Las señales de los tiempos... ¿qué significan para usted?
“Habrá señales en el sol y en la luna y en las estrellas, y sobre la tierra angustia de naciones.... Mas al comenzar a suceder estas cosas, levántense erguidos y alcen sus cabezas, porque su liberación se acerca.”—Lucas 21:25, 28.
HACIA el fin del ministerio terrestre de Jesús, los lÃderes religiosos judÃos lo retaron a mostrarles “alguna señal del cielo.” Al reprenderlos, Jesús dijo: “Una generación inicua y adúltera sigue buscando una señal, pero no se le dará señal alguna sino la señal de Jonás.” Esto indica que ellos no podÃan leer las señales de los tiempos o, si no, que estaban pasándolas por alto.—Mateo 16:1, 4.
2 ¿Tienen significado para nosotros hoy dÃa las señales de los tiempos? ¡Ciertamente lo tienen! Y si obramos en armonÃa con el significado de esas señales, podremos salvarnos de un desastre que será mayor que cualquiera que haya sido causado por las más violentas manifestaciones de mal tiempo. Entonces, examinemos estas señales.
3 Los pronósticos proféticos que se dan en la Santa Biblia nos suministran mucha información acerca de las señales de los tiempos. Por ejemplo, se nos dice que acontecimientos que sucedieron en la vida de personas del Israel antiguo no eran simplemente de valor histórico, sino que “estas cosas siguieron aconteciéndoles como ejemplos, y fueron escritas para amonestación de nosotros a quienes los fines de los sistemas de cosas han llegado.” (1 Corintios 10:11) De modo que nosotros hoy tenemos advertencia de antemano en cuanto a acontecimientos venideros. Al notar los sucesos significativos del dÃa moderno podremos obrar debidamente y evitar la calamidad a la cual se enfrenta la actual “generación inicua y adúltera” que vive en la Tierra. AsÃ, no seremos como aquellos lÃderes judÃos del primer siglo de quienes Jesús indicó que no podÃan interpretar las señales de los tiempos.—Mateo 16:4; Hechos 2:40.
4 El Gran Profeta, Jesucristo, dio una “señal” compuesta de cosas que al ocurrir marcarÃan no solo la conclusión del sistema de cosas judÃo del primer siglo, sino también el fin del sistema de cosas mundial de hoy dÃa. Además de predecir “guerras e informes de guerras,” él predijo que se encenderÃan conflictos mundiales en los cuales ‘nación se levantará contra nación y reino contra reino.’ Además, habrÃa “escaseces de alimento y terremotos en un lugar tras otro.”—Mateo 24:3-8.
5 Jesús también predijo el advenimiento de muchos falsos profetas, que se presentarÃan con el nombre de él como base, y extraviarÃan a multitudes de personas al no prestar atención a la importancia de la “señal” que marcarÃa la presencia de él en poder del Reino. Estos no verÃan ningún significado en la “señal” compuesta que dio Jesús, según está registrada en los capÃtulos 24 y 25 de Mateo, ni en las otras señales que marcarÃan nuestros importantes tiempos, tales como el deterioro general de la sociedad y el arruinamiento de la Tierra. Pero, ¿no hemos sido nosotros testigos de tales acontecimientos en este siglo veinte?
6 La gran marea de dificultades y problemas que de súbito estalló sobre la humanidad, comenzando en el año 1914 E.C., con su I Guerra Mundial y continuando a través de la II Guerra Mundial, no ha cesado hasta este tiempo. Esto ha sido asà a pesar de que lÃderes religiosos han apoyado proyectos como los de la difunta Liga de las Naciones y la actual Organización de las Naciones Unidas, y quienes alegan que lo que necesitamos ahora es tener en puestos polÃticos a los hombres apropiados para asegurar un regreso a Dios que nos resulte en Su bendición. Sin embargo, en todo lo que nos rodea hay evidencia de que la calidad de la vida en la Tierra está en deterioro, de que las condiciones van de mal en peor, de que el temor, la sospecha, el delito y la violencia han llegado a ser lo común en estos años finales del siglo veinte.
Lo que dicen lÃderes mundiales
7 ¿Suena esto algo pesimista? Pues, hay polÃticos que están reconociendo francamente la crisis que existe. Por ejemplo, hace poco Thomas J. Watson, ex embajador estadounidense a la Unión Soviética, declaró en una entrevista: “Percibo que nunca en su historia ha sido el mundo más peligroso de lo que es ahora.” Además, de alguien que por mucho tiempo ha sido conocido como optimista, el sociólogo y economista sueco Gunnar Myrdal, viene esta declaración: “Todo es horrible. ... CreÃamos en la reforma, en la educación. Ahora nos encaramos a un mundo en el cual es difÃcil ser optimista.”
