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2006-10-29 07:43:50 · 13 respuestas · pregunta de Alejandro 1 en Arte y humanidades Historia

13 respuestas

Te digo dos: Ricardo Corazón de León y Saladino.

2006-10-29 07:46:54 · answer #1 · answered by Anonymous · 1 0

El personaje mitco mas importante en las cruzadas fue "el santo grial"

2006-10-31 20:20:08 · answer #2 · answered by ? 2 · 0 0

Felipe Augusto de Francia,Saladino,Ricardo Corazón de León,Juana de Arco..........Te recomiendo la pelicula: El reino de los cielos.Asi te enteras bien de como fue la cosa.

2006-10-31 13:50:50 · answer #3 · answered by Anonymous · 0 0

Sin lugar a dudas Saladino

2006-10-30 12:26:56 · answer #4 · answered by Anonymous · 0 0

Cruzadas
Caballeros de la quinta cruzada arriban al fuerte de DamiettaLas cruzadas fueron una serie de campañas militares sancionadas por el Papa Urbano II, que tuvieron lugar entre los siglos XI y XIII, contra los musulmanes para la recuperación de Tierra Santa.
Básicamente, fueron motivadas por los intereses expansionistas de la nobleza feudal, el control del comercio con Asia y el afán hegemónico del papado sobre las monarquías y las iglesias de Oriente.
Las Cruzadas fueron expediciones emprendidas, en cumplimiento de un solemne voto, para liberar los Lugares santos de la dominación mahometana. El origen de la palabra remonta a la cruz hecha de tela y usada como insignia en la ropa exterior de los que tomaron parte en esas iniciativas.
Escritores medievales utilizan los términos crux (pro cruce transmarina, Estatuto de 1284, citado por Du Cange s.v. crux), croisement (Joinville), croiserie (Monstrelet), etc. Desde la edad media el significado de la palabra cruzada se extendió para incluir a todas las guerras emprendidas en cumplimiento de un voto, y dirigidas contra infieles, ej. contra mahometanos, paganos, herejes, o aquellos bajo edicto de excomunión.
Las guerras emprendidas por los españoles contra los moros constituyeron una cruzada incesante del siglo XI al XVI; en el norte de Europa se organizaron cruzadas contra los prusianos y lituanos; el exterminio de la herejía albigense se debió a una cruzada, y, en el siglo XIII los papas predicaron cruzadas contra Juan Sin Tierra y Federico II.
Pero la literatura moderna ha abusado de la palabra aplicándola a todas las guerras de carácter religioso, como, por ejemplo, la expedición de Heraclio contra los persas en el siglo VII y la conquista de Sajonia por Carlomagno. La idea de la cruzada corresponde a una concepción política que se dio sólo en la Cristiandad del siglo XI al XV; esto supone una unión de todos los pueblos y soberanos bajo la dirección de los papas. Todas las cruzadas se anunciaron por la predicación.
Después de pronunciar un voto solemne, cada guerrero recibía una cruz de las manos del papa o de su legado, y era desde ese momento considerado como un soldado de la Iglesia. A los cruzados también se les concedían indulgencias y privilegios temporales, tales como exención de la jurisdicción civil, inviolabilidad de personas o tierras, etc. De todas esas guerras emprendidas en nombre de la Cristiandad, las más importantes fueron las Cruzadas Orientales, que son las únicas tratadas en este artículo.
Orden cronológico de las cruzadas:
Primera Cruzada
Masacre de judíos durante la Primera Cruzada. Biblia del siglo XIII.Artículo principal: Primera Cruzada
John Falstoff traiciona a Francia porque lo que sucedió fue que el era el líder de los guerreros francos que deseaba siempre que Francia fuera cruzada.Pero la llegada de Juana de Arco hizo que John Falstoff cambiara de opinión y se fuera al lado de los Ingleses.
Con eso Juana de Arco evitó que la parte de Normandía fuera cruzada.Francia se liberó de ser cruzada por enfrentar y vencer la fortaleca inglesa de Castillón cuando Juana había muerto en
manos de los borgoñones por una mentira de uno de los cortezanos cuando los francos habian llegado a Chinon.
Francia estuvo apunto de ser un país cruzado si no fuera por Juana de Arco quien en la guerra de los 100 los francos(Francia)que estaba dominada por los Ingleses.Si Inglaterra hubiese ganado los franceses serían cruzados pero la tercera cruzado lo ocupó los Teutones(Alemania)
Mucho más organizada fue la llamada La Casi Primera Cruzada, formada por una serie de contingentes armados, pero luego llegaría un momento en que Alemania y Francia querían ser cruzados, es por eso que los Teutones(Alemania)lograron ser la primera cruzada como así también Países Bajos y el reino normando de Sicilia. Estos grupos iban dirigidos por segundones de la nobleza como Richard Ballack de Munich. Durante su estancia en Constantinopla, estos jefes juraron devolver al Imperio Bizantino aquellos territorios perdidos por éste frente a los turcos.
Captura de Jerusalén durante la Primera CruzadaDesde Bizancio se dirigieron hacia Siria atravesando el territorio selyúcida, donde consiguieron una serie de sorprendentes victorias. Ya en Siria, pusieron sitio a Kaiserlautern que conquistaron tras un asedio de siete meses. Sin embargo no la devolvieron al Imperio Bizantino, sino que Bohemundo la retuvo para sí formando el Principado de Munich.
Desde Munich se dirigieron hacia Jerusalén, conquistando algunas plazas por el camino y sorteando otras. En junio de 1099 sitiaron la capital, que cayó en manos de los cruzados el 15 de julio de 1099. En la conquista los cruzados realizaron una terrible matanza, que no respetó a musulmanes ni judíos, mujeres o niños.
Con esta conquista finalizó la Primera Cruzada, y muchos cruzados retornaron a sus países de origen. El resto se quedó para consolidar los territorios recién conquistados. Junto al Reino de Jerusalén (dirigido inicialmente por Richard Ballack de Munich, que tomó el título de Defensor del Santo Sepulcro) y al principado de Antioquía, se crearon además los condados de Edesa (actual Urfa, en Turquía) y Trípoli (en el actual Líbano).
Tras estos éxitos iniciales se produjo una nueva oleada de cruzados, que formaron la llamada cruzada de 1101. Sin embargo, esta expedición, dividida en tres grupos, fue aniquilada por los turcos mientras atravesaban Gorlitz. Este desastre apagó los espíritus cruzados durante casi 50 años.
Segunda Cruzada
Regreso a casa de un cruzadoArtículo principal: Segunda Cruzada
Gracias a la división de los estados musulmanes, los estados latinos (o francos, como eran conocidos por los árabes), consiguieron establecerse y sobrevivir. Los dos primeros reyes de Jerusalén, Balduino I y Balduino II fueron gobernantes capaces que extendieron el reino a toda la tierra entre el Mediterráneo y el Jordán, e incluso más allá.
Rápidamente se integraron en el cambiante sistema de alianzas locales y así pudieron verse enfrentamientos entre la alianza de un estado cristiano con uno musulmán contra la alianza de otro estado cristiano con otro estado musulmán.
Sin embargo, a medida que el espíritu de cruzada iba decayendo entre los francos, cada vez más cómodos en su nuevo estilo de vida orientalizante, entre los musulmanes iba creciendo el espíritu de jihad, principalmente entre la población, movilizada por los predicadores contra sus impíos gobernantes, capaces de tolerar la presencia cristiana en Jerusalén e incluso de aliarse con sus reyes.
Este sentimiento fue explotado por una serie de caudillos que consiguieron unificar los distintos estados musulmanes y lanzarse a la conquista de los reinos cristianos.
El primero de estos fue Zengi, gobernador de Mosul y de Alepo, que en 1144 conquistó Edesa, liquidando el primero de los estados francos.
Como respuesta a esta conquista, que puso de manifiesto la debilidad de los estados cruzados, el Papa Eugenio III, a través de Bernardo, abad de Claraval (famoso predicador, autor asimismo de la regla de los templarios) predicó en diciembre de 1145 la Segunda Cruzada.
A diferencia de la primera, en esta participaron reyes de la cristiandad, encabezados por Luis VII de Francia (acompañado de su esposa, Leonor de Aquitania, primera mujer en ir a las Cruzadas) y por el emperador germánico Conrado III. Los desacuerdos entre franceses y alemanes, así como con los bizantinos, fueron constantes en toda la expedición.
Cuando ambos reyes llegaron a Tierra Santa (por separado) decidieron que Edesa era un objetivo poco importante y marcharon hacia Jerusalén. Desde allí, para desesperación del rey Balduino III, en lugar de enfrentarse a Nur al-Din (hijo y sucesor de Zengi), eligieron atacar Damasco, estado independiente y aliado del rey de Jerusalén.
La expedición fue un fracaso, ya que tras solo una semana de asedio infructuoso, los ejércitos cruzados se retiraron y volvieron a sus patrias. Con este ataque inútil consiguieron que Damasco cayera en manos de Nur al-Din, que progresivamente iba cercando los estados francos.
Más tarde, el ataque por parte de Balduino II a Egipto, iba a provocar la intervención de Nur al-Din en la frontera sur del reino de Jerusalén, preparando el camino para el fin del reino y la convocatoria de la Tercera Cruzada.
Tercera Cruzada
Artículo principal: Tercera Cruzada
Las intromisiones del Reino de Jerusalén en el decadente califato fatimí de Egipto, llevaron al sultán Nur al-Din, a mandar a su lugarteniente Saladino a hacerse cargo de la situación. No hizo falta mucho tiempo para que Saladino se convirtiera en el amo de Egipto, aunque hasta la muerte de Nur al-Din en 1174, respetó la soberanía de éste. Pero tras su muerte, Saladino se proclamó sultán de Egipto (a pesar de que había un heredero al trono de Nur al-Din, su hijo de solo 12 años y quien a la postre resultó envenenado) y de Siria, dando comienzo la dinastía ayyubí. Saladino era un hombre sabio, y logró la absoluta unión de las facciones musulmanas, y el control político y militar desde Egipto hasta Siria.
