Simón Bolívar, El LibertadorSimón Bolívar (*Caracas, Venezuela, el 24 de julio de 1783 - † Santa Marta, Colombia, el 17 de diciembre de 1830): Militar y político venezolano del siglo XIX y una de las figuras más destacadas de la Emancipación Americana frente al Imperio español, que contribuyó a la independencia de las actuales Bolivia, Colombia, Ecuador, Panamá, Perú y Venezuela.
Le fue concedido el título honorífico de El Libertador por el Cabildo de Mérida en Venezuela, que más tarde le fue ratificado en Caracas, y fue uno de los fundadores de la Gran Colombia, nación de la que llegó a ser Presidente, e intentó crear una gran confederación de estados mediante diversas campañas de liberación a lo largo del continente suramericano y la promoción política de la unión entre los distintos pueblos de la zona que dejó un legado de pensamiento político que aún perdura en las naciones que ayudó a liberar.
Familia y Herencia
Tanto el padre, don Juan Vicente de Bolívar Ponte; como su madre, doña María de la Concepción Palacios y Blanco, pertenecían a unas de las mejores familias de Caracas y entre ellos existía una gran diferencia de edad cuando se casaron en el año 1773, don Juan Vicente tenía 47 años y doña Concepción tenía 15 años, tuvieron tres hijos más, todos ellos hermanos mayores de Simón y cuyos nombres fueron Juan Vicente, Maria Antonia y Juana.
La familia Bolívar era oriunda de La Puebla de Bolívar en Vizcaya, País Vasco (España), población ubicada entonces en la merindad de Marquina, y el mismo nombre de Simón tuvo una historia destacable en Venezuela; Simón de Bolívar se llamó el primero de los Bolívar que pasó por América junto con su hijo, por lo cual se les distinguió como Simón de Bolívar el Viejo y Simón de Bolívar el Mozo y ambos llegaron en los tiempos de la conquista y colonización de América por los españoles, a finales del siglo XVI.
Bolívar el Viejo se destacó como Procurador general de las ciudades de Caracas, Coro, Trujillo, Barquisimeto, Carora, el Tocuyo y Maracaibo ante la Corte española, para informar al rey Felipe II de España sobre el estado de la colonia y pedirle ciertas mejoras que facilitaran el desarrollo de la misma.
Aparte de la importancia que ya por ellos mismos tenían, los Bolívar se unieron pronto con las familias de los primeros pobladores de Venezuela y a lo largo de los años se les concedieron distinciones tales como las de Regidor, Alférez real y los títulos nobiliarios de Marqués de Bolívar y Vizconde de Cocorote, asociado con la cesión a la familia de las minas de Cocorote y la facultad de administrar el señorío de Aroa, conocido por la riqueza de sus minas de cobre.
En cuanto a la familia Palacios, estos eran oriundos de la zona de Miranda del Ebro, ubicada en la entonces región de Castilla la Vieja.
Simón fue creciendo en un ambiente aristocrático rodeado de parientes destacados e influyentes, y con rutinas propias de una familia acaudalada de la época. En general, su infancia fue feliz y segura, llena de gratos recuerdos del hogar que sugieren que tuvo un ambiente que le brindó equilibrio emocional, cariño y afecto.
Primeros años
Las referencias que dejó Bolívar en su correspondencia hacen suponer que su infancia fue dichosa y rodeada de sólidos afectos; nació en la noche del 24 al 25 de julio de 1783 en una casa solariega ubicada en la Plaza San Jacinto de Caracas[1] y su nombre completo era Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar de la Concepción y Ponte Palacios y Blanco, con el que fue bautizado el 30 de julio de 1783 en la Catedral de la Santísima Trinidad de Caracas por el doctor Juan Félix Jerez Aristeguieta, pariente cercano quien, de acuerdo con don Juan Vicente, padre del niño, le puso el nombre de Simón.
En este sentido existen algunas anécdotas que se popularizaron en Venezuela que presentaban a Bolívar como un niño turbulento debido a que los escritores románticos consideraron indispensable atribuirle una niñez indómita creyendo, según la moda de la época, que no podía salir un hombre excepcional de un niño normal pero se ha demostrado que esas anécdotas fueron inventadas e introducidas en los relatos de Historia por Aristides Rojas, considerado un excelente narrador pero que usó a menudo su imaginación a falta de documentos que demostraran la veracidad de sus relatos.
