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2006-11-15 07:22:03 · 10 respuestas · pregunta de Anonymous en Política y gobierno Participación ciudadana

10 respuestas

Ya te dije que no. Igual gracias por preguntar!
Pero en este foro hay bastantes familiares de Bush,
si... los famosos e infaltables HIJOS DE BUSH!!!

Y te sigo poniendo los pulgarcitos para arriba para compensar un poco lo que hacen los HIJOS DE BUSH...

2006-11-17 05:51:29 · answer #1 · answered by Anonymous · 4 0

tu pregunta mas bien deberia ser si uno es hijo de los usa porque mucha gente dise no pero todo lo material que es americano lo compran teniz ropa relojes en fin quieren ser americanos pero no los quieren

2006-11-15 15:43:09 · answer #2 · answered by ERIK AMBIA 3 · 2 1

hijo no soy mujer e hija de don tito creo que es la segunda vez que te lo repondo,,,,,y por que de bush y no del precioso de zapatero....?de el no por que somos de la misma edad digo,,por hay el es un poquito mayor,,,

2006-11-15 15:35:00 · answer #3 · answered by pili96 4 · 2 1

primero hijo del diablo antes que hijo de bush?

aunque es lo mismo.

Jajajajaja.

2006-11-15 15:25:02 · answer #4 · answered by Anonymous · 3 2

Me alegra decirte que no,PUFFFFFFFF
que susto, realmente soy hijo del rigor
no Igor, mi padre que DIOS lo tenga
en la gloria era un inmigrante extranjero,
nacido en extranjia, de una familia numerosa,
tenia 60 hermanos y yo 240 primos,viviamos
en un conventillo de Corrientes 348 2do.
piso ascensor, sin porteros ni vecinos, era
una gran familia, que el tiempo y la clásica
parca fué limitando muy a pesar nuestro.
Te diré realmente quién era mi padre
Albert Einstein por suerte con el hicimos
milagros para estar comodos y lo
logramos gracias a su gran ingenio, quizás
yo no sea tan brillante como él, pero en el
fondo lo extraño mucho, quisiera desintegrar
mis atómos y encontrarme con el en el cielo,
viendo un mundo mejor, sin guerras, ni odios
raciales pero sobre todas las cosas no
presenciando NUNCA MAS la cara de tubérculo
de nuestro nunca bien ponderado y querido Bush
Y AHORA te toca a vos hacerte EL ADN,quizás
tú desciendas de la noble familia del presidente
de E.E.U.U.y puedas hacer tu entrada triunfal
en el norte,democrátizando a su partido y cambiarle
la nominación por REPÚBLICANO SOCIALISTA y
terminar una vez por todas con el bloqueo a la
isla caribeña y los golpes de estado que nos tienen
acostumbrados.-
Felicitaciones macho , no detestes a tu padre,todos
cometemos errores, aunque your father se paso de
la raya.-

2006-11-15 21:47:59 · answer #5 · answered by El patriota anarquista 5 · 0 0

No, no soy hijo de Bush, pero no te pongas celoso. Yo se que tu lo amas. Ademas siempre estas como los perros mordiendo a todo el que pregunta. Por eso te contesto asi. Yo se que odias a bush porque es tu papa y no te quiere dar el apellido. Eso te tiene muy frustrado.

2006-11-15 15:48:44 · answer #6 · answered by Anonymous · 2 2

no.

2006-11-15 15:23:53 · answer #7 · answered by Anonymous · 2 2

solo aveces

2006-11-15 15:23:52 · answer #8 · answered by hilramesq 2 · 2 2

No, soy hija de Dios.

2006-11-15 15:22:59 · answer #9 · answered by Anonymous · 2 2

La visita del Comandante Fidel Castro a la Argentina y el multitudinario acto en las escalinatas de la Facultad de Derecho, fue un hecho histórico. En un mundo donde la Administración Bush intenta rediseñar la hegemonía imperial, apelando a la guerra contra los pueblos, la figura de Fidel Castro es un contrapunto que despertó la simpatía de miles en la Argentina, país cuya población rechazó casi en forma unánime la invasión a Irak.
En una Argentina que en las últimas dos décadas vio degradar el nivel de vida, material y cultural de su pueblo, que asistió a la entrega de sus riquezas naturales y el patrimonio público, cuya clase dirigente hizo apología de las “relaciones carnales” con el imperialismo yanqui, el relato de las conquistas sociales de la revolución cubana despertó en el imaginario colectivo la idea de que la resignación y la pérdida de las condiciones de vida no son algo necesario o inevitable.