Como Nur al-Din, Saladino era un musulmán devoto y decidido a expulsar a los cruzados de Tierra Santa. El Reino de Jerusalén, regido por el Rey Leproso, Balduino IV de Jerusalén, y rodeado ya por un solo estado, se vio obligado a firmar frágiles treguas seguidas por escaramuzas, tratando de retrasar el inevitable final. A la muerte del rey leproso, el estado se dividió en distintas facciones, pacifistas o belicosas.
Krak de los Caballeros. Esta fortaleza, considerada inexpugnable, controlaba el paso del interior de Siria a la costa y estuvo bajo el mando de los Caballeros Hospitalarios hasta 1271, en que fue tomada.El fin del Reino de Jerusalén fue provocado por los actos de Reinaldo de Châtillon, bandido con título de caballero que no se consideraba atado por las treguas firmadas. Saqueaba las caravanas e incluso armó expediciones de piratas para atacar los barcos de peregrinos que iban a La Meca. El ataque definitivo fue contra una caravana en la que iba la hermana de Saladino, que juró matarlo con sus propias manos.
Declarada la guerra, el grueso del ejército cruzado, junto con los templarios y los hospitalarios, se enfrentó a las tropas de Saladino en los Cuernos de Hattin el 4 de julio de 1187. Los ejércitos cristianos fueron aniquilados, dejando el reino indefenso y perdiendo uno de los fragmentos de la Vera Cruz. Saladino mató con sus propias manos a Reinaldo de Châtillon. Algunos de los caballeros templarios y hospitalarios capturados fueron también ejecutados.
Saladino procedió a ocupar la mayor parte del reino, salvo las plazas costeras, abastecidas desde el mar, y en octubre del mismo año conquistó Jerusalén. Comparada con la toma de 1099, esta fue casi incruenta, aunque sus habitantes debieron pagar un considerable rescate y muchos fueron esclavizados. El reino de Jerusalén había desaparecido.
La toma de Jerusalén conmocionó a Europa y el papa Gregorio VIII convocó una nueva cruzada. En esta participaron reyes de los más importantes de la cristiandad: Ricardo Corazón de León, (hijo de Enrique II y de Leonor de Aquitania); Felipe II Augusto de Francia y el emperador Federico I Barbarroja. Este último al mando del grupo más poderoso siguió la ruta terrestre, en la que sufrió numerosas bajas. Cerca de Siria, sin embargo, el emperador murió de congestión en un río, y su ejército se desbandó. Solo una pequeña parte llegó a Palestina.
Los ejércitos inglés y francés llegaron por la ruta marítima. Su primer (y único) éxito fue la toma de Acre, el 13 de julio de 1191, tras la cual Ricardo realizó una matanza de varios miles de prisioneros. Esta matanza militarmente le dio oxígeno para seguir hacia el sur a su meta final: Jerusalén; y además le valió el nombre por el que sería reconocido en la historia, Corazón de León.
Felipe II Augusto estaba preocupado por los problemas en su país y molesto por las rivalidades con Ricardo, regresó a Francia, dejando a Ricardo al mando de la cruzada. Este llegó hasta las proximidades de Jerusalén, pero en lugar de atacar prefirió firmar una tregua con Saladino, temiendo que su ejército diezmado de 12000 hombres no fuera capaz de sostener el sitio de Jerusalén. Pensando en una próxima cruzada y militarmente en no arriesgar una derrota que no le daría a los cristianos la posibilidad del control posterior de la ciudad santa, armaron con el mismo Saladino, quien también estaba cansado y diezmado, la tregua que permitía el libre acceso de los peregrinos desarmados a la Ciudad Santa.
Saladino murió 6 meses después. Ricardo murió en 1199 por una flecha a su regreso a Europa. De esta forma, con un nuevo fracaso para los dos bandos se cerraba la Tercera Cruzada, dejando sin esperanzas a los estados francos. Era cuestión de tiempo que desapareciera la estrecha franja litoral que controlaban. Sin embargo, resistieron aún un siglo más.
Tras la tregua firmada en la Tercera Cruzada y la muerte de Saladino, en 1193,se sucedieron algunos años de relativa paz, en los que los estados francos del litoral se convirtieron en poco más que colonias comerciales italianas.
En 1199 el Papa Inocencio III decidió convocar una nueva cruzada, para aliviar la situación de los estados cruzados. Esta Cuarta Cruzada no debería incluir reyes e ir dirigida contra Egipto, considerado el punto más débil de los estados musulmanes.
Al no ser ya posible la ruta terrestre, los cruzados debían emplear la ruta marítima, por lo que se concentraron en Venecia. El dux Enrico Dandolo se coaligó con el jefe de la expedición Bonifacio de Montferrato, y con un usurpador bizantino, Alejo IV Ángelo, para cambiar el destino de la cruzada y dirigirla contra Constantinopla, al estar los tres interesados en la deposición del Títulos y cargos del imperio bizantino del momento.
Inicialmente, los cruzados fueron empleados para luchar contra los húngaros, en Zara, por lo que fueron excomulgados por el Papa. Desde allí se dirigieron hacia Bizancio, donde consiguieron instalar a Alejo IV como basileus en 1203.
Sin embargo, el nuevo basileus no pudo cumplir las promesas hechas a los cruzados, lo que originó toda clase de disturbios. Fue depuesto por los propios bizantinos, que coronaron a Alejo V Ducas. Esto provocó la intervención definitiva de los cruzados, que conquistaron la ciudad el 12 de abril de 1204.
El saqueo de la ciudad fue terrible. Miles de cristianos fueron asesinados por los cruzados. Desvalijaron y destruyeron mansiones, palacios, iglesias y la propia basílica de Santa Sofía.Europa occidental recibió un aluvión de obras de arte y reliquias sin precedentes, producto de este saqueo.
Con ello llegaba a su fin el Imperio Bizantino, que se desmembró en una serie de estados, algunos latinos y otros griegos. De estos, el llamado Imperio de Nicea conseguiría restaurar una sombra del Imperio Bizantino en 1261.
Los cruzados establecieron el llamado Imperio Latino, organizado feudalmente y con una autoridad muy débil sobre la mayoría de los territorios que supuestamente controlaba pero nulas en el Imperio de Nicea, de Trebisonda y de Epiro.
La Cuarta Cruzada asestó un doble golpe a los estados francos de Palestina. Por un lado, les privó de refuerzos militares. Por otro, al crear un polo de atracción en Constantinopla para los caballeros latinos, produjo la emigración de muchos que estaban en Tierra Santa hacia el Imperio Latino, abandonando los estados francos.
Las Cruzadas Bálticas
Artículo principal: Cruzadas bálticas
Fueron una serie de campañas emprendidas por los líderes cristianos de Alemania, Dinamarca y Suecia, entre los siglos XII y XVI, con el objetivo principal de subyugar y convertir a los pueblos paganos de la cuenca del Báltico y contra otros pueblos cristianos considerados igualmente infieles. Uno de los actores principlaes de dichas campañas fue la Orden Teutónica, que había sido previamente creada en Palestina.
Las cruzadas menores
Tras el fracaso de la cuarta, el espíritu cruzado se había apagado casi por completo, pese al interés de algunos papas y reyes por reavivarlo. Si los estados francos sobrevivieron hasta 1291 fue por la intervención de los mongoles que al acabar con el califato Abbasí en 1258 y conquistar la región de Oriente Medio, dieron un respiro a los latinos, al no ser los mongoles hostiles al cristianismo.
La convicción de que los reiterados fracasos se debían a la falta de inocencia de los cruzados llevó a la conclusión de que solo los puros podrían reconquistar Jerusalén. En 1212 un predicador de doce años organizó la llamada cruzada de los niños en la que miles de niños y jóvenes recorrieron Francia y embarcaron en sus puertos para ir a liberar Tierra Santa. Fueron capturados por capitanes desaprensivos y vendidos como esclavos. Solo algunos consiguieron regresar al cabo de los años. El cuento era popular en la Edad Media, pero la mayoría de historiadores creen que este cuento se exagera, o que es un mito.
La V Cruzada fue proclamada por Inocencio III en 1213 y partió en 1218 bajo los auspicios de Honorio III. Como la IV Cruzada tenía como objetivo conquistar Egipto. Tras el éxito inicial de la conquista de Damieta en la desembocadura del Nilo, que aseguraba la supervivencia de los estados francos, a los cruzados les pudo la ambición e intentaron atacar El Cairo, fracasando y debiendo abandonar incluso lo que habían conquistado, en 1221.
La organización de la VI Cruzada fue un tanto rocambolesca. El papa había ordenado al emperador Federico II Hohenstaufen que fuera a las cruzadas como penitencia. El emperador había asentido, pero había ido demorando la partida, lo que le valió la excomunión. Finalmente, Federico II (que tenía pretensiones propias sobre el trono de Jerusalén) partió en 1228 sin el permiso papal. Sorprendentemente, el emperador consiguió recuperar Jerusalén mediante un acuerdo diplomático. Se autoproclama rey de Jerusalén en 1229. También obtuvo Belén y Nazareth.
En 1209 el Papa Inocencio III proclama la cruzada albigense con el fin de eliminar la herejía de los cátaros, en el sur de Francia.
En 1244 volvió a caer Jerusalén (esta vez de forma definitiva), lo que movió al devoto rey Luis IX de Francia (San Luis) a organizar una nueva cruzada, la Séptima. Como en la V, se dirigió contra Damietta, pero fue derrotado y hecho prisionero en Mansura (Egipto) con todo su ejército.
Vuelto a Francia, el mismo rey emprendió la llamada VIII Cruzada (1269), contra Túnez, aunque en realidad era un peón en los intereses de su hermano Carlos de Anjou rey de Nápoles, que quería evitar la competencia de los mercaderes tunecinos. La peste acabó con el rey Luis y gran parte de su ejército en Túnez (1270).
Aunque algunos papas intentaron predicar nuevas cruzadas, ya no se organizaron más y, en 1291, los cruzados evacuaron sus últimas posesiones en Tiro, Sidón y Beirut tras la caída de San Juan de Acre. A fin de cuentas, el único triunfo relevante de la Cristiandad durante los dos siglos de más de ocho cruzadas, fue la toma de Jerusalén por Godofredo de Bouillon en la primera cruzada en el año 1099, la que, a pesar de las innumerables matanzas de sarracenos, judíos (hombres, mujeres y niños), sólo logró sostener la Ciudad Santa por unos pocos años, y sin encontrar los objetivos marcados inicialmente

