Cómo No Probar Mediums
UNA CRÃTICA A LOS EXPERIMENTOS DE VIDA DESPUÃS DE LA MUERTE
Ray Hyman profesor emérito de la universidad de Oregón, EEUU.
El Profesor Gary Schwartz hace afirmaciones revolucionarias acerca de que ha dado suficiente evidencia cientÃfica de la sobrevivencia de la conciencia y —aún más extraordinario— de que los mediums pueden realmente comunicarse con los muertos. Está profundamente equivocado. La investigación que presenta está llena de errores en todos los sentidos. Probablemente no existe otro programa de investigación psÃquica que se desvÃe tanto de las normas aceptadas de la metodologÃa cientÃfica como éste.
Esta crÃtica se hace en referencia a su libro The Afterlife Experiments: Breakthrough Scientific Evidence of Life After Death. Pocket Books. New York,2002.
Gary Schwartz es profesor de psicologÃa, medicina, neurologÃa, psiquiatrÃa y cirugÃa en la Universidad de Arizona. Después de recibir su doctorado en psicologÃa de la personalidad en la Universidad Harvard, dio clases en Harvard y luego en Yale durante veintiocho años como profesor de psicologÃa y psiquiatrÃa. Ha publicado más de 400 trabajos cientÃficos. Llegó a la Universidad de Arizona en 1988 para realizar investigaciones, entre otras cosas, de la relación entre el amor y la salud. En 1993 conoció a Linda Russek y se casó con ella poco después. Linda aún estaba dolida por la reciente muerte de su padre y le preguntó a Swartz, “¿Crees que sea posible que mi padre siga vivo?”
Esa pregunta propició un programa de investigación para responderla y además para ampliarla a la sobrevivencia de la conciencia. Al principio el programa fue conducido en secreto y después se hizo público en 1997. Desde 1997, Schwartz ha reportado varios estudios en donde él y sus colegas han observado a algunos talentosos mediums como John Edward y George Anderson quienes experimentaban en su laboratorio. Esto atrajo mucha atención gracias a las credenciales de Schwartz y a su posición de aceptar que esos sujetos se comunicaban realmente con los muertos.
Para Schwartz esta conclusión se basa en parte en el famoso principio conocido como la Navaja de Occam. Schwartz parafrasea el principio de Occam como “Si todas las cosas se mantienen iguales, la hipótesis más simple es normalmente la correcta”(2). Como Schwartz lo ve, “Los mejores experimentos (apoyando la realidad de comunicarse con los muertos) pueden ser explicados, sólo si uno hace una serie de suposiciones...” Estas suposiciones incluyen: 1] que los mediums utilizan detectives para obtener algo de información; 2] que los sujetos recuerdan equivocadamente hechos especÃficos como los nombres de sus parientes; 3] que los mediums son muy buenos adivinando; 4] que los mediums pueden interpretar simples datos como el cambio en la respiración para inferir detalles especÃficos sobre el sujetos y sus parientes; y 5] que los mediums utilizan super telepatÃa para obtener hechos sobre los amigos y familiares muertos del sujeto. Según Schwartz, esas suposiciones crean una complejidad innecesaria. “Sin embargo, si aplicáramos la Navaja de Occam a el total de la información recolectada en los últimos siglos, incluyendo la información que usted ha leÃdo en este libro, existe una hipótesis clara que es elegante en su simplicidad. Esta es la simple hipótesis de que la conciencia continúa después de la muerte. Esta hipótesis cuenta para toda información al respecto” (p.254).
El nuevo libro de Schwartz The Afterlife Experiments presenta evidencia de una serie de cinco reportes donde Schwartz y sus asociados observaron a mediums y sujetos “en experimentos ampliamentemente monitoreados.” Schwartz admite que sus experimentos no eran ideales. Por ejemplo, sólo el último en su secuencia de estudios utilizó un formato realmente doble-ciego. Aún asà insiste que los mediums, aunque a veces equivocados, consistentemente obtenÃan hechos y nombres sobre los amigos y familias fallecidos de los sujetos que los escépticos no han sido capaces de explicar como fraude, lectura en frÃo o adivinación por suerte. Presenta varios ejemplos de tales instancias por todo el libro. Estos ejemplos demuestran, él cree, que las lecturas de sus mediums son claramente diferentes de aquellas dadas por lectores en frÃo y psÃquicos menos habilidosos. Afirma que “Si las lecturas en frÃo son fáciles de reconocer por cualquiera familiarizado con las técnicas, los tipos de lecturas que hemos obtenido en nuestro laboratorio son realmente diferentes.”
¿PodrÃan ser lecturas en frÃo?
Ahora bien, yo he dedicado más de medio siglo al estudio de lecturas psÃquicas y en frÃo. Me he preocupado especialmente en por qué tales lecturas pueden ser tan concretas y convincentes, aún para los escépticos. Para ganar más dinero, comencé a leer la mano cuando era adolescente. Al principio, era escéptico. Creà que la gente creÃa en la lectura de mano y otras formas de adivinación porque podÃan encajar fácilmente en declaraciones muy generales de su situación en particular. Para establecer credibilidad entre mis cliente, leÃa libros sobre lectura de manos y me basaba en las interpretaciones aceptadas de las lÃneas, forma de los dedos y otros indicadores. Me sorprendÃa por las reacciones de mis clientes. Mis clientes constantemente me premiaban por mi precisión aún cuando les decÃa cosas muy especÃficas sobre problemas sobre su salud y otros asuntos personales. A veces hasta recibÃa llamadas telefónicas de clientes que me decÃan que una predicción que yo habÃa hecho se habÃa vuelto realidad. En meses de haber entrado a la lectura de mano, me convertà en un creyente de esta actividad. Mi convicción era tan fuerte que convencà a mi maestro escéptico de inglés de la preparatoria hacerle una lectura y discutir con él. Luego también convencà al director del departamento de psicologÃa donde estaba estudiando.
Cuando iba en segundo año de periodismo, un mentalista reconocido y amigo me convenció que probara un experimento en que deliberadamente leyera la mano de un cliente al revés de lo que su mano indicara. Me sorprendà mucho al descubrir que este cliente insistió de que esta era la lectura más precisa que hubiera experimentado. Debido a esto, realice más experimentos con el mismo resultado. Algo importante estaba ocurriendo. Fuese lo que fuese, no tenÃa nada que ver con las lÃneas de la mano. Me cambié de periodismo a psicologÃa para saber por qué no sólo otra gente, sino también yo, podÃamos ser engañados tan fácilmente. Mi siguiente carrera se enfocó en las razones de por qué las lecturas en frÃo pueden parecer ser tan completas y aparentemente especÃficas.
Los psicólogos han descubierto varios factores que pueden hacer una lectura ambigua altamente especÃfica, única y sorprendentemente precisa. Y una vez que el observador o el cliente ha experimentado la aparente precisión de la lectores, se hace virtualmente imposible que deje de pensar eso. Investigaciones en muchas áreas demuestran este hallazgo. Los principios llevan tales nombres como la falacia de la validación personal, validación subjetiva, perseverancia de creencia, ilusión de invulnerabilidad, caracterÃsticas de demanda, efecto de algo único falso, fenómeno pie en la puerta, correlación ilusoria, acuerdos integrales, efecto de auto referencia, el principio de individualización y muchos, muchos otros. Mucho de esto es facilitado por la ilusión de la especificidad que envuelve al lenguaje. Todo el lenguaje es inherentemente ambiguo y depende mucho más de lo que creemos en el contexto y las señales no lingüÃsticas para establecer su significado en una situación dada.