8 ¿Acaso no hay base sustancial para esa falta de optimismo entre los lÃderes prominentes del mundo? La tremenda acumulación de instrumentos de guerra que ahora se está efectuando entre las naciones de la Tierra no tiene paralelo en la historia. Esto por sà solo es causa de alarma. Los costos implicados en tal carrera de armamentos han contribuido a la inflación galopante que amenaza las economÃas nacionales y eleva el precio de toda clase de mercancÃas y servicios. El relato bÃblico de Revelación, al describir el galopar de los jinetes apocalÃpticos, que representan la guerra, el hambre y la enfermedad, advierte que el costo de los alimentos ascenderÃa de tal manera que un litro de trigo se venderÃa por un denario, o sea, el salario de un dÃa. ¡Qué cierto ha resultado ser esto en muchas partes del mundo hoy dÃa! Todos estos amenazadores desenvolvimientos que afectan nuestro modo de vivir son parte de las señales de los tiempos.—Revelación 6:3-8.
Lo que predijo Jesucristo
9 Parece que la sabidurÃa de los sabios de la polÃtica y la industria ha perecido. (IsaÃas 29:14) No hay ningún estadista brillante que posea una solución persuasiva a los problemas del mundo o siquiera a los de una sola nación. En vez de eso, hay temor en cuanto al futuro, tal como predijo Jesús: “Habrá ... sobre la tierra angustia de naciones, no conociendo la salida a causa del bramido del mar y de su agitación, mientras que los hombres desmayan por el temor y la expectativa de las cosas que vienen sobre la tierra habitada; porque los poderes de los cielos serán sacudidos.”—Lucas 21:25, 26.
10 Mientras adelanta la acumulación de armamentos hasta estar fuera del control de las naciones, el mar literal mismo se llena de equipo bélico en la forma de embarcaciones y submarinos que pueden llevar mortÃferas ojivas nucleares que pueden borrar de la existencia a millones de personas con un solo mÃsil o proyectil. Ciertamente el mar está rugiendo y agitado. ¿Y qué hay del cielo y el espacio por encima de nosotros? Tal como lo indicaron las palabras de Jesús, los ‘poderes de los cielos han sido sacudidos’ por el hecho de que aviones de guerra, cohetes, proyectiles balÃsticos y cosas similares pueden transportarse como un rayo por el espacio, cruzar los océanos y continentes y dar en blancos enemigos.
11 Los medios de comunicar noticias confirman vigorosamente el cumplimiento de la profecÃa de que las naciones ‘no conocen la salida’ de sus problemas. Por ejemplo, note los siguientes comentarios que se hallan en un informe de 300 páginas presentado a la Organización de las Naciones Unidas por una comisión encabezada por un ex canciller de la Alemania Occidental, Willy Brandt, según el informe del Star de Toronto del 31 de mayo de 1980: “En esencia, [el informe] dice que la economÃa mundial está desintegrándose y que si las tendencias actuales continúan, el resultado será caos. ... Cerraduras dobles en las puertas, guardias armados y el temor de secuestros y asesinatos son las nuevas recompensas del logro en casi todo lugar.” Y en una introducción personal al informe, Brandt dice: “Por lo general se piensa de la guerra en términos de conflicto militar o hasta aniquilación. Pero va haciéndose cada vez más claro el hecho de que un peligro igual pudiera ser el caos... como resultado del hambre de las masas, el desastre económico, catástrofes ambientales y el terrorismo.”
12 Entonces, ¿dónde está el pensar y planear iluminado que deberÃa proceder de los lÃderes polÃticos e industriales en estos tiempos crÃticos? Como indicó el profeta de Dios acerca de los lÃderes del séptimo siglo a. de la E.C., asà sucede en nuestro tiempo: “¡Miren! Ellos han rechazado la mismÃsima palabra de Jehová, y ¿qué sabidurÃa tienen?” (JeremÃas 8:9) ¡Muy poca!
13 Ellos tienen que saber que la expansión demográfica y la mengua en el abastecimiento de alimentos significan HAMBRE, pero no vemos ninguna acción positiva ni plan concreto en escala mundial para hacer frente a esa situación ya grave. Ese mismo informe a las Naciones Unidas menciona el tremendo aumento en la población del mundo... más de un millón de personas adicionales cada cinco dÃas, con un aumento que se calcula en cerca de dos mil millones de personas dentro de las próximas dos décadas. Mientras tanto, hay un aumento proporcional en la demanda de alimento, aunque hay serias dudas respecto a que los paÃses productores de granos puedan suministrar las enormes cantidades que se necesitan ahora. “Habrá escaseces de alimentos ... en un lugar tras otro,” es lo que predijo Jesús que vendrÃa en estos dÃas finales de este sistema mundial.—Mateo 24:7.
14 Y entonces considere el rápido aumento en los delitos de violencia en todas las naciones industrializadas. Jesús también profetizó acerca de este “aumento del desafuero.” (Mateo 24:12) ¿Hemos de creer, honradamente, que la solución sea suministrar a cada ciudadano una pistola y entrenarlo en su uso? Sin embargo eso es lo que evidentemente piensan muchos lÃderes mundiales, porque insisten en acumular municiones de guerra para alcanzar la paz. Mientras tanto, se calcula que centenares de millones de nuestros semejantes humanos mueren de hambre y padecen de desnutrición, mientras que otros millones son vÃctimas del paludismo y la ceguera de los rÃos... males que pudieran aliviarse con solo una fracción de los fondos que se gastan en armamentos. Todas estas cosas son parte de las señales de los tiempos que predijo Jesús.—Lucas 21:10, 11.