Muerte de sus padres
Cuando Simón tenía dos años de edad, su padre murió de tuberculosis, en enero de 1786, y así doña Concepción quedó como cabeza de familia, velando eficientemente por los intereses de la familia hasta su muerte.
Sin embargo, las responsabilidades hicieron que la salud de la madre, también enferma de tuberculosis, decayera rápidamente y, según la opinión de médicos historiadores, es posible que ya desde entonces Bolívar sufriera la primo-infección tuberculosa con un tipo de tuberculosis que pasa inadvertida mientras las defensas corporales son favorables.
Concepción murió el 6 de julio de 1792, cuando Simón tenía nueve años, pero tomando la precaución de hacer un testamento en el que dispuso quien debería hacerse cargo de sus hijos.
Los hermanos Bolívar pasaron entonces a la custodia de su abuelo Don Feliciano Palacios, que cuando asumió el papel de tutor se sentía tan enfermo que empezó a preparar también su testamento para designar un sustituto como tutor de sus nietos y decidió pedir opinión a éstos sobre los tutores que querrían para cuando él muriese, y así respetar su voluntad.
Simón fue confiado a su tío don Esteban Palacios, pero como éste se encontraba en España permaneció bajó la custodia de don Carlos Palacios y Blanco, otro de sus tíos, que por lo visto era un hombre con el que no se llevaba bien y que era tosco, de caracter duro, mentalidad estrecha, que se ausentaba frecuentemente de Caracas para atender sus propiedades y que por lo tanto solía dejar a su sobrino atendido por la servidumbre y asistiendo por su cuenta a la Escuela Pública de Caracas
Educación
En cuanto al desempeño escolar de Bolívar, éste no fue muy brillante como alumno de la Escuela Pública, institución administrada por el Cabildo de Caracas que funcionaba de forma deficiente debido a la carencia de recursos y organización. Esta falta de formación sólida unida a su situación familiar, contribuyó a que Simón viviera uno de los períodos más traumáticos de su vida.
En aquel entonces Simón Rodríguez era maestro de Bolívar en la Escuela Pública y don Carlos pensaba enviarle a vivir con Rodríguez, ya que no podía atenderlo personalmente y las protestas que le hacía su sobrina Maria Antonia sobre la educación y atenciones que recibía su hermano eran frecuentes.
Ante la perspectiva de vivir con su maestro, Simón decidió escapar de la casa de su tío el 23 de julio de 1795, para refugiarse en la de su hermana Maria Antonia, que ejerció su custodia temporal, hasta que se resolvió el litigio judicial que se produjo después en la Real Audiencia de Caracas devolviendo a don Carlos la custodia de Simón, que trató de resistirse pero fue sacado por la fuerza de casa de su hermana y llevado en volandas por un esclavo hasta la vivienda de su maestro.
Una vez allí, las condiciones en las que vivía con el maestro Rodríguez no eran las ideales, tenía que compartir espacio con 20 personas en una casa no apta para ese número de habitantes, y por ello Simón escapó de allí un par de veces pero siempre terminó volviendo por orden de los tribunales. Al poco tiempo, Rodríguez renunció a su cargo de maestro para irse a Europa y la Real Audiencia de Caracas determinó entonces que Simón fuera trasladado a la Academia de matemáticas, dirigida por el padre Andújar, que funcionaba en casa de don Carlos Palacios.
Al parecer en dicha academia, la formación de Bolívar mejoró en calidad junto con las lecciones de Historia y Cosmografía que recibió de don Andrés Bello hasta su ingreso en el Batallón de Milicias de blancos de los valles de Aragua el 14 de enero de 1797.
Viaje a Europa
La Plaza Bolívar de CaracasSimón inició su carrera militar a la edad de catorce años llegando al grado de Subteniente de milicias después de dos años de servicio en la misma unidad militar creada por uno de sus antepasados, don Juan de Bolívar, en 1759.
Su servicio militar fue interrumpido por decisión de sus tíos Esteban y Carlos Palacios, que querían enviarlo a España para que conociera mundo y completara su formación.
Sin embargo, había problemas que afectaban a España en aquel momento tales como una compleja relación internacional originada por la Revolución Francesa, el enfrentamiento interno entre absolutistas y liberales, y un déficit fiscal agravado por el bloqueo marítimo de los británicos que impedía el tráfico regular con América atacando cualquier embarcación que burlaba el bloqueo.
