Peter Kürten: El Vampiro de Dusseldorf
Peter Kürten nació en Köoln-Mullheim el 26 de mayo de 1883, víctima de una familia destruida.
Su niñez la pasó en la miseria en una casa pequeña donde convivía con su familia de 13 miembros cuyo padre era un alcohólico violento, que con frecuencia llegaba ebrio y forzaba a su madre a tener relaciones sexuales y en muchas ocasiones también a sus pequeños hijos.
"Si mis padres no hubieran estado casados, esos actos habrían sido violaciones", comentó Kürten.
Kürten padre era un maniático sexual y fue encarcelado por 3 años acusado de incesto con una hermana de 13 años de Peter.
La madre de Peter era hija de un comerciante de una familia respetable de 5 hermanos.
El matrimonio se acabó por causa del incesto y en 1911 la señora se casó de nuevo. Ella murió en 1927.
Los impulsos sádicos de Kürten se despertaron por las escenas violentas presenciadas en su propio hogar.
"Mi familia entera sufrió por el alcoholismo de mi padre, porque cuando él estaba ebrio era terrible, yo era el mayor de los hijos y tuve que sufrir más. Como usted puede imaginarse, nosotros sufrimos una pobreza terrible porque los salarios que ganaba mi padre se los gastaba en bebidas. Vivíamos todos en un cuarto y esto afectó mi vida sexual".
A la edad de 9 años, Kürten hizo amistad con un drogadicto con quien compartió una habitación, un degenerado que le mostró cómo tener relaciones sexuales con perros y la tortura a animales.
Peter aceptó la amistad y se convirtió en su mejor amigo.
Sus impulsos sexuales se mostraron rápidamente y Kürten pronto empezó a practicar zoofilia con ovejas y cabras en los establos próximos.
Descubrió rápidamente que sentía más placer cuando en el acto sexual apuñalaba al animal, un acto que fue realizado con mucha frecuencia.
Por esa época, Kürten ahogó a un amigo mientras jugaban en una balsa en el río Rhin.
Cuando se zambulló para rescatarlo, lo empujó bajo la balsa y lo mantuvo ahí hasta que se ahogó.
A la edad de 16 años, Peter se había marchado de su hogar, tuvo 21 entradas a prisión que ocuparon 24 años de su vida.
Los delitos por los que se le condenó, por lo general, eran por robo de alimentos y ropa, y eran sentencias cortas en las prisiones de Düsseldorf.
Después de su detención en 1899, convivió con una prostituta masoquista mucho mayor que él, y con ella sus impulsos sádicos cambiaron de los animales a las personas.
El primer período largo del encarcelamiento dejó en Kürten un amargo recuerdo por las condiciones de los penales donde estuvo detenido.
"No condeno esas sentencias, sino que condeno la manera que se realizan en la gente joven".
El encarcelamiento introdujo a Kürten a otra perversión, a un mundo de fantasías donde él podía alcanzar eyaculaciones imaginando actos sexuales brutales, y estas fantasías se convirtieron en su gran obsesión.
Así rompió las reglas de la prisión de modo que pudiera ser condenado al confinamiento solitario, la atmósfera ideal para soñar despierto en su mundo sádico.
Los primeros asesinatos comenzaron en la ciudad de Köln el 25 de mayo de 1923.
Kürten había estado robando en condominios multifamiliares.
Esa tarde, él examinaba un apartamento en Köln donde se había introducido.
Él mismo, narró la historia así: "Entré en una casa en el Wolfstrasse, cuyo inquilino era de apellido Klein, fui hasta la primera planta.
Abrí varias puertas y no encontré nada digno de robar; pero en la cama vi a una muchacha durmiendo de aproximadamente 10 años de edad, cubierta con una cobija gruesa de plumas".
Kürten tomó a la muchacha por el cuello y con ambas manos la ahorcó.
La niña luchó por unos momentos antes de quedar inconsciente, después llevó su cuerpo al borde de la cama y le penetró sus órganos genitales con sus dedos.
"Tenía un pequeño cuchillo de bolsillo con el cual corté su garganta. Oí los chorros y el goteo de la sangre en la estera al lado de la cama.
Le salió a borbotones en un arco, y todo duró cerca de 3 minutos. Entonces salí, cerré la puerta otra vez y regrese a mi casa en Düsseldorf".
El cadáver de la niña estaba pálido y su lengua había sido mordida salvajemente. En la garganta había dos heridas separadas.
La superior de 1 a 2 milímetros de profundidad y de 9 centímetros en longitud fue echa en solo movimiento de mano, mientras que la inferior había sido realizada por cuatro movimientos.
