Jesuitas o Compañia de Jesus, son:
La Compañía de Jesús (en latín: Societatis Jesu S.J.) es una orden religiosa de la Iglesia Católica Romana fundada por San Ignacio de Loyola. Con cerca de 20.000 miembros es la mayor orden de esa iglesia hoy en día. Su estricta formación de más de 10 años (estudian filosofía y teología, aparte de realizar "prácticas" en muy diversos ámbitos y estudiar varios idiomas) los convirtió durante más de cuatro siglos en los líderes intelectuales del catolicismo. Los jesuitas realizan los tres votos normales de la vida religiosa (obediencia, pobreza y castidad) y además un voto extra de obediencia al Papa. La Compañía de Jesús ha sido una organización religiosa que ha vivido entre la alabanza y la crítica, pero siempre en la polémica.
Los miembros de la Compañía desarrollaron una actividad decisiva durante la Contrarreforma, sobre todo en los años en que duró el Concilio de Trento.
Fue fundada en 1534 por un grupo de estudiantes en la Universidad de París, Francia, bajo el liderazgo de Íñigo López de Recalde, más conocido como Ignacio de Loyola. Esta orden fue aprobada en 1540 por el papa Pablo III.
El nombre de "jesuitas"
A los miembros de esta orden se les conoce como "jesuitas". El origen de esta denominación se debe al mismo Ignacio de Loyola quien leyó durante su convalecencia muchos libros piadosos, entre ellos la "Vida de Cristo" de Ludolfo de Sajonia, que estaba traducido por el poeta franciscano fray Ambrosio Montesino. Ignacio de Loyola llegó a un capítulo cuya lectura se quedó grabada en su mente. Dice así:
¡Jesús, Jesús, cuánto dice un nombre! Este nombre de Cristo es nombre de gracia; mas este nombre de Jesús es nombre de gloria. Por la gracia del bautismo se toma el nombre de cristiano y de la misma manera en la gloria celestial serán llamados los santos, jesuitas, que quiere decir salvados por la virtud del Salvador.
Ludolfo de Sajonia se inventa así un nombre, “jesuitas”. Más tarde San Ignacio lo sacaría a la luz.
Situación Actual
La pérdida de 15.000 religiosos desde 1965 (año del Concilio Vaticano II) y las dificultades para responder a los grandes retos del momento son los hitos fundamentales de la crisis, que algunos consideran la mayor vivida en toda la historia, superior en gravedad a las supresiones y persecuciones violentas.
La situación ha llevado a que el general de la orden, Peter Hans Kolvenbach, anunciase a principios de 2006 su renuncia como Prepósito General para 2008 en carta a todos los jesuitas del mundo por motivos de conciencia (lo que sucede por primera vez en la historia de los jesuitas y de las órdenes religiosas)y porque "hay una situación muy difícil en el cuerpo jesuítico". La posibilidad de renuncia por motivos de conciencia en lugar de la sucesión debido a fallecimiento estaba prevista por el fundador, san Ignacio, que exige la "llamada a capítulo". Kolvenbach, ha convocado Congregación General, la 35, de modo que coincida con sus 80 años (plazo dimisionario) y al mismo tiempo dé tiempo para su preparación. Esto augura una reforma histórica de la Orden, prácticamente una refundación.
Los precedentes de la actual situación datan desde mediados de los años 1950 cuando comenzaron a disminuir las vocaciones en Europa, lo cual ocasiona grandes problemas; más adelante ocurre lo mismo en Estados Unidos. Tras el Concilio, la identidad sacerdotal es cuestionada por diversas razones, en el contexto de renovación y apertura de la Iglesia, y muchos jesuitas salen de la Compañía. Treinta años después del Concilio, el número de jesuitas ha caído por debajo de los 20.000, habiendo perdido 15.000 religiosos. Y a la par de la caída en vocaciones, la edad promedio ha aumentado. El Times de Londres constata la precaria situación de la Compañía en el Reino Unido:
... Con 900 miembros en 1939... en 2005 había 230 jesuitas en la provincia británica; además, dentro de cinco años no habrá más de 70 menores de 75 años, y de éstos, la mayoría serán mayores de 60. Un solo novicio está ahora educándose en la provincia británica...
