Parte de los concejos sería que nunca le hables mal del otro. Todo lo contrario, cuando estén hablando y salga a relucir él, hazle saber que parte de tu estilo de caballero es por nada hablar mal de otro hombre, sobre todo si es tu "competencia". Ante ella ganarás mucha credibilidad y eso te ayudaría. Suerte compañero.
2006-09-16 01:50:10
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answer #7
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answered by Intrigado 1
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MIra Diego, todas las personas que, hasta antes de que yo te responda, te dan recomendaciones saludables, tómalas en cuenta.
Aquellos que te recomiendan tonterías ignóralos, no les pongas atención.
En lo particular, coincido con quienes te sugieren le lleves serenata, sé atento con ella, respetuoso, pero no tanto por una simple conquista, sino porque esa debe ser tu real identidad y sentimientos.
Que sepa que eres sincero y bien intencionado.
Si tus intenciones son serias, formales y el sentimiento va camino al enamoramiento adelante; pero si tu interés va encaminado a una aventura, ni lo intentes, no se vale.
A la mujer hay que prodigarle respeto, lealtad, tratarla con dignidad y, si hay un sano propósito, ¿por qué no? formar un lindo matrimonio.
¿Sabes? A mí no me fue fácil conquistar a mi eposa. Aunque no le era indiferente, le atraía y le parecía interesante porque como militar que era, le impresionaba, pero ella quería ver en mí al civil franco y sencillo, no al duro y enérgico hombre de milicia.
Ella tuvo varios pretendientes, hasta ahí, ninguno era su novio, pero en donde ella radicaba la seguían pretendiendo y pues a mi me inquietaba, decía "no me la vayan a ganar".
Me preocupé más cuando me cambiaro de plaza a otra ciudad, a mi tierra natal, en donde radicaban familiares de ella.
Imagínate a más de mil kilómetros y aún sin ser novios ¿cómo la iba a conquistar a distancia?
Una ocasión ella y su familia fueron a visitar a su abuelita a mi ciudad natal. Resulta que era prima de mi compañero de armas, de quien yo era su comandante y le "ordené" que si no quería quedarse "arrestado" tenía qué invitarme a cenar con su familia.
Y ahi me tienes, de paisano, sin uniforme, vestido de civil pero con un trajecito modesto.
Era un 28 de diciembre, Día de los Inocentes, y como ellos al día siguiente se regresarían a su ciudad de residencia, púes me dije, "ahora o nunca. Si no me le declaro ya no habrá otra oportunidad".
Y que me lanzo como un Don Juan novato, me le declaro. Ella creía que la estaba haciendo inocente por el día que era por eso me dijo que sí, a final de cuentas suponía que yo le iba a decir " Inocente para Siempre". Pero nada, al día siguiente que la fui a despedir, yo formalmente uniformado nuevamente como militar le reconfirmé mi promesa de amor y ella no supo qué decirme, no se atrevió a rechazarme... y partieron rumbo a Guadalajara donde radicaba para recibir el Año Nuevo con sus demás familia.
Pero espérate, ahí no quedó la cosa. Me dice su primo, "Oiga mi subteniente, no me lo tome a mal, pero... ¿no se le hace que puede tocarle ese dicho: amor de lejos amor de pendejos?"
Que lo arresto al condenado, nada más 24 horas y el día 31 los dos tomamos el autobús y nos fuimos a Guadalajara. Recibimos el Año Nuevo en el camino y llegamos a la Perla Tapatía.
Albricias, la primera en abrir la puerta toda modorra era su mamá (o sea mi suegra ¿eh?), tía de mi compañero de armas; luego aparece su prima, mi novia; pero yo no estaba a la vista.
Cuando mi flamante novia saluda a su primo, ella le pregunta muy interesada y con un tono romántico: -¿cómo está el subteniente? -Dirás... tu novio- respondió su primo y ella se sonrojó, aunque su mamá ya sabía y le parecía que yo era buen partido (modestia aparte).
Luego ella soltó un sí emocionada y con apuro le pide noticias de mí, a lo que su primo le dice -aquí está, te lo traje como regalo de fin de año.
Ya mero lo iba a creer ella y luego así de sopetón, menos.
Pero ándale que su primo me abre la puerta y me dice -Mi subteniente, pase, aquí lo quieren saludar.
Al ver ella que yo estaba ahí de una piesa, pues nos fundimos en un cariñoso abrazo y ahí, en presencia de su mamá, hermanos y algunos familiares que amanecieron por el festejo de fin de año, atestiguaron la reconfirmación de un bonito noviazgo.
Hoy estamos felizmente casados, padres de cuatro hijos, un hombre y tres mujeres; el primogénito casado y la penúltima también y somos felices abuelos de un nietecito, el más pequeñín de un año y tres meses, de dos nenitas una de cinco y otra de tres años.
La vida es hermosa en familia.
Te conté esta historia real, porque deseo que tengas una vida feliz. Decláratele y ofrécele un amor verdadero.
Saludos.
2006-09-15 22:02:35
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answer #9
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answered by Paladín 4
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