No entiendo bien la pregunta a que te referis?
2006-10-13 19:13:38
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answer #1
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answered by gonzalo argentin 2
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Aun no he leído las preguntas e ngoitia2001 por lo tanto no sé a que capitulos-versículos se refiera. Pero puedo decirte esto...
A lo largo de la Biblia Dios condena abiertamente las prácticas homosexuales y lésbicas.
Levítico 18 habla abierta y específicamente de los actos de inmoralidad prohibidos, y lo puedes encontrar en cualquier Biblia. En el versículo 22 dice "No te echarás con varón como con mujer; es abominación", y en el 23 dice "Ni con ningún animal tendrás ayuntamiento amancillándote con él, ni mujer alguna se pondrá delante de animal para ayuntarse con él; es perversión".
Y en levítico 20 habla de las penas que puedes sufrir por tales cosas.
Recordemos que Sodoma y Gomorra fueron ciudades destruidas por la maldad que en ellas se había presentado, y la gota que derramó el vaso fué cuando dos ángeles descendieron a la casa de Lot y al verlos los hombres de la ciudad, los desearon y rodearon la casa de Lot para que los sacara y ellos los pudiesen "conocer" - Génesis 19.
Romanos 1:25-27 habla también de esto.
Definitivamente Dios condena la homosexualidad, lesbianismo y en general, todo tipo de desviación y maldad.
Espero esta información te sea útil, y no olvides que aunque muchas personas dicen que la lectura de la Biblia es algo complicado que sólo algunos entienden, la verdad no lo es tanto, como tú mismo lo puedes ver en los versículos de arriba.
Lée la Biblia como consejo general, los mejores gobernantes y hasta Pancho Villa la han usado, y a todos nos hace bien.
Saludos!!
PD: Para aquellos que usan la palabra de Dios para crear confusión y contienda, no olviden lo que Dios tiene para ustedes, Satanás mismo conoce las escrituras al derecho y al revés, así que tengamos cuidado con lo que hacemos.
Dios les bendiga!!
2006-10-13 19:49:43
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answer #2
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answered by Yoshiro 2
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Y si hubieras encontrado que? alguien se guia por la biblia? no conozco nadie que lo haga,perdon si lo hizo Madre Teresa de Calcuta. Pero por ejemplo mira al Papa,como se viste,como trata a la gente, como vive lleno de lujos. Se parece mas a Erodes o a Jesus El Cristo. Mira el comercio en las basilicas,Jesus hubiera permitido eso? Dicen no mataras y matan, dicen amaras a Dios sobre todas las cosas y no lo aman,no robaras y roban,no fornicar y fornican,entonces te dire que no siguen a mi DIOS. Cuando descubres mentiras,dicen que son metaforas, no sera que toda su religion es una metafora?
2006-10-13 19:32:25
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answer #3
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answered by Anonymous
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Crees que cuando un ser humano muere de cirrosis, estaba en contra de esta enfermedad o de la muerte, ahora preguntate a este personaje como le fue?
con el mutuo acuerdo que tubo con el alcohol!!!
2006-10-17 14:53:16
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answer #4
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answered by ANA 2
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Mira este texto de Mario Vargas Llosa
El pecado nefando
Publicado en el periódico LA NACIÓN, de Buenos Aires el 17/8/2003 cuando Joseph Ratzinger aún no había sido nombrado Papa.
Lo que más sorprende en el documento sobre las parejas homosexuales que dio a conocer el Vaticano el 1° del actual -escrito por el cardenal Joseph Ratzinger y aprobado por el Papa- no es la reafirmación de la doctrina tradicional de la Iglesia Católica que condena el amor entre personas del mismo sexo como "un comportamiento desviado" que "ofusca valores fundamentales", sino la vehemencia con la que en él se exhorta a los parlamentarios y funcionarios católicos a actuar para impedir que se adopten leyes que autoricen la unión homosexual o, si se aprueban, para frenar y dificultar su aplicación.
En este caso sí que no parece funcionar para nada aquella sabia distinción evangélica entre lo que es del César y lo que es de Dios: el documento entra a saco en la vida política y da instrucciones inequívocas y terminantes a los católicos para que actúen en bloque, disciplinados y sumisos como buenos soldados de la fe.
