English Deutsch Français Italiano Español Português 繁體中文 Bahasa Indonesia Tiếng Việt ภาษาไทย
Todas las categorías

¿Por qué?
¿De qué va?

2006-11-08 07:38:23 · 25 respuestas · pregunta de QWS 4 en Educación Pedagogía

También yo escuchaba esas cintas a las que se refiere "Noelia23", y precisamente mi cuento preferido era, como para "defabula", El gallo Kiriko. ¡Me lo sabía de memoria y se lo contaba a todo el mundo!

2006-11-09 07:10:50 · update #1

25 respuestas

"El sastrecillo valiente": habia una vez un reino muy lejano, en el cual todos los habitantes estaban atemorizados de unos malvados gigantes que los cazaba y se los comía.
En ese reino había un sastre muy campechano y trabajador. Un día estaba cosiendo como siempre, pero no podía relajarse porque a su alrededor había muchas moscas importunandole. En una de esas, el sastrecillo se levantó sigilosamente, cogió un matamoscas que estaba colgado de la pared y zas! mató a siete de una vez. Todo orgulloso empezó a contar su hazana a todo el mundo que veía:"he matado siete de una vez!".
Empezó a correr el rumor de que el sastrecillo era un héroe, que había matado a siete gigantes de un plumazo. Los rumores llegaron a oídos del rey, el cual, inmediatamente, mandó llamar al sastrecillo a su presencia.
Allá fue el sastrecillo. El rey le dijo lo que se esperaba de él, que acabara con los gigantes, y el sastre se quedó asombrado y se sintió desesperado pues, como sería capaz un pequeno sastre como él, de acabar con unos enormes y malvado gigantes? Mientras meditaba ésto, subió por una colina, y en lo alto, a la sombra de unos árboles, vio a dos gigantes durmiendo a pierna suelta. Sigilosamente subió a la copa del árbol y se ocultó bien y desde su escondite lanzó una piedra a la nariz de uno de los gigantes. Éste se despertó sobresaltado y, enfurecido atacó a su companero pensando que había sido él quien le había lanzado la piedra. Al rato se calmaron y se volvieron a dormir. El sastrecillo lanzó otra piedra, aunque esta vez al otro gigante y otra vez se empezaron a pelear, pero en esta ocasión fue una pelea tan violenta que los dos cayeron sin sentido al suelo.
El sastrecillo, bajó raudo del árbol, amarró a los gigantes con unas fuertes cuerdas y rápidamente fue a dar el aviso al rey y los soldados.
El reino estaba salvado!! El rey, agradecido y con gran alegría, concedio la mano de su hermosa hija al sastrecillo, quien siempre destacó por su valentía y amabilidad.
---------------------------------------------------------------------------
Bueno, así es como yo recuerdo la historia. Otro de mis favoritos era "El traje nuevo del emperador", el cual expresa muy bien las conscuencias de una desmedida vanidad, pero este lo contaré otro día, amiguitos y amiguitas. Je je

2006-11-08 08:13:13 · answer #1 · answered by 𝒶𝓂𝒶𝓎𝓊𝓀𝒾 7 · 3 0

Ui va! Mi viejo me contaba uno de una tortuga, pero no lo recuerdo, ni siquiera de como empezaba,... el cuento que mas me ha gustado ha sido este y me lo contaron hace muy poco,... siempre Peter ;)

Ahi va,...

Aquella mañana de Sábado Carlos se levantó temprano, su padre le había prometido ir a comprarle una cometa y estaba emocionado, llevaba tiempo soñando con ir al parque Juan Carlos I a volarla como hacían los mayores.
Eran las 7 y normalmente no había nadie levantado a esas horas, pero aquel día no era así, escuchó murmullos que venían de la cocina y se acercó a ver quien se le podía haber adelantado.
Papá y mamá estaban en la cocina, agachados alrededor de la mesa, y parecía que contemplaban algo.
· ¿ Qué pasa mamá...? - preguntó Carlos inocentemente.
· Nada cariño, vuelve a la cama - intentó disuadirle su madre.
· ¿ Qué estáis mirando....? - insistió el pequeño ya con tono de preocupación al observar que su perro estaba allí tapadito con una manta.
· Se trata de Trosky hijo, hace un rato le hemos oído quejarse y nos hemos levantado para ver que le pasaba.

