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ellas no sabian nada ,de lo que hacian sus maridos ,durante el proceso militar?

2006-11-14 21:11:04 · 6 respuestas · pregunta de Anonymous en Política y gobierno Leyes y Ética

6 respuestas

No son juzgadas por la misma razón que no son juzgadas las madres de plaza de Mayo o es que ella no tenían conocimiento de los crímenes que iban a cometer sus hijos? Ellas los apoyaban y conocían perfectamente los detalles, todos los planes eran hechos con dolo (intención y alevosía) eso es un crímen y ellas también deberían ser juzgadas por encubrimiento.
Sabés cuando habrá paz y armonía entre todos nosotros? Cuando todos tengan la condena que se merecen, los militares por sus excesos y los Guerrilleros por todos sus crímenes.
A las madres les dan una buena cantidad de dinero por mes por sus hijos desaparecidos y me consta que muchos están asilados en países extranjeros, (averiguá en España), en cambio a la mujer del chofer de Bunge y Born, asesinado por la guerrilla que le dan? Y hay otros tantos, todos víctimas inocentes asesinados por estos ej, familia de campesinos masacrados, porque por el campo dónde eran caseros pasaron los militares, entonces la guerrilla decidió matar uno por uno por este hecho y el tiro de gracia lo recibió el padre de familia, después de ver morir a su esposa e hijos. Habrá justicia cuando todos paguen por sus delitos, la pena de la ley tiene que ir en contra de los críminales sin importar quien sea. Eso es derecho y justo.
Posdata: Marx estudio derecho y según las leyes lo cometido por ambos son crímenes y a mi lo único que me importa es la aplicación de la ley a los criminales, me podés caratular como prefieras, yo defiendo el derecho.

He tenido la posibilidad de studiar y seguir el caso de ambos y unos ya están siendo juzgados, ahora espero que lo sean lo guerrilleros, y si me preguntás, por las pobres madres, te digo que después de alegrarse por muertes inocentes en manos de terroristas como los que murieron en el atentado de las Torres, la visita al etarra detenido en Argentinasolidarizandose y apoyando su lucha o sea, la de un asesino, el aborto, el apoyo a la asesina de Tejerina. Que te puedo decir, no les tengo compasión y seguí llamándome como quieras. yo solo quiere que las leyes se apliquen, no importa a quién.

2006-11-15 00:46:09 · answer #1 · answered by Anonymous · 0 0

La visita del Comandante Fidel Castro a la Argentina y el multitudinario acto en las escalinatas de la Facultad de Derecho, fue un hecho histórico. En un mundo donde la Administración Bush intenta rediseñar la hegemonía imperial, apelando a la guerra contra los pueblos, la figura de Fidel Castro es un contrapunto que despertó la simpatía de miles en la Argentina, país cuya población rechazó casi en forma unánime la invasión a Irak.
En una Argentina que en las últimas dos décadas vio degradar el nivel de vida, material y cultural de su pueblo, que asistió a la entrega de sus riquezas naturales y el patrimonio público, cuya clase dirigente hizo apología de las “relaciones carnales” con el imperialismo yanqui, el relato de las conquistas sociales de la revolución cubana despertó en el imaginario colectivo la idea de que la resignación y la pérdida de las condiciones de vida no son algo necesario o inevitable.

Fidel y el gobierno de Kirchner

Pero Fidel Castro no sólo fue aplaudido en las calles de Buenos Aires. En el Congreso –al momento de la asunción de Kirchner- fue ovacionado por los legisladores presentes. Suerte similar, aunque de menor envergadura, corrieron Hugo Chávez y Lula Da Silva. Este hecho emblemático da cuenta de un cambio en el posicionamiento del nuevo gobierno que quiere dar fe de antineoliberalismo, en ascenso hoy en América Latina. Kirchner, el primer presidente surgido de una elección (aunque a medias) luego de los levantamientos populares de diciembre de 2001, necesita ganar el consenso popular. La visita de Castro fue un espaldarazo a estas intenciones. Además de un impulso a un nuevo eje de la diplomacia latinoamericana que ya ha mostrado su voluntad no de enfrentar al imperialismo, sino de negociar desde otras relaciones de fuerza con los Estados Unidos.
Según el propio Fidel su viaje respondía a una retribución de favores por la abstención argentina en la ONU ante el tema de los derechos humanos en Cuba y además una oportunidad para expresar “solidaridad con la Argentina, con el pueblo y con la actual administración”1. En su discurso en la Facultad de Derecho manifestó que sintió “gran satisfacción y júbilo cuando llegaron las noticias de un resultado electoral en nuestra queridísima Argentina” al que calificó como un “servicio que le han prestado al mundo al hundir en la fosa del pacífico (…) el símbolo de la globalización neoliberal”. Su retórica se entronca así con el intento de las clases dominantes criollas de darle un carácter histórico a las elecciones del 27 de abril para legitimar al nuevo ejecutivo y de paso borrar del horizonte las jornadas revolucionarias de Diciembre. Estas últimas sí fueron un verdadero símbolo, un descomunal golpe al neoliberalismo ya que se echó en las calles al reaccionario gobierno de De la Rúa. Fidel Castro vino a tender con entusiasmo su mano a Kirchner y a la burguesía argentina, que más allá de su discurso, se dispone concretamente a cumplir sus compromisos con el Fondo Monetario Internacional, lo que inevitablemente será a costa de mayores sufrimientos para el pueblo argentino.

