English Deutsch Français Italiano Español Português 繁體中文 Bahasa Indonesia Tiếng Việt ภาษาไทย
Todas las categorías

2006-09-21 07:58:19 · 13 respuestas · pregunta de Anonymous en Arte y humanidades Historia

13 respuestas

La crisis del feudalismo sería el momento de transición del feudalismo al capitalismo. A grandes rasgos:
Todo elemento contrario al principio del modo de producción feudal prepara su crisis y destrucción. Éste principio es la PROPIEDAD DE LA TIERRA en diferentes grados y la PROPIEDAD limitada DE LAS PERSONAS (siervos).
Los cada vez mas intensosintercambios exteriores perturban este principio. También se desarrolla entonces la circulación monetaria. La propiedad absoluta progresa (en vez de retroceder) ante la propiedad feudal. Los hombres libres (ricos o pobres) son cada vez mas numerosos que aquellos que vivían vinculados a las relaciones feudales, la ciudad adquiere una gra importancia en comparación a los campos. Se constituyen también fortunas mobiliarias (que no tienen que ver con la tierra), los impuestos del Estado compiten con los tributos señoriales . . .Todos estos son hechos que amenazan a la pureza del regimen feudal y preparan su disgregación. Pero el paso es sólo decisivo cuando las revoluciones políticas sancionan juridicamente los cambios de estructuras y cuando nuevas clases dominan al Estado.

Espero que esto te sea de utilidad
saludos!

2006-09-21 09:14:22 · answer #1 · answered by ConStanZa 6 · 0 0

¿Sabes cuál es la mejor forma de expresar tu deseo? El deseo que le gustaría manifestar en tu vida . Por ejemplo , si desea manifestar riqueza tienes que expresarle para que llegue a tu mente subconsciente e impresione tu Yo Inferior de la modo más enfática posible para que llegue a pensar que esto es posible y de esta manera atraer a la Ley de la Atracción pare que cumple este deseo . Así que , si quieres conocer todos los trucos para atraer esta ley entonces necesitas el programa de Eric Amidi , El Secreto Detrás Del Secreto de aquí https://tr.im/19660 .
El Doctor Eric Amidi es un físico cuántico que ya escribió su primer libro El secreto , y su primer éxito y El secreto Detrás Del Secreto es la segunda parte de este volumen y luego ha llegado a ser uno de los libros online más buscados en la red a día de actualmente . Amidi te enseña en su libro como aprovechar la meditación , las afirmaciones y como potenciar el subconsciente como medio para comunicarte con el cosmos y alcanzar objetivos y retos .
Según el doctor Eric Amidi , el 1% de las personas más ricas del mundo conocen este “secreto” y lo utilizan para seguir triunfando en la vida y , la existencia es que , en esta época de crisis muchas personas encuentran en Amidi una esperanza para mejorar su situación económica y tú todavía puedes lograr a ser un triunfador , con la ayuda del ejemplar El Secreto Del Secreto .

2016-07-11 20:42:03 · answer #2 · answered by Hughas 3 · 0 0

Durante los siglos X,XI y XII en Europa hubo una gran inseguridad.Bandidos,maleantes etc... asolaban Europa,el rey no poseían fuerzas para proteger a todo su pais,entonces ideó delegar parte de esa seguridad a sus nobles,otorgándoles zonas del país para que las defendieran y claro para que las explotaran en su provecho,en pago de esa seguridad que proporcionaban a los habitantes que vivian con el bajo su protección(ocurrió en toda Europa).
El caso es que como suele suceder,das una mano y te cogen un brazo,el rey delegó un poder,y a los nobles el poder se les subió a la cabeza,manejaban las zonas que el rey les había dejado para protegerlas como si fueran sus propios reinos particulares en miniatura,tardaron mucho los reyes en darse cuenta del error que habian cometido y rectificarlo (cuando un choto se pone a mamar de la ubre de una vaca haber quien es el que le arranca de la teta,así les paso a los nobles).
A partir del siglo XII fue cuando empezó a declinar el feudalismo,cuando el rey empezó a recuperar las riendas del poder.

