La Secretaría: un lugar simbólico. El 30 de julio, en un establecimiento frigorífico de Parque de los Patricios Evita diría: "Mi misión es transmitir al Coronel las inquietudes que tiene el pueblo Argentino". Eva se concebía a si misma como “el puente” que acercaba a Perón con su gente. Sería más que eso... Con el correr de los años su actividad se tornará cada vez más intensa y sus jornadas interminables.
Comenzaba atendiendo en la Residencia, por la mañana, los casos más urgentes, se trasladaba luego a la Secretaría, donde recibía a los humildes y a los gremios. Si las entrevistas eran interrumpidas para cumplir con la asistencia a alguna recepción, homenaje, visita o acto protocolar, la gente quedaba esperando su regreso. Invariablemente lo hacía y no partía hasta que todos hubieran sido atendidos. La jornada se dividía en dos: la mañana y la tarde serían una manera de decir, con un ligero almuerzo a las dos, tres y hasta las seis de la tarde.
Los miércoles, día de visita de los gremios a Perón, Eva los conducía a su presencia. Rara vez participaba de las reuniones. Permanecía atendiendo sus asuntos en un despacho cercano.
Era habitual que Evita llegara imprevistamente a controlar las obras que se ejecutaban y los jueves solía visitar los establecimientos fundados en el gran Buenos Aires.
Si en 1947 se la ve retirarse de la Secretaría a las 22 hs, a medida que corren los años se extiende la jornada. El diario “Democracia” relata así la de viernes 19 de mayo de 1950: “Comienza a la mañana muy temprano en su despacho de Trabajo y Previsión y se prolonga en su primera parte hasta las 16. A las 17 está de vuelta y prosigue su inacabable tarea hasta la madrugada, sin más que unos paréntesis. Uno es hacia las 20.30 hs., paa asistir, junto al General Perón, en el recinto de sesiones del Ministerio, al acto de la firma del convenio de trabajo que beneficia al gremio de la industria de la alimentación. Otro es hacia las 23, para hacerse presente en el homenaje que los ferroviarios rinden a uno de sus dirigentes designado para integrar el nuevo directorio de los ferrocarriles nacionales. De allí se traslada al Parque Retiro, donde hace acto de presencia, fervorosamente aclamada por los trabajadores, en el banquete que reúne a los obreros de la industria de aguas gaseosas. De vuelta en Trabajo y Previsión, todavía preside en el salón de Sesiones un acto de los trabajadores de la industria aceitera”.
Cuando ya enferma, se le aconsejaba aminorar su ritmo de trabajo, la respuesta era invariable “No tengo tiempo, tengo mucho que hacer”.
El mismo ritmo y la misma exigencia eran impuestos a sus colaboradores. Implacablemente. Hasta los primeros meses de 1947 Evita se encuentra haciendo sus primeras armas: implementa un plan de turismo infantil, partiendo el primer contingente de hijos de obreros el 6 de enero de 1947 hacia las sierras de Córdoba; gestiona y entrega subsidios para coadyuvar en la construcción de policlínicos destinados a obreros curtidores, textiles y del vidrio, distribuye subsidios otorgados por su mediación por las autoridades estatales a más de 500 familias sin recursos; distribuye ropa, víveres y enseres entre familias necesitadas.
El 20 de enero de 1947 recibe a una delegación de Villa Soldati que le hace saber las condiciones insalubres en que vivían. El mismo día visita el barrio, situado cerca del Bañado de Flores. Se ocupa personalmente del emprendimiento del plan de saneamiento, asistencia social y construcción de viviendas higiénicas.
El 25, las primeras familias pasan a ocupar modernos chalets acabados de construir en Avellaneda, y el resto lo hace provisoriamente en casa de emergencia. El 12 de febrero se instalan en Belgrano al 400, en edificios de la Municipalidad habilitados a tal fin.(15)
Desde un comienzo ha encarado la ayuda social directa”: un trabajo, una medicina, una vivienda. Esta instancia continuara a lo largo de sus años de acción.
Simultáneamente, empieza a viajar al interior. El 26 de octubre de 1946 parte para Córdoba, donde se inaugurarán dos policlínicos para ferroviarios construidos por la Dirección General de Asistencia y Previsión Social, una dependencia del Ministerio de Trabajo. El 30 de noviembre viaja a Tucumán. El recibimiento desborda las protecciones y se producen algunas víctimas.
El 21 de agosto de 1946 el Senado ha aprobado el proyecto de ley que otorga el voto a la mujer. El 11 de septiembre concurre a la Cámara de Diputados en donde se reúne con autoridades del bloque peronista; su objetivo: el voto femenino. Volverá a la Cámara en días subsiguientes para entrevistar a Legisladores del partido. Ha comenzado esta campaña.