Este panorama internacional hacía que el viaje de Simón fuera una empresa muy arriesgada y casi imposible, pero logró efectuarse debido a que los españoles empezaron a organizar convoyes para romper el bloqueo y uno de estos, al mando del almirante Alcalá Galiano, logró salir del puerto de Cádiz en diciembre de 1798 y burlar el bloqueo, llegando entonces a Venezuela una de sus embarcaciones integrantes, el navío San Ildefonso.
El San Ildefonso, era un navío real, reflejo de la renovación naval española de finales del siglo XVIII, que a su llegada a Venezuela en enero de 1799, tomó como pasajero a Bolívar y zarpó del puerto de La Guaira, el 19 de enero de 1799, rumbo a Veracruz para reunirse con la flota y esperar el momento oportuno para regresar a España, en lo que fue una de las expediciones más destacadas de la Armada española.
En Veracruz, Bolívar se hospedó en casa de don José Donato de Austria y, mientras la flota de Galiano esperaba el fin del bloqueo británico al puerto de La Habana, viajó a Ciudad de México para entrevistarse con el Obispo Viana. Después de un tiempo regresó a Veracruz para continuar su viaje a España y llegó al puerto de Santoña el 13 de mayo de 1799, de donde partió inmediatamente hacia Madrid.
A poco de llegar a Madrid, Bolívar se fue a vivir a casa del Marqués de Ustáriz, que era un alto funcionario real, con una educación sofisticada y pensamiento refinado y que se convirtió en uno de los tutores que más influyó en la educación y el pensamiento de Bolívar, al ser una persona capaz y competente, con una dilatada experiencia en las tareas de gobierno, proporcionó lecciones útiles tanto teóricas como prácticas a Simón.
También fue en aquel tiempo cuando conoció a quien sería su esposa, Maria Teresa Rodríguez del Toro y Alayza, hija de Marqués del Toro y con quien tendría que esperar dos años para poder casarse debido a la juventud de los novios, por lo que Bolívar aprovechó las circunstancias y se trasladó primero a Bilbao, donde empezó a estudiar idiomas, y después se trasladó a París, donde fue testigo de muchos de los acontecimientos ocurridos durante la Francia revolucionaria, tuvo contacto con las ideas de la Ilustración, y se hizo ferviente admirador de Napoleón.
Matrimonio y viudez
En 1802, Bolívar regresa a España para terminar con los trámites legales de su matrimonio y se casa con Maria Teresa el 26 de mayo de 1802 en la Iglesia parroquial de San José de Madrid para seguidamente preparar su viaje de regreso a América.
Después de diversas circunstancias que alteraron sus planes, Bolívar y su esposa embarcaron en La Coruña el 15 de junio de 1802 en un viaje directo hacia Venezuela, donde llegaron al puerto de La Guaira el 12 de julio de 1802.
Al poco tiempo de llegar se establecieron en el Mayorazgo de la Concepción, vivienda ubicada cerca de la Plaza Mayor de Caracas, en la esquina de Las Gradillas; y Bolívar asumió plenamente la administración de sus bienes.
Ambos despertaban la curiosidad de la aristocracia caraqueña, que esperaba oír relatos sobre la Corte en España y también sobre el personaje del momento, Napoleón. En las distintas fiestas y tertulias que frecuentaban, Maria Teresa descubrió que estaba entrando en contacto con una sociedad cultivada y refinada, cuyos integrantes comentaban sin ningún cuidado sus opiniones políticas y hacían juicios sobre los libros revolucionarios, que en aquel entonces estaban prohibidos.
Además de las tertulias, el matrimonio realizaba frecuentes paseos por las propiedades de la familia y durante un año Bolívar llegó a sentirse un hombre feliz y realizado, pero entonces hubo un suceso que cambió su vida para siempre.
Maria Teresa contrajo la Fiebre amarilla, enfermedad endémica del trópico, que la consumió de forma rápida posiblemente por carecer de defensas corporales, y murió el 22 de enero de 1803.
Su muerte afectó profundamente a Bolívar hasta llegar al borde de la depresión, su humor se vio agriado y sus planes de una permanencia feliz en Venezuela alterados súbitamente.
Juramento del Monte Sacro
Después de la muerte su esposa, Bolívar se concentró en los trabajos de sus plantaciones, en un intento de combatir la tristeza, pero a medida que pasaba el tiempo su permanencia en Venezuela se le hizo insoportable y decidió volver a Europa.
