Santa Verónica
Fiesta: 12 de julio
Su nombre podría proceder del latín significando "verdadero ícono" o, según el parecer del profesor Miguel Angel García Olmo, puede ser una variante del antiguo nombre femenino Berenice (Bereníke), la versión macedonia del griego Phereníke, o sea,"la que lleva la victoria". El caso es que a esta santa mujer, ambos le pegan magistralmente.
Santa Verónica es recordada por su gesto compasivo hacia Jesús en Su camino al Calvario. Unos le agredían, otros permanecían indiferentes ante tanta crueldad. Ella se le acercó y le enjugó el rostro con su velo. Aquel divino rostro, cruelmente golpeado, ensangrentado y sudoroso suscitó en el corazón de Santa Verónica la misericordia. La fuente de Misericordia recibe de ella en aquel momento un amor que casi todos le negaron.
Aunque poco sabemos de la vida de Verónica y su acto de amor no aparece en las Sagradas Escrituras, la tradición lo ha recogido como un acto ejemplar que recordamos en la sexta estación del Via Crucis. Dante lo evoca en el canto XXXI del Paraíso.
Santa Verónica es mujer de gran valentía, ya que su acto de amor le podría haber causado una peligrosa reacción por parte de los romanos o de las turbas. Es mujer de gran compasión, ya que venció todo miedo y decidió amar en medio de una multitud movida por odio o la indiferencia.
Santa Verónica, ruega por nosotros. Que sepamos consolar a Cristo en el Via Crucis de hoy.
Todavía se conserva el "velo" de la Verónica.
El Velo de la Verónica y la ciencia
El velo de la Verónica está en Santuario del Santo Rostro, en Manoppello, Italia desde el comienzo del siglo XVI. Posiblemente fue robado de la Basílica de San Pedro mientras estaba en construcción. Benedicto XVI fue el primer Papa en visitar el santuario en Manoppello, en Sept, 2006.
Datos: Prof. Miguel Angel García Olmo, 2 Jun 1999
Tras trece años de investigaciones sobre el "velo de la Verónica" (el que, según la tradición, utilizara para enjugar el rostro de Cristo camino del Calvario), el prestigioso historiador alemán P. Heinrich Pfeiffer S.J. certifican su autenticidad.
Según Pfeiffer, el rostro de Cristo que aparece en el velo de la Verónica (hoy conservado en Manoppello, Italia), se sobrepone perfectamente a la imagen de la Sábana Santa de Turín:
Los trazos son los mismos: rostro oval ligeramente redondo y asimétrico, cabello largo, un mechón de cabellos sobre la frente, la boca ligeramente abierta, la mirada dirigida a lo alto; rasgos que influyeron en toda la iconografía de Cristo en los siglos posteriores.
Entre los exámenes a los que ha sido sometido el Velo de la Verónica destacan las fotografías digitales realizadas por Donato Vittore, experto de la Universidad de Bari, así como las observaciones bajo luz ultravioleta que confirman la inexistencia de pintura sobre el paño. En efecto, la densidad del color del rostro es muy fuerte sobre el tejido blanco casi transparente, pero estas tomas digitales dejan bien a las claras que no hay pintura. No puede, por lo tanto ser la obra de un artista.
Además, en el rostro se observan dos manchitas y da la impresión de que un líquido, que bien podría ser sangre, se impregnó en las fibras del tejido.
Pfeiffer: Las imágenes sobre la "Verónica" no fueron producidas por ninguna técnica conocida.
Igual que con el Sudario de Turín, la imagen sirvió de modelo a las representaciones posteriores del rostro de Cristo, incluso las de las catacumbas romanas del siglo IV.
El enigma del velo de la Verónica
Benedicto XVI se convertirá este viernes en el primer Papa en visitar el santuario del Santo Rostro de Manoppello, donde según la tradición se encuentra el velo con el que la Verónica habría enjugado el rostro de Cristo en el camino del Calvario.
CIUDAD DEL VATICANO, jueves, 31 agosto 2006 (ZENIT.org).
Vía Crucis
San Josemaría Escrivá
El Velo en Roma
El Santuario que acoge la reliquia, conocida antiguamente como «la madre de todos los iconos», confiada a los Frailes Menores Capuchinos, se encuentra en un pequeño pueblo (difícil de ubicar en los mapas) de los Abruzos, en los montes Apeninos, a unos 200 kilómetros de Roma.
El Santo Rostro es un velo de 17x24 centímetros. Cuando el peregrino se acerca al velo, descubre la imagen de un hombre que sufre, por los golpes de la pasión como la que sufrió Cristo.
El padre Heinrich Pfeiffer S.I., profesor de iconología e historia del arte cristiano en la Universidad Pontificia Gregoriana de Roma, ha estudiado durante trece años este velo y ha sido el primer científico en asegurar que se trata del velo de la Verónica que antes se custodiaba en el Vaticano.
En el libro apócrifo de los Hechos de Pilato (siglo VI), se habla de una mujer, conocida con el nombre de Verónica, que enjugó con un velo el rostro de Cristo en el Vía Crucis.
