RESUMEN
Neospora caninum es un protozoario que ha adquirido gran importancia a nivel mundial al ser implicado en 1989 como una de las principales causas de aborto en bovinos. Se ha reportado desde entonces en: Australia, Nueva Zelandia, Estados Unidos y la mayoría de los países europeos, también en el Japón (Ogino y col, 1992) e Israel Harmelin y col, 1995. El Estado de California (USA) es una zona endémica de la enfermedad con prevalencias del 33% en los hatos lecheros y con una variación del 20 al 40% (Anderson y col., 1991). Además se ha identificado en el 24.4% de los fetos abortados sometidos a exámenes histopatológicos en los laboratorios de referencia. En América Latina solo existe un reporte de actividad serológica en Argentina (Venturini y col, 1995) y otro en México donde adicionalmente se demostró la presencia del parásito (Mendoza, 1997).
El primer aislamiento se produjo solo hasta 1991 (Conrad y col), y en 1988 McAllister y col definen al perro como el huésped definitivo, es decir en el cuál se cumplen la fase sexual del protozoario.
En este primer reporte nacional, se evaluaron 357 sueros bovinos procedentes de 74 fincas que tenían problemas de tipo reproductivo con aborto en diferentes edades de la gestación y para los cuales no fue posible definir un diagnóstico serológico para entidades como Brucelosis, Leptospirosis, IBR y DVB.
El haber encontrado un 54% de sueros con una reacción positiva a la prueba de ELISA, abre la posibilidad de la presencia de N. Caninum como agente causal de la muerte en bovinos y crea la necesidad de adelantar investigaciones con miras a la demostración o no de esta entidad en nuestro medio.
REVISIÓN DE LITERATURA
HISTORIA
La historia de neosporosis se inicia en 1984 con un reporte de Bjerkas en Noruega de un caso de encefalitis y miocarditis en caninos, producido por un protozoario. Dubey y col en 1988 propusieron el nombre de Neospora caninum y lograron comprobar los postulados de Koch en esta especie. Thilsted y col en 1989 reporta su participación como causa de aborto en bovinos y un año después Dubey y su grupo demostraron la transmisión transplacentaria en caninos, felinos, ovinos y bovinos. En el año de 1991 fue considerada como la mayor causa de abortos bovinos en el Estado de California. En 1993 Conrad y col logran reproducir la enfermedad al inocular taquizoitos en bovinos en forma experimental.
Desde el punto de vista diagnóstico el mismo Bjerkas en 1991 reportó que las cepas aisladas en caninos son idénticas a las aisladas en bovinos. Con este hallazgo y el desarrollo de técnicas de diagnóstico inmunohistoquímico (Lindsay, 1989) y de ELISA (Bjorkman, 1994) se amplían las herramientas diagnósticas. A pesar de los estudios realizados quedaban por definir algunos aspectos relacionados con el ciclo de vida del protozoario especialmente referentes con el huésped definitivo de la entidad, y aunque este tema fue elaborado desde 1988 por varios autores como Dubey y col, solamente en 1998 el grupo de McAllister y col, logran definir al perro como huésped definitivo al haber demostrado la presencia de ooquistes en materia fecal de animales alimentados con tejidos infectados de taquizoitos.
PATOGENESIS
La Neosporosis es una enfermedad que se ha detectado en la mayoría de las especies domésticas: bovinos, ovinos, caprinos, equinos, ciervos y caninos (Anderson, 1996).
La ruta de transmisión mejor descrita e identificada hasta el momento es la vía transplacentaria la cuál parece ser la forma más importante para mantener la infección en los hatos debido a la eliminación del parásito a través de los fetos abortados o por el nacimiento de terneros congénitamente infectados (Paré y col, 1996).
