.EL NEOLIBERALISMO: ASPECTOS SOCIALES.
El neoliberalismo como ideología contiene significados, ideas, y valores basados en los principios sociales del liberalismo clásico: el mercado libre, el individualismo, la ocupación con un egoísmo estrecho, y el propósito que éstos lograrán el bienestar social. El neoliberalismo también ofrece un repertorio de estrategias a través de los cuales se puede dominar, subordinar, asimilar y excluir a la gente. El neoliberalismo es una respuesta a un ciclo anterior de lucha por la parte de obreros, estudiantes, mujeres, minorías y campesinos que llevó el neoliberalismo a un punto de crisis; una respuesta que busca deshabilitar a todos estos grupos convirtiendo sus diferencias en antagonismos de salarios, raza, género y etnicidad.
Los programas políticos neoconcervativos del neoliberalismo socava a la clase media reduciendo su temor del descenso contra ellos quienes luchan más abajo en la jerarquía de salarios. La reducción de programas sociales y derechos legales tratan de deshabilitar a los movimientos comunitarios, dejándolos susceptibles a las demandas de las grandes empresas. Las luchas por igualdad son atacadas por la criminalización de programas de Affirmative Action. El triunfo de lograr una heterogeneidad cultural en el sistema escolar y universitario se enfrente con la reducción en la diversidad de la facultad, en el plan de cursos y en la fundación de programas. La libertad reproductiva de la mujer, la liberación sexual y la independencia económica han sido atacadas ferozmente por los ultra cristianos a la derecha. La homofobia de éstos también da la oportunidad de reducir los derechos gay a través de la violencia privada y las leyes públicas.
El neoliberalismo xenofóbico ha sido utilizado para promover una histeria antimigrante y un temor de la gente de color. Tales esfuerzos han producido comunidades y sitios de trabajo amurallados y vigilados.
EL NEOLIBERALISMO Y LA VIOLENCIA.
La violencia, manifiesta y estructural, está al centro de la creación de tales antagonismos. La violencia manifiesta o física ha sido promulgada legalmente por el terrorismo en masa, y la militarización de la frontera y muchas comunidades. Ha sido promulgada ilegalmente por linchamientos privados, la violación, golpeos a manos de las fuerzas públicas y tiroteos e incendios a manos de grupos paramilitares. La violencia estructural, social como económica, se ha hecho resaltada a través de símbolos, la ideología y programas públicos para someter a unos y amenazar a otros con los horrores de la pobreza, hambre, las enfermedades evitables, la mal educación, la servidumbre y la privación del derecho de ciudadanía.
A pesar de una retórica penetrante que exige un límite al gobierno, el estado en realidad ha aumentado su papel intruso en la sociedad por la guerra contra las drogas, la vigilancia de poblaciones y la intervención domésticas e internacional, de la policía y las fuerzas armadas. El ejercito, el INS, el FBI y otras unidades militares y agencias policiales han empezado una guerra de baja intensidad en la frontera y en áreas urbanas, con operaciones como Operation Hammer, operation Rock Crusher, y Operation Hold the Line. Prisioneros y campamentos de trabajo en crecimiento rápido alojan a un número creciente de jóvenes de color, criminalizados por ser joven, por asociarse con comunidades alternativas, y por tratar de explotar mercados lucrativos e ilícitos.
LA RESISTENCIA.
La resistencia a toda esta violencia manifiesta y estructural ha sido a la vez individual y colectiva. Los esfuerzos más efectivos han sido basados en luchas anteriores donde la gente aprendió a trabajar en conjunto en redes informales autónomas, en comunidades y espacios sociales que acepten la diferencia y la diversidad. No ha sido fácil para los neoliberales reducir los triunfos de los años 60s y 70s. El pueblo ha resistido los ataques sobre los sueldos, los gastos sociales, y el tiempo libre a través de retrasos de trabajo, robos, sabotaje y motines. Otros han explotado mercados alternativos a través del comercio ilícito y de sistemas clandestinos de redistribución. Aún otros han elaborado nuevas críticas culturales por la música, el arte y el teatro.
LA LUCHA CONTRA PROGRAMAS SOCIALES NEOLIBERALES.
