D A R
Todo homem que te procura vai pedir-te alguma coisa: o rico aborrecido, a amenidade da tua conversa; o pobre, o teu dinheiro; o triste, o consolo; o débil, um estÃmulo; o que luta, uma ajuda moral. Todo homem que te busca, certamente há de pedir-te alguma coisa.
E tu ousas impacientar-te! E tu ousas pensar que isso é uma fastÃdio! Infeliz! A lei oculta, que reparte misteriosamente as excelências, dignou-se outorgar-te o privilégio dos privilégios, o bem dos bens, a prerrogativa das prerrogativas: “dar”. Tu podes dar!
Em todas horas de que é feito um dia, tu dás, ainda que seja um sorriso, ainda que seja um aperto de mão, ainda que seja uma palavra de alento. Em todas horas de que é feito um dia, tu te assemelhas a Ele, que não é senão doação perpétua e perpétuo regalo.
Deixa-te cair de joelhos, e dizer: - “Graças, meu Deus, por eu poder dar! Nunca mais meu semblante passará uma sombra de impaciência! Em verdade, em verdade vos digo que mais vale dar que receber!”
Autor: Amado Nervo
EXERCITANDO A CONCIÃNCICIA
O temor, o ódio, a vaidade, o orgulho, a inveja, o egoÃsmo e a luxúria são pensamentos negativos, culpados de tua derrota... Sê digno de ti mesmo e repele-os para sempre, a fim de venceres na vida.
Os pensamentos bons modificam a tua saúde, o teu ambiente e a tua vida. Se queres melhorar a sorte, melhora também os teus pensamentos, pensando unicamente no Bem !
2006-11-12 11:57:13
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answer #2
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answered by JOSINO M 6
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Es un tema amplÃsimo esribirlo y que tiene la dificultad que muchos creen pero que no lo reciben, otros no creen pero lo reciben... otros tantos creen e igual lo reciben, otros lo hacen anedocticamente cada fiesta Pascual.
No descontextualizar la PALABRA DE DIOS, al decir (PIPIOLO) mi "palabra es verdadera comida...." Por favor, mas seriedad.
Pero del ultimo dia, nadie sabe ni el dia ni la hora, solo que hay que estar preparado.
La fe puede debilitarse, la EucaristÃa la fortalece.
Otros se escandalizan hoy, como lo hicieron con Jesus, cuando les dijo "el que no come mi carne y bebe mi sangre, no entrará al Reino de los Cielos, mi sangre es verdadera bebida y mi carne es verdadera comida". "Yo Soy el Pan bajado del Cielo" Amen.
"Yo soy el pan, el vivo, el que bajó del cielo. Si uno come de este pan vivirá para siempre, y por lo tanto el pan que Yo daré es la carne mÃa para la vida del mundo". Empezaron entonces los judÃos a discutir entre ellos y a decir: "¿Cómo puede éste darnos la carne a comer?". DÃjoles, pues, Jesús: "En verdad, en verdad, os digo, si no coméis la carne del Hijo del Hombre y bebéis la sangre del mismo, no tenéis vida en vosotros. El que de Mà come la carne y de Mà bebe la sangre, tiene vida eterna y Yo le resucitaré en el último dÃa. Porque la carne mÃa verdaderamente es comida y la sangre mÃa verdaderamente es bebida. El que de Mà come la carne y de Mà bebe la sangre, en Mà permanece y Yo en él. De la misma manera que Yo, enviado por el Padre viviente, vivo por el Padre, asà el que me come, vivirá también por MÃ. Este es el pan bajado del cielo, no como aquel que comieron los padres, los cuales murieron. El que come este pan vivirá eternamente". Esto dijo en Cafarnaúm, hablando en la sinagoga. (Jn 6, 51-59 )"
...«El Señor Jesús, la noche en que fue entregado», (1 Co 11, 23), instituyó el Sacrificio eucarÃstico de su cuerpo y de su sangre. Las palabras del apóstol Pablo nos llevan a las circunstancias dramáticas en que nació la EucaristÃa. En ella está inscrito de forma indeleble el acontecimiento de la pasión y muerte del Señor. No sólo lo evoca sino que lo hace sacramentalmente presente. Es el sacrificio de la Cruz que se perpetúa por los siglos.
¿Recibimos este sacramento de manos de Cristo?
La Iglesia ha recibido la EucaristÃa de Cristo, su Señor, no sólo como un don entre otros muchos, aunque sea muy valioso, sino como el don por excelencia, porque es don de Sà mismo, de su Persona en su santa humanidad y, además, de su obra de salvación. Ãsta no queda relegada al pasado, pues todo lo que Cristo es y todo lo que hizo y padeció por los hombres participa de la eternidad divina y domina asà todos los tiempos.
¿Es un sacramento de amor?
Misterio grande, Misterio de misericordia. ¿Qué más podÃa hacer Jesús por nosotros? Verdaderamente, en la EucaristÃa nos muestra un amor que llega «hasta el extremo», (Jn 13, 1), un amor que no conoce medida.
¿Por qué es importante la EucaristÃa?