2006-09-22 13:18:29 · answer #3 · answered by Anonymous · 0 0

Cuando los comerciantes se convierten en burguesía, y tienen tanto dinero que los reyes se endeudan con ellos, teniéndoles que dar la libertad, pasando por encima de los señores feudales.
(resumidamente)

2006-09-21 20:47:48 · answer #4 · answered by anika 4 · 0 0

la crisis del feudalismo se inicia en el siglo XIV, despues de esta crisi sucediron otras como la crisis del siglo XVI......
esta crisis se ocasiona debido a que el feudalismo solo podia producir cierta cantidad de comida, por lo que la crisis del feudalismo se puede llamar una crisis productiva en donde la demanda supera a la oferta, al haber mas bocas que alimentar los productores se inclinaran a la agricultura en detrimento de la ganaderia, lo que significa que los campesinos utilizaran tierras de menor calidad y alli comenzara a actuar la ley de rendimiento decreciente.....
podria seguir asi un buen rato pero es mucho y no tengo suficiente tiempo, asi que solo te dije lo basico y te dije las consecuencias
saludos

2006-09-21 11:01:02 · answer #5 · answered by leo75las 5 · 0 0

En el siglo XIV se produjo una crisis que afecté profundamente a la sociedad feudal europea. La crisis comenzó con la disminución de la población agrícola por agotamiento de las tierras y la imposibilidad técnica de resolver el problema. Esto trajo como consecuencia la escasez y la carestía de los alimentos. Se generalizaron las hambrunas, agravadas por muchos años de malas cosechas a causa del desmejoramiento del clima. Las malas condiciones de alimentación e higiene de la población facilitaron la difusión de epidemias. La peste negra, que afecté a Europa a partir de 1348, diezmó a millones de europeos. La disminución de la población se agravé —todavía más— a consecuencia de las guerras que se prolongaron por muchos años a través de todo el continente.

Esta crisis afecté las relaciones entre los señores feudales y los siervos. La población campesina de los señoríos disminuyó y para los señores fue cada vez más difícil obtener los tributos de sus siervos o retenerlos en sus tierras.

La necesidad de solucionar estos problemas originé muchos de los cambios que se produjeron en la sociedad europea en los siglos XV y XVI.

La búsqueda de lo nuevo y la reafirmación de lo viejo eran dos fuerzas que actuaban en sentido contrario: la expansión del comercio y del poder económico de los burgueses, junto con las revueltas de los campesinos disconformes con su nivel de vida, eran dos fuerzas sociales que acentuaban la crisis del feudalismo. La aristocracia de los señores, principales beneficiarios del orden feudal, reaccionó para conservar sus privilegios. De este conflicto entre dos fuerzas opuestas fue surgiendo el mundo moderno.

Los cambios que se produjeron a partir del siglo XV no siguieron una dirección única. Modificar una sociedad tan rígida como la feudal no resulté fácil. Muchos europeos actuaron en favor de ese cambio, pero otros tenían fuertes intereses para que el antiguo orden se mantuviera.


Las nuevas formas de organizar el trabajo rural y urbano

A lo largo del siglo XV la agricultura europea se reconstituyó. Muchas de las tierras abandonadas durante la crisis del siglo XIV fueron puestas otra vez en producción y se incorporaron otras nuevas. Una gran novedad fue que los productos rurales se convirtieron en una atracción para los hombres de negocios, quienes comenzaron a invertir su dinero en la compra de tierras. La comercialización de esos productos tuvo un gran impulso debido al aumento de sus precios. La producción rural comenzó a ser vista como un negocio, como una fuente de enriquecimiento, por parte de algunos comerciantes urbanos y propietarios de tierras.

El país europeo en el que más se notaron estos cambios fue Inglaterra. Muchos propietarios se interesaron por comercializar lo que se producía en sus tierras. Esto los llevó a introducir innovaciones técnicas para aumentar la productividad. En muchos casos los adelantos técnicos provocaban desocupación, ya que reducían la necesidad de mano de obra. Por lo tanto, gran cantidad de campesinos se vieron obligados a abandonar sus tierras, condenados a refugiarse en los bosques o a emigrar a las ciudades para hallar un modo de subsistencia.

Estas transformaciones en la producción agrícola hicieron más profunda la desorganización de la sociedad feudal.

Un cambio fundamental comenzó a gestarse en la Europa de los siglos XV y XVI. El trabajo rural, orientado hasta entonces exclusivamente hacia la autosubsistencia, comenzó a organizarse en una forma diferente, orientada hacia el comercio. Los señores se propusieron obtener un excedente de producción cada vez mayor para venderlo en el mercado. Pero la economía continuó siendo básicamente agrícola: permanecieron los señoríos y [os campesinos sobrevivieron tan pobremente como antes. Estas transformaciones comenzaron en los campos ingleses.