La superación de programas sociales neoliberales se depende de la transformación creativa de instituciones tradicionales en nuevas redes sociales que permiten a la gente tomar control de su propio aprendizaje, redistribuir sus recursos conforme a sus necesidades, y gozar de la diferencia sin antagonismo, mientras que busque la elaboración de sus propios deseos. Mucha gente se ha quebrado con la exaltación restrictiva de la familia nuclear tradicional, siguiendo alternativas de modas de vida, arreglos de vivienda, y relaciones sociales. Otros han disputado abiertamente los valores neoliberales de propiedad privada, la competición y el énfasis en el éxito individual que viene del trabajo sin fin y el consumo ostentoso. Llegando a ser parte de barrios y organizaciones y centros comunitarios, la gente promueve esfuerzos cooperativos en la producción y distribución de necesidades mientras que trasforma sus relaciones personales en formas más autorizantes y mutualmente sustentadoras. Muchas de estas alternativas han incorporado una búsqueda para nuevas vías de entrada a interrelaciones entre seres humanos y el resto de la naturaleza. La abolición exitosa de programas sociales neoliberales solo puede ser realizada superando los viejos métodos con los esfuerzos de construir un nuevo mundo y así proveer la fuerza necesaria para la destrucción de esos viejos programas.
NEOLIBERALISMO Y DEMOCRACIA.
Hoy, en el despertar de la crisis del Keynesianismo, el neoliberalismo racionaliza la destrucción no solamente de comunidades tradicionales sino también de programas sociales del gobierno ganados en luchas anteriores para proteger a la gente de las fuerzas del mercado. Se trata de imponer el valor del mercado en todas las esferas de la vida. La naturaleza, la contaminación, el bienestar humano, la educación y todo comportamiento social están medidos puramente por su contribución a hacer ganancias en la histeria capitalista más insana que el mundo ha conocido. El cambio neoliberal de programas públicos al sector privado ha tratado de remover todas las protecciones de las fuerzas del mercado. Transferiendo poder de la legislatura al ejecutivo, se ha reducido la efectividad de presión por parte de las masas. El uso de los medios de comunicación para dominar el debate electoral ha concentrado el poder en las manos de los adinerados y ha fortalecido el monopolio de partidos políticos y sus patrocinadores empresariales.
RESISTIENDO LA POLÍTICA NEOLIBERAL.
Se ha resistido ha todos estos cambios, a veces de una manera parcial, por ejemplo el esfuerzo para proteger programas de beneficio social, a veces estructuralmente, por ejemplo, los esfuerzos para detener la poca democracia que hay en sistemas políticos contemporáneos. Ha habido más logros en estas luchas que lo que usualmente se reconoce. Si comparamos lo que los neoliberales han querido hacer con lo que han sido capaces de hacer hasta ahora, podemos ver el alcance de sus derrotas. Un problema importante con la mayoría de estas luchas de resistencia, sin embargo, es que al aceptar la estructura del sistema en sí misma, solo han podido aspirar a reformas marginales. Los mejores medios para resistir neoliberalismo quedan afuera y en contra de su propio marco no democrático.
COMO LUCHAR EN CONTRA DE LA POLÍTICA NOELIBERAL.
Lo que esta historia de política liberal, Keynesiana y neoliberal enseña es la necesidad de transformar radicalmente las estructuras de la política: las maneras en que la gente se reúne para hacer decisiones colectivas y públicas sobre como vive. La fachada democrática de políticos profesionales debe ser desgarrada y nuevas formas de política democrática inventadas. Aunque partidos basados en ideología pueden sobrevivir, deben ser reducidos solamente a una forma de auto-organización colectiva entre otros dentro de un sistema verdaderamente democrático. Hay alternativas, una variedad amplia de auto-actividad política requiriendo una democracia más participativa contribuyó a la caída del Keynesianismo y desafía a los esfuerzos neoliberales de reprimirla o coaptarla. La lucha política, hoy debe crear más espacio por tal auto-actividad para elaborar y consolidarse a sí mismo, en todos los niveles, en cada aspecto de la sociedad. La gente indígena de Chiapas han articulado claramente la clave conceptual y organizacional para la democracia: autonomía. La manera de organizarlo cambia mucho pero la autonomía de las comunidades de grupos étnicos y lingüísticos, de las regiones y otros grupos auto-definidos es la única manera posible para un verdadero pluralismo, un neo-pluralismo que sea verdaderamente democrático. Autonomía no significa abolición de la política o fragmentación de las sociedades. La política es un elemento ineludible de la vida social humana. La política autonómica simplemente rehusa la estructuración de esta dinámica a través de la imposición de una serie de reglas universales de valores y de comportamiento. En cambio, se celebra una visión de diálogo sin fin e interacción dentro de una comunidad de comunidades siempre cambiante, tanto en escala local como universal.