Para diciembre de 1803, Bolívar volvió a España y se instaló en el puerto de Cádiz donde permaneció hasta febrero de 1804, cuando se trasladó a Madrid. Durante este tiempo se sabe que Bolívar mantuvo tratos con sus representantes comerciales pero también se especula sobre la posibilidad de que se hiciera masón y fuera aceptado como miembro de la Gran Logia Americana; aunque este hecho parece improbable aún no ha sido confirmado.
En Madrid volvió a ver a su suegro, el Marqués del Toro y compartió con él la pena que aún sentía por la muerte de Teresa, pero poco después decidió volver a Francia, llegando a Paris en abril de 1804.
Desde el punto de vista de algunos críticos, reconstruir la vida de Bolívar entre 1804 y 1807 es difícil ya que los relatos sobre ese período de su vida están plagados de leyendas y algunos mitos. Sin embargo se sabe que durante ese período estuvo entre París y Roma, y que mantuvo relación con el famoso científico, el Barón Alexander von Humboldt, así como con el sabio Aimé de Bonpland, y con el estudiante Carlos Aguirre y Montúfar, a quienes acompañaría después a Roma, en 1805.
En París, Bolívar fue testigo de la Coronación de Napoleón, y volvió a tener contacto con las ideas de la Ilustración en una atmósfera cargada de romanticismo y aires de cambio que influyeron notablemente en sus ideas políticas, y que le llevaron a la conclusión de que España no podría oponerse a la Francia de Napoleón, y que su caída como potencia sería aprovechada por enemigos naturales como Inglaterra, lo cual llevaría a las colonias hispanas en América a la disyuntiva de elegir entre aceptar un dominio francés o británico, o manejar sus asuntos independientemente de España.
Este razonamiento afirmó las convicciones de Bolívar a favor de que la Independencia era la opción más beneficiosa para América después de la destrucción de la flota española por los británicos en la Batalla de Trafalgar de 1805, y la lamentable situación que se daba en la Corte española que ponía en evidencia el daño que podía ocasionar la presión napoleónica sobre un país.
Estas circunstancias le llevaron a rechazar un posible liderazgo de Napoleón, y a realizar ante Humboldt el juramento de no descansar hasta lograr la libertad de la patria que hoy conocemos como el Juramento del Monte Sacro, y que no puede ser considerado un hecho accidental sino más bien emotivo como producto del proceso de formación de una idea que originó un proyecto político, un compromiso formal que tuvo como escenario el Monte Sacro en Roma.
La lucha independentista
Monumento a Simón Bolívar, Puente de Boyacá, Colombia
Estatua de Simón Bolívar parcialmente cubierta de nieve en Washington, DC. Cerca de la Organización de Estados AmericanosA lo largo de 1808, las presiones de Napoleón desencadenaron una serie de acontecimientos que empeoraron aún más la ya comprometida situación española, el rey Carlos IV de España abdicó el trono a favor de su hijo Fernando el 19 de marzo de 1808 después de los sucesos del Motín de Aranjuez, y más tarde, el 5 de mayo de 1808 se terminó de consumar el desastre para España cuando Carlos IV y su hijo fueron obligados a ceder el trono a Napoleón en Bayona para designar a su hermano, José, como nuevo Rey de España.
Esto provocó una gran reacción popular en España que desencadenó lo que hoy se conoce como la Guerra de la Independencia Española y tanto en América como en España, se formaron juntas regionales que fomentaron la lucha contra los invasores franceses para restablecer en el trono al monarca legítimo.
Sin embargo, las juntas americanas llegaron a creer que la independencia española se había perdido y sólo se hablaba con entusiasmo de la Junta popular de Cádiz; muchas de ellas eran vistas con recelo por las autoridades españolas, que las suponían sospechosas de ser favorables a los franceses y que no se habían olvidado de acciones como la de Antonio Nariño en Bogotá, que había publicado una obra sobre Los Derechos del hombre, el movimiento de Juan de Picornell, la Conspiración de Manuel Gual y Jose María España, o de las fracasadas expediciones militares de Francisco de Miranda en Venezuela; pero también consideraban que estas juntas tenían derecho de imitar a sus análogas de la Península ya que los dominios españoles no eran propiamente colonias o factorías como las de otras naciones, eran consideradas una parte esencial e integrante de España.