En las ciudades la mayor parte de la producción artesanal siguió controlada por los gremios. Con su rígida estructura de maestros oficiales y apren­dices, los gremios fijaban los precios, la cantidad y la calidad de los productos. Pero a partir del siglo XVI en algunas ciudades europeas hubo cambios en la producción artesanal. Algunos gremios —entre ellos el textil— comenzaron a producir mayor cantidad de artículos de menor calidad y me­nor valor que los que producían anteriormente. Los artesanos de Inglaterra y Flandes se especializaron en la producción de paños de lana, mientras que las ciudades italianas mantuvieron su producción de telas de seda de alta calidad. La lana para la producción de paños provenía de las zonas rurales de Inglaterra y España, en donde cada vez fue mayor la extensión de tierras dedicadas a la cría de ovejas.

Otro cambio que permitió aumentar el volumen de la producción artesanal para el mercado fue que algunos comerciantes urbanos emplearon co­mo mano de obra artesanos que vivían en las zonas rurales. Producían distintos tipos de manufacturas y luego esta producción era vendida por esos comerciantes en los mercados urbanos. Así el trabajo urbano se relacionaba con el rural: el crecimiento del comercio en las ciudades provocó modificaciones en la economía rural.

2006-09-21 08:42:28 · answer #6 · answered by Anonymous · 0 0

LA CRISIS DE LA SOCIEDAD FEUDAL

En el siglo XIV se produjo una crisis que afecté profundamente a la sociedad feudal europea. La crisis comenzó con la disminución de la población agrícola por agotamiento de las tierras y la imposibilidad técnica de resolver el problema. Esto trajo como consecuencia la escasez y la carestía de los alimentos. Se generalizaron las hambrunas, agravadas por muchos años de malas cosechas a causa del desmejoramiento del clima. Las malas condiciones de alimentación e higiene de la población facilitaron la difusión de epidemias. La peste negra, que afecté a Europa a partir de 1348, diezmó a millones de europeos. La disminución de la población se agravé —todavía más— a consecuencia de las guerras que se prolongaron por muchos años a través de todo el continente.

Esta crisis afecté las relaciones entre los señores feudales y los siervos. La población campesina de los señoríos disminuyó y para los señores fue cada vez más difícil obtener los tributos de sus siervos o retenerlos en sus tierras.

La necesidad de solucionar estos problemas originé muchos de los cambios que se produjeron en la sociedad europea en los siglos XV y XVI.

La búsqueda de lo nuevo y la reafirmación de lo viejo eran dos fuerzas que actuaban en sentido contrario: la expansión del comercio y del poder económico de los burgueses, junto con las revueltas de los campesinos disconformes con su nivel de vida, eran dos fuerzas sociales que acentuaban la crisis del feudalismo. La aristocracia de los señores, principales beneficiarios del orden feudal, reaccionó para conservar sus privilegios. De este conflicto entre dos fuerzas opuestas fue surgiendo el mundo moderno.

Los cambios que se produjeron a partir del siglo XV no siguieron una dirección única. Modificar una sociedad tan rígida como la feudal no resulté fácil. Muchos europeos actuaron en favor de ese cambio, pero otros tenían fuertes intereses para que el antiguo orden se mantuviera.

Las nuevas formas de organizar el trabajo rural y urbano

A lo largo del siglo XV la agricultura europea se reconstituyó. Muchas de las tierras abandonadas durante la crisis del siglo XIV fueron puestas otra vez en producción y se incorporaron otras nuevas. Una gran novedad fue que los productos rurales se convirtieron en una atracción para los hombres de negocios, quienes comenzaron a invertir su dinero en la compra de tierras. La comercialización de esos productos tuvo un gran impulso debido al aumento de sus precios. La producción rural comenzó a ser vista como un negocio, como una fuente de enriquecimiento, por parte de algunos comerciantes urbanos y propietarios de tierras.

El país europeo en el que más se notaron estos cambios fue Inglaterra. Muchos propietarios se interesaron por comercializar lo que se producía en sus tierras. Esto los llevó a introducir innovaciones técnicas para aumentar la productividad. En muchos casos los adelantos técnicos provocaban desocupación, ya que reducían la necesidad de mano de obra. Por lo tanto, gran cantidad de campesinos se vieron obligados a abandonar sus tierras, condenados a refugiarse en los bosques o a emigrar a las ciudades para hallar un modo de subsistencia.

