Juana Inés de la Cruz
Sor Juana Inés de la Cruz o, simplemente, Sor Juana, religiosa católica, poeta y dramaturga novohispana (por lo que, aunque se le considera mexicana, también se le puede tomar como española) nacida en fecha incierta (se estima que fue entre 1648 y 1651), en San Miguel Nepantla y fallecida en la ciudad de México en 1695. Fue la última entre los grandes escritores del Siglo de Oro.
Biografía
Juana Inés de Asbaje y Ramírez de Santillana o Juana de Asbaje (de Asuaje según algunos), llamada El Fénix de América y también La décima Musa. Escritora barroca novohispana (mexicana), poeta y dramaturga de la segunda mitad del siglo XVII. Nació en un pueblito del valle de México, San Miguel Nepantla, cercano a Amecameca, y aprendió náhuatl con sus vecinos. Hija ilegítima, su madre fue la criolla Isabel Ramírez de Santillana y su padre Pedro Manuel de Asbaje y Vargas Machuca, militar español de la provincia vasca de Guipúzcoa (Vergara). Descubrió la biblioteca de su abuelo y así se aficionó a los libros. Aprendió todo cuanto era conocido en su época, es decir, leyó a los clásicos griegos y romanos, y a la teología del momento. Aprendió latín de autodidacta en veinte lecciones, a saber en los datos que se mencionan en algunas de sus obras, lo hizo escuchando las clases que eran impartidas a su hermana, esto a escondidas, sin embargo, también podemos saber de esto, por Marco Aurelio Almazán.
De muchacha estuvo en la corte virreinal mexicana, y de este tiempo hay muy pocos datos biográficos, aunque se sabe que fue dama de la virreina Marquesa de Mancera. Quiso ir a la Universidad y en algún momento le pasó por la cabeza vestirse de hombre, pero a fin de cuentas decidió que era menos descabellado meterse a monja. Después de un intento fallido con las Carmelitas, cuya regla era de una rigidez extrema que la llevo a un periodo de convalecencia, ingresó en la orden de las Jerónimas, donde la disciplina era algo más relajada. Tenía una celda de dos pisos y sirvienta. Allí se pasó la vida, escribiendo versos sacros y profanos, villancicos cada Navidad, autos sacramentales y dos comedias de capa y espada. También sirvió como administradora del convento, con bastante buen tino. Su confesor, el jesuita Antonio Núñez de Miranda le reprochó harto que escribiese, labor que creía vedada para la mujer, lo que junto con el frecuente contacto con las más altas personalidades de la época debido a su gran fama intelectual, desencadenó las iras de éste, ante lo que ella, bajo la protección de la Virreina, Marquesa de la Laguna decidió rechazarlo como confesor. Esta amistad con las virreinas queda plasmada en versos que usando el código del amor cortés han llevado a una errónea interpretación de las mismas, en aras de ciertas tendencias homosexuales. A las dos que coincidieron temporalmente con ella les escribió poemas bastante encendidos, y a una le dedicó un retrato y un anillo. Fue precisamente una de las virreinas la primera en publicar poemas de Sor Juana. Sor Juana se vio involucrada en una disputa teológica, a raíz de una crítica privada que realizó de un sermón del muy conocido predicador de la época Antonio Vieira, que fue publicada por el obispo de Puebla Manuel Fernández de Santa Cruz, quien la prologó bajo el seudónimo de Sor Filotea, lo que provocó la reacción de la poetisa a través del escrito "Respuesta a Sor Filotea", donde hace una encendida defensa de la labor intelectual de la mujer.
Poco antes de su muerte, Sor Juana fue obligada por su confesor a deshacerse de su biblioteca y su colección de instrumentos musicales y científicos. Recuérdese que en su tiempo la Santa Inquisición estaba activa. Murió a los cuarenta y tres años, durante una epidemia.
Estatua de Sor Juana Inés en MadridEntre sus obras se cuentan montones de poemas galantes, poemas de ocasión para regalos o cumpleaños de sus amigos, poemas de vestíbulo sobre pies o consonacias sugeridos por otros, letras para cantarse en diversas celebraciones religiosas, y dos comedias llamadas "Amor es más laberinto" y "Los empeños de una casa".
