¿Qué les sucede a nuestros difuntos?
“SE SUFRE cuando muere un ser querido, porque su pérdida deja un vacÃo inexplicable.” Asà se expresó un hijo cuando murió su padre y, poco después, su madre. El dolor y la sensación de inmensa pérdida le produjeron la impresión de estar “ahogándose emocionalmente”. Es posible que usted haya pasado por una situación parecida, y quizás se haya preguntado dónde se encuentran sus difuntos y si algún dÃa volverá a verlos.
2 A veces, cuando los padres lloran la pérdida de un hijo, se les dice que “Dios escoge las flores más bellas para llevárselas al cielo”. ¿Es cierto eso? ¿Han ido nuestros amados difuntos a una región habitada por espÃritus? ¿Se trata de lo que algunos llaman Nirvana, es decir, un estado de dicha ajeno a todo dolor y deseo? ¿Han pasado a otra vida, a una existencia inmortal en un lugar paradisÃaco? O, como también se afirma, ¿desemboca en tormento eterno la muerte de los que ofenden a Dios? ¿Pueden los muertos influir en nuestra vida? Para obtener respuestas verÃdicas a estas preguntas, tenemos que consultar la Palabra de Dios, la Biblia.
¿QUà ES EL “ESPÃRITU” DEL HOMBRE?
3 Sócrates y Platón, filósofos de la Grecia antigua, creÃan que dentro del ser humano tenÃa que haber algo inherentemente inmortal, un alma que sobreviviera a la muerte del cuerpo y que en realidad nunca muriera. Hoy, millones de personas de todo el mundo comparten esta creencia. Debido a ella, muchos temen a los muertos o se preocupan por su bienestar. Pero la Biblia nos enseña algo muy diferente respecto a los muertos.
4 Al analizar el estado en que se encuentran los muertos, debemos recordar que Adán, nuestro primer padre, no tenÃa un alma, era un alma. En un impresionante acto de creación, Dios formó al hombre, el alma, a partir de los elementos básicos de la Tierra y luego le insufló “el aliento de vida”. Génesis 2:7 nos dice: “Jehová Dios procedió a formar al hombre del polvo del suelo y a soplar en sus narices el aliento de vida, y el hombre vino a ser alma viviente”. Adán se mantenÃa vivo mediante la respiración. Ahora bien, al insuflarle el aliento de vida, Dios no solo introdujo aire en los pulmones de Adán; la Biblia dice que en las criaturas vivientes de la Tierra hay activa una “fuerza de vida”. (Génesis 7:22.)
5 ¿Qué es “la fuerza de vida”? Es la chispa vivificante que Dios infundió en el cuerpo inerte de Adán, una fuerza que luego se sostuvo mediante la respiración. Ahora bien, ¿qué es el “espÃritu” al que se hace referencia en Salmo 146:4? En dicho versÃculo se dice lo siguiente respecto al individuo que muere: “Sale su espÃritu, él vuelve a su suelo; en ese dÃa de veras perecen sus pensamientos”. Cuando los escritores de la Biblia utilizaban la palabra “espÃritu” en estos contextos, no pensaban en un alma incorpórea que continuara viviendo después de la muerte del cuerpo.
6 El “espÃritu” que sale de la persona al morir es la fuerza de vida procedente del Creador. (Salmo 36:9; Hechos 17:28.) Dicha fuerza no posee ninguna caracterÃstica de la criatura a la que anima, tal como la electricidad no adopta las funciones del aparato que acciona. Cuando alguien muere, el espÃritu (la fuerza de vida) deja de animar las células corporales, tal como una bombilla se apaga una vez que se desconecta la electricidad. Cuando la fuerza de vida deja de sostener el cuerpo humano, el hombre, el alma, muere. (Salmo 104:29; Eclesiastés 12:1, 7.)
“A POLVO VOLVERÃS”
7 Jehová explicó claramente lo que significarÃa la muerte para el pecador Adán. Dijo: “Con el sudor de tu rostro comerás pan hasta que vuelvas al suelo, porque de él fuiste tomado. Porque polvo eres y a polvo volverás”. (Génesis 3:19.) ¿Adónde volverÃa Adán? Al suelo, al polvo del cual habÃa sido creado. Cuando muriera, Adán simplemente dejarÃa de existir.
