Es un hecho que la esclavitud como forma legal de trabajo ha sido abolida en todos los países del mundo, pero día a día descubrimos que fue tan sólo una abolición de derecho, porque de hecho la esclavitud -bajo formas diversas- subsiste en la actualidad.
La abolición de la esclavitud fue un proceso lento que se resiste a generalizaciones ya que las aboliciones respondieron a diversos factores, que se combinaron de formas distintas de acuerdo a cada caso en particular. Ahora bien, para acercarnos al análisis, podemos convenir en el hecho de que las causas ideológicas, sociales, políticas y económicas, jugaron un papel importante.
A nivel ideológico, en el siglo XVIII algunos filósofos franceses, Voltaire, entre otros, comenzaron a hacer públicas sus posturas resueltas en contra de la esclavitud. Los abates Raynal y Grégoire, con la Sociedad de Amigos de los Negros, fueron otros que iniciaron una ofensiva contra la esclavitud de los negros, y partir del siglo XIX Roma lanzará una campaña de amplitud en contra del esclavismo. En cuanto a Gran Bretaña, serán los cuáqueros y los metodistas quienes bregarán por la abolición de la esclavitud. Por otra parte, en cada país donde funcionaba el sistema esclavista comenzaron a surgir voces de diferentes ámbitos que se levantaron en su contra.
En el plano social, es claro que las rebeliones de esclavos jugaron un papel importante a la hora de evaluar la viabilidad y rentabilidad de la esclavitud. No hay que olvidar que en Haití la abolición de la esclavitud fue el resultado de una revuelta de esclavos. En el ámbito político, sin lugar a dudas las coyunturas locales e internacionales aceleraban o retrazaban el proceso de abolición. En Estados Unidos, por ejemplo, la esclavitud fue abolida a través de una guerra civil.
A nivel económico, no cabe duda de que a medida que evolucionaba el sistema capitalista, el antiguo sistema de trabajo comenzaba a ser desplazado. En efecto, Gran Bretaña, que era la primera potencia europea que iniciaba la revolución industrial, luego de haber relegado la agricultura en aras de la industria, tenía una imperiosa necesidad de ampliar la demanda de productos manufacturados. Ahora, los negros que interesaban ya no eran los productores manuales, sino los consumidores de tejidos de Manchester y de útiles y herramientas de Birmingham o de Sheffield. Holanda, Francia y el resto de las potencias europeas seguirán más tarde el camino que en 1792 inició Dinamarca constituyéndose en el primer país europeo que abolió el comercio de esclavos.
Hay un hecho que hay que resaltar: la abolición no implicó la supresión definitiva de la esclavitud sino su ilegalidad. De hecho, la servidumbre forzosa, la trata clandestina, la explotación y los prejuicios no se extinguieron con la abolición. La mayoría de los antiguos esclavos continuaron viviendo en condiciones de miseria, muchos de ellos incluso bajo el mismo amo y sometidos a la misma explotación -física y mental- que antes de la abolición. Por otro lado, abandonar al amo implicaba dejar el único reducto conocido en un país extranjero y someterse a la deriva total en cuanto a trabajo, techo, comida, etc. Legalmente ya eran libres, pero de hecho eran esclavos con pocas posibilidades de llegar a ser libres: la dominación, el sometimiento, la discriminación y la explotación seguían formando parte de su realidad.
La esclavitud, presente
La esclavitud como forma de trabajo legal ha sido abolida en todos los países del mundo pero la abolición no implicó su desaparición: la esclavitud es una realidad que subsiste.
Hoy la esclavitud toma variadas formas, por esto en este último punto, no voy a limitarme a la esclavitud africana porque hoy la esclavitud nos acecha a todos: por un lado, los países desarrollados mantienen a los países subdesarrollados bajo un régimen de servilismo y explotación, donde las cadenas y los látigos se han camuflado en los requerimientos del Fondo Monetario Internacional, el cual exige cada día más las reservas y recursos naturales como pago de intereses de una deuda externa agiotista y oportunista a la cual entregamos nuestra autonomía y nuestra propia supervivencia como pueblos; por otro lado, subsiste la venta y tráfico ilegal de personas, tráfico donde las principales -aunque no exclusivas- víctimas son los niños, los pobres, las mujeres, los desvalidos, los inmigrantes y las minorías étnicas o raciales. Sus actividades más frecuentes son: el trabajo forzoso en la agricultura y en la industria (en industrias famosas y no tan famosas),[xiii] la prostitución, la pornografía, el tráfico de drogas, el robo, el trabajo doméstico, la mendicidad obligatoria, la venta callejera, etc., etc.
Existen otras formas de esclavitud: la servidumbre por deudas; la participación obligatoria de ciudadanos en trabajos públicos en el contexto del desarrollo económico, una práctica dominante en algunos países asiáticos (entre ellos Vietnam) y africanos (República Centroafricana, Sierra Leona y Tanzania);[xiv] otra cara de la esclavitud es el trabajo forzoso impuesto por militares; el reclutamiento forzoso u obligatorio de niños para utilizarlos en conflictos armados; el uso del trabajo de los presos en países en los que el trabajo forma parte de la pena como en China, o en los que está autorizada la contratación de prisioneros por parte de organizaciones privadas, como en Estados Unidos. La cárcel -con imposición de trabajo forzoso- se convierte antes que en un lugar de "rehabilitación de los presos" en un medio de explotación de personas y fuente de grandes ganancias. Una vez tildados de "criminales" la explotación resulta de esta forma legitimada.
Otra forma de esclavitud es la que se lleva a cabo en trabajos tildados de "legales", pero donde se explota al empleado bajo diferentes formas: salarios míseros, deudas, falta de pago, extensas horas de trabajo, posturas corporales perjudiciales para la salud, grandes esfuerzos físicos y/o mentales, manipulación de productos tóxicos, ambientes insalubres, tratos inhumanos, ausencia de descansos, trabas o simple prohibición del abandono del empleo, etc., etc.
A modo de síntesis creo que, las condiciones de explotación que genera el sistema socio-económico vigente, privilegiando la ganancia por encima de todo y de todos, lo convierte en el generador de pauperización por excelencia: La escasez de controles a nivel local, nacional e internacional; la falta de educación; el desinterés y la despreocupación a nivel individual y social; la falta de leyes -o su aplicación- que garanticen la igualdad y protección jurídica de las personas; la complicidad encubierta; la ausencia de canales de información y denuncia; los conflictos civiles y la discriminación por motivos raciales o de género, contribuyen -entre otras causas- a crear un ambiente propicio a la explotación de personas por parte de los traficantes.
Por todo esto, considero que actuando sobre las causas y no sobre "los síntomas" es la única forma concreta de comenzar a trabajar para combatir esta dramática realidad que hoy nos acecha a todos.
2006-09-16 16:09:11
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answer #4
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answered by raycodvd 5
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