En cuanto a la definición de Activos Intangibles, a continuación podemos citar a varios autores. En primer lugar, se encuentra el concepto de Sosa Gómez (2002). Dada la gran diversidad de activos intangibles, este autor identifica como tales aquellos que realmente representan agregación de valor a la empresa.
Vargas Montoya (2000), los denomina Recursos intangibles: aquellos que no tienen soporte físico, lo que hace muy compleja su identificación y valoración.
Según Navas y Guerras (1998), sus características básicas son las siguientes:
Son activos que se sustentan en información.
Esta información no es siempre codificable.
Los derechos de propiedad de estos recursos no siempre están bien definidos.
Dentro de este tipo de recursos, se puede distinguir entre recursos intangibles humanos (en función de que estén vinculados al factor humano que forma parte de la organización) y recursos intangibles no humanos.
Sin embargo, como señala Fernández (1996), la empresa es algo más que la suma de recursos tangibles e intangibles. Los recursos suelen utilizarse de forma combinada, mediante el desarrollo de complejos patrones de interacción entre ellos y, en concreto, entre los miembros de la empresa; lo que da lugar a la aparición de capacidades específicas derivadas de la explotación conjunta de diversos recursos.
Las capacidades están basadas en el desarrollo, flujo e intercambio de información entre los miembros de la empresa (Amit y Shoemaker, 1993); y se traducen en conjuntos complejos de rutinas organizativas, ordenadas jerárquicamente, que determinan qué hacer y cómo (Nelson y Winter, 1996).
Estos activos se caracterizan por su naturaleza intangible y colectiva. Dietrickx y Cool (1989) distinguen entre flujos y stocks, de acuerdo con una clasificación coincidente con la terminología de recursos y capacidades. Los recursos son los stocks disponibles en un momento dado, mientras que las capacidades son flujos que permiten la acumulación de recursos.
Según otros autores, los activos intangibles son el resultado de la incorporación de la información y el conocimiento a las distintas actividades productivas de la organización (Itami, 1994; Bueno, 1998).
Vargas Montoya (2000), afirma, por tanto, que el conocimiento constituye un factor clave en la construcción de ventajas competitivas debido a que, tanto los recursos intangibles como las capacidades que los movilizan, son formas de conocimiento con diferentes grados de especificidad, codificabilidad y complejidad (Fernández, 1996).
Para Pucich y otros (2001), los recursos intangibles: "son considerados activos cuando hayan sido comprados, desarrollados internamente o adquiridos de cualquier otra forma, no debiendo ser incorporados como tales si son resultado de apreciaciones subjetivas de cualidades productivas de la misma". (p. 11)
Por otro lado, su intensidad de conocimiento les otorga una serie de condiciones idóneas para convertirlos en activos escasos y valiosos y difícilmente imitables por terceros (Camisón, 1999). En concreto, interesa destacar que los activos intangibles:
Se construyen y acumulan a través del tiempo a partir de la experiencia de la empresa. Esto sucede especialmente con las capacidades, debido a que su proceso de acumulación hace compleja su imitación y reproducción por parte de otros competidores (Reed y De Fillipi, 1990). El proceso de formación de estos activos, además de ser largo, tiene asociados resultados inciertos que exigen, en muchas circunstancias, la realización de inversiones irrecuperables.
Son "bienes públicos". A diferencia de los activos físicos que se deprecian con el uso, los activos intangibles se caracterizan por ser "bienes públicos". Itami (1994), se refiere a esta característica como "ventajas gratuitas". En otras palabras, los activos intangibles pueden ser utilizados por otros departamentos de la empresa sin costo adicional. Son susceptibles de uso sin merma de su valor por parte de la empresa que los ha acumulado (Camisón, 1999; Itami, 1994; Porter, 1991) y pueden ser utilizados en múltiples actividades al mismo tiempo (Ventura, 1996). En este tipo de activos, reside la capacidad de la empresa para generar sinergias y, a partir de ellas, mejorar su posición competitiva (Salas, 1996).
Son activos poco transparentes y sus costes de imitación pueden ser elevados, especialmente aquellos que se encuentran protegidos por la ambigüedad causal, derivada de su naturaleza tácita que hace muy compleja su relación con los resultados de la empresa. Su adquisición en un mercado organizado es muy compleja. Su transferibilidad se ve reducida por el elevado grado de co-especialización con otros recursos de la empresa.
Generan importantes externalidades y sinergias, las externalidades derivadas de los recursos intangibles pueden influir de forma positiva tanto sobre los competidores, como por ejemplo, la inversión en publicidad con el incremento de la demanda global del producto y de las ventas a todos los productores de la industria; como sobre la propia empresa, como el caso de la extensión de marca. Según Vargas Montoya (2000), en la capacidad de generar sinergias radica el importante papel de los recursos intangibles a la hora de explicar los procesos de crecimiento empresarial.
Las características que acabamos de enumerar, son precisamente las que permiten que los activos intangibles constituyan una fuente importante de ventajas competitivas para la empresa, porque se trata de activos valiosos, escasos, poco imitables por terceros y difícilmente transmisibles en el mercado.
Clasificación de los Activos Intangibles. Primer Criterio
En cuanto a su clasificación, veremos una primera clasificación la cual corresponde a Vargas Montoya (2000), quien separa a los activos intangibles de acuerdo a cuatro criterios, a saber: según su origen, según se puedan o no separar del individuo que los creó, según su defensa legal y según la transparencia de la información sobre la cual se basan los recursos. El autor citado ha construido su clasificación de activos intangibles integrando las aportaciones de diversos autores, agrupándolos siguiendo los cuatro criterios fundamentales de clasificación ya mencionados:
1) Según su origen: En función del origen de su naturaleza, distinguiremos entre recursos humanos y no humanos. Dentro de los recursos no humanos, podemos distinguir recursos tecnológicos, comerciales y organizativos.
2) Separables del Individuo que los creó: En función de la posibilidad que al activo se lo pueda separar o no del individuo o individuos que los crearon.
3) Defensa Legal: En función de la posibilidad de defensa legal ante el uso exclusivo del bien.
4) Transparencia de la Información: Este aspecto está relacionado con el grado de transparencia u opacidad de la información sobre la que se basan los recursos.
2006-09-11 13:43:21
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answer #1
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answered by BarbieNorteña 3
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