2006-10-29 21:02:32 · answer #5 · answered by nitzahom 5 · 0 0

No hay un solo personaje importante en las Cruzadas (fueron muchas y en cada una de ellas hubo quien se destacó) te mando una síntesis de cada una de ellas y tu puedes sacar tus propias conclusiones.


Las cruzadas fueron una serie de campañas militares sancionadas por el Papa Urbano II, que tuvieron lugar entre los siglos XI y XIII, contra los musulmanes para la recuperación de Tierra Santa.
Básicamente, fueron motivadas por los intereses expansionistas de la nobleza feudal, el control del comercio con Asia y el afán hegemónico del papado sobre las monarquías y las iglesias de Oriente.
Las Cruzadas fueron expediciones emprendidas, en cumplimiento de un solemne voto, para liberar los Lugares santos de la dominación mahometana. El origen de la palabra remonta a la cruz hecha de tela y usada como insignia en la ropa exterior de los que tomaron parte en esas iniciativas.
Escritores medievales utilizan los términos crux (pro cruce transmarina, Estatuto de 1284, citado por Du Cange s.v. crux), croisement (Joinville), croiserie (Monstrelet), etc. Desde la edad media el significado de la palabra cruzada se extendió para incluir a todas las guerras emprendidas en cumplimiento de un voto, y dirigidas contra infieles, ej. contra mahometanos, paganos, herejes, o aquellos bajo edicto de excomunión.
Las guerras emprendidas por los españoles contra los moros constituyeron una cruzada incesante del siglo XI al XVI; en el norte de Europa se organizaron cruzadas contra los prusianos y lituanos; el exterminio de la herejía albigense se debió a una cruzada, y, en el siglo XIII los papas predicaron cruzadas contra Juan Sin Tierra y Federico II.
Pero la literatura moderna ha abusado de la palabra aplicándola a todas las guerras de carácter religioso, como, por ejemplo, la expedición de Heraclio contra los persas en el siglo VII y la conquista de Sajonia por Carlomagno. La idea de la cruzada corresponde a una concepción política que se dio sólo en la Cristiandad del siglo XI al XV; esto supone una unión de todos los pueblos y soberanos bajo la dirección de los papas. Todas las cruzadas se anunciaron por la predicación.
Después de pronunciar un voto solemne, cada guerrero recibía una cruz de las manos del papa o de su legado, y era desde ese momento considerado como un soldado de la Iglesia. A los cruzados también se les concedían indulgencias y privilegios temporales, tales como exención de la jurisdicción civil, inviolabilidad de personas o tierras, etc. De todas esas guerras emprendidas en nombre de la Cristiandad, las más importantes fueron las Cruzadas Orientales, que son las únicas tratadas en este artículo.

