EL SON DEL CORAZON
Una música intima no cesa,
porque transida en un abrazo de oro
la Caridad con el Amor se besa.
¿Oyes el diapasón del corazón?
oye en su nota múltiple el estré****
de los que fueron y de los que son.
Mis hermanos de todas las centurias
reconocen en mí su pausa igual,
sus mismas quejas y sus propias furias.
Soy la fronda parlante en que se mece
el pecho germinal de bardo druida
con la selva por Dios y por querida.
Soy la alberca lumínica en que nada,
como la perla debajo de una lente,
debajo de las linfas, Scherezada.
Y soy el suspirante cristianismo
al hojear la bienaventuranza
de la virgen que fue mi catecismo.
Y la nueva delicia, que acomoda
sus hipnotismos de color de tango
al figurín y al precio de la moda.
La redondez de la Creación atrueno
cortejando a las hembras y a las cosas
con el clamor pagano y nazareno.
¡Oh, Psiquis! Oh, mi alma ; suena a son
moderno, a son de selva, a son de orgía
y a son mariano, el son del corazón!
Ramón López Velarde
SUAVE PATRIA
PROEMIO
Yo que sólo canté de la exquisita
partitura del íntimo decoro,
alzo hoy la voz a la mitad del foro
a la manera del tenor que imita
la gutural modulación del bajo,
para cortar a la epopeya un gajo.
Navegaré por las olas civiles
con remos que no pesan, porque van
como los brazos del correo Chuan
que remaba la Mancha con fusiles.
Diré con una épica sordina:
la Patria es impecable y diamantina.
Suave Patria: permite que te envuelva
en la más honda música de selva
con que me modelaste por entero
al golpe cadencioso de las hachas,
entre risas y gritos de muchachas
y pájaros de oficio carpintero.
PRIMER ACTO
Patria: tu superficie es el maíz,
tus minas el palacio del Rey de Oros,
y tu cielo, las garzas en desliz
y el relámpago verde de los loros.
El Niño Dios te escrituró un establo
y los veneros de petróleo el diablo.
Sobre tu Capital, cada hora vuela
ojerosa y pintada, en carretela;
y en tu provincia, del reloj en vela
que rondan los palomos colipavos,
las campanadas caen como centavos.
Patria: tu mutilado territorio
se viste de percal y de abalorio.
Suave Patria: tu casa todavía
es tan grande, que el tren va por la vía
como aguinaldo de juguetería.
Y en el barullo de las estaciones,
con tu mirada de mestiza, pones
la inmensidad sobre los corazones.
¿Quién, en la noche que asusta a la rana,
no miró, antes de saber del vicio,
del brazo de su novia, la galana
pólvora de los juegos de artificio?
Suave Patria: en tu tórrido festín
luces policromías de delfín,
y con tu pelo rubio se desposa
el alma, equilibrista chuparrosa,
y a tus dos trenzas de tabaco, sabe
ofrendar aguamiel toda mi briosa
raza de bailadores de jarabe.
Tu barro suena a plata, y en tu puño
su sonora miseria es alcancía;
y por las madrugadas del terruño,
en calles como espejos, se vacía
el santo olor de la panadería.
Cuando nacemos, nos regalas notas,
después, un paraíso de compotas,
y luego te regalas toda entera
suave Patria, alacena y pajarera.
Al triste y al feliz dices que sí,
que en tu lengua de amor prueben de ti
la picadura del ajonjolí.
¡Y tu cielo nupcial, que cuando truena
de deleites frenéticos nos llena!
Trueno de nuestras nubes, que nos baña
de locura, enloquece a la montaña,
requiebra a la mujer, sana al lunático,
incorpora a los muertos, pide el Viático,
y al fin derrumba las madererías
de Dios, sobre las tierras labrantías.
Trueno del temporal: oigo en tus quejas
crujir los esqueletos en parejas;
oigo lo que se fue, lo que aún no toco,
y la hora actual con su vientre de coco.
Y oigo en el brinco de tu ida y venida,
¡oh, trueno!, la ruleta de mi vida.
INTERMEDIO
(Cuauhtémoc)
Joven abuelo: escúchame loarte,
único héroe a la altura del arte.
Anacrónicamente, absurdamente,
a tu nopal inclínase el rosal;
al idioma del blanco, tú lo imantas
y es surtidor de católica fuente
que de responsos llena el victorial
zócalo de cenizas de tus plantas.