Thurmond y Hietala, 1998, proponen también la posibilidad de infección postnatal basados en el hecho encontrar que de las terneras nacidas en hatos con seropositividad del 30 – 50% solamente el 1 – 2% de ellas presentaban una infección. Adicionalmente las terneras nacidas de vacas seronegativas alimentadas con calostro y leche de seropositivas no presentaron seroconversión. Se documentó que la evidencia de infección post natal es más frecuente desde el sexto mes de vida cuando el animal ya consume una dieta mixta. Por esta razón y debido a su similitud con el Toxoplasma gondii, se propone que puede haber transmisión por vía oral a través del consumo de forrajes contaminados con materia fecal de caninos u otros carnívoros que actuarían como huéspedes definitivos.
La transmisión entre carnívoros demostrada por Anderson, 1996, sucede a través del consumo de tejidos bovinos o de otros carnívoros infectados.
Con base en los trabajos realizados por Lindsay y col, en 1993, y la definición por McAllister y col, en 1998 del perro como huésped definitivo; el ciclo de vida de N caninum comprendería una fase sexual en el intestino del perro con la formación de ooquistes que al ser eliminados en las heces y posteriormente al ser ingeridos por los bovinos daría el inicio de la fase asexual con la formación de quistes tisulares y taquizoitos en los tejidos del huésped intermediario o del feto y que al ser ingeridos por los caninos cerrarían el ciclo epidemiológico con la formación de ooquistes.
Los únicos estados bien conocidos hasta el momento son los taquizoitos y los quistes tisulares que contienen bradizoitos los primeros se encuentran en muchos tejidos de terneros infestados congénitamente y se relacionan con las lesiones microscópicas. Los quistes tisulares, se han detectado igualmente, en cerebro y medula espinal de los fetos, pero en estos casos no se hallan asociados a lesiones microscópicas (Lindsay y col, 1996).
Los taquizoitos pueden crecer en cultivos celulares y son una fuente de antígeno para el diagnóstico serológico (Veturini Col, 1995). Los primeros cultivos se hicieron en monocitos bovinos y en células endoteliales de la arteria cardio pulmonar, actualmente se utilizan las células VERO y los fibroblastos humanos en forma rutinaria (Dubey y Lindsay, 1996).
SIGNOS CLINICOS
Los abortos pueden ocurrir en cualquier época de la gestación en manera esporádica o en forma de brotes. Un reporte de Neosporosis, en una finca en Tasmania, describe una tormenta de abortos que afectó a un 23.5% de las vacas gestantes sin diferencia en el número de partos (Obendorf y col, 1994).
Los abortos se presentan entre los 90 y 240 días (158 ± 10 días) de gestación, aunque la mayor presentación (78%) se concentra entre los 4 y los 6 meses (Lindsay y col, 1996).
En los casos reportados, no se han detectado signos clínicos previos al aborto, que se caracteriza por la expulsión de un feto usualmente en estado autolítico y que ocasionalmente presenta grados variables de momificación (Bidfel col., 1994), por lo general cursa sin retención placentaria (Anderson y col., 1994).
Obendorf y col (1994), reportan que el 43.8% de las vacas que abortaron por primera vez, lo volvieron hacer, sin definir si la infección se originó de los quistes existentes en ellas o si se debió a una reinfestación.
Las vacas infestadas con Neospora spp pueden parir terneros congénitamente infestados y que se consideran importantes diseminadores de la enfermedad. Dichos terneros pueden presentar sintomatología nerviosa o pueden ser portadores de tipo asintomático (Anderson y col., 1994).
Se ha reportado una mayor prevalencia en las ganaderías de leche que de carne, no porque haya una mayor resistencia de los últimos a la enfermedad, sino porque en las ganaderías de leche se manejan mayores densidades de población lo que favorece la diseminación de la enfermedad (Anderson y col., 1994).
DIAGNÓSTICO
Considerando Neosporosis como un entidad que puede producir aborto su diagnóstico se debe orientar hacia la diferenciación con entidades bacterianas, vírales y protozoarios que cursa con sintomatología similar.