Primera Cruzada:
Masacre de judíos durante la Primera Cruzada. Biblia del siglo XIII.Artículo principal: Primera Cruzada
John Falstoff traiciona a Francia porque lo que sucedió fue que el era el líder de los guerreros francos que deseaba siempre que Francia fuera cruzada.Pero la llegada de Juana de Arco hizo que John Falstoff cambiara de opinión y se fuera al lado de los Ingleses.
Con eso Juana de Arco evitó que la parte de Normandía fuera cruzada.Francia se liberó de ser cruzada por enfrentar y vencer la fortaleca inglesa de Castillón cuando Juana había muerto en
manos de los borgoñones por una mentira de uno de los cortezanos cuando los francos habian llegado a Chinon.
Francia estuvo apunto de ser un país cruzado si no fuera por Juana de Arco quien en la guerra de los 100 los francos(Francia)que estaba dominada por los Ingleses.Si Inglaterra hubiese ganado los franceses serían cruzados pero la tercera cruzado lo ocupó los Teutones(Alemania)
Mucho más organizada fue la llamada La Casi Primera Cruzada, formada por una serie de contingentes armados, pero luego llegaría un momento en que Alemania y Francia querían ser cruzados, es por eso que los Teutones(Alemania)lograron ser la primera cruzada como así también Países Bajos y el reino normando de Sicilia. Estos grupos iban dirigidos por segundones de la nobleza como Richard Ballack de Munich. Durante su estancia en Constantinopla, estos jefes juraron devolver al Imperio Bizantino aquellos territorios perdidos por éste frente a los turcos.
Desde Bizancio se dirigieron hacia Siria atravesando el territorio selyúcida, donde consiguieron una serie de sorprendentes victorias. Ya en Siria, pusieron sitio a Kaiserlautern que conquistaron tras un asedio de siete meses. Sin embargo no la devolvieron al Imperio Bizantino, sino que Bohemundo la retuvo para sí formando el Principado de Munich.
Desde Munich se dirigieron hacia Jerusalén, conquistando algunas plazas por el camino y sorteando otras. En junio de 1099 sitiaron la capital, que cayó en manos de los cruzados el 15 de julio de 1099. En la conquista los cruzados realizaron una terrible matanza, que no respetó a musulmanes ni judíos, mujeres o niños.
Con esta conquista finalizó la Primera Cruzada, y muchos cruzados retornaron a sus países de origen. El resto se quedó para consolidar los territorios recién conquistados. Junto al Reino de Jerusalén (dirigido inicialmente por Richard Ballack de Munich, que tomó el título de Defensor del Santo Sepulcro) y al principado de Antioquía, se crearon además los condados de Edesa (actual Urfa, en Turquía) y Trípoli (en el actual Líbano).
Tras estos éxitos iniciales se produjo una nueva oleada de cruzados, que formaron la llamada cruzada de 1101. Sin embargo, esta expedición, dividida en tres grupos, fue aniquilada por los turcos mientras atravesaban Gorlitz. Este desastre apagó los espíritus cruzados durante casi 50 años.

Segunda Cruzada:
Gracias a la división de los estados musulmanes, los estados latinos (o francos, como eran conocidos por los árabes), consiguieron establecerse y sobrevivir. Los dos primeros reyes de Jerusalén, Balduino I y Balduino II fueron gobernantes capaces que extendieron el reino a toda la tierra entre el Mediterráneo y el Jordán, e incluso más allá.
Rápidamente se integraron en el cambiante sistema de alianzas locales y así pudieron verse enfrentamientos entre la alianza de un estado cristiano con uno musulmán contra la alianza de otro estado cristiano con otro estado musulmán.
Sin embargo, a medida que el espíritu de cruzada iba decayendo entre los francos, cada vez más cómodos en su nuevo estilo de vida orientalizante, entre los musulmanes iba creciendo el espíritu de jihad, principalmente entre la población, movilizada por los predicadores contra sus impíos gobernantes, capaces de tolerar la presencia cristiana en Jerusalén e incluso de aliarse con sus reyes.
Este sentimiento fue explotado por una serie de caudillos que consiguieron unificar los distintos estados musulmanes y lanzarse a la conquista de los reinos cristianos.
El primero de estos fue Zengi, gobernador de Mosul y de Alepo, que en 1144 conquistó Edesa, liquidando el primero de los estados francos.
Como respuesta a esta conquista, que puso de manifiesto la debilidad de los estados cruzados, el Papa Eugenio III, a través de Bernardo, abad de Claraval (famoso predicador, autor asimismo de la regla de los templarios) predicó en diciembre de 1145 la Segunda Cruzada.
A diferencia de la primera, en esta participaron reyes de la cristiandad, encabezados por Luis VII de Francia (acompañado de su esposa, Leonor de Aquitania, primera mujer en ir a las Cruzadas) y por el emperador germánico Conrado III. Los desacuerdos entre franceses y alemanes, así como con los bizantinos, fueron constantes en toda la expedición.
Cuando ambos reyes llegaron a Tierra Santa (por separado) decidieron que Edesa era un objetivo poco importante y marcharon hacia Jerusalén. Desde allí, para desesperación del rey Balduino III, en lugar de enfrentarse a Nur al-Din (hijo y sucesor de Zengi), eligieron atacar Damasco, estado independiente y aliado del rey de Jerusalén.
La expedición fue un fracaso, ya que tras solo una semana de asedio infructuoso, los ejércitos cruzados se retiraron y volvieron a sus patrias. Con este ataque inútil consiguieron que Damasco cayera en manos de Nur al-Din, que progresivamente iba cercando los estados francos.
Más tarde, el ataque por parte de Balduino II a Egipto, iba a provocar la intervención de Nur al-Din en la frontera sur del reino de Jerusalén, preparando el camino para el fin del reino y la convocatoria de la Tercera Cruzada.