En el mes de junio de 1947, invitada oficialmente por el Gobierno Español, emprende una gira llevara a España, Italia, Portugal, Francia, Suiza, Mónaco, Brasil, Uruguay.
Aclamada en España, recibió la más alta condecoración: la gran cruz de Isabel la Católica. A su paso por Italia fue recibida por el Papa Pío XII. Quien le obsequiaría el rosario de oro que llevara entre sus manos a la hora de la muerte. En este país, no todos fueron agasajados: el partido comunista demostró su repudio ante la visita al grito de ¡Abajo el fascismo! La protesta se repitirá en otras instancias del periplo, aunque con menor intensidad.
En Francia alterno visitas y descanso. Con profunda emoción recorrió Notre Dame, acompañada por Nuncio apostólico Monseñor Roncalli, futuro Papa Juan XXIII. Las puertas del Palacio de Versalles, cerrado desde la guerra, se abrieron para ellos. Tampoco en París estuvieron ausentes las visitas a los centros de asistencia social, en compañía de la Sra.de Bidault. Hallandose en la costa Azul, una explosión asoló el puerto de Brest. Eva realizó una importante donación para los damnificados.
Allí donde fuera, el programa de visitas y recepciones se vio jalonado por las recorridas de los barrios obreros y obras sociales. A la vez que dejaba donativos buscaba “la lección europea”en materia de acción social. A tres años de aquel viaje dirá: “Salvo algunas exepciones en aquellas visitas de aprendizaje conocí todo lo que no debía ser en nuestra tierra una obra de ayuda social. Los pueblos y gobiernos que visité me perdonarán esta franquezamía tan clara pero tan honrrada. Por otra parte ellos – pueblo y gobierno – no tienen la culpa. El siglo que presedió a Perón en la Argentina es el mismo siglo que los precedió a ellos”.(16)
De regreso de Europa, Eva retoma sus actividades a pleno. Antes de la partida había comenzado a bregar por la obtención del sufragió para las mujeres. La lucha venía ya de muchos años atrás y se encuadraba dentro del movimiento mundial por la emancipación de la mujer. Argentina no fue pionera. Desde que Nueva Zelanda lo otorgara en 1893, hasta que en 1947 se sancionara la ley 13010, muchos países habían dado ya el paso.
Antes de partir de Madrid, el 15 de junio de 1947, Eva dirige un mensaje a la mujer española en el que expresa: “Este siglo no pasará a la historia con el nombre de “Siglo de la Desintegración Atómica”sino con otro nombre mucho más significativo: Siglo del Feminismo Victorioso”.(17) El presagio no se ha cumplido, todavía queda mucho camino por andar, pero en él, el voto ha sido, sin duda, un hito trascendente.
En Argentina, los derechos de la mujer fueron reivindicados desde los primeros años del siglo XX. Los nombres de Cecilia Grierson, Alicia Moreau de Justo, Elvira Dellepiane, Julieta Lantieri, Carmela Horne, Victoria Ocampo, se hallan justa e indisolublemente ligados a esta causa.
Las agrupaciones feministas de entonces estaban mayoritariamente conformadas por mujeres de clase media y alta, por universitarias que habían librado en sus propios hogares la lucha que implicaba salirse del rol que la sociedad les adjudicaba: esposas y madres.
Los proyectos que las sufragistas presentaron al Congreso, en términos más amplios algunos, más restrictivos otros, y que encontraban figuras propulsoras como Alfredo Palacios, fueron sistemáticamente enterrados. El último data de 1938, firmado por Victoria Ocampo y Susana Largía.
La metodología utilazada se limitaba a estas presentaciones, simulacros de voto, reparto de volantes concintizadores. Un activismo sumamente moderado, si lo comparamos, por ejemplo, con el de las sufragistas inglesas.
Faltó la proyección de sus organizaciones fuera de sus propios límites, faltó un discurso dirigido al conjunto de las mujeres Argentinas, cuyo perfil era muy distinto del de aquellas que peticionaban en su nombre.
Desde la secretaria de Trabajo y Previsión, el Coronel Perón encara una política dirigida a las mujeres. En ese ámbito crea la División de Trabajo y Asistencia a la mujer. La cuestión del sufragio femenino es reflotada. El 26 de julio de 1945, en un acto celebrado en el Congreso, Perón explicita su apoyo a la iniciativa. Se forma entonces la comición Pro Sufragio Femenino, que eleva un petitorio al gobierno solicitando el cumpimiento de las actas de Chapultepec, por las cuales los países firmantes que aún no habían otorgado el voto a la mujer, se comprometían a hacerlo.
