Cuenta la tradición oral que una doncella solía bañarse en la barranca de Atongo. Se decía que en las barrancas "dan aires", pero la doncella no lo creyó; y así, al cabo de un mes se supo encinta. La doncella se presentó a sus padres y, avergonazada, les confesó su embarazo.
Al nacer el niño, el abuelo hizo varios intentos para deshacerse de él. En una ocasión lo arrojó desde una gran altura contra unas rocas, pero el viento lo depositó en una llanura; en otra ocasión, fue dejado cerca de unos magueyes, pero al poco tiempo las pencas se doblaron hasta llegar a su boca, para darle de beber aguamiel. En otro intento por deshacerse del niño, fue arrojado a hormigas gigantes pero éstas, lejos de picarlo, lo alimentaron.
Cuenta también la leyenda que una pareja de ancianos, que descubrió ala bebé abandonado del bebé, lo adoptó. Se trataba de Tepoztécatl, posterior patrono de Tepoztlán.
Muy cerca del hogar de Tepoztécatl vivía Mazacuatl, una temida serpiente de Xochicalco, a la que los pobladores alimentaban mediante el sacrificio de ancianos. Un día, los mandatarios del pueblo anunciaron al padre adoptivo de Tepoztécatl que debía ser sacrificado a esta serpiente. Tepoztécatl se ofreció a acudir al sacrificio en lugar de su padre. Salió rumbo a Xochicalco, y en el camino fue juntando aiztli, pequeños pedazos filosos de obsidiana, que iba guardando en su morral. Al llegar a Xochicalco se presentó ante Mazacuatl, la enorme serpiente que, de inmediato, lo devoró.
Dentro del vientre de Mazacuatl, Tepoztécatl utilizó los aiztli, y con ellos desgarró las entrañas de la temida serpiente.
Durante su viaje de regreso, pasó por una celebración en la que se utilizaban el teponaxtli, especie de tambor, y chirimía, (flauta). Tepoztécatl deseó tocar estos instrumentos y, al verse impedido, envió una tormenta que arrojó arena a los ojos de todos. Cuando reaccionaron, el niño había desaparecido con los instrumentos: se oía a los lejos el sonido de ambos. Lo persiguieron y cuando ya lo alcanzaban, se dice que orinó y formó así la garganta que atraviesa Cuernavaca.
Llegó a Tepoztlán y tomó posesión de los cerros más altos. Se posó sobre el cerro Ehecatépetl, y como no podían llegar a él, quisieron derribarlo, cortando la base. Fue así como se formaron los “corredores del aire".
Tepoztécatl gozó de amplia consideración en su pueblo natal y fue designado Señor de Tepoztlán y sacerdote del ídolo Ometochtli (Dos Conejo). Pero años después desapareció, no se sabe si murió o se fue a otra parte, pero hay quienes dicen que se fue a vivir junto a la pirámide, para siempre.
2006-09-29 04:28:23
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answer #1
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answered by And 3
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En la mitología azteca fue el dios del pulque asociado con ritos de fertilidad.
2006-09-29 04:40:04
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answer #2
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answered by fandango 4
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Hi
Esta es la leyenda de Tepoztécatl
Se dice que Tepoztécatl nació de una princesa cuyo embarazo fue producto del amor de un pajarillo (o según otra versión, del dios Ehécatl). Los padres de la princesa, enojados, la obligaron a deshacerse del niño, quien fue abandonado en un hormiguero, pero las hormigas en vez de devorarlo lo alimentaron con gotas de miel. Luego fue dejado entre las pencas de un maguey, mas éste lo abrazó con sus pencas, lo alimentó con aguamiel y finalmente lo mandó corriente abajo del río Atongo en una caja de madera. De ahí lo recogió una pareja de ancianos que lo adoptaron, criaron y enseñaron todo lo que sabían.
Años después, en Xochicalco, Tepoztécatl derrotó al monstruo Xochicálatl, por lo que fue festejado a su regreso a Cuernavaca. Al salir de Cuernavaca se llevó el sonoro teponaztli y corrió con él a Tepoztlán, evitando que lo alcanzaran al provocar con su orina una gran barranca, lo que le permitió llegar a tocar el teponaxtli sobre el cerro del Tepozteco.
En 1538 Tepoztécatl fue convertido al cristianismo por fray Domingo de la Anunciación, quien lo bautizó el 8 de septiembre, dando origen así a la fiesta que cada año se realiza en ese día.
2006-09-29 04:30:27
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answer #3
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answered by TheSirSeedy 2
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LEYENDA DE EL TEPOZTECO
Erase una doncella, que según dicen, era hija del rey. Vivía cerca de un arroyo llamado Axihtla; le gustaba salir por las tardes y gozar de la frescura del lugar, del canto de los pájaros y del aroma de las flores. A ese lugar llegaba todos los días un enorme pájaro de plumaje rojo vivo el cual escuchaba cantar a la joven. Se dejaba acariciar por ella y un buen día radiante de felicidad ella lo puso en su pecho, pero enfermo de niño y dio a luz una robusta criatura, con el disgusto de sus padres que no creyeron semejante historia. Se cree que el dios Ehécatl, dios del viento fue quien se convirtió en pájaro para seducir a la princesa. El padre muy enojado se deshizo del niño abandonándolo en un hormiguero, pero estas lo alimentaron poniendo gotas de miel en su boca. Al día siguiente, como vio que no había muerto, lo puso entre las pencas de un maguey pero al mirar al otro día, vio que de las pencas corrían hilillos de aguamiel y lo cubrían del quemante sol. Por fin, dentro de una cesta lo dejó junto al arroyo para que se lo llevara la corriente pero se detuvo cerca de un pedrusco en donde fue encontrado por un matrimonio de ancianos.
