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8 respuestas

Miara hay una cancion de mana que dice, "desde que te perdi la luz se ha vuelto muy mojada, mirada triste esta nublada y en mis ojos no ha parado de llover, quien detendra la lluvia en mi... " es de mana se llama no ha parado de llover puede serivrte, porque son como poemas

2006-10-25 17:16:23 · answer #1 · answered by Renesme {Sωaиsёa} 5 · 0 0

Ya había comprado un buen cuchillo de sitios web así que he decidido comprarme un set entero, muy buena elección porque los cuchillos son de acero inoxidable de muy buena calidad y las dimensiones de los cuchillos son perfectas, sin lugar a duda una excelente compra.

2014-12-13 15:06:42 · answer #2 · answered by ? 3 · 0 0

LLUVIA

La lluvia tiene un vago secreto de ternura,
algo de soñolencia resignada y amable,
una música humilde se despierta con ella
que hace vibrar el alma dormida del paisaje.

Es un besar azul que recibe la Tierra,
el mito primitivo que vuelve a realizarse.
El contacto ya frío de cielo y tierra viejos
con una mansedumbre de atardecer constante.

Es la aurora del fruto. La que nos trae las flores
y nos unge de espíritu santo de los mares.
La que derrama vida sobre las sementeras
y en el alma tristeza de lo que no se sabe.

La nostalgia terrible de una vida perdida,
el fatal sentimiento de haber nacido tarde,
o la ilusión inquieta de un mañana imposible
con la inquietud cercana del color de la carne.

El amor se despierta en el gris de su ritmo,
nuestro cielo interior tiene un triunfo de sangre,
pero nuestro optimismo se convierte en tristeza
al contemplar las gotas muertas en los cristales.

Y son las gotas: ojos de infinito que miran
al infinito blanco que les sirvió de madre.

Cada gota de lluvia tiembla en el cristal turbio
y le dejan divinas heridas de diamante.
Son poetas del agua que han visto y que meditan
lo que la muchedumbre de los ríos no sabe.

¡Oh lluvia silenciosa, sin tormentas ni vientos,
lluvia mansa y serena de esquila y luz suave,
lluvia buena y pacifica que eres la verdadera,
la que llorosa y triste sobre las cosas caes!

¡Oh lluvia franciscana que llevas a tus gotas
almas de fuentes claras y humildes manantiales!
Cuando sobre los campos desciendes lentamente
las rosas de mi pecho con tus sonidos abres.

El canto primitivo que dices al silencio
y la historia sonora que cuentas al ramaje
los comenta llorando mi corazón desierto
en un negro y profundo pentagrama sin clave.

Mi alma tiene tristeza de la lluvia serena,
tristeza resignada de cosa irrealizable,
tengo en el horizonte un lucero encendido
y el corazón me impide que corra a contemplarte.

¡Oh lluvia silenciosa que los árboles aman
y eres sobre el piano dulzura emocionante;
das al alma las mismas nieblas y resonancias
que pones en el alma dormida del paisaje!

2006-10-25 19:52:50 · answer #3 · answered by Anonymous · 0 0

Bajo la lluvia...

¡Cómo resbala el agua por mi espalda!...
¡Cómo moja mi falda,
y pone en mis mejillas su frescura de nieve!...
Llueve, llueve, llueve...

Y voy, senda adelante,
con el alma ligera y la cara radiante...
Sin sentir, sin soñar,
llena de la voluptuosidad de no pensar...

Un pájaro se baña,
en una charca turbia... Mi presencia le extraña...
Se detiene... Me mira... Nos sentimos amigos...
¡Los dos amamos mucho cielos, campos y trigos!...

Después es el asombro,
de un labriego que pasa, con su azada en el hombro...
Y la lluvia me cubre,
de todas las fragancias, que a los setos da Octubre...

