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2006-09-22 13:20:18 · 2 respuestas · pregunta de Anonymous en Viajes Viajes (General) Otros - Viajes

2 respuestas

Aca te mando informacion, pero te digo una cosas es leerlo y otra vivirlas!!!!!!!!!!!!!!!

Espero que puedas conocerlas, valen la pena!!!!!!!!!!!!!!!!!


TIAHUANACO
Tiahuanaco es el nombre de una aldea del Altiplano boliviano habitada en la actualidad por indios aymaras y mestizos. Se encuentra aproximadamante a la misma altitud que el lago Titicaca, de cuya orilla meridional la separan muy pocos kilómetros. Frente a la iglesia de estilo colonial allí erigida, a ambos lados de la portada, vemos la estatua de piedra de un dios primitivo. Las dos estatuas se parecen como dos mellizos. Su estilo es muy realista, los pómulos muy salientes y las costillas claramente visibles. Sorprenden sin embargo por su hieratismo, aunque estas dos figuras se distinguen del resto de las esculturas de Tiahuanaco por estar mucho menos arraigadas en el bloque de piedra.
No se ha podido explicar con claridad el significado de la palabra Tiahuanaco. En Bolivia se ha impuesto en parte la ortografía más; simple de "Tiwanaku". El nombre no se ha conocido únicamente por la pequeña localidad de escasa importancia sino que lo han hecho famoso las ruinas situadas a medio kilómetro de la aldea, enmarcadas por una serie de colinas en el horizonte y extendidas por la altiplanicie en una zona de varias millas cuadradas. Seguramente podríamos tener una idea más aproximada de su extensión real si se tomaran fotografías aéreas.

Es muy poco lo que se puede ver en la actualidad sobre esta superficie; el primer contacto con unas ruinas de las que tanto se han hablado y cuyo renombre como santuario nacional de los bolivianos es tan considerable, resulta verdaderamente decepcionante. Lo que realmente impresiona es la magnificencia del paisaje montañoso, el aire tenue y fresco, recalentado por el sol tropical de los días buenos, y algunas estatuas de piedra de aspecto más o menos arcaico; pero por encima de todo la famosa Puerta del Sol, tallada en un solo bloque de andesita, el símbolo de Tiahuanaco tantas veces descrita. No ha faltado quien ha visto en ella la obra de una raza de gigantes antediluvianos.

Esta puerta monolítica fue colocada en el lugar que hoy ocupa en época muy reciente, el año 1903, y seguramente cambió de lugar otras veces. Es probable que se tratara de la entrada de un gran templo, desaparecido hace ya muchos años. En la parte superior, muy extensa, sobre la angosta y baja apertura de la puerta, está esculpido un relieve llano, cuyo dibujo recuerda los tapices de esta misma época. En el centro vemos una divinidad erguida sobre un trono escalonado y con cetros en ambas manos. Los bordes de sus ropajes están adornados con cabezas humanas reducidas; en esta figura central se ha querido ver al dios del Sol, porque su rostro, de mirada fija despide rayos en todas direcciones, terminados en una cabeza de animal. En tres frisos, colocados uno sobre otro, se representan seres mitológicos alados, con una rodilla doblada y coronas dentadas en sus cabezas, avanzando hacia la divinidad central. En sus manos sostiene algo que semeja también un cetro. La figura de los frisos superior e inferior tienen cabezas humanas con grandes ojos redondos, mientras que las del friso central elevan hacia el sol sus cabezas de cóndor o de águila. En los tres frisos los personajes tienen extremidades humanas.

Una de las figuras laterales del friso del relieve de la Puerta del Sol. Dios -cóndor con corona y cetro. Esta y las otras figuras se dirigen corriendo hacia la figura central, que seguramente representa al dios del sol, como para rendirle homenaje. Estilo Tiahuanaco clásico. Según Max Uhle.

