Esto tiene sus causales en la naturaleza propia del genero humano, a final de cuentas no dejamos de ser animales y por naturaleza somos poligamos, por causas e imposiciones somos monogamos, es a si que el lado animal es mas marcado en los varones ya que el sexo visto como placer desde un punto de vista es en realidad la liberacion del deseo reprimido de reproducirse abiertamente y sembrar la semilla de nuestra progenie. de todas formas ahi te van las etapas sexuales de un hombre.
La evolución es diferente en hombres y mujeres. Adentrémonos en el universo masculino y descubramos cuáles son sus edades sexuales. ¿Nunca te has preguntado cuándo tienen los hombres su primera erección?, ¿qué deseos ocultan a los quince años?, ¿cuándo viven su mayor esplendor sexual?, ¿cuándo comienza a disminuir su potencia sexual?
Aunque presumamos de estar de vuelta en lo que al sexo se refiere, aún existe mucho desconocimiento sobre la sexualidad en general y, especialmente, sobre la del sexo opuesto. Conocer las etapas sexuales del hombre, con sus encantos y sus bloqueos, nos ayudará a entenderles mejor… sobre todo en la cama.
Por ello, con la ayuda del doctor Raúl Padilla, psicólogo especialista en terapia de pareja y sexología, y director del gabinete Psicantropía (C/Ibiza, 21. Madrid), vamos a realizar un recorrido por la biografía sexual de los hombres.
“No existen dos desarrollos sexuales iguales, aunque se pueden observar ciertas constancias evolutivas en los seres humanos a nivel fisiológico y psicológico que determinan, al menos en parte, la manifestación de su sexualidad”, afirma Raúl Padilla.
Además, “la sexualidad se va desarrollando a lo largo de la vida concéntricamente, esto quiere decir que, de alguna forma, cada fase vivida sigue estando presente durante el resto de la vida, con sus logros y sus fracasos”, de ahí la importancia de conocer cada unas de ellas, tanto desde el punto de vista físico, como psicológico y social.
De 1 a 11 años: Pre-pubertad
Desde que nacemos, tanto hombres como mujeres experimentamos sensaciones sexuales. Pero en estos primero años la sexualidad se reduce a descubrir los propios órganos sexuales, “la genitalidad se manifiesta como un juego en el que se investigan los cambios corporales y las distintas reacciones reflejas. No existe el autoerotismo como tal, sino curiosidad por los mecanismos del propio cuerpo”, comenta Raúl Padilla.
Relaciones con el sexo opuesto: Aunque en sus primero años los niños prefieren jugar con compañeros de su mismo sexo, sienten curiosidad por lo que les diferencia sexualmente de las niñas, lo que les lleva a practicar los típicos juegos de ‘médicos’. Pero de sentirse atraído por alguien, lo harían por un adulto. Para el doctor Padilla “dependiendo del entorno y de su personalidad, así se manifestará sexualmente el niño. Por ejemplo, en caso de conflicto no resuelto con madre sobreprotectora, el niño se identifica con el adulto masculino de referencia idealizándole, y fantasea con un ideal femenino de cariño y cuidado, personificado en una mujer inalcanzable, no es raro que sea una profesora”.
Fijaciones: En ocasiones, la represión vivida en las etapas iniciales del desarrollo sexual se traduce en complejos sexuales en la etapa adulta. En este caso, “una fijación en un periodo pre-puberal sería la búsqueda de la pureza y ternura de la madre-profesora inalcanzable, aunque por el camino haya tenido que conformarse con un sucedáneo”, comenta Raúl. “Esta fijación suele ser un acicate para el desarrollo de una sensibilidad exorbitada que utiliza el arte como modo de sublimación”.
De 12 a 13 años: pubertad
Se produce la maduración de los órganos internos y externos, que van a comenzar a producir esperma, y también se comienza a desarrollar los caracteres sexuales secundarios (cambio de voz, aparición del vello…). Desde el punto de vista del placer estamos en la etapa fálica. El niño descubre el placer tocando sus genitales y concentra la sexualidad en los juegos con su pene. Según nos comenta el doctor Padilla, este descubrimiento de la masturbación “se produce por aprendizaje social o por el intento de contrastar lo que sucedió “accidentalmente” en una polución nocturna”. Entre los amigos se comienza hablar de sexo e incluso se dan actividades masturbatorias en grupo: “El niño empieza a socializar su sexualidad, tanto de palabra como entre compañeros. Se pueden dar juegos entre niños como experimentación sin que por ello estemos hablando de homosexualidad”.