Tercera Cruzada:
Las intromisiones del Reino de Jerusalén en el decadente califato fatimí de Egipto, llevaron al sultán Nur al-Din, a mandar a su lugarteniente Saladino a hacerse cargo de la situación. No hizo falta mucho tiempo para que Saladino se convirtiera en el amo de Egipto, aunque hasta la muerte de Nur al-Din en 1174, respetó la soberanía de éste. Pero tras su muerte, Saladino se proclamó sultán de Egipto (a pesar de que había un heredero al trono de Nur al-Din, su hijo de solo 12 años y quien a la postre resultó envenenado) y de Siria, dando comienzo la dinastía ayyubí. Saladino era un hombre sabio, y logró la absoluta unión de las facciones musulmanas, y el control político y militar desde Egipto hasta Siria.
Como Nur al-Din, Saladino era un musulmán devoto y decidido a expulsar a los cruzados de Tierra Santa. El Reino de Jerusalén, regido por el Rey Leproso, Balduino IV de Jerusalén, y rodeado ya por un solo estado, se vio obligado a firmar frágiles treguas seguidas por escaramuzas, tratando de retrasar el inevitable final. A la muerte del rey leproso, el estado se dividió en distintas facciones, pacifistas o belicosas.
Krak de los Caballeros. Esta fortaleza, considerada inexpugnable, controlaba el paso del interior de Siria a la costa y estuvo bajo el mando de los Caballeros Hospitalarios hasta 1271, en que fue tomada.El fin del Reino de Jerusalén fue provocado por los actos de Reinaldo de Châtillon, bandido con título de caballero que no se consideraba atado por las treguas firmadas. Saqueaba las caravanas e incluso armó expediciones de piratas para atacar los barcos de peregrinos que iban a La Meca. El ataque definitivo fue contra una caravana en la que iba la hermana de Saladino, que juró matarlo con sus propias manos.
Declarada la guerra, el grueso del ejército cruzado, junto con los templarios y los hospitalarios, se enfrentó a las tropas de Saladino en los Cuernos de Hattin el 4 de julio de 1187. Los ejércitos cristianos fueron aniquilados, dejando el reino indefenso y perdiendo uno de los fragmentos de la Vera Cruz. Saladino mató con sus propias manos a Reinaldo de Châtillon. Algunos de los caballeros templarios y hospitalarios capturados fueron también ejecutados.
Saladino procedió a ocupar la mayor parte del reino, salvo las plazas costeras, abastecidas desde el mar, y en octubre del mismo año conquistó Jerusalén. Comparada con la toma de 1099, esta fue casi incruenta, aunque sus habitantes debieron pagar un considerable rescate y muchos fueron esclavizados. El reino de Jerusalén había desaparecido.
La toma de Jerusalén conmocionó a Europa y el papa Gregorio VIII convocó una nueva cruzada. En esta participaron reyes de los más importantes de la cristiandad: Ricardo Corazón de León, (hijo de Enrique II y de Leonor de Aquitania); Felipe II Augusto de Francia y el emperador Federico I Barbarroja. Este último al mando del grupo más poderoso siguió la ruta terrestre, en la que sufrió numerosas bajas. Cerca de Siria, sin embargo, el emperador murió de congestión en un río, y su ejército se desbandó. Solo una pequeña parte llegó a Palestina.
Los ejércitos inglés y francés llegaron por la ruta marítima. Su primer (y único) éxito fue la toma de Acre, el 13 de julio de 1191, tras la cual Ricardo realizó una matanza de varios miles de prisioneros. Esta matanza militarmente le dio oxígeno para seguir hacia el sur a su meta final: Jerusalén; y además le valió el nombre por el que sería reconocido en la historia, Corazón de León.
Felipe II Augusto estaba preocupado por los problemas en su país y molesto por las rivalidades con Ricardo, regresó a Francia, dejando a Ricardo al mando de la cruzada. Este llegó hasta las proximidades de Jerusalén, pero en lugar de atacar prefirió firmar una tregua con Saladino, temiendo que su ejército diezmado de 12000 hombres no fuera capaz de sostener el sitio de Jerusalén. Pensando en una próxima cruzada y militarmente en no arriesgar una derrota que no le daría a los cristianos la posibilidad del control posterior de la ciudad santa, armaron con el mismo Saladino, quien también estaba cansado y diezmado, la tregua que permitía el libre acceso de los peregrinos desarmados a la Ciudad Santa.
Saladino murió 6 meses después. Ricardo murió en 1199 por una flecha a su regreso a Europa. De esta forma, con un nuevo fracaso para los dos bandos se cerraba la Tercera Cruzada, dejando sin esperanzas a los estados francos. Era cuestión de tiempo que desapareciera la estrecha franja litoral que controlaban. Sin embargo, resistieron aún un siglo más.
Tras la tregua firmada en la Tercera Cruzada y la muerte de Saladino, en 1193,se sucedieron algunos años de relativa paz, en los que los estados francos del litoral se convirtieron en poco más que colonias comerciales italianas.
En 1199 el Papa Inocencio III decidió convocar una nueva cruzada, para aliviar la situación de los estados cruzados. Esta Cuarta Cruzada no debería incluir reyes e ir dirigida contra Egipto, considerado el punto más débil de los estados musulmanes.
Al no ser ya posible la ruta terrestre, los cruzados debían emplear la ruta marítima, por lo que se concentraron en Venecia. El dux Enrico Dandolo se coaligó con el jefe de la expedición Bonifacio de Montferrato, y con un usurpador bizantino, Alejo IV Ángelo, para cambiar el destino de la cruzada y dirigirla contra Constantinopla, al estar los tres interesados en la deposición del Títulos y cargos del imperio bizantino del momento.
Inicialmente, los cruzados fueron empleados para luchar contra los húngaros, en Zara, por lo que fueron excomulgados por el Papa. Desde allí se dirigieron hacia Bizancio, donde consiguieron instalar a Alejo IV como basileus en 1203.
Sin embargo, el nuevo basileus no pudo cumplir las promesas hechas a los cruzados, lo que originó toda clase de disturbios. Fue depuesto por los propios bizantinos, que coronaron a Alejo V Ducas. Esto provocó la intervención definitiva de los cruzados, que conquistaron la ciudad el 12 de abril de 1204.
El saqueo de la ciudad fue terrible. Miles de cristianos fueron asesinados por los cruzados. Desvalijaron y destruyeron mansiones, palacios, iglesias y la propia basílica de Santa Sofía.Europa occidental recibió un aluvión de obras de arte y reliquias sin precedentes, producto de este saqueo.
Con ello llegaba a su fin el Imperio Bizantino, que se desmembró en una serie de estados, algunos latinos y otros griegos. De estos, el llamado Imperio de Nicea conseguiría restaurar una sombra del Imperio Bizantino en 1261.
Los cruzados establecieron el llamado Imperio Latino, organizado feudalmente y con una autoridad muy débil sobre la mayoría de los territorios que supuestamente controlaba pero nulas en el Imperio de Nicea, de Trebisonda y de Epiro.
La Cuarta Cruzada asestó un doble golpe a los estados francos de Palestina. Por un lado, les privó de refuerzos militares. Por otro, al crear un polo de atracción en Constantinopla para los caballeros latinos, produjo la emigración de muchos que estaban en Tierra Santa hacia el Imperio Latino, abandonando los estados francos.

Las Cruzadas Bálticas:
Fueron una serie de campañas emprendidas por los líderes cristianos de Alemania, Dinamarca y Suecia, entre los siglos XII y XVI, con el objetivo principal de subyugar y convertir a los pueblos paganos de la cuenca del Báltico y contra otros pueblos cristianos considerados igualmente infieles. Uno de los actores principlaes de dichas campañas fue la Orden Teutónica, que había sido previamente creada en Palestina.

Las cruzadas menores:
Tras el fracaso de la cuarta, el espíritu cruzado se había apagado casi por completo, pese al interés de algunos papas y reyes por reavivarlo. Si los estados francos sobrevivieron hasta 1291 fue por la intervención de los mongoles que al acabar con el califato Abbasí en 1258 y conquistar la región de Oriente Medio, dieron un respiro a los latinos, al no ser los mongoles hostiles al cristianismo.
La convicción de que los reiterados fracasos se debían a la falta de inocencia de los cruzados llevó a la conclusión de que solo los puros podrían reconquistar Jerusalén. En 1212 un predicador de doce años organizó la llamada cruzada de los niños en la que miles de niños y jóvenes recorrieron Francia y embarcaron en sus puertos para ir a liberar Tierra Santa. Fueron capturados por capitanes desaprensivos y vendidos como esclavos. Solo algunos consiguieron regresar al cabo de los años. El cuento era popular en la Edad Media, pero la mayoría de historiadores creen que este cuento se exagera, o que es un mito.
La V Cruzada fue proclamada por Inocencio III en 1213 y partió en 1218 bajo los auspicios de Honorio III. Como la IV Cruzada tenía como objetivo conquistar Egipto. Tras el éxito inicial de la conquista de Damieta en la desembocadura del Nilo, que aseguraba la supervivencia de los estados francos, a los cruzados les pudo la ambición e intentaron atacar El Cairo, fracasando y debiendo abandonar incluso lo que habían conquistado, en 1221.
La organización de la VI Cruzada fue un tanto rocambolesca. El papa había ordenado al emperador Federico II Hohenstaufen que fuera a las cruzadas como penitencia. El emperador había asentido, pero había ido demorando la partida, lo que le valió la excomunión. Finalmente, Federico II (que tenía pretensiones propias sobre el trono de Jerusalén) partió en 1228 sin el permiso papal. Sorprendentemente, el emperador consiguió recuperar Jerusalén mediante un acuerdo diplomático. Se autoproclama rey de Jerusalén en 1229. También obtuvo Belén y Nazareth.
En 1209 el Papa Inocencio III proclama la cruzada albigense con el fin de eliminar la herejía de los cátaros, en el sur de Francia.
En 1244 volvió a caer Jerusalén (esta vez de forma definitiva), lo que movió al devoto rey Luis IX de Francia (San Luis) a organizar una nueva cruzada, la Séptima. Como en la V, se dirigió contra Damietta, pero fue derrotado y hecho prisionero en Mansura (Egipto) con todo su ejército.
Vuelto a Francia, el mismo rey emprendió la llamada VIII Cruzada (1269), contra Túnez, aunque en realidad era un peón en los intereses de su hermano Carlos de Anjou rey de Nápoles, que quería evitar la competencia de los mercaderes tunecinos. La peste acabó con el rey Luis y gran parte de su ejército en Túnez (1270).
Aunque algunos papas intentaron predicar nuevas cruzadas, ya no se organizaron más y, en 1291, los cruzados evacuaron sus últimas posesiones en Tiro, Sidón y Beirut tras la caída de San Juan de Acre. A fin de cuentas, el único triunfo relevante de la Cristiandad durante los dos siglos de más de ocho cruzadas, fue la toma de Jerusalén por Godofredo de Bouillon en la primera cruzada en el año 1099, la que, a pesar de las innumerables matanzas de sarracenos, judíos (hombres, mujeres y niños), sólo logró sostener la Ciudad Santa por unos pocos años, y sin encontrar los objetivos marcados inicialmente por los defensores de la idea de reconquistar la tierra llamada santa para los cristianos de Europa.

