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por que eran 3?y que representaban?

2006-09-21 12:01:40 · 22 respuestas · pregunta de Anonymous en Sociedad y cultura Mitología y Folclore

22 respuestas

Los «sabios de Oriente» que vinieron a adorar a Jesús en Belén (Mateo 2).
Los racionalistas consideran el Evangelio como ficción; los católicos insisten en que es una narración de hechos, basando su interpretación en la evidencia de los manuscritos y versiones, y en citas patrísticas. Toda esta evidencia resulta irrelevante para los racionalistas; clasifican la historia de los Magos dentro de las llamadas «leyendas de la infancia de Jesús», añadidos apócrifos tardíos a los Evangelios. Admitiendo únicamente la evidencia interna, dicen que esta evidencia no resiste el examen del criticismo.
i Juan y Marcos callan. Esto se debe a que comienzan sus Evangelios con la vida pública de Jesús. Que Juan conoció la historia de los Magos puede deducirse del hecho que Ireneo (Adv. Haer., III, ix, 2) lo testimonia; por Ireneo nos ha llegado la tradición juánica.
i Lucas calla. Naturalmente, porque el hecho es narrado de modo adecuado en el otro sinóptico. Lucas narra la Anunciación, detalles sobre el Nacimiento, la Circuncisión y la Presentación de Cristo en el Templo, hechos de la infancia de Jesús que el silencio de los otros tres Evangelistas no hace legendarios.

i Lucas contradice a Mateo y hace volver al Niño Jesús a Nazaret inmediatamente después de la Presentación (Lucas 2, 39). Este regreso a Nazaret debió de ser o antes que los Magos viniesen a Belén o después del exilio en Egipto. La no contradicción está comprometida.

. Evidencia no-bíblica

Podemos conjeturar la evidencia no-bíblica a partir de un significado probable de la palabra magoi. Herodoto (I, ci) es nuestra autoridad para suponer que los Magos eran de la casta sagrada de los Medos. Proveían de sacerdotes para Persia y, dejando de lado vicisitudes dinásticas, siempre mantuvieron sobre sus dominios influencia religiosa. Al jefe de esta casta, Nergal Sharezan, Jeremías da el título de Rab-Mag, «Mago-Jefe» (Jeremías 39, 3; 39, 13, en el hebreo original -las traducciones de los Setenta y de la Vulgata son aquí erróneas). Después de la caída del poder de Asiria y de Babilonia, la religión de los Magos perdió influencia en Persia. Ciro sometió totalmente a la casta sagrada; su hijo Cambises la reprimió severamente. Los Magos se sublevaron y pusieron a Gaumata, su jefe, como Rey de Persia con el nombre de Smerdis. Sin embargo, fue asesinado (521 a. C.), y Darío fue nombrado rey. Esta caída de los Magos fue celebrada en Persia con una fiesta nacional llamada magophonia (Her., III, lxiii, lxxiii, lxxix). No obstante, la influencia religiosa de esta casta sacerdotal continuó en Persia a través del gobierno de la dinastía Aquemenida (Ctesias, «Persia», X-XV); y no es inverosímil pensar que en tiempos del nacimiento de Cristo fuese bastante floreciente bajo el dominio parto. Estrabon (XI, ix, 3) dice que los sacerdotes magos formaron uno de los dos consejos del Imperio parto.

B. Evidencia bíblica

La palabra magoi frecuentemente tiene el significado de «mago» [magician], tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento (ver Hch 8, 9; 13, 6, 8; también los Setenta en Daniel 1, 20; 2, 2, 10, 27; 4, 4; 5, 7; 11, 15). San Justino (Tryph., lxxxviii), Orígenes (Cels., I, lx), San Agustín (Serm. **, «De epiphania») y San Jerónimo (In Isa. xix, 1) encontraron el mismo significado en el segundo capítulo de Mateo, aunque esta no es la interpretación común.

