Lucainena
Tabernas-Sorbas Tabernas Turrillas Lucainena Sorbas
PROVINCIA: Almería
DISTANCIA A LA CAPITAL (km): 53
ALTITUD NIVEL DEL MAR (m): 553
EXTENSIÓN (km2): 123
Nº DE HABITANTES: 707
GENTILICIO: Lucainenses
CÓDIGO POSTAL: 04210
En la cumbre de Sierra Alhamilla, encarada hacia el campo de Tabernas y la Sierra de los Filabres y tras un camino desde el Campo de Níjar que está entre los más espectaculares y bellos de la provincia, Lucainena de las Torres, un día llamada de las Altas Torres y de las Siete Torres, es un pueblo bonito de origen romano (de la villa del patricio Lucainus) que vive hoy un proceso de curiosa expansión basada en la voluntad de desarrollar el turismo rural, actividad para la que empieza a contar con una buena oferta gastronómica y con una interesante oferta de vino propio (el Viña Salvana) y con la que prepara un futuro que, en cuanto sea creado el Parque Natural de los Desiertos de Almería (Tabernas y Cabo de Gata-Níjar), se presenta más que prometedor, porque no en vano Lucainena puede considerarse una privilegiada entrada a las dos comarcas que formaría el Parque Natural. Lucainena está en la carretera (un precioso y espectacular camino) que une ambas a través de la sierra y, además, posee unos bellísimos alrededores (entre elllos la pedanía de Polopos) que llaman a pasear y, por lo tanto, a la estancia en el pueblo.
De planta bella en la que destacan las torres que se elevan sobre el pueblo en ligera pendiente, Lucainena se ha puesto, pues, a preparar el futuro y, por lo tanto, a invertir la tendencia histórica nacida de la crisis de la minería, que dejó por segunda vez hundido el pueblo, siglos después de la expulsión de los moriscos. Lo hasta ahora realizado y las perspectivas de un futuro en que pueda aprovechar a fondo su situación entre las dos comarcas más atractivas de la provincia aseguran un porvenir sólido al pueblo. Lucainena, una de las grandes desconocidas de la provincia, dará, no lo duden, que hablar.
Lúcar
Alto AlmanzoraAlcóntarSerónBayarqueTíjolaLúcarSomontínUrracalPurchenaSuflíSierroArmuña del AlmanzoraFinesBacares
Al pie de la Sierra de las Estancias y mirando hacia el Almanzora y la sierra de los Filabres, en la Almería en la que el paisaje se viste de un gris ceniza que completa la impresionante gama de colores que muestra nuestra provincia, Lúcar es uno de esos pueblos que ahonda sus raíces en la más lejana historia y que sobre ella ha construido una poderosa personalidad que procede de las primeras explotaciones de las entrañas de su cargado subsuelo, de su riqueza en agua y de la extensión de los bosques que caracterizaron la zona hasta que la Edad Moderna esquilmó los árboles y cambió en buena parte el ciclo más profundamente vital de la tierra.
Minas, madera y manantiales como el de Cela fueron explotados ya en época romana, cuando los Baños de esa piscina natural compartida con Tíjola eran uno de los puntos cruciales de la ruta del Almanzora y cuando la historia ya había pisado con fuerza por la comarca y justo por esas aguas, esos campos y esos bosques que iban a seguir dando vida a la tierra de Lúcar por mucho tiempo, como lo demuestra el hecho de la fuerza misma con la que el pueblo entra en la nueva era que se abre tras la Reconquista, cuando fue cedida por los Reyes Católicos a los Fernández de Córdoba y era una ciudad amurallada que vivía, sobre todo, del aprovechamiento forestal.
Lúcar, que después se vio sumida en una larga crisis económica que hoy se empieza a remontar, conserva muchos rasgos de aquel antiguo esplendor, y de entrada ese aire tan especial y tan inconcreto, pero constatable a simple vista, que caracteriza a los pueblos de sólida historia. Importante es, de entrada, su dominio del valle y de la imponente Sierra de los Filabres que tiene enfrente, una situación que convierte el pueblo en un balcón y, por lo tanto, en un espectáculo que constituye su primer gran atractivo, aunque no el único, porque todo parece hecho en Lúcar para el ensanchamiento de la mirada, y no sólo por la vista desde el pueblo, sino por la propia visión que presenta desde el llano, cuando no vamos acercando a él, y por la misma sensación que se prueba una vez allí, en su muy despejada Plaza Mayor, ante el bello ayuntamiento, ante los caserones, de aire casi velezano, que pueblan su entorno o ante una pequeña iglesia que, para subrayar esta impresión, se nos presenta mucho más ancha que alta bajo sus tejas y su marco de piedra.
Paisaje y amplitud de miras han marcado a Lúcar y a sus hijos, y no en vano de allí proceden los Marín de Poveda, tres personajes históricos que aportó Lúcar al Mundo Nuevo, uno como Virrey de La Plata, otro como pacificador de Chile y otro tercero como catedrático en Sucre. Es lo que corresponde a un lugar, Lúcar, en el que la mirada tiene tanto horizonte para perderse que, al final, se siente cautivada por el misterio de qué habrá más allá de esa línea con la que desde un punto (y Lúcar se encuentra entre los más privilegiados) se nos presenta ese mismo horizonte y acaba por intentar alcanzarla.
Publicidad
http://www.indalia.es - info@indalia.es - tel. 950 18 03 07
© Copyright Indalia.es
Publicidad
http://www.indalia.es - info@indalia.es - tel. 950 18 03 07
© Copyright Indalia.es
2006-10-25 10:27:19
·
answer #1
·
answered by i.daniel g 3
·
0⤊
0⤋