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Los TJ nunca cuestionarían a sus líderes, miembros del Cuerpo Gobernante, a quienes consideran futuros reyes de la Tierra junto a Jesús. (Si alguien se atreviera a cuestionar sería excomulgado o expulsado, incomunicado de sus parientes y amigos TJ, etc.)

Sin embargo, mientras oficialmente rechazan la homosexualidad algunos líderes de este grupo mantenían una doble vida.

Pueden verlo en:
http://www.freeminds.org/foreign/homosexuality_bethelsp.htm

Al mismo tiempo los TJ se consideran La religión verdadera y los UNICOS escogidos por Dios.

¿Qué opinan?

2006-11-14 02:28:53 · 9 respuestas · pregunta de fred 2 en Sociedad y cultura Religión y espiritualidad

9 respuestas

La verdad, me dejas perplejo!!!!. Entre en tu link y no lo puedo creer..........Fui Testigo de Jeova durante varios años en mi juventud y siempre admire la honradez y don de gente de sus miembros. Aunque yo me alejare, los seguí respetando. Ahora con esto, la verdad no lo se!!!!

2006-11-14 02:45:13 · answer #1 · answered by rauljas 2 · 2 3

Que en todas las religiones y sectas, hay ovejas negras, gente que lleva doble vida, y los dogmas promueven que es el único camino a la verdad... Si le cambias TJ, por católicosm protestantes, musulmanes o budhistas... Es igual, porque lo dicho es muy cierto!

2006-11-14 10:35:01 · answer #2 · answered by Alfa 6 · 2 0

Los testigos de Jehova son personas muy confundidas que no han logrado entender las enseñanzas de Jesucristo y han mal interpretado su doctrina.

2006-11-14 11:57:45 · answer #3 · answered by azulaqua 3 · 2 1

fueron expulsados. lee.

2006-11-14 10:52:23 · answer #4 · answered by NENA 7 · 2 2

según yo creo los testigos de jehová les enseñan a sus hijos muchas normas de educación,no he visto hasta la vez a un testigo en una cárcel por cualquier delito creo que el que dicen que mantenía una doble vida no era testigo sugiero leer bien las noticias.cualquier testigo puede cuestionar a los altos dirigentes todos tienen la oportunidad de responder y dar a conocer sus argumentos.

2006-11-14 10:50:18 · answer #5 · answered by mazda 4 · 2 2

Lo que llaman doble estándar no tiene qué ver con religiones, sino con la integridad de las personas, el ser de "una sóla pieza".