8 En este aspecto, la muerte humana no difiere de la de los animales. Ellos también son almas, y los activa el mismo espÃritu o fuerza de vida. (Génesis 1:24.) En Eclesiastés 3:19, 20 el sabio Salomón nos dice: “Como muere el uno, asà muere la otra; y todos tienen un solo espÃritu, de modo que [en lo que respecta a la muerte] no hay superioridad del hombre sobre la bestia [...]. Del polvo han llegado a ser todos, y todos vuelven al polvo”. El hombre era superior a los animales porque habÃa sido creado a la imagen de Dios y, por lo tanto, reflejaba las cualidades de Jehová. (Génesis 1:26, 27.) Sin embargo, cuando mueren, tanto los seres humanos como los animales vuelven al polvo.
9 Salomón aclaró aún más el significado de la muerte cuando escribió: “Los vivos tienen conciencia de que morirán; pero en cuanto a los muertos, ellos no tienen conciencia de nada en absoluto”. En efecto, los muertos no saben absolutamente nada. De ahà que Salomón aconsejase: “Todo lo que tu mano halle que hacer, hazlo con tu mismo poder, porque no hay trabajo ni formación de proyectos ni conocimiento ni sabidurÃa en el Seol, el lugar adonde vas”. (Eclesiastés 9:5, 10.) ¿Adónde van los muertos? Al Seol (hebreo, sche´óhl), la sepultura común de la humanidad. Nuestros difuntos no tienen conciencia de nada. No están sufriendo ni tampoco pueden ejercer influencia alguna en nosotros.
10 ¿Es forzoso que tanto nosotros como nuestros seres queridos vivamos solo unos cuantos años y luego dejemos de existir para siempre? Según la Biblia, no. Cuando Adán se rebeló, Jehová Dios dispuso inmediatamente el medio para eliminar las terribles consecuencias del pecado humano. La muerte no entraba en el propósito de Dios para la humanidad. (Ezequiel 33:11; 2 Pedro 3:9.) De modo que esta no tiene por qué ser irreversible para nosotros ni para nuestros seres queridos.
“ESTÃ DESCANSANDO”
11 Jehová se propone rescatarnos a nosotros y a nuestros difuntos de la muerte adánica. Por este motivo, la Palabra de Dios compara la muerte con un sueño. Por ejemplo, al enterarse de que su amigo Lázaro habÃa muerto, Jesucristo dijo a Sus discÃpulos: “Nuestro amigo Lázaro está descansando, pero yo me voy allá para despertarlo del sueño”. En vista de que los discÃpulos no captaron enseguida el sentido de aquellas palabras, Jesús especificó: “Lázaro ha muerto”. (Juan 11:11, 14.) Luego se dirigió al pueblo de Betania, donde Marta y MarÃa lloraban la muerte de su hermano Lázaro. Cuando Jesús le dijo a Marta: “Tu hermano se levantará”, ella expresó su fe en el propósito de Dios de eliminar los efectos de la muerte en la familia humana, pues respondió: “Yo sé que se levantará en la resurrección en el último dÃa”. (Juan 11:23, 24.)
12 Marta no hizo referencia a un alma inmortal que siguiera viviendo en otro lugar después de la muerte. No creÃa que Lázaro hubiera ido a alguna región espiritual donde continuara existiendo. Marta tenÃa fe en la maravillosa esperanza de la resurrección. No creÃa que del cuerpo de Lázaro hubiera salido un alma inmortal, sino que su difunto hermano habÃa dejado de existir. El único remedio para la muerte de su hermano era la resurrección.