Una tras otra, Schwartz argumenta que las lecturas dadas por sus mediums estrellas difieren profundamente de las lecturas en frÃo. Se la pasa dando ejemplos de lecturas por todo su libro. Aunque estos ejemplos fueron obviamente seleccionados porque, en su opinión, representan a los mediums en su mejor momento, cada uno de ellos, para mÃ, actuaron como cualquier lector psÃquico haciendo una lectura en frÃo. En agosto del 2001, Schwartz reunió a un panel de siete expertos en lecturas frÃas, incluyéndome a mÃ, para instruirlo en el tema. Nos mostraron videocintas de Suzane Northrup y John Edward haciendo lecturas en su laboratorio. La mayorÃa de los miembros del panel estaban abiertamente de acuerdo con las metas y el programa de Schwartz. Aún asà todos estuvimos de acuerdo de que lo que vimos que Northrup y Edward hacÃan no era nada distinto a lo que verÃamos con un lector en frÃo.
Estoy seguro que el Profesor Schwartz estará en total desacuerdo con mi observación de que las lecturas que presenta como fuerte evidencia de su caso se parecen mucho al tipo de lecturas que esperarÃamos de lectores psÃquicos en general y lectores en frÃo en particular. El desacuerdo entre nosotros, sin embargo, se basa en un dictamen subjetivo. Por eso es que hemos optado por métodos cientÃficos ampliamente aceptados para resolver el asunto. Por eso es importante, especialmente para el tipo de afirmaciones revolucionarias que Schwartz hace, que estén respaldadas por evidencia cientÃfica. En todo su libro The Afterlife Experiments del 2002, Schwartz da por hecho que ya presentó esa evidencia.
Esto, como explicaré, es profundamente erróneo. La investigación que presenta está toda mal. Es muy probable que ningún otro programa de investigación psÃquica se desvÃa tanto de las normas aceptadas de la metodologÃa cientÃfica como lo hace este.
¿Es fundamentalmente errónea la investigación?
Aunque nunca va tan lejos como para decir que su metodologÃa de investigación es la ideal, aparentemente cree -Schwartz- que es adecuado justificar sus conclusiones de que los mediums se están comunicando con los muertos. Escribe, “Los escépticos que afirman que esto es un tipo de fraude que los mediums están haciéndonos no han podido señalar algún error en nuestra técnica experimental” (p.xxii). Después afirma, “La información aparece ser cierta. Si existe una falla fundamental en la totalidad de la investigación presentada en estas páginas, la falla ha logrado evadir a los muchos cientÃficos experimentados que han examinado cuidadosamente el trabajo hasta la fecha” (p. 13).
Estas afirmaciones me asombran muchÃsimo. He identificado no una sino varias fallas “esenciales” en los experimentos de Schwartz. He confrontado a Schwartz con esta lista de fallas en dos reuniones públicas donde compartimos el mismo foro. También las presenté de nuevo en un panel sobre lecturas en frÃo que él organizó. Los otros miembros del panel también señalaron fallas. Y Wisemen y O’Keefe (3) señalaron serios problemas con los dos primeros estudios publicado de Schwartz en áreas de juicio, grupos control, y filtraciones sensoriales. TendrÃa que hacer este artÃculo casi tan largo como el libro de Schwartz para explicar adecuadamente cada falla. Es sabido que bastarÃa sólo una de estas fallas para invalidar sus experimentos, sin embargo discutiré algunas. Primero, enlistaré los mayores tipos de fallas en los experimentos descritos en sus primeros cuatro reportes (y en seguida trataré el quinto reporte):
1. Comparaciones de control inapropiadas
2. Precauciones inadecuadas en contra de fraude y filtraciones sensoriales
3. Presencia de variables dependientes sin probarlas ni estandarizarlas
4. Sin procedimientos doble-ciego
5. No se impidió adecuadamente la visión aún en los experimentos que él llama “de ciego sencillo”
6. No se revisaron independientemente los hechos que los sujetos decÃan ser ciertos
7. Uso de argumentos plausibles en vez de controles reales
Esta lista se refiere a los defectos en la conducción de los experimentos y en la obtención de datos. Otros problemas muy serios surgen en la forma que Schwartz interpreta y presenta los resultados de su investigación. Estos incluyen:
8. Confusión de hallazgos explicativos con confirmativos
9. Cálculo de probabilidades condicionales erróneo y ampliamente desorientador
10. Creación de resultados no falsificables al reinterpretar fallas como éxitos
11. Inflación de niveles de significado al no poder ajustar múltiples pruebas y tratar comparaciones no planeadas como si fuesen planeadas.147
Otros problemas se presentan al no usar procedimientos adecuados de aleatorización, usando sólo sujetos que están predispuestos a la hipótesis de la sobrevivencia, pruebas estadÃsticas inapropiadas y otros defectos comunes que plagan a los nuevos programas de investigación. Aún si el programa de investigación no estuviera comprometido por estos defectos, las afirmaciones realizadas requerirÃan una repetición por investigadores independientes. Tal vez la equivocación más seria de Schwartz es su intento de pasarle la labor de presentar pruebas de él a los escépticos.
Pero el error más serio fue el de publicar los resultados que obtuvieron hasta ahora. Primero hubieran tratado de obtener evidencia de su hipótesis que fuera aceptable cientÃficamente. Al someter sus muy inadecuados estudios al escrutinio público y al demandar que los escépticos “explicaran” su información defectuosa, ha perdido credibilidad. Además, las publicaciones que aceptaron estos estudios para presentarlos y el panel de Abogados Amistosos del Diablo de Schwartz han sufrido también bastantemente en credibilidad.
La respuesta inadecuada e inapropiada de Schwartz a las crÃticas
Las respuestas de Schwartz a las crÃticas tales como las de Wiseman y O’Keefe oscurecen, más que clarificar, las cosas (4). Por ejemplo, en cuanto al no poder presentar seguros en contra de las filtraciones sensoriales, se queja de que Wiseman y O’Keefe “curiosamente no mencionaron que estaban plenamente conscientes de eso y que estaban activamente investigándolas al mismo tiempo que el trabajo fue publicado.” El hecho de que los investigadores supieran que no habÃan puesto seguros adecuados en contra de las filtraciones sensoriales no hace de ninguna forma a sus datos más aceptables. Además, sà hubieran podido controlar propiamente esta falla, pero es inexcusable que no lo hicieran. ¿Por qué publicaron datos que sabÃan no eran seguros y trataron de hacerlos pasar como cientÃficos?
De hecho, Schwartz afirma que deliberadamente permitió que hubiera algo de filtraciones sensoriales para ver si “las señales sutiles que quedaban” pudieran explicar la precisión subsecuente de las afirmaciones de los mediums. También afirma que querÃa comenzar con “un diseño semi-naturalÃstico... para desarrollar una relación profesional con los mediums....” Si este fue su motivo para usar un diseño inadecuado, entonces hubiera tratado al estudio como una prueba preliminar para ver si los mediums podÃan trabajar bajo condiciones de laboratorio. Tal estudio preliminar o piloto, sin embargo, debió haber sido entonces seguido de un experimento formal propiamente conducido. Saber cómo controlar bien la filtración sensorial de ninguna manera permite publicar información errónea para apoyar una hipótesis.