La primera víctima de Kürten fue una niña llamada Christine Klein de 10 años de edad, estudiante de la escuela de Köln.
Su padre, Peter Klein, administraba una taberna. Todas las sospechas del asesinato cayeron inmediatamente en su hermano Otto.
En la tarde anterior, Otto Klein había pedido a su hermano un préstamo y éste se lo había negado; en un ataque violento de rabia, Otto había amenazado hacer algo que su hermano "recordaría toda su vida".
En el cuarto en el cual habían asesinado a la niña, la policía encontró un pañuelo con las iniciales " P.K." y parecía concebible la culpabilidad de Otto por el préstamo solicitado a su hermano Peter.
Las sospechas sobre Otto se fueron profundizando por el hecho de que el asesinato no tenía motivos aparentes; la niña había sido asfixiada, su garganta había sido cortada con un cuchillo.
Había muestras de alguna agresión sexual, pero no de violación y parecía posible que Otto Klein hubiera penetrado los órganos genitales de la niña para proporcionar un motivo evidente.
Lo acusaron del asesinato de Christine, pero el jurado lo absolvió, aunque estuvo convencido en parte de su culpabilidad, las evidencias no fueron lo suficientemente fuertes para condenarlo.
Al día siguiente, Kürten entró al café Mullheim, enfrente del bar de Klein, se sentó y bebió una cerveza de botella.
La charla del lugar era acerca del horrible asesinato y comentó del horror e indignación que le había provocado el crimen.
El apetito sádico de Kürten había despertado, sediento de sangre y pronto comenzó una serie de ataques contra la población de Düsseldorf.
En 1921 estuvo detenido en la prisión de Altenburgo, antes de esta etapa de su vida, pero luego Kürten parece haber llevado una vida perfectamente normal y respetable.
Encontró un trabajo permanente en una fábrica se hizo muy activo en círculos de la política.
Con su vida de activista político tuvo 4 años de paz y decencia.
En 1925, Peter volvió a Düsseldorf para dar rienda suelta a sus inclinaciones criminales.
Kürten cuando vio Düsseldorf otra vez a la luz de la tarde, regocijándose decía "la puesta del sol era sangre roja en mi de vuelta", interpretando esto como presagio de su destino.
Cuatro años después del ataque de la niña, parecía haber controlado su instinto asesino, pero solo era un preludio a los horrores atestiguados por los habitantes de Düsseldorf en el año de 1929.
La policía de Düsseldorf se enteró de las primeras atrocidades el 9 de febrero de 1920, cuando encontraron bajo un árbol el cuerpo de una niña de 8 años de edad, Rosa Ohliger.
La habían apuñalado 13 veces y habían tratado de quemar el cuerpo con gasolina.
El asesino también la había apuñalado en la vagina y las manchas de semen en su ropa interior indicaban que había sido violada.
Las investigaciones de la época indicaban que la causa de la muerte, así como el motivo del asesino fueron las hemorragias producidas por las puñaladas y la lesión a los órganos genitales.
De estas consideraciones, se pudo comprobar que el objetivo de Kürten no había sido el acto sexual, sino que él se había limpiado su dedo manchado con semen en la ropa interior de la niña y luego lo había insertado en la vagina.
6 días antes, el hombre abordó a una mujer llamada Frau Kühn, le arregló su ropa y la apuñaló en varias ocasiones.
Frau Kühn sufrió 24 heridas, el apetito sádico de Kürten todavía no estaba satisfecho, había descubierto un estimulante sexual nuevo volviendo a las escenas de sus crímenes.
"El lugar en donde ataqué a Frau Kühn lo visité 2 veces en la misma tarde y luego fui volví ahí varias veces. Al hacer esto, tenía a veces eyaculaciones. También al rociar con gasolina sobre el cadáver de Ohliger y cuando vi fuego sobre el cuerpo, tuve una eyaculación de la altura del fuego".
Solamente 5 días después del asesinato de Rosa Ohliger, un mecánico de 45 años de edad llamado Scheer fue encontrado muerto apuñalado en una carretera en Flingern; tenía 20 heridas de cuchillo.
Al día siguiente Kürten volvió a la escena de su crimen y tenía la audacia de conversar con los detectives y policías que cubrían el caso.
La policía no tenia razones para sospechar de Kürten y hablaban de manera abierta sobre el crimen; este es un episodio fantástico que fue confirmado durante el juicio.
Poco después de una serie de violaciones, arrestaron a un idiota llamado Stausberg por asaltar a 2 mujeres con un lazo.