El tema es instalado desde el oficialismo. Se había producido un giro. Las asociaciones sufragistas, con exepción de la Asociación Argentina del Sufragio Femenino, presidida por Carmela Horne, que presta su decidido apoyo, estrechan filas en oposición.
El 3 de septiembre de 1945, la Asamblea Nacional de Mujeres, que las nuclea y es presidida por Victoria Ocampo, resuelve rechazar el voto otorgado por el gobierno de facto y reclama que el gobierno sea asumido por la Corte Suprema. El lema de la Asamblea fue:”Sufragio Femenino pero sancionado por un Congreso elegido en comicios honestos”.
Los sucesos de octubre del 45 pospusieron el tema.
La Campaña electoral de 1946 puso en evidencia que, ya en apoyo del laborismo, ya en apoyo de la Unión Democrática, aun sin derechos políticos, la mujer había ingresado en la política Argentina. Faltaba la legitimación.
Una vez en la presidencia, Perón vueve sobre la cuestión del sufragio femenino. Lo hace en su primer mensaje al congreso, el 26 de julio de 1946, y en el plan Quienquenal. En este marco, Eva emprende la Campaña. Lo hará desde distintos lugares: con los legisladores, con las delegaciones que la visitan, con las mujeres nucleadas en los centros cívicos, a través de la radio y de la prensa. Asi, por ejemplo, el 17 de septiembre de 1946, acuerda la acción común encaminada a la conquista del derecho al voto con las presidentas de numerosas entidades femeninas peronistas; el 17 de enero de 1947, al recibir la visita de una delegación de maestras rosarinas, les expresa:”Estoy bregando por el voto de la mujer, y no cejaré en mi luha hasta conseguir que ello sea una realidad”.
A partir del 27 de enero, todos los miercoles, a las 21hs, habla por radio desde la residencia a todas las mujeres, concitándolas a la lucha por los derechos cívicos.
A su regreso de Europa donde ha aludido al tema en algunas ocaciones la ley está aún en veremos.
“Democracia”publica una “carta de Eva Perón a las mujeres Argentinas”en la que las exorta a redoblar la lucha para obtener cuanto antes la sanción de la ley del voto femenino.
En este proceso hemos apuntado ya dos giros en la historia: que las mujeres entran en la política y que el proyecto fuera tomado por el oficialismo. Podemos agregar un tercero: el mensaje de Eva va dirigido a un conglomerado femenino extenso, se instala en las mujeres, y estas pasan a desempeñar un papel activo: se realizan mitines, se publican manifiestos, grupos de obreras salen por las calles a pegar carteles en que reclaman la ley. Centros e instituciones femeninas emiten declaraciones de adhesión. Se organiza una gran concentración de mujeres para el 3 de septiembre, fecha en que debe debatirse la ley de Diputados. El debate se posterga. La concentración se repite el día 9. Eva, que no pudo asistir el 3, el 9 está en el recinto. Afuera una multitud la aclama. Otro giro: las mujeres reconocen a Eva Perón a su portavoz.
El 23 de septimbre, en medio de un gigantesco acto cívico en Plaza de Mayo, se promulga la ley. Las pioneras mujeres feministas se levantaron contra la ley sancionada, interpretando que se consagraba de antemano a un partido y no a la defensa de la causa de todas las mujeres en bloque. Entonces el lema fue:”Ahora no queremos votar”. Pero en 1951 todas votaron, las peronistas y las “anti”...
La sanción de la ley 13010 implicó la realización de una serie de tareas que hacián a su efectivación. En la tarde del 11 de mayo de 1948, Eva concurre a las Oficinas centrales del Registro Civil donde se ha preparado una ceremonia en la cual hace entrega de las primeras partidas de nacimiento destinadas a la obtención de las libretas cívicas del futuro elctorado femenino.
El día 23 comienza el empadronamiento, conforme al artículo 4 de la ley. En el año 1951, cercanas ya las elecciones presidenciales, Eva enviará, en su carácter de Presidenta del Partido Peronista Femenino, un mensaje a la Cámara de Diputados en el que le pide una ley de amnistía “para aquel inexperto sector del nuevo electorado que no se ha inscripto a timpo en los padrones”.
Si el camino para la obtención del derecho había sido arduo, el de la capacitación cívica y el de la preparación de las mujeres para desempeñarse en las lídes políticas lo sería aun más.
En este último sentido, el 14 de septiembre de 1947 el Consejo Superior del Partido Peronista resolvió modificar sus reglamentos de afiliación, lo cual permitiría, en el futuro, la formación de otro partido peronista, exclusivamente femenino.