Con el tiempo se fueron formando dos bandos bien diferenciados como resultado de las discusiones políticas y la inestabilidad internacional: el de los realistas, que querían continuar bajo la dependencia directa del monarca español, liderado por Juan de Casas; y el de los patriotas, partidarios de constituir una Junta de gobierno con una autonomía plena similar a la de las Juntas provinciales en España, pero sin mantener más lazos con la metrópoli diferentes a un reconocimiento formal de Fernando VII como soberano, queriendo imitar así el ejemplo del Brasil regido desde Braganza, con autonomía de Portugal.
En el panorama de incertidumbre reinante, el 19 de abril de 1810, los miembros del Cabildo de Caracas decidieron constituir una Junta Conservadora de los Derechos de Fernando VII en un acto que se conoce como "La firma del Acta de Independencia", con el que se obligó al entonces Capitan general de Venezuela, Vicente Emparan, a ceder sus poderes a esta Junta y que trajo como resultado la expulsión de los funcionarios españoles de sus puestos para embarcarlos rumbo a España donde, tras enterarse de los hechos, la Regencia dispuso el bloqueo de las costas de Venezuela pero ya era tarde, desde entonces el proceso independentista sería imparable, y el ejemplo de Caracas fue seguido por el resto de las juntas americanas.
Liberación de Venezuela
A mediados del año 1807, cuando Bolívar volvió a Caracas se encontró con una ciudad inmersa en un ambiente de gran agitación social y política gobernada por personajes interinos, que eran investigados por un regio Regente visitador visto con malos ojos por la colectividad caraqueña, llamado Joaquín de Mosquera y Figueroa.
Este era un ambiente poco propicio para enfrentar una situación de crisis y fue una circunstancia más que ayudo a precipitar los acontecimientos en favor de la Independencia. Bolívar había vuelto a Caracas absolutamente convencido de la imperiosa necesidad de independencia para las Américas y trató desde un principio convencer a sus parientes y amigos de que esta era la mejor opción pero, salvo la excepción de su hermano Juan Vicente, no pudo convencerles facilmente debido a que las noticias de Europa llegaban muy tarde y con pocos detalles. Esto hacía que el público se enterara de forma general e inexacta de los acontecimientos limitando su capacidad para evaluar la situación.
Pero las cosas cambiaron ,repentinamente, en pocos días debido a una serie de acontecimientos que causaron una conmoción general en Caracas. A comienzos de julio de 1808, el Gobernador encargado de Caracas, Juan de Casas, recibió dos ejemplares del diario londinense The Times que el Gobernador de Trinidad remitió al de Cumaná, que relataban la noticia de la abdicación del trono de España en favor de Napoleón. Esta noticias se mantuvo en secreto al principio debido a la confusión inicial pero después se vió confirmada cuando el 15 de julio de 1808 llegó a La Guaira el bergantín francés Le Serpent con varios comisionados enviados por Napoleón a bordo.
Poco después un oficial francés se presentó ante el Gobernador Casas con documentación oficial que confirmaba las noticias de The Times, y mientras en la Gobernación deliberaban sobre la situación, la población empezó a alarmarse por la aparatosa llegada de los franceses, que divulgaban profusamente periódicos y otras publicaciones propagando la noticia de la desaparición de la monarquía tradicional.
La reacción popular fue de malestar e indignación y la situación empeoró cuando un capitán de fragata inglés llamado Beaver desembarcó del Alcasta en La Guaira, tras perseguir al Le Serpent sin poder apresarlo, para informar al Gobernador Casas y a la población de la lucha que se estaba librando en España para rechazar a los franceses.
Estos acontecimientos provocaron en la sociedad caraqueña una profunda conmoción que se orientó en dos direcciones, una representada por Bolívar que quería proclamar la Independencia; y otra representada por otros criollos caraqueños que querían mantener la fidelidad a Fernando VII. A su vez, surgió un proceso político extraño entre el Gobernador, La Audiencia y el Cabildo que terminó de socavar el orden colonial vigente hasta entonces.
Mientras todo esto sucedía la vida continuaba su curso, así el 11 de enero de 1809 llegaron a Caracas los despachos oficiales que anunciaban la creación de la Junta Central de España e Indias que terminó instalandose en Sevilla en abril de 1809 y poco después, el 14 de enero de 1809 llegó a Venezuela el Mariscal de campo Vicente Emparan en calidad de Capitan General de Venezuela y Gobernador de Caracas.
