Para mi esta es una de las que mas me gusta, se titula “El monte de las animas” de Gustavo Adolfo Becquer, inspirada en una popular.
En Soria es tradición leerla la noche de difuntos (31 de octubre) a media noche en el mismo monte donde sucede la historia.
http://www.bibliotecasvirtuales.com/biblioteca/LiteraturaEspanola/becquer/Leyendas/montedelasanimas.asp
2006-10-06 06:12:38
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answer #1
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answered by sofi.a 3
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Aquí va una canaria:
Me las contaba el viejo Justo Mencey en la isla de Fuerteventura, en Puerto de Cabras, frente al mar, todas las tardes en que acudíamos sus nietas María Jesús y América y yo desde Puerto del Rosario. Y a través de aquellas historias del Mencey pude enterarme de los orígenes reales e irreales de los guanches. Casi todos dan por seguro que los guanches fueron beréberes que emigraron desde Norte África a Canarias varios siglos antes de nuestra era, cuando se desertizó el Sahara. Pero Justo Mencey seguía aferrado a la idea de que sus orígenes fueron vikingos o celtas, por aquello de la alta estatura, los cabellos largos y rubios y los ojos azules...
Resulta que los guanches olvidaron las artes de navegación y se dedicaron a la agricultura y ganadería y por eso las islas quedaron inconexas las unas de las otras aunque se veían las costas entre sí. Los guanches se agruparon en numerosas tribus (menceyatos y guanartenatos) que luchaban unos contra otros pero se agrupaban cuando el peligro venía del exterior. Estas divisiones tribales hicieron que existieran muchos dioses distintos de isla a isla.
Sintetizando, Justo mencey me contó de la existencia de Magec (el Dios Sol) y de la unión entre Euraraba (varón) y Moneiba (hembra) de los cuales nació Aranfaybu (el primer gran héroe canario). ¿Y qué de los demás dioses?. Una verdadera pléyade de dioses benéficos (como Uraba y Arahman) y de dioses maléficos como Hergum y Guayut, éste último demonio de las calderas del Teide.
Pero las historias del Mencey seguáin tarde tras tarde... y así me narró que allí, en las Canarias, se encontraban La Atlántida, El Jardín de las Hespérides, Los Campos Elíseos, el Océano Tenebroso y La Isla de Samborondón.
La Atlántida, según Platón en su Diálogo de Timeo y Critias, fue un Continente isleño (más grande que Libia y Asia juntos) situado en el Océano Atlántico, más allá de las Columnas de Hércules del Estrecho de Gibraltar. Sus habitantes eran gigantescos, descendientes de Atlas, y resultaban ser sabios, generosos, pacíficos y tan amistosos que enseñaron a otros humanos muchos avances tecnológicos. En su capital se encontraban el Templo y el Palacio de Poseidón, gran señor de la Atlántida. Pero un día se olvidaron de sus virtudes y se volvieron egoístas, avariciosos, bravucones y belicosos; hasta que en el año 11.500 a. C. Zeus los castigó haciendo que explotaran todos los volcanes y se produjeran tal cantidad de cataclismos y terremotos que todo el continente se hundió en el mar. Sólo quedaron visibles, como vestigios del enorme territorio, sus cimas más elevadas que son las actuale sislas de Azores, Madeira, Canarias y Cabo Verde. En las aguas canarias hay hoy, en sus profundidades, numeroso templos y palacios habitados por delfines y cubiertos de algas que los tapizan de espesa red vegetal.
El Jardín de las Hespérides, según contó Hesíodo, era el lugar donde habitaban las tres hijas de Atlas (Egle, Eritnia y Aretusa) conocidas con el nombre de Hespérides. en aquel paraíso vivían en un hermoso jardín donde se encontraban las manzanas de oro que la diosa Gea regaló a Zeus y Hera el día de su boda. El Jardín de las Hespérides estaba en Canarias.
Homero en su odisea, Pïndaro en sus versos y Virgilio en su Eneida, nos hablan de los Campos Elíseos. A estos Campos, también situados en Canarias, es a donde iban a morar las almas de los antiguos héroes y los hombres virtuosos. Administrados por Radamante (hijo de Zeus y Europa y hermano de Minos, rey de creta) nunca llovía allí ni hacía frío y sus habitantes solo se refrescaban con la brisa del Céfiro, viento de Poniente.