· ¡ Seguro que quiere ir a la calle a hacer pis o algo parecido! - dijo Carlos convencido de que su amigo intentaba adelantar la hora del paseo matutino.
· Papá lo ha intentado - dijo su madre pesarosa - pero no ha querido salir.
· ¿ Entonces qué le pasa mamá? - continuó Carlos con lágrimas en los ojos.
· No lo sabemos cariño, parece estar enfermo, papá le va a llevar al veterinario - respondió tranquilamente intentado no asustar a Carlos.


· ¡ Quiero ir con ellos! - insistió el niño.
· - Es mejor que no vayas - intervino por fin su padre, que parecía estar muy afectado por la situación - yo iré en un momentito para que le den alguna medicina.
- No puedo dejarle solo, soy su mejor amigo y quiero estar con él.
· Deberías hacer caso a papá, nosotros nos iremos a comprar la cometa, y cuando volvamos ya estarán aquí los dos y el susto habrá pasado.
Carlos insistió, pero sus padres lograron convencerle de que papá debía ir solo al veterinario.
Trosky se encontraba muy mal, respiraba con dificultad y parecía haber perdido las fuerzas, ni siquiera era capaz de levantarse; papá lo envolvió en la manta, lo cogió en brazos y se lo llevó.
El pequeño le dio un beso y le despidió diciendo:
· ¡ Hasta luego viejo amigo!, tomate todo lo que te digan que mañana tenemos que ir al parque juntos y volar mi cometa.
Trosky era un cocker dorado precioso, con sus largas orejas y su cara de bonachón, llevaba en la familia 13 años y había sido la alegría de todos, además del mejor amigo y compañero desde que nació Carlos hacía 6 años.
El niño se quedó llorando, a pesar de los ánimos que le intentaba infundir su madre el casi presentía que algo no iba a salir bien.
Papá se marchó a las 7:30 y se escuchó el ruido de las llaves en la puerta cuando aún no eran las 9; había tardado muy poco.

Carlos salió corriendo hacia la puerta, y cuando vio que su padre no traía a Trosky, se quedó parado en seco y preguntó:
· ¿ Se ha quedado en el hospital de los perros papá....?
· No cariño - contestó su padre no pudiendo reprimir las lágrimas - el corazón de Trosky dejó de latir al llegar al veterinario.


· ¿ Se ha muerto......? - preguntó de nuevo el niño con cara de sorpresa y dolor a la vez.
· Lo siento cariño, pero era su hora de marcharse, ya era muy viejo.
· ¡ Eso no es verdad! - protestó Carlos enfadado y con los ajos anegados en lágrimas - solo tenía 6 años como yo.
· No cariño - intentó consolarle su madre - Trosky llevaba ya muchos años con nosotros cuando tu naciste.
· ¡ Me da igual ¡ - balbuceó el pequeño sin alcanzar a comprender.
Carlos dio media vuelta y se marchó corriendo y llorando a su habitación; cogió una foto de su amigo y se tumbó en la cama.
· ¿ Cómo has podido marcharte así Trosky, eres mi mejor amigo y te quiero mucho.....? - decía el niño como si la foto fuera el fiel reflejo de su viejo compañero al que había tenido a su lado hasta la noche anterior.
Su madre pensó que era mejor dejarle un rato solo, y al cabo de media hora se acercó a verle con un vaso de leche con cacao en la mano y le dijo:
· ¡ Hola cariño!, ¿ cómo estás?.
· ¡ Me siento muy mal mamá! Es como si me doliera aquí, en el pecho, y no puedo dejar de llorar, no sé donde está Trosky y le echo de menos.
· Lo comprendo hijo, a mí también me duele como a ti, y te diré que eso es el corazón; querías tanto a tu perro que ahora que no está es como si te hubieran arrancado un pedacito, pero no debes preocuparte, lo que nos ocurre es normal, se llama cariño.
· ¿ Y a dónde se ha marchado mamá?, si no está con nosotros - preguntó Carlos desesperadamente intentando buscar una respuesta que le hiciera al menos sentirse mejor.

· En el cielo cariño - respondió su madre cariñosamente -.
· ¿ Los perros también van al cielo? - preguntó de nuevo un tanto extrañado.
· ¡ Claro hijo! Igual que iba al parque y comía y dormía en tu cuarto; el está ahora allí corriendo y saltando.


