Yugoslavia
Este artículo versa sobre el territorio conocido tradicionalmente como Yugoslavia que, en esencia, y además de una denominación de carácter cultural y geográfico, es un país del sur de Europa cuya historia abarca desde 1918 a 2003. Véase Yugoslavia (desambiguación)
El territorio conocido genéricamente como Yugoslavia es el que agrupa a los actuales estados de Eslovenia, Croacia, Bosnia-Herzegovina, Serbia, Montenegro y Macedonia. Es el suelo de los herederos de los pueblos eslavos meridionales.
Serbia y el movimiento Pan-eslavo
La progresiva desaparición del poder otomano en Europa, así como los resultados de las guerras balcánicas de (1912-13) con su desenlace favorable a Serbia contribuyeron de forma decisiva a aumentar el sentimiento paneslavo de todos los pueblos de la zona, a fin de superar las divisiones políticas y religiosas existentes entre ellos, basándose en la pertenencia a un grupo socio-étnico común.
La creación del nuevo estado surge a partir de la unión de los Reinos de Serbia y Montenegro (ambos independizados del Imperio Otomano en el siglo XIX) y a los que se une una cantidad sustancial de territorio que antiguamente fue parte de Austria-Hungría.
Estas áreas anteriormente austrohúngaras que formaron parte del nuevo reino incluían Croacia, Eslavonia y Vojvodina de la parte húngara del imperio; Carniola, parte de Estiria y la mayor parte de Dalmacia del lado austríaco, además de la provincia imperial de Bosnia y Herzegovina.
Un plebiscito se llevó a cabo en la provincia de Carintia, la cual optó por seguir en Austria.
La ciudad portuaria dálmata de Zadar y unas cuantas islas del Adriático fueron otorgadas a Italia.
La ciudad de Rijeka fue declarada ciudad-estado libre, pero pronto fue ocupada y anexionada en 1924 por Italia.
Las tensiones en la frontera con Italia continuaron, con los italianos reclamando más áreas de la costa dálmata y Serbia solicitando sus derechos sobre la península de Istria, tierra ésta parte de la antigua provincia costera austríaca que había sido anexada a Italia, pero que contenía una población considerable de croatas y eslovenos.
La Yugoslavia Monárquica
En este sentido, tras la derrota de los imperios centrales en la I Guerra Mundial se forma en 1918 el Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos. Como compromiso, y afianzando su carácter multicultural, el nombre de la nación es reconocido en cada lengua y grafía:
Latín serbocroata: Kraljevina Srba, Hrvata i Slovenaca.
cirílico: Краљевина Срба, Хрвата и Словенаца.
Esloveno: Kraljevina Srbov, Hrvatov in Slovencev.
Macedonio: Кралство на Србите, Хрватите и Словенците.
El reino fue proclamado oficialmente el 1 de diciembre de 1918 con la dinastía serbia Karađorđević en el trono y Alejandro I (hijo de Pedro I, Rey de Serbia) como primer rey. Debido a su mala salud, desde el principio su hijo Alejandro se ocupó del gobierno del país en calidad de Regente.
Alejandro I, rey de los serbios, croatas y eslovenos, reza la leyenda de esta moneda de dos dinaresEl nuevo gobierno intentó cohesionar al país política y económicamente, tarea difícil debido a la gran diversidad de idiomas, nacionalidades y religiones en el nuevo estado, y las grandes diferencias entre ellas en cuanto al desarrollo económico.
Las tensiones entre el nacionalismo serbio (creciente dado el carácter centralista del estado) y el resto de los nacionalidades del país estalló en 1928 con el asesinato en el parlamento del reino de Stjepan Radić, líder del Partido Campesino Croata, crimen del que se acusó a un diputado montenegrino.
Ello llevó al rey a clausurar a principios de 1929 el parlamento y a asumir el gobierno del país de una manera dictatorial, cambiando el nombre del estado por Reino de Yugoslavia, decretando una nueva organización territorial al margen de las nacionalidades históricas.
Sin embargo, ello sólo reavivó las tensiones. En 1934, un guerrillero macedonio asesinó al rey Alejandro I y al ministro de exteriores francés en Marsella. Le sucedió en el trono su hijo Pedro II, quien por razones de edad, no ejerció control sobre el país.
El Príncipe Pablo, será quien ejercerá el gobierno del país, hasta que a principios de 1941 un golpe de estado contra su política pro-alemana (adhesión del gobierno yugoslavo al pacto anti-Komintern) del regente llevó al trono de manera anticipada a Pedro II.
Este golpe contra la alineación pro-alemana del gobierno contó con suficiente apoyo popular para legitimizarlo, pero supuso un desafío al Tercer Reich. Adolfo Hitler decide entonces ejecutar operaciones militares para tomar el control de Yugoslavia y, hasta cierto punto, preparar el terreno para la invasión a la Unión Soviética.