Al defenderse en contra del cargo de filtración sensorial, Schwartz utiliza otra táctica que viola la conducta cientÃficamente aceptable. Trata de pasarle la obligación de presentar pruebas a los escépticos: “Los escépticos que especulan que la ‘lectura en frÃo’ puede lograr resultados similares tienen la responsabilidad de mostrar qué hallazgos idénticos pueden ser obtenidos bajo las condiciones usadas en la investigación de Schwartz (por ejemplo, la condición observador-silencio ciego-simple que efectivamente desecha información pre-experimental y retroalimentación verbal). Damos la bienvenido a tales experimentos.”
Lo siento, profesor Schwartz. Los escépticos y la comunidad cientÃfica no tienen la responsabilidad de mostrar nada hasta que usted presente la información obtenida de acuerdo a los estándares establecidos y aceptables. Es suya la responsabilidad de primero presentarnos la evidencia de su hipótesis de sobrevivencia de la conciencia que se obtienen de acuerdo a los estándares cientÃficos apropiados que incluyen controlar la filtración sensorial; idear variables dependientes que sean relevantes, confiables y válidas y el utilizar comparaciones de control que tengan sentido.
Las réplicas de Schwartz a los otros dos tópicos de crÃtica de Wiseman y O’Keefe son más inquietantes. Su respuesta al cargo de sesgo de posible juicio es que, “El propósito de los experimentos originales no era eliminar posibles prejuicios del que califica, sino minimizarlos.” De nuevo trata de pasar al escéptico la obligación de dar pruebas, al argumentar que no es plausible especular que sus sujetos exhibieran prejuicios en cosas como nombres, relaciones y cosas asÃ. De hecho, me es altamente plausible que algunos sujetos pudieran aceptar afirmaciones que son demostrablemente falsas. Sin embargo, la ciencia existe como una manera de evitar argumentos sobre plausibilidad. Minimizar los prejuicios no es lo mismo que prevenirlos. Si quiere lograr aceptación cientÃfica de su evidencia entonces debe obtener datos bajo condiciones que eliminen o corrijan dichos sesgos. Aún peor es su respuesta a la acusación de que usó grupos de control inapropiados. “El propósito de los experimentos originales no era incluir un grupo de control ideal, sino de informar y posiblemente eliminar (o incluir) una posible explicación de los datos —o sea, simple adivinación.”
Esta última afirmación es tanto confusa como errónea. Sospecho que Schwartz quiere decir con “un grupo de control ideal” uno hecho de individuos que tienen la misma edad y que tienen el mismo tipo de experiencia como sus mediums. Ya que su verdadero grupo control estaba formado por estudiantes no graduados que no tenÃan experiencia anterior como mediums, el grupo obviamente no era ideal en este sentido. Sin embargo, lo que Wiseman y O’Keefe critican es que este grupo control de ninguna manera puede darnos una comparación propia o bases para “calificar con precisión” a los mediums por sus sujetos. Esto es por la simple razón de que al grupo control se le dio la tarea que diferÃa notoriamente de la de los mediums. No hay forma de que los resultados de este grupo control pudieran dar una comparación o lÃnea base por simple adivinación.
Los mediums eran libres de hacer afirmaciones sobre posibles contactos, nombres, relaciones, causas de muerte y otros asuntos. En los primeros experimentos se les daban respuestas “si” y “no” de los sujetos y en los últimos experimentos normalmente comenzaban un segmento sin que se les contestara y luego habÃa un segmento donde se les contestaba. Los sujetos podÃan encontrar similitudes en lo que se les decÃa que encajara con sus circunstancias particulares. Luego al sujeto se le daba una trascripción de toda la lectura y calificaba cada afirmación de cuán precisamente se aplicaba a su situación. Las afirmaciones que obtuvieran las calificaciones más altas contaban como aciertos. La proporción de aciertos variaba aproximadamente de 73 a 90 por ciento en los primeros experimentos y un poco más bajo en los siguientes.
En contraste, los sujetos del grupo control recibÃan una serie de preguntas basadas en la lectura dada al primer sujeto. Las afirmaciones de las lecturas se convertÃan en preguntas que podÃan ser contestadas de manera que la respuesta pudiera ser considerada correcta o incorrecta. Por ejemplo, si el médium adivinó correctamente la causa de la muerte de la madre del sujeto, la pregunta que se les daba a los sujetos del grupo control podÃa ser, “¿Cuál fue la causa de la muerte de su madre?” Schwartz y sus colegas reportan que el porcentaje de respuestas correctas de los sujetos control era de 36 por ciento. Debido a que la “precisión” de los mediums era mucho más alta, los investigadores concluyeron que los mediums tenÃan acceso a información verdadera que no podÃa ser considerada como adivinación.
Wiseman y O’Keefe correctamente señalan que esta es una comparación incorrecta. Aunque Schwartz afirma que los sujetos control tenÃan ventaja sobre los mediums, el uso de resultados del grupo control como lÃnea base para los mediums no tiene absolutamente sentido. Wiseman y O’Keefe dan varias razones del porqué. Además de las razones que dan, una fundamental es que la puntuación de los sujetos control no involucra calificaciones subjetivas por parte de los sujetos mientras que las calificaciones de precisión de los mediums dependen totalmente del juicio de estos sujetos. No tenemos idea de qué tan bien los mediums podrÃan actuar si les dieran la misma tarea que a los sujetos control. Sospecho grandemente que no podrÃan hacerlo mejor.
La puntuación de precisión del médium depende completamente de las decisiones subjetivas del sujeto. El primer ejemplo de la lectura dada en el libro de Schwartz comienza asÃ:
La primera cosa que se me muestra es una figura masculina que yo dirÃa está arriba, eso serÃa para mà algún tipo de imagen paternal.... Mostrándome el mes de mayo.... Me dicen que hable del Gran H-um, la conexión H. Para mà esto una H con sonido de N. Asà de que lo que hablan es Henna, Henry, pero hay una conexión HN. (p. xix)
La sujeto identificó esta descripción como una de su difunto esposo, Henry. Su nombre era Henry, murió el mes de mayo y era “llamado cariñosamente como el “gigante amable.” La sujeto fue capaz de identificar otras afirmaciones del médium que se referÃan a su difunto cónyuge.
Noten, sin embargo, el enorme grado de laxitud en que la sujeto acomodó dichas afirmaciones a su situación personal. La frase “algún tipo de imagen paternal” se puede referir a su esposo porque él era también el padre de sus hijos. Sin embargo, también se puede referir a su propio padre, su abuelo, el padre de alguien más o cualquier hombre con hijos. También se puede referir fácilmente a alguien sin niños tal como un sacerdote o individuo tipo padre —incluyendo Santa Claus. Hubiera sido igual de buena otra conexión si su esposo hubiera nacido en mayo, se hubieran casado en mayo, hubiera sido diagnosticado de una enfermedad mortal en mayo o considerado a mayo como su mes favorito. La conexión “HN” podrÃa encajar igual de bien si el nombre de la sujeto fuera Henna o si el perro de su esposo fuera Hank.