Muy pocos navegantes de la antiguedad llegaron a las Islas Canarias. Sí lo hicieron los cartagineses que, celosos de sus intereses económicos y políticos y para evitar la competencia de fenicios, griegos y romanos, extendieron por todo el mundo las leyendas del Océano Tenebroso. Dijeron que en él habitaban monstruos marinos que destrozaban las embarcaciones y devoraban a sus tripulantes; que se producían gigantescos remolinos que engullían a las naves y que cuando se llegaba allí, los barcos caían al abismo porque aquello era el final del mundo y entonces el mundo estaba considerado una especie de disco plano.
Las Islas Canarias son siete, pero existe la creencia de que hay una octava isla invisible, flotante, que cuando es avistada por los marineros se envuelve en bruma y desaparece. Fue descubierta por el monje irlandés San Brentan de clonfert (San Borondón para los canarios) que vivió entre los años 480 y 576. Este monje, acompañado por otros siete más, arribó a una isla-ballena (la octava isla canaria). Los siete compañeros murieron pero Brentan pudo regresar a Irlanda y contó su descubirmiento. Tan cierto se tenía la existencia real de est aisla invisible que los Reyes de España, cuando conquistaron Canarias, dijeron que pasaban a ´posesión de la Corona las siete islas descubiertas y la por descubrir.
También el viejo Justo Mencey nos narraba historias y leyendas románticas de sus islas Canarias. Recuerdo algunas...
El amor imposible de Gara y Jonay es muy conocido entre los canarios. Gara era una princesa guanche (Hija del Agua) que pertenecía a una familia muy rica y Jonay era un humilde y pobre pastor. Se enamoraron locamente pero el padre de ella se opuso a este idilio y su boda. Ellos decidieron morir juntos antes que separarse.
Guajara fue otra princesa que, al morir a mano de los castellanos, su enamorado Tinguaro (hermano del Gran Mencey Bencomo) decidió arrojarse al abismo desde unas peñas y así murió también ella.
Mayantigo ("Pedazo de Cielo") es muy conocido en La Palma por su muerte a causa de su gran amor por Aida. Y Tibiabín y Tamonate eran madre e hija; la primera de ellas una pitonisa que se encargaba de buscar la paz entre los guanches y de apaciguar las rencillas, y la hija era la consejera de los grandes menceys.
La princesa Ico fue hermana y esposa de Guanarame, de cuyo matrimonio nació el legítimo heredero Guadarfire. Cuando Ico quedó viuda y tenía que gobernar hasta que su hijo alcanzase la mayoría de edad, tuvo que pasar la prueba de estar varios días encerrada, con tres de sus criadas, en una habitación llena de humo. Aconsejada por una anciana se colocó una esponja húmeda en la boca y así sobrevivió a la prueba (aunque salió con los ojos enrojecidos) mientras las tres criadas murieron por asfixia. De esta manera Guadarfire llegó a ser Gran Mencey.
Y quedan también la Historia del Guaré (Feunte de Agua), la del último rey guanche Tenauro y la Maldición de de Larrinaga, que fue desatada por culpa del crápula Don Luis Fernández de Herrera (hijo del donjuanesco Don pedro Fernández de Saavedra que tuvo 14 hijos con su esposa Constanza Sarmiento y un sinfín de bastardos extramatrimoniales). El caso es que Don Luis heredó todos los vicios del padre y ninguna de sus virtudes (era, por ejemplo, cobarde ante la guerra) pero fue tan admirado por las jóvenes nativas que se encaprichó de la bella Fernanda y la persiguió sexualmente hasta que le paró los pies un cazador que fue luego mandado matar por Don Pedro. Al morir el cazador apareció la vieja Larrinaga, la madre del muerto, y le recriminó a Don Pedro por haber matado a uno de sus hijos -ya que era producto de uno de sus amores fuera del matrimonio- y maldijo a la Isla de Fuerteventura que se quedó cada vez más árida hasta la actualidad.