Y es, sobre mi cuerpo, por el agua empapado,
como un maravilloso y estupendo tocado,
de gotas cristalinas, de flores deshojadas,
que vuelcan a mi paso, las plantas asombradas...

Y siento, en la vacuidad,
del cerebro sin sueños, la voluptuosidad,
del placer infinito, dulce y desconocido,
de un minuto de olvido...

Llueve, llueve, llueve,
y tengo, en alma y carne, como un frescor de nieve...

(Juana de Ibarbourou).

2006-10-25 18:35:31 · answer #4 · answered by alydegchu 5 · 0 0

A ver qué te parece esta otra, es de Ramón López Velarde (1888-1921)


TIERRA MOJADA...

Tierra mojada de las tardes líquidas
en que la lluvia cuchichea
y en que se reblandecen las señoritas, bajo
el redoble del agua en la azotea...

Tierra mojada de las tardes olfativas
en que un afán misántropo remonta las lascivas
soledades del éter, y en ellas se desposa
con la ulterior paloma de Noé;
mientras se obstina el tableteo
del rayo, por la nube cenagosa...

Tarde mojada, de hábitos labriegos,
en la cual reconozco estar hecho de barro,
porque en sus llantos veraniegos,
bajo el auspicio de la media luz,
el alma se licúa sobre los clavos
de su cruz...

Tardes en que el teléfono pregunta
por consabidas náyades arteras,
que salen del baño al amor
a volcar en el lecho las fatuas cabelleras
y a balbucir, con alevosía y con ventaja,
húmedos y anhelantes monosílabos,
según que la llovizna acosa las vidrieras...

Tardes como una alcoba submarina
con su lecho y su tina;
tardes en que envejece una doncella
ante el brasero exhausto de su casa,
esperando a un galán que le lleve una brasa;
tarde en que descienden
los ángeles, a arar surcos derechos
en edificantes barbechos;
tardes de rogativa y de cirio pascual;
tardes en que el chubasco
me induce a enardecer a cada una
de las doncellas frígidas con la brasa oportuna;
tardes en que, oxidada

la voluntad, me siento
acólito del alcanfor,
un poco pez espada
y un poco San Isidro Labrador...

Zozobra, 1919

2006-10-25 17:36:20 · answer #5 · answered by Anonymous · 0 0

Pues mira encontre estas poesias, espro te sirvan.
Cuidate muchoooooo!!!!
Ojala pueda haberte ayudado de algo!
Suerte en todo.
Un abrazo,


aqui van:




Lluvia después de mi caída


Porfirio Mamani-Macedo (Perú, 1963)