C. Evidencia Patrística

Ningún Padre de la Iglesia sostuvo que los Magos tenían que ser reyes. Tertuliano (Adv. Marcion., III, xiii) dice que fueron de estirpe real (fere reges), y por eso coincide con lo que hemos concluido en la evidencia no-bíblica. Por otra parte, la Iglesia en su liturgia aplica a los Magos las palabras: «Los reyes de Tarsis y de las islas ofrecerán presentes; los reyes de Arabia y de Saba le traerán sus regalos: y todos los reyes de la tierra le adorarán» (Salmo 71, 10). Pero este uso del texto refiriéndose a ellos no prueba más que eran reyes que viajaban desde Tarsis, Arabia y Saba. Como frecuentemente sucede, una acomodación litúrgica de un texto ha venido a ser considerada con el tiempo una interpretación auténtica fuera de él. No eran magos [magicians): el significado correcto de magoi, aunque no se halla en la Biblia, es requerido por le contexto en el segundo capítulo de San Mateo. Estos Magos pueden no haber sido otros que miembros de la casta sacerdotal anteriormente referida. La religión de los Magos era fundamentalmente la de Zoroastro y prohibía la hechicería; su astrología y habilidad para interpretar sueños fue ocasión de su encuentro con Cristo» (Ver ASPECTOS TEOLÓGICOS DEL AVESTA).

La narración evangélica no menciona el número de Magos, y no hay una tradición cierta sobre esta materia. Varios Padres hablan de tres Magos; en realidad se hallan influenciados por el número de regalos. En el Oriente, la tradición habla de doce obsequios. En el cristianismo primitivo el arte no es un testimonio consistente:

i una pintura en el cementerio de San Pedro y San Marcelino muestra a dos;

i otra en el Museo Laterano, tres;

i otra en el cementerio de Domitila, cuatro;

i un jarrón en el Museo Kircher, ocho (Marucchi, «Eléments d'archéologie chrétienne», Paris, 1899, I 197).

Los nombres de los Magos son tan inciertos como su número. Entre los Latinos, desde el siglo VII, encontramos ligeras variantes en los nombres, Gaspar, Melchor y Baltasar; el Martirologio menciona a San Gaspar el primero de Enero, San Melchor el día seis y San Baltasar el once (Acta SS., I, 8, 323, 664). Los sirios tienen a Larvandad, Hormisdas, Gushnasaph, etc.; los armenios Kagba, Badadilma, etc. (Cf. Acta Sanctorum, May, I, 1780). Dejando de lado la noción puramente legendaria según la cual representan a las tres familias que descienden de Noé, aparecen como provenientes de «oriente» (Mat., ii, 1, 2, 9). Al oriente de Palestina sólo la antigua Media, Persia, Asiria y Babilonia tienen un sacerdocio de Magos en el tiempo del nacimiento de Cristo. Los Magos vinieron desde alguna parte del Imperio Parto. Probablemente cruzaron el desierto de Siria, entre el Eufrates y Siria, llegando a Haleb (Aleppo) o Tudmor (Palmyra), recorriendo el trayecto hasta Damasco y hacia el sur, en lo que ahora es la gran ruta a la Meca (darb elhaj, «el camino de los peregrinos»), continuando por el Mar de Galilea y el Jordán por el oeste hasta cruzar el vado cerca de Jericó. No hay tradición precisa de la denominada tierra «del oriente». Según San Máximo (Homil. xviii in Epiphan.) es Babilonia; también Teodoto de Ancyra (Homil. de Nativitate, I, x); según San Clemente de Alejandría (Strom., I, xv) y San Cirilo de Alejandría (In Is. xlix, 12) es Persia; según San Justino (Cont. Tryphon., lxxvii), Tertuliano (Adv. Jud., ix) y San Epifanio (Expos. fidei, viii) es Arabia.