A pesar de estas fuentes inciertas, que se encuentran ya en el siglo IV, según constata el padre Pfeiffer, alemán, la historia del Velo de la Verónica está presente a través de los siglos en la tradición católica. En su película «Jesús de Nazaret», la recoge el director de cine Franco Zeffirelli.
Con motivo del primer año santo de la historia, en el año 1300, el Velo de la Verónica se convirtió en una de las «Mirabilia urbis» (maravillas de la ciudad de Roma) para los peregrinos que pudieron visitar la Basílica de San Pedro en el Vaticano.
Lo confirma el mayor poeta de la historia de Italia, Dante Alighieri (1265-1321), en el canto XXXI del «Paraíso» (versos 103-111) en la «Divina Comedia».
Las huellas del velo de la Verónica se perdieron en los años sucesivos al Año Santo 1600, cuando el velo fue hallado en Manoppello.
Según estudios históricos citados por el padre Pfeiffer, con motivo de la reestructuración de la Basílica de San Pedro, realizada por el Papa Pablo V (1605-1621), en 1608 se abatió la Capilla en la que se custodiaba y es probable que en esa ocasión fuera robada la reliquia.
Su ubicación actual: En 1618, el archivista del Vaticano Giacomo Grimaldi hizo una lista de los objetos de la antigua Basílica de San Pedro, en la que habla del relicario que custodiaba el Velo, especificando que los cristales estaban rotos. El padre Pfeiffer explica que en el velo de Manoppello, en el margen inferior, se puede ver todavía un pequeño fragmento de cristal del anterior relicario, lo que demostraría su procedencia del Vaticano. Según la «Relación Histórica», escrita en 1646 por el sacerdote capuchino Donato da Bomba, en 1608 una señora, Marzia Leonelli, para sacar a su marido de la cárcel, vendió por 400 escudos el Velo de la Verónica, que había recibido como dote, a Donato Antonio de Fabritiis. Dado que la reliquia no se encontraba en buenas condiciones, de Fabritiis la entregó en 1638 a los padres capuchinos de Manoppello. Fray Remigio da Rapino recortó los bordes del Velo y lo colocó entre dos marcos de madera de nogal. Los marcos y los cristales son los que todavía hoy conservan el velo en Manoppello. Esta relación, de la que no hay otras pruebas históricas, diverge de la reconstrucción del padre Pfeiffer, narrando la historia popular de la llegada del icono a los Abruzos, en manos de un peregrino, en 1506. Hasta 1638, el icono habría pasado por varias manos. Con la creación de esta leyenda, opinan algunos de los investigadores, se podría haber tratado de ocultar el robo del Vaticano.
Estudios modernos: El profesor Donato Vittori, de la Universidad de Bari, hizo un examen del velo en 1997 con los rayos ultravioleta, descubriendo que las fibras no tienen ningún tipo de pigmentación. Al observarse la reliquia con el microscopio se descubre que no está pintada y que no esta tejida con fibras de color. A través de sofisticadas técnicas fotográficas digitales, se ha podido constatar que la imagen es idéntica en ambos lados del velo, como si fuera una diapositiva. La iconógrafa Blandina Pascalis Shlöemer ha demostrado que la imagen de la Sábana Santa de Turín se sobrepone perfectamente al Santo Rostro de Manoppello (con más de diez puntos de referencia). El padre Pfeiffer ha recogido las principales obras artísticas de la historia que se inspiran en el velo de la Verónica, hasta que Pablo V prohibiera su reproducción, tras el probable robo en el Vaticano, y todas parecen tener por modelo la reliquia de Manoppello. El padre Pfeiffer, que este viernes estará en Manoppello con el Papa, explica: «Cuando los diferentes detalles se encuentran reunidos en una sola imagen, esta última debe haber sido el modelo de todas las demás. Todas las demás pinturas imitan un solo modelo: la Verónica de Roma. Por este motivo, podemos concluir que el Velo de Manoppello no es más que el original de la Verónica de Roma».
2006-10-28 20:58:25
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answer #2
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answered by nitzahom 5
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La Iglesia Católica tiene tres fuentes de revelación: La Tradición, La Palabra de Dios y El Magisterio. El episodio de la Verónica(que significa: Verdadera imagen) está tomado de la primera de ellas: La Tradición. Si la Biblia fue recopilada, ordenada y escrita en el Siglo IV antes de Cristo, se hizo en base a la Tradición más oral que escrita, de allí que por ejemplo, en el Libro del Génesis hay dos relatos de la creación: uno en el capítulo 1 y otro en el capítulo 2. Esto se hizo para no contradecir 2 tradiciones diferentes. Y , en general, en la Biblia hay tres fuentes de tradición: La Yahvista, La Elohísta y la Sacerdotal(para lo que denominamos Antiguo Testamento). Y, en épocas posteriores a Jesucristo, se agrega la tradición de las primeras comunidades cristianas.
2006-10-28 12:44:26
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answer #4
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answered by vicente l 3
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