2006-11-14 10:34:28 · answer #6 · answered by samsamito 6 · 0 0

bue... creo q no te aceptaron y estas enojadito ha y 2+

2006-11-14 10:32:32 · answer #7 · answered by Edgar 5 · 3 3

opino q eres apostata

2006-11-14 10:53:40 · answer #8 · answered by mely 3 · 1 2

“Suministren a su fe, virtud.” (2 PEDRO 1:5.)JEHOVÁ siempre obra con virtud. Hace lo que es justo y bueno.Por eso el apóstol Pedro pudo decir que Dios es aquel que llamó a los cristianos ungidos ‘mediante Su gloria y virtud’.El conocimiento exacto que tenían de su virtuoso Padre celestial les había enseñado lo que se requería para llevar una vida de verdadera devoción piadosa. (2 Pedro 1:2, 3.)El apóstol Pablo insta a los cristianos a ‘hacerse imitadores de Dios, como hijos amados’.(Efesios 5:1.)Al igual que su Padre celestial,los adoradores de Jehová deben obrar con virtud en cualquier situación.Algunos diccionarios modernos definen “virtud” como “excelencia moral; bondad”.Es el “hábito o disposición interior que incita a obrar [y pensar] bien”.La persona virtuosa es recta.La virtud también se define como la “cualidad moral de una persona por la que se comporta [...] conforme a lo que se considera bueno”.Por supuesto, para los cristianos Dios es quien determina “lo que se considera bueno”,y esto se expone con claridad en su Sagrada Palabra,la Biblia.Los cristianos verdaderos se conforman a las normas justas de Jehová Dios y responden a sus preciosas promesas ejerciendo fe.También siguen el consejo de Pedro: “Contribuyendo ustedes en respuesta todo esfuerzo solícito, suministren a su fe, virtud; a su virtud, conocimiento; a su conocimiento, autodominio; a su autodominio, aguante; a su aguante, devoción piadosa; a su devoción piadosa, cariño fraternal; a su cariño fraternal, amor”. (2 Pedro 1:5-7.)El cristiano tiene que esforzarse por cultivar estas cualidades. No es algo que se logre en unos días o unos años, sino que se requiere esfuerzo continuo durante toda la vida.Suministrar virtud a nuestra fe no es tarea fácil.El lexicógrafo M. R. Vincent dice que el sentido original clásico de la palabra griega traducida “virtud” denota “excelencia de cualquier clase”. Pedro utilizó la palabra en plural cuando dijo que los cristianos habían de declarar en público las “excelencias” de Dios, es decir, sus virtudes. (1 Pedro 2:9.) En las Escrituras, la virtud no se refiere a una cualidad pasiva, sino a “poder moral, energía moral, vigor del alma”. Al hablar de la virtud, Pedro se refería a la valerosa excelencia moral que deben mostrar y mantener los siervos de Dios. Sin embargo, como somos imperfectos, ¿podemos hacer realmente lo que es virtuoso a la vista de Dios?Dado que hemos heredado la imperfección y el pecado, tal vez nos preguntemos cómo podemos hacer lo que es virtuoso a la vista de Dios. (Romanos 5:12.) Sin duda necesitamos la ayuda de Jehová para tener un corazón puro, del cual pueden brotar los pensamientos, las palabras y las acciones virtuosas. (Compárese con Lucas 6:45.) Después de haber pecado con Bat-seba, el salmista David, arrepentido, rogó: “Crea en mí hasta un corazón puro, oh Dios, y pon en mí un espíritu nuevo, uno que sea constante”. (Salmo 51:10.) David recibió el perdón de Dios y la ayuda necesaria para obrar con virtud. Por lo tanto, si hemos pecado gravemente, pero nos hemos arrepentido y hemos aceptado la ayuda de Dios y de los ancianos de la congregación, podemos regresar a un derrotero de virtud y seguir en él. (Salmo 103:1-3, 10-14; Santiago 5:13-15.) A causa de nuestro pecado innato, tenemos una lucha interior constante para obrar con virtud. Si queremos conservar la virtud, no podemos hacernos esclavos del pecado. Más bien, tenemos que ser “esclavos de la justicia”, siempre pensando, hablando y obrando con virtud. (Romanos 6:16-23.) Desde luego, nuestros deseos carnales e inclinaciones pecaminosas son intensos, y existe un conflicto entre estos y las obras virtuosas que Dios exige de nosotros. Por lo tanto, ¿qué podemos hacer?En primer lugar, hay que seguir la guía del espíritu santo o fuerza activa de Jehová. Por eso debemos aceptar el consejo de Pablo: “Sigan andando por espíritu y no llevarán a cabo ningún deseo carnal. Porque la carne está contra el espíritu en su deseo, y el espíritu contra la carne; porque estos están opuestos el uno al otro, de manera que las mismísimas cosas que ustedes quisieran hacer, no las hacen”. (Gálatas 5:16, 17.) En efecto, tenemos el espíritu de Dios, que nos impulsa a obrar con justicia, y su Palabra, que nos sirve de guía para comportarnos como es debido. También tenemos la ayuda amorosa de la organización de Jehová y el consejo del “esclavo fiel y discreto”. (Mateo 24:45-47.) Estas provisiones nos ayudarán a triunfar en nuestra lucha contra las tendencias pecaminosas. (Romanos 7:15-25.) Por otra parte, debemos rechazar inmediatamente los pensamientos inmundos y orar a Dios para que nos ayude a