Todas estas historias me las contó el viejo Justo mencey cuando acudíamos junto a él a comer gofio (hecho de harina de maíz tostado) con tomates en sal y acompañados de una grna botella de canario (parecido al baileys pero de mejor sabor por ser casero) y mientras él señalaba a un punto del mar, al este de Puerto de Cabras, con su bastón de madera de palma. Un punto donde dicen los habitantes majoreros de Fuerteventura (entre ellos mis amigas María Jesús y América) que muchas tardes se ven platillos voladores (OVNIS) que vienen desde las alturas y se hunden allí, en el mar, hasta las profundiades. ¿Serán atlantes que van a visitar los templos y palacios de Poseidón?.
Ya murió el viejo Justo Mencey pero sus historias son literatura verdadera que no pueden ser víctimas de moribundos movimientos literarios porque escapan de cualquier molde y por ser tan sencillas, claras y limpias, no son la ondulación cargada de voluptuosidades de los cuentos del Oriente ni tampoco los áridos relatos de Unamuno (cuando estuvo desterrado en esta isla) sino esencias de sentimeintos encarnados en la nobleza de estos habitnates canarios que viven en un clima tan benigno que ya los romanos las conocían como Islas Afortunadas.
2006-10-06 06:19:23
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answer #2
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answered by Cynthia 5
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ESPERO TE GUSTE ESTA LEYENDA BYE.
Leyenda del Callejón del Beso
Se cuenta que doña Carmen era hija única de un hombre intransigente y violento pero por fortuna, siempre triunfa el amor por trágico que éste sea.
Doña Carmen era cortejada por un joven galán, don Luis. Al ser descubierta por su padre, sobrevinieron el encierro, la amenaza de enviarla a un convento, y lo peor de todo, casarla en España con un viejo y rico noble, con lo que, además, acrecentaría el padre su mermada hacienda.
La bella y sumisa criatura y su dama de compañía, doña Brígida, lloraron e imploraron juntas, pero de nada sirvió.
Así, antes de someterse al sacrificio, resolvieron que doña Brígida llevaría una misiva a don Luis con la infausta nueva.
Mil conjeturas se hizo el joven enamorado, pero de ella, hubo una que le pareció la más acertada.
Una ventana de la casa de doña Carmen daba hacia un angosto callejón, tan estrecho que era posible, asomado a la ventana, tocar con la mano la pared de enfrente.
Si lograban entrar a la casa de enfrente, podría hablar con su amada y, entre los dos, encontrar una solución a su problema. Pregunto quién era el dueño de aquella casa y la adquirió a precio de oro.
Hay que imaginar cuál fue la sorpresa de doña Carmen cuando, asomada a su balcón, se encontró a tan corta distancia con su joven enamorado.
Unos cuantos momentos habían transcurrido de aquel inenarrable coloquio amoroso, pues, cuando más abstraídos se hallaban los dos amantes, del fondo de la pieza se escucharon frases violentas. Era el padre de doña Carmen increpando a Brígida, quien se jugaba la misma vida por impedir que su amo entrara a la alcoba de su señora.
El padre arrojó a la protectora de doña Carmen, como era natural, y con una daga en la mano, de un solo golpe la clavo en el pecho de su hija.
Don Luis enmudeció de espanto, pues la mano de doña Carmen seguía entre las suyas, pero cada vez más fría.
Ante lo inevitable, don Luis dejó un tierno beso sobre aquella mano tersa y pálida, ya sin VIDA
2006-10-06 06:13:34
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answer #3
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answered by Anonymous
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Si amas y te deja es una de las peores cosas que te podía pasar pero esto puede cambia, puedes recuperar a la mujer que amas con este libro http://ComoRecuperaraTuMujer.netint.info/?XnER Sé que este libro hace milagros porque los he visto, he vuelto con mi pareja gracias a este libro y por esto cualquier hombre tiene que tenerla.
2017-02-03 05:06:02
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answer #4
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answered by Campbell 4
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Las Cinco Aguilas Blancas
-Tulio Febres Cordero-
Cinco águilas blancas volaban un día por el azul del firmamento; cinco águilas blancas enormes, cuyos cuerpos resplandecientes producían sombras errantes sobre los cerros y montañas.