Especial énfasis en el diagnóstico diferencial debe hacerse con el Toxoplasma gondii considerando las similitudes taxonómicas, morfológicas y epidemiológicas con Neospora. Así mismo, se debe considerar el Sarcocystis sp, el cuál produce lesiones histológicas similares.
Los cambios macroscópicos del aborto muestran un feto parcialmente macerado , autolisado o momificado.
Los hallazgos histopatológicos en fetos abortados, cuyos tejidos se pueden teñir con Hematoxilina – Eosina son caracterizados por un infiltrado celular mononuclear en el epicardio, miocardio, endocardio con necrosis multifocal asociada con una leve mineralización y definida como una miocarditis no supurativa (Boulton y col., 1995).
En el cerebro se encuentra necrosis focal y microgliosis dispersa (Ogino y col, 1992), que compromete los nódulos microgliales en la corteza particularmente en las zonas adyacentes a los vasos sanguíneos de la interfase de la materia gris y blanca. También se pueden encontrar taquizoitos intracelulares y extracelulares, así como quistes tisulares en cualquier área del cerebro y del corazón. Se considera que el grado de lesión depende de la edad del feto y de su inmunocompetencia (McNamee y Jeffrey, 1994).
Se han realizado pruebas inmunohistoquímicas con antisueros policlonales de Neospora, para identificar el parásito en los tejidos y así diferenciarlos de los otros protozoarios (Venturini y col., 1995). Es importante mencionar que el anticuerpo generado contra N. Caninum es eficaz para detectar por inmunohistoquímica los parásitos en fetos bovinos y que no existe reacción cruzada con el Toxoplasma o el Sarcocystes lo cuál hace que la prueba sea muy específica (Barr y col., 1995). Se han detectado técnicas con inmunofluorescencia indirecta para detectar anticuerpos en fetos mayores de 5 meses de desarrollo y en neonatos congénitamente infestados. Si embargo es importante anotar que una prueba negativa no elimina la posibilidad de que el animal haya estado en contacto con la enfermedad. En el caso del animal adulto la prueba es menos sensible debido a la disminución de los títulos entre los 2 y los 5 meses después del aborto, adicionalmente, la presencia de títulos con Neospora no confirman que la vaca haya abortado por esta causa, pues en general las tasa de infestación son más latas que las del aborto (Barr y col., 1995).
CONTROL Y PREVENCION
En la actualidad no existe una conducta de control, prevención ni tratamiento específico para la enfermedad. Esto es principalmente debido a la poca información que se tiene del parásito, de su comportamiento en los huéspedes intermediarios, ni del efecto que tendría la presencia de los animales congénitamente infectados dentro de los hatos.
Las propuestas de control y prevención sobre la infección congénita han sido variadas, por ejemplo Lindsay y col (1989 y 1997), postularon el efecto benéfico del uso de antococcidiales para inhibir el desarrollo de la Neospora, pero no pudieron definir realmente si su uso evitaba la infección o el aborto. También se ha propuesto la necesidad de implementar altas tasas de reemplazo o el empleo de transferencia de embriones con novillas no infectadas.
Las medidas orientadas al control y prevención de la infección postnatal se fundamentan en el conocimiento del ciclo de vida del parásito. Aquí juegan un papel importantisimo las poblaciones de caninos y probablemente de otros carnívoros como contaminantes de forrajes y de fuentes de agua a través de la materia fecal. Así mismo se debe limitar el acceso de los mismos al consumo de tejidos bovinos que puedan estar contaminados como son las placentas o las carcazas de animales muertos en la finca. Es muy importante la identificación de animales seropositivos y congénitamente infectados para establecer normas de manejo dentro del hato como por ejemplo la cría individual que disminuyan el riesgo de contacto e infección entre terneras.
En la actualidad se esta trabajando en la elaboración de vacunas como un método de prevención específico.
2006-09-29 04:19:36
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answer #1
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answered by chris 2
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