Schwartz concluye que, “Ninguna otra persona en la familia de la sujeto encaja con las afirmaciones “imagen paterna, Gran H, Henry, mayo, excepto su difunto esposo, Henry.” ¡Claro que no! Si esa persona, u otra, también encontrara una similitud en su vida personal, también serÃa única. Cuando me puse en los zapatos de un posible sujeto y traté de encajar la lectura a mi situación, pude encajar bien a mi padre, que era fÃsicamente grande, su apellido era Hyman, y que, como cualquier humano en este planeta, experimento uno o más eventos notables en el mes de mayo. Otras cosas en la lectura también pueden ser acomodadas a mi padre. Schwartz exagera el hecho de que el grupo de datos que un sujeto extrae de una lectura tiende a ser único para ese sujeto. Hasta calcula las probabilidades condicionales de que ese grupo ocurra sólo por casualidad. Naturalmente, estas probabilidades condicionales son extremadamente bajas —normalmente teniendo probabilidades de uno en un billón.
La puntuación de “precisión” del médium, calculada por los experimentadores, depende crÃticamente de las calificaciones del sujeto. Esto permite que la validación subjetiva (5) y los prejuicios incontrolables entren a escena del lado de los mediums. Los sujetos fueron seleccionados deliberadamente debido a que ya estaban predispuestos a la hipótesis de sobrevivencia (que la consciencia sobrevive a la muerte). Dada la afirmación “algún tipo de imagen paternal,” la sujeto fácilmente encaja esto a su difunto esposo que era el padre de sus hijos. Para ella, esto alcanzarÃa la calificación de precisión más alta. Un sujeto más escéptico, dándose cuenta de la ambigüedad de la afirmación, podrÃa darle una calificación más baja. Con la afirmación “mostrándome el mes de mayo,” la sujeto podrÃa calificarlo de preciso porque su esposo realmente murió en el mes de mayo. Un sujeto más objetivo podrÃa calificarla como menos precisa ya que se da cuenta que esta afirmación podrÃa aplicar a cualquier evento significante que le pasara a su esposo, a ella o a su familia en mayo. Del ejemplo anterior, si yo fuera un sujeto objetivo recibiendo la misma lectura, podrÃa darle la calificación de cinco de cinco (100% de certeza) ya que mi padre (obviamente un tipo de imagen paternal), experimentó uno o más eventos significativos en mayo (mostrándome el mes de mayo), era grande y con sobre peso y se apellidaba Hyman (sobre la Gran H-um, la conexión H.... una H con sonido de N).
Comparen esto con la tarea que tienen los individuos de control. A ellos se les darÃa una serie de preguntas basadas en esta lectura que podrÃa ser asÃ:
1. ¿Cuál era la relación del muerto con la sujeto?
2. ¿Cuál era el nombre del esposo de la sujeto?
3. ¿En que mes murió?
4. ¿Cómo era descrito por sus amigos?
Los estudiantes del grupo control tendrÃan que contestar esposo, Henry, mayo y grande para obtener una puntuación perfecta. La probabilidad de que alguien, incluyendo a los mediums, obtuviera todas estas preguntas correctas, o siquiera un alto porcentaje de ella, es muy baja en verdad. Es obvio que esta es una labor completamente distinta de la que realizan los mediums. Una obvia diferencia es que los juicios y los sesgos de los sujetos son eliminados en los controles. En verdad, son sólo estos sesgos potenciales y juicios subjetivos hechos por los sujetos que obviamente necesitan ser controlados.
Probabilidades Condicionales
Una forma en que Schwartz afirma que la probabilidad de que sus mediums están obteniendo sus aciertos por mera coincidencia es calcular las probabilidades condicionales de obtener ciertos patrones de afirmaciones que pudieran encajar en la situación del sujeto. En el fragmento de la lectura que he estado usando como ejemplo, él podrÃa estimar que la probabilidad de obtener el género del esposo es de ½; la probabilidad de indicar que está muerto de ½; la probabilidad de adivinar que la persona muerta era el esposo es, tal vez, 1/6; la probabilidad de adivinar el mes de la muerte era de 1/12; la probabilidad de obtener el nombre correcto es de 1/15 y que la probabilidad de saber que era descrito como “grande” de 1/20 (claro está, las probabilidades particulares hechas en la mayorÃa de estos casos deben estar basadas en suposiciones y adivinaciones, pero Schwartz afirma que se sitúa en el lado conservador al hacer tales estimaciones). La probabilidad combinada de obtener correctamente este patrón en particular de coincidencias por mera suerte serÃa simplemente el producto de estas probabilidades separadas. En mi ejemplo, la probabilidad de lograr este patrón serÃa de menos de 1 en 86,000.
Tal probabilidad tan baja parece claramente desechar la suerte como explicación de los resultados. La mayorÃa de los verdaderos cálculos de Schwartz tÃpicamente llevan a probabilidades de menos de uno en un millón. ¡En un caso calculó la probabilidad de que los resultados se hubieran obtenido por mera adivinación de 1 en 2.6 billones! Si estos cálculos fueran apropiados ciertamente desecharÃan la adivinación como la explicación del aparente éxito de los mediums.
La probabilidad, sin embargo, es un concepto muy escurridizo. Aun los expertos han sufrido al tratar de aplicarla en situaciones en el mundo real. Algunas de las razones de por qué los cálculos de probabilidad condicional de Schwartz son inapropiados y engañosos en este contexto involucran consideraciones altamente técnicas sobre probabilidades condicionales, independencia, espacios de muestra y similares. Sin embargo, uno puede darse cuenta de que algo esta mal cuando consideras que este mismo tipo de cálculos también proveen probabilidades muy bajas de cualquier tipo de similitudes que cualquier persona —el sujeto o alguien más— encuentra en una lectura dada. Por ejemplo, los patrones de similitudes que encontré en la lectura de ejemplo con respecto a mi difunto padre tienen una probabilidad de adivinarse tan baja como lo serÃa el no considerar al azar. Y esto será cierto para cualquier patrón de similitudes que alguien encuentre en la misma lectura. Un problema es que los cálculos de Schwartz no toman en cuenta la enorme variedad de posibles combinaciones que podrÃan ser extraÃdas de una sola lectura. Cada una serÃa única para la persona que encuentra algún sentido en el patrón.
Irónicamente, tales cálculos podrÃan justificarse (con algunas reservas importantes) para la labor asignada a los estudiantes de control. Cada pregunta que se les hace tiene una respuesta explÃcita. Si podemos hacer suposiciones razonables sobre la probabilidad de contestar cada pregunta por mero azar, y si podemos suponer que las respuestas a cada pregunta son independientes de cada una, entonces podrÃamos legÃtimamente tratar de estimar la probabilidad de obtener todas las respuestas correctas al multiplicar juntas las probabilidades de respuestas correctas para todas las preguntas. Podemos hacer esto sólo porque definimos el total de posibilidades y no hemos seleccionados, después del hecho, sólo las preguntas que fueron contestadas correctamente.