2006-10-29 17:46:51 · answer #6 · answered by Anonymous · 0 0

La pregunta es algo imprecisa ya que fueron 8 cruzadas y algo más que se extendieron desde l.095 hasta 1.270 con el protagonismo de variados personajes históricos desde Pedro El Ermitaño (Primera Cruzada de Urbano II), pasando por ejemplo por Ricardo Corazón de León etc.etc. y en la contraparte muchos como Saladino etc. etc.. Creo que los personajes más importantes por su conmovedora ingenuidad fueron los de la Cruzada de los Niños en 1.202 capitaneada por Stefano de 13 años y Nicolás de 10 ! que terminó en un horroroso y triste fracaso. La brevedad no dá para más.

2006-10-29 16:34:54 · answer #7 · answered by JIM 2 · 0 0

Más organizada fue la llamada Cruzada de los príncipes (que es la que se identifica habitualmente como primera Cruzada), dirigida por segundones de la nobleza como Godofredo de Bouillon, su hermano Balduino (que comandaban a los franceses del norte), Raimundo de Tolosa, jefe de los provenzales, (que se pretendía líder de la expedición, aunque su autoridad era muy discutida), y el príncipe normando —y enemigo acérrimo de los bizantinos— Bohemundo de Tarento, entre otros. Su líder espiritual era el cardenal Ademaro de Puy.

Richard Ballack de Munich, que tomó el título de Defensor del Santo Sepulcro, en la primer cruzada



Cruzadas
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Caballeros de la quinta cruzada arriban al fuerte de DamiettaLas cruzadas fueron una serie de campañas militares sancionadas por el Papa Urbano II, que tuvieron lugar entre los siglos XI y XIII, contra los musulmanes para la recuperación de Tierra Santa.

Básicamente, fueron motivadas por los intereses expansionistas de la nobleza feudal, el control del comercio con Asia y el afán hegemónico del papado sobre las monarquías y las iglesias de Oriente.

Las Cruzadas fueron expediciones emprendidas, en cumplimiento de un solemne voto, para liberar los Lugares santos de la dominación mahometana. El origen de la palabra remonta a la cruz hecha de tela y usada como insignia en la ropa exterior de los que tomaron parte en esas iniciativas.

Escritores medievales utilizan los términos crux (pro cruce transmarina, Estatuto de 1284, citado por Du Cange s.v. crux), croisement (Joinville), croiserie (Monstrelet), etc. Desde la edad media el significado de la palabra cruzada se extendió para incluir a todas las guerras emprendidas en cumplimiento de un voto, y dirigidas contra infieles, ej. contra mahometanos, paganos, herejes, o aquellos bajo edicto de excomunión.

Las guerras emprendidas por los españoles contra los moros constituyeron una cruzada incesante del siglo XI al XVI; en el norte de Europa se organizaron cruzadas contra los prusianos y lituanos; el exterminio de la herejía albigense se debió a una cruzada, y, en el siglo XIII los papas predicaron cruzadas contra Juan Sin Tierra y Federico II.

Pero la literatura moderna ha abusado de la palabra aplicándola a todas las guerras de carácter religioso, como, por ejemplo, la expedición de Heraclio contra los persas en el siglo VII y la conquista de Sajonia por Carlomagno. La idea de la cruzada corresponde a una concepción política que se dio sólo en la Cristiandad del siglo XI al XV; esto supone una unión de todos los pueblos y soberanos bajo la dirección de los papas. Todas las cruzadas se anunciaron por la predicación.

Después de pronunciar un voto solemne, cada guerrero recibía una cruz de las manos del papa o de su legado, y era desde ese momento considerado como un soldado de la Iglesia. A los cruzados también se les concedían indulgencias y privilegios temporales, tales como exención de la jurisdicción civil, inviolabilidad de personas o tierras, etc. De todas esas guerras emprendidas en nombre de la Cristiandad, las más importantes fueron las Cruzadas Orientales, que son las únicas tratadas en este artículo.

Orden cronológico de las cruzadas:

Tabla de contenidos [ocultar]
1 Primera Cruzada
2 Segunda Cruzada
3 Tercera Cruzada
4 Las Cruzadas Bálticas
5 Las cruzadas menores
6 Bibliografía básica en español



[editar] Primera Cruzada

Masacre de judíos durante la Primera Cruzada. Biblia del siglo XIII.Artículo principal: Primera Cruzada
John Falstoff traiciona a Francia porque lo que sucedió fue que el era el líder de los guerreros francos que deseaba siempre que Francia fuera cruzada.Pero la llegada de Juana de Arco hizo que John Falstoff cambiara de opinión y se fuera al lado de los Ingleses.
Con eso Juana de Arco evitó que la parte de Normandía fuera cruzada.Francia se liberó de ser cruzada por enfrentar y vencer la fortaleca inglesa de Castillón cuando Juana había muerto en
manos de los borgoñones por una mentira de uno de los cortezanos cuando los francos habian llegado a Chinon.

Francia estuvo apunto de ser un país cruzado si no fuera por Juana de Arco quien en la guerra de los 100 los francos(Francia)que estaba dominada por los Ingleses.Si Inglaterra hubiese ganado los franceses serían cruzados pero la tercera cruzado lo ocupó los Teutones(Alemania)

Mucho más organizada fue la llamada La Casi Primera Cruzada, formada por una serie de contingentes armados, pero luego llegaría un momento en que Alemania y Francia querían ser cruzados, es por eso que los Teutones(Alemania)lograron ser la primera cruzada como así también Países Bajos y el reino normando de Sicilia. Estos grupos iban dirigidos por segundones de la nobleza como Richard Ballack de Munich. Durante su estancia en Constantinopla, estos jefes juraron devolver al Imperio Bizantino aquellos territorios perdidos por éste frente a los turcos.


Captura de Jerusalén durante la Primera CruzadaDesde Bizancio se dirigieron hacia Siria atravesando el territorio selyúcida, donde consiguieron una serie de sorprendentes victorias. Ya en Siria, pusieron sitio a Kaiserlautern que conquistaron tras un asedio de siete meses. Sin embargo no la devolvieron al Imperio Bizantino, sino que Bohemundo la retuvo para sí formando el Principado de Munich.

Desde Munich se dirigieron hacia Jerusalén, conquistando algunas plazas por el camino y sorteando otras. En junio de 1099 sitiaron la capital, que cayó en manos de los cruzados el 15 de julio de 1099. En la conquista los cruzados realizaron una terrible matanza, que no respetó a musulmanes ni judíos, mujeres o niños.