II. TIEMPO Y CIRCUNSTANCIAS DE SU VISITA

La visita de los Magos tuvo lugar después de la Presentación del Niño en el Templo (Lucas 2, 38). Los Magos habían partido poco antes de que el ángel dijese a José que tomase al Niño y a su Madre y fuese a Egipto (Mateo 2, 13). Antes Herodes había intentado infructuosamente que los Magos retornasen, lo que deja fuera de toda duda que la presentación ya habría tenido lugar. Surge con ello una nueva dificultad: después de la presentación, la Sagrada Familia volvió a Galilea (Lucas 2, 39). Se piensa que este retorno no fue inmediato. Lucas omite los incidentes de los Magos, la huida a Egipto, la matanza de los Inocentes y el retorno desde Egipto, y retoma la historia con la vuelta de la Sagrada Familia a Galilea. Nosotros preferimos interpretar las palabras de Lucas como indicando un retorno a Galilea inmediatamente después de la presentación. La estancia en Nazaret fue muy breve. Tiempo después la Sagrada Familia volvió probablemente a permanecer en Belén. Entonces vinieron los Magos. Era «en tiempos del rey Herodes» (Mateo 2, 1), i. e., antes del 4 a. C. (A.V.C. 750), fecha probable de la muerte de Herodes en Jericó. No obstante, sabemos que Arquelao, hijo de Herodes, sucedió como etnarca a su padre en una parte del reino, y fue depuesto o en su noveno año (Josefo, Bel. Jud., II, vii, 3) o en el décimo (Josefo, Antiq., XVII, xviii, 2), durante el consulado de Lepido y Arruntio (Dion Cassis, lv, 27), i. e., 6 d. C. Por otra parte, los Magos vinieron mientras el rey Herodes estaba en Jerusalén (vv. 3, 7), no en Jericó, i. e., o al comienzo del 4 a. C. o al final del 5 a. C. Por último, eso fue probablemente un año, o un poco más de un año, después del nacimiento de Cristo. Herodes preguntó a los Magos el tiempo en que apareció la estrella. Considerando esto como el tiempo del nacimiento del Niño, mató a los varones de dos años para abajo en Belén y sus alrededores (v. 16). Algunos Padres concluyen de esta cruel matanza que los Magos llegaron a Jerusalén dos años después de la Navidad (San Epifanio, «Haer.», LI, 9; Juvencio, «Hist. Evang.», I, 259). Su conclusión tiene visos de probabilidad; aunque la matanza de los niños de dos años puede haberse debido a alguna otra razón -por ejemplo, al temor de Herodes de que los Magos le hubiesen engañado en lo que a la aparición de la estrella se refiere o que los Magos se hubiesen equivocado en la unión de la aparición de la estrella con el nacimiento del Niño. Arte y arqueología favorecen nuestro punto de vista. Únicamente un monumento primitivo representa al Niño en el pesebre mientras los magos adoran; en otros Jesús permanece sobre las rodillas de María y bastante crecido (ver Cornely, «Introd. Special in N. T.», p. 203).

Desde Persia, de donde supuestamente vinieron los Magos, hasta Jerusalén había un trayecto de entre 1000 y 1200 millas. En semejante distancia debieron emplear entre tres y doce meses en camello. Además del tiempo del viaje, emplearon probablemente varias semanas de preparación. Los Magos pudieron haber llegado a Jerusalén un año o más después de la aparición de la estrella. San Agustín (De consensu Evang., II, v, 17) opina que la fecha de la Epifanía, el seis de Enero, prueba que los Magos llegaron a Belén trece días después de la Natividad, i. e., después del 25 de Diciembre. Su argumento conforme a las fechas litúrgicas era incorrecto. Ninguna fecha litúrgica es, ciertamente, fecha histórica (Para una explicación de las dificultades cronológicas, ver Cronología Bíblica, Fecha de la Natividad de Jesucristo). En el siglo IV las Iglesias de Oriente celebraban el 6 de Enero como la fiesta del Nacimiento de Cristo, la Adoración de los Magos y el Bautismo de Cristo, mientras que en el Occidente el Nacimiento de Cristo era celebrado el 25 de Diciembre. Esa fecha tardía de la Natividad fue introducida en la Iglesia de Antioquía en tiempos de San Juan Crisóstomo (P. G., XLIX, 351), y todavía más tarde en las Iglesias de Jerusalén y Alejandría.

Que los Magos pensaron que la estrella les dirigía es evidente por las palabras (eidomen gar autou ton astera) que emplea Mateo en 2, 2. ¿Era realmente una estrella? Los racionalistas y los protestantes racionalistas, en sus esfuerzos por evadirse del sobrenatural, elaboraron algunas hipótesis:

i La palabra aster puede significar un cometa; la estrella de los Magos era un cometa.

i La estrella pudo haber sido la conjunción de Júpiter y Saturno (7 a. C.), o de Júpiter y Venus (6 a. C.).

i Los Magos pudieron haber visto una stella nova, una estrella que aumenta de repente en tamaño y brillo y luego disminuye de nuevo.