Confianza en Calificaciones sin corroborarlas
Esta discusión sobre las razones de porqué la comparación de control y el cálculo de probabilidades condicionales son puntos inadecuados de una de las debilidades más serias de este programa de investigación. La calificación de “precisión” de los mediums depende totalmente de los juicios de los sujetos individualmente. Cada sujeto es el responsable de validar la lectura que se le ha dado. Cada sujeto es escogido cuidadosamente para ser alguien que esté dispuesto favorablemente a la hipótesis de sobrevivencia y que quiera que el médium sea capaz de comunicarse con los muertos. Schwartz admite que las calificaciones de “precisión” de los sujetos que no están dispuestos favorablemente son mucho más bajas. Pero explica que asà como algunos de los mediums son “cuervos blancos”, también hay sujetos que son “cuervos blancos” —o sea, que algunos están destinados a obtener resultados especialmente buenos. En otras palabras, algunos sujetos están destinados a otorgar calificaciones más altas de precisión que otros.
Una simple explicación, que concuerda con la Navaja de Occam, es que algunos sujetos son más susceptibles a sesgos de respuesta. Schwartz, estoy seguro, estará realmente en desacuerdo. Esto, de nuevo, señala la necesidad de una investigación propiamente conducida que corrija adecuadamente tales sesgos. Esto es porque un programa de investigación propiamente conducido requiere de variables dependientes válidas, cuidadosamente estandarizadas y confiables, procedimientos realmente doble-ciegos, comparaciones de control adecuado y controles apropiados de filtraciones sensoriales. Todos estos requerimientos, como he explicado, hacen falta en los experimentos de vida después de la muerte.
Schwartz ha tratado de contrarrestar parte de estas crÃticas al señalar el hecho de que mucha de la información dada por los mediums consiste de material real que puede ser comprobado independientemente (por ejemplo, nombres, relaciones, carreras, géneros especÃficos, etc.). Aún asÃ, nunca se ha molestado en realizar una comprobación independiente de estos “hechos.” Simplemente acepta los testimonios de los sujetos. Argumenta que es completamente irracional creer que uno de los confiables sujetos dirÃa “sÔ a un hecho falso. Esto, por su puesto, es usar un argumento de plausibilidad en lugar de un control que debió haber sido incorporado a la investigación. Tal vez lo más probable es que un sujeto no mentirÃa en algo asÃ. Sin embargo, su propio libro nos da varios ejemplos. En un caso, una de sus mejores sujetos no desmiente la creencia errónea de John Edward de que su esposo está muerto, aun y cuando él está vivo y sentado en el cuarto de a lado. Como lo hace una y otra vez cuando se encuentra con algo que falla, Schwartz logra encontrar una explicación conveniente para cada situación en particular. Sugiere que esto podrÃa ser el caso de precognición ya que el esposo de la sujeto murió en un accidente unos meses después de la lectura.
Las lecturas “cuervo blanco” de Laurie Campbell
El libro empieza con una cita de William James. “Para poder anular la ley de que todos los cuervos son negros, basta encontrar un cuervo blanco.” James estaba interesado en la posibilidad de un fenómeno psÃquico. CreÃa que era suficiente encontrar un sólo ejemplo irrefutable de una ocurrencia psÃquica para demostrar que las violaciones a la ley natural eran posibles. Schwartz afirma que ha descubierto varios cuervos blancos. La actuación de sus mediums, especialmente Laurie Campbell y John Edward, les hace ganar el mote, a su juicio, de mediums “cuervo blanco”. También encontrar por lo menos un sujeto “cuervo blanco” en uno de sus participantes, GD.
GD es un trabajador social psiquiátrico que perdió a su compañero, Michael, por el SIDA. GD descubrió que tenÃa poderes de médium y creÃa que estaba en contacto con su compañero difunto. Era uno de los tres sujetos en un experimento con la médium Laurie Campbell. Los investigadores reportaron que, “Se encontró evidencia estadÃsticamente significante de información anómala en cada uno de los tres sujetos investigados en este experimento. Sin embargo, es la singularidad y naturaleza extraordinariamente evidencial de esta lectura en particular que justifica enfocarse en esta lectura “cuervo blanco.” En otras palabras, los investigadores basan su reporte totalmente en los resultados con este sujeto. Aunque uno de los criterios de selección de los sujetos era su voluntad de calificar las transcripciones de sus lecturas, tales puntuaciones aparentemente no fueron hechas cuando este reporte fue escrito. Los experimentadores reportan que GD estimaba que la información dada por la médium era por lo menos 90% correcta. Presumiblemente esto era simplemente un estimado subjetivo. En experimentos pasados la calificación de “precisión” se obtenÃa al calcular la proporción de elementos altamente calificados entre todos los elementos calificados.
Schwartz afirma que la lectura completa duró más de una hora. Prometieron que la trascripción completa estarÃa disponible en el futuro. Hasta la fecha, no la he visto, asà que no puedo juzgar hasta qué punto esta lectura podrÃa ser cualitativamente diferente de las lecturas que he atestiguado o leÃdo que hayan sido dadas por Laurie Campbell. En las lecturas que he visto, Campbell dice iniciales, nombres y afirmaciones vagas que parecen caracterizar a las lecturas de los muchos lectores psÃquicos y mediums que he estudiado en los últimos sesenta años. Presencié una demostración pública suya en una conferencia patrocinada por Gary Schwartz y Linda Russek en Tuscson en marzo de 2001. También he estudiado cuidadosamente las transcripciones completas de dos lecturas de Campbell.
En primera instancia la lectura dada de GD parece ser cualitativamente diferente. De lo que nos han dicho, Campbell aparentemente afirma que el sujeto de esta lectura se llamaba George (verdadero) aun cuando ella supuestamente no sabÃa su identidad. También indicó correctamente que la persona difunta primaria de GD era un varón llamado Michael (verdadero). También dio el nombre “Alice” y después, durante la parte interactiva de la lectura, que ella era la difunta tÃa de GD. Entre la lista de nombres que incluyó en su lectura era uno que ella decÃa sonaba como Talya, Tiya, o Tilya. GD tiene una amiga que llama “Tallia”. Campbell mencionó un perro muerto cuyo nombre empieza con “S”. GD tenÃa un querido perro con un nombre con “S” (pero no el nombre usado por Campbell). Otro nombre relevante era el del padre de GD “Bob.” Los investigadores citaron otros aciertos cualitativos que ellos creÃan daban evidencia poderosa de que Campbell recibÃa información de una fuente paranormal.
