Estimado:
Aunque con un retraso de muchos años con respecto a otros países y a las realidades del nuestro, ha sido por fin posible adoptar en el Distrito Federal una legislación que ampara y otorga derechos específicos a los hogares formados por relaciones que no se enmarcan en el matrimonio ni en el concubinato pero que constituyen una importante minoría (casi 10 por ciento) de los hogares mexicanos: la Ley de Sociedades de Convivencia.
La reacción y la intolerancia han pretendido presentar la nueva legislación, aprobada el día jueves 9 en lo general por 43 votos a favor (con 17 en contra y cinco abstenciones), como la "ley del matrimonio gay", lo cual es una distorsión y una reducción característica de mentalidades estrechas y pacatas: la disposición no equipara las sociedades de convivencia con el matrimonio ni se constriñe a parejas formadas por personas del mismo sexo. Su propósito central es el de proporcionar a personas de diferente o del mismo sexo, mayores de edad y con capacidad jurídica, la posibilidad de que formalicen, por medio de un acto jurídico vinculante, su determinación de establecer "un hogar común con voluntad de permanencia y ayuda mutua". El texto aprobado obliga a los firmantes a proporcionarse alimentos mutuamente, fija los derechos de uno de los contrayentes en caso de interdicción, incapacidad o muerte del otro y protege a ambos de acciones discriminatorias.
Sin duda, para las parejas formadas por homosexuales esta ley representa un importante avance en la protección de sus derechos y un muro de contención a las actitudes homófobas. Por lo pronto, es un buen paso para las comunidades gays, aunque tarde o temprano habrá de ponerse sobre la mesa la necesidad de eliminar las restricciones de género en las disposiciones legales que rigen al matrimonio civil y de suprimir, así, una injustificable discriminación legal que castiga sin motivo orientaciones sexuales.
En lo inmediato, la ley aprobada ayer no sólo se dirige a las parejas de homosexuales, sino también a una vasta gama de vínculos interpersonales que hasta ahora no tenían cabida en ninguna ley, que no necesariamente implican una relación sentimental o sexual y que son, sin embargo, tan respetables como el que establece una pareja heterosexual con propósitos de compartir el techo y la comida.
La aprobación en el Distrito Federal de la Ley de Sociedades de Convivencia es una derrota a la intolerancia, el oscurantismo y el autoritarismo reaccionario y clerical; asimismo constituye para el país una saludable aproximación entre sus realidades legales y sociales, y un triunfo de la tolerancia y del respeto a la diversidad. Cabe esperar que los otros congresos estatales aprueben legislaciones como la referida y que las derechas dejen de ver en estas disposiciones un "ataque a la familia" y las reconozcan como un aliento a los vínculos humanos solidarios.
Enhorabuena y evitemos crear prejuicios.
Saludos
2006-11-11 07:22:22
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answer #1
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answered by felix c 4
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Supongo que el hecho de que no quiera tener hijos por medio natural, pues precisamente es que no quiere estar con un hombre, debido a que es gay.
Yo respeto a los gay, tengo muchos amigos que lo son y estoy de acuerdo que se apruebe una ley que los reconozca como pareja, pero tengo serias dudas en cuanto la cuestión de los hijos en una pareja gay.
2006-11-10 10:32:04
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answer #2
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answered by Mario 2
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???
ABERRANTE ERES TU..NO PUEDES ENTENDER LAS IDEAS DE LOS DEMAS...
/? SI NO QUIERE TENER HIJOS QUE???
2006-11-10 07:53:00
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answer #3
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answered by tirolocotj 4
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no, no tienen derecho a la adopción...
2006-11-10 07:51:07
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answer #4
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answered by Anonymous
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