PodrÃamos decir que la duración de la democracia moderna en México duró unas cuantas horas. Quizás solamente la noche del 2 de julio de 2000 cuando luego de que se declaró la irreversible ventaja de Vicente Fox Quesada, nos enteramos que ése era el dÃa de su cumpleaños. Algo empezó a oler mal y la pestilencia se volvió contundente cuando un año después eligió esa fecha para anunciar su enlace matrimonial con la señora Martha Sahagún.
La presidencia fue usada por este personaje sólo como un escaparate social para su esposa y de lucimiento personal para el susodicho. Todo lo demás terminó siendo coronado bajo la estructura de un burdo sainete, concluyendo con el apegado seguimiento del guión después del reciente dictamen del Tribunal Electoral Federal de la Nación: todo lo que puede pasar en un paÃs que es como el jarrito donde todo cabe o donde todo resulta tan fársico que hasta uno se confunde, porque en medio de las impugnaciones paralelas yo ya no sé si le dieron la constancia de mayorÃa para ser presidente a Carlos Monsiváis y al Jelipillo el Premio de Literatura Juan Rulfo que, legalmente, ya no se llama asÃ).
Es prácticamente imposible encontrar un polÃtico que se ostente a sà mismo con las “manos limpias”, y eso incluye desde luego al licenciado Calderón Hinojosa, pero al menos podÃa pensarse en un respeto para guardar las formas. Es más: con todo lo atrabiliario que era el priato, el respeto por guardar las formas daba la impresión de que se trataba de una banda de rufianes, pero bien educados. Con los panistas enquistados en el poder, el uso de la retórica sólo sirve para atentar no sólo contra la credibilidad de la ciudadanÃa, sino contra todo posible ejercicio de la lógica. En tales circunstancias, la descripción del mundo maravilloso de Foxilandia ha sido comprado por el discurso legaloide de quienes tenÃan la misión de velar por la aplicación de justicia con sensibilidad, esto es, de los magistrados electorales (y luego del retiro de José Ramón Fernández de Tv Azteca, sustituido por Pablo Latapà —¿?—, las veredas de eso que llaman democracia son prácticamente inexistentes ya).
El vacÃo que vivimos en el presente sexenio pareciera que no fue suficiente y ahora se ha dictaminado la aplicación de una dosis doble, hecho que evidencia la imposición de las instituciones sobre los ciudadanos. Y aun en el caso de que nos inoculáramos el virus de la credulidad, el fracaso del sistema de elecciones coloca rumbo a la silla presidencial no al candidato más capacitado para gobernar, sino al que manejó con mayor solvencia el aparato publicitario para conseguirlo. En caso de culminarse esta impostura, será hasta el 1° de diciembre que se despeje la incógnita de cómo será Calderón como gobernante, porque la única noción que tenemos de él como funcionario es su fugaz paso por la SecretarÃa de EnergÃa bajo el mando de Fox, pues aparte del crecimiento de la fortuna familiar de su esposa, en realidad durante su gestión no pasó nada. Y en general, con las honrosas excepciones de la abstención en el Consejo de Seguridad de la ONU para autorizar la invasión de Irak y la creación del IFAI, defino este periodo presidencial como “los años que vivimos en el limbo”. Y lo peor es que como en los capÃtulos de una mediocre serie televisiva, “esta historia continuará...”
Por lo tanto no queda más que contraponer a toda esta andanada de justificaciones chapuceras la certeza de los sucesos. Y lo que consta en las actas es que durante todo el sexenio el señor Fox no hizo otra cosa más que mentir: mintió cuando dijo que el paÃs llegarÃa a crecer al 7%; mintió cuando dijo que resolverÃa el conflicto en Chiapas (de los quince minutos mejor ni hablemos); mintió cuando dijo que frenarÃa la migración de mexicanos a Estados Unidos; mintió cuando dijo que iba a construir un aeropuerto en Texcoco; mintió cuando prometió las reformas hacendaria y energética; mintió cuando llamó al eximio creador de Ficciones con el nombre de “José Luis Borgues”, y también nos mintió previo al 1° de septiembre cuando dijo que presentarÃa su sexto informe de gobierno en la Cámara de Diputados. Por lo tanto, en esa lÃnea de continuidad, la gente tiene todo el derecho a creer que mintió cuando el año pasado dijo que el candidato presidencial del PAN habrÃa de obtener el triunfo en las urnas y mintió al decir que, una vez efectuadas las elecciones, existÃa un “claro ganador”. Su gestión puede resumirse con ese gesto al salir por la puerta de servicio de la Cámara de Diputados sin meter siquiera las manos (remember el “¿y yo porqué?” del chiquihuitazo) y con la cola entre las patas porque nunca supo cómo operar acuerdos para gobernar siendo lo único lamentable de tal hecho que, debido a su incontinencia verbal, nos perdimos la joya del presichente parodiando el seto informe de gobierno de López Portillo diciendo, con una coherencia impecable: “ya nos robamos las elecciones, pero no nos las volveremos a robar”). Si se consuma la impostura, quizá lo único efectivo que haya hecho como gobernante serÃa el cerrarle el paso a su contrincante pejeño rumbo a la silla presidencial, pero ni siquiera ese mérito me atreverÃa a otorgárselo, porque como lo pudimos constatar existen una serie de operadores en dicho proceso que van desde Ugalde y los magistrados del IFE, hasta el Consejo Coordinador Empresarial y algunos jerarcas de la Iglesia católica.