La fuente paranormal, argumentan los autores, no es simplemente la percepción extrasensorial basada en los pensamientos de GD. Esto es porque en la fase interactiva de la lectura “no sólo fueron cuatro personas principales descritas exactamente por Campbell, sino además cuatro hechos adicionales no conocidos por GD y que luego fueron confirmados por fuentes cercanas a GD que indicaban que la información excepcionalmente precisa era obtenida de los amigos difuntos de GD.” Debido a esto, Schwartz argumenta que lo más probable es que el médium está consiguiendo su información de los individuos muertos en vez del pensamiento del sujeto. Durante la lectura, GD erróneamente creyó que Campbell se habÃa equivocado al decir que la nieta de su tÃa Alice se llamaba “Katherine” pues creÃa que se escribÃa “Catherine.” Cuando GD revisó, descubrió que el nombre de su prima se escribÃa en realidad con K en vez de con la C en la que estaba pensando durante la lectura. Otro ejemplo importante es cuando Campbell dijo “que M (Michael) le mostró dónde vivÃa; algún lugar en Europa y que sus padres tienen un ‘acento pesado’ (M era alemán). Laurie Campbell reportó que M le mostraba una gran ciudad y que luego M estaba viajando por el campo hacia su casa.... Campbell afirmaba que M le mostró un viejo ‘monasterio’ de piedra en la orilla del rÃo que iba a la casa de sus padres. Esta información no era conocida por GD antes de la lectura. Después de la lectura, GD telefoneó a los padres de M en Alemania y supo que habÃa una vieja iglesia, abadÃa, cerca de la orilla del rÃo que iba a su casa y que le habÃan hecho una misa a M en el edificio de piedra estilo monasterio unas semanas antes al experimento.”
Estos son ejemplos de la lectura que Schwartz insistÃa que los escépticos no podÃan explicar en términos de causas normales tales como adivinar y lectura en frÃo, fraude o filtraciones sensoriales. Sin embargo, el experimento tenÃa tantos defectos serios que serÃa inútil que un escéptico aceptara el reto. Esto serÃa otro ejemplo de pasar la obligación de presentar pruebas a los hombros equivocados. Aunque los experimentadores tratan de hacer un argumento plausible en contra de la colusión entre Campbell y GD, asà como también en contra de la posibilidad de que Campbell podrÃa de alguna forma haber tenido acceso al manuscrito del próximo libro de GD (del cual Schwartz tiene una copia), los controles en contra de filtraciones sensoriales no son muy convincentes. De hecho, los autores aceptan parcialmente este defecto. Aunque no veo razón alguna de asumir que lo que ocurrió aquà fue un fraude, creo que los experimentadores tienen la obligación con sus mediums y sujetos, asà como con la comunidad cientÃfica, de tomar todos los pasos razonables para evitar un fraude como posibilidad. Al tomar dichos pasos protegen a sus sujetos de cualquier sospecha que pudiera surgir en esta área.
Los resultados hubieran sido más interesantes si hubieran sido logrados bajo condiciones doble-ciego —o sea, bajo condiciones donde Campbell, GD, el experimentador y Schwartz no tuvieran conocimiento uno del otro al momento de realizar la lectura. Schwartz llama a estos experimentos “ciego-sencillos” porque al momento de la lectura (por lo menos en las primeras porciones), GD no sabÃa quién era el médium y Campbell no sabÃa quién era el sujeto estando además separados por miles de millas. Desafortunadamente, el experimentador, el cuál sà sabÃa la identidad del sujeto asà como un poco de su historia personal, estuvo con Campbell en el momento en que hacÃa la lectura. Los investigadores psÃquicos tienen una larga historia de considerar a los datos que se obtienen con estas fallas como no-evidenciales.
Probablemente la debilidad más seria de este experimento es que su resultado depende completamente de los juicios sin corroboración del sujeto GD. De nuevo, Schwartz se basa en argumentos de plausibilidad para corroborar la confianza y validez de las puntuaciones de GD sobre la lectura. Este es un defecto muy grande por muchas razones. Una es el prejuicio del sujeto. Los individuos pueden diferir mucho en cuanto a lo que acepten o no acepten como válido en su situación personal. Cuando Campbell dice que escucha un nombre que suena como Talya, Tily, o Tilya, un sujeto con criterio estricto podrÃa no aceptar esto como una referencia de una amiga llamada Tallia. Por el otro lado, un sujeto con un criterio más holgado y que está convencido de que el médium está hablando sobre su situación podrÃa aceptar lo que dice Campbell se refiere a una amiga con el nombre de Tanya, Tina, Tilda, Tony, Dalia, Natalie, o una variedad de otras posibilidades. Sin embargo, si el resultado de esta lectura es tan sorprendente y cientÃficamente revolucionario como dice que es, pienso que deberÃa por lo menos hacer el esfuerzo de revisar independientemente algunos de estos hechos.
Esto es especialmente verÃdico para los “hechos” que eran desconocidos para GD al momento de la lectura, pero que luego descubrió eran ciertos. Por ejemplo, cuando GD llamó a los padres de M en Alemania, ¿cómo se llevó a cabo el cuestionario? ¿Hablaron en alemán o en inglés? ¿Qué tan bien habla GD el alemán? ¿Qué tan bien los padres de M hablan y entienden el inglés? ¿Hizo GD las preguntas de manera tendenciosa? Ciertamente hubiera sido altamente deseable que los experimentadores se hubieran comunicado independientemente con los padres de M. De hecho, hubiera sido mejor si, en vez de GD, los experimentadores hubieran hecho la averiguación. En vez de eso, todo depende de GD. Tal dependencia en un solo individuo en tal circunstancia es llamada por los psicólogos como “la falacia de la validación personal.”
“Replicación” de la lectura Laurie Campbell /GD en un experimento doble-ciego
Lo que se necesita, por supuesto, es una repetición exitosa de estos resultados aparentemente espectaculares en una lectura conducida bajo condiciones doble-ciego adecuadas. De hecho, esto es precisamente lo que Schwartz afirma que ha logrado. Ãl y sus colegas finalmente realizaron un experimento doble-ciego utilizando a Campbell como médium y a seis sujetos, uno de ellos era GD. Durante las lecturas, Campbell y los sujetos no tuvieron contacto y los experimentadores que estaban con Campbell no sabÃan el orden en que se presentarÃan los sujetos. Después a cada sujeto le eran enviadas dos transcripciones para que juzgara. Una era la lectura real para ese sujeto y otra era una lectura dada a otro sujeto. Los sujetos no recibÃan claves de cual era su lectura verdadera. “La pregunta era, ¿aún bajo condiciones de ciego, podrÃan los sujetos determinar cuál era la suya?” “Los hallazgos fueron sorprendentes. Una vez más fue la lectura de George Dalzall (GD) fue la que sobresalió... Esto nos dio evidencia incontrovertible en respuesta al argumento altamente no plausible de los escépticos en contra del estudio ciego-sencillo de que el sujeto serÃa prejuiciado en sus calificaciones (por ejemplo, leer mal los nombres y relaciones de los difuntos) porque sabÃa que la información era su propia lectura... La queja de los escépticos se convierte en un argumente completa y convencidamente imposible en el caso del estudio doble-ciego... ParecÃa ser el máximo diseño “cuervo blanco”... (p.236)”
Como esta cita revela, Schwartz cree que este experimento doble-ciego ha refutado todos los argumentos escépticos en contra de su evidencia. Una de las mantras de Schwartz en relación con sus experimento es deja a los datos hablar. Cuando leà el reporte completo (6) de este “máximo diseño ‘cuervo blanco’”, los datos sà hablaban fuerte y claro. Sin embargo, la historia que contaban los datos era justamente lo opuesto a lo que el Profesor Schwartz aparentemente escucha.