Con la misma claridad con la que ha fulminado el divorcio, el aborto, la eutanasia y la ingeniería genética, el cardenal Ratzinger y, tras él, el Papa Wojtyla recuerdan a los parlamentarios católicos que "tienen los deberes morales de expresar diáfana y públicamente su desacuerdo, de votar contra los proyectos de ley" que amparen los matrimonios homosexuales y de "presentar enmiendas que limiten los daños" de semejantes leyes. Al mismo tiempo, los funcionarios católicos deben "reivindicar el derecho a la objeción de conciencia para no cooperar con la promulgación y aplicación de leyes tan gravemente injustas".
La condena es todavía más rotunda en lo relativo a la adopción de niños por parejas homosexuales, práctica "gravemente inmoral" que, aprovechando la "debilidad" de un ser de pocos años, serviría para "introducir al niño en un ambiente que no favorece su pleno desarrollo humano", ya que "las relaciones homosexuales contrastan con la ley moral natural".
Con argumentos así, aderezados con la presencia sulfúrica del demonio, la Iglesia mandó a millares de católicos y de infieles a la hoguera en la Edad Media y contribuyó decisivamente a que, hasta nuestros días, el alto porcentaje de seres humanos de vocación homosexual viviera en la catacumba de la vergüenza y el oprobio, fuera discriminado y ridiculizado y se impusiera en la sociedad y en la cultura el machismo, con sus degenerantes consecuencias: la postergación y humillación sistemática de la mujer, la entronización de la viril brutalidad como valor supremo y las peores distorsiones y represiones de la vida sexual en nombre de una supuesta normalidad representada por el heterosexualismo.
Parece increíble que después de Freud y de todo lo que la ciencia ha ido revelando al mundo en materia de sexualidad en el último siglo la Iglesia Católica -casi al mismo tiempo que la Iglesia Anglicana elegía al primer obispo abiertamente gay de su historia- se empecine en una doctrina homofóbica tan anacrónica como la expuesta en las doce páginas redactadas por el cardenal Joseph Ratzinger.
A juzgar por algunas reacciones y encuestas que leo en la prensa italiana -escribo estas líneas en las costas de Sicilia, donde no llegan otros diarios europeos- no toda la grey católica ha acatado con la docilidad debida el úcase vaticano. El senador Edward Kennedy, en Washington, declaró que "la Iglesia Católica debe ocuparse de religión y no de tomas de posición políticas", y reafirmó su apoyo a las uniones de parejas gays.
Así lo ha hecho también el primer ministro canadiense, Jean Chrétien (católico). En Canadá está a punto de aprobarse una ley que autoriza el matrimonio homosexual.
Según el Corriere della Sera, el 51,6% de los italianos favorece las uniones entre parejas del mismo sexo y en España, según un sondeo del diario El Mundo, el porcentaje favorable sería aún mayor: 53 por ciento.
El citado diario italiano transcribe una declaración contundente del dirigente demócrata cristiano Pim Walenkamp, de Bélgica, uno de los cinco países europeos donde se han autorizado las uniones homosexuales (los otros son Dinamarca, Suecia, Holanda y Francia): "No daremos un paso atrás. El Papa haría bien en ocuparse de temas importantes, como aquellos que tienen que ver con los países pobres del mundo, en vez de señalar con el dedo lo que hacen las personas en la intimidad del lecho".
La filípica antihomosexual del Vaticano sorprende aún más, puesto que si existe una institución que en los años recientes haya vivido en carne propia y de la manera más tremenda el drama del homosexualismo y las nefastas consecuencias que tiene para los individuos particulares y para el conjunto de la sociedad el desconocerlo, condenarlo y cerrarle todas las vías de manifestarse es la propia Iglesia Católica. Sólo en los Estados Unidos ascienden a centenares, y acaso a millares, los casos de pedofilia, acoso sexual y homosexualismo en los colegios, seminarios, centros de animación cultural y deportiva dirigidos por la Iglesia Católica, lo que ha llevado al banquillo de los acusados a sacerdotes, obispos, párrocos, instructores, catequistas, en escándalos que no sólo han sacado a la luz un lastimoso trasfondo de "sexualidad pervertida" al amparo de la autoridad sacerdotal, sino que, desde el punto de vista económico, han costado a la institución eclesiástica en los Estados Unidos sumas astronómicas en reparaciones, compensaciones por daños y perjuicios y arreglos extrajudiciales.
