VI. PECES
LOS peces son animales de amplia distribución en el medio acuático del planeta y se les localiza en aguas continentales, ya sea en charcas y riachuelos, como en grandes ríos y lagos; en aguas salobres, en lagunas costeras y esteros; y en el océano, en aguas sobre las plataformas continentales, en el talud y en los abismos. A los peces que nadan en las aguas superficiales se les conoce como "pelágicos", también se les encuentra en media agua, al igual que se les localiza en los fondos, llamándoseles entonces "demersales"; se ha llegado a capturar peces a profundidades de hasta 7 200 metros.
Esta gran variedad de ambientes ha propiciado la amplia diversidad de formas que presenta su cuerpo; sin embargo, se puede decir en general que son pisciformes por presentar forma de "huso"; su esqueleto está formado por huesos, por lo que también se les llama "teleósteos"; su cuerpo está generalmente cubierto por escamas; en la cabeza llevan las mandíbulas formadas por huesos y en la boca presentan dientes tanto en las mandíbulas como en el paladar, la lengua o en la faringe, según la especie; a los lados existen dos cavidades en donde se localizan las branquias, cubiertas por dos tapas móviles llamadas opérculos.
Presentan aletas sostenidas por radios blandos como la dorsal, las pectorales, las pélvicas, la anal y la caudal, con características diferentes según el grupo de que se trate.
La vejiga natatoria les permite realizar movimientos verticales. Los sexos están separados y pueden desarrollarse por medio de huevos, denominándoseles "ovíparos", o hacerlo dentro de la hembra, es decir ser "vivíparos".
Algunos peces se localizan sólo en aguas dulces, éstos son los potámicos, y otros en el mar, los talásicos; pero existen otros más, como el esturión (Acipenser sturio) y el salmón del Atlántico (Salmo salar) que viven en el mar y durante su reproducción se acerca a las bocas de los ríos y remonta hasta llegar a lagunas de agua dulce y cristalina con abundante oxígeno, en donde deposita sus huevecillos, posteriormente sus crías regresan nuevamente al mar; a los peces que manifiestan este comportamiento se les llama anádromos.
Otros presentan migraciones en sentido contrario: van del agua dulce donde normalmente viven, hacia el mar a reproducirse, como es el caso de la "anguila" (Anguilla rostrata), que se desplaza desde las aguas frías de la montaña, hasta las cálidas aguas de la costa de donde se dirige al lugar de la puesta; después nacen sus crías, que se encuentran en estado larvario y son llamadas "larvas leptocephalas", con una estructura tan diferente a la del adulto, al grado de que los investigadores se confundieron y les pusieron otro nombre científico, el de Leptochepalus brevirostris; después regresan a las aguas dulces como "angulas". A los peces que tienen este comportamiento se les denomina catádromos.
Los peces que pueblan el océano pueden formar agrupaciones llamadas "cardúmenes", que se desplazan a diferentes zonas según las variaciones del medio, haciéndolo de manera semejante todos los años. Las migraciones de estos peces "pelágicos" son una respuesta genética característica en los machos y las hembras que les permite encontrarse para reproducirse; en otras épocas del año se dirigen hasta los lugares donde abunda su alimento.
Por ejemplo, los atunes llegan a las áreas de reproducción para realizar esta función y posteriormente migran en busca de su alimento que son pequeños peces, calamares y otros organismos pelágicos; a veces en las noches se comen a los organismos del fondo que llegan a subir a las aguas superficiales.
El cuerpo de estos peces pelágicos es fusiforme, tienen fuertes músculos, con la aleta caudal más desarrollada que las dorsales y ventrales, lo que les permite desarrollar grandes velocidades cuando nadan. Su coloración es característica, presentando colores oscuros en la región dorsal y tonalidades verdes o azules de brillo metálico en la ventral, con variantes según las especies, como las sardinas atunes, marlines, peces espada, etcétera.
Otros peces del océano viven entre las aguas superficiales y las del fondo, se les denomina Batipelágicos; se encuentran en un ambiente frío, con pocas corrientes y escasas variaciones en la temperatura. Estos peces tienen en su cuerpo órganos bioluminiscentes, ojos grandes y boca también grande, seguida de una faringe ensanchada, lo que le permite capturar el alimento que caiga de la superficie.
En los fondos oceánicos viven los peces demersales o batiales que se encuentran cerca o lejos de los litorales; presentan gran diversidad en sus formas y coloraciones y ocupan los huecos entre las rocas y piedras, los arrecifes de coral o la vegetación formada por un gran número de algas y la Thalassia. Estos peces pueden habitar en las aguas salobres de las lagunas y los esteros, en las zonas tropicales y subtropicales.
En las áreas arenosas, algunos peces se entierran y pasan inadvertidos, como es el caso de los lenguados, esto les permite sorprender a sus presas y obtener su alimento. Los arrecifes coralinos y las rocas representan un ambiente adecuado para un gran número de peces batiales como los "meros", las "morenas" y los "peces sapo" , entre otros que junto con la diversidad de invertebrados que ahí viven, les dan un colorido sin igual.
Estos peces demersales también pueden localizarse en las aguas neríticas sobre la plataforma continental, como algunos "lenguados" y "merluzas". Asimismo, otros pueden llegar a mayores profundidades, hasta los grandes fondos oceánicos, como los "brotolas", que son peces ciegos con órganos que producen luz, cuyo cuerpo es blando y de color pardo rojizo.
Para poder capturar a los peces que representan una gran riqueza, se tiene que conocer su biología, conocimiento que han conseguido los pescadores de manera empírica y que cada vez más, logran los científicos con sus estudios y observación continua y cuidadosa.