Hacia finales de los años 1990, la cifra de jesuitas estadounidenses había caído por debajo de los 4.000 y fueron sobrepasados por los de India, nuevo grupo regional más grande.
Hoy en día, el cada vez menor número y envejecimiento de los miembros de la Compañía ha servido como justificación para una praxis nueva en los últimos tiempos de una mayor colaboración con los laicos, y en especial, las mujeres laicas —que son las que más acuden a participar en la vida comunitaria de la iglesia a inicios del siglo XXI—, lo que no ha sido fácil para la parte de la Compañía que quería seguir las Constituciones ignacianas.
Otro elemento es que en el papado de Juan Pablo II, el poder de la Compañía ha menguado, mientras grupos como el Opus Dei y los Legionarios de Cristo parecen estar ganando posiciones. La innovación jesuita no siempre ha caído bien en una Roma conservadora. Y muchas veces el poder papal ha sido más que retórico. En 1981, cuando Pedro Arrupe quedó paralizado por una embolia, el Papa utilizó su superioridad no sólo moral sino legal para nombrar un Padre General interino. Muchos jesuitas aún se refieren al evento como la "mini-supresión". La respuesta obediente de la Compañía a esta excepcional intromisión fue ejemplar, como han reconocido todos los observadores, también en el Vaticano. Fue en 1983, cuando en Congregación General de la Sociedad en Roma, el holandés Peter-Hans Kolvenbach fue electo por sus pares como Padre General, pero bajo su dirección la Compañía no ha detenido su crisis, porque los jesuitas habían alcanzado una elevada autonomía personal -hecho tradicional por otro lado- y no ha sido posible su reconducción por las prácticas meramente cotidiana de gobierno.
La reforma de la Compañía de Jesús constituye un experimento trascendental. En la práctica se trata de crear una nueva orden, que, de obtener éxito, podría extenderse al resto de congregaciones, no menos hundidas en la crisis posconciliar, y también al conjunto de la Iglesia.
Si la reforma no obtiene éxito se considera que no será posible por mucho tiempo mantener la unidad de la Compañía. Algunos piensan que, a medio plazo, ésta será manejada por laicos, como ya sucede en varias universidad jesuitas. Otros ven, en cambio, que los laicos no serán suficientes o respetados por los mismos jesuitas, y entonces la Compañía se fragmentará, como lo está en la práctica, en una red de diferentes organizaciones no gubernamentales e instituciones educativas.
Debido a la envergadura de los cambios por venir, el ya mayor (78 años en 2006) y enfermo Padre General ha llamado a una Congregación General Extraordinaria para el 2008, en la cual renunciará. Ya consiguió la aprobación papal a este acto inusual en la vida de la Compañía— y se elegirá un nuevo Padre General. Además de ello, se revisarán las Constituciones, para dar más énfasis al papel de los laicos y actualizar la misión de la Compañía en el nuevo milenio
Slds.-
2006-10-02 06:46:53
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answer #1
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answered by Anonymous
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La orden de los Jesuitas o compañía de Jesús es una orden, es decir, una división de la iglesia Católica Romana que fue fundada por San Ignacio de Loyola. En sus principios guardaban pobreza y obediencia, y pero tras un intento por terminar con la orden huyeron a Rusia donde se reorganizaron y cambiaron sus principios servicio y humildad. Aunque tienen mucho dinero son una orden muy importante en la iglesia de hoy, tienen misiones por todo el mundo y han ayudado a muchas comunidades (ricos y pobres), tienen hospitales y escuelas.
La Universidad Iberoamericana pertenece a esta orden.
2006-10-02 16:33:35
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answer #3
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answered by Rivkin 5
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