El caso, particularmente doloroso, del obispo de Boston sirvió para ilustrar mejor que ningún argumento racional la insensatez de imponer una ortodoxia sexual sin tener en cuenta la infinita variedad de matices de la personalidad individual y la manera tortuosa y trágica en que la naturaleza humana se rebela contra esas camisas de fuerza, lo que causa verdaderos estragos en su vecindad y, claro está, en la propia persona del victimario-víctima.
Con toda esta experiencia vivida en su propio seno, hubiera cabido esperar que la Iglesia se mostrara más cauta, comprensiva y tolerante con el tema del homosexualismo. Pero el texto del cardenal Ratzinger muestra exactamente lo opuesto: un encastillarse con empecinamiento dogmático en una doctrina intolerante que, en la práctica y en los propios predios de la Iglesia Católica, va haciendo agua por todos los poros.
Pero acaso este texto, púdicamente titulado "Consideraciones sobre el proyectado reconocimiento legal de la unión entre personas homosexuales", vaya dirigido no tanto a contener la marea de permisividad y tolerancia en materia sexual que va ganando a toda la cultura occidental y contagiando a otras, sino a poner orden en el seno de la propia Iglesia Católica, donde, precisamente a raíz de los continuos escándalos de pedofilia y acoso sexual en que se han visto envueltos tantos sacerdotes y religiosos, se ha hecho público un estado de cosas que -utilizando la propia retórica y la moral de la institución que, ni qué decir tiene, no son las mías- el cardenal Ratzinger y el Papa llamarían de "profunda descomposición moral".
Si ése es el propósito, tengo la seguridad de que está condenado al fracaso. Porque los escándalos sexuales recientes en el seno de las congregaciones, seminarios, colegios y parroquias católicos no resultan de un debilitamiento de la autoridad eclesiástica ni de la falta de disciplina interna, sino de una naturaleza humana que ni ahora ni antes pudo ser artificialmente embridada sin causar estragos y lacerar la psicología y la conducta de los seres humanos. La diferencia entre hoy y ayer en materia sexual, dentro de la Iglesia Católica y fuera de ella, no es de comportamiento. Este no puede haber variado mucho porque, aunque hayan cambiado muchas costumbres y creencias, las pulsiones, los instintos, los deseos y las fantasías que animan la vida sexual siguen siendo los mismos. La diferencia es de publicidad. Antes, los escándalos podían ser ocultados y los pedófilos y acosadores sexuales salirse con la suya, como sigue ocurriendo todavía en las sociedades cerradas y sometidas a la dictadura religiosa.
En las sociedades abiertas ello ya no es posible, porque la libertad ha ido abriendo todas las puertas y haciendo que lo que antes permanecía tapado y escondido se ventile a plena luz y llegue a los diarios, las pantallas de televisión y los tribunales. La verdad que se hace pública gracias a ello no concierne solamente a una realidad institucional, a los pequeños dramas y escándalos que tienen como escenario a la Iglesia Católica. Concierne a una verdad sobre el ser humano en general y a la identidad sexual de las personas, una identidad mucho menos rígida y unidimensional de lo que enseñaba la doctrina y mucho menos dócil a las enseñanzas pastorales de lo que la Iglesia sostiene.
Esa verdad no se puede ignorar, so pena de quedarse rezagado, cada vez más al margen de la historia y el mundo en los que vivimos inmersos, como ocurre con esas vehementes y feroces diatribas que de tanto en tanto escribe el cardenal Ratzinger y aprueba el Papa Wojtyla, empeñados contra toda razón y con admirable terquedad numantina en negar su tiempo y rechazar la vida.
Los millones de homosexuales católicos que hay en el mundo no renunciarán a su sexualidad debido a las fulminaciones vaticanas. Aun cuando se empeñaran en hacerlo, su propensión sexual terminará por encontrar unos resquicios a través de los cuales manifestarse y adquirir derecho de ciudad, a veces con grandes traumas y desgarramientos para el propio sujeto y sus próximos. No es el sexo, son la Iglesia y la fe católicas las víctimas privilegiadas de este nuevo manifiesto cavernícola.