resistir cualquier tentación a obrar de manera contraria a la virtud. (Mateo 6:13.)La virtud empieza con nuestro modo de pensar. Para tener el favor divino hay que pensar en cosas justas, buenas y virtuosas. Pablo dijo: “Hermanos, cuantas cosas sean verdaderas, cuantas sean de seria consideración, cuantas sean justas, cuantas sean castas, cuantas sean amables, cuantas sean de buena reputación, cualquier virtud que haya y cualquier cosa que haya digna de alabanza, continúen considerando estas cosas”. (Filipenses 4:8.) Tenemos que concentrarnos en cosas justas, castas, y no debe atraernos nada que no sea virtuoso. Pablo podía decir: “Las cosas que ustedes aprendieron así como también aceptaron y oyeron y vieron relacionadas conmigo, practiquen estas”. Si somos como Pablo —virtuosos en pensamiento, habla y acción—, seremos una buena compañía y un buen ejemplo para otros en cuanto al vivir cristiano, y ‘el Dios de la paz estará con nosotros’. (Filipenses 4:9.)Si deseamos conservar la virtud en cuanto a nuestros pensamientos y así agradar a nuestro Padre celestial, es necesario que apliquemos el consejo de Pablo: “No se hagan niñitos en facultades de entendimiento; más bien, sean pequeñuelos en cuanto a la maldad; sin embargo, lleguen a estar plenamente desarrollados en facultades de entendimiento”. (1 Corintios 14:20.) Esto significa que los cristianos no deseamos conocer ni experimentar la iniquidad. En vez de dejar que nuestros pensamientos se corrompan de esta forma, preferimos sabiamente ser inexpertos e inocentes como pequeñuelos con relación a la maldad. Al mismo tiempo, comprendemos plenamente que la inmoralidad y la maldad son pecados a la vista de Jehová. Nos beneficiaremos si tenemos un profundo interés sincero de agradar a Dios obrando con virtud, pues nos impulsará a evitar el entretenimiento inmundo y otras influencias que corrompen la mente y que son comunes en este mundo, que yace en el poder de Satanás. (1 Juan 5:19.)Si nuestros pensamientos son virtuosos, deberían tener un efecto profundo en lo que decimos. La virtud requiere que nuestra habla sea limpia, sana, veraz y edificante. (2 Corintios 6:3, 4, 7.) Jehová es “el Dios de la verdad”. (Salmo 31:5.) Es fiel en todos sus tratos, y sus promesas son seguras porque no puede mentir. (Números 23:19; 1 Samuel 15:29; Tito 1:2.) El Hijo de Dios, Jesucristo, está “lleno de bondad inmerecida y verdad”. Cuando estuvo en la Tierra, siempre habló la verdad tal como la había recibido de su Padre. (Juan 1:14; 8:40.) Además, Jesús “no cometió pecado, ni en su boca se halló engaño”. (1 Pedro 2:22.) Si verdaderamente somos siervos de Dios y de Cristo, hablaremos la verdad y obraremos con rectitud, como si estuviéramos “ceñidos con la verdad”. (Efesios 5:9; 6:14.)Si somos virtuosos, evitaremos ciertas formas de hablar. Nos guiaremos por el consejo de Pablo: “Que se quiten toda amargura maliciosa y cólera e ira y gritería y habla injuriosa, junto con toda maldad”. “Que la fornicación y la inmundicia de toda clase, o la avidez, ni siquiera se mencionen entre ustedes, tal como es propio de personas santas; tampoco comportamiento vergonzoso, ni habla necia, ni bromear obsceno, cosas que no son decorosas, sino, más bien, el dar gracias.” (Efesios 4:31; 5:3, 4.) Para otras personas será alentador estar con nosotros porque nuestro corazón justo nos impulsará a evitar el habla no cristiana.El deseo de agradar a Dios y decir cosas virtuosas nos ayudará a controlar la lengua. A causa de nuestras inclinaciones pecaminosas, todos tropezamos en palabra de vez en cuando. Sin embargo, el discípulo Santiago dice que “si a los caballos les ponemos frenos en la boca”, nos obedecen y siguen nuestra dirección. De modo que debemos esforzarnos por refrenar la lengua y tratar de utilizarla únicamente de manera virtuosa. Una lengua desenfrenada “constituye un mundo de injusticia”. (Santiago 3:1-7.) Toda la maldad de este mundo impío está relacionada con la lengua indomada. A ella se deben actos perjudiciales como el testimonio falso, la injuria y la calumnia. (Isaías 5:20; Mateo 15:18-20.) Y cuando una lengua ingobernable pronuncia comentarios abusivos, cortantes o calumniosos, está llena de veneno mortífero. (Salmo 140:3; Romanos 3:13; Santiago 3:8.)
