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LES DOY UNA PISTA,GUERRA MUNDIAL.

2006-10-08 11:58:13 · 6 respuestas · pregunta de Esquizoide 2 en Arte y humanidades Historia

6 respuestas

El dadá o dadaísmo fue un movimiento antiarte surgido en Zurich (Suiza) en 1916, que se caracterizó por gestos y manifestaciones provocadoras en las que los artistas pretendían destruir todas las convenciones con respecto al arte, creando una especie de anti-arte o rebelión contra el orden establecido.
Dadá se presenta como una ideología total, como una forma de vivir y como un rechazo absoluto de toda tradición o esquema anterior. En el fondo es un antihumanismo entendiendo por humanismo la tradición anterior, tanto filosófica como artística o literaria. No por casualidad en una de sus primeras publicaciones había escrito como cabecera la siguiente frase de Descartes: «No quiero ni siquiera saber si antes de mí hubo otro hombre.»
El movimiento dadaísta es un movimiento antiartístico, antiliterario y antipoético porque cuestionan la existencia del arte, la literatura y la poesía. Por cuestionar cuestionan hasta el propio dadaísmo.
Dadá se manifiesta contra la belleza eterna, contra la eternidad de los principios, contra las leyes de la lógica, contra la inmovilidad del pensamiento, contra la pureza de los conceptos abstractos y contra lo universal en general. Propugna, en cambio, la desenfrenada libertad del individuo, la espontaneidad, lo inmediato, actual y aleatorio, la crónica contra la intemporalidad, la contradicción, el no donde los demás dicen sí y el sí donde los demás dicen no; defiende el caos contra el orden y la imperfección contra la perfección. Por tanto en su rigor negativo también está contra el modernismo, es decir, el expresionismo, el cubismo, el futurismo y el abstraccionismo, acusándolos, en última instancia, de ser sucedáneos de cuanto ha sido destruido o está a punto de serlo. La estética dadá niega la razón, el sentido, la construcción del consciente. Sus formas expresivas son el gesto, el escándalo, la provocación. Para dadá la poesía está en la acción y las fronteras entre arte y vida deben ser abolidas.
La expansión del mensaje dadá fue intensa, amplia y tuvo repercusiones en todos los campos artísticos, En Alemania encontró adeptos entre los intelectuales y artistas que apoyaban el movimiento espartaquista (movimiento revolucionario que intentó una revolución socialista). En Francia ganó las simpatías de escritores como Breton, Louis Aragon y el poeta italiano Ungaretti.
El aporte permanente del dadaísmo al arte moderno es el cuestionamiento continuo de qué sea el arte o qué sea la poesía; la conciencia de que todo es una convención que puede ser cuestionada que por tanto no hay reglas fijas y eternas que legitimen de manera ahistórica lo artístico. Gran parte de lo que el arte actual tiene de provocación viene de dadá, la mezcla de géneros y materias propia del collage también deben mucho a dadá.
En poesía el dadaísmo abre el campo para la llegada del surrealismo y ayuda a crear un lenguaje poético libre y sin límites. Para entender qué es la estética dadá en el mundo de la poesía nada mejor que recoger los consejos que Tzara propone para hacer un poema dadaísta:

Tomad un periódico.
Tomad unas tijeras.
Elegid en el periódico un artículo que tenga la longitud que queráis dar a vuestro poema.
Recortad el artículo.
Recortad con todo cuidado cada palabra de las que forma tal artículo y ponedlas todas en un saquito.
Agitad dulcemente.
Sacad las palabras una detrás de otra, colocándolas en el orden en que salgan.
Copiadlas concienzudamente.
El poema está hecho.
El movimiento dadaísta dejó las revistas y manifiesto que sin duda son la mejor prueba de sus propuestas pero, por definición, no existe una obra dadá. Lo propio del dadaísmo eran las veladas dadá realizadas en cabarets o galerías de arte en la que se mezclaban fotomontajes con frases aisladas, palabras, pancartas, recitales espontáneos y un ceremonial continuo de provocación.

