Tiene la capacidad de desplazarse a gran velocidad -114 kilómetros por hora-, se mantiene "inmóvil' en el aire al batir sus diminutas alas con extraordinaria rapidez -casi imperceptible para la vista humana- y se alimenta del néctar de las flores al introducir su largo pico en las corolas, con lo que también cumple con la función polinizadora. Se trata de una diminuta y singular ave: el colibrÃ.
Su peculiar forma de vuelo, semejante en ocasiones a la de un helicóptero, ha sido motivo de diversos estudios para tratar de conocer más ampliamente las leyes del equilibrio.
De acuerdo con informes de Pronatura PenÃnsula de Yucatán, A.C., sólo en el Nuevo Mundo hay más de 300 especies de estas pequeñas aves, que tienen amplia variedad de tamaños. La más grande puede llegar a medir 21 centÃmetros y la más pequeña, entre las que se encuentran la "abeja' o el "sunsún' de Cuba, apenas alcanza 5 centÃmetros. La mitad de su longitud total corresponde al pico y la cola.
Los colibrÃes tienen formas diversas, pero también la particularidad de ser diminutos y volar mediante aleteos muy rápidos. Pese a su tamaño, su belleza es apreciable por la iridiscencia de los colores de sus plumas, lo que los convierte en atractivas piezas de cacerÃa.
Esta iridiscencia es causa de que los nativos les llamen aves "rubÃ' o "topacio'. Desafortunadamente, esta misma atracción provoca su caza indiscriminada, pues sus plumas se utilizan en la elaboración de adornos.
Los colibrÃes abundaban en los bosques de Sudamérica y en las selvas mexicanas. Sin embargo, están presentes desde el sur de Alaska hasta la Tierra del Fuego. Algunas especies son tan raras que sólo se les conoce por las plumas que se exhiben en algunos adornos, los cuales se venden a altos precios en diversas tiendas europeas.
COLIBRI TIJERETA
Las diversas variedades de colibrÃes cumplen su función polinizadora en cualquier parte del mundo. Sin embargo, en esta ocasión hablaremos particularmente del Colibrà Tijereta (Doncha eliza), especie monotÃpica endémica de México que se encuentra en las dunas costeras de Yucatán y Quintana Roo.
Se considera que las hembras son más abundantes que los machos y que su peso promedio es de 2.3 a 2.7 gramos. La caracterÃstica que da lugar a su nombre es su larga cola en forma de tijera.
La SecretarÃa de Desarrollo Urbano y EcologÃa considera a esta variedad como especie en peligro de extinción.
Gran parte de sus hábitos son los mismos que las otras variedades de colibrÃes, aunque muchos permanecen en el misterio, debido en parte a la rapidez con que se desplazan y también a que por lo general habitan en la espesura de la vegetación.
Sobre el apareamiento, por ejemplo, sólo se sabe que el macho lo hace con varias hembras y que para ello describe arcos en el aire y emite sonidos tan agudos que a veces no los puede percibir el oÃdo humano.
Por lo general, los colibrÃes acumulan una gruesa capa de grasa equivalente a la mitad de su peso, de la cual toman energÃa para realizar el rápido movimiento de sus alas y desarrollar grandes velocidades.
A diferencia de otras variedades catalogadas como aves migratorias, debido a que se trasladan de Canadá a Sudamérica, el Colibrà Tijereta habita únicamente en México.
La energÃa que necesita la obtiene de una alimentación constante y de sus reservas. Su metabolismo energético es 20 veces más alto que el de un gallo.
Se sabe que por la noche, cuando no puede alimentarse, conserva sus energÃas al caer en una especie de hibernación nocturna.
Durante el dÃa se alimenta principalmente del néctar que extrae de las flores por medio de su lengua tubular, aunque también come pequeños insectos y arañas.
Construye su nido en ramas frágiles y altas. Generalmente, las hembras ponen dos huevos y los empollan durante dos o tres semanas hasta que brotan las crÃas, sin plumas.
Los polluelos, que se alimentan del néctar que les proporcionan los padres al introducir sus picos en los de ellos, crecen rápido y dejan el nido después de tres semanas.
La población del Colibrà Tijereta se ha visto mermada actualmente en varias partes de México, incluso en nuestra entidad.