En la soledad del inmenso Altiplano encontramos otros portales monolíticos más pequeños y aislados; carecen de ornamentación. La Puerta del Sol es con mucho el más importante y el de más interés para la historia del arte. Algunos elementos de su iconografía se propagaron por todo el Perú y parte de Bolivia; los relieves que decoran su entrada propiamente dicha simbolizan sin duda fenómenos cósmicos, expresados plásticamente. Se han dado innumerables interpretaciones de la Puerta del Sol; muchas de ellas parten de la hipótesis de que se trata de un calendario.

Posteriormente aparecen figuras aisladas de la Puerta del Sol en la decoración cerámica y los tejidos del período expansivo de Tiahuanaco, en Perú y Bolivia; adoptan distintas forman y variables locales. A veces se reproducen fragmentos difícilmente reconocibles. Las ruinas de Tiahuanaco, emplazadas en el Altiplano de Bolivia, cerca del gran lago Titicaca y de la actual frontera con el Perú han dejado de ser consideradas por algunos autores modernos como un punto de partida del estilo pan-peruano; es indudable sin embargo que en este lugar se pueda distinguir claramente un estilo importante, que influyó de manera decisiva en los estilos posteriores de la costa y del interior

Bennett fue el primero en señalar tres fases estilísticas para la cerámica Tiahuanaco. Pero únicamente los hallazgos estratigráficos que resulten de excavaciones más extensas, como las iniciadas en la actualidad por el gobierno boliviano, permitiran establecer una serie de fases estilísticas bien definidas.El americano Bennett sólo obtuvo licencia para abrir diez fosos de prueba, y el sueco Rydén tuvo que limitarse a una cantidad reducida de intentos y pruebas dentro del complejo de ruinas. Con anterioridad a ambos investigadores, nadie habia escavado sistemáticamente aquellas altitudes. No han faltado en cambio los buscadores de tesoros desde los primeros tiempos de la Conquista. Hoy siguen apareciendo de vez en cuando joyas de oro en Tiahuanaco.
Bennett incluye en un estilo "primitivo" los incensarios monocromos decorados con estrías y los platos para quemar incienso, con decoración en ángulos y en zig-zag a dos colores. Los bordes son ondulados suele esculpirse una cabeza de fiera de rasgos angulosos. Ni la forma ni la decoración producen en general la impresión de que se trata de objetos primitivos.Existen fundadas razones para considerarlos como tardías fustradas de una fase anterior desconocida.

Otros escenarios semejantes a los que acabamos de describir, pero de superficie mas lisa, se incluye en el llamado período clásico de Tiahuanaco. Su colorido es más variado y más brillante: amarillo, pardo o gris claro sobre fondo amarillento o pardo-rojizo claro. Las figuras pintadas, principalmente los dos animales sagrados, el puma y el cóndor, o solamente sus cabezas, y a veces tambien cabeza humanas, poseen contornos blancos o de color oscuro. La cerámica Tiahuanaco tiene en común con Nazca la acentuación de los contornos, con la diferencia de que el estilo del Altiplano las figuras son más simples y rígidas.

Las abstracciones simbólicas, que aumentan en la época tardía, empiezan a aparecer esporádicamente en la época clásica como "glifos" sagrados. La gama de colores no es tan rica como en la cerámica Nazca aunque la recuerda vagamente. La escultura en barro es parecida a la escultura en piedra; encontramos a menudo incensarios en figura de animal, aunque no se representan animales reales sino fantásticos, con elementos de la llama y de animales dañinos. Los pumas llevan generalmente una esquila colgada al cuello y una guirnalda que les sirve de corona. Los signos simbólicos se pintaron sobre el cuerpo del animal. La ornamentación en ángulos y otras decoraciones geométricas se encuentran también independientes en algunas vasijas. Es menos frecuente la cerámica pulimentada de color negro.

Un tipo de cerámica muy característico, que aparece en la época postclásica en todo el litoral peruano, lo constituyen los cuencos ensanchados hacia los bordes y las copas para beber, parecidas a ellos. El trazado de las líneas, muy simple y rígido en las operaciones, está sujeto a un simbolismo dogmático, que tiende a eliminar todo rasgo individualizado.