¿Venían del Norte? ¿Venían del Sur? La tradición indígena sólo dice que las cinco águilas blancas vinieron del cielo estrellado en una época muy remota.
Eran aquellos días de Caribay, el genio de los bosques aromáticos, primera mujer entre los indios Mirripuyes, habitantes de Ande empinado.
Era la hija del ardiente Zuhé y la pálida Chía; remedaba el canto de los pájaros, corría ligera sobre el césped como el agua cristalina, y jugaba como el viento con las flores y los árboles.
Caribay vio volar por el cielo las enormes águilas blancas, cuyas plumas brillaban a la luz del sol como láminas de plata, y quiso adornar su coraza con tan raro y espléndido plumaje. Corrió son descanso tras las sombras errantes que las aves dibujaban en el suelo; salvó los profundos valles; subió a un monte y otro monte; llegó, al fin, fatigada a la cumbre solitaria de las montañas andinas. Las pampas, lejanas e inmensas, se divisaban por un lado; y por el otro, una escala ciclópea, jaspeaba de gris y esmeralda, la escala que formaban los montes, iba por onda azul del Coquivacoa.
Las águilas blancas se levantaron, perpendicularmente sobre aquella altura hasta perderse en el espacio. No se dibujaron más sus sombras sobre la tierra.
Entonces Caribay pasó de un risco a otro por las escarpadas sierras, regando el suelo con sus lagrimas. Invoco a Zuhé, el astro rey, y el viento se llevó sus voces. Las águilas se habían perdido de vista, y el sol se hundía ya en el Ocaso.
Aterida de frío, volvió sus ojos al Oriente, e invocó a Chía, la pálida luna; y al punto detúvose el viento para hacer silencio. Brillaron las estrellas, y un vago resplandor en forma de semicírculo se dibujó en el horizonte.
Caribay rompió el augusto silencio de los páramos con un grito de admiración. La luna habia aparecido, y en torno de ella volaban las cinco águilas blancas refulgentes y fantásticas. Y en tanto que las águilas descendían majestuosamente, el genio de los bosques aromáticos, la india mitológica de los Andes moduló dulcemente sobre la altura su selvático cantar.
Las misteriosas aves revolotearon por encima de las crestas desnudas de la cordillera, y se sentaron al fin, cada una sobre un risco, clavando sus garras en la viva roca; y se quedaron inmóviles, silenciosas, con las cabezas vueltas hacia el Norte, extendidas las gigantescas alas en actitud de remontarse nuevamente al firmamento azul.
Caribay quería adornar su coroza con aquel plumaje raro y espléndido, y corrió hacia ellas para arrancarles las codiciadas plumas, pero un frío glacial entumeció sus manos: las águilas estaban petrificadas, convertidas en cinco masas enormes de hielo.
Caribay da un grito de espanto y huye despavorida. Las águilas blancas eran un misterio, pero no un misterio pavoroso. La luna oscurece de pronto, golpea el huracán con siniestro ruido los desnudos peñascos, y las águilas blancas se despiertan.
Erizanse furiosas, y a medida que sacuden sus monstruosas alas el suelo se cubre de copos de nieve y la montaña toda se engalana con el plumaje blanco.
Este es el origen fabuloso de las Sierras Nevadas de Mérida.
Las cinco águilas blancas de las tradición indígena son los cinco elevados riscos siempre cubiertos de nieve.
Las grandes y tempestuosas nevadas son el furiosas despertar de las águilas; y el silbido del viento en esos días de páramo, es el remedo del canto triste y monótono de Caribay, y el mito hermoso de los Andes de Venezuela.
2006-10-06 06:31:04
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answer #5
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answered by sweet a 3
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Contaban de un continente que tenía dentro de sí dos reinos, Austrasia y Panonia.
La princesa de Panonia pasó de niña por cierto pueblo donde vivía una niña pobre, y ésta se enamoró perdidamente de la princesa, y decidió que la volvería a ver. El príncipe de Austrasia también la vio y se prendó igualmente de ella. Tan desesperado estaba, que al crecer le declaró la guerra a Panonia, con el propósito oculto de llevarse a la princesa por la fuerza. A esa guerra se alistó la chica pobre, que pensó: "Cuando la vea, la defenderé del mundo."
