como artista: "Mi visita a Rivera fue breve y sin mayores consecuencias. El maestro -acentuó el tono irónico con que empleaba esta palabra- estaba, en esos momentos, pintando uno de sus cuadros murales más espantosos, sobre un problema político de Guatemala".

Su contacto in situ con el surrealismo -"el movimiento intelectual y poético más importante del siglo **", según su definición- se produjo cuando en París tuvo "el inmenso placer" de conocer a André Breton, quien le animó a sumarse a las actividades de su grupo, algo que representó para su recorrido estético "el comienzo de una nueva vida artística e intelectual".

A años de aquello, Camacho ve al movimiento encabezado por Breton como influyente en todo, hasta en órbitas de "la vida social, como la publicidad y la moda". En un momento, se detuvo para marcar que la expresión "surrealista" se usa "hasta el abuso, para calificar situaciones macabras o insólitas", algo que "con frecuencia, hacen los políticos y periodistas de limitada cultura". "Dicho de otro modo, todo el mundo habla del surrealismo, pero son muy pocos los que lo comprenden", afirmó.

El automatismo, que junto con el poder del sueño y del subconsciente son los dos rasgos fundamentales del surrealismo según Breton, produjo pintores "como el chileno Roberto Matta, uno de los pocos en utilizar el automatismo de forma tan libre y espontánea". Es entre esos pocos que Camacho situó a Óscar Domínguez, que "valiéndose de las decalcomanías que inventó en 1935, llegó a hacer obras de un automatismo casi puro".

Fernando Castro, catedrático de Historia del Arte Contemporáneo de la Universidad de La Laguna, citó como determinantes en la producción iconográfica de Domínguez "cinco categorías estéticas que reflejan el modo surrealista de concebir la vida". Ellas son "el deseo, la muerte, el juego, el azar y el humor".

Los surrealistas, "como oráculos de un mundo regido por el poder incondicionado del deseo", trabajan las imágenes de su pintura para "dislocar" la realidad a través de "la intervención revolucionaria del humor". Aquí encuentra Castro Borrego el eje medular de la poética de Domínguez, "un eje que recorre sus múltiples etapas y dota a sus creaciones de un sentido unitario que va más allá de las relaciones formales o las estrategias icónicas, un concepto de representación que supone la negación de la realidad como algo dado".

Así, cuando Breton comenzó a pensar, en 1946, que la pintura estaba volviendo "a la senda manida de la imitación del mundo exterior" -el rechazo al realismo era para él "un mandamiento moral que el surrealismo tenía que acatar"-, al deplorar la desviación de muchos antiguos camaradas que habían vulnerado este mandamiento, hizo una distinción. "Quiero hacer una excepción resonante en favor de Brauner y Hérold y otra en favor de Domínguez", dijo. Para el catedrático de La Laguna, "Domínguez no se había pasado a las filas del realismo, ni había hecho concesiones a lo que Breton llamaba el misticismo-estafa del bodegón".

Tras la Segunda Guerra Mundial, Domínguez se acercó "a Paul Éluard y a Pablo Picasso, dos comunistas", que, en el caso del primero, "había abandonado la disciplina surrealista para comprometerse plenamente con las tesis oficiales y el realismo socialista preconizado desde Moscú", lo que le enfrentaba al surrealismo, "que mantuvo su indeclinable defensa de la libertad creativa".

La relación entre Domínguez y Picasso no deja de ser un juego de admiración y oposición a la vez, en el que el malagueño representaba una "nefasta influencia" en palabras de Breton, por su "enamoramiento de la realidad, aunque fuese para someterla a crueles deformaciones". Si bien Castro Borrego indica que Domínguez "cayó en sus redes", su obra creativa a partir de 1945 "no fue sino una forma de resistir a Picasso, donde el humor y las metamorfosis tienen un papel clave".

LO ARTÍSTICO Y LO HISTÓRICO

El tercer ponente de la jornada, José Pardo, se refirió a lo que considera "rasgo definente" de la actitud surrealista, "el combate contra la separación entre lo artístico y lo histórico o, como lo decía magníficamente André Breton, la lucha por acabar con "la deprimente idea de que existe un divorcio irremediable entre la acción y el sueño", una distinción que el propio programa surrealista tomaba como una obsesión".