Estas teorías dejan de lado la explicación de que «la estrella que habían visto en el oriente, estaba delante de ellos hasta que vino a pararse sobre el lugar donde estaba el Niño» (Mateo 2,9). La posición de una estrella fija en el cielo varía al menos un grado cada día. Una estrella no fija pudo moverse delante de los Magos hasta conducirles a Belén; ninguna estrella fija ni ningún cometa pudo haber desaparecido y aparecido ni tampoco pararse. La Estrella de Belén sólo pudo haber sido un fenómeno milagroso, como fue la columna de fuego que permaneció en el campamento durante el Éxodo de Israel (Éxodo 13, 21), o el «resplandor de Dios» que brilló en torno a los pastores (Lucas 2, 9), o «la luz proveniente del cielo» que abatió a Saulo (Hechos 9, 3).

La filosofía de los Magos, aunque errónea, les condujo en su viaje hasta que encontraron a Cristo. La astrología de los Magos postulaba una contrapartida celestial como complemento del hombre terreno y condicionaba por completo la personalidad humana. Su «doble» [los fravashi de los parsis) se desarrollaba junto con cada hombre bueno, unidos los dos hasta la muerte. La aparición repentina de una nueva y brillante estrella sugirió a los Magos el nacimiento de una persona importante. Ellos vinieron a adorarlo -i. e., a conocer la divinidad de este Rey recién nacido (vv. 2, 8, 11). Algunos Padres (San Ireneo, «Adv. Haer.», III, ix, 2; Progem. «in Num.», homil. xiii, 7) pensaron que los Magos vieron en «su estrella» un cumplimiento de la profecía de Balaam: «Una estrella brillará sobre Jacob y un cetro brotará de Israel» (Números 24, 17). Pero en el paralelismo de la profecía, la «Estrella» de Balaam es un gran príncipe, no un cuerpo celeste; no es probable que en virtud de este mensaje profético los Magos siguieran a una estrella especial del firmamento como un signo del Mesías. Además, es probable que los Magos estuvieran familiarizados con las grandes profecías mesiánicas. Muchos judíos no volvieron del exilio con Nehemías. Cuando nació Cristo, había indudablemente población hebrea en Babilonia, y probablemente también en Persia. Por alguna razón, la tradición hebrea sobrevivió en Persia. Por otra parte, Virgilio, Horacio, Tácito (Hist., V, xiii) y Suetonio (Vespas., iv) dan testimonio de que, en tiempos del nacimiento de Cristo, había por todo el Imperio Romano una inquietud y expectación generalizadas de una Edad de Oro y un gran liberador. Podemos admitir sin dificultad que los Magos estaban guiados por tales influencias hebraicas y gentiles para esperar al Mesías que pronto vendría. Pero debió de ser alguna revelación especial divina el motivo por el cual conocieron que «su estrella» significaba el nacimiento de un rey, que ese rey recién nacido era verdadero Dios y que debían seguir «su estrella» hasta el lugar del nacimiento del Dios-Rey (San León, Serm. xxxiv, «In Epiphan.», IV, 3).

La venida de los Magos causó gran conmoción en Jerusalén; todos, incluso el rey Herodes, escucharon su pregunta. Herodes y sus sacerdotes deberían haberse puesto contentos con las noticias, pero estaban tristes. Llama la atención que los sacerdotes mostrasen a los Magos el camino, de lo cual se deduce que no habrían hecho el camino por sí mismos. Los Magos siguieron la estrella unas 6 millas hacia el sur de Belén, «y entrando en la casa [eis ten oikian], encontraron al niño» (v. 11). No hay razón para suponer, con algunos Padres (San Agustín, Serm. cc, «In Epiphan.», I, 2), que el Niño aún estaba en el establo. Los Magos adoraron (prosekynesan) al Niño Dios, y le ofrecieron oro, incienso y mirra. Dar regalos obedecía a una costumbre oriental. La intención del oro es clara: el Niño era pobre. No conocemos la intención de los otros regalos. Los Magos no pretenden probablemente un significado simbólico. Los Padres han encontrado numerosos y variados significados simbólicos en los tres regalos; no está claro que alguno de estos significados sea inspirado (cf. Knabenbauer, «in Matth.», 1892).