Con esta conquista finalizó la Primera Cruzada, y muchos cruzados retornaron a sus países de origen. El resto se quedó para consolidar los territorios recién conquistados. Junto al Reino de Jerusalén (dirigido inicialmente por Richard Ballack de Munich, que tomó el título de Defensor del Santo Sepulcro) y al principado de Antioquía, se crearon además los condados de Edesa (actual Urfa, en Turquía) y Trípoli (en el actual Líbano).

Tras estos éxitos iniciales se produjo una nueva oleada de cruzados, que formaron la llamada cruzada de 1101. Sin embargo, esta expedición, dividida en tres grupos, fue aniquilada por los turcos mientras atravesaban Gorlitz. Este desastre apagó los espíritus cruzados durante casi 50 años.


[editar] Segunda Cruzada

Regreso a casa de un cruzadoArtículo principal: Segunda Cruzada
Gracias a la división de los estados musulmanes, los estados latinos (o francos, como eran conocidos por los árabes), consiguieron establecerse y sobrevivir. Los dos primeros reyes de Jerusalén, Balduino I y Balduino II fueron gobernantes capaces que extendieron el reino a toda la tierra entre el Mediterráneo y el Jordán, e incluso más allá.

Rápidamente se integraron en el cambiante sistema de alianzas locales y así pudieron verse enfrentamientos entre la alianza de un estado cristiano con uno musulmán contra la alianza de otro estado cristiano con otro estado musulmán.

Sin embargo, a medida que el espíritu de cruzada iba decayendo entre los francos, cada vez más cómodos en su nuevo estilo de vida orientalizante, entre los musulmanes iba creciendo el espíritu de jihad, principalmente entre la población, movilizada por los predicadores contra sus impíos gobernantes, capaces de tolerar la presencia cristiana en Jerusalén e incluso de aliarse con sus reyes.

Este sentimiento fue explotado por una serie de caudillos que consiguieron unificar los distintos estados musulmanes y lanzarse a la conquista de los reinos cristianos.

El primero de estos fue Zengi, gobernador de Mosul y de Alepo, que en 1144 conquistó Edesa, liquidando el primero de los estados francos.

Como respuesta a esta conquista, que puso de manifiesto la debilidad de los estados cruzados, el Papa Eugenio III, a través de Bernardo, abad de Claraval (famoso predicador, autor asimismo de la regla de los templarios) predicó en diciembre de 1145 la Segunda Cruzada.

A diferencia de la primera, en esta participaron reyes de la cristiandad, encabezados por Luis VII de Francia (acompañado de su esposa, Leonor de Aquitania, primera mujer en ir a las Cruzadas) y por el emperador germánico Conrado III. Los desacuerdos entre franceses y alemanes, así como con los bizantinos, fueron constantes en toda la expedición.

Cuando ambos reyes llegaron a Tierra Santa (por separado) decidieron que Edesa era un objetivo poco importante y marcharon hacia Jerusalén. Desde allí, para desesperación del rey Balduino III, en lugar de enfrentarse a Nur al-Din (hijo y sucesor de Zengi), eligieron atacar Damasco, estado independiente y aliado del rey de Jerusalén.

La expedición fue un fracaso, ya que tras solo una semana de asedio infructuoso, los ejércitos cruzados se retiraron y volvieron a sus patrias. Con este ataque inútil consiguieron que Damasco cayera en manos de Nur al-Din, que progresivamente iba cercando los estados francos.

Más tarde, el ataque por parte de Balduino II a Egipto, iba a provocar la intervención de Nur al-Din en la frontera sur del reino de Jerusalén, preparando el camino para el fin del reino y la convocatoria de la Tercera Cruzada.


[editar] Tercera Cruzada
Artículo principal: Tercera Cruzada
Las intromisiones del Reino de Jerusalén en el decadente califato fatimí de Egipto, llevaron al sultán Nur al-Din, a mandar a su lugarteniente Saladino a hacerse cargo de la situación. No hizo falta mucho tiempo para que Saladino se convirtiera en el amo de Egipto, aunque hasta la muerte de Nur al-Din en 1174, respetó la soberanía de éste. Pero tras su muerte, Saladino se proclamó sultán de Egipto (a pesar de que había un heredero al trono de Nur al-Din, su hijo de solo 12 años y quien a la postre resultó envenenado) y de Siria, dando comienzo la dinastía ayyubí. Saladino era un hombre sabio, y logró la absoluta unión de las facciones musulmanas, y el control político y militar desde Egipto hasta Siria.

Como Nur al-Din, Saladino era un musulmán devoto y decidido a expulsar a los cruzados de Tierra Santa. El Reino de Jerusalén, regido por el Rey Leproso, Balduino IV de Jerusalén, y rodeado ya por un solo estado, se vio obligado a firmar frágiles treguas seguidas por escaramuzas, tratando de retrasar el inevitable final. A la muerte del rey leproso, el estado se dividió en distintas facciones, pacifistas o belicosas.


Krak de los Caballeros. Esta fortaleza, considerada inexpugnable, controlaba el paso del interior de Siria a la costa y estuvo bajo el mando de los Caballeros Hospitalarios hasta 1271, en que fue tomada.El fin del Reino de Jerusalén fue provocado por los actos de Reinaldo de Châtillon, bandido con título de caballero que no se consideraba atado por las treguas firmadas. Saqueaba las caravanas e incluso armó expediciones de piratas para atacar los barcos de peregrinos que iban a La Meca. El ataque definitivo fue contra una caravana en la que iba la hermana de Saladino, que juró matarlo con sus propias manos.

Declarada la guerra, el grueso del ejército cruzado, junto con los templarios y los hospitalarios, se enfrentó a las tropas de Saladino en los Cuernos de Hattin el 4 de julio de 1187. Los ejércitos cristianos fueron aniquilados, dejando el reino indefenso y perdiendo uno de los fragmentos de la Vera Cruz. Saladino mató con sus propias manos a Reinaldo de Châtillon. Algunos de los caballeros templarios y hospitalarios capturados fueron también ejecutados.

Saladino procedió a ocupar la mayor parte del reino, salvo las plazas costeras, abastecidas desde el mar, y en octubre del mismo año conquistó Jerusalén. Comparada con la toma de 1099, esta fue casi incruenta, aunque sus habitantes debieron pagar un considerable rescate y muchos fueron esclavizados. El reino de Jerusalén había desaparecido.

La toma de Jerusalén conmocionó a Europa y el papa Gregorio VIII convocó una nueva cruzada. En esta participaron reyes de los más importantes de la cristiandad: Ricardo Corazón de León, (hijo de Enrique II y de Leonor de Aquitania); Felipe II Augusto de Francia y el emperador Federico I Barbarroja. Este último al mando del grupo más poderoso siguió la ruta terrestre, en la que sufrió numerosas bajas. Cerca de Siria, sin embargo, el emperador murió de congestión en un río, y su ejército se desbandó. Solo una pequeña parte llegó a Palestina.

Los ejércitos inglés y francés llegaron por la ruta marítima. Su primer (y único) éxito fue la toma de Acre, el 13 de julio de 1191, tras la cual Ricardo realizó una matanza de varios miles de prisioneros. Esta matanza militarmente le dio oxígeno para seguir hacia el sur a su meta final: Jerusalén; y además le valió el nombre por el que sería reconocido en la historia, Corazón de León.

Felipe II Augusto estaba preocupado por los problemas en su país y molesto por las rivalidades con Ricardo, regresó a Francia, dejando a Ricardo al mando de la cruzada. Este llegó hasta las proximidades de Jerusalén, pero en lugar de atacar prefirió firmar una tregua con Saladino, temiendo que su ejército diezmado de 12000 hombres no fuera capaz de sostener el sitio de Jerusalén. Pensando en una próxima cruzada y militarmente en no arriesgar una derrota que no le daría a los cristianos la posibilidad del control posterior de la ciudad santa, armaron con el mismo Saladino, quien también estaba cansado y diezmado, la tregua que permitía el libre acceso de los peregrinos desarmados a la Ciudad Santa.