Pardo, autor de 'La regla del juego', sobre la dificultad de aprender filosofía, con el que obtuvo el Premio Nacional de Ensayo en 2004, propuso escapar "al tópico tan repetido del surrealismo como acontecimiento revolucionario o como subversión cultural", no porque sea en sí mismo falso, sino porque "el acentuarlo en exceso hurta la dimensión que conviene resaltar, que es precisamente la de su profunda coherencia con el contexto a la vez histórico y artístico en el cual emerge".

El profesor de la Complutense cree que es posible constatar la profunda pertenencia del surrealismo "a la tradición más poderosa de nuestra cultura, aquella que ha hecho de las relaciones entre poesía e historia uno de sus fundamentos de reflexión más relevantes y continuos".

El vínculo entre el movimiento y las teorías de Freud puede ser visto, según Pardo, como la oportunidad para, con el descubrimiento del psicoanálisis, "añadir" a la idea hegeliana de "superación de las antinomias" y a la marxista de "revolución social" un motivo capaz de explicar, más allá de la lucha de clases o de la alienación espiritual, la exclusión de lo irracional, motivo que no es otro que la "represión" y que fundamenta "el carácter emancipatorio que el surrealismo concede a su tarea histórico-poética".
Camacho cree que pocos entienden el surrealismo aunque todos hablen de él




SERVICIOS
Enviar esta página »
Imprimir esta página »
Contacte con nosotros »
Anterior Volver Siguiente





MULTIMEDIA
Imágenes




El pintor dice que es el movimiento poético más importante del siglo **

LA OPINIÓN / SANTA CRUZ DE TENERIFE

El pintor cubano Jorge Camacho, que relató ayer cómo llegó al surrealismo y la manera en que se relacionó con sus mayores cultores en París, subrayó que el surrealismo es "el movimiento intelectual y poético más importante del siglo **". Sin embargo, pese a que este término se usa, según Camacho, "hasta su abuso para calificar situaciones insólitas" son muy pocos los que lo comprenden.

El congreso Surrealismo Siglo 21, que se celebra en La Laguna, contó ayer con la participación del pintor Jorge Camacho que recordó el modo en que, en La Habana de los años cincuenta, comenzó a interesarse por el movimiento surrealista, a través de la lectura de Breton o Éluard. Sin embargo, Camacho señaló que lo determinante para decidirse por su vocación de pintor fue "la obra y vida de Gauguin", del que siempre ha pensado que fue "un surrealista en el color".
En la actualidad, Camacho ve al movimiento encabezado por Breton como influyente en todo, hasta en órbitas de "la vida social, como la publicidad y la moda". En un momento, se detuvo para marcar que la expresión "surrealista" se usa "hasta el abuso, para calificar situaciones macabras o insólitas", algo que "con frecuencia, hacen los políticos y periodistas de limitada cultura". "Dicho de otro modo, todo el mundo habla del surrealismo, pero son muy pocos los que lo comprenden", afirmó. En su conferencia, Encuentro y surrealidad, el artista evocó su contacto in situ con el surrealismo -"el movimiento intelectual y poético más importante del siglo **"- se produjo cuando en París tuvo "el inmenso placer" de conocer a Breton, quien le animó a sumarse a las actividades de su grupo, algo que representó para su recorrido estético "el comienzo de una nueva vida artística e intelectual".

La actitud surrealista
Por su parte, José Luis Pardo, se refirió a lo que considera "rasgo definente" de la actitud surrealista, "el combate contra la separación entre lo artístico y lo histórico o, como lo decía magníficamente Breton, la lucha por acabar con la deprimente idea de que existe un divorcio irremediable entre la acción y el sueño, una distinción que el propio programa surrealista tomaba como una obsesión".
Pardo, autor de La regla del juego, propuso escapar "al tópico tan repetido del surrealismo como acontecimiento revolucionario o subversión cultural", no porque sea en sí mismo falso, sino porque "el acentuarlo en exceso hurta la dimensión que conviene resaltar, que es precisamente la de su profunda coherencia con el contexto a la vez histórico y artístico en el cual emerge".