Vaso de barro policromado, forma característica de Tiahuanaco ("Kero"). Son característicos los ojos partidos en dos mitades y los llamados rastros de lágrimas. representa -en forma muy simplificada y grosera- la figura central de la Puerta del Sol. Estilo Tiahuanaco expansivo. Hallado en Pachacamac, cerca de Lima. Museo etnográfico de Berlín.

Con excepción de las dos estatuas de dioses arrodillados que flaquean la portada de la actual iglesia de Tiahuanaco, el resto de la escultura en piedra es siempre de apariencia arcaica y resalta apenas del bosque en que está esculpida. Y sin embargo puede decirse que ningún otro pueblo andino dominaba el arte de tallar la piedra como los escultores del Altiplano. Prueba de ello son ciertos trabajos, muchas veces en miniatura, que parecen maquetas arquitectónicas; se trata de nichos y pequeñas escaleras, cruceros escalonados e incluso pequeñas columnas redondas. Junto a estas miniaturas existen monolitos que pesan toneladas, tallados igualmente con gran delicadeza. La cantidad de pequeñas maquetas arquitectónicas que se han perdido es incalculable. Las que no se usaron en la construcción de la iglesia o de las casas aldeanas, tuvieron un final oscuro y sin gloria en el tendido del ferrocarril que va desde el lago Titicaca a la ciudad de la Paz.

Escultura de arenisca de un edificio de las ruinas de Tiahuanaco. Estilo Tiahuanaco clásico. Museo etnográfico de Berlín.

El relieve llano es típico de casi todas las estatuas conservadas. A veces se limita a una simple incisión de muy poca profundidad, y envuelve como un manto a algunas de las grandes figuras. Se ha mencionado muchas veces la influencia de los dibujos de los tejidos, incluso en los relieves de la Puerta del Sol y, en efecto, dicha influencia parece indudable.

Desgraciadamente no se ha conservado ninguna muestra de tejidos antiguos, perdidos a causa de las lluvias, frecuentes en el Altiplano.
Los magnificos tapices y los mantos pintados, que se encontraron en las tumbas del litoral, deben pertenecer casi todos ellos a una fase tardía de la cultura Tiahuanaco. Conozco como única muestra de tejido equiparable al estilo clásico de la cerámica de Tiahuanaco. Por desgracia se desconoce su procedencia. Las figuras de la Puerta del Sol pueden reconocerse en otros tejidos pero casi siempre se reducen a partes aisladas, estilizadas; esto puede deberse a las exigencias de la técnica textil, aunque casi siempre se busca intencionadamente la abstracción.

Fragmento de un tapiz del período expansivo de Tiahuanaco. El observador que posea algo de fantasía reconocerá los mismos rasgos fundamentales del Dios -cóndor de la Puerta del Sol. Casi todos sus detalles, abstractos y estilizados, se repiten en este tejido. El Dr. G. Kutscher hizo notar este fenómeno. Estilo Tiahuanaco del litoral. Colección particular, Suiza. Según fotografía de Ferdinand Anton.

En el año 1533 aparecieron los primeros soldados españoles en el Altiplano boliviano. Preguntaron a los indios quiénes fueron los constructores de los edificios, ya en ruinas, y los indígenas respondieron que ellos "no podían decir ni explicar quién los habia construido".
Hacía apenas un siglo que los incas habían conquistado el Altiplano de Bolivia. Las leyendas incaicas cuentan que los hombres y los astros fueron creados en estas alturas. Pero en la época de los incas los templos ya estaban arruinados y casi cubiertos por la tierra.

Todo lo que acabamos de decir no viene a dar la razón en modo alguno a ciertos autores que pretendieron descifrar los misterios de Tiahuanaco recurriendo a la fantasía y atribuyeron a la ciudad, emplazada a 3800 metros sobre el nivel del mar, la antiguedad de quince milenios o más; la relacionaron con la leyenda de la Atlántida o afirmaron que fue construida por gigantes. Heyerdahl, el audaz navegante que cruzó el Pacífico en una balsa, ha llegado a poblar las islas de Polinesia con fugitivos de Tiahuanaco. Pero los colosos de piedra de la isla de Pascua no tienen nada en común con las estatuas del Altiplano.

