La biografía consiste en un relato expositivo y frecuentemente narrativo y en tercera persona de la vida de un personaje real desde que nace hasta que muere. En su forma más completa, sobre todo si se trata de un personaje del pasado, explica también sus actos con arreglo al contexto social, cultural y político de la época intentando reconstruir documentalmente su pensamiento y figura. La biografía puede registrarse en forma audiovisual o en forma escrita; en este último caso constituye un subgénero literario de la Historia que se divide a su vez en diversos subgéneros.
Tipologías biográficas
La biografía propiamente dicha constituye la descripción, habitualmente por un escritor, periodista o historiador llamado biógrafo, de la vida entera de una persona desde que nace hasta que muere o ha realizado ya la parte más importante o sustancial de su labor. Según imperativos legales, existen varias clases: la biografía autorizada, que está sometida a la censura previa y control del personaje biografiado, y la biografía no autorizada, que no lo está. Sin embargo, ni una ni la otra poseen una garantía de objetividad, y es relativamente frecuente que se oculten hechos o que estos se acomoden a la perspectiva o propósitos vindicativos del personaje o del escritor, ofreciéndose una visión degradada del personaje o, lo que es más frecuente, una visión excesivamente idealizada y encomiástica de éste.
Otro tipo es la autobiografía, escrita por el mismo personaje de quien habla el relato y en primera persona. Un tipo especial en la misma lo constituyen los diarios íntimos que escribe un autor con el propósito de desahogarse y sin ninguna regularidad cronológica; a este género pertenecen las Meditaciones del emperador pagano y filósofo [[Marco Aurelio]xxxx] o las Confesiones del cristiano San Agustín de Hipona.
Las Memorias constituyen una reseña de la vida de una persona también por ella misma, pero durante un lapso determinado de años y no en su totalidad, ya que la intención de este subgénero es ante todo ofrecer un testimonio de los hechos a los que asistió el autor desde un punto de vista externo a los mismos, y muchas veces sin involucrarse en ellos.
Dentro del género autobiográfico pueden ponerse también los diarios o dietarios, que recogen los hechos de la vida de una persona por ella misma con una cierta periodicidad, y los epistolarios o colecciones de cartas escritas por un autor.
El relato testimonial o memorial es un tipo de informe cuya tendencia objetiva puede muchas veces contamiinarse con lo autobiográfico; también el libro de viajes puede considerarse biográfico a veces. El relato de la vida de los santos, en la tradición del Cristianismo se denomina hagiografía. También existen los géneros literarios de la falsa biografía (Antonio de Guevara, Marcel Schwob; Jorge Luis Borges), de la falsa autobiografía (Novela picaresca) y de la biografía novelada.
Como género literario, el término data del siglo XVII y con él se denomina a un género autónomo cultivado desde la antigüedad en forma de vita o vida. En sus comienzos, ya desde las Vidas Paralelas de Plutarco o de las obras biográficas compuestas por Cornelio Nepote o la Historia augusta, la biografía respondía a un propósito edificante y moralizador, por más que haya excepciones como las de Suetonio y sus Vidas de los doce césares; esta orientación ética y educativa siguió dominando durante la Edad Media, en la que se compusieron sobre todo hagiografías; la más famosa colección de estas fue La leyenda áurea de Jacopo della Voragine, pero fueron muy numerosos también otros repertorios. También se compusieron numerosas Vidas de trovadores provenzales, y en el siglo XV, imitando a Plutarco, breves semblanzas por parte de Hernán Pérez del Pulgar y Fernán Pérez de Guzmán.
Es en el Renacimiento, a causa de su antropocentrismo, cuando comienza en Italia el estudio de personas ilustres en su individualidad y se sustituye la teocéntrica vida de santos por la semblanza de destacados personajes de la vida civil, militar o artística; contribuyeron a esta concepción de la biografía Boccaccio, Vasari, Vilani y Maquiavelo. Posteriormente, en el Romanticismo el género biográfico toma dos direcciones diferentes: profundiza en la vida psíquica del biografiado o busca, por encima de todo, la amenidad literaria, sacrificando la verdad del personaje.
Más adelante se acrecentó el ansia de documentación sobre el personaje (búsqueda de manuscritos, diarios, correspondencia, etc.) como elementos básicos de la narración biográfica, así como el afán de situar al biografiado en su auténtico medio histórico-social.
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Jesús o Cristo; Belén, h. 6 a. C. - Jerusalén, h. 30 d. C.) Predicador judío fundador de la religión cristiana, a quien sus seguidores consideran el hijo de Dios. El nombre de Cristo significa en griego «el ungido» y viene a ser un título equivalente al de Mesías.