Naturalmente, la policía acusó a Stausberg de los ataques de febrero y por una razón desconocida confesó a todos los crímenes y fue recluido en un asilo psiquiátrico. Fatal error para la captura del verdadero Vampiro.
En agosto, sin embargo, una serie de estrangulaciones y de incidentes con puñaladas hizo ver a la policía su error, el Vampiro atacaba de nuevo.
En el suburbio occidental de Lierenfeld, apuñalaron a 3 personas durante la noche mientras miraban una casa en venta.
Las 3 víctimas fueron sujetadas y tenían heridas profundas es sus costillas y espaldas.
La noche del 23 de agosto de 1929, centenares de personas celebran las fiestas de aniversario de Flehe.
Aproximadamente a las 22:30, dos niñas; Gertrude Hamacher de 5 años de edad y Louise Lenzen de 14 años, habían dejado la feria y comenzaron a caminar para retornar a su hogar.
Una sombra apareció entre los árboles y las siguió a lo largo del camino.
Peter Kürten detuvo a las niñas y le dijo a Louise: "Por favor consigue algunos cigarrillos para mí y yo me ocupo de tu pequeña hermana".
Louise tomó el dinero y se dirigió al parque de atracciones.
El hombre tomo a Gertrude en sus brazos y la estranguló, luego lentamente le cortó su garganta con una navaja de afeitar.
Louise volvió después de unos minutos donde fue secuestrada, luego el misterioso hombre la estranguló y la decapitó.
A la tarde siguiente, el hombre se acercó a una empleada de servicio doméstica llamada Gertrude Schulte, e intentó persuadirla para tener relaciones sexuales con él.
Cuando ella dijo se negó, él gritó "Muere" y la apuñaló.
Afortunadamente, Schulte sobrevivió, pero no podía dar una buena descripción de su asaltante, sólo dijo que era una persona de aspecto agradable de cerca de 40 años de edad.
Kürten exhibía descontrolado al máximo su sexualidad y su ferocidad.
Por fin los expertos médicos fueron convencidos de que el Vampiro había perdido todo el control de sus impulsos sádicos.
En septiembre violó y asesinó a una adolescente llamada Reuter y el 12 de octubre asesinó a otra joven llamada Elizabeth Dorrier.
Estos asesinatos fueron seguidos por los ataques con martillo a Frau Meurer y Frau Wanders, ambos el 25 de octubre.
Düsseldorf entró en pánico sólo comparado con el provocado por 'Jack El Destripador' en Londres, y los violentos crímenes seguían sin resolverse.
El 7 de noviembre, Gertrude Albermann de 45 años, desapareció, 2 días después un periódico local recibió una nota en su redacción indicando que el cuerpo sería encontrado en la parte posterior de una fábrica.
El cuerpo fue hallado por la policía donde el asesino había descrito, entre una masa de ladrillos y de escombros.
La había estrangulado y había sido apuñalada 35 veces.
El período entre febrero y mayo de 1930 aumentaron los ataques, aunque ninguno con consecuencias fatales.
A pesar del enorme operativo para capturar al Vampiro, el asesino seguía libre y Düsseldorf estaba en protesta pública.
Los medios usados por el evasivo Kürten cambiaban constantemente y no proporcionaba ningún modelo claro para los detectives que investigaban.
En mayo de 1930, el terror corría por las calles de Düsseldorf.
El 14 de mayo de 1930, la empleada doméstica Maria Budlick viajaba a la ciudad de Köoln en busca de trabajo, en la estación de Düsseldorf un hombre se le acercó y le ofreció indicarle la manera de abordar el transporte.
Luego caminaron por la calles por un momento, pero cuando él comenzó a conducirla hacia un parque, ella recordó repentinamente los artículos periodísticos del asesino y lo rechazó para evitar problemas.
El hombre le insistió, y mientras discutían otro hombre apareció y se acercó para averiguar lo que le pasaba a la pareja.
Claramente trastornada, la mujer se marchó con el recién llegado, mientras el otro hombre se perdió en la estación del ferrocarril y la dejó sola con su salvador: Peter Kürten.
"La mujer me dijo que estaba sin trabajo y no tenia dónde ir. Ella acordó venir a mi casa en Mettmanner Strasse, entonces me dijo repentinamente que ella no deseaba relaciones sexuales y me preguntó si podría encontrar algún lugar para dormir".
Tomaron el tranvía a Worringerplatz y en las bodegas de maderas de Grafenberger Kürten tomó a Budlick con una mano fuertemente por el cuello y le dijo que él podría tenerla.
"Pensé que bajo estas circunstancias cambiaría de opinión, estaba muy asustada pero yo tenía miedo de que fuera a denunciarme a la policía; esa noche en particular no quería asesinar a Budlick, además no opuso ninguna resistencia".