Origen del nombre
El origen del término dadá es confuso y controvertido.
De acuerdo con la versión de Tzara y Ball el término "dadá" surge de la casualidad. El nombre Dadá lo encontraron, casualmente, Ball y Huelsenbeck en un diccionario, mientras buscaban nombre artístico a una de las cantantes. Abriendo las páginas de un diccionario con la ayuda de un cuchillo, la palabra señalada fue Dadá, que venía a significar:
El primer sonido que dice el niño expresa el primitivismo, el empezar desde cero, lo que nuestro arte tiene de nuevo.
De acuerdo con otras versiones, fueron los camareros del Café Terrasse, lugar donde se solían encontrar estos artistas centroeuropeos, quienes identificaron primeramente al grupo como dadá: para esos camareros, las lenguas habladas por aquellos emigrados eran incomprensibles, salvo la sílaba "da-da" ("sí, sí", en ruso y otras lenguas)

ORIGEN
En Suiza, a partir del estallido de la Primera Guerra Mundial en 1914, el país se convierte en un centro de refugiados pacifistas procedentes de toda Europa. Allí se encontraron todos los disidentes de otras escuelas previas del Vanguardismo, tales como el expresionismo alemán, el futurismo italiano o el cubismo francés. Esto da al movimiento dadá, la particularidad de no ser un movimiento de rebeldía contra otra escuela anterior, sino que se funda en un cuestionamiento de todo el marco conceptual del arte y de la literatura de antes de la Primera guerra mundial.

2006-10-08 12:05:43 · answer #1 · answered by Kyara 7 · 0 3

Aqui tiene la razón explicada por la que surgió el dadaismo, trate de ser lo mas corto , claro, conciso y directo.... aunque si te gusta el corte y pegue pues ni modo...
Dada fue un movimiento literario que nació en Europa al mismo tiempo que el horror de la primera guerra mundial estaba comenzando..Debido a la guerra muchos escritores artistas e intelectuales que eran Franceses y Alemanes se encontraron congregados en un refugio de zurich. Lejos de sentir alivio de haber escapado a lo peor, se sentían alejados por eso se sintieron tan enojados, que emprendieron la tradición artística consagrada de la protesta.
Así que desde allí empezaron a reunirsen en foros y a protestar en contra de nacionalismo, el racionalismo y todos los demás "ismos" que de alguna manera hubiesen contribuido a generar la guerra... es decir si el resto de la sociedad se comprometía con la guerra y todos caminaban hacia una dirección, ellos se comprometieron a ir en contra de eso incluso contra lo que hasta ahora era considerado el arte y la filosofía.... por eso Durchamp le hizo un bigote a la mona lisa ...
El arte de Dada es sin sentido, colorido, ingeniosamente sarcástico y va contra toda regla impuesta....
Dada es una palabra que como la propuesta de el movimiento no tiene sentido para algunos es como el sonido de un bebe...
El dadaismo es un movimiento anti -arte.

2006-10-08 12:32:10 · answer #2 · answered by Anonymous · 3 0

gracias me sirvio de mucho :y

2017-02-07 16:39:09 · answer #3 · answered by victor 1 · 1 0

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2014-11-24 11:18:44 · answer #4 · answered by ? 2 · 0 0