2006-11-18 05:56:21 · answer #1 · answered by toquio20042000 5 · 0 0

Si quieres formarse hacer fotografías increíble solo necesitas una camera y el manual de Juan Ignacio, Manual de Técnica Fotográfica de aquí https://tr.im/1D2pO.
El libro Manual de Técnica Fotográfica te guiará paso a paso a través de todos los aspectos de la fotografía digital. Este ejemplar te enseñará la teoría y las habilidades técnicas que necesitas para ser mejor fotógrafo aunque es la primera vez que pones la mano en una camera digital.
Juan Ignacio Torres, adicionalmente del increíble ejemplar Manual de Técnica Fotográfica, regala al paquete unos extras que sin duda necesitas. Estas guías son Iluminación Fotográfica, Retrato Fotográfico y Los 5 errores Más Comunes en Fotografía, libros que cualquier buen fotógrafo tiene que tener.

2016-07-10 19:24:21 · answer #2 · answered by ? 3 · 0 0

Jose : toma nota, divorciado, 2 hijos, esta de novio con una sobrina de Fidel Castro y se esta ganando la vida pintando casas!

2006-11-18 05:57:50 · answer #3 · answered by juliokrac 7 · 0 0

Jorge Camacho.
Hace falta un todoterreno para llegar a Los Pajares, la finca almonteña donde Jorge Camacho junto con Margarita, su esposa y compañera de toda la vida, fijó su retiro en 1975. Allí nos recibe antes de marcharse a París, donde desde hace veintisiete años pasa la otra mitad de las temporadas. En un lugar de la carretera entre Almonte y El Rocío, desde la cuneta, se ve llegar el 4x4 con matrícula francesa de este hombre afable y reservado. Y por las arenas de los carriles nos lleva al espacio escogido para vivir con esa tranquilidad que deben sentir los que, como este matrimonio, no necesitan la luz eléctrica. Camacho es aquí libre con la misma libertad del pájaro en Doñana. La libertad de la luz del Coto y del silencio de la civilización humana. Donde es otro el ritmo del tiempo; donde medita -crea, busca- la obra artística, que nunca, nunca tiene fin.

Entre Almonte y París

La primera cuestión nos asalta, urgente, todavía dentro del todoterreno. Resulta extremadamente curioso averiguar por qué Jorge y Margarita eligieron este rincón andaluz de la provincia de Huelva: Almonte, en la zona de marismas donde el Guadalquivir, el gran río que es la médula de Andalucía, se prepara para alcanzar la plenitud atlántica ya en la frontera con tierras de Cádiz ...

¿Escogió usted este lugar porque las marismas miran hacia el Atlántico, la puerta para alcanzar su Caribe natal?

“No. La venida de nosotros aquí fue por Doñana. A principios de los setenta empezamos a viajar para observar y fotografiar a los pájaros. Estuvimos en Venezuela, en Marruecos y en otros muchos lugares, y nos aconsejó un ornitólogo amigo nuestro que teníamos que visitar la reserva de Doñana. Y nos vinimos para acá”.

Entonces, pictóricamente le interesa el tema del pájaro...

Sí, sí. Hemos trabajado mucho en eso. Yo hice con un amigo la primera lista razonada de los pájaros de la Guayana francesa.

¿Expone en París lo que aquí pinta?

Sí, cuando pinto aquí.

No viene aquí para trabajar...

Yo vengo aquí para vivir. Trabajo en París y vivo en Almonte. Allá trabajo mucho más, aunque aquí hago muchas cosas sobre papel, porque es mucho más tranquilo... me interesa más. Además aquí hay tantas cosas que hacer... cuidar el campo, El Rocío, los caballos, Doñana, la playa, o sea, que hay poco tiempo para pintar.

¿En París trabaja sobre papel también?

No allá casi nunca lo trabajo, trabajo la tela.

Cuba trasplantada

Cuando hemos entrado en el salón de la casa para hacer la entrevista, nos han llamado la atención las señales de esa Cuba que vive en el corazón de este hombre que, por otro lado, no siente nostalgia de su tierra porque es un cosmopolita, es decir, “habitante del cosmos”, como en 1989 dijo en una entrevista hecha también aquí, en Los Pajares. Sobre la chimenea, un retrato de Reinaldo Arenas preside el salón, y Camacho nos conduce a un pequeño rincón donde está la foto que Jessie Fernández, también cubano, ex reportero gráfico de Life, le hiciera en La Habana a Lezama Lima.
¿Desde cuándo no pisa Cuba?