Por ejemplo, se sabe que las especies pelágicas migratorias se concentran en su época de reproducción en ciertas áreas y se dispersan para alimentarse. Este comportamiento tiene que ser conocido con el fin de poderlas capturar, además de protegerlas evitando su sobreexplotación. Aprovechando las "corridas" que desarrollan estas especies en sus migraciones, se les puede capturar con redes fijas, como las almadrabas.
Muchos de estos peces pelágicos, en las épocas de alimentación, son muy voraces y persiguen a sus presas con gran avidez. Al observar esta conducta se han diseñado técnicas de pesca , como el curricán con que se engaña a los peces arrastrando, en la superficie del agua, el señuelo que los atrae; en otros casos se utiliza carnada viva, como sardina.
Los peces migratorios que forman cardúmenes pueden ser capturados con redes de cerco de jareta y como muchas de estas especies se reúnen en las noches, se aprovecha la oscuridad para su captura, puesto que es más fácil localizarlas por el brillo que producen al chocar con la multitud de especies que forman el plancton, ya que éstos son bioluminiscentes.
Para localizar a los peces, también es importante advertir el movimiento que ellos efectúan dentro del cardumen, porque producen un "rizado" sobre la tranquila superficie del agua, o bien, observar el comportamiento de las aves y de otros animales marinos que se alimentan de estos cardúmenes, como los delfines. Los científicos han diseñado equipos de localización como las ecosondas, que aprovechando las propiedades del sonido en el agua, no sólo logran localizar a los peces, sino que miden la cantidad y reconocen a las especies.
Para la captura de peces demersales o de fondo se utilizan redes de arrastre que pueden ser operadas desde una sola embarcación y cuyo método consiste en llevar una red con un par de tablas que al oponerse a la resistencia del agua, la mantienen abierta o bien con un par de embarcaciones que navegan por separado para este efecto.
En esta pesca de arrastre es necesario conocer de antemano las características del fondo para evitar que se atore la red y perder equipo, lo que se logra utilizando previamente la ecosonda.
También se pueden capturar peces de fondo por medio de trampas o nazas, de las que existe una gran cantidad de diseños que, en general, se caracterizan, por presentar una cavidad donde el pez penetra por la carnada pero no puede salir. Asimismo, sobre los fondos rocosos puede pescarse con palangres o líneas de anzuelos, de uno o varios cordeles en cuyo extremo se localizan los anzuelos con el cebo.
Las embarcaciones para la captura de peces varían según la especie deseada y van desde las canoas de unos cuantos metros de eslora, hasta los grandes atuneros y los barcos-factoría que desplazan varios miles de toneladas y miden decenas de metros. Estas embarcaciones han llegado a una gran tecnificación y complejidad.
Hay muchas pesquerías siendo las principales: la de sardinas y anchoas, la de atunes, la de bacalaos y merluzas y la de guachinangos y lenguados.
Se tiene que resaltar que la riqueza que forman los peces es renovable: cada año, gracias a la reproducción, las poblaciones se recuperan; pero si bien existe una disponibilidad del recurso, éste es vulnerable, por lo que sólo se debe capturar la porción necesaria, es decir, aquella que aseguren la continuidad de la reproducción y se recuperen las poblaciones al incorporarse los nuevos individuos. No se pueden superar las posibilidades de reproducción de las especies con una captura ilimitada. Los científicos tienen que establecer las bases para un manejo racional de las pesquerías.
El sabor
El sabor es un sentido bastante desarrollado en los peces óseos (Teleósteos) y es percibido por medio de una cantidad de células sensoriales (o papilas gustativas) agrupadas en una especie de botoncillos situados en diversos lugares del cuerpo. Por lo general se encuentran más cantidad en las proximidades de la boca, labios y barbillas o mismo dentro de la cavidad bucal y sobre la lengua, pero no dejan de estar presentes en otras partes. En el caso de algunas familias (bagres, barbus) esas papilas gustativas se encuentran presentes en las barbillas próximas a la boca y tienen por finalidad cooperar en la búsqueda del alimento sobre el fondo (lugar habitual donde estos peces buscan su comida). Esos botoncillos o papilas poseen terminales nerviosos que son los encargados de transmitir la sensación del sabor al cerebro. Las células sensoriales están ligadas a células epidérmicas que le sirven de sostén, tal como se ilustra en la figura, donde Se son las células sensoriales y So las epiteliales de sostén.
Dientes
De acuerdo con su forma podemos considerar las siguientes clases de dientes mandibulares: cardiformes, viliformes, caninos, incisivos y molariformes. Los dientes cardiformes son numerosos, cortos, finos y puntiagudos. Los dientes viliformes son realmente cardiformes más o menos alargados, en donde la relación longitud-diámetro recuerda a la que tienen las vellosidades intestinales. Los dientes caninos son alargados y subcónicos, derechos o curvos y están adaptados para clavarse y sujetar. Los incisivos son los dientes que tienen los extremos cortados en bisel. Los dientes molariformes sirven para machacar y moler y, en consecuencia, son algo aplanados, a menudo con amplias superficies rellenas.
Hay gran correlación entre el tipo de dentición, los hábitos alimenticios y el alimento consumido. Los peces predadores tienen dientes puntiagudos con los que raspan, punzan y detienen a la presa. Los peces planctófagos y los raspadores del perifiton tienen mandíbulas sin dientes. Los dientes molariformes están asociados a la omnivoría (Lagler et al, 1984).
"En el caso de la barracuda se pudieron observar dientes caninos y dientes ciliformes en la lengua."
2006-09-28 14:54:15
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answer #1
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answered by Anonymous
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