El plan del estudio era admirablemente simple. Campbell daba lecturas a los seis sujetos en un orden que ni ella ni el experimentador que estaba con ella sabÃa. De esta manera ni el médium ni la persona en su presencia sabÃa quien era el sujeto al momento de la lectura (7). Al momento de la lectura, el sujeto estaba fÃsicamente separado del médium. El médium hacÃa sus lecturas en Tucson, Arizona, mientras que los sujetos estaban en sus casas en distintas partes del paÃs. Subsecuentemente, cada sujeto recibió dos transcripciones. Una de las transcripciones era la lectura real para ese sujeto y la otra era para otro sujeto. Cada sujeto calificaba las dos transcripciones, sin saber cual era la suya, según las instrucciones dadas por los investigadores. El sujeto primero circulaba cada frase en las transcripciones que juzgara fueran un “golpe artero”. “Para tÃ, un golpe artero es información que hayas experimentado como ‘esto me paso a mÃ’, o ‘wow’ o ‘esa es mi familia.’” Después, se le decÃa al sujeto que volviera a leer las transcripciones y calificara cada elemento como acierto, error o que no estaba seguro. Finalmente, el sujeto designaba cual de las dos transcripciones era la que le correspondÃa.
La hipótesis era que si Campbell podÃa realmente acceder a información de los difuntos conocidos de los sujetos, esto se mostrarÃa en las tres medidas. En otras palabras, los sujetos escogerÃan correctamente su propia lectura de entre las dos transcripciones; registrarÃan significativamente más golpes arteros en sus propias transcripciones que con la otra y encontrarÃan muchos más aciertos y menos errores en la trascripción verdadera que en la de control. Cada una de estas tres predicciones fallaron. Cuatro de los sujetos eligieron bien su propia trascripción, pero esto es consistente con la expectativa de tres éxitos. En las otras dos medidas más sensibles, no hubo diferencias significativas en el número de golpes arteros o de aciertos y errores.
Los autores admiten que para los datos en general, “no hubo evidencia aparente de un efecto confiable de recuperación de información anómala.” ¿Asà que cómo pueden usar estos resultados para proclamar una vindicación sorprendente de sus hallazgos anteriores? Esto es debido a que, cuando vieron los resultados separadamente de cada sujeto, descubrieron que en el caso de GD, que habÃa sido el sujeto estrella en un experimento previo con Campbell, no sólo identificó exitosamente su propia trascripción sino también encontró nueve golpes arteros en su trascripción y ninguno en la de control. Los resultados de aciertos y errores fueron igualmente sorprendentes. Sólo encontró algunos errores en su propia trascripción y muchos más en la de control. Encontró muchos aciertos en su propia trascripción y ninguno en la de control. Dada esta “una repetición sin precedentes,” los autores proclaman los resultados como base suficiente para su hipótesis de sobrevivencia. Sin embargo, para cualquier experimentador entrenado en la inferencia estadÃstica y metodologÃa experimental, esto parece ser otro intento burdo de proclamar victoria bajo las garras de la derrota. Un principio aceptado de metodologÃa de la investigación es que el reporte de significancia estadÃstica de hallazgos experimentales logre tener valor sólo si han sido sido especificadas por el experimentador con antelación las comparaciones que probarÃa. Si el experimentador planea hacer muchas comparaciones, entonces el criterio de significancia estadÃstica debe ser ajustado para tomar en cuenta de que entre más comparaciones se realicen más oportunidad habrá de encontrar algo “significativo” simplemente por accidente. En el caso presente, era obvio que las comparaciones planeadas involucraban las diferencias en general entre las calificaciones de la trascripción real y la de control. Los autores no indican si era su intensión hacer ajustes por el hecho de que estaban usando tres distintas medidas, pero, de todos modos, no importa porque no hubo diferencias significativas en cualquiera de los tres indicadores.
Desde luego, estas restricciones no evitan que los investigadores se den cuenta de resultados inesperados en sus datos. Tales resultados no planeados pueden servir como hipótesis para nuevos experimentos. Cuando un experimentador encuentra discrepancias inesperadas pero interesantes en los datos, él no puede hacer conclusiones hasta que el hallazgo sorpresa haya sido contra-validado con nuevos datos. La razón de esto es simple. Cualquier conjunto de datos que sea razonablemente complejo mostrará siempre, por mero azar, peculiaridades. Algunos estadÃgrafos y metodologistas permiten probar hallazgos inesperados por medio de pruebas “post hoc.” Tales pruebas requieren que las salidas sean mayores a las necesitadas para comparaciones planeadas antes de que puedan ser declaradas “significativas,” lo cual no es el caso en la presente situación.
Asà que, por prácticas cientÃficas comúnmente aceptadas, el experimento ha fracasado en respaldar la hipótesis que se planeaba probar. Por lo tanto, ya que nada significativo se encontró, los resultados no garantizan el afirmar que hubo una repetición exitosa de los hallazgos anteriores. Para propósitos cientÃficos, esto es todo lo que se necesita decir. Sin embargo, podrÃa ser edificante discutir algunas otras razones de por qué la afirmación de una “replicación” exitosa es sospechosa en el presente caso. Tres de los seis sujetos de este experimento fueron seleccionados sólo porque Campbell les habÃa dado lecturas “exitosas” en experimentos pasados. Fueron incluidos para ver si lo podÃa lograr de nuevo. Para dos de ellos, los autores admiten que fallaron. Asà que, según ellos, sólo se tuvo éxito con GD.
Al comparar las dos lecturas que Campbell le dio a GD, no encuentro mucho que ayude a la afirmación de que la segunda repite el aparente éxito de la primera. Aunque la trascripción completa de la primera lectura a GD todavÃa no está disponible, lo que se incluye en el primer reporte sugiere que la segunda lectura no puede ser estar dirigida al mismo individuo al que se le dio la primera. El interés principal de GD en los mediums es el establecer contacto con su compañero fallecido Michael. A Campbell se le da el crédito en la primera lectura de afirmar que habÃa un amigo muerto llamado Michael y después que él era la persona principal para el sujeto. El nombre Michael o el compañero fallecido no aparece en la segunda lectura. Irónicamente, el nombre Michael sà aparece en la lectura de control. En la primera lectura Laurie Campbell menciona un nombre extraño que suena como Taly, Tiya o Tilya. GD dice que sà tiene una amiga (viva) llamada Tallia. Ningún nombre asà aparece en la segunda lectura. De hecho, de los veinte nombres que Campbell produjo en la primera lectura sólo tres aparecieron en la segunda lectura y eran los comunes como George, Robert o Bob y Joe o Joseph. En ninguno de estos tres casos se aclara si la persona está viva o muerta o qué relación tiene con GD. Ninguno de los hechos “especÃficos” que aparentemente reveló durante la primera lectura apareció en la segunda.