EL NEOLIBERALISMO EN AMÉRICA LATINA.
Carta de los Provinciales Latinoamericanos de la Compañía de Jesús.
Queridos compañeros:
Nosotros, Superiores Provinciales de la Compañía de Jesús en América Latina y el Caribe, siguiendo el llamado de la Congregación General 34 a profundizar nuestra misión fe-justicia. Queremos compartir con todos los que participan de la misión apostólica de la Compañía de Jesús en el continente y todas aquellas personas preocupadas y comprometidas con la suerte de nuestro pueblo, especialmente los más pobres, algunas reflexiones sobre el llamado neoliberalismo en nuestros países. Nos resistimos a aceptar tranquilamente que las medidas económicas aplicables en los últimos años en todos los países latinoamericanos y el Caribe, sean la última manera posible de orientar la economía y que el empobrecimiento de millones de latinoamericanos sean un costo irremediable de un futuro crecimiento. Detrás de estas medidas económicas existe una estrategia política, subyace una concepción de la persona humana y una cultura que es necesario discernir desde nuestros propios modelos de la sociedad a la que aspiramos y por la cual trabajamos, al lado de tantos hombres y mujeres movidos por la esperanza de vivir y dejar a las futuras generaciones una sociedad más justa y humana.
Las consideraciones presentadas no pretender ser el análisis científico de un asunto complejo que requiere investigación desde muchas disciplinas.
Son solamente reflexiones que encontramos pertinentes sobre las consecuencias y criterios del neoliberalismo; y características de la sociedad que anhelamos. Nuestra preocupación principal, al compartir estas reflexiones, es de orden ético y religioso. Los comportamientos económicos y políticos a lo que nos referimos reflejan en el ámbito de lo público los límites y los contra valores de una cultura fundada en una concepción de la persona y la sociedad ajena al ideal cristiano.
LA SOCIEDAD DE LA QUE SOMOS PARTE.
En el umbral del siglo XXI las comunicaciones nos unen estrechamente, la tecnología nos da nuevas posibilidades de conocimiento y creatividad, y los mercados penetran todos los espacios sociales. En contraste con la década pasada, la economía de la mayoría de nuestros países ha vuelto a crecer.
Este auge material, que podría abrir esperanza para todos deja sin embargo a multitudes en la pobreza, sin posibilidades de participar en la construcción del destino común, amenaza la identidad cultural y destruye los recursos naturales. Calculamos que en Latinoamérica y el Caribe por lo menos 180 millones de personas viven en la pobreza y 80 millones sobreviven en la miseria.
Las dinámicas económicas que producen estos efectos perversos tienden a transformarse en ideologías y absolutizar ciertos conceptos: el mercado, por ejemplo, de un instrumento útil y hasta necesario para elevar y mejorar la oferta y reducir los precios, pasa a ser el medio, el método y el fin que gobierna las relaciones de los seres humanos.
Para lograrlo, se generalizan en el continente las medidas conocidas como neoliberales.
Ellas ponen el crecimiento económico y no la plenitud de todos los hombres y mujeres en armonía con la creación como razón de ser de la economía.
Restringen la intervención del estado hasta despojarlo de responsabilidades por los bienes mínimos que se merece todo ciudadano por ser persona.
Eliminan los programas generales de creación de oportunidades para todos y los sustituyen por apoyos ocasionales a grupos focalizados.
Privatizan empresas con el criterio de que en todos los casos el estado es mal administrador.