¿Acaso fue Tiahuanaco la capital de un imperio megalítico? Algunos lo han afirmado pero parece improbable. Las escavaciones iniciales hace dos años confirman cada vez más que nos hallamos ante una especie de ciudad con pirámides al estilo de Teotihuacán, en México. En una de las columnas más pequeñas, cubiertas por la hierba seca del Altiplano, aparecieron unos escalones de piedra. Esto permite suponer que también otras columnas, en las que hoy pacen llamas y ovejas, cubren en realidad construcciones piramidales. Incluso la gran colina conocida con el nombre de AKapana, era, con toda seguridad una pirámide contruida con manos humanas y coronada por un templo por un templo o un altar. Algunos bloques de piedra que quedan de una de las paredes de contención dan testimonio de ello.

A escasa distancia de Akapana, en dirección nordeste, se extiende la llamada Kalasasaya, cuadrado de 130 metros de longitud, orientado de este a oeste. Hoy pueden verse solamente pilares de piedras aislados, toscamente esculpidos, que circundan el recinto a distancias irregulares. Estos pilares estaban unidos unos con otros por material de construcción, al que servían de sustento. Los restos de la muralla están ahora derrumbados y mezclados con la tierra caóticamente. Es muy probable que fuera alguna tribu o pueblo enemigo quien perpetrara esta obra de destrucción; lo mismo se dice, por lo menos, de la ciudad de Teotihuacán en el centro de México. Si efectivamente sucedió algo semejante en Tiahuanaco, no poseemos el menor punto de referencia sobre la fecha en que pudo ocurrir. Conozco tan sólo una fecha, obtenida con el método C14, de la época clásica de Tiahuanaco; correspondería aproximadamente al año 500 después de J.C. Una sóla fecha poco puede aclarar, no constituye un punto de referencia. El hecho es que en muchos sectores de Tiahuanaco parece como si todo se hubiera revuelto y destrozado sistemáticamente. Los incas se sentían intimidados ante los dioses extranjeros y no se hubieran atrevido a hacerlo, y los buscadores de tesoros de los primeros tiempos de la conquista jamas hubieran podido completar la destrucción de manera tan sistemática y total, no era así como actuaban. En la parte oriental de Kalasasaya una magnífica escalera de piedra asciende hasta un cuadrado de menores dimensiones, del que se afirma que en la época de los españoles estaba aún rodeado de murallas con esculturas de cabezas humanas aplicadas en ellas. En este lugar consiguió Bennett sacar a la luz hace algunos años una estatua de piedra, la mayor entre todas las que se conocían hasta entonces. Fue llevada a la Paz. Otra figura más pequeña, de aspecto más primitivo, descubierta también por Bennett, permaneció en el lugar donde fue hallada. Sirvió de modelo a Heyerdhal para su "Kontiki": pero cayó en el error de creer que el anillo nasal era la barba del "dios blanco"

Se ha llamado "Palacio de sarcófagos" a los restos de un edificio que se alzaba al oeste de Kalasasaya. Su existencia viene atestiguada únicamente por los cimientos, que se hallan bajo tierra. El edificio tenía cuarenta y ocho metros de longitud y cuarenta de anchura. En los últimos años los bolivianos excavaron el lugar con tanta habilidad que consiguieron poner al descubierto los cimientos. Alrededor de un espacioso patio interior se alinea una serie de recintos más o menos grandes, y no se requiere mucha fantasía para ver en el "palacio" a juzgar por su grandeza, la residencia del sacerdote más importante y de sus ayudantes o acólitos, que celebraban las ceremonias del culto. No sabemos a qué dioses se adoraba; es muy posible que cada uno de los templos estuviera dedicado a un dios determinado. En el palacio se encontraron además suelos con una blanca capa de estuco a diferentes alturas, circunstancia que permite obtener datos cronológicos de relativa seguridad. Es posible que a lo largo de los trabajos de escavación surjan nuevas moradas de sacerdotes que, como en el caso descrito, conserven los cimientos sepultados bajo tierra.