Así, se puede decir que el Reino de Yugoslavia dejó de existir de facto cuando el 6 de abril de 1941 la Alemania Nazi atacó Belgrado y en las semanas siguientes el país se vio invadido por tropas de Italia, Bulgaria, Hungría, Albania y Rumanía, y repartido entre ellos.
El rey y el gobierno huyeron a Londres dando prolongación formal y legal al país hasta la victoria Aliada en 1945. En su reemplazo, los países del Eje crearon el Estado Independiente de Croacia, con Ante Pavelić como su líder.
La Yugoslavia Socialista
Tras una guerra encarnizada en la que murió algo más del 10% de la población del país los victoriosos partisanos de Tito organizaron la refundación del país, gestando una nueva Yugoslavia socialista.
La organización territorial del país siguió a grandes líneas lo acordado por las fuerzas de resistencia al Eje durante la guerra en varias reuniones, de manera especial lo estipulado por el Consejo Antifacista de Liberación Nacional de Yugoslavia en Jajce (1943). El 31 de enero de 1946, la nueva constitución de la RFS de Yugoslavia estableció las 6 repúblicas constituyentes.
De esta manera, y tras una tentativa fallida de colaboración con el gobierno monárquico del exilio, en 1945 se proclama la República Democrática Federal de Yugoslavia. El primer presidente fue Ivan Ribar mientras que fue nombrado como Primer Ministro a Josip Broz Tito.
El 29 de noviembre de 1946, la República Democrática Federal de Yugoslavia fue re-establecida como un estado socialista, dando paso a modificaciones en el orden constitucional del país. Fue renombrado como República Federal Popular de Yugoslavia, acentuando aun más el carácter socialista del país e introduciendo el sistema socio-económico del socialismo autogestionario.
En 1953, Tito fue electo como presidente y posteriormente en 1963 fue declarado Presidente de por vida. Finalmente en 1963 el país adoptó el nombre de República Federal Socialista de Yugoslavia (RFSY) a la postre el de mayor longevidad y el de mayor publicidad.
Fue esta Yugoslavia un estado socialista europeo formado por las repúblicas de Serbia, Eslovenia, Bosnia y Herzegovina, Croacia, Macedonia y Montenegro. El carácter federal y socialista del estado yugoslavo fue consignado en la Constitución Yugoeslava de 1974 que reforzó altamente el poder de las repúblicas y provincias que lo componían.
Josip Broz Tito, líder del país, rompe con Moscú desde su llegada al poder. Se negó a brindar ayuda a la guerrilla comunista griega y sus intentos de crear una federación socialista balcánica, provocando el distanciamiento. Fue duro crítico de las invasiones de Hungría, Checoslovaquia y Afganistán.
Yugoslavia, a diferencia de otros países comunistas de Europa, eligió un curso independiente de la Unión Soviética, y no fue miembro del Pacto de Varsovia ni de la OTAN. Fue uno de los creadores del Movimiento de Países No Alineados en el año 1956.
Después de la muerte de Tito en 1980, y en medio de una crisis económica, las tensiones entre los pueblos del país crecieron. Tras la asunción de partidos nacionalistas al poder en Serbia, dos de sus repúblicas constituyentes: Eslovenia y Croacia declaran su independencia, a las que seguirían Macedonia y Bosnia-Herzegovina, no sin resistencia por parte de Serbia.
Las repúblicas que decidieron permanecer en la federación reemplazaron en 1992 la difunta República Federal Socialista de Yugoslavia por la nueva República Federal de Yugoslavia integrada ya sólo por Serbia y Montenegro.
La minoría albanesa de Kosovo fue también fuente de tensión, y ante los enfrentamientos con la guerrilla del Ejército, la ONU se hizo cargo del territo de forma temporal. El 21 de mayo de 2006, tras la victoría independentista en un referéndum, Montenegro se escindió.
Organización político-administrativa
Mapa numerado de la República Federal Socialista de YugoslaviaInternamente, el estado fue dividido en 6 repúblicas socialistas, y 2 provincias socialistas autónomas que eran parte de la RS Serbia. La capital federal era Belgrado. Repúblicas y provincias fueron ( en orden alfabético):
República Socialista de Bosnia y Herzegovina, con capital en Sarajevo,
República Socialista de Croacia, con capital en Zagreb,
República Socialista de Macedonia, con capital en Skopje,
República Socialista de Montenegro, con capital en Titograd, también llamada Podgorica.
República Socialista de Serbia, con capital en Belgrado, la cual también contenía:
5a. Provincia Socialista autónoma de Kosovo, con capital en Priština
5b. Provincia Socialista autónoma de Vojvodina, con capital en Novi Sad
República Socialista de Eslovenia, con capital en Liubliana.