· ¡ Eso espero! - terminó diciendo el niño tristemente .
Carlos pasó el fin de semana pensando en su amigo, no tenía ganas de jugar, ni de comer, aunque decidió que debía hacerlo para no ponerse enfermo, y por supuesto no tuvo ninguna gana de ir a comprar la cometa con la que tan ilusionado estaba.
Sus padres intentaban consolarle, pero no podían hacer nada, tan solo esperar a que con el tiempo Trosky se convirtiera en un recuerdo, incluso pensaron en comprar otro cachorro que hiciera al niño volver a sonreír al tener un nuevo amigo, pero decidieron que ningún otro perrito sería capaz de reemplazar a su amigo.
El siguiente sábado por la mañana, Carlos seguía triste, aunque poco a poco se iba acostumbrando a la ausencia de su perro, y salieron de comprar a un gran almacén.

Casualmente pasaron por el departamento de cometas y su padre le animó a que eligiera la que mas le gustaba.
Carlos no tenía muchas ganas, pero al final accedió y eligió una de color azul brillante que simulaba una mariposa de grandes alas con unos ojos que parecían hablar.
Esa misma tarde salieron a probarla al parque, sin Trosky claro, pero el niño parecía estar algo mas animado.


Tras seguir las instrucciones de montaje con sumo cuidado, la cometa estaba lista para echar a volar, y así lo hicieron, primero papá la probó y después fue Carlos quien tomó el mando.
· ¡ Vamos hijo! - decía animosamente su papá - suéltala y déjala volar.
· ¡ Mira como sube ! - decía Carlos sonriendo por fin.
Sus padres se miraron con satisfacción, tan solo era una cometa, pero al menos veían sonreír a su hijo después de una semana.
La brisa llevaba la cometa de un lado para otro en lo alto del cielo azul; hacía una tarde espléndida que invitaba a disfrutar de la naturaleza, y así lo hicieron, Carlos se puso una gorra para protegerse del sol y sus padres se sentaron debajo de un olmo a tomar un refresco.
Viendo como volaba la cometa, Carlos se sentó en la hierba a contemplarla, miraba al cielo, del que le había hablado su madre el sábado anterior y empezó a recordar a su viejo amigo; seguramente le estaría viendo jugar desde lo mas alto.

De repente, llevado por la cegadora luz del sol, creyó ver algo en el cielo, un pájaro o un avión que volaba muy alto, Carlos se bajó un poco la visera de la gorra para poder verlo mejor, y divisó algo que no le pareció ser real, alguien le saludaba desde lo lejos y le llamaba por su nombre.
· ¡ Hola Carlos! , ¿ cómo estás?.
· ¡ Hola! - saludo el niño tímidamente - ¿ quién eres?
· No te asustes, soy un angel.
· ¿ Un angel del cielo..... un angel de verdad?
· ¡ Pues claro! - afirmó - ¿ sorprendido....?

· Creí que solo se podían ver cuando te mueres y vas al cielo.
· Normalmente es así - contestó el ángel - pero a veces, la fuerza del corazón nos hace llegar hasta las personas que están pasando un mal rato.
· ¿ Cómo sabes tu que yo estoy triste?
· Porque un amigo tuyo me lo ha dicho
· ¿ Un amigo mío...? - dijo Carlos muy asombrado.
· Sí, tu perro Trosky.


· ¿ Está el aquí contigo..... estoy yo en el cielo?
· Tu no estás en el cielo pequeño, tan solo estás sentado en la hierba de un parque y sin darte cuenta has dejado volar tu imaginación.
· Pero si tu vives en el cielo.......!
· Los ángeles podemos llegar hasta la imaginación de las personas bondadosas y tu eres una de ellas; ahora deja de hacer preguntas y acompáñame.
· ¿ Al cielo...?
· No Carlos, no te preocupes, dentro de un rato te irás a tu casa con tus padres y tan solo recordarás que algo maravilloso ha pasado por tu cabeza. Ahora cierra fuerte los ojos.
Carlos estaba tan sorprendido que no se atrevió a preguntar mas e hizo lo que el ángel le decía, cerró los ojos con fuerza y sintió que la brisa se convertía en un viento débil que rozaba su cara y su cuerpo suavemente.