13 Jehová Dios ha facultado a Jesucristo para que redima a la humanidad. (Oseas 13:14.) Por consiguiente, tras las palabras de Marta, Jesús dijo: “Yo soy la resurrección y la vida. El que ejerce fe en mÃ, aunque muera, llegará a vivir”. (Juan 11:25.) Luego fue a la tumba de Lázaro, que llevaba muerto cuatro dÃas, y lo resucitó, demostrando asà el poder que Dios le habÃa concedido. (Juan 11:38-44.) ImagÃnese la alegrÃa de los que presenciaron esta resurrección o cualquier otra de las que ejecutó Jesucristo. (Marcos 5:35-42; Lucas 7:12-16.)
14 Deténgase ahora un momento y piense: si el hombre tuviera un alma inmortal que sobreviviera a la muerte, nadie necesitarÃa que se le resucitara, que se le hiciera volver a la vida. En realidad, no serÃa bondadoso resucitar a alguien como Lázaro para que volviera a llevar una vida imperfecta en la Tierra si ya hubiera estado disfrutando de la dicha celestial. Lo cierto es que en la Biblia ni siquiera aparece la expresión “alma inmortal”. Al contrario, las Escrituras dicen que el alma humana que peca, muere. (Ezequiel 18:4, 20.) Asà pues, según indica la Biblia, el único remedio para la muerte es la resurrección.
“TODOS LOS QUE ESTÃN EN LAS TUMBAS CONMEMORATIVAS”
15 La palabra que los discÃpulos de Jesús utilizaron para “resurrección” significa literalmente “levantamiento; alzamiento”. Es un levantamiento del estado inerte en que se encuentra el difunto, un alzamiento de la sepultura común de la humanidad. Para Jehová Dios es sencillo resucitar a alguien. ¿Por qué? Porque Jehová es la Fuente de la vida. Actualmente el hombre puede grabar las voces e imágenes de hombres y mujeres, y reproducir esas grabaciones después de muertos los protagonistas. Entonces, con mayor razón, nuestro Creador todopoderoso puede grabar en su memoria los detalles de la existencia de cualquier ser humano y resucitar a la misma persona, proporcionándole un nuevo cuerpo.
16 Jesucristo dijo: “Viene la hora en que todos los que están en las tumbas conmemorativas oirán [la] voz [de Jesús] y saldrán, los que hicieron cosas buenas a una resurrección de vida, los que practicaron cosas viles a una resurrección de juicio”. (Juan 5:28, 29.) Todos los que están en la memoria de Jehová resucitarán, y se les enseñarán Sus caminos. La resurrección resultará ser de vida para los que obren en conformidad con el conocimiento de Dios, y de condenación, para aquellos que rechacen las enseñanzas y la gobernación de Dios.
17 Naturalmente, todas aquellas personas que hayan procurado llevar una vida recta como siervos de Jehová resucitarán. De hecho, la esperanza de la resurrección ayudó a muchos a afrontar la muerte, aun en casos de persecución violenta. SabÃan que Dios podÃa devolverles la vida. (Mateo 10:28.) Pero hay millones de personas que han muerto sin la oportunidad de demostrar si obedecerÃan o no las normas justas de Dios. Estas también recibirán una resurrección. El apóstol Pablo confiaba en el propósito de Jehová al respecto, pues dijo: “Tengo esperanza en cuanto a Dios [...] de que va a haber resurrección asà de justos como de injustos”. (Hechos 24:15.)
18 El apóstol Juan recibió una emocionante visión de personas resucitadas que estaban de pie ante el trono de Dios, y escribió: “El mar entregó los muertos que habÃa en él, y la muerte y el Hades entregaron los muertos que habÃa en ellos, y fueron juzgados individualmente según sus hechos. Y la muerte y el Hades fueron arrojados al lago de fuego. Esto significa la muerte segunda: el lago de fuego”. (Revelación 20:12-14.) ¡ImagÃnese! Todos los muertos que estén en la memoria de Dios tienen la perspectiva de ser liberados del Hades (griego, hái·des), o Seol, la sepultura común de la humanidad. (Salmo 16:10; Hechos 2:31.) Tendrán la oportunidad de demostrar mediante sus hechos si quieren servir a Dios o no. Luego, “la muerte y el Hades” serán arrojados al llamado “lago de fuego”, un sÃmbolo de destrucción completa, igual que el término “Gehena”. (Lucas 12:5.) Cuando termine la resurrección, la sepultura común de la humanidad quedará vacÃa y, por lo tanto, dejará de existir. ¡Cuánto consuela aprender en la Biblia que Dios no tortura a nadie! (JeremÃas 7:30, 31.)