Los Magos escucharon en sueños que no volviesen a Herodes y «volvieron a su país por otro camino» (v. 12). Ese camino pudo haber sido un camino por el Jordán, de tal manera que eludiese Jerusalén y Jericó; o un rodeo hacia el sur a través de Berseba, al este del camino principal (ahora la ruta de la Meca) en el territorio de Moab y allende el Mar Muerto. Se dice que después de su retorno a su patria los Magos fueron bautizados por Santo Tomás y trabajaron mucho para la propagación de la fe en Cristo. La historia es narrada por un escritor arriano no antes del siglo VI, cuya obra está impresa como «Opus imperfectum in Mattheum» entre los escritos de San Juan Crisóstomo (P. G. LVI, 644). Este autor admite que lo ha descrito a partir del apócrifo Libro de Seth, y escribe sobre los Magos algo que es claramente legendario. La catedral de Colonia contiene los que pretenden ser los restos de los Magos; éstos, se dice, fueron descubiertos en Persia, llevados a Constantinopla por Santa Elena, transferidos a Milán en el siglo V y a Colonia en 1163 (Acta SS., I, 323).

2006-09-21 12:10:50 · answer #1 · answered by בּגּדּﭞﭟﭰﭲﭴﮯ €@®£Ǿ$ ﺎﭲﱟﯛﯘﯓﺡÆÈĦŊ 5 · 2 1

En realidad son dos JUAN CARLOS, PRIMERO Y SOFIA DESPUÉS

2006-09-24 05:41:35 · answer #2 · answered by Cesáreo Tinajero 4 · 0 0

Los magos de oriente son personajes citados en la Biblia y, más concretamente, en el Nuevo Testamento. Es poco lo que se sabe de ellos: se ignora cuántos eran y de qué tierras procedían. Sólo se sabe lo que cuenta el Evangelio de Mateo:

Nacido, pues, Jesús en Belén de Judá en los días del rey Herodes, llegaron del Oriente a Jerusalén unos magos diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? (Mateo 2,1-2).
Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra. (Mateo 2:11, versión Reina-Valera 1960).
Según las diversas tradiciones de los reyes magos, el número de ellos varía; así se puede encontrar los siguientes reyes magos:

Tres reyes magos: Sumado a la leyenda extensamente difundida por la iglesia católica de que los llamados "reyes magos" fueron tres, lo cual no tiene fundamento bíblico, se les han asignado los nombres de "Melchor", "Gaspar" y "Baltasar", que supuestamente equivalen en griego a "Appellicon", "Amerín" y "Damascón" y en hebreo a "Magalath", "Galgalath" y "Serakin".
Cuatro reyes magos: Otras leyendas, indican que además de los tres reyes magos nombrados anteriormente, había un cuarto rey mago, el cual en algunas leyendas se le da el nombre Artabán. Este rey mago tampoco tiene fundamento bíblico.
Doce reyes magos: Los armenios suponen que fueron 12, por lo que les asignan doce nombres diferentes. Estos nombres tampoco se mencionan en la Biblia.
Los reyes magos, son conocidos también como los Santos Reyes.

2006-09-21 15:01:53 · answer #3 · answered by Madscll 3 · 0 0

REALMENTE NO ERAN MAGOS. ACLARO. EN LA ANTIGUEDAD EXISTIA UNA TENDENCIA A DECIRLE MAGO A TODO AQUEL ESTUDIOSO DE ALGUN CAMPO EN ESPECIFICO Y QUE ANTE LOS DEMAS LUCIA TENER MAS CONOCIMIENTO. LOS (MAGOS) COMO TAL SON RECHAZADOS BIBLICAMNETE. SE CREE QUE ERAN ASTRONOMOS, CLARO EN AQUEL TIEMPO NO SE DESCRIBIA EN ESTE TERMINO CIENTIFICO. ERAN DE DIFERENTES NACIONES Y NO LLEGARON LOS TRES AL MISMO TIEMPO, PROBABLEMENTE ESO FUE LO QUE DESPERTO MAS LA CURIOSIDAD DE HERODES Y SU DESEO DE ACABAR CON LOS NINOS. PROBABLEMENTE AL TENER ORO, INCIENCIO Y MIRRA SE LES CALIFICO DE REYES, PORQUE ESTOS TRES ERAN SOLO PARA SER POSEIDO POR REYES. POR ESO LO LLEVARON A JESUS POR QUE ES EL REY DE REYES. ASI QUE LOS REYES MAGOS PROBABLEMENTE ERAN REYES, QUE SE POSTRARON ANTE EL NINO PARA DEMOSTRAR LA MAGNITUD DE EL PODER DE JESUS ANTE LOS HOMBRES PERO MAGOS NO ERAN. AUNQUE ASI LO DICE MATEO PERO ES POR LO YA EXPLICADO.