· ¡ Ya puedes abrir los ojos! - escuchó decir al ángel.
Carlos no lo podía creer, no sabía como, y tampoco estaba interesado en descubrirlo, pero cuando miró, se encontró en un maravilloso jardín lleno de árboles y praderas de hierba inmensas con fuentes y pequeños lagos, bancos de madera de tonos pasteles y caminos de guijarros de colores marrones claros, era como los cuadros que había visto en el museo cuando fue de excursión con el colegio, había pajarillos revoloteando por todas partes, mariposas de mil colores, ardilla trepando en los árboles, topos que asomaban en la hierba, pequeñas cascadas que relucían con el reflejo del arco iris, y paseando por todo el jardín, vio varios gatos, perros, conejos, hámster, ponys, patos y por supuesto ángeles.
· ¡ Esto es maravilloso! - exclamó Carlos.
· ¡ Hola ! - saludó una voz a su espalda.
El niño se dio la vuelta y encontró a quien buscaba.
· ¡ Trosky, Trosky! - decía entre lágrimas - ¡ te echaba mucho de menos!
· Yo también a ti Carlos, y le pedí a mi amigo Federico que me diera la oportunidad de despedirme de ti.
· ¿ Puedes hablar.... es increíble !
· Aquí las cosas son muy diferentes, todo es alegría, bondad y no existen las penas, cuando llegas estás un poco triste, recuerda que yo también me quedé solo, pero todos estos amigos me han hecho que me sienta muy feliz.
· ¡ Entonces no puedes volver conmigo ! - afirmó el niño adivinando que tan solo estaba de visita.
· ¡ No!, tan solo quería verte para decirte que fui muy feliz a tu lado y que te doy las gracias por cuidarme y quererme cada día, pero cada uno tiene su tiempo de nacer, crecer, y después llegar hasta aquí.
· ¿ Yo también vendré aquí algún día?
· Probablemente, pero para eso falta mucho tiempo, algún día nos encontraremos y no volveremos a separarnos jamás, pero ahora quiero que entiendas que tu sitio está en el mundo real, con tus padres, tus amigos, tu familia y que tienes muchas cosas por hacer y mucha gente a la que hacer feliz.
· Ya lo sé Trosky, pero me dio tanta pena que te marcharas que....
· Lo sé, pero piensa que ahí abajo, tienes una larga vida por delante y que no debes estar triste porque con ello solo consigues preocupar a los demás; piensa que yo aquí soy muy feliz y que aunque te recordaré siempre, quiero que tu también seas feliz. Guardame con cariño en tu recuerdo y en tu corazón, con todo el cariño que me diste cuando estábamos juntos, ese es el mejor regalo que me puedes dar, y prométeme que serás capaz de ofrecer ese mismo cariño a quien te lo pida o lo pueda necesitar.
· Te lo prometo Trosky - contestó el niño

· ¡ Ahora juguemos con tu cometa ! - insistió el perro.
Federico el ángel, Trosky y Carlos, corrieron por las praderas sujetando fuerte el hilo y haciendo volar la cometa elegantemente, los tres reían y se divertían.
Pasaron un rato jugando, hasta que al saltar un pequeño arroyo, a Carlos se le soltó el hilo de la cometa y corrió solo a rescatarla.