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Otros artículos con temática afín en nuestro sitio son:
Habemus papa con amnesia histórica
Hipocresia y moralidad en la Iglesia
Los últimos tres bandos de la Iglesia
2006-10-17 04:08:25
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answer #5
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answered by jicnacio 5
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El punto de vista bÃblico
¿Aprueba Dios
los matrimonios homosexuales?
Tema relacionado:
¿Tienen algo de malo las relaciones sexuales prematrimoniales?
DURANTE la ceremonia eclesiástica, un famoso obispo episcopaliano tiene frente a él a dos hombres que, de pie y tomados de la mano, formulan un “pacto [...] ante Dios y la Iglesia”. El prelado, que luce vestiduras blancas con ornamentos dorados, bendice públicamente la unión. Al final, los contrayentes se besan y abrazan, al tiempo que los concurrentes se levantan y los ovacionan. Según el obispo, tales relaciones homosexuales “son santas y merecen que se bendigan, [...] merecen que se reconozca su carácter sagrado”.
Sin embargo, otros dirigentes religiosos se oponen rotundamente a dichos enlaces. “Nos perturba sobremanera la decisión [del obispo]”, señaló Cynthia Brust, portavoz del Concilio Anglicano Americano, integrado por episcopalianos conservadores. “Bendecir uniones homosexuales —añadió— contradice las claras doctrinas bÃblicas sobre el matrimonio y la sexualidad, [...] [la cual] debe limitarse al hombre y la mujer unidos en santo matrimonio.”
La apasionada polémica sobre este particular no se circunscribe al ámbito religioso. Por todo el mundo se escuchan acalorados debates polÃticos, ya que están en juego importantÃsimas cuestiones sociales, polÃticas y económicas que abarcan aspectos tales como pensiones, cobertura médica del cónyuge e impuestos.
Los asuntos que implican derechos civiles y reconocimientos legales suelen ser muy complejos y tienden a dividir a la opinión pública. Además, los cristianos verdaderos evitan con mucho cuidado las discusiones polÃticas, pues desean mantenerse neutrales (Juan 17:16).* Ahora bien, hay personas que, si bien respetan la Biblia, no saben qué opinar acerca de la homosexualidad y los casamientos entre personas del mismo sexo. ¿Qué piensa usted sobre los matrimonios homosexuales? ¿Cuál es el criterio divino acerca de la unión marital? ¿Cómo puede influir la actitud de uno en su relación con Dios?
El Creador establece la norma
Mucho antes de que los gobiernos decidieran promulgar leyes que regularan el matrimonio, nuestro Creador ya las habÃa establecido. Dice el primer libro de la Biblia: “El hombre dejará a su padre y a su madre, y tiene que adherirse a su esposa, y tienen que llegar a ser una sola carne” (Génesis 2:24). Con respecto a la palabra hebrea traducida como “esposa”, el Diccionario expositivo de palabras del Antiguo y del Nuevo Testamento exhaustivo, de W. E. Vine, explica que “señala a cualquier persona del sexo femenino”. Más tarde, Jesús confirmó que los cónyuges tienen que ser “macho y hembra” (Mateo 19:4).
Por consiguiente, Dios estipuló que el matrimonio fuese una unión Ãntima de carácter permanente entre hombre y mujer. Ambos seres están diseñados para complementarse a fin de satisfacer mutuamente sus necesidades y deseos de orden emocional, espiritual y sexual.
La conocida historia bÃblica de Sodoma y Gomorra revela el criterio divino acerca de la homosexualidad. Dios declaró: “El clamor de queja acerca de Sodoma y Gomorra es ciertamente fuerte, y su pecado es ciertamente muy grave” (Génesis 18:20). El grado de depravación al que habÃan llegado estas ciudades se manifestó cuando el justo Lot recibió a dos visitantes. “Los hombres de Sodoma [...] cercaron la casa, desde el muchacho hasta el viejo, toda la gente en una chusma. Y siguieron llamando a Lot y diciéndole: ‘¿Dónde están los hombres que entraron contigo esta noche? Sácanoslos para que tengamos ayuntamiento con ellos’.” (Génesis 19:4, 5.) Las Escrituras añaden que “los hombres de Sodoma eran malos, y eran pecadores en extremo contra Jehová” (Génesis 13:13).