Su llegada dio una nueva perspectiva a la situación política ya que empezaron a circular rumores que lo relacionaban como partidario de los franceses, por lo que fue acusado de querer confundir a la población con falsos rumores sobre la situación militar en España. Ante los rumores cada vez más fundados de una posible relación de Emparan con los franceses el Cabildo de Caracas decidió formar una Junta Suprema que le obligó a renunciar el 19 de abril de 1810 con la firma de lo que hoy conocemos como Acta de la Independencia.
El nuevo sistema de gobierno sin presiones ni limitaciones de un Capitán General, las presiones de un Regente visitador, si temor a ser mal informado sobre los acontecimientos en España y sin posibles amenazas o presiones francesas, empezó a crear nuevas perspectivas en todos los sentidos. Las noticias de lo sucedido en Caracas llegaron hasta el Almirante Alexandre Cochrane, comandante de las Fuerzas Navales Británicas del Caribe, que procedió a despachar noticias de lo sucedido a Londres y poner a disposición de la Junta de Caracas la corbeta Welington para que llevara hasta Londres una delegación si así lo querían.
Así, Bolívar fue enviado a Inglaterra junto con Andrés Bello y Luis López Méndez en una misión diplomática. Bolívar regresó a Venezuela y el 3 de junio de 1811 dio su discurso en favor de la independencia americana a la Sociedad Patriótica. Posteriormente trató de oponerse a la nueva Constitución del 21 de diciembre de 1811, copia literal de la que regía en los Estados Unidos.
El 13 de agosto, fuerzas comandadas por Francisco de Miranda lograron una victoria en Valencia, contra los también sublevados de dicha ciudad que pretendían recuperar privilegios de su antigua capitalidad. Miranda envió a Bolívar, a quien había propuesto para coronel, a informar de la victoria al Gobierno de Caracas, y cuando se disponía a continuar con las operaciones con los 4000 hombres que tenía a sus órdenes, recibió orden de cesar en su cargo; obedeció y volvió a Caracas para ocupar su asiento en el Congreso.
A su regreso de Londres se retiró a la vida privada, nuevamente, hasta que en setiembre de 1811 el general Miranda, por entonces comandante en jefe de las fuerzas rectas de mar y tierra, lo persuadió de que aceptara el rango de teniente coronel en el estado mayor y el mando de Puerto Cabello, la principal plaza fuerte de Venezuela.
Cuando los prisioneros de guerra españoles, que Miranda enviaba regularmente a Puerto Cabello para mantenerlos encerrados en la ciudadela, lograron atacar por sorpresa la guardia y la dominaron, apoderándose de la ciudadela, Bolívar, aunque los españoles estaban desarmados, mientras que él disponía de una fuerte guarnición y de un gran arsenal, se embarcó precipitadamente por la noche con ocho de sus oficiales, sin poner al tanto de lo ocurría ni a sus propias tropas, arribó al amanecer a Guaira y se retiró a su hacienda de San Mateo. Cuando la guarnición se enteró de la huida de su comandante, abandonó en buen orden la plaza, a la que ocuparon inmediato los españoles al mando de Monteverde. Este acontecimiento inclinó la balanza a favor de España y forzó a Miranda a suscribir, el 26 de julio de 1812, por encargo del congreso, el tratado de La Victoria, que sometió nuevamente a Venezuela al dominio español.
El 30 de julio llegó Miranda a La Guaira, con la intención embarcarse en una nave inglesa. Mientras visitaba al coronel Manuel María Casas, comandante de la plaza, se encontró con un grupo numeroso, en el que se contaban don Miguel Peña y Simón Bolívar, que lo convencieron de que se quedara, por lo menos una noche, en la residencia de Casas. A las dos de la madrugada, encontrándose Miranda profundamente dormido, Casas, Peña y Bolívar se introdujeron en su habitación con cuatro soldados armados, se apoderaron precavidamente de su espada y su pistola, lo despertaron y con rudeza le ordenaron que se levantara y vistiera, tras lo cual lo engrillaron y entregaron a Monteverde. El jefe español lo remitió a Cádiz, donde Miranda, encadenado, murió después de varios años de cautiverio. Ese acto, para cuya justificación se recurrió al pretexto de que Miranda había traicionado a su país la capitulación de La Victoria, valió a Bolívar el especial favor de Monteverde, a tal punto que cuando el primero le solicitó su pasaporte, el jefe español declaró: "Debe satisfacerse el pedido del coronel Bolívar, como recompensa al servicio prestado al rey de España con la entrega de Miranda".