La Yugoslavia Federal
La República Federal de Yugoslavia tuvo como fecha de creación el 28 de abril de 1992. Su estructura consistía de la Unión de las antiguas Repúblicas Socialistas de Serbia y Montenegro.
Los principales problemas que la Yugoslavia Federal tuvo que afrontar fue la guerra civil en Bosnia-Herzegovina, la guerra con Croacia y el movimiento separatista en Kosovo.
Kosovo
Desde los primeros años de la década de los 90, el liderazgo de la población de mayoría albanesa estuvo fuertemente ligada a la resistencia pacífica y la no-violencia para lograr la independencia para la provincia.
Para 1996 sin embargo, movimientos radicales albanicos formaron el Ejército de liberación Kosovar. Este movimiento se hizo responsable de múltiples ataques dentro de la provincia, teniendo como blanco principal la minoría serbia.
Serbia y Montenegro
Una de las últimas reformas que se han efectuado en el país ha sido la reestructuración del gobierno federal yugoslavo. Para marzo de 2002, los gobiernos de Serbia y Montenegro dieron su aprobación. Entre los cambios más radicales se encontraba el cambio de nombre a la Unión y el establecimiento de una confederación.
El 4 de febrero de 2003, por orden del Parlamento Federal Yugoslavo, la Yugoslavia Federal dejó de existir. A pesar de que el gobierno todavía mantiene su sede en Belgrado, mantiene una relación ceremonial con Serbia y Montenegro. A su cargo sólo está la defensa de sus constituyentes y las relaciones diplomáticas.
De esta manera, los gobiernos locales de Serbia y Montenegro tienen control total sobre sus asuntos internos, en un estado de facto de independencia. El control fronterizo ha sido restablecido entre ambas repúblicas.
El 21 de mayo de 2006 Montenegro votó en un referéndum para decidir sobre la separación definitiva de Serbia; más del 55% de la población votó a favor de la independencia conformándose así un nuevo estado y sepultando definitivamente los últimos vestigios de Yugoslavia.
2006-10-30 15:35:59
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answer #1
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answered by nitzahom 5
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La ruptura de Yugoslavia respondió por un lado a los intereses de una burocracia estalinista deseosa de convertirse en una nueva clase dominante y por otro a las aspiraciones del imperialismo occidental, especialmente el alemán, deseoso de aumentar su zona de influencia tras el colapso del estalinismo.
Para los marxistas este proceso no tenÃa el más mÃnimo contenido progresista. Era un conflicto reaccionario, en el que nos negamos a apoyar a ninguna de las camarillas chovinistas. Hemos defendido una postura internacionalista y de independencia de clase, de unión de la clase obrera de las distintas nacionalidades contra los regÃmenes reaccionarios de Tudjman y Milosevic y contra la intervención imperialista y la vuelta al capitalismo.
Por el contrario, desde los partidos proimperialistas a la izquierda reformista y a cantidad de grupúsculos autodenominados marxistas se ha insistido en defender la independencia de Croacia y Eslovenia como un paso adelante, amparándose en el "derecho de autodeterminación" de las naciones.
Por supuesto que los marxistas defendemos este derecho como medio para acabar con la opresión nacional y la influencia de la burguesÃa nacionalista, pero dicho esto hay que ir un poco más allá, hay que analizar la cuestión nacional en cada situación concreta. El derecho de autodeterminación para los marxistas siempre está vinculado y subordinado a los intereses generales de la clase obrera y la revolución socialista internacional.
En el contexto que hemos descrito en Croacia, con un Tudjman provocando a la minorÃa serbia y está respondiendo con polÃticas nacionalistas, una fuerza revolucionaria donde debÃa poner el énfasis no es en el derecho de autodeterminación (por otro lado de quién, ¿de los croatas o de la minorÃa serbia de Croacia?), sino en la unidad de los trabajadores por encima de diferencias nacionales. No tenÃa ningún sentido dar apoyo a uno u otro bando. Insistir en abstracto, como la gran mayorÃa de grupúsculos autodenominados marxistas, en la autodeterminación, no ayudaba a elevar el nivel de conciencia y unir a los trabajadores; en todo caso se convertÃa en un eco pálido de la demagogia imperialista sobre la misma cuestión.
Algunos han argumentado sin entender nada del pensamiento marxista que el nacionalismo en la Yugoslavia de los 90, como en la Revolución de Octubre, era el germen de un bolchevismo inmaduro, el renacer de una lucha popular progresista en los balcanes. Cuando León Trotsky, en su brillante Historia de la Revolución Rusa, analizaba el programa bolchevique ante la cuestión nacional, explicaba cómo el nacionalismo de los pueblos oprimidos por el zarismo era la única forma de expresión que el campesinado podÃa tener en su amanecer a la polÃtica. Instintivamente su lucha contra la opresión se identificaba con la lucha contra el opresor que sentÃa más cercano, el terrateniente o el funcionario, generalmente de nacionalidad rusa. En ese contexto ese nacionalismo era enormemente progresista y con un programa correcto basado en el reconocimiento del derecho de autodeterminación podÃa convertirse rápidamente en revolucionario, de ahà la frase sobre el bolchevismo inmaduro.