La vida de Jesús está narrada en los Evangelios redactados por algunos de los primeros cristianos. Jesús nació en una familia pobre de Nazaret, hijo de José y de María. Aunque la civilización cristiana ha impuesto la cuenta de los años a partir del supuesto momento de su nacimiento (con el que daría comienzo el año primero de nuestra era), se sabe que en realidad nació un poco antes, pues fue en tiempos del rey Herodes, que murió en el año 4 a.C.
Fueron precisamente las persecuciones de Herodes las que llevaron a la familia, después de la circuncisión de Jesús, a refugiarse temporalmente en Egipto. El relato evangélico rodea el nacimiento de Jesús de una serie de prodigios que forman parte de la fe cristiana, como la genealogía que le hace descender del rey David, la virginidad de María, la anunciación del acontecimiento por un ángel y la adoración del recién nacido por los pastores y por unos astrónomos de Oriente. Por lo demás, la infancia de Jesucristo transcurrió con normalidad en Nazaret, donde su padre trabajaba de carpintero.
Hacia los treinta años inició Jesucristo su breve actividad pública incorporándose a las predicaciones de su primo, Juan el Bautista. Tras escuchar sus sermones, Jesús se hizo bautizar en el río Jordán, momento en que Juan le señaló como encarnación del Mesías prometido por Dios a Abraham. Juan fue pronto detenido y ejecutado por Herodes Antipas, lanzándose Jesucristo a continuar su predicación.
Se dirigió fundamentalmente a las masas populares, entre las cuales reclutó un grupo de fieles adeptos (los doce apóstoles), con los que recorrió Palestina. Predicaba una revisión de la religión judía basada en el amor al prójimo, el desprendimiento de los bienes materiales, el perdón y la esperanza de vida eterna.
Su enseñanza sencilla y poética, salpicada de parábolas y anunciando un futuro de salvación para los humildes, halló un cierto eco entre los pobres. Su popularidad se acrecentó cuando corrieron noticias sobre los milagros que le atribuían sus seguidores, considerados como prueba de los poderes sobrenaturales de Jesucristo. Esta popularidad, unida a sus acusaciones directas contra la hipocresía moral de los fariseos, acabaron por preocupar a los poderosos del momento.
Jesús fue denunciado ante el gobernador romano, Poncio Pilatos, por haberse proclamado públicamente Mesías y rey de los judíos; si lo primero era cierto, y reflejaba un conflicto de la nueva fe con las estructuras religiosas tradicionales del judaísmo, lo segundo ignoraba el hecho de que la proclamación de Jesús como rey era metafórica, refiriéndose al «reino de Dios» y sin poner en cuestión los poderes políticos constituidos.
Consciente de que se acercaba su final, Jesús celebró una última cena para despedirse de sus discípulos; luego fue apresado mientras rezaba en el Monte de los Olivos, al parecer con la colaboración de uno de ellos, llamado Judas. Comenzaba así la Pasión de Cristo, proceso que le llevaría hasta la muerte tras sufrir múltiples penalidades; con ella daba a sus discípulos un ejemplo de sacrificio en defensa de su fe, que éstos asimilarían exponiéndose al martirio durante la época de persecuciones que siguió.
Jesús fue torturado por Pilatos, quien sin embargo, prefirió dejar la suerte del reo en manos de las autoridades religiosas locales; éstas decidieron condenarle a la muerte por crucifixión. La cruz, instrumento de suplicio usual en la época, se convirtió después en símbolo básico de la religión cristiana.
Los Evangelios cuentan que Jesucristo resucitó a los tres días de su muerte y ascendió a los cielos. Judas se suicidó, arrepentido de su traición, mientras los apóstoles restantes se esparcían por el mundo mediterráneo para predicar la nueva religión; uno de ellos, Pedro, quedó al frente de la Iglesia o comunidad de los creyentes cristianos, por decisión del propio Jesucristo. Pronto se incorporarían a la predicación nuevos conversos, entre los que destacó Pablo de Tarso, que impulsó la difusión del cristianismo más allá de las fronteras del pueblo judío.
La obra de Pablo hizo que el cristianismo dejara de ser una secta judía cismática y se transformara en una religión más universal; la nueva religión se expandió hasta los confines del Imperio Romano y más tarde, desde Europa, se difundió por el resto del mundo, convirtiéndose hasta nuestros días en la religión más extendida de la humanidad (si bien se encuentra dividida en varias confesiones, como la católica romana, la ortodoxa griega y las diversas protestantes).
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2006-10-03 08:46:03
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