Redistribución de la riqueza: ¿Humanizar el capitalismo?

Fidel habló de cómo Cuba pudo avanzar cualitativamente en mejorar las condiciones de vida e hizo hincapié en los grandes avances en la educación y la salud. Sin embargo, omitió decir que dichas conquistas no cayeron del cielo, que fueron el producto de haber roto con el imperialismo, expropiado a la burguesía y a los terratenientes y liquidado la propiedad privada.
Estos hechos fundamentales no constituyen para Castro un ejemplo a seguir. Por el contrario afirmó que “la violencia no parece ser el camino”2 desterrando como alternativa para el resto de los países de América Latina la ruptura radical con el imperialismo y la lucha contra el sistema que toda revolución implica y asumiendo como posible una “distribución equitativa de la riqueza” en los marcos del capitalismo. Remarcó que “con el uso adecuado de los recursos no tendrían ni necesidad de hacer un cambio revolucionario”.
Fidel opone la idea de la redistribución del ingreso a la lucha contra el capital. En sus palabras, “no (se) necesita ni siquiera confiscar”. Nos propone tan solo paliar las injusticias del sistema. Acorde a esto es que llama a un cambio sin expropiar a los expropiadores, sin confiscar a los confiscadores, sin afectar la propiedad privada de los medios de producción. Una “transformación” que dejaría en pie las desigualdades inherentes al capitalismo y la dominación burguesa causante de la catástrofe humana que recorre la sociedad de nuestros días. ¿Cómo es posible satisfacer las necesidades de las masas, cómo lograr lo que conquistó la revolución cubana sin poner todas las fuerzas productivas al servicio del conjunto de la sociedad? ¿Cómo es posible terminar con el hambre, la pobreza, la desocupación estructural, la mortalidad infantil, sin atacar al régimen social que las provoca, sin expropiar la gran propiedad de la tierra, sin tocar los intereses de la gran industria y del capital financiero, sin repartir las horas de trabajo entre todas las manos disponibles? ¿Cómo es posible pensar que se pueden utilizar los recursos destinados al militarismo y a la maquinaria bélica para terminar con el analfabetismo y las enfermedades de la miseria sin quebrar la resistencia del sistema capitalista imperialista que necesita desarrollar su fuerza de destrucción?
Una transformación social radical se enfrenta inevitablemente a estos dilemas. Esa ha sido la gran lección de la revolución cubana y, por la negativa, de todas las revoluciones que al no haber tomado medidas anticapitalistas, fracasaron regando con sangre el territorio de nuestra América.
El capitalismo es un régimen social basado en la explotación de la fuerza de trabajo, en la degradación y exclusión de grandes masas de la población, en beneficio de un puñado de grandes burgueses que buscan de forma insaciable asegurar y aumentar sus ganancias. No denunciar esto y proponer actuar en consecuencia, lleva a sembrar la ilusión de que es viable humanizar al capitalismo. Se termina apelando a la “buena voluntad” o a la “buena intención” de la burguesía para “redistribuir” a favor de los que menos tienen, desterrando así toda perspectiva revolucionaria. Vaya paradoja de alguien que se vio obligado a tomar medidas confiscatorias contra el capital tanto “nacional” como imperialista –contrarrevolucionario por esencia– para defender su revolución.
Fidel Castro asume como propia la ideología redistribucionista, en consonancia con la prédica de movimientos antineoliberales. Estas ideas más aún de cara a la crisis capitalista mundial, de las tendencias guerreristas del imperialismo yanqui, que amenazan a los pueblos del mundo, a la revolución cubana misma y que Fidel Castro describe en su alocución, no pueden más que significar una utopía.
En la década del '60 el Che Guevara señaló claramente que “las burguesías autóctonas han perdido toda su capacidad de oposición al imperialismo y solo forman su furgón de cola. No hay más cambios que hacer; o revolución socialista o caricatura de revolución”3. El Fidel Castro que vino a la Argentina, lejos se encuentra de estas afirmaciones de su compañero de la Sierra Maestra. Distante de estas enseñanzas reiteró lo mismo que había recomendado al pueblo nicaragüense a principios de los ’80: “no hagan de Nicaragua otra Cuba”. El triste derrotero de la revolución sandinista, es una muestra de la fatalidad de sus afirmaciones.
Fidel Castro vino a decir que el futuro de nuestros pueblos está del lado de Lula, el confiscador de las jubilaciones del pueblo brasileño, el mismo que no duda en optar por el FMI y la burguesía paulista; del lado de Kirchner, Duhalde y Lavagna representantes de un viejo régimen que ha llevado al 53% de la población bajo la línea de la pobreza.
El Che Guevara tenía razón cuando señalaba el carácter cobarde de las burguesías nativas. Los cimientos de un cambio profundo no descansan en el personal político de las clases opresoras, respondan estas a un capital nacional o imperialista, sino en los millones de oprimidos que en estos años han empezado a sacudir el continente con sus luchas. En los trabajadores y campesinos peruanos que se levantan contra Toledo; en los cocaleros y obreros bolivianos que pelearon contra Sánchez de Losada, en los trabajadores ocupados y desocupados, en las asambleas populares de Argentina. La revolución cubana, no encontrará en quienes se ofrecen como humanizadores del capital una sólida defensa. La América explotada y oprimida, es y será el único reaseguro de las conquistas de la revolución.