2006-09-21 13:55:29 · answer #4 · answered by faraona 4 · 0 0

Melchor , Gaspar y Baltasar , los tres Reyes Magos , k siguiendo la Estrella de Belen , llevaron obsequios al niñito Jesus , k acababa de nacer .

2006-09-21 13:49:19 · answer #5 · answered by Luna 5 · 0 0

En el griego original del nuevo testamento, μαγοι, (magi) que en singular es μαγος o "magós" de ahí la palabra española. Por supuesto no eran ni reyes ni magos en el sentido actual de la palabra.

Eran astrólogos judiciales persas, Zoroastrianos de la secta de los Zurvanitas. Tenían una gran reputación internacional como sabios astrólogos.

Tendrían que pasar varios siglos, para que la astrología se convirtiese en ciencia, en astronomía.

No eran 3, por supuesto, y representan la "ciencia" del mundo de entonces que se rinde sumisa ante el personaje divino de Jesús.

Justificaciones mitológicas para engrandecer el cristianismo.

Saludos ☺

2006-09-21 12:22:27 · answer #6 · answered by Anonymous · 0 0

Pues los reyes magos eran mis papis y no eran tres, eran dos nada mas.

jajaja, no fueron tres reyes que venían del oriente a ver al hijo de dios y le llevaron obsequios oro, mirra y no me acuerdo que otra cosa, sus nombres eran Melchor Gaspar y Baltazar y aquí en México se adoptaron para el rollo de los juguetes pero no se por ue solo aquí y en la mayoría de los demás países nunca se mencionan los reyes magos, de hecho, nunca he checado si la biblia los menciona o no.

Saludos.

2006-09-21 12:13:18 · answer #7 · answered by Mortixxxia 6 · 0 0

La tradición más difundida cuenta que vinieron de Oriente, en número de tres, y que iban guiándose por una estrella (celebérrimamente conocida como La estrella de Belén) que les condujo hasta Belén. Allí buscaron al Niño Jesús recién nacido y le adoraron, ofreciéndole oro (representando su naturaleza real, como presente conferido a los reyes), incienso (que representa su naturaleza divina, empleado en el culto en los altares de Dios) y mirra (un compuesto embalsamador para los muertos, representando el sufrimiento y muerte futura de Jesús). Antes de llegar, encontraron al gobernador Herodes el Grande en la ciudad de Jerusalén, quien astutamente les conminó a que, de regreso, hablaran con él para darle noticia del sitio exacto donde se encontraba dicho niño; y, así, poder ir él también a adorarle. (En realidad, lo que quería era darle muerte, por eso ordenó la matanza de los inocentes).

La historia sigue contando cómo un ángel se apareció a los tres reyes magos y les advirtió del peligro que corría Jesús si ellos obedecían el deseo de Herodes. Así pues, no volvieron por el mismo sitio.

Parece ser que, sólo por el hecho de que el relato evangélico indicara que trajeron tres dones (oro, incienso y mirra), se dio por sentado que eran tres los personajes que los traían. Aunque también en algún momento las distintas tradiciones han señalado que eran dos, cuatro, siete y hasta doce.

La primera vez que surge el nombre con que hoy conocemos a los Reyes Magos es en la iglesia de San Apolinar Nuovo, en Rávena (Italia). El friso de la imagen está decorado con mosaicos de mediados del siglo VI que representan la procesión de las Vírgenes. Esta procesión está conducida por tres personajes vestidos a la moda persa, tocados con un gorro frigio y su actitud es la de ir a ofrecer lo que llevan en las manos a la Virgen que está sentada en un trono y tiene al Niño en su rodilla izquierda. Encima de sus cabezas se pueden leer tres nombres, de derecha a izquierda: Melchor, Gaspar, Baltasar...

Poco a poco la tradición ha ido añadiendo otros detalles a modo de simbología: se les ha hecho representantes de las tres razas conocidas en la antigüedad, representantes de las tres edades del hombre y representantes de los tres continentes (Asia, África y Europa).

La llegada de los Reyes Magos es un tema tratado también en los Evangelios apócrifos. Según la tradición esotérica aplicada al cristianismo, estos personajes procedían del lugar donde se encontraba el Preste Juan.