Según ella, casi todo lo escrito era por encargo y la única cosa que escribió por gusto propio es un poema filosófico llamado "El sueño", que muchas veces se edita bajo el título de "Primer sueño". Se trata de una alegoría de varios cientos de líneas, con forma de silva, a propósito del ansia de saber, el vuelo del pensamiento y su consecuente trágica caída (acaso premonitorio de Frankenstein). Sor Juana también escribió un tratado de música, llamado "El Caracol", que está perdido.
El estudio de más autoridad sobre Sor Juana fue escrito por Octavio Paz, y se titula "Sor Juana Inés de la Cruz o las trampas de la fe", que edita el Fondo de Cultura Económica.
La editorial Porrúa publica las obras completas de Sor Juana en un práctico volumen de la colección "Sepan cuántos...", el célebre número 100, desnudo, sin aparato académico, salvo un sobrio y breve estudio preliminar.
Barroca hasta la médula, Sor Juana era muy dada a hacer retruécanos, a verbalizar sustantivos y a sustantivizar verbos, a acumular tres adjetivos sobre un mismo sustantivo y repartirlos por toda la oración, y todos esas libertades gramáticas que estaban de moda en su tiempo. Por ello, y porque también gustaba mucho de hacer referencias mitológicas que actualmente caen fuera de la cultura general de las gentes, su lectura es bastante escabrosa para el ciudadano de a pie. Un repaso a Las metamorfosis de Ovidio será de mucha utilidad a quien quiera disfrutar de Sor Juana y quedarse con menos dudas.
Curiosidades
Billete de $1.000 pesos viejos, (1985).
Billete de $200 pesos actuales (2002).Sor Juana aparece en los billetes mexicanos de alta denominación. Es la única artista que aparece en los billetes, aparte de Nezahualcóyotl, también poeta. Inicialmente apareció en los billetes de mil pesos, que con la inflación terminaron volviéndose monedas. Después del recorte de los tres ceros al peso, Sor Juana salió de circulación brevemente, para reaparecer en los billetes de doscientos.
También resultará curioso en muchos países ver a una religiosa en un billete, aunque Miguel Hidalgo y José María Morelos, también religiosos, han aparecido en varias emisiones de billetes mexicanos.
Obras
Es muy conocida la estrofa suya que reza: "Hombres necios que acusáis a la mujer sin razón, sabiendo que sois la ocasión de lo mismo que la juzgáis", denunciando que las faltas morales de carácter sexual en que incurre una mujer es provacada o solicitada por algún varón.
Algunas ediciones de sus obras son:
Poemas de la única poetisa, musa decima, Soror Juana Inés de la Cruz... : que en varios metros, idiomas, y estilos, fertiliza varios assumptos; con elegantes, sutiles, claros, ingeniosos, útiles versos : para enseñanza, recreo, y admiración. Zaragoza, por Manuel Román, impresor de la Universidad, a costa de Matías de Lezaum, 1682.
Inundación castálida de la única poetisa, musa décima, Soror Juana Inés de la Cruz... : que en varios metros, idiomas, y estilos, fertiliza varios assumptos; con elegantes, sutiles, claros, ingeniosos, útiles versos : para enseñanza, recreo, y admiración Madrid, por Juan García Infanzón, 1689.
Carta athenagorica de la Madre Iuana Ynes de la Cruz... que imprime, y dedica a la misma Sor, Philotea de la Cruz. Puebla de los Ángeles, en la imprenta de Diego Fernández de León, año de 1690.
Segundo volumen de las obras de soror Juana Inés de la Cruz, 1692.
Asbaje o Asuaje
La controversia sobre el apellido paterno de Sor Juana puede deberse a la falta de claridad en las reglas de escritura del español en el Siglo de Oro. Asbaje, puede aparecer como Asuaje (escrito Asuaxe y pronunciado probablemente /asβaše/) por las mismas razones que en su tiempo la terminación -aba de los verbos en copretérito (pretérito imperfecto) se escirbía indistintamente -aba y -aua.
2006-10-28 21:03:44
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answer #1
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answered by nitzahom 5
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