Relaciones con el sexo opuesto: Para el doctor Raúl Padilla, “la aparición de la menstruación en las niñas y las primeras poluciones nocturnas en los niños serán un punto de inflexión que viven de forma diferente”. Esto marcará el inicio de una nueva etapa de relaciones entre ambos sexos.
Fijaciones: “Una fijación puberal sería el caso de un hombre que evita a las mujeres relacionalmente, prefiriendo pasar su ocio entre varones, con una conducta compulsiva bien de consumo de sustancias o masturbatoria, o ambas; lo que no implica necesariamente no hacer el amor ni relacionarse” comenta el psicólogo. “Otra fijación destacable en esta fase es encontrar placer en compañía de púberes con o sin necesidad de practicar actividades de carácter sexual”.
De 14 a 16 años: adolescencia temprana
La masturbación solitaria es la práctica sexual más habitual en este periodo. Para Raúl Padilla, esta actividad “está destinada a aliviar la tensión y, a la vez, es una prueba de virilidad”. Pero también se comienza a experimentar los primeros besos profundos y caricias íntimas (senos y genitales femeninos). En algunos casos se llegará incluso a la masturbación bucogenital, pero muy pocos serán los que culminen con el coito.
Relaciones con el sexo opuesto: Comienza la búsqueda del amor platónico, del amor perfecto, pero también se busca la necesidad de satisfacer los propios deseos sexuales. “Se inicia la aproximación del chico a la chica en una doble naturaleza: por un lado buscando experimentar en ella su propio placer, haciendo de cada avance en la intimidad un logro y compartiendo estos con sus iguales, y, por otro, atribuyendo a la chica las características de la idealización de ternura de fases anteriores.
Es posible la existencia de novias y amigas, siendo cada relación enmarcada rígidamente y definida como platónica o sexual”, explica el experto. Esta dicotomía es consecuencia de “una revolución hormonal de tal magnitud que descoloca temporalmente al adolescente. Su mente tardará tiempo en asimilar lo que está pasando en su cuerpo. Intelectualmente es una fase decimonónicamente romántica. Duele la adolescencia”.
Fijación: Según Raúl Padilla, “una fijación adolescente temprana tendría como consecuencia la posesividad patológica, fruto de la mezcla de las dos figuras (tierna y sexual) en una persona con la que se comparte una relación. Relacionado con lo anterior tenemos la agresividad y competitividad a la hora de conseguir a una mujer”.
De 17 a 19 años: adolescencia
Se produce la madurez sexual biológica y el hombre se siente con el deber de ponerla en práctica. “Salvo excepciones, es en esta edad cuando el hombre se inicia en el sexo en pareja, entendiendo éste como contacto sexual con acople coital”, afirma el doctor.
Relaciones con el sexo opuesto: Desaparece el amor idealizado, platónico y todo se hace más real, “aunque permanece latente y a veces se manifiesta”, comenta Raúl Padilla. Pero lo que se busca en la sexualidad de pareja “es el placer, el aprendizaje y el entrenamiento, así como su reafirmación en el rol masculino”.
Fijación: Para el director de Psicantropía, “la fijación adolescente por antonomasia es el ‘donjuanismo’. El disfrute de la sexualidad y la falta de compromiso una vez se ha conseguido una nueva conquista son sus dos características. La sexualidad se vive como un deporte, para el que el hombre está preparado, pero necesita continuo entrenamiento”. A partir de esta etapa, especifica Raúl Padilla, las fijaciones son una combinación y sofisticación de las anteriores, y muy poco reducibles a estereotipos.
De 20 a 30 años: juventud
Durante este periodo la práctica habitual del hombre es el coito, que normalmente se desarrollará con distintas parejas sexuales. Desde un punto de vista biológico, “son adultos que alcanzarán la plenitud de facultades al final de esta fase”, explica Raúl.