La pregunta que podemos hacernos es si el resurgir del nacionalismo en Yugoslavia tenÃa algo que ver con la situación de 1917 en el imperio zarista. La respuesta evidentemente es no. El nacionalismo, como hemos visto, fue utilizado por la burocracia ex estalinista y el imperialismo, especialmente el alemán, para dividir a la clase obrera y facilitar sus intereses; era un nacionalismo chovinista, no una respuesta a una supuesta opresión nacional serbia, una forma de quitarse de encima a las regiones más atrasadas y poder entrar en el Eldorado capitalista.
Lenin siempre trató la cuestión nacional sobre la base de las circunstancias concretas. En esta situación una fuerza marxista en Yugoslavia hubiese defendido la unidad de la clase obrera y la lucha contra la restauración capitalista. Por supuesto que, frente a la demagogia nacionalista burguesa en Croacia o en Serbia, hubiese defendido el máximo respeto a todas las nacionalidades, pero nunca habrÃa hecho una única bandera del derecho de autodeterminación en un contexto en que este derecho se convertÃa en una hoja de parra para esconder los intereses de las camarillas nacionalistas y las aspiraciones expansionistas del imperialismo alemán.
Algunos autoproclamados marxistas han argumentado que la separación de Croacia, Eslovenia, Bosnia-Herzegovina, etc., era la única forma para que posteriormente los trabajadores volviesen a poner en primer plano las luchas sociales y se pudiesen unir en la lucha. Una vez más estos señores utilizan mecánicamente a Lenin para semejante afirmación, demostrando, por cierto, que se puede leer mucho sin entender absolutamente nada. ¿Qué tiene que ver el contexto en el que Lenin (en su artÃculo publicado en este número de la revista) ponÃa como ejemplo positivo para la lucha de la clase obrera la separación entre Noruega y Suecia en 1905, con el contexto de la Yugoslavia de los 90? ¡Absolutamente nada! Las pruebas son más que evidentes. La separación de Croacia y Eslovenia no ha servido para que años después los recelos entre serbios y croatas disminuyeran, sino que fue el primer paso para la horrible guerra en Bosnia-Herzegovi-na, y para que hoy los odios nacionales continúen campando a sus anchas por los Balcanes. Con una población absolutamente entremezclada durante siglos, en pleno proceso de restauración capitalista, la ruptura de Yugos-lavia fue un acto reaccionario que ha tenido consecuencias terribles para todos los pueblos de la zona, ha provocado guerras bárbaras y ha retrasado la causa del socialismo en los Balcanes y todavÃa hoy, una década después, amenaza con nuevas y sangrientas guerras.
Por otro lado, ¡qué cinismo el de las potencias occidentales, acordándose de la autodeterminación de eslovenos y croatas cuando se olvidan y favorecen la represión de kurdos o palestinos, o, en el caso que nos ocupa, de los serbios de Croacia! Hoy, como siempre, el imperialismo utiliza el derecho de autodeterminación como forma de encubrir sus maniobras e intereses.
Tras una década de independencias podemos hacer balance. Los pueblos de Eslovenia y Croacia ni son más independientes, ni son más libres ni más prósperos.
Ambas naciones son hoy colonias del capital alemán, que controla el 40% del comercio exterior croata y el 35% de las inversiones extranjeras. Un ejemplo de la independencia croata: en 1993 la empresa germana Siemens compró obligaciones del Estado por ¡3.000 millones de dólares!, asà no sólo se asegura el monopolio de la energÃa y las telecomunicaciones, sino que medio Estado le pertenece. En Eslovenia otro tanto de lo mismo. Son sociedades con elevados Ãndices de paro –sólo en 1991 habÃa subido de 160.000 a 200.000 en Croacia y a más de 100.000 en Eslovenia–, y donde la prometida democracia, sobre todo en el caso croata, consiste en un Gobierno corrupto, totalmente autoritario y con todo tipo de medidas antiobreras.
Pero qué decir de la independiente Bosnia-Herzegovina o de Kosovo. Podemos afirmar sin titubear que son un protectorado de la OTAN y EEUU. ¿Dónde está la autodeterminación y la independencia nacional, en las antiguas repúblicas yugoslavas? No cabe duda de que en el seno de la Federación yugoslava eran mucho más independientes que hoy.
2006-10-30 18:37:34
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answer #2
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answered by Darío B 6
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