Como indica Santiago, sería contradictorio ‘bendecir a Jehová’ hablando bien de él, y luego utilizar la lengua impropiamente para ‘maldecir a hombres’ invocando el mal contra ellos. ¡Qué malvado sería cantar alabanzas a Dios en las reuniones y luego hablar mal de nuestros compañeros de creencia! El agua dulce y el agua amarga no pueden salir burbujeando de la misma fuente. Si servimos a Jehová, los demás tienen el derecho de esperar que digamos cosas virtuosas, y no que nos expresemos de manera desagradable. Por lo tanto, evitemos el habla nociva y procuremos hablar de cosas que beneficien y edifiquen espiritualmente a nuestros compañeros. (Santiago 3:9-12.)Dado que los pensamientos y el habla cristianos tienen que ser virtuosos, ¿qué se puede decir de nuestras acciones? La aprobación de Dios solo se consigue obrando con virtud. Ningún siervo de Jehová que abandone la virtud y recurra a la sinuosidad y el engaño puede esperar que tal proceder sea acepto a Dios. Proverbios 3:32 dice: “El sinuoso es cosa detestable a Jehová, pero Él tiene intimidad con los rectos”. Si apreciamos nuestra relación con Jehová Dios, estas palabras que inducen a la reflexión deberían disuadirnos de tramar algo para perjudicar a nuestro semejante o de actuar con sinuosidad. De hecho, entre las siete cosas detestables al alma de Jehová, está “un corazón que fabrica proyectos perjudiciales”. (Proverbios 6:16-19.) De modo que evitemos estas acciones y hagamos lo que es virtuoso para beneficio de nuestro semejante y para la gloria de nuestro Padre celestial.La virtud implica honradez. (Hebreos 13:18.) La persona hipócrita, cuyas acciones no armonizan con sus palabras, no es virtuosa. La palabra griega traducida “hipócrita” (hy·po·kri·tés) significa “que responde”, y también describe a un actor. Como los actores griegos y romanos llevaban máscaras, esta palabra llegó a emplearse en sentido metafórico para referirse a alguien que fingía ser lo que no era. Los hipócritas son “infieles”. (Compárese Lucas 12:46 con Mateo 24:50, 51.) Hipocresía (hy·pó·kri·sis) también puede denotar iniquidad y astucia. (Mateo 22:18; Marcos 12:15; Lucas 20:23.) Qué triste es cuando se engaña a una persona confiada con sonrisas, halagos y acciones fingidas. Por otro lado, es reconfortante saber que estamos tratando con cristianos confiables. Y Dios nos bendice por ser virtuosos y obrar sin hipocresía. Él aprueba a los que muestran “cariño fraternal sin hipocresía” y poseen “fe sin hipocresía”. (1 Pedro 1:22; 1 Timoteo 1:5.)Si suministramos virtud a nuestra fe, nos esforzaremos por no pensar, decir ni hacer cosas que Dios desaprueba. Sin embargo, la virtud cristiana también requiere que obremos con bondad. De hecho, la virtud se ha definido como bondad. Y la bondad es un fruto del espíritu santo de Jehová, no el resultado de simple esfuerzo humano. (Gálatas 5:22, 23.) Si desplegamos el fruto de la bondad, pensaremos bien de otros y los encomiaremos por sus buenas cualidades a pesar de sus imperfecciones. ¿Han servido a Jehová fielmente durante años? Pues entonces debemos respetarlos y hablar bien de ellos y de su servicio a Dios. Nuestro Padre celestial observa el amor que ellos muestran por su nombre y sus obras virtuosas de fe, y nosotros también debemos hacerlo. (Nehemías 13:31b; Hebreos 6:10.)La virtud hace que seamos pacientes, comprensivos y compasivos. Si un compañero cristiano está angustiado o deprimido, le hablaremos consoladoramente y procuraremos alentarlo, tal como nuestro amoroso Padre celestial nos consuela a nosotros. (2 Corintios 1:3, 4; 1 Tesalonicenses 5:14.) Nos compadecemos de los que están afligidos porque tal vez han perdido a un ser querido en la muerte. Si podemos hacer algo para aliviar el dolor, lo haremos, pues el espíritu virtuoso nos motiva a actuar de manera amorosa y benévola.Tal como bendecimos a Jehová hablando bien de él, es muy probable que otros nos bendigan si nuestros pensamientos, palabras y hechos son virtuosos. (Salmo 145:10.) Un sabio proverbio dice: “Las bendiciones son para la cabeza del justo, pero en cuanto a la boca de los inicuos, esta encubre violencia”. (Proverbios 10:6.) La persona inicua y violenta carece de la virtud que la haría granjearse las simpatías de otros. Siega lo que siembra, pues la gente no puede bendecirla hablando bien de ella. (Gálatas 6:7.) La situación es mucho mejor para los que piensan, hablan y obran de manera virtuosa como siervos de Jehová. Se ganan el amor, la confianza y el respeto de otras personas, y estas se sienten impulsadas a bendecirlos y hablar bien de ellos. Es más, su virtud piadosa redunda en la inapreciable bendición de Jehová. (Proverbios 10:22.)Los pensamientos, el habla y los hechos virtuosos seguramente beneficiarán a las congregaciones del pueblo de Jehová. Cuando los compañeros de creencia piensan con cariño y respeto unos en otros, el amor fraternal abunda entre ellos. (Juan 13:34, 35.) El habla virtuosa, que incluye el encomio y el ánimo sinceros, fomenta un sentimiento amoroso de cooperación y unidad. (Salmo 133:1-3.) Y las acciones afectuosas y virtuosas impulsan a otros a corresponder del mismo modo. Sobre todo, la virtud cristiana en acción redunda en la aprobación y bendición de nuestro virtuoso Padre celestial, Jehová. Por lo tanto, que nuestro objetivo sea responder a las preciosas promesas de Dios ejerciendo fe. Y, por supuesto, hagamos todo lo posible a fin de suministrar virtud a nuestra fe.

2006-11-14 10:49:27 · answer #9 · answered by dexter2005ve 2 · 0 3

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