· ¡ Esperad ahí ! - ordenó el niño - ahora mismo la traigo de nuevo.
Pero cuando se volvió a sonreír a sus amigos, tan solo pudo ver a Trosky que le decía adiós con una de sus patas, alejándose poco a poco, y desapareciendo el maravilloso jardín que había acogido su encuentro.
Carlos comprendió entonces que el sueño, la imaginación o lo que hubiera sido aquello, había terminado, no volvería a ver a su amigo, pero estaba contento por todas las cosas que le había dicho.
Volvía a estar en el parque, sus padres continuaban debajo del árbol, se le había caído la gorra y la cometa también se le había escapado, como cuando estaba con sus amigos.
Corrió a rescatarla, tuvo que bajar una pequeña pendiente que iba a parar a un arroyuelo muy pequeño detrás de unos setos, la cometa había finalizado su caída allí; estaba mojada y sucia y Carlos se enfadó, el primer día y ya parecía un jersey recién salido de la lavadora. ¡ Menudo plan !, no le había durado ni dos horas.
Bueno, ya le comprarían otra, ahora quería volver junto a sus padres y decirles que ya no estaba tan triste y que le gustaría que para su cumpleaños le regalaran otro perrito; pero cuando se iba a marchar escuchó un pequeño ruidito tras el.
· ¿ Hay alguien ahí? - preguntó expectante, se había alejado mucho y sintió un poco de miedo.
· Ummmmm! Ummmmm! - se escuchó un leve gemido.
Carlos estaba dispuesto a echar a correr, pero antes de que se pusiera en marcha, un pequeño cachorrito de color marrón y rabito enroscado, apareció de detrás de un gran seto.
· ¡ Chiquitín...ven - dijo Carlos al pequeño animalito que se le acercaba temeroso - no te haré daño.
El perrito se acercó despacio, estaba algo sucio y parecía tener hambre y frío, Carlos lo abrazó y le dio calor y besos por todas partes.
· ¿ Te has perdido ?, ¿ está tu dueño por aquí ?.... - preguntaba el niño con lágrimas en los ojos.
Al ver que Carlos no estaba volando su cometa, sus padres se acercaron a buscarle y le encontraron abrazado al pequeño cachorrito.
También un guarda del parque se acercó al pensar que el niño se había caído y estaba herido y necesitaba ayuda.
· ¿ Cariño estás bien ? - preguntó su madre.
· Sí mami - contestó Carlos emocionado - y mira lo que me he encontrado.
· ¡ OH Dios mío ! pero si es un cachorrito - gritó emocionada su madre - ¿ de quién es....? - quiso saber.
No creo que sea de nadie,- interrumpió el guarda -, hace un par de días que vaga por aquí, seguramente algún desaprensivo lo habrá abandonado, había pensado llamar al ayuntamiento para que vinieran a recogerlo.
· No hará falta - dijo el padre de Carlos - ya tiene un lugar a donde ir, nos lo llevamos a casa con nosotros.
· ¿ De verdad papá... de verdad mamá....? - lloraba, reía y saltaba Carlos al oírlo.
· Claro que de verdad hijo, tan solo tienes que pensar en un nombre para ponerle, porque tendrás que enseñarle muchas cosas.
· ¡ Trosky papá, se llamará Trosky ! - afirmó Carlos con pleno convencimiento.
· Muy bien, dijo su madre, y ahora vamos a casa, que a este pequeñajo le hace falta un buen baño, una buena comida y mucho cariño.
· Gracias papá, gracias mamá - decía Carlos que aún lloraba de emoción - no os parece como si esto fuera un regalo del cielo.

Salu2!

Jvvl

2006-11-09 00:11:03 · answer #2 · answered by JVVL 6 · 4 0

Mi cuento preferido era el del marmoto y la madrugadora. En una lejana ciudad sureña, vivía un marmoto cuya diversión preferida era la contemplación de las musarañas del techo. Era un marmoto flojísimo que salía alguna noche de luna llena a celebrar las pequeñas alegrías de la vida y a regarlas abundantemente con ¿cerveza?
Al mismo tiempo, pero mucho más al norte vivía una madrugadora que cometía cada mañana el craso error de encender la pantalla de su ordenador para realizar con tristeza que apenas tendría unos minutillos para incordiar al marmoto dándole un par de vitaminas e inventando un cortísimo cuento ,que a esta horas la neurona no da para mucho más y la madrugadora es que ni se ha peinado todavía...


Y a la hora del pincho la "pobre","buena" y "dulce"madrugadora recibiò un terrible mensaje del marmoto jajajajaja, esto no es un cuento infantil, es un serial...