Estas transformaciones en la producción agrícola hicieron más profunda la desorganización de la sociedad feudal.

Un cambio fundamental comenzó a gestarse en la Europa de los siglos XV y XVI. El trabajo rural, orientado hasta entonces exclusivamente hacia la autosubsistencia, comenzó a organizarse en una forma diferente, orientada hacia el comercio. Los señores se propusieron obtener un excedente de producción cada vez mayor para venderlo en el mercado. Pero la economía continuó siendo básicamente agrícola: permanecieron los señoríos y [os campesinos sobrevivieron tan pobremente como antes. Estas transformaciones comenzaron en los campos ingleses.

En las ciudades la mayor parte de la producción artesanal siguió controlada por los gremios. Con su rígida estructura de maestros oficiales y apren­dices, los gremios fijaban los precios, la cantidad y la calidad de los productos. Pero a partir del siglo XVI en algunas ciudades europeas hubo cambios en la producción artesanal. Algunos gremios —entre ellos el textil— comenzaron a producir mayor cantidad de artículos de menor calidad y me­nor valor que los que producían anteriormente. Los artesanos de Inglaterra y Flandes se especializaron en la producción de paños de lana, mientras que las ciudades italianas mantuvieron su producción de telas de seda de alta calidad. La lana para la producción de paños provenía de las zonas rurales de Inglaterra y España, en donde cada vez fue mayor la extensión de tierras dedicadas a la cría de ovejas.

Otro cambio que permitió aumentar el volumen de la producción artesanal para el mercado fue que algunos comerciantes urbanos emplearon co­mo mano de obra artesanos que vivían en las zonas rurales. Producían distintos tipos de manufacturas y luego esta producción era vendida por esos comerciantes en los mercados urbanos. Así el trabajo urbano se relacionaba con el rural: el crecimiento del comercio en las ciudades provocó modificaciones en la economía rural.

2006-09-21 13:01:57 · answer #7 · answered by Ailin 2 · 0 1

Marx pretendía desvelar las leyes inherentes al desarrollo del capitalismo. Creía que cada época histórica se caracterizaba por un modo de producción específico que se correspondía con el sistema de poder establecido y, por lo tanto, con una clase dirigente en perpetuo conflicto con una clase oprimida. Así, la sociedad medieval estuvo caracterizada por el modo de producción feudal, en el que la clase poseedora de la tierra obtenía una plusvalía del campesinado que trabajaba aquélla. Las sucesivas transiciones del sistema de esclavitud al feudalismo, y del feudalismo al capitalismo, se produjeron cuando las fuerzas productivas (es decir, los grupos relacionados con el trabajo y los medios de producción como las máquinas) no podían seguir desarrollándose con las relaciones de producción existentes entre las distintas clases sociales.

Así, la crisis que afectó al feudalismo cuando el capitalismo necesitaba una creciente clase trabajadora conllevó la eliminación de las bases legales e ideológicas tradicionales que ataban a los siervos a la tierra.

El feudalismo alcanzó el punto culminante de su desarrollo en el siglo XIII; a partir de entonces inició su decadencia. El subenfeudamiento llegó a tal punto que los señores tuvieron problemas para obtener las prestaciones que debían recibir. Los vasallos prefirieron realizar pagos en metálico (scutagium, ‘tasas por escudo’) a cambio de la ayuda militar debida a sus señores; a su vez éstos tendieron a preferir el dinero, que les permitía contratar tropas profesionales que en muchas ocasiones estaban mejor entrenadas y eran más disciplinadas que los vasallos. Además, el resurgimiento de las tácticas de infantería y la introducción de nuevas armas, como el arco y la pica, hicieron que la caballería no fuera ya un factor decisivo para la guerra. La decadencia del feudalismo se aceleró en los siglos XIV y XV. Durante la guerra de los Cien Años, las caballerías francesa e inglesa combatieron duramente, pero las batallas se ganaron en gran medida por los soldados profesionales y en especial por los arqueros de a pie. Los soldados profesionales combatieron en unidades cuyos jefes habían prestado juramento de homenaje y fidelidad a un príncipe, pero con contratos no hereditarios y que normalmente tenían una duración de meses o años. Este ‘feudalismo bastardo’ estaba a un paso del sistema de mercenarios, que ya había triunfado en la Italia de los condotieros renacentistas.