DADAISMO

ARTE Y REBELION

El dadaísmo se ha considerado una corriente artística de la cual han partido experiencias sumamente interesantes. Por lo general, se lo había tratado como un mero colofón del Futurismo Italiano, o bien como etapa introductoria al Surrealismo. Pero sus propios valores le confirieren una potencia de irradiación que le permite presentarse como otra vanguardia.
Dadá está en contra de todo, incluso de él mismo. Fue una actitud más que un estilo, un movimiento de protesta contra el mundo socio-cultural de la época. En un mundo corrupto no hay lugar para una obra constructiva. Da importancia a lo intuitivo, repudiando la razón.
Quizá el punto de partida deba situarse en 1913, fecha en la que tuvo lugar la famosa exposición del Armory Show en Nueva York. Determinados artistas europeos, entre ellos Francis Picabia y Marcel Duchamp, se trasladaron a esa ciudad con el objeto de dar a conocer allí sus realizaciones. Esto dio lugar a la aparición del grupo Pre-Dadá. Ya en esa oportunidad los artistas utilizaban, para titular sus obras nombres inventados, carentes de significado y relación con la obra en sí. Lo cual se relaciona con los célebres poemas fonéticos dadaístas, efectuados por Ball tres años más tarde.
En la exposición también participó el fotógrafo Alfred Stieglitz. Dueño de la 291 Gallery en Nueva York, quien también dirigía una revista, que en 1915 se llamaría 291. Ya en su primer número aparecerían como colaboradores Guillaume Apollinaire y Francis Picabia, convirtiéndose en un claro precedente de las revistas dadaístas posteriores.
En plena Gran Guerra, un joven poeta alemán llamado Hugo Ball se trasladó con su compañera, Emmy Hennigs, a la ciudad de Zurich, en la neutral Suiza. Siendo ella bailarina y pianista proyectan para ganarse la vida, transformar una taberna de chicas de alterne en café literario, fundando el Cabaret Voltaire, el 1 de febrero de 1916, sede del primer grupo dadaísta.
Al poco tiempo contarían con la colaboración del poeta y pintor alsaciano Hans Arp y el artista rumano, Tristan Tzara.
Juntos desarrollaron una serie de actividades en el Cabaret que rápidamente se divulgaron debido a su profundo carácter de provocación. En poco tiempo el lugar se convirtió en puerto de una gran cantidad de poetas y pintores que buscaban horizontes nuevos dentro de un arte que creían agotado. Nace, así, el más libertario de los movimientos artísticos: "Dada", revolucionando y transgrediendo cuantos conceptos se tenían hasta el momento sobre el arte.
Mucha veces se ha explicado el dadaísmo inicial relacionándolo directamente con el caos inherente a la situación bélica por la que pasaba Europa. En el dadaísmo se advierte desde los inicios una clara tendencia a valorar lo subversivo, a mostrar un preferencia por lo irracional y a mantener frente a cualquier hecho una postura profundamente nihilista. La negación de los valores preestablecidos se verificó en los primeros momentos del Cabaret de un modo aparentemente ingenuo, a través de ruidos, algarabía y peleas. Pero el trasfondo era en realidad muy potente y sirvió para trastocar los cimientos de la cultura y el arte tradicional hasta puntos insospechados.
Aunque los iniciadores del ruidísmo hubieran sido los futuristas italianos, las sesiones dadaístas eran mucho más espectaculares, pues en gran parte de ellas, los artistas no se limitaban a producir ruidos o leer poemas simultáneamente, sino que llevaban a cabo acciones, ostentando trajes y máscaras diseñados por algunos de ellos.
El término Dadá surgió al poco tiempo de haberse inaugurado el Cabaret Voltaire. Fue Tristan Tzara quien, al abrir al azar un diccionario, se topó con esa palabra que, desde luego, no posee significado alguno. Con respecto al dadaísmo, Tzara mantuvo siempre que no respondía a teoría preestablecida alguna y que nunca pretendió ser más que una protesta. Dadá carecía de programas previos, y puede afirmarse que su esencia era antiprograma. Eso pudo haber sido lo que ayudó a hacer que el Dadaísmo se propagara en todas direcciones, libre de presiones estéticas y sociales. Los dadaístas estuvieron siempre estimulados por un impulso destructivo ante todas las manifestaciones artísticas existentes, a la par que propugnaban la negación de todos los valores establecidos. En todas las composiciones dadaístas el azar desempeñaba un papel decisivo.
