GILIP0LLAS MÁS BIEN.
LA VERDAD SOBRE PAMPLONA Y SUS FIESTAS DE SAN FERMÍN
0. GENERALIDADES
En Pamplona, como en otras muchas poblaciones españolas, se celebran fiestas con encierros de toros. En el punto 3 explico por qué las de Pamplona son las más conocidas.
1. ORIGEN DE LOS ENCIERROS
Siglos atrás la gente comía poco y mal. En las poblaciones más pobres sólo se podía comer carne -si había suerte- en las fiestas patronales, una vez al año. Entonces la gente se volvía loca de contento, y los animales que iban a ser sacrificados y comidos eran recibidos por todo el pueblo con el previsible entusiasmo y gamberrismo, acentuado por el alcohol. Los más osados toreaban a las reses.
Por consiguiente, las poblaciones que TODAVÍA celebran encierros es porque AÚN pasan hambre, o porque sus antepasados pasaron TANTA hambre que sus actuales descendientes AÚN lo recuerdan. En este último caso, es obvio que dichos descendientes son, por lo menos, indiscretos.
2. CARACTERÍSTICAS NORMALES DE LOS ENCIERROS DE TOROS
Como se explica en el vídeo "Proceso a los Españoles. Sesión I. El Toreo (I)", el toro es un animal gregario. Si se le separa de la manada, se asusta.
En los encierros los organizadores ya tienen buen cuidado de que TODOS los toros vayan en rebaño. Así los "valientes" que corren en el encierro se creen de veras ser unos prodigios de valor, cuando en realidad a los toros les tienen sin cuidado ...siempre y cuando no les hagan perder contacto con el resto de la manada.
En un libro dedicado a los encierros de Pamplona se cuenta que, antes de la masificación actual, un mozo borracho se puso a correr en dirección contraria a la del encierro. Los vecinos le gritaron y algunos se taparon los ojos para no ver cómo al vecino lo hacían pedazos. Pero no: Los toros se separaron para que el borracho pasara entre ellos, y éste no sufrió ni el más leve rasguño.
Repito: A los toros les importan un pepino los "valientes" corredores, no los atacan. Solo si pierden o temen perder el contacto con el resto del rebaño, es decir, cuando se asustan, "atacan", o sea que huyen hacia adelante, asustados.
3. ORIGEN DEL ATÍPICO ENCIERRO DE PAMPLONA
El sensacionalista escritor Ernest Hemingway fue a Pamplona por indicación de una escritora también norteamericana, y se encontró con lo que nos muestran las fotografías de la época: Una decena de mozos, vestidos normalmente (sin pañuelo rojo ni traje blanco), cuyos rostros, para decirlo blandamente, no reflejaban grandes capacidades intelectuales, corriendo a no menos de 10 metros de los toros.
Hemingway, como literato sensacionalista, hinchó el perro y describió aquel pobre espectáculo como un arriesgadísimo ejercicio del que, claro está, tomó parte, resultando herido, por lo que recibió asistencia médica. Obviamente, si mintió en lo primero, también debía mentir en lo segundo. En efecto, un escritor se dedicó a revisar los registros del dispensario donde se atendía a los lesionados, y, claro está, ni rastro de D. Ernesto Hemingway.
Pero como hay gente que no entiende qué es la literatura, se lo tomó en serio, y empezaron a venir extranjeros a los encierros, de manera que por los 40-50 ya se podía considerar a Pamplona por S. Fermín como la capital del gamberrismo mundial. Los pamploneses sensatos que podían se marchaban de la ciudad mientras duraba el show.
Más tarde, con el espectacular aumento del nivel de vida, mucha más gente, entre ella los estudiantes, podían permitirse viajar hasta Pamplona, hasta alcanzar los actuales niveles de hacinamiento que denuncian los nostálgicos. ¿Para qué?. Para emborracharse, fornicar y quizá correr ante los toros. Pamplona ha pasado de ser la capital mundial del gamberrismo a ser la capital mundial de la beodez.
Es indudable que para emborracharse, fornicar y correr ante unos toros que no les hacen el más mínimo caso, no es preciso viajar a Pamplona. A pocos kilómetros de sus casas lo pueden hacer todo, excepto lo de los toros, pero para el caso pueden correr ante una vaca, una cabra o, si se tercia, un caracol; cualquier animal con "cuernos".
4. CARACTERÍSTICAS ATÍPICAS DE LOS ENCIERROS DE PAMPLONA
Las autoridades pamplonesas saben que el principal gancho para atraer turistas son los encierros. Es preciso que los "valientes" corredores se convenzan de que son unos héroes.
La consecución de tal fin se complicó desde que empezaron a correr los extranjeros. Ya hemos visto que en el genuino encierro había muy pocos mozos corredores, que corrían a gran distancia de los toros. Pese a esa lejanía los mozos sufrían. Como explica un libro sobre la materia, se veía a los mozos temblorosos, con el rostro desencajado, lívidos, como resultado del lavado de cerebro al que los toreístas sometían a los españoles, haciéndoles creer que los pobres toros son unas terribles fieras. Cuando vinieron los extranjeros, sin tal lavado de cerebro, no solo se acercaban mucho más a los toros, sino que se les veía disfrutar, divertirse. Los indígenas vieron con sorpresa e incredulidad tal comportamiento, y poco a poco los fueron imitando. Tal proximidad complicó el problema de las autoridades, que se vieron obligadas a inventar algunos trucos:
1.º En lugar de dejar correr a los toros solos, como se hace en un encierro normal, se les hace correr con cabestros AMAESTRADOS PARA QUE CORRAN A MENOR VELOCIDAD DE LA NORMAL. Así los "valientes" se hacen la ilusión de que los toros los persiguen, pero que ellos, debido en parte a su extraordinarias facultades atléticas y en parte a su portentosos valor e inteligencia, no se dejan coger.
2.º Delante del rebaño de toros y cabestros corren los pastores, que van provistos de una vara. Ellos fijan la velocidad del conjunto y van apartando -o "vareando"- a los "valientes" más inconscientes.
Es de ver que los pastores corren generalmente todo el recorrido, lo que no podrían hacer si la manada fuese a su velocidad normal.
3.º El verdadero peligro -que un toro pierda contacto con la manada y, por consiguiente, se asuste- es remediado en lo posible por el o los pastores que se quedan con él y POR UNA MANADA DE CABESTROS DE RESERVA, que se hace salir para que el toro suelto se una a ella y deje de ser peligroso.
Hay dos o tres manadas de bueyes de reserva.
Con estos trucos se consigue que los "valientes", cuidados como niños inconscientes, crean que son unos héroes, y vuelvan.
5. CONCLUSIÓN
Una vez más se demuestra que los pobres toreístas de buena fe son tan tontos, tan tontos, que, como en el caso de esos corredores que hace 40 años que participan en los encierros de Pamplona, ni tras 40 años de ver un espectáculo relacionado con los toros se enteran de lo que ven.
Lo único positivo de los encierros de Pamplona es la creación de un subgénero literario que podríamos denominar "Consejos a los Corredores", en el que los "veteranos", provistos del aura de los héroes, describen el "horroroso" peligro que comporta el correr, cómo se corre, cómo se debe correr, qué calzado usar, si se debe ir en ayunas o desayunado, y otras amenidades, que al lector que conozca la realidad le provocan una sucesión de carcajadas. Este subgénero de la literatura humorística es lo mejor de los encierrros de San Fermín en Pamplona.
Salvador Raich
Copyright © Salvador Raich Ullán 1997
2006-09-15 21:56:37
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answer #1
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answered by prohibicion de corridas de toros 3
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