Desde el 67. Aquel año el Salón de Mayo, que se hacía normalmente en París, se organizó en La Habana. Carlos Franqui, uno de los comandantes de la Sierra Maestra, que después se separó del régimen castrista, y Wifredo Lam organizaron este salón. Yo no iba a Cuba desde el 59, y ahí fue cuando vi de nuevo a Lezama, que era amigo mío, a Virgilio Piñera ...

¿Conoció a Cintio Vitier?

No. A Cintio Vitier yo nunca lo conocí. Y en ese momento [en el 67] yo no lo vi. Nosotros estábamos con Lezama y con Virgilio, y ahí fue donde conocimos a Reinaldo.

Entonces, cuando Castro entró en La Habana, ¿usted no vivía allí?

Sí, sí.

No le habrán exiliado...

No. Yo vine [a Europa, París] becado en el 59. Había becas que estaban previstas por el Ministerio de Cultura y esas becas se respetaron y entonces un grupo de artistas y de escritores salimos becados. Y después, cuando volvimos fuimos con toda la esperanza ¿no? Decíamos, bueno, por primera vez va a haber un régimen socialista, realmente humano... y después allí nos dimos cuenta de que eso no era verdad. Y Virgilio y Lezama y Reinaldo nos alertaron sobre la verdadera situación que estaba viviendo el pueblo cubano.

¿Qué habrá después de Castro?

Eso es una incógnita grande. ¿Qué es lo que va a pasar? En principio el heredero es Raúl, porque eso es a nivel de familia. Pero no creo que pueda soportarlo. Fidel Castro será un canalla pero es muy inteligente, es un astuto, es un político que sabe ... aun con su esquizofrenia y su paranoia, tiene un carisma. Además, en cuarenta años se ha convertido en una especie de padre para muchas generaciones. Ha creado una especie de supeditación total. Nadie lo nombra. La gente no dice Fidel Castro, dice “él”. Yo creo que lo que podría pasar es que si se muere, que la Virgen del Rocío nos lo conceda lo más rápido posible, me da la impresión de que Raúl va a tener que comprometerse con cierta parte del ejército, con personas como Ochoa, que lo fusilaron, y buscar un Gobierno de transición.

¿Algo parecido a lo que pasó aquí en España en los años setenta?

Sí, pero lo que pasó aquí no es lo mismo, porque en España, en los últimos quince o veinte años se crearon ciertas instituciones, el mercado siguió, una clase media se fue creando, había profesores, médicos... la banca estaba protegida en cierto modo... En Cuba no hay nada. En Cuba es él. Y no se hace nada sin su aprobación. Así que no sé que puede pasar. Hay una posibilidad que puede ser muy grave también, y es que, la represión ha sido tan grande, los comités de CDR (¿?) que están en cada cuadra han alienado tanto a la populación [SIC] que los odios se pueden desencadenar también. Espero que no. Hay un libro maravilloso, extraordinario, que se llama La isla del doctor Castro, de unos franceses que estuvieron cuatro años allá. Zoe Valdés lo aconsejó publicar a Planeta (editorial española). Cuando se lee ese libro uno se da cuenta de la verdadera situación que vive el pueblo cubano.

¿Qué piensa cuando oye eso que decimos por aquí de que Huelva es cuna de América?

Bueno, eso es porque los bergantines salieron de aquí [risas]. Pero hay una unión muy grande entre Huelva y... entre España y América Latina en general, no solamente Huelva. Entre España y Cuba hay unos lazos muy profundos, inclusive durante la Guerra de Independencia. Porque el mismo José Martí, que fue uno de los grandes pensadores de entonces siempre hizo la separación entre el Gobierno que él atacaba para la independencia y el pueblo español. Tal es así que en Cuba, después de la independencia, nunca hubo ningún resabio contra el español, realmente fue un pasaje muy armonioso. No es el caso por ejemplo de México, donde los españoles son la Malinche. Claro, que es un pueblo que fue traicionado por su propio pueblo ¿no? Porque Hernán Cortés nunca hubiese llegado a Tenochtitlán

2006-11-18 05:54:28 · answer #4 · answered by Anonymous · 0 1

fedest.com, questions and answers