Este hecho se concretó el 25 de julio de 1949. En el Teatro Nacional Cervantes, se lleva a cabo la Primera Asamblea Nacional del Movimiento Peronista Femenino. Nace allí el Partido Peronista Femenino, cuyo principio fundamental será la unidad en torno a la doctrina y la persona de Perón. Eva es elegida presidenta del mismo, con plenos poderes de organización. El orden interno será monolítico: es resorte de la presidenta la toma de decisiones y la dirección de los trabajos de organización.
“La organización del partido femenino ha sido para mí – dirá en “La Razón de mi vida”- una de las empresas más difíciles que me ha tocado realizar. Sin ningún precedente en el país –creo que ésta ha sido mi suerte– y sin otro recurso que mucho corazón puesto al servicio de una gran causa llamé un día a un grupo pequeño de mujeres. Eran apenas treinta. Todas muy jóvenes. Yo las había conocido como colaboradoras mías infatigables en la ayuda social, como fervientes peronistas de todas las horas, como fanáticas de la causa de Perón.Tenía que exigirles grandes sacrificios: abandonar el hogar, el trabajo, dejar prácticamente una vida para empezar otra distinta, intensa, dura. Para eso necesitaba mujeres así, infatigables, fervientes, fanáticas. Era indispensable ante todo “censar”a todas las mujeres que a lo largo y a lo ancho del país sentían nuestra fe peroniana. Esa empresa requería mujeres intrépidas dispuestas a trabajar noche y día.(19)
Fueron las “Delegadas censistas”, a quienes también les ocupo la tarea de abrir las “unidades básicas”.En enero de 1950 se inugurará la primera en la capital, en el barrio Presidente Perón, de Saavedra.
Las unidades básicas del Partido Peronista femenino desarrollaban, a la par de la tarea de adoctrinamiento- fueron bastiones en la campaña presidencial de 1951 - , tareas de acción social: “los descamisadosl”-dirá en su autobiografia – no distinguen todavía lo que es la organización política que yo presido de lo que es mi Fundación.Las unidades básicas son para ellos algo de “Evita”. Y alli van, buscando lo que esperan que pueda darles Evita. Ellos mismos , mis descamisados, son los que han creado en mis unidades básicas una nueva función: informar a la fundación acerca de las necesidades de los humildes de todo el país. La Fundación atiende estos pedidos haciéndoles llegar directamente su ayuda.
Esto me ha sido duramente criticado. Mis eternos supercríticos consideran que así yo utilizo mi fundación con finalidades políticas... ¡Y... tal vez tengan razón!
Lo que al final aparece como consecuencia de mi trabajo es de repercución política... La gente ve en mi obra la mano de Perón que llega hasta el último rincón de mi patria... y eso no le puede gustar a sus enemigos...”(20)
La acción política dirigida a la mujer cosechó sus frutos en las elcciones del 11 de noviembre de 1951. Votaron 3.816.654 mujeres. El 63,9% lo hizo por el Partido Peronista, el 30,8% por la unión Cívica Radical.
A su vez, el Partido Peronista fue el único de ambos que llevaron mujeres en sus listas.
En 1952, 23 diputadas y senadoras ocuparon sus bancas.
Si ser electoras fue un derecho adquirido, ser elegidas es una lucha que continúa. La ley 24.012 de cupo femenino, sancionada en 1991, y que establece un piso del 30% de mujeres en puestos políticos representativos, es clara evidencia de la discriminación que aún pervive en la sociedad. “Todo absolutamente todo en este mundo contemporáneo escribía Eva Perón a mediados de siglo – ha sido hecho según la medida del hombre. “Nosotras estamos ausentes en los gobiernos.”Estamos ausentes en los Parlamentos. “En las organizaciones Internacionales. “No estamos ni en el Vaticano ni en el Kremlin. “Ni en los Estados mayores de los imperealismos. “Ni en las comisiones de energia atómica”. “Ni en los grandes consorcios. “Ni en la masonería ni en las sociedades secretas. “No estamos en ninguno de los grandes centros que costituyen un poder en el mundo”. (21)
Desde entonces el mundo ha sufrido profundas y vertiginosas modificaciones, pero sigue hecho según la misma medida. Evita, cuyo feminismo hablaba del protagonismo de la mujer sin apartarse de su naturaleza misma, y que consideraba que el movimiento feminista debía entregarse por amor a la causa y a la doctrina de un hombre digno de tal entrega, entendía que entre las muchas diferencias que hay entre un hombre y una mujer, existía una referida a la concepción de la “acción”:”Un hombre de acción es el que triunfa sobre los demás”.
La “acción para los demás” tuvo un nombre: Fundación Eva Perón. A ella dedicó sus máximos esfuerzos.
2006-11-04 07:02:57
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answer #1
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answered by rulo610 3
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