Tiempo para ‘echar a huir’
15 El más grande profeta de Dios, Jesucristo, también señaló a rasgos detallados de la señal compuesta a los cuales deben prestar atención los que quieran escapar de ser destruidos. ¿Qué rasgos son éstos? El dijo: “Por lo tanto, cuando alcancen a ver la cosa repugnante que causa desolación, como se habló de ella por medio de Daniel el profeta, de pie en un lugar santo, (use discernimiento el lector,) entonces los que estén en Judea echen a huir a las montañas. Porque habrá entonces grande tribulación como la cual no ha sucedido una desde el principio del mundo hasta ahora, no, ni volverá a suceder.”—Mateo 24:3, 15, 16, 21.
16 Esa profecÃa tuvo un cumplimiento preliminar cuando los ejércitos romanos invadieron a Judea y a Jerusalén en 66 E.C., y cuando regresaron para desolar el sistema judÃo en 70 E.C. Sin embargo, las palabras de Jesús encierran un mensaje más amenazador aún para todos nosotros los que vivimos ahora en los años 80 de nuestro siglo. ¿Cómo sabemos eso?
17 La destrucción de Jerusalén en 70 E.C. no fue la mayor destrucción de la historia. Ha habido desastres mucho peores tanto antes como desde entonces, en los cuales ha habido más sufrimiento y pérdida de vida. Pero esa profecÃa habla acerca de una tribulación que jamás ha sido igualada. De hecho, es la última tribulación, la culminante, porque ‘no volverá a suceder’ otra tribulación como ésa. Entonces, ¿qué es la “cosa repugnante”? Se nos dice que esperemos verla “de pie en un lugar santo.” ¿Vemos el cumplimiento de esto en el dÃa moderno?
18 En tiempos modernos una “cosa repugnante” que se opone al reino de Dios y que es muchÃsimo más poderosa que la Roma Imperial está de pie en un “lugar santo.” Es la Organización de las Naciones Unidas, compuesta ahora de 157 naciones, entre ellas superpotencias que poseen suficientes armamentos nucleares como para borrar repetidas veces de la faz de la Tierra a la humanidad, si eso fuese posible. Esta sucesora de la Liga de las Naciones es “repugnante” a Jehová Dios, a Jesucristo y a sus discÃpulos, porque con presunción está de pie en el lugar que corresponde al reino de Dios en manos de su Rey ya instalado, Jesucristo, quien está en los cielos. (Mateo 5:35; Marcos 13:14) Pero la cristiandad también alega tener un “lugar santo.” Este es su campo de operaciones terrestre, de grandes porciones del cual se han apoderado miembros radicales de las Naciones Unidas. Pronto los sistemas religiosos de la cristiandad, y cualesquiera alegaciones que ella haga de estar en un “lugar santo,” serán completamente desolados tal como lo fue el sistema judÃo anticristiano en 70 E.C. Como muestra Revelación 17:5, 16, 17, toda parte de la religión falsa —”Babilonia la Grande”— por todo el mundo será devastada a la misma vez, antes de la guerra que se peleará en Armagedón, que es la parte final de la “grande tribulación.”—Revelación 16:14, 16; 19:11-21.
19 Jesús también predijo que en medio de estas condiciones mundiales en deterioro sus fieles seguidores llevarÃan a cabo una campaña concentrada de predicación por todo el mundo. Recuerde sus palabras: “Y estas buenas nuevas del reino se predicarán en toda la tierra habitada para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin.” (Mateo 24:14) El clero de la cristiandad, que es amigable con el sistema de cosas de este mundo, no está conduciendo tal actividad por toda la Tierra. (Santiago 4:4) Entonces, ¿quiénes están cumpliendo este mandato? ¿No han estado ocupados en la predicación de esas buenas nuevas del Reino públicamente y de casa en casa por más de 60 años ya los leales seguidores de Jesús en la Tierra, quienes no son parte del mundo y quienes, desde 1931, se han presentado como testigos de Jehová? (IsaÃas 43:10, 12) Y, ¿no han cubierto ellos la Tierra con miles de millones de ejemplares de literatura que contienen las “buenas nuevas” de que pronto el Reino o gobierno regido por Cristo desde el cielo reemplazará completamente a todas las imperfectas y egoÃstas gobernaciones humanas? La actividad de ellos no solo ha traÃdo buenas nuevas al dar a conocer el significado de las señales de los tiempos, sino que también ha servido de advertencia divina acerca del venidero dÃa de la venganza de Dios.—IsaÃas 61:2.
2006-09-19 14:10:34
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answer #10
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answered by !!!@!!! 2
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