Sobre Tiahuanaco existen dos puntos de vista diametralmente opuestos: por una parte el de los patriotas románticos, llenos de imaginación, que consideran a Tiahuanaco poco menos la "Cuna de la Humanidad" y afirman que en las orillas del lago Titicaca se encontraba el Paraiso terrenal. Algunos de ellos han atribuido a las ruinas de los lugares de culto la fabulosa antiguedad de diez mil años. Frente a todos ellos está los representantes de la ciencia moderna, que han venido a reforzar la teoría de Bennett, según la cual Tiahuanaco era un lugar de peregrinación a cuatro mil metros de altitud, en inmediata vecindad con el enorme lago rodeado de leyendas. Los mencionados investigadores afirman que el Tiahuanaco clásico se remota hacia mediados del primer milenio de nuestra era. De acuerdo con esta segunda versión, el árido paisaje de las cumbres jamás pudo alimentar a una población numerosa y estable; afirmación que ya me parece más discutible.

Cuando visite por primera vez las numerosas haciendas de los indios, esparcidas por el Altiplano, con sus extensos cultivos de patatas y campos de cebada dejé de compartir esta opinión, sustentada por algunos científicos. El altiplano tiene aún hoy una población relativamente densa. Los campesinos aman estos lugares, están acostumbrados al duro clima de las grandes alturas. Donde hoy crece la cebada crecía antes el arbusto de quínua. La cebada fue importada por los conquistadores; las patatas en cambio, existían como en la atualidad. El Altiplano es además la patria de otros tubérculos; la quínua se cultivaba desde tiempos muy remotos; es el antiguo y nutritivo fruto silvestre de los indios de las montañas. En algunos lugares bien resguardados del lago Titicaca se cultiva incluso el maíz y antiguamente se cultivaba en esos mismos lugares. Donde en la actualidad vemos pacer las llamas, corderos e incluso vacas, encontraban su alimento en otros tiempos los rebaños de alpacas y llamas salvajes. Es evidente que estas cumbres estaban habitadas en la época que describimos.

Cuando los incas conquistaron el país, la parte septentrional del Altiplano boliviano y las provincias peruanas del mismo estaban dominadas por príncipes aymaras. Los aymaras siguen habitando estas regiones ¿Por qué dudar de que los aymaras fueron los constructores de Tiahuanaco? Max Uhle y otros autores comprobaron hace algunos decenios que muchos topónimos derivados de vocablos aymaras se extienden a las partes más lejanas del territorio peruano. De este descubrimiento podría deducirse, sin temor a equivocarse, la gran expansión de la cultura de Tiahuanaco, que llega hasta el siglo IX de nuestra era.
Los actuales aymaras se han considerado erroneamente como gentes embrutecidas y poco dotadas por la mayor parte de los viajeros que han visitado el Altiplano, sin que en la mayoría de los casos llegaran a trabar conocimiento con ellos. Se ha afirmado que en ningún caso puede atribuirse a sus antepasados la creación de obras como la Puerta del Sol, ni tampoco el cultivado gusto artístico que revela la cerámica de Tiahuanaco. En los dos viajes que he efectuado a la región aymara he podido comprobar que los nativos son gente muy bien dotada, hábil y perfectamente accesible para los visitantes. Son ciertamente, un pueblo de campesinos y pastores y poseen además el hermetismo típico de todos los pueblos que viven en la alta montaña.
Tampoco puede olvidarse que los siglos posteriores a la conquista vivieron oprimidos y menospreciados por todos. Es evidente, por otra parte, que ya en la época en que los gobernaban sus propios jefes y después, bajo el Imperio de los Incas, existía un abismo entre las capas sociales más altas y el bajo pueblo. la nobleza aymara sucumbió o fue totalmente desplazada con la dominación extranjera.