Schwartz afirma que los prejuicios no pudieron haber afectado las calificaciones de su experimento doble-ciego. Un vistazo a los golpes arteros de GD y su discusión de los datos de aciertos y errores sugieren lo contrario. Su primer golpe artero es “Bob o Robert.” Estos nombres se presentan al principio de la lectura en una frase que dice, “Y luego puedo sentir lo que creo era como una presencia divina y el sentimiento de un nombre Mary o Bob o Robert.” Esto aparece en un contexto con otros nombres y otras afirmaciones generales, las cuales no se relacionan remotamente a un padre. El segundo golpe artero es “George.” De nuevo esto aparece en un contexto sin que nada indicara que se referÃa al sujeto. Campbell dice, “Tengo como unos nombres como Lynn o Kristie, un George.” Su tercer golpe artero es la frase, “Tengo el sentimiento de la presencia de una tÃa.” GD identifica esta tÃa como su tÃa Alice, aunque Campbell nunca da el nombre de Alice en la lectura. Conté por lo menos veintisiete nombres en la segunda lectura. En realidad, cubre una gama más amplia de nombres ya que que tÃpicamente da una red amplia de nombres con declaraciones como: “Y un nombre ‘M’. Más como una Margaret o Martha o Marie, algo con una ‘M.’” Depende del sujeto el encontrar una relación. Como indican sus golpes arteros, GD estaba muy dispuesto a hacerlo.
En su comentario cualitativo, GD fue obviamente influido en elegir una de las transcripciones como su lectura porque empieza con la frase, “Sigo sintiendo la presencia de un varón.” La lectura de control empieza con la frase, “Ahora, um, empiezo a sentir como la energÃa de una mujer.” GD escribió, “Me impresionó que la lectura fuera especÃfica en el género y especÃfica...” En vez de asumir que Campbell estaba de algún modo refiriéndose a información de un pariente muerto, es igual de plausible asumir de que una vez que GD decidió que la trascripción real era dirigida a él, la validación subjetiva se apoderó e hizo el resto. Existe, por supuesto, la probabilidad de 1 en 2 de que la lectura real fuera la que GD escogió. De ahà en adelante, leerÃa la trascripción como si realmente estuviera describiendo a sus parientes muertos y rechazar la otra.
Esta conjetura encaja bien con todo lo que sabemos sobre validación subjetiva y la aceptación de bosquejos de personalidad que uno cree fueron hechos para uno. ¿Va esto más allá en el caso de GD? Para mÃ, parece obvio con sólo leer la trascripción y ver las calificaciones de GD. El caso entero de la validez de la lectura se basa en la suposición de que Campbell está describiendo la casa de vacaciones de verano de GD en el Lago Erie, Nueva York. Dada esta suposición todo es entonces interpretado dentro de este contexto. Por supuesto, Campbell nunca establece que está describiendo una casa de vacaciones de verano. Es GD quien hace esta conexión. Como justo uno de los muchos ejemplos de cómo GD es creativo al hacer que la lectura encaje en sus circunstancias, le da a Campbell el crédito de haber identificado el color de su casa de verano que era amarillo con lÃneas blancas en las ventanas. Campbell dice, en un punto, “Y me siguen llegando color como amarillo y blanco.” Este es un contexto donde ella está hablando sobre una mujer que pasa todo el tiempo en la cocina. Uno puede intuir tal vez esto como una descripción de los colores interiores de la cocina, la ropa de la mujer, la vieja mezcladora que se describe que usa, entre otras posibilidades. Sin embargo, la afirmación está tomada fuera de contexto para explicar que se refiere al exterior de una casa asÃ. Anteriormente en la lectura menciona una casa blanca. Más adelante, vuelve a mencionar una casa. Inmediatamente prosigue con “Y sigo viendo colores como de grises y azules.” Obviamente si la casa fuera gris y azul, Campbell le hubiera dado crédito de un acierto. GD logra ignorar esto y la da el crédito a Campbell cuando haber describe la casa como amarilla y blanca.
De nuevo, sospecho que Schwartz estará en desacuerdo con mi interpretación. Después de todo, ya ha asegurado que este estudio “ofrecÃa evidencia incontrovertible en respuesta al argumento altamente plausible de los escépticos en contra del estudio ciego-sencillo de que el observador serÃa prejuicioso en sus calificaciones (por ejemplo, interpretando mal los nombres y relación de sus amados) ya que sabÃa que esta información era de su propia lectura.” Aún asÃ, los datos son bastantemente consistentes con la posibilidades de todo lo que podemos asumir de estos hallazgos “sorprendentes” y es que se dieron por meros sesgos de prejuicios.
Conclusiones
Asà que, ¿cuál es la verdad? The Afterlife Experiments describe un programa de experimentos descritos en cuatro reportes utilizando mediums y sujetos. Los estudios son defectuosos metodológicamente de muchas maneras, la peor, que no eran doble-ciego. A pesar de estos defectos, los autores de los reportes afirman que sus mediums tenÃan acceso a información por medios paranormales y que la aplicación de la Navaja de Occam lleva a la conclusión de que los mediums están en verdad en contacto con los amigos y parientes fallecidos de los sujetos. La demanda de Schwartz de que los escépticos den una explicación alterna a sus resultados es claramente innecesaria debido a la falta de evidencia cientÃficamente aceptable. Un quinto reporte describe un estudio que fue diseñado para ser un verdadero experimento doble-ciego. El resultado, por cualquier estándar metodológico y estadÃstico aceptado, fracasó en apoyar a la hipótesis de la sobrevivencia de la consciencia. Aún asà los experimentadores ofrecen los resultados como una validación “sorprendente” de sus afirmaciones sobre la existencia de vida después de la muerte. Este es otro ejemplo desafortunado de tratar de proclamar victoria bajo las garras de la derrota.
Notas
(1). Los aficionados de Martin Gardner reconocerán la similitud de este tÃtulo con el del libro de Martin How Not To Test a Psychic (1989, Prometheus Books). Le agradezco a Martin Gardner por dejarme adaptar su tÃtulo para este artÃculo.
(2). El principio normalmente atribuido a William de Occam es tÃpicamente conocido como “las entidades no deben ser multiplicadas más de lo necesario” lo cual fue escrito antes de que naciera. Pero escribió cosas como, “Es en vano hacer con más lo que se puede hacer con menos.”
(3)Wiseman, R., y C. O’Keefe. 2001. Accuracy and replicability of anomalous after-death communication across highly skilled mediums: A critique. The Paranormal Review, 19:3-6. (También en Skeptical Inquirer, Nov/Dec 2001).
(4). Schwartz, G. E. 2001. Charly and replicability of anomalous after-death communication across highly skilled mediums: A call for balanced evidence-based skepticism. The Paranormal Review: 20.
(5). Para discutir este concepto y para una impresionante ilustración de validación subjetiva en opación ver Marks, D. (2000, segunda edición), The Psychology of Psychic. Amherst, NY.: Prometheus Books.
(6). Schwartz, G. E. S. Geoffrion, J. Shamini, S. Lewis y L. Russek. (Enviado al Journal of the Society for Psychical Research). Evidence of anomalous information retrieval between two research mediums: Replication in a double-blind design. (Obtuve una copia de este reporte del Profesor Schwartz en agosto de 2001.)
(7) Desafortunadamente, el procedimiento doble-ciego no fue el ideal. El coordinador de investigación, que sabÃa la identidad del sujeto, telefoneó a Laurie Campbell y al sujeto justo antes de la lectura. De esta forma, el medium tenÃa contacto con alguien que conocÃa la identidad del sujeto justo antes de la lectura.
Publicado en Skeptical Inquirer Vol. 27, No. 1, Jan/Feb 2003
Traducido del inglés por Mario Méndez López
Publicado en Razonamientos http://amer.humanists.net/index.html
2006-10-17 11:00:10
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answer #2
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answered by jicnacio 5
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