Tepoztécatl, que no era otro sino aquel niño, creció al lado de sus padres adoptivos y les tuvo cariño y respeto y los obedeció y cuido como si fueran sus padres legítimos. Tepoztécatl fue creciendo y aprendiendo el manejo de las armas necesarias para la cacería, que en aquel entonces abundaban en las montañas y cañadas, pues tenía que alimentar a sus padres, quienes le enseñaban el curso de los astros, la utilización de las plantas medicinales, el labrar de la tierra y el cultivo del huerto, en fin, todo lo que sabían.
En Xochicalco había un monstruo llamado Xochicálcatl que ferozmente exigía a las poblaciones cercanas le llevaran víctimas para saciar su hambre, pues de lo contrario acabaría con todos los pueblos. En determinadas fechas cada pueblo tenía que enviar un individuo de edad avanzada. Cuando le tocó al padre adoptivo del Tepoztécatl ir a Xochicalco a ser devorado, este no lo permitió y lo convenció para que lo dejara ir en su lugar a enfrentase al monstruo. Salió pues Tepoztécatl para ese lugar, ante el temor de sus padres y de todos los que habitaban el pueblo, pensaban que no volverían a verlo pues apenas contaba entre 14 y 15 años.
Como ya dijimos, era hijo de un dios y tenia ciertos poderes. Por el camino convirtió a tres de los guardias del monstruo en peñascos (que aun existen) y los llamo Texcatepetl, Texihuiltepetl y Tlamatepetl.
Al pasar cerca de la saliente de un cerro pensó que si podía perforarla sería señal de que triunfaría en la aventura. Se arrojó contra el tepetate y utilizando sus potentes brazos le fue fácil perforarlo, y como le gustó el sitio, abrió un boquete en lo mas alto para poder mirar el sol en el día, y en las noches, a las estrellas. Todavía puede observarse la oquedad que formó de esta manera, así como la que dicen ser la huella de una rodilla y la de un pie. "Durante el recorrido de Tepoztlan a Xochicalco fue recogiendo Tepoztécatl pedazos filosos de obsidiana, que también les llaman itztlis les llamamos sociedad de las estrellas, pues son negras. Llenó con ellas su morral y al llegar a Xochicalco y ser tragado por el monstruo voraz, que ni siquiera llegó a masticarlo, sacó las navajas de obsidiana de su morral y cortó con ellas las entrañas del monstruo, que murió en medio de terribles convulsiones, saliendo él ileso y elevándose una gran nube de humo blanco, señal con la que había dicho Tepoztécatl avisaría su triunfo, pues si hubiera sido negro el humo, significaría su derrota". "Al notar los de Tepoztlan, desde la cumbre de Tequixpa el humo blanco que salía de Xochicalco, se llenaron de enorme jubilo". "Al ver desde Cuernavaca la señal, de inmediato se organizaron festejos para celebrar el triunfo, ya que con la muerte del monstruo se acababa el vasallaje que por todos los pueblos del contorno significaban la ofrenda que tenían que hacer de personas que fueron comidas por el abominable monstruo de Xochicalco. Al son del teponaztli y de la chirimia fue recibido, pero como iba con las ropas sucias no le dieron comida suculenta; y cuando lo recibieron con vestiduras apropiadas para los días de fiesta grande, y se presento limpio y vestido con fausto, le ofrecieron tamales, moles y otras viandas magnificas; el sin embargo, no quiso tomarlas sino que las arrojo sobre sus vestiduras diciendo -a mi no me dieron de comer bien, sino cuando bine bien vestido, por lo que es a mis ropas a la que ustedes agasajan y festejan por lo que vertí sobre mis vestidos la comida exquisitamente preparada" ¡qué hermosa lección les dio a los de Cuernavaca!
2006-09-29 04:29:55
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answer #4
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answered by mari_inlove 4
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Es en lo que deriva el nombre Tepoztlan que es un cerro muy famoso en Morelos Mexico que se cree que tiene vida
Se dice que Tepoztécatl nació de una princesa cuyo embarazo fue producto del amor de un pajarillo (o según otra versión, del dios Ehécatl). Los padres de la princesa, enojados, la obligaron a deshacerse del niño, quien fue abandonado en un hormiguero, pero las hormigas en vez de devorarlo lo alimentaron con gotas de miel. Luego fue dejado entre las pencas de un maguey, mas éste lo abrazó con sus pencas, lo alimentó con aguamiel y finalmente lo mandó corriente abajo del río Atongo en una caja de madera. De ahí lo recogió una pareja de ancianos que lo adoptaron, criaron y enseñaron todo lo que sabían.
Años después, en Xochicalco, Tepoztécatl derrotó al monstruo Xochicálatl, por lo que fue festejado a su regreso a Cuernavaca. Al salir de Cuernavaca se llevó el sonoro teponaztli y corrió con él a Tepoztlán, evitando que lo alcanzaran al provocar con su orina una gran barranca, lo que le permitió llegar a tocar el teponaxtli sobre el cerro del Tepozteco.
En 1538 Tepoztécatl fue convertido al cristianismo por fray Domingo de la Anunciación, quien lo bautizó el 8 de septiembre, dando origen así a la fiesta que cada año se realiza en ese día.
2006-09-29 04:29:28
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answer #5
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answered by Zubix. 7
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