Te escribo esta anecdota de un Hondureño que redacto este hecho en el diario:
La ciencia asigna los colibrÃes a la familia “Trochiliade” y al orden“Apodiformes.” Confieso que debido a las dificultades de luz a la hora de fotografiar y por los diminutos detalles en que hay que reparar, no he terminado de identificar al que me he referido. Quien lo ve a plena vista, ve un plumaje esmeralda brillante y un llamativo pico naranja.
HabÃa leÃdo que los también llamados “zunzunes” eran muy posesivos y territoriales, pero no estaba preparado para lo que habrÃa de ver; De todos los que se acercaban veÃamos como nuestro colibrÃ, pequeño en comparación con los demás, decidió posarse en un colgadero de ropa cercano y peleaba ferozmente contra cualquier otro que se acercara a la miel. Poco a poco los demás pajarillos se fueron haciendo la idea de que aquella fuente de alimento tenia dueño y fueron dejando al “Dueño” el control del espacio, el alimentario y las flores de ese rincón de nuestra casa
“El Dueño” se instaló en casa y me convertà en un asiduo observador de su comportamiento.
Asà fue como poco a poco y desde la comodidad de mi casa fui aprendiendo algunas cosas sobre el mundo animal; Yo esperaba levantarme por las mañanas y disfrutar del revuelo de una variedad de coloridos colibrÃes compartiendo agradecidos y en armonÃa la miel que ofrecÃamos. La experiencia resultó todo lo contrario. En vez de una lección de armonÃa en la naturaleza, los incidentes que nos ha tocado observar han sido de una violencia tremenda; Cuando “El Dueño” ve a un colibrà extraño acercarse a su miel, el invasor, sin importar su tamaño, es recibido con una serie de fieros picotazos. Aquello se convierte en una trifulca aérea espectacular después de la cual sale siempre vencedor nuestro inquilino, que con aire triunfal y serenidad vuelve a ocupar su trono en el colgador de ropa.
Interesante es, como la naturaleza se encargo en mi caso, de desmentir sus estereotipos. En esta ocasión, el del colibrà dócil y pasivo. Yo esperaba una escena idÃlica por las mañanas en mi jardÃn; Ya me veÃa yo cual San Francisco de AsÃs hablando con los pajaritos, mientras revoloteaban en torno al Néctar. El resultado ha sido un pajarillo terriblemente posesivo, territorial y feroz. En la naturaleza la lucha por sobrevivir puede ser mas violenta de lo que los entusiastas del mundo natural solemos pensar.
No estoy acusando de nada al pico anaranjado de nuestro jardÃn pero quizás su comportamiento refleja el grado de dificultad que significa para un ave tan frágil, el sobrevivir en un vecindario donde cada vez hay menos jardines y menos flores. Me pregunto si el amenazado Colibrà Esmeralda, especie única en el mundo y habitante del Bosque Altamente Seco de Yoro, Honduras, se está volviendo también cada vez mas agresivo y territorial ahora que los tractores y la ganaderÃa dejan cada vez menos espacio para la flor “Pie de Niño” cuyo néctar es su mas importante alimento.
¿Si esto esta ocurriendo con los colibrÃes, que no estará ocurriendo con los seres humanos, que igual a ellos también viven en vecindarios cada vez mas faltos nos solo de jardines y flores si no también de bosques, agua y recursos para su subsistencia?
En realidad no requiere mucho concluir que el hacerle mas difÃcil la vida a los seres con los cuales compartimos el planeta nos vuelve la vida mas difÃcil, cruel y violenta a todos.
Mi familia y yo nos hemos encariñado de “El Dueño”; Nos alegra verlo orgulloso mostrando su pecho esmeralda y su pico anaranjado todas las mañanas. “El Dueño” se ha ganado mi respeto y me ha dado mucho que pensar. Pero asi como van las cosas debemos aceptar la triste posibilidad de que un dÃa de estos, aparezca un colibrà mas agresivo, ágil y fuerte y nos sorprenda una mañana tomando su lugar en el colgador de ropa.
Nota: Terminaba de escribir este artÃculo cuando me escribe Fito Steiner Presidente de La Fundación Parque Nacional Pico Bonito diciendome que estaba en Olanchito, Yoro, Honduras queriendo salvar lo último que queda del "Bosque Altamente Seco", unico hogar del colibri en el mundo, de la inclemencia de los tractores.
Asi que como veras es cuestion de observar pacientemente cuando se detienen.........debido a que la celeridad de su metabolismo los induce a estar comiendo constantemente
2006-11-18 02:22:09
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answer #2
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answered by lelushka 3
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