No como a César el rubor patricio
te cubre el rostro en medio del suplicio;
tu cabeza desnuda se nos queda
hemisféricamente, de moneda.
Moneda espiritual en que se fragua
todo lo que sufriste: la piragua
prisionera , al azoro de tus crías,
el sollozar de tus mitologías,
la Malinche, los ídolos a nado,
y por encima, haberte desatado
del pecho curvo de la emperatriz
como del pecho de una codorniz.
SEGUNDO ACTO
Suave Patria: tú vales por el río
de las virtudes de tu mujerío.
Tus hijas atraviesan como hadas,
o destilando un invisible alcohol,
vestidas con las redes de tu sol,
cruzan como botellas alambradas.
Suave Patria: te amo no cual mito,
sino por tu verdad de pan bendito;
como a niña que asoma por la reja
con la blusa corrida hasta la oreja
y la falda bajada hasta el huesito.
Inaccesible al deshonor, floreces;
creeré en ti mientras una mexicana
en su tápalo lleve los dobleces
de la tienda, a las seis de la mañana,
y al estrenar su lujo, quede lleno
el país, del aroma del estreno.
Como la sota moza, Patria mía,
en piso de metal, vives al día,
de milagros, como la lotería.
Tu imagen, el Palacio Nacional,
con tu misma grandeza y con tu igual
estatura de niño y de dedal.
Te dará, frente al hambre y el obús,
un higo San Felipe de Jesús.
Suave Patria, vendedora de chía:
quiero raptarte en la cuaresma opaca,
sobre un garañón, y con matraca,
y entre los tiros de la policía.
Tus entrañas no niegan un asilo
para el ave que el párvulo sepulta
en una caja de carretes de hilo,
y nuestra juventud, llorando, oculta
dentro de ti el cadáver hecho poma
de aves que hablan nuestro mismo idioma.
Si me ahogo en tus julios, a mí baja
desde el vergel de tu peinado denso
frescura de rebozo y de tinaja:
y si tirito, dejas que me arrope
en tu respiración azul de incienso
y en tus carnosos labios de rompope.
Por tu balcón de palmas bendecidas
el Domingo de Ramos, yo desfilo
lleno de sombra, porque tú trepidas.
Quieren morir tu ánima y tu estilo,
cual muriéndose van las cantadoras
que en las ferias, con el bravío pecho
empitonando la camisa, han hecho
la lujuria y el ritmo de las horas.
Patria, te doy de tu dicha la clave:
sé siempre igual, fiel a tu espejo diario;
cincuenta veces es igual el ave
taladrada en el hilo del rosario,
y es más feliz que tú, Patria suave.
Sé igual y fiel; pupilas de abandono;
sedienta voz, la trigarante faja
en tus pechugas al vapor; y un trono
a la intemperie, cual una sonaja:
la carretera alegórica de paja.
Ramón López Velarde
Y PENSAR QUE PUDIMOS
Y pensar que extraviamos
la senda milagrosa
en que se hubiera abierto
nuestra ilusión, como perenne rosa,,,
Y pensar que pudimos,
enlazar nuestras manos
y apurar en un beso
la comunión de fértiles veranos...
Y pensar que pudimos,
en una onda secreta
de embriaguez, deslizarnos,
valsando un vals sin fin, por el planeta...
Y pensar que pudimos,
al rendir la jornada,
desde la sosegada
sombra de tu portal y en una suave
conjunción de existencias
ver las cintilaciones del Zodiaco
sobre la sombra de nuestras conciencias...
Ramón López Velarde
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Espero sea de utilidad.
2006-11-16 09:46:44
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answer #1
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answered by Marali 6
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A DOÑA INÉS DE ULLOA
A fuerza de quererte
A la cálida vida que transcurre canora
A LA GRACIA PRIMITIVA DE LAS ALDEANAS
A LA PATRONA DE MI PUEBLO
A LA TRAICIÓN DE UNA HERMOSA
A LAS PROVINCIANAS MÁRTIRES
A LAS VÍRGENES
A MI PADRE
A mi paso y al azar te desprendiste
A SARA
A UN IMPOSIBLE
A UNA AUSENTE SERÁFICA
A UNA PÁLIDA
AGUAFUERTE
Al decir que las penas son fugaces
AL VOLVER
ALEJANDRINOS ECLESIÁSTICOS
Alfonso, inquisidor estrafalario:
Amada, es Primavera
Amanece: se iluminan
Amiga que te vas:
ÁNIMA ADORATRIZ
ANNA PAVLOWA
Antes de echar el ancla en el tesoro
¡Ay de Dios, que tu palabra
¡Bien hayas oh lejano
Blanca flor de los claustros, irrisorio
BOCA FLEXIBLE, ÁVIDA
CANONIZACIÓN
COLOR DE CUENTO
COMO EN LA SALVE
COMO LAS ESFERAS...