Aquellos hombres “se encendieron violentamente en su lascivia unos para con otros, varones con varones” (Romanos 1:27). HabÃan “ido en pos de carne para uso contranatural” (Judas 7). En los paÃses donde hay constantes campañas en pro de los derechos homosexuales, quizás haya quienes objeten a que se aplique el calificativo contranatural a la conducta homosexual. Pero ¿acaso no es Dios el árbitro supremo en lo que respecta al orden natural? Pues bien, él dio este mandato a su pueblo: “No debes acostarte con un varón igual a como te acuestas con una mujer. Es cosa detestable” (LevÃtico 18:22).
Somos responsables ante Dios
La Biblia es muy clara: Dios no acepta ni pasa por alto las relaciones homosexuales. Lo mismo ocurre con las personas que “aprueban a quienes las practican” (Romanos 1:32, Nueva Versión Internacional). Y el que se celebre un “matrimonio” no las convierte en algo decente. Dios requiere que “el matrimonio sea honorable entre todos”, lo que excluye las uniones homosexuales, que él encuentra detestables (Hebreos 13:4).
Con la ayuda divina es posible que las personas “se abstengan de la fornicación” —término que incluye los actos homosexuales— y sepan “tomar posesión de su propio vaso en santificación y honra” (1 Tesalonicenses 4:3, 4). Hay que reconocer que no siempre es fácil. Gerardo,# quien llevó un estilo de vida homosexual, dijo: “CreÃa que no iba a poder cambiar nunca”. Pero lo hizo, ayudado por “el espÃritu de nuestro Dios” (1 Corintios 6:11). Gerardo comprobó que para Jehová no hay problemas insuperables. En efecto, Dios puede darnos la fuerza y la ayuda que precisamos para atenernos a sus preceptos y asà recibir su bendición (Salmo 46:1).
2006-10-16 02:48:45
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answer #6
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answered by Anonymous
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Leete la parte donde destruye a Sodoma y Gomorra.
La sodomìa es sinònimo de homosexualidad.
2006-10-14 12:17:12
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answer #7
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answered by Mokka 5
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Tampoco vas a encontrar nada que apruebe el incesto y sin embargo como una respondiente dijo DIos creo a Adan y Eva y punto. El incesto se produjo.
Nadie es perfecto y menos aun los que escribieron la biblia que eran hombres como vos y yo.
Carlos Daniel
2006-10-14 02:40:09
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answer #8
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answered by repdepor05 7
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Los leistes, si eres honesto a lo que leiste notastes que se hablo bien claro contra las practicas homosexuales.
2006-10-14 00:55:09
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answer #9
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answered by rickart24 7
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LEVITICO 18:22 NO TE ECHARAS CON VARON; ES ABOMINACION...LEVITICO 20:13 SI ALGUNO SE AYUNTARECON VARON, DE LA MISMA FORMA COMO CON UNA MUJER,ABOMINACION HICIERON;AMBOS HAN DE SER MUERTOS; SOBRE ELLOS SERÁ SU SANGRE.. 1 CORINTIOS 6 ;9-10 .NO HEREDARAN EL REINO DE DIOS LOSQUE SE HECHAN CON VARONES...LOS QUEVAN EN POS DE VICIOS CONTRA NATURALEZA SON PUESTOS POR EJEMPLO, SUFRIENDO EL CASTIGO DEL FUEGO ETERNO....Y HAY OTROS MÁS,,,PERO SI ESTOS NO TE CONVENCEN DE QUE LA HOMOSEXUALIDAD ES MALA Y POR LO TANTO ES PECADO,,,PUES YO NO SE QUE TE PUEDA CONVENCER,,,,Y SI ALGUNO SABE HACER LO BUENO Y NO LO HACE ,,LE ES PECADO...LO BUENO ES HOMBRE CON MUJER,,,LO MALOMUJER CONMUJER Y HOMBRE CON HOMBRE,,,,Y SEGUIRA SIENDO MALO AUNQUE LOS DOS ESTEN DE ACUERDO
2006-10-13 20:35:10
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answer #10
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answered by GALGO 3
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creeme si primera de corintios 6:9 no te ayudo ...kreo k necesitas razonar mejor
2006-10-13 19:42:03
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answer #11
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answered by ))Vip(( 2
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