2006-09-21 08:07:38 · answer #8 · answered by Yo!123456 3 · 0 1

A finales del siglo XIII, Europa occidental y buena parte de la periferia habían llegado al limite de la expansión y el crecimiento ininterrumpido que habría que matizar, no obstante, a niveles regionales. La propia evolución económica había desarrollado formas de producción con lazos estrechos de dependencia y promovido concentraciones campesinas y urbanas que serian proclives a inevitables conflictos y enfrentamientos. Entre las áreas más desarrolladas económicamente, Flandes ofrecía una gran producción dirigida sobre todo a la exportación, Inglaterra presentaba un estado avanzado de la revolución económica que conoció más tarde y en el resto los efectos del desarrollo habían beneficiado desigualmente a unos y otros países. El norte de Italia, por su parte, seguía manteniendo un buen nivel desde el despegue de sus ciudades-estado, que había sido pionero en la producción y el comercio internacional. En el campo, sin embargo, la brecha abierta entre campesinos y señores se fue haciendo cada vez más profunda. Un ejemplo puede ser significativo. En Picardía, una de las regiones agrícolas más prósperas, se dieron una serie de cambios sociales desde el siglo XIII motivados por el progreso de las técnicas; perceptible en la multiplicación de molinos y arados, diferenciación de cultivos y extensión de una rotación regular. Cambios que distanciaron a quienes fueron capaces de acudir a los nuevos instrumentos y técnicas (consiguiendo aumentar los rendimientos, recuperar corveas y mejorar los cultivos) de los que no supieron o no pudieron hacerlo, convirtiéndose la posesión de un tiro de labor en la línea de fractura porque su carencia hacia más difícil las tareas, se remuneraban peor y eran limitadas. Estos cambios afectaron también a los señores, y no es suficiente con enfrentarlos simplemente a los campesinos de los que también les fue aislando la dedicación militar y los hábitos de clase. Porque debieron adaptarse al progreso tecnológico, a la contestación de los campesinos sobre las estructuras señoriales que empezaban a ser cuestionadas y a la obligada división sucesiva de la propiedad por el fuerte desarrollo demográfico que perjudicó a los campesinos y facilitó, en muchos casos, la absorción por señoríos potentes de carácter feudalizante. En la región picarda, estudiada por Fossier, hacia 1300, sobre unos cien señoríos con alrededor de trescientas a cuatrocientas aldeas, unos treinta o treinta y cinco eran del rey, los infantes o la Iglesia, quince de los grandes linajes vinculados a familias condales, otras diez a diversos agrupamientos y el 40 por 100 restante se repartía entre varias centenas de familias señoriales. En las ciudades, el desarrollo económico, la progresiva organización del mundo del trabajo y la preocupación por la presión financiera propició asimismo un cambio de situación desde el siglo XIII. Las agrupaciones de artesanos se habían ido consolidando desde el XIII, sufriendo diversos avatares al ser presionadas y desaparecer algunas de ellas; a pesar de lo cual fueron en aumento, reforzando su solidaridad y adquiriendo los medios y estrategias necesarias para contrarrestar el predominio patricio. Pero cuanto más crecía una ciudad mayor era el volumen de las cargas comunes, sobre todo si se trataba de una ciudad de peso en las finanzas del Estado; el cual se organizaba sobre una mayor distribución y control fiscal, entre otros medios conducentes a un mejor gobierno y atención a las urgencias del gasto publico que debía satisfacer el tesoro. Los municipios fueron aumentando los impuestos, y si dicho crecimiento era consecuencia de la expansión, también significó un elemento revelador de las contradicciones y distanciamientos sociales, pues en el desigual reparto de las cargas financieras se crearon tensiones y se manifestaron privilegios y abusos. A todo ello hay que añadir el endeudamiento cada vez mayor tanto en el campo como en la ciudad y que, con frecuencia, era un signo de empobrecimiento, de retroceso y de necesidad. En las regiones y lugares en los que se había llevado a cabo una expansión acusada, tras el esfuerzo que suponía adquirir el equipamiento y mejorar los cultivos o la producción artesana, una buena parte de sus protagonistas comenzaba a verse arrastrada por la carga de las rentas constituidas por los préstamos, porque los solicitantes de dichos préstamos se presentaban como vendedores de renta y, a cambio de una suma de dinero que recibían de inmediato, se comprometían a pagar a su comprador una renta que llegaba a ser perpetua. Así pues, en