> En contraste, resulta innegable la diferencia con el paladÃn de Macuspana, pues aunque dejó pendientes los problemas de corrupción sacados a la luz y resultados más contundentes en la lucha contra la inseguridad, todo lo demás de su gestión arroja un saldo positivo: estuvo en lo cierto cuando dijo que instaurarÃa pensiones para los ancianos; estuvo en lo cierto cuando dijo que construirÃa el segundo piso del Periférico; estuvo en lo cierto cuando dijo que someterÃa la continuidad en su puesto a una votación abierta de la ciudadanÃa cada dos años; estuvo en lo cierto cuando dijo que crearÃa la UniPeje, para satisfacer la alta demanda de educación de los jóvenes; estuvo en lo cierto cuando dijo que se apoyarÃa a los padres de familia con paquetes de útiles escolares, y recientemente estuvo en lo cierto cuando dijo que el proceso de desafuero fue complotado por Salinas, Fernández de Cevallos, Döring, Creel, Fox y toda la ilustre camada de panistas cuyas caras estreñidas nos hemos aprendido de memoria de entonces a la fecha. En congruencia con lo anterior, es posible aceptar que esté en lo cierto cuando dice que la pasada elección federal estuvo manipulada, que en un minucioso escrutinio (“voto x voto, casilla x casilla”) él resultarÃa el triunfador y que luego, de la usurpación legalizada, al decir que resulta urgente la refundación de las instituciones también esté en lo cierto (y para estar a tono, esta historia continuará).
El ChuchÃn
Telecracia (2006-2012)
Fernando Reyes ©
Hay señoras amas de casa que están enamoradas de estrellas juveniles que cantan en TV Azteca o actúan en las telenovelas de Televisa. Diario las veos leyendo en el metro revistas de espectáculos. No dudo que recorten las fotos y sueñen con ellos. Eso parecerÃa inofensivo, se trata de personas que no tuvieron la oportunidad de tener otros paradigmas de liderazgo o admiración. Sin embargo, durante las pasadas campañas y sucesos electorales se ha visto que la televisión influye determinantemente en la opinión de los televidentes, e incluso de los que no la ve tele pero tampoco leen: “De verdad, yo vi en un programa que si gana ese hombre hasta nuestra casita nos van a quitar”.
No importa si la plebe impide al presidente cumplir con su deber constitucional de presentar su Informe de gobierno. La televisión, cada uno de los canales públicos y privados, lo transmitirán Ãntegramente, sin feas interrupciones de la oposición y desde la comodidad de su hogar. Dicen que esa será la nueva manera en que se den los próximos informes, divididos en temas, con hermosas imágenes y patrocinados por Bimbo, Cocacola, y Chiles Herdez. Los informes de gobierno ya están contestados –escritos- al minuto en que acaban de ser pronunciados (la televisión es muy cara, no se puede perder tiempo). Cuando Luis Carlos Ugalde dijo que la competencia estaba muy cerrada y que no se podÃa declarar presidente electo, al minuto, Fox dijo exactamente lo mismo (ya habÃa ensayado las poses ante las cámaras). Ni la vida teledramática de Yeidkol Polensky, pudo ganarle a la carita bonita de actual gobernador del Estado de México: Claramente escuché a señoras aceptando: “Ay, yo sà voté por Peña Nieta por guapo”. El clásico pseudoargumento, que suple a la desinformación, del “Es que no hay ni a quién irle”. El 5 de septiembre del 2006 fue el dÃa de la Telecracia. Mientras el Presidente de TEPJF, Leonel Castillo declaraba “inatacablemente” como presidente constitucional al ciudadano Felipe de Jesús Calderón Hinojosa, al mismo tiempo en el canal 34 se transmitÃa en vivo el Informe de su primer año de gobierno de Piña Nieto, en una carpa reivindicativa del informe que no pudo dar el jefe mayor; diciendo lo que no pudo decir Fox con respecto del diálogo y la tolerancia, la dignificación de la polÃtica y el actuar dentro de los marcos legales e institucionales que por décadas bla bla blá.