2006-11-08 17:36:19 · answer #3 · answered by Yo también me he ido 4 · 4 0

Erase una vez un mundo donde los cuentos que nos contaban de niños eran una realidad muy diferente.
Los bosques encantados estaban habitados por seres de una extraña luz que se hacían creer encantadores, pero que lejos de éso, no dejaban de tener la pérfida maldad de las sirenas que, varadas en montañas de coral, cantaban a los marineros, sonriendo por llevarlos a una muerte segura tras abandonarse a su suerte en medio de esos cantos.
Los seres encantadores se movían seguros, con pies terrenales, por el bosque encantado, buscando incautos que creyeran en su magia, que creyeran que con un toque de varita, iban a convertir la vida de alguien en algo que se pareciera un poco menos al infierno de cada día. Pero, lejos de éso, mantenían las condiciones de sus iguales: no había más de tres deseos, no había más magia pasadas las doce de la noche, no había despertar de la muerte a menos que apareciese un hipotético príncipe azul... Los seres encantadores eran demonios faústicos que poseían a los inocentes, les arrebataban sus almas, hasta que éstos admitían que eran únicos, que eran especiales y, pudiera ser, hasta necesarios.
Pero, como siempre ocurre, en las entrañas de este bosque encantado existían brujas, de mala fama, pero mejores intenciones que estos seres encantadores. Brujas que, desde el interior de su cueva, observaban cómo eran embaucados, y sonreían ante semejante falta de dominio. Brujas que trataban de encontrar hechizos que alejaran la extraña luz de esos seres encantadores de todos los inocentes que encontraban en su camino.
Moraleja: Que no te compren por menos de nada
Que no te vendan amor sin espinas
Que no te duerman con cuentos de hadas
Que no te cierren el bar de la esquina.

Y, colorín colorado, este cuento se ha acabado...

2006-11-09 11:03:50 · answer #4 · answered by MicheGaia 6 · 2 0

El Gallo Kiriko.

2006-11-09 03:41:01 · answer #5 · answered by defabula 1 · 2 0

La verdad es que no tengo ni idea de porqué, quizás porque me resultaba muy entretenido, pero me encantaba uno que se llamaba la casita del bosque o algo así. Era de una familia humilde que tenía tres hijas y enviaban a cada una a llevar la comida a su padre que trabajaba en el bosque y todas se perdían y acababan en la misma cabaña donde vivía un viejo con sus animales. Éste las pedía una a una que le prepararan la comida y la de sus animales, y todas preparaban la del viejo y la suya, dejando los animales hambrientos, excepto la más pequeña que sí atendía a los animales antes de sentarse a comer, y el viejo que era en realidad un príncipe encantado (los animales eran sus sirvientes creo) la elegía como esposa.
El cuento parecía un poco machista y además mayores las encerraban en el sótano por portarse mal con los animales, lo que me parece un poco burro, pero creo que intentaba enseñar a cuidar bien a los animales, pero ya te digo que no sé muy bien porqué me gustaba tanto. También tenía una canción muy graciosa, que cantaban los animales, cuando el viejo les preguntaba si la chica se portaría bien. Era algo como: Muuu, yo digo sólo muuu / Enseguida lo veremos/ Quiquiquiquiqui quién sabrá? Cococo cómo se portará...?
Jaja, bueno ya me callo. Ten en cuenta lo que me a costado escribir todo:'(
Ah! También me gustaba el soldadito de plomo mucho... Cuando sacaban el corazoncito de oro de las cenizas me daban ganas de llorar siempre... No me preguntes porqué...

2006-11-09 00:50:14 · answer #6 · answered by Anonymous · 2 0

Siii, mi abuelito que en paz descanse me contaba el cuento de la hormiguita.

Era una hormiguita que se encontro un pesito y con ese pesito se fue a comprar un lapiz labial, se puso el lapiz labial y se sento a un lado de su ventana, los animalitos del bosque se acercaban a preguntarle si se querian casar con ella por ejemplo el leon le decía hormiguita hormiguita te quieres casar conmigo? y la hormiguita contestaba si si pero dime como me llamaras, entonces el Leon gruñia aaaaaaaaaauggggggg y la hormiguita decia, no no por que me asustas y asi hasta que creo que es el raton el que logra conjuistarla lo malo es que no tenia final feliz, por que un día ya casados el raton al moverle a la olla de frijoles se caia y se ahogaba y asi terminaba el cuento, es en serio asi me lo contaba mi abuelito.

Por qué me gusta? pues precisamente por que mi abuelito me lo contaba es uno de los mejores recuerdos que tengo de el.