la medida en que el agravamiento de las obligaciones sociales surge como consecuencia de la expansión, el desarrollo del crédito al consumo puede considerarse como un efecto indirecto. Se utilizan los préstamos para lo necesario, lo superfluo y también para pagar los impuestos; aumentándose la dificultad en el reembolso posterior. El paso del endeudamiento por la creciente inviabilidad para enjugarlo sería fuente de discordia, y no sólo contra los judíos, pues no eran los únicos prestamistas. En definitiva, las consecuencias sociales de la expansión y las contradicciones del sistema económico comenzaban a pasar factura. El contraste entre los más ricos y los más pobres se acentuaba al ser cada vez más real y tangible, no sólo teórico o ideológico. Y las deudas contraídas recaerían con mayor atosigamiento en los grupos medios e inferiores. No debe sorprendernos, además, que en aquellas zonas más desarrolladas, como Italia del norte, precoces en el desarrollo urbano y comunitario, los contrastes fueran aún mayores, y los poderosos se opusieran al progreso del común por defender sus privilegios y negocios. Es decir, nuevos tiempos, nuevos problemas como el del abastecimiento, los monopolios comerciales y las contribuciones. El mismo vocabulario utilizado para descalificar los movimientos urbanos de las clases bajas es sintomático del menosprecio que encerraba, en el fondo, prevención: conjuración, conspiración, conventículo, confederación; aparte de la psicosis que dichos movimientos provocaron entre quienes eran objeto directo de los ataques: magistrados, maestros, patricios, etc. Sin embargo, las alianzas ocasionales entre unos grupos y otros, que luego se deshacían para reconvertirlas en otras de diferente composición, fue la única del siglo XIII. La diferente dimensión de las fortunas, por otro lado, es uno de los cambios sustanciales en las estructuras de la sociedad rural durante la última fase de la expansión agraria (el siglo XIII), y si anteriormente la jerarquía se basaba en los privilegios y garantías jurídicas heredadas o adquiridas, diferenciando también los distintos grados de libertad o dependencia, ahora las diferencias eran de disponibilidad económica. En las regiones en las cuales no había desaparecido del todo la barrera entre libertad y servidumbre en las mentes confundidas ahora por los cambios de los tiempos, no se establecía tan radicalmente la diferencia por la fortuna que sí operaba en el medio urbano, pero la situación económica determinaba el estatuto jurídico personal y la reconversión en moneda de muchas rentas en especie obligaría finalmente a los campesinos a vender sus excedentes a precios más bajos si eran apremiados en las tasas señoriales. Pero este es un tema controvertido. Se ha escrito y defendido que la ruina de muchos señoríos advino cuando comenzaron a predominar las rentas obtenidas de los campesinos en moneda y disminuyeron las de especie. La razón aducida es que, mientras los productos entregados podían venderse después en el mercado según los precios de cada momento, la moneda, devaluada con frecuencia a partir del siglo XIII, empobreció a aquellos señores que habían acordado una renta fija en metálico al margen de sus oscilaciones. Pero este proceso fue lento, irregular y tardío, al menos para antes del 1300. Y eso porque la crisis de la feudalidad se puede entender de muchas maneras y desde diferentes perspectivas, sin que ello sirva pare atestiguar la desaparición del sistema. Nada más lejos, el feudalismo sufrió una primera crisis a finales del siglo XIII y comienzos del XIV pero ni desapareció ni en todos los casos se debilitó, porque la reconversión, la adaptación y la resistencia fueron otras salidas que los siglos bajomedievales propiamente dichos conocieron. Para Le Goff; por ejemplo, la crisis de la feudalidad se presintió en cada uno de los sectores productivos. El hambre que volvió a Europa a partir de 1270, las devaluaciones monetarias, la crisis textil y los demás contratiempos no pesaron de igual forma sobre todos los sectores, pero afectó a todos ellos en mayor o menor medida. Las variaciones de la moneda empobrecieron a quienes dependían de una renta fija o de un salario. A este respecto son sintomáticos los movimientos de las ciudades con industria pañera desde 1260 (Brujas, Douai, Tournai, Provins, Caen, Orleans, etc.), como lo es también la decadencia de las ferias de Champaña, síntoma de los cambios en las orientaciones comerciales vigentes hasta entonces. Las ciudades de mayor o menor rango no fueron, por tanto, el único escenario de la contestación y la protesta. Las primeras