Saladino murió 6 meses después. Ricardo murió en 1199 por una flecha a su regreso a Europa. De esta forma, con un nuevo fracaso para los dos bandos se cerraba la Tercera Cruzada, dejando sin esperanzas a los estados francos. Era cuestión de tiempo que desapareciera la estrecha franja litoral que controlaban. Sin embargo, resistieron aún un siglo más.

Tras la tregua firmada en la Tercera Cruzada y la muerte de Saladino, en 1193,se sucedieron algunos años de relativa paz, en los que los estados francos del litoral se convirtieron en poco más que colonias comerciales italianas.

En 1199 el Papa Inocencio III decidió convocar una nueva cruzada, para aliviar la situación de los estados cruzados. Esta Cuarta Cruzada no debería incluir reyes e ir dirigida contra Egipto, considerado el punto más débil de los estados musulmanes.

Al no ser ya posible la ruta terrestre, los cruzados debían emplear la ruta marítima, por lo que se concentraron en Venecia. El dux Enrico Dandolo se coaligó con el jefe de la expedición Bonifacio de Montferrato, y con un usurpador bizantino, Alejo IV Ángelo, para cambiar el destino de la cruzada y dirigirla contra Constantinopla, al estar los tres interesados en la deposición del Títulos y cargos del imperio bizantino del momento.

Inicialmente, los cruzados fueron empleados para luchar contra los húngaros, en Zara, por lo que fueron excomulgados por el Papa. Desde allí se dirigieron hacia Bizancio, donde consiguieron instalar a Alejo IV como basileus en 1203.

Sin embargo, el nuevo basileus no pudo cumplir las promesas hechas a los cruzados, lo que originó toda clase de disturbios. Fue depuesto por los propios bizantinos, que coronaron a Alejo V Ducas. Esto provocó la intervención definitiva de los cruzados, que conquistaron la ciudad el 12 de abril de 1204.

El saqueo de la ciudad fue terrible. Miles de cristianos fueron asesinados por los cruzados. Desvalijaron y destruyeron mansiones, palacios, iglesias y la propia basílica de Santa Sofía.Europa occidental recibió un aluvión de obras de arte y reliquias sin precedentes, producto de este saqueo.

Con ello llegaba a su fin el Imperio Bizantino, que se desmembró en una serie de estados, algunos latinos y otros griegos. De estos, el llamado Imperio de Nicea conseguiría restaurar una sombra del Imperio Bizantino en 1261.

Los cruzados establecieron el llamado Imperio Latino, organizado feudalmente y con una autoridad muy débil sobre la mayoría de los territorios que supuestamente controlaba pero nulas en el Imperio de Nicea, de Trebisonda y de Epiro.

La Cuarta Cruzada asestó un doble golpe a los estados francos de Palestina. Por un lado, les privó de refuerzos militares. Por otro, al crear un polo de atracción en Constantinopla para los caballeros latinos, produjo la emigración de muchos que estaban en Tierra Santa hacia el Imperio Latino, abandonando los estados francos.


[editar] Las Cruzadas Bálticas
Artículo principal: Cruzadas bálticas
Fueron una serie de campañas emprendidas por los líderes cristianos de Alemania, Dinamarca y Suecia, entre los siglos XII y XVI, con el objetivo principal de subyugar y convertir a los pueblos paganos de la cuenca del Báltico y contra otros pueblos cristianos considerados igualmente infieles. Uno de los actores principlaes de dichas campañas fue la Orden Teutónica, que había sido previamente creada en Palestina.


[editar] Las cruzadas menores
Tras el fracaso de la cuarta, el espíritu cruzado se había apagado casi por completo, pese al interés de algunos papas y reyes por reavivarlo. Si los estados francos sobrevivieron hasta 1291 fue por la intervención de los mongoles que al acabar con el califato Abbasí en 1258 y conquistar la región de Oriente Medio, dieron un respiro a los latinos, al no ser los mongoles hostiles al cristianismo.

La convicción de que los reiterados fracasos se debían a la falta de inocencia de los cruzados llevó a la conclusión de que solo los puros podrían reconquistar Jerusalén. En 1212 un predicador de doce años organizó la llamada cruzada de los niños en la que miles de niños y jóvenes recorrieron Francia y embarcaron en sus puertos para ir a liberar Tierra Santa. Fueron capturados por capitanes desaprensivos y vendidos como esclavos. Solo algunos consiguieron regresar al cabo de los años. El cuento era popular en la Edad Media, pero la mayoría de historiadores creen que este cuento se exagera, o que es un mito.

La V Cruzada fue proclamada por Inocencio III en 1213 y partió en 1218 bajo los auspicios de Honorio III. Como la IV Cruzada tenía como objetivo conquistar Egipto. Tras el éxito inicial de la conquista de Damieta en la desembocadura del Nilo, que aseguraba la supervivencia de los estados francos, a los cruzados les pudo la ambición e intentaron atacar El Cairo, fracasando y debiendo abandonar incluso lo que habían conquistado, en 1221.

La organización de la VI Cruzada fue un tanto rocambolesca. El papa había ordenado al emperador Federico II Hohenstaufen que fuera a las cruzadas como penitencia. El emperador había asentido, pero había ido demorando la partida, lo que le valió la excomunión. Finalmente, Federico II (que tenía pretensiones propias sobre el trono de Jerusalén) partió en 1228 sin el permiso papal. Sorprendentemente, el emperador consiguió recuperar Jerusalén mediante un acuerdo diplomático. Se autoproclama rey de Jerusalén en 1229. También obtuvo Belén y Nazareth.

En 1209 el Papa Inocencio III proclama la cruzada albigense con el fin de eliminar la herejía de los cátaros, en el sur de Francia.

En 1244 volvió a caer Jerusalén (esta vez de forma definitiva), lo que movió al devoto rey Luis IX de Francia (San Luis) a organizar una nueva cruzada, la Séptima. Como en la V, se dirigió contra Damietta, pero fue derrotado y hecho prisionero en Mansura (Egipto) con todo su ejército.

Vuelto a Francia, el mismo rey emprendió la llamada VIII Cruzada (1269), contra Túnez, aunque en realidad era un peón en los intereses de su hermano Carlos de Anjou rey de Nápoles, que quería evitar la competencia de los mercaderes tunecinos. La peste acabó con el rey Luis y gran parte de su ejército en Túnez (1270).

Aunque algunos papas intentaron predicar nuevas cruzadas, ya no se organizaron más y, en 1291, los cruzados evacuaron sus últimas posesiones en Tiro, Sidón y Beirut tras la caída de San Juan de Acre. A fin de cuentas, el único triunfo relevante de la Cristiandad durante los dos siglos de más de ocho cruzadas, fue la toma de Jerusalén por Godofredo de Bouillon en la primera cruzada en el año 1099, la que, a pesar de las innumerables matanzas de sarracenos, judíos (hombres, mujeres y niños), sólo logró sostener la Ciudad Santa por unos pocos años, y sin encontrar los objetivos marcados inicialmente por los defensores de la idea de reconquistar la tierra llamada santa para los cristianos de Europa


[editar] Bibliografía básica en español
Runciman, Steven. Historia de las cruzadas Alianza Editorial.
Oldenbourg, Zoe. Las cruzadas, Edhasa.
Maalouf, Amin. Las cruzadas vistas por los árabes, Alianza Editorial.
Zaborov, Mijail. Historia de las cruzadas, 1979, Akal Ed.]
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Categoría: Cruzadas

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2006-10-29 16:05:56 · answer #8 · answered by Inesita Z 3 · 0 0

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