En el ámbito literario fue Tristan Tzara quien llevó a sus últimas consecuencias la intervención del azar. Los versos libres, obtenidos por la extraña fórmula propuesta por el poeta Dadá, inundaron las páginas de las publicaciones dadaístas. En esa “receta” para hacer un poema dadaísta Tzara recomendaba lo siguiente: “Agarre un periódico. Agarre una tijera. Escoja en el periódico un artículo de la longitud que cuenta darle a su poema. Recorte el artículo. Recorte en seguida con cuidado cada una de las palabras que forman el artículo y métalas en una bolsa. Agítela suavemente. Ahora saque cada recorte uno tras otro. Copie concienzudamente en el orden en que hayan salido de la bolsa. El poema se parecerá a usted…”
En los textos de los poetas y escritores dadá se llegaría a unas situaciones límite, de las que difícilmente se podrían hallarse precedentes. La irracionalidad es exaltada hasta límites insospechados, por lo que se convierte en una auténtica vía de escape para muchos.
En el manifiesto Dadá de 1918 Tzara especifica: “Dadá no significa nada”. “Así nació DADA de una necesidad de independencia, de desconfianza para la comunidad…” Proclama la libertad como elemento esencial de toda actividad dadaísta, a la par que afirma que “Dadá es la insignia de la abstracción…”. Los manifiestos se publicaron empleando una tipografía revolucionaria, sin más precedentes que algunos textos futuristas. Distintos tipos de letra se mezclaban, variando la intensidad de los caracteres, así como también sus tamaños. Los dadaístas lograron captar rápidamente la atención de los lectores. Lo subversivo de sus planteamientos llegaba así a afectar no sólo el contenido de sus escritos, sino también a sus aspectos.
En ocasiones Tzara muy explícitamente arremete contra el lector – “y ustedes son unos idiotas”. Otras veces, como en el retrato que hace de sí mismo, no duda de calificarse de ******, farsante bromista, feo, sin expresión en el rostro y pequeño para llegar a la conclusión de que “soy como todos ustedes”.
La agresividad del lenguaje dadá es el factor más significativo que impregna cuantos textos realizan los dadaístas. El trasfondo de la literatura dadaísta siempre es revolucionario y se alza en contra de cualquier normativa.
De 1913 data el primer ready-made de Marcel Duchamp, la Rueda de bicicleta. La descontextualización del objeto rueda y de su integración en el taburete blanco de cocina implica una total revisión del hecho artístico en sí. El ready-made más controvertido de todos los propuestos a lo largo de su vida por Duchamp fue la famosa Fountaine de 1917, presentada al comité de selección de obras de los “Independientes” de Nueva York. En esa ocasión, Duchamp prefirió no dar su nombre y firmó el urinario con el nombre de R. Mutt. El jurado, escandalizado ante lo que consideraron unánimemente un acto de grosera provocación, decidió arrinconar la pieza y no exponerla. Esta obra expuesta por Duchamp pasó a convertirse en objeto “estético” gracias a que Stieglitz lo fotografió.
Esta obra, junto con otras tantos como en Portabotellas del año 1914 o el Perchero de 1916, Duchamp se había limitado a sacar los objetos de su contexto habitual y a situarlos en otros, sin proceder a tipo alguno de transformación ni asociación con otros elementos del entorno cotidiano. La actividad descontextualizadota implica en todos los casos una revisión del objeto elegido por parte del artista que lo sitúa ante los ojos del espectador atónito que no sabe exactamente qué debe pensar frente a algo semejante.
Es precisamente la trivialidad del objeto lo que más llama la atención. El hecho de que no sea algo excelso, ni bello, ni con ambiciones de eternidad y que, por el contrario sea un objeto próximo a cualquier persona, es factor que más contribuye a desorientar. ¿ Debe verse como objeto propiamente artístico o no?
Lo cierto es que la postura dadaísta frente a la manifestación artística fue radical y muy clara, al reindicar la “antiarticidad” de las obras por ellos realizadas. La premisa de lo negativo impregna cualquier obra dadá y las escalas de valores aplicables a manifestaciones artísticas no son válidas ante aquéllas.