revueltas campesinas asoman en el horizonte de Francia, pionera en ello también como lo fue Italia en otras facetas (1251 es el inicio). Además, con frecuencia, los movimientos campesinos o urbanos de carácter más popular tendrán un componente religioso y hasta herético (como el de los pastorelos). Grupos de adolescentes pululan por este país dedicándose a la mendicidad y acabando por engrosar los grupos de begardos y beguinos. Pero lo más destacado de esta crisis económico-social es que, si por un lado estos movimientos representan el contrapunto laico a las órdenes mendicantes, siendo condenados en 1311 por la Iglesia, por otro la crisis afectará particularmente a la aristocracia militar y rural, es decir, a la nobleza. La disminución real de las rentas fijadas en moneda o en especie no proporcional a la cosecha, el alza de los precios agrarios estancada, cuando no empezando a retroceder, y el esfuerzo por mantener el rango militar que definía su función y justificaba su preeminencia, frente al ascenso de grupos sociales inclinados al favor de los príncipes, atosigó a los señores. Pero, ante todo, la incapacidad pare reconvertir sus dominios a favor de los nuevos vientos, terminó de sentenciar la debilidad de muchos señoríos que se extinguieron a la vez que lo hacían algunos linajes por causas diversas: falta de descendencia, empobrecimiento y caída en desgracia o degeneración biológica a causa de la práctica endogámica. La crisis de la feudalidad se acelerará desde finales del siglo XIII porque, y ésta puede ser otra visión, no podía haber una completa integración económica del sistema feudal: de hecho -nos dice A. Guerreau en su análisis del sistema feudal como ecosistema-, esa integración supondría una dominación de los comerciantes que sería contradictoria con las bases del sistema feudal; y por la misma razón, esa dominación por parte de una clase no feudal fue una condición previa (y no consecuencia) de la puesta en marcha de un nuevo sistema económico. Pero aún podrían esbozarse otras razones pare entender en su globalidad la crisis de la feudalidad desde el siglo XIII. Dejando aparte las conquistas exteriores, la mayor parte de las cuales estaban ligadas a una lógica cristiana y eclesiástica (Reconquista, Cruzadas, etc.), la dinámica de las guerras internas mantenía viva la llama de la caballería. Porque la guerra era el principal elemento de cohesión del sistema feudal. Las expediciones militares o las correrías eran los mejores medios pare hacer efectivos los vínculos feudales y actualizarlos jerárquica y horizontalmente. Los resultados de estas incursiones militares eran habitualmente la ampliación de la tierra con la conquista y del linaje con los matrimonios. En resumen, la guerra, ya fuera externa o interna, lejana o próxima, concertada o espontánea, suponía la dominación sobre tierras, hombres y propiedades, el prestigio y el poder; lo que representaba capacidad económica y social, junto con virtualidad jurídica, pare intervenir entre los dependientes al aumentarles o disminuirles su libertad. Pero también aportaba la guerra vínculos matrimoniales suplementarios que reforzaban las redes de parentesco fundadas con anterioridad. Con lo cual, la guerra, aparte de un factor económico importante por lo que sus resultados provocaban (movilización de riquezas, ampliación de recursos, incorporación de dominios), servía para reactualizar la superioridad feudal, la fijación de su categoría dominical y la solidaridad de clase encumbrada entre los integrantes de las familias de la aristocracia. Todo lo que atentaba contra dicha superioridad significaba un asomo de crisis para la clase feudal, y cualquier amenaza del resto de la sociedad, aun la más alejada y ajena al sistema, significaba una agresión al orden establecido que la monarquía, los príncipes y la misma Iglesia no estaban dispuestas a consentir; porque la monarquía, los príncipes y los eclesiásticos formaban parte del cuerpo social de la feudalidad, y tras el derrumbe del sistema podían caer ellos mismos después. La crisis del feudalismo, que no acabó con él sino que lo empezó a transformar y adaptar a las nuevas realidades a partir del siglo XIII, hay que situarla, por tanto, en el contexto de las transformaciones y mutaciones europeas producidas desde entonces. Dichas transformaciones no fueron consecuencia exclusivamente de los cambios producidos en el seno de los diversos grupos sociales predominantes en la sociedad del siglo XIII, porque también influyeron enormemente los reajustes económicos derivados del inicio de la recesión en ese siglo XIII bifronte que nos ofrece una