El voseo
En algunas zonas de Hispanoamérica se usa el pronombre vos como segunda persona del singular. Es una forma del español antiguo y su uso se llama voseo. En algunos países, principalmente en el Río de la Plata (Argentina y Uruguay), el voseo es general, con exclusión de la forma tú; en otros lugares conviven el vos y el tú.
Al pronombre vos corresponden unas formas verbales arcaicas:
¿Vos qué querés comer, Mafaldita?
Vosotros/ustedes
En algunas zonas del sur del Estado español, en Canarias y en el español de América, las formas de confianza vosotros, vosotras, han desaparecido, con lo que la segunda persona del plural es ustedes, tanto en trato de respeto como de confianza.
El vos era, en la España de la conquista, una forma que había sido elegante y se había vuelto vulgar. Suele pasar: los pretenciosos cambian sus costumbres a menudo porque ciertos pobres quieren imitarlas y, cuando lo logran, los pretenciosos las desdeñan.
El vos, entonces, ya era mersa cuando los españoles nos descubrieron. Los primeros conquistadores -mayoría de campesinos medio brutos- se hablaban de vos, y así fue, al principio, el castellano en América.
Pero tras los conquistadores llegaron los burócratas: esos señores orondos y empolvados -marqueses, para empezar a hablar- se hacían los finos tratándose de tú, y el castellano americano se hizo otro. De las cortes coloniales, el tú se derramó a las poblaciones; la teoría del derrame no suele funcionar en lo económico pero en la cultura, queda visto, sí.
Por eso el vos sólo se mantuvo en las zonas más pobres del Imperio colonial, donde no había cortes ni marqueses. Ni América Central ni las montañas de Colombia ni Buenos Aires eran espacios importantes: estaban en el margen, y los señores que podrían habernos enseñado a hablar tilingo, en esos tiempos, se iban a lugares más rentables.
Después pelechamos. A fines del siglo XVIII, cuando Buenos Aires se convirtió en capital del nuevo virreinato, sí tuvo una -módica- sociedad elegante que hablaba de tú: que imitaba la moda del imperio. Nuestros próceres -con perdón de la palabra- lo hacían: íbamos camino al tú para todos. Pero el populismo llamó a la puerta, y nos cambió los verbos.
Cuenta Bertil Malmberg, un sueco que estudió estas cuestiones con detalle, que todo fue culpa de ese raro señor Rosas -un rico muy rico que decidió seducir a los más pobres para gobernar-. A don Juan Manuel se le ocurrió que podía obligar a todo el mundo a hablar como los peones de su estancia e impuso el voseo: es uno de los pocos casos en el mundo de una forma gramatical decidida por el poder de un gobernante.
-¿Pero vos qué te has creído, tirifilo? ¿Que vas a andar por ahí tuteando a todo el mundo? ¡Morite, salvaje unitario!
Después, cuando voltearon al caudillo, los elegantes trataron de recuperar el tú; de hecho, durante décadas, hasta principios del siglo XX, hubo una batalla casi encarnizada entre el tú y el vos -con los resultados que todos conocemos-.
Ahora, en la Argentina, a nadie se le ocurre hablar de tú ni de vosotros. Pero nos siguen enseñando, en la escuela, esas conjugaciones de los verbos: yo amo tú amas él ama nosotros amamos vosotros amáis. Es muy extraño: cuando nuestros chicos aprenden nuestro idioma aprenden, en realidad, un idioma extranjero -o una lengua muerta-. Aprenden que tenemos un idioma que se habla y otro que se aprende:
-Pero, Jonathan, ¿no sabés que la segunda persona del presente del singular del verbo saber se dice sabes?
O sea: que lo que decimos no es lo que se debería decir, que estamos hablando equivocados todo el tiempo. Es como decirles a los chicos que somos un error: que ni siquiera hablamos como corresponde.
Es una situación curiosa, al borde de chiflada, y la tomamos como si fuera normal o inevitable. Supongo que ya vale la pena discutirla.
¿No sería hora de decidir que se enseñe en nuestras escuelas el castellano que efectivamente hablamos, que cuando los chicos aprenden nuestro idioma aprendan nuestro idioma? ¿No habría que conjugar los verbos como si no estuviéramos en falta todo el tiempo? ¿No deberíamos empezar a cambiar los manuales, a incorporar a la regla la realidad de nuestra lengua? Digo: yo sé, vos sabés, él sabe, nosotros sabemos, ustedes saben. O si no seamos, al menos, coherentes: hablemos de tú y vosotros y todo bien. ¿Qué opináis? ¿Qué os parece?
Espero sea de utilidad.
2006-09-15 11:31:23
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answer #1
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answered by Marali 6
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le pongo crema pastelera, chocolate, dulce de fresas y merengue, arequipe y dulce de leche, mejor dicho le pongo le unto de todo y si me lo restriegan mejor, lo como solo algunas veces pero acompanado es mejor pero con una pareja es mas rico y tentador mmmmmm que calor me ha dado jajajaja
2016-12-15 06:42:10
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answer #3
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answered by Anonymous
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Cuando la Voz rioplatense, más cercana a la Santa María de los Buenos Aires, dijo "cortala con el vosotros, te digo vos y listo, qué tanta vuelta!". Así, empezó, comenzó y se inició todo. Las voces adoptaron el VOS.
2006-09-12 03:01:39
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answer #6
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answered by esteban b 5
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