Kürten estaba muy tranquilo y vigiló que nadie lo mirara depositar a la mujer casi moribunda en la estación del tranvía.
"No pensé que Budlick podría encontrar la manera de regresar a mi apartamento en el Mettmanner Strasse. Me sorprendió mucho el miércoles 21 de mayo, cuando la vi de nuevo en mi casa".
En contra a la opinión de Kürten, Fraulein Budlick recordaba todos los detalles para volver a la casa del Vampiro.
Lo más importante, es que María escribió una carta el 17 de mayo a una tal Frau Bruckner en donde le relató su encuentro con el hombre pero la carta nunca llegó a su destino por tener mal la dirección.
En la oficina de correos, Frau Brugmann abrió la carta y al leer su contenido inmediatamente llamó a la policía.
Inmediatamente localizaron a María Budlick, después de dudar un rato ella condujo al inspector Gennat al apartamento número 71 Mettmanner Strasse.
La administradora del inmueble los condujo a un cuarto vacío, Budlick lo reconoció inmediatamente y verificaron que ahí vivía un hombre llamado Peter Kürten.
En la casa, Fraulein Budlick encontró pruebas aún más concluyentes, cuando su atacante entró en la casa y comenzó a subir las escaleras hacia ella.
Él miraba sorprendido al verla, y cerró la puerta detrás de él. Algunos momentos después salió de la casa con su sombrero tirado abajo, cubriendo sus ojos.
Miembros de la fuerza especial de policía pasaron por su lado pero se perdieron al doblar la esquina.
Su captura era inevitable, y Kürten eligió explicar el caso de Budlick a su esposa.
La tentativa de la cópula sexual se podría considerar como violación; y Kürten sabia que el delito era muy grave: estaría preso 15 años, además ya tenia antecedentes judiciales.
"El jueves, 22 de mayo, vi a mi esposa por la mañana en su casa, saqué mis cosas en una maleta y alquilé un cuarto en Adlerstrasse. Dormí en un hotel hasta la mañana de viernes".
Hasta este momento, nada conectaba aún a Kürten con los ataques del Vampiro.
Solamente era sospechoso de violación, pero él sabía que tenía que encubrir su identidad.
Peter Kürten describió los acontecimientos del viernes el 23 de mayo en un escrito: "Hoy, 23 de mayo, por la mañana, le dije a mi esposa que también era responsable del asunto de Schulte, esto significaría 10 años o más de separación para nosotros, probablemente por siempre. Mi esposa estaba inconsolable. Ella me habló del desempleo, de la carencia de medios y del hambre que pasaría a su avanzada edad. Se tornó histérica, puesto que su futuro era totalmente incierto y sin esperanzas. Entonces, por la tarde, le dije que podría ayudarle".
Peter confesó a su esposa que él era El Vampiro de Düsseldorf y le describió cada asesinato.
Kürten entonces hizo alusión a una alta recompensa que había sido ofrecida por el descubrimiento del criminal y que ella podría conseguirla si hacía una denuncia a la policía.
"Por supuesto, no estaba convencida de mi confesión, pero ella iba hacer algo bueno por la humanidad y la justicia. Me prometió que por la tarde iría a hacer la denuncia en la policía y le aseguré que no me iba a suicidar. A las 13:00, cuando nos separamos, fui a mi alcoba y me dormí de inmediato".
El 24 de mayo de 1930, Frau Kürten relató la historia a la policía, agregando que ella había convencido a su marido para que fuera a la iglesia del St. Rochus a las 15:00.
Para esa hora, el área entera había sido rodeada y 4 oficiales esperaron con los revólveres cargados hasta el momento que apareció Peter Kürten.
El hombre sonrió y no ofreció ninguna resistencia.
"No hay necesidad de estar asustados", dijo.
Una vez detenido relataba que después de salir de prisión, Kürten atacó a una muchacha durante una relación sexual, dejándola muerta en Grafenberg, pero nunca se encontró su cuerpo.
Sus entradas a la cárcel prosiguieron. Además deseaba vengarse de la sociedad que lo condenaba.
Otra vez detenido, Kürten se hizo amigo de un notable psicólogo alemán, el profesor Karl Berg, que luego escribiría un libro para comprender mejor al misterioso asesino.
Berg se gano la confianza del prisionero y logró entrar a su mente fascinante.
La memoria de Kürten era más que extraordinaria y la viveza con la que describía todos los detalles de sus crímenes daba entender que de verdad disfrutaba de sus actos.