Abren sin restricciones las fronteras a mercancías, capitales y flujos financieros y dejan sin suficiente protección a los productores más pequeños y débiles.
Hacen silencio sobre el problema de la deuda externa cuyo pago obliga a recortar drásticamente la inversión social.
Subordinan la complejidad de la hacienda pública al ajuste de las variables macroeconómicas: presupuesto fiscal equilibrado, reducción de la inflación y balanza de pagos estables; como sí allí se siguiera todo bien común y no se generarán nuevos problemas para la población que tienen que ser atendidos simultáneamente.
Insisten en que estos ajustes producirán un crecimiento que, cuando sea voluminoso, elevará los niveles de ingreso y resolverá por rebalse la situación de los desfavorecidos.
Para incentivar la inversión privada, eliminan los obstáculos que podrían imponer las legislaciones que protegen a los obreros.
Liberan a grupos poderosos de impuestos y de la obligación con el medio ambiente y los protegen para acelerar el proceso de industrialización, y así provocan una concentración todavía mayor de la riqueza y el poder económico.
Ponen la actividad política al servicio de esta política económica, con lo que caen en la paradoja de quitar todas las trabas al libre ejercicio del mercado, y al mismo tiempo controles políticos y sociales, por ejemplo a la libre contratación de mano de obra, para garantizar la hegemonía del mercado libre.
Debemos reconocer que estas medidas de ajuste han tenido también aportes positivos. Cabe señalar la contribución de los mecanismos del mercado para elevar la oferta de bienes de mejor calidad y precios. La reducción de la inflación en todo continente. En quitar a los gobiernos tareas que no les competen para darles oportunidad de dedicarse, si quieren, al bien común. La conciencia generalizada de austeridad fiscal que utilizan mejor los recursos públicos. Y en el avance de las relaciones comerciales entre nuestras naciones.
Pero estos elementos están lejos de compensar los inmensos desequilibrios y perturbaciones que causa el neoliberalismo en términos de concentración de los ingresos, la riqueza y la propiedad de la tierra; multiplicación de masas urbanas sin trabajo o que subsisten en empleos inestables y pocos productivos; quiebra de miles de medianas y pequeñas empresas, destrucción y desplazamiento forzado de poblaciones indígenas y campesinas; expansión del narcotráfico basado en sectores rurales cuyos productos tradicionales quedan fuera de competencia; desaparición de la seguridad alimentaria; aumento de la criminalidad provocada no pocas veces por el hambre; desestabilización de las economías nacionales por los flujos libres de la especulación internacional; desajuste en comunidades locales por proyectos de empresas multinacionales que presiden de los pobladores.
En consecuencia, al lado de un crecimiento económico moderado, aumenta en casi todos nuestros países el malestar social que se expresa en protestas ciudadanas y huelgas. Vuelve a tomar fuerza en algunos lugares la lucha armada que nada soluciona. Aumenta el rechazo a la orientación general que, lejos de mejorar el bien común, profundiza las causa tradicionales del descontento popular: la desigualdad, la miseria y la corrupción. salu2
2006-11-17 00:35:13
·
answer #1
·
answered by Anonymous
·
0⤊
1⤋
Se llama neoliberalismo a ciertas propuestas de política económica de diversos economistas (o escuelas de economía), políticos o personajes de la cultura en general. Las dos ideas principales son:
* En cuestión de política económica internacional, el favorecimiento del libre comercio y la supresión de las fronteras del capital.
* En cuestiones de política económica interna, el apoyo de la desregularización de los mercados (incluido el laboral) y de una menor intervención del Estado en la economía (incluyendo la privatización de empresas públicas).
El neoliberalismo así definido está impulsado principalmente por la Organización Mundial del Comercio y el Fondo Monetario Internacional. Expone como economía-modelo (salvo en cuestiones de libre comercio) a la economía estadounidense y, en latinoamérica, suele identificarse sus políticas con el nombre de Consenso de Washington, término acuñado en un documento de 1989 por el economista John Williamson para referirse precisamente al tipo de políticas fiscales y monetarias recomendadas por los organismos de Washington (Banco Mundial, Fondo Monetario Internacional y el Tesoro entre otros) para los países en desarrollo.