Con razón el Sacrificio eucarÃstico es «fuente y cima de toda la vida cristiana». «La sagrada EucaristÃa, en efecto, contiene todo el bien espiritual de la Iglesia, es decir, Cristo mismo, nuestra Pascua y Pan de Vida, que da la vida a los hombres por medio del EspÃritu Santo». Por tanto la mirada de la Iglesia se dirige continuamente a su Señor, presente en el Sacramento del altar, en el cual descubre la plena manifestación de su inmenso amor.
¿Qué relación tiene con la Iglesia?
Del misterio pascual nace la Iglesia. Precisamente por eso la EucaristÃa, que es el sacramento por excelencia del misterio pascual, está en el centro de la vida eclesial. Se puede observar esto ya desde las primeras imágenes de la Iglesia que nos ofrecen los Hechos de los Apóstoles: «AcudÃan asiduamente a la enseñanza de los apóstoles, a la fracción del pan y a las oraciones» (2, 42). La «fracción del pan» evoca la EucaristÃa. Después de más de dos mil años seguimos reproduciendo aquella imagen primigenia de la Iglesia "Hagan esto en mi memoria".
¿Cómo llega hasta nuestros dÃas?
El acontecimiento pascual y la EucaristÃa que lo actualiza a lo largo de los siglos tienen una «capacidad» verdaderamente enorme, en la que entra toda la historia como destinataria de la gracia de la redención. Este asombro ha de inundar siempre a la Iglesia, reunida en la celebración eucarÃstica.
La Misa es, a la vez e inseparablemente, el memorial sacrificial en que se perpetúa el sacrificio de la cruz, y el banquete sagrado de la comunión en el Cuerpo y la Sangre del Señor.
¿Está realmente Cristo presente en este sacramento?
Recordemos la doctrina siempre válida del Concilio de Trento: «Por la consagración del pan y del vino se realiza la conversión de toda la sustancia del pan en la sustancia del cuerpo de Cristo Señor nuestro, y de toda la sustancia del vino en la sustancia de su sangre. Esta conversión, propia y convenientemente, fue llamada transubstanciación por la Iglesia Católica».
Verdaderamente la EucaristÃa es un misterio que supera nuestro pensamiento y puede ser acogido sólo en la fe. «No veas —exhorta san Cirilo de Jerusalén— en el pan y en el vino meros y naturales elementos, porque el Señor ha dicho expresamente que son su cuerpo y su sangre: la fe te lo asegura, aunque los sentidos te sugieran otra cosa».
La eucaristÃa es un banquete. ¡Vengan y coman! ¡No se queden con hambre! Es un banquete en el que Dios Padre nos sirve el Cuerpo y la Sangre, el alma y la divinidad de su propio Hijo, hecho Pan celestial. Pan sencillo, pan tierno, pan sin levadura...Pero ya no es pan, sino el Cuerpo de Cristo. ¡Vengan y coman! Sólo se necesita el traje de gala de la gracia y amistad con Dios, si no, no podemos acercarnos a la comunión, pues “quien come el Cuerpo de Cristo indignamente, come su propia condenación”, nos dice San Pablo (1 Cor 11, 27).
La eucaristÃa es sacrificio, donde se renueva y se actualiza la Muerte de Cristo en la Cruz para restablecer la amistad del hombre con Dios, reparar la ofensa que el hombre hizo a Dios, y volver a unir cielo y tierra, y darnos asà la salvación y el rescate. ¡Muramos también nosotros con Ãl para después resucitar con Ãl!
La EucaristÃa es prenda de la gloria futura. Lo dice bien claro Jesús hoy en el Evangelio: “El que come de este pan vivirá eternamente”.
Por tanto, la eucaristÃa no es sólo fuerza y alimento para el camino, como experimentó ElÃas, que comió ese pan que le ofreció Dios, prefiguración de lo que serÃa más tarde la eucaristÃa, y ElÃas recobró fuerza, vigor, ánimo y aliento y siguió caminando cuarenta dÃas y cuarenta noches
La eucaristÃa no es sólo para el presente. Es también prenda de la gloria futura. ¿Qué significa esto: “El que come de este pan vivirá eternamente”?
Esto no quiere decir que el recibir la eucaristÃa nos ahorre la muerte corporal. Nosotros comulgamos con frecuencia, y a pesar de todo un dÃa moriremos.
Acá se trata de la muerte espiritual, de la muerte eterna, lejos de Dios, en el infierno.
Este pan de la eucaristÃa nos libra de esta muerte y nos da la vida inmortal. Todo alimento nutre según sus propiedades. El alimento de la tierra alimenta para el tiempo. El alimento celestial, Cristo eucaristÃa, alimenta para la vida eterna.
Hasta en el ultimo momento de tu vida, en el ultimo álito, puedes pedir el Viático. Puedes pedÃrselo a un Sacerdote, Diácono, Religioso/a o a algún Ministro Extraordinario de la EucaristÃa. Crées esto?
Velar para cuando llegue; estar preparado, implica haber hecho lo que nos pidió, hasta el último dÃa.
Que Dios te bendiga y te guarde.-
2006-11-10 02:49:53
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answer #3
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answered by Anonymous
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