Cae lluvia mía,
tres días y tres noches,
lluvia mía.
Cae como trueno
sobre los ojos de los desgraciados.
Cae lluvia sobre las calles de París,
por estas que camino,
enlodado hasta mis codos.
Cae para que arrastres en tu piel
la miseria que todos respiramos.
Cae para sentir fresca la mañana.
Cae para que vuelvan a sonar los ríos,
para que se abran las noches,
para que yo vuelva a mirar los ojos de la gente
y mis hombros soporten sin dolor
la pena,
esta cosa que veo en cada pecho,
hoy que camino entre dudas por esta orilla.
Cae humana lluvia
para borrar mis huellas y mi nombre,
para cerrar mis ojos a la historia.
Cae lluvia mía como un recuerdo
no vivido,
como un sueño tanto tiempo ya esperado,
como tierna melodía en este viaje.
Cae lluvia mía para abrazar tu piel
cuando me mojes gota a gota.
Cae para limpiar el aire oscuro,
aquel que brilla detrás de cada puerta.
Cae como una enfurecida ola,
para limpiar mis ojos
y las sombras de mis ojos.
Aquí te espero junto a una piedra,
desde aquí te veré llegar,
como un divino laberinto,
abrazando entre las ramas
las noches que acogieron a mis ojos.
No más oreja ni ojo
en el umbral de mi caída,
ni palabras que me hieran como espadas.
Borrar quisiera las nubes de mis ojos.
Alejar quisiera la pena de los desgraciados.
Allá van como sombras sin destino.
Por allí asoman sus flacos rostros desamados
a la aurora que vuelve a despertar sus ojos.
Seres que del sol vienen huyendo.
Seres que la lluvia acoge como hijos.
Almas que florecerán en alguna parte.
Ríos que irrigarán otros amores olvidados.
Cae lluvia para incendiar mi pecho.
Cae lluvia mía,
tres noches y sus días,
para sentirte cuando duermo
agotado,
sin mirar por la ventana,
el sol que nunca llegará.
Sólo tú, lluvia mía,
conducirás los recuerdos de los desgraciados
por los más estrechos caminos
que te ofrecerá el viento miserable.
No son sólo lágrimas
lo que del cielo nos ofrece la desventura,
es también la pena,
de una voz que nadie escucha.
Pero tú,
lluvia que te posas en mis ojos como un sueño,
lluvia que fecundas la tierra sin dolor,
lluvia, sustento de todo lo que existe,
llévate esta pena como herencia de todo lo vivido.
Lluvia, alma de mis ojos en la noche.
Lluvia, peregrina del desierto,
cae como un rayo en mi camino,
cae y vuelve a caer,
para sentir el olor de la tierra,
para sentir el frescor olvidado de la hierba,
el sonido de cada paso que damos en la duda.
Cae sobre las noches que imploran en secreto,
las voces de los desgraciados,
aquellos que sueñan con un árbol,
aquellos que nunca han sido amados,
aquellos que en la mirada llevan una herida.
Húndete en la piel de cada cosa,
en cada cosa imaginada,
en cada piel meditabunda.
Pero cae sobre los bosques,
sobre los cristales de los bosques
para oírte cuando pases
y humedecer mi rostro en el camino.
Allá van distanciadas
unas de otras las voces de los desgraciados
repitiendo sus nombres en los valles
como lamentos de almas penitentes.
Cae por ellos, lluvia mía
para acompañar su silencio y su dolor
entre tanto ruido
que hace la despiadada gente.
Cae lluvia mía.
Cae como un milagro,
tres días y tres noches,
Lluvia mía.




París: 4/4/01.




....................

COMIENZO DE LA LLUVIA EN HARLEM
But I have that within me that shall tire
Torture and Time, and breathe when I expire.

Lady Byron

para Cecill Villar

¿Y dónde se escondía el lóbrego sol de las derrotas?
La fábula urde en los muros la plegaria,
reconoce al visitante deformado en atavíos de sangre
y con monedas de bronce siempre indemnes por la ausencia.
El maderamen está listo.
No insistas con el decorado de los frágiles.
Parezco caer junto a estos muelles
donde yacen las lágrimas de Adán y su heredero.
Me congelas en el cuerpo de prometida arcilla.
Las caravanas llegan al festín.
Borradores del relámpago, siervos de una antigua potestad,
sellarán con luto la habitada mordedura de tu especie negra.
Nadie puede abrir -ni siquiera rasgar- la feroz tapicería
de mi duelo milenario con el agua.
En esta playa se desnudan los lobos.
La cicatriz amargará hasta la náusea lila
los colmillos de su máscara de iniciación.
Ya era tarde cuando me amamantaron.
¡Piedad!
¿Alcanzas la húmeda carne de tus hijos
como filo imborrable de navajas?
¡Despréndeme, atestíguame por la transubstanciación
de aquel reino sepultado!
¿No era atroz el amor en esas caras que ya han visto
el infierno desde el fósil de mi soledad?
En la humareda fui el primer huésped.
Ensimismado o errátil, se quiebra el sudario debajo de mi efigie.