El término es frecuentemente motivo de discusión, en primer lugar, porque no es un término económico si no más bien político utilizado por creadores de opinión, intelectuales y medios de comunicación. No existe ninguna escuela económica llamada neoliberal ni ninguna teoría económica que describa la Economía desde el punto de vista neoliberal. También es discutido el término ya que la mayoría de los que son calificados desde el progresismo como neoliberales se consideran a sí mismos como liberales. Básicamente significa nuevos liberales y nace de la necesidad de diferenciar entre los liberales clásicos de los surgidos tras la segunda guerra mundial cuando la confrontación en el nuevo mundo bipolar lleva a algunos liberales a extremar su ideología como contraposición al comunismo soviético. Esto es, de hecho, el liberalismo austríaco que es en realidad el tipo de liberalismo de nuevo cuño al que se refieren con el prefijo "neo-". La bonanza económica estadounidense de esos años, en parte debida a los grandes dividendos que les aportó la guerra, permite que el liberalismo recupere el prestigio perdido durante el periodo de entreguerras. La nueva corriente liberal surgida de la escuela austríaca es duramente criticada por la izquierda y desde dichos sectores se le acusa de ser mucho más fundamentalista que sus predecesores. A continuación se citan las principales características que les diferencian y definen a ojos de los que así les denominan.
La diferencia principal que se le atribuye con respecto al liberalismo clásico es que en éste se sacraliza el mercado hasta el punto de considerarlo el motor del progreso humano. En el liberalismo económico se entiende que el libre comercio y las leyes del mercado deben ser salvaguardadas para que la mano invisible pueda gobernar en interés de todos. El neoliberalismo, en cambio, va más allá. Las leyes de los países deben plegarse al mercado y no al revés. El poder político no debe, según ellos, tener influencia alguna en las relaciones económicas entre los agentes, aunque ello vaya en detrimento del propio país que lo permite. Así pues, a diferencia del liberalismo el neoliberalismo rechaza de plano cualquier política intervencionista que regule en lo más mínimo a las transacciones. Se opone a cualquier medida proteccionista. Propugna que el interés particular de cada individuo y su competición con sus vecinos hará que la sociedad se mueva sola hacia el interés común de ésta.
El siglo XXI amanece con lo que muchos analistas de mercado denominan como la Nueva Economía. Los sociólogos lo llamarán globalización. En realidad se trata de la irrupción de las nuevas tecnologías de la información (Internet, telefonía móvil, etc). El resultado es que las transacciones ya no se realizan a mano sino que todo ocurre y sucede a través de kilométricas y extensas redes de cables y satélites. Ello propicia el engaño digital, el maquillaje de las cuentas, la ocultación de las pérdidas y la ingeniería fiscal para vender falsos beneficios a los nuevos accionistas, más inexpertos e impulsivos. También es ahora más fácil la evasión de impuestos y la ocultación de capitales bajo el amparo de los nuevos paraísos fiscales. Así mismo también surgen multitud de empresas que hacen negocios enteramente por la red. Son las llamadas empresas punto com. Sus salidas a bolsa son, muchas veces espectaculares, a pesar de sus grandes pérdidas, basándose en la promesa de futuros beneficios, verBurbuja .com.
Pero la globalización afecta no solo en el plano económico sino también a todos los niveles. El conocimiento se difunde con mayor fluidez y las relaciones entre diferentes culturas se aceleran tendiéndose a una homogeneización de las sociedades. Las críticas surgen en las prisas de unos por globalizar el libre mercado y la lentitud en hacer lo mismo con los derechos humanos. Desde los ámbitos más liberales se alega que los derechos humanos vienen después, una vez la sociedad entra en el libre mercado y que no hace falta, por tanto adoptar mayores medidas al respecto que coarten la libertad empresarial en esos países. La globalización del conocimiento tendrá también efectos positivos para los movimientos antiliberales ya que les permitirá, en adelante, globalizar sus protestas. Así es como surgirá paralelamente el movimiento antiglobalización.
2006-11-17 00:57:34
·
answer #2
·
answered by Naty 7
·
1⤊
0⤋