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3 respuestas

TOLERANCIA A LA FRUSTRACION: aprendiendo a equivocarse.
Ser capaz de postergar la satisfacción de los deseos, de esperar, de respetar los turnos en una fila, de sobreponerse cuando algo no resulta sin reaccionar impulsivamente, es algo que los niños pueden aprender desde pequeños. Resulta vital ayudarlos a comprender, además, que ciertas cosas están fuera de su alcance y que no todo puede darse como quieren, para que aprendan a disfrutar la vida tal y como se presenta.

Muchos padres se sienten angustiados al ver que sus hijos se desesperan cuando no consiguen lo que desean. Es en ese proceso, como señala la psicóloga Tania Donoso, donde intervienen factores biológicos, de la personalidad y del entorno familiar, que influyen en la capacidad que cada niño tiene para tolerar de mejor o peor manera la frustración.
Sin embargo, los padres deben tener claro que tolerar la frustración es una capacidad que se desarrolla con el tiempo, un proceso que se logra recién a partir aproximadamente de los seis años y luego de un entrenamiento constante.

Más o menos tolerantes
Así como existen niños más activos, algunos más cautelosos y otros más temerarios, hay quienes son capaces de tolerar mejor la frustración que otros. Como señala Tania Donoso, “es importante que los padres tengan en cuenta que los niños son diferentes y que por distintas razones hay algunos que desarrollan mucho mejor ciertas habilidades. No se puede culpar a un niño cuando no es capaz de tolerar la frustración, ni tampoco los padres deben sentir que han fallado en la crianza si es que los hijos reaccionan mal cuando no obtienen el logro de sus objetivos”.

A pesar de ser una característica personal de cada niño, la tolerancia a la frustración se relaciona también con algunos aspectos del entorno familiar. Si por ejemplo a un niño se le concede todo lo que pide o si los padres ceden a sus demandas por las pataletas que hace y por su llanto, no aprende a tolerar la frustración porque al conseguir todo lo que desea, no se frustra. Por eso, es vital que los niños vivan experiencias de frustración que les permitan desarrollar estrategias para enfrentarla.
Tania Donoso explica que “lógicamente, tampoco es recomendable que el niño viva frustrándose, porque también necesita sentir que sus padres satisfacen sus necesidades y que ellos son capaces de influir en su ambiente, pero siempre dentro de un límite razonable. Y los padres, por lo general, saben discriminar cuando se trata de demandas importantes o cuando es, simplemente, una petición antojadiza”.

Para aprender a manejar la frustración, es importante que los niños se sientan acogidos en términos afectivos por sus padres. Por ejemplo, si un niño quiere comer dulces justo antes de almorzar y sus papás no lo dejan y él hace un escándalo por eso, lo recomendable es que le digan: ‘entendemos que tienes ganas de comer dulces ahora, porque son ricos y sabemos que te gustan mucho, pero primero tienes que almorzar’. De esta manera, explica Tania Donoso, “el niño va a sentir que hay una razón que hace que sus papás no le permitan comer dulces en ese momento y aunque igualmente reaccione llorando o haciendo una pataleta, va a sentirse acogido y a entender, tarde o temprano, que tiene que aceptarlo”.

Asimismo, es muy probable que un niño tenga mayor habilidad en algunas áreas que en otras, las que son importantes de potenciar y estimular. Este proceso ayudará a que el niño sienta mayor seguridad en sí mismo y a entender que hay cosas que puede hacer de mejor manera que otras porque, especialmente para algunas, ‘es muy bueno’. Esta confianza le hará sentir el convencimiento que puede lograr otras cosas si se esfuerza, aunque en un principio no le resulten como él espera.

Aprender a tolerar la frustración


Respetar el ritmo individual de cada niño, motivarlos sin presionarlos por el logro de objetivos y alentarlos a continuar cada vez que se equivocan, son algunos caminos para ayudar a los hijos a tolerar mejor la frustración.

En el ámbito escolar, además de revisar las tareas es importante preguntarle a los niños qué es lo que más les gusta de lo que están aprendiendo, y hacerles saber lo importante que es disfrutar del aprendizaje para sacar un mejor provecho de él.

La imagen de los padres juega un papel vital en la aceptación de la frustración, ya que en la medida que ellos logren manejarla, estarán guiando a sus hijos a reaccionar de la misma manera. Tania Donoso explica que los niños aprenden por imitación, “por lo tanto, si el referente más importante que tienen, es decir, sus padres, una vez enfrentados a una situación de frustración logran tolerarla adecuadamente, van a saber hacerlo cuando les ocurra a ellos”.

Aprender a controlar los impulsos es clave para lograr una alta tolerancia a la frustración. Significa desarrollar en los niños la capacidad de postergar sus propias necesidades y entender y respetar las de los demás. Como explica la psicóloga, “muchas veces los niños no toleran que los padres les digan ‘no podemos jugar ahora porque estoy muy cansado’, ya que producto de impulsividad no son capaces de respetar la necesidad de descansar que puede tener -en un determinado momento- su papá o su mamá”.

Asimismo, tiene que ver con ayudarlos a terminar aquellas tareas que abandonan furiosos cuando no obtienen los resultados esperados y un buen camino es animarlos, impulsarlos a terminar la tarea interrumpida por la rabieta y hacerlos entender que en vez de desistir, siempre es mejor volver a intentarlo.

CONCLUSIONES: LA RESISTENCIA O TOLERANCIA A LA FRUSTRACION SE APRENDE DESDE LA TEMPRANA INFANCIA E INFLUYE EN EL DESARROLLO DE LA PERSONALIDAD.

Si un adulto tiende a ser paciente, analítico, práctico y seguro de sí mismo probablemente en su niñez tuvo un hogar donde los padres reforzaron positivamente los logros y los errores no eran percibidos como fracasos, sino como pasos para acercarse a la meta deseada.
Si un adulto tiende a ser demasiado exigente consigo mismo, tanto que no termina sus proyectos, se siente con baja autoconfianza y no valora sus cualidades, tal vez en su niñez tuvo un hogar donde los errores eran desaprobados, los padres tenían una actitud censurante y por ende, tiene nivel bajo de tolerancia a la frustración.
Bye

2006-09-15 19:46:36 · answer #1 · answered by Anonymous · 0 0

También se conoce como tolerancia a la frustración, se refiere a tu capacidad para enfrentar y manejar adecuadamente situaciones opuestas a tus expectativas.
Es una cualidad muy valorada en cualquier ámbito, pero particularmente en el laboral.
Saludos!

2006-09-12 11:41:43 · answer #2 · answered by alter ego 4 · 0 0

Se refiere al hecho de que una persona pueda manejar el que las cosas no le salgan precisamente como esperaba, a que no caiga en un estado depresivo o a que no se ponga colerica o desquite su coraje con la primer persona que le pase por enfrente. Muchas empresas buscan en el perfil de sus trabajadores esta caracteristica, sobre todo cuando se trata de lideres de grupo ya que de ellos dependera que todos los demas trabajen correctamente.

2006-09-12 10:01:10 · answer #3 · answered by Ninna 7 · 0 0

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