Llueven sudarios en esta rajadura donde tiemblas huida,
donde guardan los restos de otro viaje encantado.
¿Qué nocturna Medea en esta anunciación de peligrosa alabanza?
¿Quién sobrevive a su paso por los tibios jardines?
Canta el niño ciego su dolor de pronunciarse
allí donde los ríos y el mar recogen vidrios de mi historia.
Inevitable este renunciamiento consagrado a un golpe de tinieblas.
Debajo de la piel, los huesos cantan.
Los huesos me ven.
¿Y hay catecismos de pavor que detengan a los desolladores?
La tribu arrastra los tentáculos del brujo.
Lloré hasta la lejanía del miserable en el umbral de una iglesia;
lloré hasta vaciarme los ojos en las islas del hambre y de la peste.
¡Bienvenidas memorias de tu transparencia en Orión!
Les di de beber el deseo y también la impostura
del disfraz más hermoso de este mundo.
Cada huella es un tajo de abismo, les repites.
Alrededor del camino sólo encuentras ataúdes
cubiertos por guijarros.
El emigrante perderá los vestigios de su recién nacida.
La anamorfosis del retrato inundará la hierba.
Yo he buscado la entrada, cumbre de los sortilegios.
He comprendido.
¿Por qué no cesa este llanto contagioso en las ventanas?
La letanía multiplicará mi silencio.
¿Y por qué no sube hasta aquí donde me nazco esfinge?
Mirada de trasluz. Hoy es la noche.

........................


Arde la lluvia


Arde la lluvia
en reflejos dorados,
la moja el sol,
la ondula el aire,
es una ola celeste
que se disuelve
en la luz
para morir
en el silencio
de tus labios.

Qué te ha venido
a decir la tarde
que te vuelves
sueño
y cabalgas
y te sigo
y desciendo
como una sombra
que se enreda
en el hilo
de tu alma;
qué te ha venido
a decir,
que caemos muy lejos,
más allá
de estos cuerpos,
en la estancia
de una tierra
extrañamente naranja.

Hemos de ser hojas
para bajar así
por la colina del tiempo;
de ser piedras
para que vengan
los tallos
alzando
sus lámparas
de flores
a reconocernos;
hemos de no ser
más que una mirada
de nube,
evaporándonos.


© Rosy Paláu

........................

La lluvia me pone triste,
pero me gusta la lluvia...
Con la frente en los cristales
la miro, múltiple y una,
cantando sobre la tierra,
resbalando mansa y muda.



Es caricia sobre el alma...
es sentimiento, ternura,
nostalgia de viejas cosas
que ya no volverán nunca
La lluvia me pone triste,
pero me gusta la lluvia...

2006-10-25 17:24:55 · answer #6 · answered by amor|azul 3 · 0 0

-La lluvia me pone triste-

La lluvia me pone triste,
pero me gusta la lluvia...
Con la frente en los cristales
la miro, múltiple y una,
cantando sobre la tierra,
resbalando mansa y muda.

Es caricia sobre el alma...
es sentimiento, ternura,
nostalgia de viejas cosas
que ya no volverán nunca
La lluvia me pone triste,
pero me gusta la lluvia...

No se de quien sea, asi que ponle (Anónimo).
Esta bueno, al menos a mi me gusto.

2006-10-25 17:24:37 · answer #7 · answered by zilderx 3 · 0 0

UNA CORTA LLUVIA ALERTÓ A LOS PÁJAROS

Una corta lluvia alertó a los pájaros,
una corta lluvia mientras dormíamos;
dulce fue oír la bulla de los pájaros.

Ahora estoy despierto y tú duermes,
la lluvia cesó y los pájaros están calmos;
pero tú y la lluvia y los pájaros,
tú, la lluvia, los pájaros y el silencio,

como si la tarde se hubiese dormido
y despertase en el día primero,
en el mundo de la primera lluvia.
Como si arrojase semillas de nombres
en el jardín de los pájaros.

2006-10-25 17:24:17 · answer #8 · answered by ANDY'S 3 · 0 0

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