Para los dadaístas, las máquinas eran sinónimo de destrucción, y concebían que la guerra era una gran sinsentido, para lo que el progreso había colaborado. Por ese motivo, las máquinas y todo lo que ellas comportaban eran rechazadas. De ahí surgieron los famosos “antimecanismos”. En ese contexto, la máquina fue, desde luego, valorada de manera muy negativa y, en general, se advierte siempre una postura crítica por parte de los autores dadaístas.
En 1917, Richard Hulsenbeck marchó de Zurich a Berlín y en enero de 1918 organizó la primer velada dadaísta. Sin embargo, en el mes de abril, cuando se celebró la gran velada de la ¨Sala de la Cession berlinesa¨, el Dadaísmo se instauró en ese país. El caos político y la terrible situación económica por la que atravesaba Alemania tras la contienda fueron, sin duda alguna, un apropiado caldo de cultivo para el potente surgimiento del Dadaísmo alemán que, desde sus inicios, tuvo un significado mucho más popular y violento que el que pudiera haber tenido en Zurich..
Con ocasión de la gran velada de abril, Hulsenbeck publicó el Primer Manifiesto de Berlín, en el cual arremetía contra todo, e incluso llegaba a afirmar que estar en contra del propio manifiesto era ser dadaísta. Uno de los aspectos que más repercusión tuvieron en el ámbito artístico fue la declaración de Roul Hausmann que abogó por la inclusión de los nuevos materiales en los ámbitos pictórico y escultórico, como el empleo de los fotomontajes, que junto a los collages adquirieron en Alemania, gracias a los dadaístas, una importancia sin precedentes, considerando incluso las aportaciones cubistas.
El 24 de junio de 1920 se celebró la Primera Gran Feria Internacional Dadá en Berlín y sólo a través de ella puede comprenderse el alcance que llegó a poseer el dadaísmo en Alemania. El cartel que anunciaba la Feria servía también de catálogo y en él figuraban como organizadores el Mariscal Grosz, el Dadasoph Asuman y el Moteurdada Heartfield. El catálogo, un fotomontaje de John Heartfield, contenía afirmaciones tan contundentes como “El movimiento dadá lleva a la abolición del comercio del arte” y “El hombre dadaísta es el adversario radical de la explotación”, lo que demuestra la doble línea ideológica de los dadaísta alemanes: La ruptura con el sistema artístico burgués y la oposición política revolucionaria. En las salas de la exposición, las obras de los diferentes artistas aparecían dispuestas siguiendo la tradición de los expresionistas, amontonándolas para producir un efecto de acumulación generando una gran tensión en el espectador. Cualquier sitio vacío se llenaba con carteles o páginas de diversas publicaciones dadaístas, de modo que el conjunto poseía un aspecto un tanto vertiginoso.
La enorme capacidad de provocación inherente al Dadá berlinés se puso de manifiesto en todas y cada una de sus actividades, tanto plásticas como literarias.
La aportación esencial de Schwitters al Dadaísmo fue la creación del concepto Merz. Tenía para el artista un significado bastante amplio y abstracto, pues aludía a un tipo de obra que surgía del contexto de las ruinas de la guerra, pero que implicaba una esperanza en los aspectos positivos del ser humano. Kurt Schwitters creaba ensamblajes de cartón, madera, alambre y objetos rotos, así como objetos de diversa procedencia: boletos de autobús o de tranvía, envolturas de quesos, cordeles, colillas, suelas desgastadas, etc.
Elaboró una obra en su casa a la que llamó Merz-Säule. Se trataba de una escultura hecha de bultos y concavidades que tenía la propiedad de crecer como si fuera un organismo vivo. La columna tuvo su origen en el piso bajo que ocupaba el estudio del pintor y poco a poco fue creciendo a base de materiales encontrados y regalados por sus amigos hasta que llego al techo, entonces alquilo el piso superior y, haciendo un agujero en el techo, continuó su obra. En 1934 ya ocupaba dos pisos. Durante la segunda Guerra Mundial la casa fue destruida por un bombardero, acabando con la obra. De todos los collages analizados hasta el momento, los de Schwitters son los que más alto grado de inventiva poseen. A pesar de que el artista alemán optara por integrar elementos detríticos en sus realizaciones, existe en todas ellas un deseo manifiesto de lograr un efecto estético. Lo que diferencia a este artista del resto de los dadaístas alemanes es su esteticismo, la búsqueda de la obra de arte que aquellos negaban.