Bolívar, gracias a la intervención del español D. Francisco Iturbe, fue autorizado para trasladarse a la isla de Curaçao, ocupada por los ingleses. Al fin y al cabo, a él se debía la detención de Miranda.
Pronto tuvo que huir a Cartagena de Indias. Allí, escribió su famoso Manifiesto de Cartagena, en el cual expuso que Nueva Granada debería ayudar a liberar a Venezuela porque su causa era la misma y porque la libertad de Venezuela aseguraría la libertad de Nueva Granada.
Bolívar recibió la asistencia de Nueva Granada y en 1813 invadió Venezuela. Entró en Mérida el 23 de mayo y fue proclamado Libertador por el pueblo.
El 8 de junio Bolívar proclamó la "guerra a muerte" en favor de la libertad. Declaraba su muy discutida "Españoles y canarios, contad con la muerte, aun siendo indiferentes, si no obráis activamente en obsequio de la libertad de Venezuela. Americanos, contad con la vida, aun cuando seáis culpables". Realmente esta declaración había sido una respuesta a las matanzas realizadas por las fuerzas que apoyaban el dominio español.
Tomó Caracas el 6 de agosto y dos días después proclamó la segunda república venezolana.
Después de numerosas batallas, Bolívar tuvo que huir nuevamente y en 1815 tomó refugio en Jamaica, desde donde escribió Carta de Jamaica. Ese mismo año Bolívar viajó a Haití y solicitó a su presidente, Alexandre Pétion, ayudar a la causa hispanoamericana.
En 1817, con ayuda de Haití, Bolívar regreso al continente para continuar luchando.
Campañas libertadoras
En mayo de 1818 parte de Mantecal (estado de Apure) con sus tropas en compañía de los oficiales Soublette, Anzoátegui, Plaza, Rook, Infante y Rondón y se reúne con las tropas patriotas que estaban bajo el mando de Santander en la población colombiana de Tame (actualmente ubicada en el departamento de Arauca), en donde comienza la campaña libertadora de la Nueva Granada, por medio de la cual se pretendía detener el avance de las tropas realistas comandadas por Barreiro hacia la ciudad de Bogotá.
El difícil avance de las tropas patriotas se produjo a través del Páramo de Pisba, hasta dar alcance a los realistas el 25 de julio de 1819 en la Batalla del Pantano de Vargas, en donde finalmente la tropa realista huyó, lo cual le permitió a Bolívar alcanzar la ciudad de Tunja el día 4 de agosto.
El enfrentamiento decisivo con los españoles se produjo en la Batalla de Boyacá el 7 de agosto de 1819, la cual resultó en una gran victoria para Bolívar y el ejército revolucionario. Ese año, Bolívar reunió el Congreso de Angostura, y fundó la República de Colombia, conocida como la Gran Colombia, y en la que se originaron las actuales Repúblicas de Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá. Este Congreso, proclamó a Bolívar como su primer Presidente.
Durante los próximos años la oposición realista fue eliminada. El 24 de junio de 1821 en la Batalla de Carabobo, campo cercano a la ciudad de Valencia, fue liberada Venezuela del dominio español, terminando esta al fin con la batalla naval del Lago de Maracaibo el 24 de julio de 1823. Después de la victoria de Antonio José de Sucre sobre las fuerzas españolas en la Batalla de Pichincha el 24 de mayo de 1822 el norte de Sudamérica fue liberada. Con esa gran victoria Bolívar se preparó para marchar con su ejército y cruzar los Andes y liberar Perú.
El 26 de julio de 1822 Bolívar tuvo una conferencia con el General Don José de San Martín en Guayaquil para discutir la estrategia para la liberación de Perú. Nadie sabe qué ocurrió en la secreta reunión entre los dos héroes sudamericanos, pero San Martín volvió a Argentina, mientras Bolívar se preparó para la lucha contra el último bastión español en Sudamérica.
En 1823 Bolívar tomó comando de la invasión de Perú y en septiembre llegó a Lima con Sucre para planear el ataque.
El 6 de agosto de 1824 Bolívar y Sucre juntos derrotaron el ejército español en la Batalla de Junín. A raíz de esta victoria; el vado guayaquileño José Joaquín de Olmedo le escribió el poema épico "Victoria de Junín. Canto a Bolívar", verdadera obra maestra de la poesía ecuatoriana y latinoamericana. En ella, no sólo se describe la batalla, sino también Olmedo pone en boca de Huayna Cápac los destinos de la América Libre del yugo español.