La guerra favoreció al príncipe, que acorraló a la princesa en una ciudad de Panonia. Cuando asaltó la ciudad, mandó a la chica pobre a buscar en una casa. Cuál sería la sorpresa de ésta al encontrarse a la princesa, escondida en un armario.
La princesa, al ver que no la delataba ni nada, entendió que la chica quería de alguna manera ayudarla. Le pidió que la sacara de la ciudad, en lo cual obedeció la pobreta al punto.
Una vez fuera de la ciudad, la princesa entendió que su total belleza había prendido el corazón de la chica. Le aclaró los motivos del príncipe para la guerra, y la mandó a matar al coronado. En esto obedeció ella al punto, y al querer volver junto a la princesa, resultó que ella ya había vuelto a su reino.
Un ejército combinado de ambos países atrapó a la pobreta, y fue llevada ante la princesa, que confirmó su sentencia de muerte por haber matado al príncipe y haber traicionado a su país.
La princesa se convirtió en reina de los dos países, y los gobernó con acierto y justicia.
2006-10-06 06:29:49
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answer #6
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answered by Anonymous
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Yo ya hice esa pregunta, si quieres leete unas cuantas respuestas que me dieron:
http://es.answers.yahoo.com/question/index;_ylt=AvkLYdE7mICs_.JH7K8YFato.gt.?qid=20061004073005AA8q9LW
2006-10-06 06:27:17
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answer #7
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answered by Anonymous
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Bueno te puedo contar la típica de aquí en Costa Rica y famosa de los tiempos de antes:
La Zegua: resulta ser que esta leyenda cuenta que a los hombres mal portados que salían a horas de la noche a las cantinas a tomar y andar con mujeres, luego cuando iban de vuelta a casa en la obscuridad de la noche sin luz alguna, y a medio camino se les aparecía una bella mujer que los seducía, ellos encantados con la belleza de aquella mujer se iban coqueteando con ellas y cuando estaban más cerca ella se volvía y les enseñaba una cara de una Yegua!!!!
Jajaja hacía tiempo que no recordaba esto pero que fantasioso no, aunque los abuelos afirmaban esto!
saludos
2006-10-06 06:16:48
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answer #8
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answered by Grek 3
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Una leyenda de que o de quien.
En mi país existe una leyenda de una persona que bailo toda la noche con una muerte.
Esta es la leyenda, estaba en un parque apareció una muchacha muy linda se puso hablar con ella, después se dio cuanta que ella temblaba de frió, el le presto su abrigo y la invito a bailar ella dijo que si bailaron toda la noche, el la llevo a su casa, y se fue a la suya, al día siguiente fue preguntando por ella en la casa, pero la señora le dice señor no bromee con eso mi hija murió hace 10 años, el dice no señora no murió yo estuve anoche con ella y bailamos toda la noche, yo le preste mi chaqueta porque ella tenia frió y luego la traje hasta aquí, la señora le enseño una foto y le dijo con esta fue que bailaste y el dice si y no esta muerta, la señora le dijo puede acompañarme, y el la siguió, fueron al cementerio, y la sorpresa fue grande para la señora como par a el señor, ahí en la tumba encima de la cruz, estaba la chaqueta que el le había prestado, a la muchacha, y una nota que decía, gracias por la gran noche.
la mujer se desmayo y el muchacho salio corriendo al darse cuenta que de verdad había pasado toda la noche con alguien que había muerto hace 10 años en un accidente de autos.
Espero te haya gustado la leyenda es real.
2006-10-06 06:16:04
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answer #9
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answered by Anonymous
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Blog de relatos cortos:
http://uk.blog.360.yahoo.com/blog-KSgdQZM0dbTkEpRrmnyJ6Qa9O7g-;_ylt=AovJ76prIjvDDBRihN.N7P4yFOJ3?cq=1
2006-10-06 06:13:24
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answer #10
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answered by cthulhu 4
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