ME LA COMO Y QUE???

2006-11-15 13:10:01 · answer #2 · answered by andresssssssssss 1 · 0 0

Después de leer los comentarios de Gladiador, Gloria y Flor, te puedo decir dos cosas: la primera es que cabe tanto la posibilidad de que sepan y de que no sepan. En el primer caso se las tendría que juzgar por encubrimiento, por algo la frase... "el silencio es complicidad".
La segunda es que la gloria no podes comparar a un plomero con un militar, y flor tu respuesta es propia de la derecha fascista reaccionaria, como podes decir que tienen que juzgar a las madres de plaza de mayo? Ellas no defienden la ideología del hijo , ellas peleaban por la aparición de su hijo!!!, en cambio ustedes se juntaron para reivindicar su accionar y les da la cara para decir que están todos en España, que fue una guerra.... son un asco, reprimieron y siguen reprimiendo al pueblo, con hambre, con miseria. Con olvidar conseguimos que estos fascistas se laven la cara y ganen la aceptación y resignación de algo totalmente inaceptable, injustificable, la memoria y la experiencia son una de las bases del progreso.

2006-11-15 09:33:18 · answer #3 · answered by Marx 2 · 0 0

no pueden ser cómplices de algo que no conocen ,ya que estos asesinos hijos de **** le mintieron no solo a sus mujeres sino también a sus hijos

2006-11-15 06:41:13 · answer #4 · answered by pelusa 2 · 0 0

hola, me parece ilógico lo que decís, te voy a responderte por el lado del ridículo para que queda más claro, si el plomero arregla mal una cañería le voy a reclamar a la esposa. Vos pensas que todas las esposas saben que hacen sus maridos en el trabajo, cómplice sería si hubiera participado o estuviera ahí en el momento de la tortura, pero si la mujer estaba en su casa cuidando a sus hijos que culpa tiene que el marido sea un h de p, además acá lo importante es que la justicia de Argentina se ponga los pantalones largos y juzgue a quien tiene que juzgar. Y me pregunto vos , yo o todos los de más de 30 no somos complices de los torturadores por no haber hecho algo para cambiarlo, yo tengo más de 30 y te aseguro que vivía en un frasco porque no tenía idea de lo que pasaba en nuestro país y según tu parecer por no saber lo que pasaba en nuestro país yo también tengo que ir presa. Suerte y que pases un buen día

2006-11-15 05:47:23 · answer #5 · answered by glorias 7 · 0 0

Me parece que llegamos a un momento. en que hay que dejar de mirar al pasado y tratar de construir un futuro para nuestros hijos y nuestros nietos, mejor que el que tuvo mi generacion, no se cual es la tuya porque desconozco tu edad. Pasaron ya 30 años creo que no vamos a olvidar nunca y por eso estoy seguro que no se va a volver a repetir. Pero si seguimos reavivando el odio y la sed de venganza muy pobre va a ser nuestro futuro como pais.

2006-11-15 05:23:12 · answer #6 · answered by Anonymous · 1 2

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