¿Cómo será esta sed constante de veneros
Con planta imponderable
Coses en dulce paz, y son divinos
Cuando contemplo a veces
CUANDO CONTIGO ESTOY, DUEÑA DEL ALMA
Cuando me sobrevenga
CUARESMAL
Cumplo a mediodía
Dama de las eternas palideces
De la mañana el resplandor incierto
De tu magnífico traje
De tu pueblo a tu hacienda te llevabas
DEJAD QUE LA ALABE...
Del fondo de mi alma oscura
DEL PUEBLO NATAL
DEL SEMINARIO
Delinquiría
DESPILFARRAS EL TIEMPO
DÍA 13
DISCO DE NEWTON
DOMINGOS DE PROVINCIA
¿Dónde estará la niña
Doy a los cuatro vientos los loores
EL ADIÓS
El alma llena de recogimiento
EL ANCLA
EL CAMPANERO
EL CANDIL
EL MENDIGO
EL MINUTO COBARDE
EL PERRO DE SAN ROQUE
EL PIANO DE GENOVEVA
EL RETORNO MALÉFICO
EL SON DEL CORAZÓN
EL SUELO NATIVO
EL SUEÑO DE LA INOCENCIA
EL SUEÑO DE LOS GUANTES NEGROS
EL VIEJO POZO
El viejo pozo de mi vieja casa
ELLA
ELOGIO A FUENSANTA
EN EL PIÉLAGO VELEIDOSO
EN EL REINADO DE LA PRIMAVERA
En estos hiperbólicos minutos
En la amplitud benigna del contorno
En la cúspide radiante
EN LA PLAZA DE ARMAS
En la quieta impostura virginal de la noche
En las alas oscuras de la racha cortante
EN LAS TINIEBLAS HÚMEDAS
En los claros domingos de mi pueblo es costumbre
En los prados de tu huerto
En mi ostracismo acerbo me alegré esta mañana
EN MI PECHO FELIZ
EN TU CASA DESIERTA
EN UN JARDÍN
Enigma
Entré a la vasta veleidad del piélago
Éramos aturdidos mozalbetes:
Esta manera de esparcir su aroma
Esta novia del alma con quien soñé en un día
Éstos, amada, son sitios vulgares
EUCARÍSTICA
¿Existirá? ¡Quién sabe!
FÁBULA DÍSTICA
FLOR TEMPRANA
FRAGMENTO
Fuensanta
Fuensanta, dulce amiga
Fuensanta: las finezas del Amado
Fuérame dado remontar el río
GAVOTA
Hambre y sed padezco: Siempre me he negado
Hasta el ángulo en sombra en que, al soñar los leves
He de encomiar en verso sincerista
He vuelto a media noche a mi casa, y un canto
HERMANA, HAZME LLORAR...
HIMENEO
HORMIGAS
HOY COMO NUNCA...
Hoy, como nunca, me enamoras y me entristeces;
Hoy que la indiferencia del siglo me desola
Hoy te contemplo en el piano, señora mía, Fuensanta
Huérfano quedará mi corazón
HUMILDEMENTE
IDOLATRÍA
¿Imaginas acaso la amargura
Ingenuas provincianas: cuando mi vida se halle
INTROITO
JEREZANAS
Jerezanas, paisanas,
LA ASCENSIÓN Y LA ASUNCIÓN
LA BIZARRA CAPITAL DE MI ESTADO...
LA CANCIÓN DEL HASTÍO
LA DONCELLA VERDE
La edad del Cristo azul se me acongoja
LA ESTROFA QUE DANZA
LA LÁGRIMA...
LA MANCHA DE PÚRPURA
LA NIÑA DEL RETRATO
La pasión con que te adoro es la espléndida pureza
LA SALTAPARED
LA SUAVE PATRIA
LA TEJEDORA
LA TÓNICA TIBIEZA
LA ÚLTIMA ODALISCA
La vida mágica se vive entera
LAS DESTERRADAS
Lluvia eterna
Los circos trashumantes,
Magdalena, conozco que te amo
Me arrancaré, mujer, el imposible
Me contó el campanero esta mañana
ME DESPIERTA UNA ALONDRA
Me enluto por ti, Mireya
ME ESTÁS VEDADA TÚ
Me impongo la costosa penitencia
Mejor será no regresar al pueblo
MEMORIAS DEL CIRCO
Mi carne pesa, y se intimida
MI CORAZÓN AMERITA...