Fidel y el gobierno de Kirchner

Pero Fidel Castro no sólo fue aplaudido en las calles de Buenos Aires. En el Congreso –al momento de la asunción de Kirchner- fue ovacionado por los legisladores presentes. Suerte similar, aunque de menor envergadura, corrieron Hugo Chávez y Lula Da Silva. Este hecho emblemático da cuenta de un cambio en el posicionamiento del nuevo gobierno que quiere dar fe de antineoliberalismo, en ascenso hoy en América Latina. Kirchner, el primer presidente surgido de una elección (aunque a medias) luego de los levantamientos populares de diciembre de 2001, necesita ganar el consenso popular. La visita de Castro fue un espaldarazo a estas intenciones. Además de un impulso a un nuevo eje de la diplomacia latinoamericana que ya ha mostrado su voluntad no de enfrentar al imperialismo, sino de negociar desde otras relaciones de fuerza con los Estados Unidos.
Según el propio Fidel su viaje respondía a una retribución de favores por la abstención argentina en la ONU ante el tema de los derechos humanos en Cuba y además una oportunidad para expresar “solidaridad con la Argentina, con el pueblo y con la actual administración”1. En su discurso en la Facultad de Derecho manifestó que sintió “gran satisfacción y júbilo cuando llegaron las noticias de un resultado electoral en nuestra queridísima Argentina” al que calificó como un “servicio que le han prestado al mundo al hundir en la fosa del pacífico (…) el símbolo de la globalización neoliberal”. Su retórica se entronca así con el intento de las clases dominantes criollas de darle un carácter histórico a las elecciones del 27 de abril para legitimar al nuevo ejecutivo y de paso borrar del horizonte las jornadas revolucionarias de Diciembre. Estas últimas sí fueron un verdadero símbolo, un descomunal golpe al neoliberalismo ya que se echó en las calles al reaccionario gobierno de De la Rúa. Fidel Castro vino a tender con entusiasmo su mano a Kirchner y a la burguesía argentina, que más allá de su discurso, se dispone concretamente a cumplir sus compromisos con el Fondo Monetario Internacional, lo que inevitablemente será a costa de mayores sufrimientos para el pueblo argentino.

Redistribución de la riqueza: ¿Humanizar el capitalismo?