Relaciones con el sexo opuesto: Para Raúl Padilla, “este periodo tiene un componente sociológico claro. Los jóvenes no inician una vida independiente de la familia, ni mucho menos forman su propia familia, cuando están biológica y psicológicamente preparados, sino que lo hacen cuando el condicionante social les permite”. Por lo que compartir la vida con una pareja dependerá de la situación social que viva, ya que al final de esta etapa se suele estar preparado para mantener una relación estable.
De 31 a 40 años: mediana edad
La práctica sexual se perfecciona: Ya no hay prisa, se suele contar con una pareja estable y la confianza lleva a plantear incluso llevar a cabo ciertas fantasías sexuales. La plenitud física y psicológica es total. El único problema que puede romper esta serenidad es la llegada de los hijos, que volverán a revolucionar el panorama sexual.
Relaciones con el sexo opuesto: En esta etapa, la estabilidad es la que impera, “en el cenit de sus facultades, el hombre busca la estabilidad sentimental que sirva de soporte al resto de facetas vitales”, afirma el docto Padilla.
De 41 a 55 años: adulto consolidado
Comienza el declive físico: La respuesta a los estímulos sexuales es más lenta y la capacidad de recuperación no tiene ni punto de comparación con la juventud. Esto puede producir una crisis sexual en el hombre (la conocida crisis de los 40). Si no es capaz de aceptar estos cambios de forma natural, puede reaccionar de dos maneras diferentes: manteniendo una postura apática ante el sexo, o lanzarse en busca de aventuras que le reafirmen su lado más viril.
Relaciones con el sexo opuesto: Según Raúl Padilla, es en esta fase cuando se produce un mayor número de rupturas. “La consolidación del estatus familiar, social y cultural predomina en esta etapa, y surgen inquietudes trascendentales. Es una especie de “ya he llegado… y ahora qué?”. Es la sensación de pérdida de tiempo.
De 56 a 65 años: pre-jubilado
Comienza los primeros problemas de disfunción eréctil: Las erecciones ya no son tan potentes y los ‘gatillazos’ no son una excepción. “La preocupación por la salud comienza a ganar relevancia entre las prioridades de la persona. La falta de actividad hace que comiencen los “achaques”, comenta el doctor. Las claves para superar esta etapa se encuentra en la confianza hacia la pareja y la imaginación.
Relaciones con el sexo opuesto: Para el psicólogo “la entrada en la menopausia de la compañera puede ser determinante a la hora de marcar su vida sexual, ya que socialmente la sexualidad se une irremediablemente con la reproducción”. Pero hacer el amor con la finalidad única y exclusivamente de sentir placer, y sin la preocupación del embarazo, puede ser un punto a favor en esta etapa.
De 65 a 75 años: jubilado
Hay estudios que señalan que la capacidad sexual de un hombre a esta edad dependerá de la actividad que haya llevado a lo largo de su vida. Por ello, si se ha vivido el sexo de una forma sana y habitual, será mucho más fácil mantener relaciones íntimas. Pero, en general, podemos decir que en estos años la sexualidad está supeditada a los cambios biológicos. Aunque aún existe capacidad para sentir placer y llegar al orgasmo, las erecciones son cada vez menores. Pero, gracias a los avances de la medicina, si el problema es físico existen medicamentos que lo pueden solucionar (Viagra, Cialis…).
Relaciones con el sexo opuesto: La pasión, que ha ido evolucionando a lo largo de toda la vida, se ha transformado en cariño, afecto.
A partir de 75 años: post-jubilado
El sexo, entendido como erecciones y coito, prácticamente desaparece. Las relaciones ya no se concentran en el punto genital, sino que se buscan nuevos caminos para la intimidad, como las caricias o los besos.
Relaciones con el sexo opuesto: El anciano necesita la intimidad para sentirse cerca de su pareja. Por ello, la idea de que cuando se pierde la capacidad de erección desparece el sexo, es falsa. La sexualidad muere cuando el corazón deja de latir.
2006-11-15 01:15:28
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answer #1
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answered by Sergio N 3
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