Mi corazón leal, se amerita en la sombra.
Mi corazón retrógrado
Mi madrina invitaba a mi prima Águeda
MI PRIMA ÁGUEDA
Mi vida, enferma de fastidio, gusta
MI VILLA
Mi virtud de sentir se acoge a la divisa
MIENTRAS MUERE LA TARDE...
Muchachita que eras
MUERTA
Mujer que recogiste los primeros
No he buscado poder ni metal
NO ME CONDENES
No merecías las loas vulgares
Noble señora de provincia: unidos
NOCHES DE HOTEL
NUESTRAS VIDAS SON PÉNDULOS
Nunca, señor, pensé que el verso mío
OFRENDA ROMÁNTICA
¡Oh bienaventuranza fértil de los que saben
Oh novia imposible
¡Oh pobres almas nuestras
¡Oh qué gratas las horas de los tiempos lejanos
¡Oh vírgenes rebeldes y sumisas:
Omnicromía de la tarde amena...
PARA EL ZENZONTLE IMPÁVIDO
PARA TUS DEDOS ÁGILES Y FINOS
PARA TUS PIES
Piano llorón de Genoveva, doliente piano
Piernas
Plaza de Armas, plaza de musicales nidos
POBRECILLA SONÁMBULA
POEMA DE VEJEZ Y DE AMOR
POR ESTE SOBRIO ESTILO
Por débil y pequeña
Primer amor, tú vences la distancia
Prolóngase tu doncellez
PROMESA
PUREZA
¡Qué adorable manía de decir
¿Qué elocuencia, desvalida
QUE SEA PARA BIEN
¿QUÉ SERÁ LO QUE ESPERO?
Resígnanse los novios
ROSA MÍSTICA
RUMBO AL OLVIDO
SE DESHOJABAN LAS ROSAS
Se distraen las penas en los cuartos de hoteles
Señor, Dios mío: no vayas
Señora: llego a Ti
SER UNA CASTA PEQUEÑEZ...
SI SOLTERA AGONIZAS...
Si vieras, amiga
Si yo jamás hubiera salido de mi villa
Sonámbula y picante,
Soñé que comulgaba, que brumas espectrales
Soñé que la ciudad estaba dentro
Soy el mendigo cósmico y mi inopia es la suma
SUIZA
SUS VENTANAS
Sus ventanas floridas
Tarde de lluvia en que se agravan
TE HONRO EN EL ESPANTO...
TEMA II
TENÍAS UN REBOZO DE SEDA...
Tenías un rebozo en que lo blanco
TIERRA MOJADA
Tierra mojada de las tardes líquidas
TODO
TRANSMÚTASE MI ALMA...
Transmútase mi alma en tu presencia
TREINTA Y TRES
Tú, Fuensanta, me libras de los lazos del mal
Tú no eres en mi huerto la pagana
TU PALABRA MÁS FÚTIL...
Tu paz —¡oh paz de cada día!—
Tú que prendiste ayer los aurorales
TU VOZ PROFÉTICA
TUS DIENTES
Tus dientes son el pulcro y nimio litoral
TUS HOMBROS SON COMO UN ARA
Tus otoños me arrullan
TUS VENTANAS
Tus ventanas, con pájaros y flores
UN LACÓNICO GRITO...
Una música intima no cesa
UNA VIAJERA
VACACIONES
VIAJE AL TERRUÑO
Vive conmigo no sé qué mujer
Volando del vértice
Y pensar que extraviamos
Y PENSAR QUE PUDIMOS...
Ya brotas de la escena cual guarismo
Ya la provincia toda
Ya no puedo dudar... Diste muerte a mi cándida
Yo que sólo canté de la exquisita
Ya que tu voz, como un muelle vapor, me baña
Yo sólo soy un hombre débil, un espontáneo
Yo te digo: «Alma mía, tú saliste
Yo tuve, en tierra adentro, una novia muy pobre:
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PAGINA ESPERO HABERTE SIDO UTIL. UN BESITO !!!!!!
2006-11-18 13:12:19
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answer #3
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answered by Anonymous
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