Fidel habló de cómo Cuba pudo avanzar cualitativamente en mejorar las condiciones de vida e hizo hincapié en los grandes avances en la educación y la salud. Sin embargo, omitió decir que dichas conquistas no cayeron del cielo, que fueron el producto de haber roto con el imperialismo, expropiado a la burguesía y a los terratenientes y liquidado la propiedad privada.
Estos hechos fundamentales no constituyen para Castro un ejemplo a seguir. Por el contrario afirmó que “la violencia no parece ser el camino”2 desterrando como alternativa para el resto de los países de América Latina la ruptura radical con el imperialismo y la lucha contra el sistema que toda revolución implica y asumiendo como posible una “distribución equitativa de la riqueza” en los marcos del capitalismo. Remarcó que “con el uso adecuado de los recursos no tendrían ni necesidad de hacer un cambio revolucionario”.
Fidel opone la idea de la redistribución del ingreso a la lucha contra el capital. En sus palabras, “no (se) necesita ni siquiera confiscar”. Nos propone tan solo paliar las injusticias del sistema. Acorde a esto es que llama a un cambio sin expropiar a los expropiadores, sin confiscar a los confiscadores, sin afectar la propiedad privada de los medios de producción. Una “transformación” que dejaría en pie las desigualdades inherentes al capitalismo y la dominación burguesa causante de la catástrofe humana que recorre la sociedad de nuestros días. ¿Cómo es posible satisfacer las necesidades de las masas, cómo lograr lo que conquistó la revolución cubana sin poner todas las fuerzas productivas al servicio del conjunto de la sociedad? ¿Cómo es posible terminar con el hambre, la pobreza, la desocupación estructural, la mortalidad infantil, sin atacar al régimen social que las provoca, sin expropiar la gran propiedad de la tierra, sin tocar los intereses de la gran industria y del capital financiero, sin repartir las horas de trabajo entre todas las manos disponibles? ¿Cómo es posible pensar que se pueden utilizar los recursos destinados al militarismo y a la maquinaria bélica para terminar con el analfabetismo y las enfermedades de la miseria sin quebrar la resistencia del sistema capitalista imperialista que necesita desarrollar su fuerza de destrucción?
Una transformación social radical se enfrenta inevitablemente a estos dilemas. Esa ha sido la gran lección de la revolución cubana y, por la negativa, de todas las revoluciones que al no haber tomado medidas anticapitalistas, fracasaron regando con sangre el territorio de nuestra América.
El capitalismo es un régimen social basado en la explotación de la fuerza de trabajo, en la degradación y exclusión de grandes masas de la población, en beneficio de un puñado de grandes burgueses que buscan de forma insaciable asegurar y aumentar sus ganancias. No denunciar esto y proponer actuar en consecuencia, lleva a sembrar la ilusión de que es viable humanizar al capitalismo. Se termina apelando a la “buena voluntad” o a la “buena intención” de la burguesía para “redistribuir” a favor de los que menos tienen, desterrando así toda perspectiva revolucionaria. Vaya paradoja de alguien que se vio obligado a tomar medidas confiscatorias contra el capital tanto “nacional” como imperialista –contrarrevolucionario por esencia– para defender su revolución.
Fidel Castro asume como propia la ideología redistribucionista, en consonancia con la prédica de movimientos antineoliberales. Estas ideas más aún de cara a la crisis capitalista mundial, de las tendencias guerreristas del imperialismo yanqui, que amenazan a los pueblos del mundo, a la revolución cubana misma y que Fidel Castro describe en su alocución, no pueden más que significar una utopía.
En la década del '60 el Che Guevara señaló claramente que “las burguesías autóctonas han perdido toda su capacidad de oposición al imperialismo y solo forman su furgón de cola. No hay más cambios que hacer; o revolución socialista o caricatura de revolución”3. El Fidel Castro que vino a la Argentina, lejos se encuentra de estas afirmaciones de su compañero de la Sierra Maestra. Distante de estas enseñanzas reiteró lo mismo que había recomendado al pueblo nicaragüense a principios de los ’80: “no hagan de Nicaragua otra Cuba”. El triste derrotero de la revolución sandinista, es una muestra de la fatalidad de sus afirmaciones.
Fidel Castro vino a decir que el futuro de nuestros pueblos está del lado de Lula, el confiscador de las jubilaciones del pueblo brasileño, el mismo que no duda en optar por el FMI y la burguesía paulista; del lado de Kirchner, Duhalde y Lavagna representantes de un viejo régimen que ha llevado al 53% de la población bajo la línea de la pobreza.
El Che Guevara tenía razón cuando señalaba el carácter cobarde de las burguesías nativas. Los cimientos de un cambio profundo no descansan en el personal político de las clases opresoras, respondan estas a un capital nacional o imperialista, sino en los millones de oprimidos que en estos años han empezado a sacudir el continente con sus luchas. En los trabajadores y campesinos peruanos que se levantan contra Toledo; en los cocaleros y obreros bolivianos que pelearon contra Sánchez de Losada, en los trabajadores ocupados y desocupados, en las asambleas populares de Argentina. La revolución cubana, no encontrará en quienes se ofrecen como humanizadores del capital una sólida defensa. La América explotada y oprimida, es y será el único reaseguro de las conquistas de la revolución.

ME LA COMO Y QUE???

2006-11-15 22:07:39 · answer #10 · answered by andresssssssssss 1 · 0 1

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