Otra leyenda cuenta que, después de la resurrección de Jesús, el apóstol Tomás los halló en Saba (India). Allí fueron bautizados y consagrados obispos. Después fueron martirizados en el año 70 y depositados en el mismo sarcófago. Los restos fueron llevados a Constantinopla por Santa Elena. Posteriormente, Federico I Barbarroja, en el siglo XII, los trasladó a Colonia, donde hoy reposan con las coronas que supuestamente llevaron durante su existencia. Miles de peregrinos empezaron a llegar a Colonia, lo que propició que en 1248 se iniciara la construcción de la catedral de Colonia, que llevaría más de 600 años terminarla. Hoy día es uno de los monumentos góticos más impresionantes de Europa. Colonia se ha convertido junto con Roma y Santiago de Compostela en uno de los grandes centros de peregrinación.

Cabe mencionar que igualmente existen leyendas que hablan de un cuarto rey mago.

2006-09-21 12:11:17 · answer #8 · answered by Anonymous · 0 0

Los Reyes eran llamados Magos, no porque hicieran magia como la conocemos ahora, sino porque en ese tiempo existía una tribu que así se llamaba y que realizaba funciones sacerdotales en Persia, Babilonia y Asiria y se caracterizaba por sus estudios y conocimientos en teología (estudios religiosos) y en astrología.

Melchor era rey de Persia y se describe como un anciano de piel blanca y con barba rubia que viajaba en un hermoso caballo persa. Melchor: Su regalo para Jesús es oro, representando su naturaleza real.

Gaspar, rey de los árabes, era un hombre blanco y viajó en un camello. . Su regalo es el incienso, que representa la naturaleza divina de Jesús.

Baltazar era un joven de raza negra, rey de la India y llegó a Belén montado en un gran elefante. Su regalo a Jesús es mirra, que representa su sufrimiento y muerte futura.



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Le regalaron oro, porque este precioso metal representaba, la riqueza y el poder de los reyes y era una manera de reconocer que Jesús, era el rey más importante que había nacido.

Le dieron incienso, porque era una resina aromática extraída de un árbol y utilizada para adorar a los dioses, con ese regalo le demostraban que lo reconocían como al Dios verdadero.

También le dieron mirra, una sustancia perfumada muy valiosa que sacaban de un árbol muy espinoso. La mirra era uno de los ingredientes del aceite utilizado como bálsamo para sepultar a los muertos y se usaba también en la medicina. La mirra representaba el dolor y la capacidad humana del niño así como que era reconocido como hombre.

2006-09-21 12:10:52 · answer #9 · answered by Bellatrix_bk 4 · 0 0

MELCHOR, GASPAR Y BALTAZAR!

AMMAVURU, MIRA ESTO QUE ENCONTRE:

Los nombres de los Magos son tan inciertos como su número. Entre los Latinos, desde el siglo VII, encontramos ligeras variantes en los nombres, Gaspar, Melchor y Baltasar; el Martirologio menciona a San Gaspar el primero de Enero, San Melchor el día seis y San Baltasar el once (Acta SS., I, 8, 323, 664). Los sirios tienen a Larvandad, Hormisdas, Gushnasaph, etc.; los armenios Kagba, Badadilma, etc. (Cf. Acta Sanctorum, May, I, 1780). Dejando de lado la noción puramente legendaria según la cual representan a las tres familias que descienden de Noé, aparecen como provenientes de «oriente» (Mat., ii, 1, 2, 9). Al oriente de Palestina sólo la antigua Media, Persia, Asiria y Babilonia tienen un sacerdocio de Magos en el tiempo del nacimiento de Cristo. Los Magos vinieron desde alguna parte del Imperio Parto. Probablemente cruzaron el desierto de Siria, entre el Eufrates y Siria, llegando a Haleb (Aleppo) o Tudmor (Palmyra), recorriendo el trayecto hasta Damasco y hacia el sur, en lo que ahora es la gran ruta a la Meca (darb elhaj, «el camino de los peregrinos»), continuando por el Mar de Galilea y el Jordán por el oeste hasta cruzar el vado cerca de Jericó. No hay tradición precisa de la denominada tierra «del oriente». Según San Máximo (Homil. xviii in Epiphan.) es Babilonia; también Teodoto de Ancyra (Homil. de Nativitate, I, x); según San Clemente de Alejandría (Strom., I, xv) y San Cirilo de Alejandría (In Is. xlix, 12) es Persia; según San Justino (Cont. Tryphon., lxxvii), Tertuliano (Adv. Jud., ix) y San Epifanio (Expos. fidei, viii) es Arabia.

2006-09-21 12:06:07 · answer #10 · answered by mmm 7 · 1 1

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