¿DÃNDE VIVIRÃN LOS RESUCITADOS?
19 Un número limitado de hombres y mujeres serán resucitados para vivir en el cielo. En calidad de reyes y sacerdotes con Jesús, colaborarán en eliminar todos los efectos de la muerte que la humanidad heredó del primer hombre, Adán. (Romanos 5:12; Revelación 5:9, 10.) ¿A cuántos llevará Dios al cielo para gobernar con Cristo? La Biblia dice que solo a 144.000. (Revelación 7:4; 14:1.) Jehová dará a estos resucitados un cuerpo espiritual para que puedan vivir en el cielo. (1 Corintios 15:35, 38, 42-45; 1 Pedro 3:18.)
20 Pero la inmensa mayorÃa resucitará para vivir en una Tierra paradisÃaca. (Salmo 37:11, 29; Mateo 6:10.) En parte la razón por la que algunas personas reciben una resurrección celestial es llevar a término el propósito de Dios para la Tierra. Desde el cielo, Jesucristo y los 144.000 irán ayudando a la humanidad obediente a recobrar la perfección que desecharon nuestros primeros padres. Entre esas personas estarán los resucitados, tal como indicó Jesús cuando dijo al moribundo clavado a un madero junto a él: “Estarás conmigo en el ParaÃso”. (Lucas 23:42, 43.)
21 En la Tierra paradisÃaca, la muerte, que hoy provoca un fuerte sentimiento de futilidad, será eliminada. (Romanos 8:19-21.) El profeta IsaÃas dijo que Jehová Dios “realmente se tragará a la muerte para siempre”. (IsaÃas 25:8.) El apóstol Juan recibió una visión del tiempo en que los seres humanos obedientes se verán libres del dolor y la muerte. SÃ, “Dios mismo estará con ellos. Y limpiará toda lágrima de sus ojos, y la muerte no será más, ni existirá ya más lamento ni clamor ni dolor. Las cosas anteriores han pasado”. (Revelación 21:1-4.)
22 Lo que la Biblia enseña está muy claro y acaba con toda posible confusión sobre lo que les sucede a los muertos. Las Escrituras dicen explÃcitamente que la muerte es “el último enemigo” que será eliminado. (1 Corintios 15:26.) Podemos obtener gran consuelo y fortaleza de la esperanza de la resurrección. ¡Y qué alegrÃa nos da saber que, si Dios los tiene en su memoria, nuestros difuntos despertarán del sueño de la muerte para disfrutar de todo lo bueno que él tiene preparado para los que le aman! (Salmo 145:16.) Tales bendiciones se conseguirán mediante el Reino de Dios.
2006-09-19 13:25:59
·
answer #3
·
answered by !!!@!!! 2
·
0⤊
0⤋
Pues bueno el cielo, tu lo puedes crear aqui mismo, dependiendo tu forma de vivir.
Ahora el lugar a donde vamos despues de morir es diferente, conocido como el mundo de los espiritus, dividido en dos el paraiso y la prision espiritual, todos conservamos nuestra forma en q morimos y asi como somos fisicamente es nuestro espiritu, y confrme a como hayamos actuado aqui en la tierra se nos asiganara en cual de los dos lugares estaremos.
Respecto a q si t recordaran, per porsupuesto q si, al morir recordamos todo desde antes de nacer, y habra la misma sociabilidad q existia en la tierra, (padres, hermanos, amigos, etc.)
Esto es antes del milenio, y del juicio final, donde se nos asignara un grado de gloria, de acuerdo a como fuimos, y si nos arrepentimos, y somos verdaderos discipulos de Jesucristo.
2006-09-19 12:23:55
·
answer #5
·
answered by adiva 3
·
0⤊
0⤋