VARIANTES DEL ESTILO EXPANSIVO DE TIAHUANACO
No puede hablarse de un estilo unitario sino de diferentes estilos emparentados entre sí que, de algún modo, poseen todos ellos elementos característicos de Tiahuanaco. Las famosas ruinas del Altiplano, cuyo misterioso orígen tantos quebraderos de cabeza viene provocando, no fueron seguramente el único centro de la cultura de Tiahuanaco, ni el único foco desde el cual se propagó dicha cultura en todas direcciones.
Muchos investigadores consideran como punto de partida de una expansión cultural otras ruinas menos conocidas situadas al Norte del Lago Titicaca, a considerable distancia del mismo. Allí, en los alrededores de la localidad de Huari, cerca de Ayacucho, se encuentran fosas de piedra profundas y rodeadas de losas talladas con gran habilidad, típicas del estilo Tiahuanaco, junto a murallas de grandes rocas.
Botella de barro policromado con dos pequeñas asas. Nariz, orejas y boca del rostro pintado en el cuello de la botella, forman relieve. Son característicos de Tiahuanaco los ojos partidos en dos mitades de las cabezas zoomorfas que se ven en el vientre de la botella, la ornamentación en forma de "S" bajo las orejas, y los colmillos en forma de "N" de una de estas dos cabezas. Los grandes ojos almendrados del rostro humano nos remiten al Sur, a la región Nazca. Estilo Tiahuanaco expansivo. se cree hallado en Pachacamac. Museo etnográfico de Berlín.

Existe un parentesco muy lejano entre las estatuas de piedra de Huari y la escultura clásica de Tiahuanaco. Por el contrario la cerámica policromada de Huari muestra un claro paralelismo con el estilo de los valles de Nazca, derivado de Tiahuanaco. Es posible que algunas provincias de la costa peruana fueran en efecto influenciadas por nuevas ideas religiosas procedentes de Huari, reflejadas en el estilo de la cerámica; mientras que del propio Tiahuanaco partieron corrientes de una cultura superior hacia regiones meridionales, como el Departamento de Arequipa en el Sur del Perú, hacia el Norte de Chile y algunas provincias de Bolivia. Tampoco hay que excluir la posibilidad de que las corrientes culturales del Altiplano boliviano influyeran directamente sobre la Sierra, hacia el centro y el Norte del Perú. Parece ser que en Bolivia, donde se encuentran los mayores yacimientos de Estaño, se descubrió la aleación estaño-cobre; así lo admiten la mayoría de los autores. Desde allí se extendería la fundición del bronce en todas direcciones. No obstante, las áncoras, que se aplicaban a la arquitectura de Tiahuanaco, se componen casi siempre de cobre puro.

El problema de Tiahuanaco es uno de los más complejos de toda la arqueología andina, y no se ha dado aún una solución bien fundamentada a muchas de las cuestiones que plantea.

Es muy codiciada por los museos y coleccionistas una cerámica que, hasta ahora, se ha encontrado en un solo lugar y en cantidad muy escasa. Hasta el momento se han descubierto poquísimos recipientes completos de este estilo especial emparentado con el de Tiahuanaco. El lugar de donde procede se llama Pucará y se encuentra en territorio peruano, al Noroeste del lago Titicaca, aproximadamente a la misma altura que Tiahuanaco. No puede comprenderse por qué motivos se ha dicho que el estilo de la cerámicade Pucará es un precedente del estilo clásico de Tiahuanaco. No disponemos por desgracia de fechas estratigráficas, pero el parentesco con Tiahuanaco no aparece, en mi opinión, por ningún lado.

Fragmento de barro pintado (rojo, negro y anaranjado) con contornos incisos y cabeza de fiera en relieve. Pudimos reconocer medallones semejantes al que aparece bajo la cabeza del animal, en la cerámica de las capas profundas de una escavación (1958) en el Sur de Bolivia, estilo Pucará (montañ,a del Sur de Perú), aproximadamente de la misma época que el estilo clásico de Tiahuanaco en Bolivia. Según reproducción en el "Handbook of South American Indians".