El 20 de abril de 1920, Arp, Baargeld y Ernst inauguraron una extraña exposición en un local al que se accedía atravesando unos urinarios. Los carteles anunciadores fueron ejecutados por Max Ernst, su color era azul y en ellos aparecían unas viñetas que representaban palomas y vacas. La exposición la abría una niña vestida de primera comunión que, al poco tiempo, comenzaba a recitar poemas obscenos. Por el suelo se hallaban objetos artísticos dispersos y al fondo del local podía verse el Fluidoskeptrik de Baargeld. Esta obra era un acuario lleno de agua teñída de rojo, simulando sangre, y en el fondo yacía un despertador junto a un brazo femenino, mientras que en la superficie flotaba una cabellera de mujer. Al lado del acuario aparecía un fragmento de manera, firmado por Ernst, sobre el cual pendía una hacha, y se indicaba al visitante la posibilidad de tomar el hacha y destruir la madera, si así lo deseaba.
El conjunto provocó, una vez más la cólera del público reunido, que decidió denunciar las actividades de la muestra a la policía. Muy poco después la exposición fue clausurada.
Mucho antes de que Tristan Tzara llegara a Paris en 1920, ya se tenía noticias en la capital francesa de las actividades dadaístas. El poeta rumano mantenía correspondencia con Apollinaire y era colaborador de las revistas Nord-Sud, dirigida por Pierre Reverdy, y la revista Sic, dirigida por P.A. Birot. Más tarde Philippe Soupault, Louis Aragon y André Breton fundaría Littérature, revista que difundiría en París la ideología dadaísta, en la cual muy pronto figuraría como colaboradores el propio Tzara, Paul Eluard, Francis Picabia y Ribemont-Dessaignes.
Breton, admirado por el Manifiesto Dadá de 1918, decidió escribir a Tzara, actividad que se mantuvo por un año y medio en la cual Breton había informado a Tzara acerca de sus preferencias poéticas, surgiendo una amistad entre ellos.
Desde que Tzara llegó a París el 20 de enero de 1920, su vivienda se convirtió en lugar de reunión de los dadaísta. Entre las primeras actividades desarrolladas por el poeta figuraba la publicación del Bulletin Dada, que lo concibió como mera continuación de la revista de Zurich. Todo en la revista poseía un claro carácter subversivo y no hacía más que continuar, subrayándolo el espíritu incendiario de las publicaciones zurichesas.
Se puede decir que el año 1920 fue el año del triunfo Dadá en París. Se realizaron innumerables actividades durante ese año en el seno de esta corriente. Especialmente significativa fue la adhesión de la revista Littérature al dadaísmo, convirtiéndose en auténtico vehículo difusor de todas las actividades. Sin embargo, hay que decir que sus textos y declaraciones nunca llegaron a poseer un sentido subversivo tan evidente y profundo como el que pudiera haber tenido otras publicaciones dadaístas.
El 26 de mayo de 1920 tuvo lugar una de las manifestaciones más significativas del Dadaísmo parisino: la celebración del Festival Dadá. Con ocasión del mismo aparecieron en Littérature “Veintitrés manifiestos del movimiento Dadá”.
Durante 1921 se efectuaron numerosas exposiciones importantes en París, en las cuales se dieron a conocer artistas procedentes de otros lugares. Así fue que Breton se encargó de presentar a Max Ernst al público parisino. Aparte de objetos y collages, el artista de Colonia expuso numerosos dibujos y pinturas.
Las innovaciones técnicas fueron muy importantes en el seno del Dadaísmo y, desde luego, no se limitaron al ámbito de la pintura. Tan sólo hay que recordar los rayogramas de Man Ray. Este artista, que ya en Nueva York había realizado numerosas obras dentro de la línea de los ready-made y de los collages, decidió instalarse en París en 1921. Su amistad con Duchamp y Picabia pronto le proporcionó un nuevo círculo de amigos, todos los que formaban parte del grupo dadaísta parisino. Gracias a ello, no le fue difícil efectuar varias exposiciones, en las cuales mostró su capacidad extraordinaria para la fotografía. Sus rayogramas son fotos logradas sin aparato, por medio de la impresión directa del papel fotográfico sensible. Por ese procedimiento que tanto entusiasmara a Tristan Tzara, Man Ray consiguió imágenes insólitas de triviales objetos cotidianos. En el fondo su técnica le permitía trasladar al mundo de la fotografía experiencias tan ricas y novedosas como las que pudieran implicar los ready-mades.