primera mitad de final de la larga etapa de la prosperidad y otra segunda con avisos de dificultades y parálisis del crecimiento, como apunta Le Goff al analizar concretamente los años 1270-1330. Hasta ese momento, durante los siglos del crecimiento ininterrumpido, la producción se había mantenido ligada estrechamente al consumo, de manera que la especulación y la especialización quedaron reducidas a los productos suntuarios y de sobreabastecimiento. El hombre constituía la fuerza económica esencial y la acumulación de capital de forma indiscriminada era interpuesta todavía por las doctrinas sobre el lucro y la usura por parte de la Iglesia; aunque, al menos hasta el siglo XIII, la proporción de numerario que se fue introduciendo en los intercambios mercantiles y negocios financieros no fue lo suficiente como para favorecer la simple especulación, y tanto los señores como los campesinos acomodados tendieron a guardar sin reinversión o a gastar sin control. Fue poco después cuando los pilares de la economía tradicional, que hasta entonces no habían requerido ajustes ni reconversiones, comenzaron a desmoronarse y la búsqueda consciente y permanente de la ganancia, así como la apropiación y explotación de la plusvalía iban a estar en el fondo de las transformaciones sociales desde la centuria del 1200, arrumbando a los sectores más inmovilistas y facilitando el lanzamiento de los más arriesgados y dinámicos en la inversión y los negocios. Buena parte de la masa campesina desasistida y desocupada, dispersa y acosada por el hambre, la coacción y la necesidad, y que empezó a proliferar con la crisis, pudo verse integrada en las nuevas explotaciones dependientes de los medios ciudadanos, los cuales, aun en momentos de dificultad y disminución de la mano de obra, no dudaron en aplicar nuevos procedimientos y mejoras en las explotaciones rurales, al igual que lo hicieron en los talleres y obradores artesanales; aunque, a la larga, la desigual distribución de los beneficios en general originase el antagonismo y los conflictos de clase. El afán de lucro y la disponibilidad dineraria permitió superar algunas barreras en las ganancias controladas y disparar la búsqueda efectiva de la obtención de beneficios de manera ininterrumpida, la inversión de parte de los mismos para sostener el crecimiento y la dedicación del resto a la mejora de la calidad de vida y la ostentación pública y privada. Con todo lo cual se acentuó la distancia entre superiores e inferiores a medida que las crisis se iban asentando en el panorama europeo de finales del XIII. Por otro lado, los príncipes y gobernantes necesitaron apostar por el dinero, su multiplicación y disposición temporal para atender las múltiples inversiones necesarias para el funcionamiento del Estado. Lo cual significó también un motor para el desarrollo de muchos negocios burgueses que se apoyaron en la intromisión en el sistema de financiación de dicho Estado a través del arrendamiento de los impuestos, al adelantar al rey o al gobernante el importe de aquellos recobrando con creces dicho importe y obteniendo beneficios para su disfrute posterior. Cada vez más el justo precio de la plena Edad Media se fue sustituyendo por el juego de la oferta y la demanda, y las fluctuaciones en los precios y salarios generaron desajustes monetarios que redundaron en distorsiones sociales dentro de los círculos artesano-industriales, mercantiles o financieros de la Europa más desarrollada: Flandes, Inglaterra, norte de Francia e Italia o el Mediterráneo aragonés. En este nuevo juego de la oferta y la demanda, de la monetalización y la búsqueda del beneficio absoluto, la guerra se asumió como actividad económica destinada a aumentar el capital disponible y potenciar o quebrar mercados y rutas comerciales; se acrecentó la avaricia de los Estados y de sus regidores por aumentar los impuestos de continuo, introduciendo con frecuencia los de carácter extraordinario, y se provocó la pauperización de los sectores dependientes exclusivamente de rentas fijas reconvertidas en moneda al ir quedando devaluadas con la depreciación del cambio monetario y las fluctuaciones de los precios en general. Por todo lo cual la pregunta se acentúa al hacerla, finalmente, en el siguiente sentido: ¿crisis del feudalismo o transformación y preparación para la nueva situación bajo-medieval que se anunciaba ya a partir de la segunda mitad del siglo XIII?

2006-09-21 08:02:24 · answer #9 · answered by parmaton 1 · 0 1

la caida de un sistema socioeconomico

2006-09-21 08:00:06 · answer #10 · answered by Anonymous · 0 1

fedest.com, questions and answers