Pero cuando Kürten se ocupaba de las cosas que no tenían ningún valor emocional para él, su memoria era a menudo muy defectuosa.
La manera con la cual Kürten describió todos sus crímenes fue sorprendente.
En total fueron 79.
Mientas dictaba a los taquígrafos, Kürten demostró disfrutar de las caras horrorizadas de muchos oficiales de policía que escucharon la confesión.
La policía dudaba de la veracidad de sus palabras, y sus declaraciones fueron examinadas por eminentes magistrados y luego por el profesor Berg.
La motivación de Kürten para la confesión era simplemente asegurar un futuro lucrativo a su esposa, uno de los aspectos más misteriosos de su personalidad era que la amaba mucho y se desesperaba al pensar que en el futuro ella sufriría.
"Había acabado ya con mi vida, sabía que la policía estaba tras mi pista. Quería dar a mi esposa una vejez despreocupada, entonces porque no le darían derecho por lo menos a una parte de la recompensa. Es por eso que me entregué y confesé todos mis crímenes".
Sospechoso de 9 asesinatos y culpable de 7, el juicio del Vampiro de Düsseldorf comenzó el 13 de 1931.
Una jaula especial fue construida dentro del juzgado para prevenir su escape y detrás de ella se expusieron algunos objetos espantosos del museo de Kürten.
Los cráneos de sus víctimas y piezas del cuerpo con lesiones infligidas por el asesino, fueron cada uno meticulosamente presentados en orden cronológico.
Los cuchillos, la cuerda, la tijera y un martillo estaban en ahí, junto con mucha indumentaria y una espada que él enterró a una mujer.
Los presentes estaban horrorizados, el Vampiro entro muy elegante con el cabello cuidadosamente dividido por la mitad.
Kürten tenía la mirada de un hombre de negocios en bancarrota.
Hablando con una voz reservada, negó su confesión anterior y presentó inicialmente una súplica de inocencia al magistrado.
Dijo que había confesado los crímenes para asegurar solamente la recompensa para su esposa.
Después de 2 meses, Kürten volvió a aceptar su confesión inicial.
La ampliación detallada de los crímenes era más monstruosa de lo que cualquier persona se hubiese imaginado, los doctores más brillantes de Alemania atestiguaron que Kürten "siempre fue responsable de sus acciones".
En respuesta a la pregunta de los jueces si él tenía un remordimiento por sus actos, Kürten contestó: "No tengo ninguno. Nunca pensé qué lo hice era malo, aunque la sociedad humana lo condene. Mi sangre y la sangre de mis víctimas estarán en las vidas de mis torturadores. Debe haber un ser más alto quién dio la primera chispa vital a la vida. Ese ser más alto juzgará mis acciones buenas y cobrará venganza de esta injusticia. Los castigos que he sufrido han destruido todas mis sensaciones como humano. Por eso no tuve ninguna compasión para mis víctimas".
Kürten describió una vida en la cual se combinaban varios factores como el ambiente familiar, la herencia y el sistema penal alemán, que habían fomentado su personalidad sádica.
La Corte quedó aterrorizada cuando el Vampiro dio a conocer sus pensamientos para causar accidentes en donde se involucrara a millares de personas.
"Me causa gran placer estas visiones donde la gente pueda observar a una mujer desnuda".
Kürten continuó narrando los detalles de sus asesinatos en forma individual, lo hacía de una manera tan organizada como nunca se había visto antes.
Su defensa, entre ellos el Dr. Wehner, tenían la tarea desesperada de intentar probar locura de su apoderado.
"Kürten es todo un misterio para mí. No puedo descifrarlo. No tiene una conducta en común con los demás asesinos en serie, Peter ha asesinado a hombres, a mujeres, a niños y a animales; ha matado cualquier cosa que encontró".
Al jurado le tomó media hora para dar un veredicto unánime: culpable de todos los cargos y condenado a muerte.
Kürten se comportó tranquilo al escuchar la sentencia y en su rostro no hubo ningún signo de arrepentimiento.
El 2 julio de 1932, el vampiro de Düsseldorf murió ante una guillotina erigida en la prisión de Klingelputz.
Antes de ir al cadalso, Kürten le pregunto al psiquiatra de la prisión:
"Cometí mis actos por impulsos sádicos, conseguí placer al ver el resplandor del fuego y los gritos pidiendo ayuda".
"Ahora dígame: después de que mi cabeza se haya desprendido del cuerpo, ¿podré oír, por lo menos por un momento, el sonido de mi propia sangre cuando brote de mi cuello?", quedó en silencio por un momento y agregó: "Sería el mayor placer para terminar todos mis placeres."
2006-10-06 15:06:28
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answer #2
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