La cerámica de Pucará se distingue por gruesas capas de color negro y amarillo sobre fondo rojo oscuro. Las zonas coloreadas tienen los contornos incisos como en el primer estilo de Paracas. Son características de esta decoración las cabezas de animales en posición frontal, que resaltan de manera muy plástica en los fragmentos encontrados. Las zonas próximas a los bordes están decoradas a menudo con ornamentaciones en ángulos o perfiles de rostros humanos. la palabra "Pucará" significa fortaleza, aunque en el lugar en que se encontró la cerámica no hay indicios de fortificaciones. A la sombra de una pared rocosa, muy abrupta, debió existir un templo; asi lo atestiguan de manera inconfundible los cimientos de los muros. En el centro del complejo de edificaciones había un patio interior.

También se encontraron en Pucará estatuas de piedra de un estilo propio; aunque no puede negarse su parentesco con las dos figuras arrodilladas de Tiahuanaco. Nos afirmamos cada vez más en la idea de que no se ha prestado la atención suficiente a la posible existencia de distintos talleres, cuando se estudia el arte del Perú precolombino.

El estilo de Pucará no es de ningún modo más primitivo que el de Tiahuanaco; su cerámica no posee evidentemente una forma primitiva. Los restos y fragmentos descubiertos por Bennett en una colina habitada, situada en la orilla meridional del lago, lo demuestra palpablemente.

"Chiripas" es el nombre de la antigua residencia de los señores españoles; en ella apareció un nuevo estilo que se caracteriza por el empleo de dos únicos colores, el rojo y un amarillo difuso. En contraste con las vasijas de Pucará aparece junto a la decoración con contornos incisos, la simple pintura de los mismos. Los descubrimientos estratigráficos sólo demostraron que el estilo de Chiripa es anterior al Tiahuanaco expansivo.

Sin duda se descubrirán otras derivaciones del estilo de Tiahuanaco cuando se efectúen excavaciones más intensas en la cuenca del lago y en otros lugares de la montaña peruana.

El reinado de los dioses de Tiahuanaco debió extenderse durante varios siglos a amplios sectores del país de los incas; al Sur, desde Bolivia hasta el Norte de Chile y Noroeste de Argentina; y al Norte hasta las provincias más septentrionales del Perú. Posiblemente siguieron manteniendo su poder en el Altiplano durante la época incaica.

A fines del siglo IX, a juzgar por la iconografía de los vasos cerámicos y por los dibujos de los tejidos, existían pueblos y grupos énicos muy distantes, que tenían la misma religión. En cuanto a los sistemas políticos es muy difícil conocerlos y estudiarlos, por la gran mezcla de pueblos y razas. A pesar de la comunidad de religión, parece haber reinado un gran desorden en el aspecto político, que se traduce en la ausencia de grandes construcciones y en la pérdida de las instalaciones de regadío en la región litoral.

Jarro de gran tamaño con decoración negra sobre fondo blanco turbio. hallado en los alrededores de Chancay (Centro del Perú). Museo etnográfico de Berlín.

Los tejidos de riquísimo colorido se cuentan entre las más bellas manifestaciones artísticas que nos han legado los artesanos indios; en los tapices con decoración abstracta, se ocultan en realidad los elementos típicos de Tiahuanaco. por lo que respecta a las artes menores hay que destacar los amuletos y objetos de culto; incrustaciones de conchas de diversos colores, oro y turquesa sobre maderas preciosas, cuerno o hueso; artísticos recipientes para polvo de cal, que se usaban en las ceremonias donde se masticaba la coca; coronas de cuatro puntas con signos sagrados, para el culto de algún rito misterioso, y otros objetos de considerable belleza.



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2006-09-22 18:17:57 · answer #1 · answered by sola_en_el_olvido@yahoo.com.ar 4 · 1 0

las ruinas de Tiahuanaco fue una cultura que se desarrolló antes de la cultura Inca y que se extendió en la parte sureste de Perú y Bolivia, pertenecía a lo que era llamado el Tahuantinsuyo.
su máxima obra de los tiwanacu es la "portada del Sol"

2006-09-22 20:39:26 · answer #2 · answered by angelo 4 · 0 0

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