De pie aplaudieron Diego Fernández de Ceballos y Manuel Espino. No faltó el agradecimiento del galán mexiquense a su esposa que tanto lo ha apoyado y a la noble tarea del Teletón, que, como sabemos, es el negocio perfecto de Televisa. Sólo le faltó agradecer a su padrino Arturo Montiel.
Mientras, en el canal 40, la “periodista” Carolina Rocha, con una sonrisa que no le cabÃa y el recuadro de FECAL con la leyenda de Presidente Electo, no se cansaba de decir “no entiendo qué pretende la Coalición, cuando ya se declaró electo a Calderón”. Después, mientras una invitada hablaba sobre el artÃculo 39 de la Constitución que se refiere literalmente a que “El pueblo tiene, en todo tiempo, el inalienable derecho a alterar o modificar la forma de su gobierno”, en ese momento, Carolina interrumpió para mandar micrófonos a la bulla de los inconformes que se daba afuera del edificio del TEPJF. Un periodista dijo que hubo actos de violencia fuera de la institución y que a un compañero le cayó en la cabella un envase de refresco, “afortunadamente éste era de plástico”.
Se acabó el tiempo y el tiempo en televisión es carÃsimo, asà que el espacio se dio a los infomerciales que en a mediodÃa compiten con los rosas, cándidos, apolÃticos, ligeritos, divertidos, inocuos, melosos programas matuinos. Entonces para no ver el promocional de aspiradoras, gafas, fajas o aparatos reductivos, sólo queda la opción de ver la presencia de Luz MarÃa González, mezcla de sonrisa infantil y cuerpo ninfómano; o a Alfredo Adame, quien, como QuiquÃn Fonseca, puede promocionar desde un chicle hasta un partido polÃtico; o una mujer con la boca chueca que se solaza hablando de los chismes del espectáculo; o una pelÃcula e Vicente Fernández, o una caricatura donde un perro y un ****** resuelven misterios.
Fundación Televisa hace promocionales que invitan a participar democráticamente no sólo el dÃa de la elecciones, pero por otra parte todos los boticarios sojuzgan velada y abiertamente la participación de quienes no están de acuerdo con la manipulación de las instituciones para beneficio de quien más poder tiene. Además, Leonel Castillo conminó a que los ciudadanos no se “salieran del rol que les corresponde”, como si nuestro rol fuera el de quedarnos inertes ante lo que a leguas se ve descompuesto, caduco, irreal, a pesar de que las mismas instituciones –de los mass media a la presidencia- quieran hacernos creer: en México no pasa nada malo. Preparen su banderita para dar el Grito, si no se hace desde el Zócalo, por lo menos será desde un set de Televisa.
La tele y los “ganadores” invitan al diálogo y a la tolerancia, ya habrá otra oportunidad para la contienda, tenemos que aceptar el fallo inapelable de los magistrados que ganan en un año lo que un obrero ganarÃa en 123 años.
Hay señoras, señores, jóvenes y niños, que se enamoran u odian a un personaje de la televisión sin otro motivo que el de salir constantemente a cuadro. Conozco una chiquita quien, cada que sale Fox en la tele, se tapa los oÃdos y cierra los ojos. Si la veo en la tarde, no sabré cómo darle la noticia de que tendrá que soportar a alguien, como dijo Sergio Pitol, todavÃa más torpe.
Quizá esos 233 mil votantes que marcaron la diferencia, ésos que creyeron que los habrÃan dejado sin casa, ésos que confiaron en el presidente del empleo, ésos que piensan sólo en su familia (“treta del consumismo” Pasolini dixit), ésos, tendrán una sola pena: ver a Felipe deJesús en la televisión durante 2189 dÃas. ¡Válgame, Jesús!
2006-09-14 17:54:37
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answer #10
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answered by antuliox 2
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