Los elementos de la cadena hablada, digamos las palabras por el momento, están asociados a determinados objetos o hechos que significan.
El signo o «representamen», dice Charles Sanders Pierce, es lo que sustituye algo por alguien. El signo se dirige a alguien y evoca para aquél un objeto o un hecho, durante la ausencia de tal objeto o de tal hecho. Por ello, decimos que el signo significa «in absentia». «In praesentia», es decir, en función del objeto presente que representa, el signo parece plantear una relación de convención o de contrato entre el objeto material representado y la forma fónica representante. Etimológicamente, la palabra griega σύηβολον viene del verbo συμβάλ-λειν que quiere decir «juntar» y se ha empleado a menudo para significar una asociación, una convención o un contrato.
En la teoría de Pierce, el signo es una relación triádica que se establece entre un objeto, su representante y el interpretador. El interpretador, para aquel lingüista, es una especie de base sobre la cual instaura la relación objeto-signo y corresponde a la idea en el sentido platónico del término. Porque el signo no representa todo el objeto sino únicamente una idea de aquél, o como diría Sapir, el concepto de ese objeto.
Teóricamente, se puede afirmar que los signos lingüísticos son el «origen» de cualquier símbolo: que el primer acto de simbolización es la simbolización en y mediante el lenguaje. Esto no excluye el que una diversidad de signos esté presente en los distintos dominios de la praxis humana. Según la relación entre el representante y el objeto representado, Pierce los ha clasificado en tres categorías:
—El icono se refiere al objeto por su parecido con él: por ejemplo, el dibujo de un árbol que representa al árbol real, el cual se parece a aquél, es un icono.
—El índice no se parece forzosamente al objeto pero recibe una influencia de aquél y, por eso mismo, tiene algo en común con el objeto: un ejemplo sería el humo en tanto que índice del fuego.
—El símbolo se refiere a un objeto que designa por una especie de ley, de convención, a través de la idea: tales son los signos lingüísticos.
Saussure observa que sería ilusorio creer que el signo lingüístico asocia una cosa con un nombre; la ligazón que establece el signo se halla ente un concepto y una imagen acústica. La imagen acústica no es el sonido mismo sino «la huella psíquica de ese sonido, la representación que de él nos da el testimonio de nuestros sentidos .» Así, pues, para Saussure, el signo es una realidad psíquica con dos caras: siendo una el concepto y la otra la imagen acústica. Por ejemplo, para la palabra «piedra», el signo está constituido por la imagen acústica piedra y por el concepto «piedra»: una cómoda envoltura que retiene lo que es común a las miles y miles de representaciones que podemos tener del elemento diferenciado «piedra».
Ambas caras inseparables del signo, que Saussure describe como las dos caras de una misma hoja, se llaman significado (el concepto) y significante (la imagen acústica). Para Saussure, el signo lingüístico se define por la relación significante-significado, de la que excluye el objeto designado con el término de referente: la lingüística no se ocupa del referente, sólo se interesa por el significante, por el significado y su relación.
Características del Signo Lingüístico:
Carácter lineal: Los elementos de cada signo, al igual que cada signo respecto al otro, se presentan uno tras otro, en la linea del tiempo (cadena hablada) y en la del espacio (escritura).
Carácter arbitrario: La relación entre significado y significante no responde a ningún motivo; se establece de modo convencional. Cada lengua usa para un mismo significado un significante distinto.
Carácter mutable e inmutable: Por ser arbitrario, el signo no depende de ningún hablante en particular: es inmutable, permanente, ningún individuo lo puede cambiar. Por otra parte es evidente que las lenguas cambian porque van cambiando os signos; es decir, son mutables a largo plazo.
Carácter articulado: Las unidades lingüísticas mayores son divisibles en partes más pequeñas, reconocibles e intercambiables.
El signo lingüístico es doblemente articulado porque puede someterse a una doble división.
Según la primera articulación , el signo se descompone en partes con significado y significante, susceptibles de ser utilizadas en otros contextos. Las unidades de esta primera articulación se denominan monemas .
Según la segunda articulación , el signo se divide en unidades más pequeñas sin significado, pero que son distintivas. Las unidades de esta segunda articulación son los fonemas . Si un signo lingüístico cambia algún fonema, cambia también su significado.
La doble articulación hace que con unas pocas unidades de la segunda articulación se pueden formar todos los monemas de una lengua, y la primera articulación evita tener que aprender un signo para cada realidad. Este carácter articulado es el realmente propio y exclusivo del código lingüístico frente a los demás códigos.
Espero haber entendido tu pregunta y la respuesta sea de utilidad.
2006-10-26 09:13:14
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answer #1
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answered by Marali 6
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