2006-11-08 07:53:17 · answer #7 · answered by Mortixxxia 6 · 2 0

a mi me encantaba que me leyeran cuentos, era una sensacion maravillosa la de escuchar la voz de tus padres narrar aquellas historias; hubo una época en la que mis padres no pudieron hacerlo y la solucion fue comprarme unas cintas para escuchar diferentes cuentos. Aun las conservo hoy en dia!! hay una en concreto que me fascina! trae tres historias, el barbero de bagdag, el asno y narizotas; la voz del narrador te introduce en la historia, te invita a soñar...las recuerdo con mucho cariño pq marcan una etapa de mi vida

2006-11-08 07:50:42 · answer #8 · answered by noelia23 3 · 2 0

Hace mucho, muchísimo tiempo, en la próspera ciudad de Hamelín, sucedió algo muy extraño: una mañana, cuando sus gordos y satisfechos habitantes salieron de sus casas, encontraron las calles invadidas por miles de ratones que merodeaban por todas partes, devorando, insaciables, el grano de sus repletos graneros y la comida de sus bien provistas despensas.

Nadie acertaba a comprender la causa de tal invasión, y lo que era aún peor, nadie sabía qué hacer para acabar con tan inquitante plaga.

Por más que pretendían exterminarlos o, al menos, ahuyentarlos, tal parecía que cada vez acudían más y más ratones a la ciudad. Tal era la cantidad de ratones que, día tras día, se enseñoreaba de las calles y de las casas, que hasta los mismos gatos huían asustados.



Ante la gravedad de la situación, los prohombres de la ciudad, que veían peligrar sus riquezas por la voracidad de los ratones, convocaron al Consejo y dijeron: "Daremos cien monedas de oro a quien nos libre de los ratones".

Al poco se presentó ante ellos un flautista taciturno, alto y desgarbado, a quien nadie había visto antes, y les dijo: "La recompensa será mía. Esta noche no quedará ni un sólo ratón en Hamelín".

Dicho esto, comenzó a pasear por las calles y, mientras paseaba, tocaba con su flauta una maravillosa melodía que encantaba a los ratones, quienes saliendo de sus escondrijos seguían embelesados los pasos del flautista que tocaba incansable su flauta.



Y así, caminando y tocando, los llevó a un lugar muy lejano, tanto que desde allí ni siquiera se veían las murallas de la ciudad.

Por aquel lugar pasaba un caudaloso río donde, al intentar cruzarlo para seguir al flautista, todos los ratones perecieron ahogados.



Los hamelineses, al verse al fin libres de las voraces tropas de ratones, respiraron aliviados. Ya tranquilos y satisfechos, volvieron a sus prósperos negocios, y tan contentos estaban que organizaron una gran fiesta para celebrar el feliz desenlace, comiendo excelentes viandas y bailando hasta muy entrada la noche.

A la mañana siguiente, el flautista se presentó ante el Consejo y reclamó a los prohombres de la ciudad las cien monedas de oro prometidas como recompensa. Pero éstos, liberados ya de su problema y cegados por su avaricia, le contestaron: "¡Vete de nuestra ciudad!, ¿o acaso crees que te pagaremos tanto oro por tan poca cosa como tocar la flauta?".

Y dicho esto, los orondos prohombres del Consejo de Hamelín le volvieron la espalda profiriendo grandes carcajadas.

Furioso por la avaricia y la ingratitud de los hamelineses, el flautista, al igual que hiciera el día anterior, tocó una dulcísima melodía una y otra vez, insistentemente.

Pero esta vez no eran los ratones quienes le seguían, sino los niños de la ciudad quienes, arrebatados por aquel sonido maravilloso, iban tras los pasos del extraño músico.

Cogidos de la mano y sonrientes, formaban una gran hilera, sorda a los ruegos y gritos de sus padres que en vano, entre sollozos de desesperación, intentaban impedir que siguieran al flautista.



Nada lograron y el flautista se los llevó lejos, muy lejos, tan lejos que nadie supo adónde, y los niños, al igual que losratones, nunca jamás volvieron.

En la ciudad sólo quedaron sus opulentos habitantes y sus bien repletos graneros y bien provistas despensas, protegidas por sus sólidas murallas y un inmenso manto de silencio y tristeza.

Y esto fue lo que sucedió hace muchos, muchos años, en esta desierta y vacía ciudad de Hamelín, donde, por más que busquéis, nunca encontraréis ni un ratón ni un niño.

FIN

2006-11-08 07:47:07 · answer #9 · answered by toquio20042000 5 · 2 0

Sin dudas pinocho. me emocionaba mucho de chica
dejaba una enseñanza y era muy tierno.

2006-11-08 07:42:12 · answer #10 · answered by Delfina A 2 · 1 0

fedest.com, questions and answers