El 9 de diciembre Sucre destrozó el último baluarte del ejército español en la Batalla de Ayacucho, acabando con el dominio español en Sudamérica.
Últimos Acontecimientos Institucionales
Monumento a Simón Bolívar, cerca de Santa Marta, ColombiaEl 6 de agosto de 1825 Sucre creó el Congreso del Alto Perú en el cual creó la República de Bolivia en honor de Bolívar. La Constitución de 1826, aunque nunca fue usada, fue escrita por Bolívar mismo. También en 1826 Bolívar convocó al Congreso de Panamá, la primera conferencia hemisférica.
Pero en 1827 debido a rivalidades personales entre los generales de la revolución, explotaron conflictos políticos que terminaron por destruir las perspectivas de una unión sudamericana por la cual Bolívar había luchado.
Creyendo que mediante su acción podría imponer el orden y mantener la unión de la Gran Colombia, Bolívar se declara a sí mismo dictador el 27 de agosto de 1828, mediante el Decreto Orgánico de la Dictadura y queda abolida la Vicepresidencia de la República.
El 25 de septiembre de 1828, en Bogotá, se llevó a cabo un atentado contra su vida, conocido como la "conspiración septembrina", de la cual resultó ileso gracias a la ayuda de su compañera sentimental, Manuela Sáenz, quiteña que recibió en 1821 la orden de "Caballeresa del Sol" del general José de San Martín y que a raíz del suceso con Bolívar fue llamada por él: "La Libertadora del Libertador".
Bolívar inicialmente intentó perdonar a los que fueron considerados como conspiradores, miembros de la facción santanderista. Eventualmente se decidió someterlos a la justicia marcial, después de la cual debieron ser fusilados los acusados de ser los directos implicados, algunos sin que quedara plenamente establecida su responsabilidad.
El mismo Francisco de Paula Santander, quien había sabido con antelación de la conspiración y no se había opuesto directamente a ella por sus diferencias con Bolívar, partió al exilio.
Después de los hechos, Bolívar siguió gobernando en un ambiente enrarecido, acorralado por disputas fraccionales y sufriendo de tuberculosis. El Libertador Simón Bolívar renuncia al poder a mediados del año 1830 y se emprende en un viaje destinado hacia Jamaica y Europa pero su enfermedad se lo previene y fue invitado por don Joaquín de Mier y Benítez a quedarse en la Quinta de San Pedro Alejandrino, cerca de la ciudad de Santa Marta, en el departamento del Magdalena.
Llegó el 6 de diciembre de 1830 tras una penosa travesía desde Bogotá por el río Magdalena y no obstante el buen clima y las atenciones recibidas, El Libertador empeoro a los pocos días, teniendo algunos momentos de lucidez que le permitieron dictar su testamento y su célebre mensaje a las naciones bolivarianas, donde un Bolívar gravemente enfermo clamó porque su muerte por lo menos permitiera que se consolidara la unión y desaparecieran los partidos. Poco después de su fallecimiento, la Gran Colombia, que estaba en degeneración debido a las disputas políticas internas que fragmentaron el orden constitucional, fue reconocida legalmente como disuelta en 1831 con el establecimiento de las tres repúblicas de Nueva Granada, Venezuela y Ecuador, que quedarían bajo el liderazgo e influencia del neogranadino Francisco de Paula Santander (al regresar del exilio), el venezolano José Antonio Páez y de Juan José Flores en Ecuador, respectivamente.
Finalmente El Libertador Simón Bolívar fallece el 17 de diciembre de 1830. A la una y tres minutos de la tarde murió el sol de Colombia, según rezó el comunicado oficial. Los despojos mortales del Libertador recibieron cristiana sepultura en el altar mayor de la suntuosa Catedral de Santa Marta, y en ese sagrado recinto moraron apaciblemente, hasta diciembre de 1842, cuando fueron trasladados a su país de origen Venezuela, cumpliéndose así mandato testamentario de El Libertador. A partir de allí los despojos fueron inhumados en la cripta de la Santísima Trinidad de la Catedral de Caracas, santuario de mucha advocación de la familia Bolívar, que guardan las cenizas de sus padres. Allí permanecieron en medio de plural satisfacción, hasta el definitivo traslado al Panteón Nacional, cuando la República de Venezuela resolvió construir ese altar objeto de la veneración nacional.
2006-11-02 14:13:18
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answer #4
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answered by nitzahom 5
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