En los rayogramas, uno de los factores esenciales a considerar era la propia luz, que aparecía como parte esencial del objeto captado. Se percibía claramente que la fotografía había dejado de ser un arte secundario para convertirse en una manifestación artística de primer orden.
Choca un tanto advertir que, conforme va pasando el tiempo, se acentúa el gusto por la perfección y por todo lo bien hecho. En cierto modo, lo obra fotográfica de Man Ray se aparta del carácter destructivo de la primera etapa del Dadaísmo, como también se apartan las pinturas de Ernst o los assemblages de Schwitters. Y es que, lentamente, en el foco parisino, se van imponiendo los criterios de Breton y el movimiento Dadá se intelectualiza.
El desorden, el caos sin motivo, la algarabía desenfrenada, el espíritu de anarquía del Dadaísmo más puro van desapareciendo y en su lugar comienzan a destacarse otros factores. La mentalidad metódica de André Breton exigía un orden, y ya en 1922 opinaba que el proceso de desintegración del arte, en el cual él había tomado perspectiva, estaba llegando a su fin. Sentía ansiedad por dar un giro definitivo a las actividades dadaístas, por convertirlas en algo distinto. La provocación por la provocación había dejado de interesarle. Su idea era tomar las riendas del movimiento y dirigirlo según sus criterios.
Las profundas desavenencias entre Tristan Tzara y André Breton tuvieron como consecuencia la desaparición del movimiento dadaísta como tal y el inicio del Surrealismo. Tzara no concebía siquiera la posibilidad remota de actuar siguiendo unas ciertas normas. En él, el espíritu destructivo era tan potente que cualquier acción que llevara a cabo estaba impregnada de fuertes dosis de ironía y agresividad. En cambio, Breton cada vez sentía más la necesidad de crear algo que tuviese una consistencia teórica y que estableciese con claridad unas líneas de actuación.
La crisis estuvo desencadenada por un motivo concreto. El 6 de julio de 1923 debía representarse en el Teatro Michel de París la obra que Tzara había realizado con motivo del Salón Dadá de 1921, titulada El Corazón de Gas. Al comenzar la representación, los actores aparecían en el escenario portando unas pesadas vestimentas, diseñadas por Sonia Delaunay. Uno de ellos comenzó a atacar al arte moderno y nombró entre la lista de “muertos” a Picasso, Picabia y Duchamp. Al oír esto, Breton no pudo contenerse y se abalanzó sobre los actores y empezó a pegarles. Ellos apenas podían desplazarse por el escenario, pues las vestimentas hechas en cartón, imposibilitaban sus movimientos. Al ver esto, el público decidió entrar en acción y arremetió contra Breton. En seguida subieron al escenario Louis Aragon y Benjamín Péret para ayudar a Breton. Todo concluyó al intervenir la policía.
Este acto marcó el fin del Dadaísmo. El final del movimiento fue más escandaloso que sus comienzos, pero en cualquier caso su final fue coherente con su ideología de provocación y escándalo.
A partir de ese momento, Tzara se dedicó a rezar la Oración Fúnebre por Dadá en diversas reuniones celebradas en distintas ciudades de Alemania, con la aceptación implícita de que el movimiento había llegado a su fin.
En 1923 Breton y sus amigos ya habían comenzado a experimentar con las técnicas de automatismo, derivado de las terapias psicoanalíticas, y aplicado al ámbito de la literatura. Tan sólo una año más tarde Brteton redactaría el Primer Manifiesto del Surrealismo, con lo que estableció la tan ansiada vía teórica del nuevo movimiento.
El artista dadaísta decide eliminar todo vestigio de belleza de su obra. Ya no es necesario que la pintura, la escultura, el collage o el ready-made causen estupor por su belleza. Simplemente están ahí, existen y con ello es suficiente. La finalidad de ese “antiarte” podría residir en la idea de concretar esa negación, de encontrar un sentido estético en la decidida negación del sentido metafísico.
DESCONFIEN DE DADA !!!!

2006-10-08 13:51:24 · answer #5 · answered by Anonymous · 0 1

Ya te contestaron con wikipedia,pero me intriga si preguntas para saber si yo conozco el dadaísmo o porque realmente buscas información.

2006-10-08 12:08:05 · answer #6 · answered by Chivis Divis<np> 7 · 0 1

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